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Héctor Rasguido Espinoza

Héctor Rasguido Espinoza

B O L I V I A

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¡Victoria!

En medio de arengas y gritos frente a frente, el cielo despejado es testigo de un nuevo enfrentamiento, es el pitazo del árbitro desata la patada inicial del partido de fútbol entre Bolivia y Chile, también desata un grito de guerra entre dos eternos enemigos… son mis guerreros bolivianos que se enfrentan a los usurpadores chilenos.

El campo deportivo es el campo de batalla en territorio boliviano, es la Batalla de Canchas Blancas donde nuestros soldados apoyados por los campesinos y hoy cada patada de balón es para revindicar a los 50 heridos bolivianos en ese combate o cada gol busca resucitar a los 300 muertos en la batalla con enemigo armado hasta los dientes.

Son aquellos héroes olvidados, defensores de mi litoral boliviano usurpado por un hermano, cuán Caín ambicioso aparecieron agazapados, sin previo aviso, rompiendo la suave brisa del mar en febrero de 1879 para morder la mano de quien siempre le dio la mano para comer.

Son los trazos de la historia escrita con sangre en el diario del coronel Ezequiel Apodaca, es la historia de la gran batalla ganada en Canchas Blancas, es la parte de la historia que el enemigo borró de un plumazo y los otros se quedaron abrazados del acto romántico de "¡Que se rinda su abuela!, ¡carajo!".

Aún escucho el ruido desenvainando el sable del comandante que arenga a los soldados de la quinta división de Ejército, el Batallón Ayacucho, el Batallón Chorolque, el Batallón Tarija, el Escuadrón Méndez y los campesinos potosinos sin entrenamiento militar sumaron a 500 guerreros que aplastaron a 1.400 chilenos adentrados en territorio boliviano.

Es el 12 de noviembre de 1879 en el año del Señor en las arenas en Colcha K se escurrió la sangre cubierto por arenilla del viento frío sureño; pero, es esa batalla que me llena de orgullo la valentía y el coraje de los comandantes Ezequiel Apodaca, Juan Bautista Ayoroa, Miguel Estenssoro, Justo Villegas y Mariano Colodro.

Son héroes, son mis héroes, de hombres valerosos que combatieron en las gélidas arenas y de sol intenso donde, de paja y yareta a las puertas del inmenso salar de Uyuni, son héroes que defendieron territorio boliviano de los malditos usurpadores y son héroes que frenaron a los miserables expansionistas chilenos. ¡viva Bolivia! ¡muera Chile!

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