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Ángela Pinales Valdez
Ángela Pinales Valdez
REPÚBLICA DOMINICANA
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Batalla de Pisagua
Dos de noviembre, puerto de Pisagua sonar de tambores, gritos de guerra, un gran escuadrón, de corte militar, llega por las aguas, dispuesto a matar.
Otro regimiento más pequeño, el batallón Victoria, entre ellos unos quinientos soldados, artesanos, de valor el pecho henchido, aquellos paceños; luchan con el alma, entregan sus vidas defienden con fiereza, al país aliado.
Disparan los cañones, olor a pólvora. Al tronar la artillería, los hombres se matan, caen vencidas tropas y rabonas, la rada del Pacífico, se viste de escarlata. Se confunden en la playa sangre y arena.
Bombas incendiarias, lanza el enemigo, arden salitre y carbón. ¡Pisagua es un infierno entre humo y llamas! Después de siete horas de feroz batalla. El viento se lamenta, la bruma cubre cuerpos inertes, defendiendo la tierra murieron los valientes, ahora son parte de la historia.
¡Doblen las campanas por esos héroes!
La guerra deja gran desolación, una estela infame de pena y dolor.