Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Mayo 2020 - N° 260 - Afiliado a O.P.I. N° 837Página Valdense«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Hechos 4:20 EL COMOTESTIMONIOALTERNATIVA Iván Vivas y Jonathan Michel3 EL ARTE COMO RESISTENCIA Fabricia Malán y Federico Plenc5 ACOMPAÑAR Y AMPLIFICAR LA VOZ DE QUIENES NO SON ESCUCHADOS/AS Gisela Cardozo 8 Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Noviembre 2021 - N° 274 - Afiliado a O.P.I. N° 837 001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638 Resistir como testimonio Experiencias en territorio palestino e israelí de esperanza

Que el Dios de la vida buena y abundante, nos impulse a dar testi monio y nos enseñe a escuchar aten ta y empáticamente los testimonios de lxs demás, para que así, juntxs, luchemos para que todas y cada una de las personas pueda vivir con dig nidad, con justicia y en paz. Daiana Genre Bert
El testimonio -como experiencia compartida, como gesto compro metido y solidario- al menos para mí, es el protagonista de esta edi ción. Siempre intentamos que así sea. La cita bíblica que acompaña cada portada de Página Valdense y la que guía las planificaciones men suales -«…porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído» Hechos 4:20-, en esta edición, parece refrescarse y traernos nuevas herra mientas para repensar su sentido en nuestro aquí y ahora. Deseo que us tedes también puedan sentirlo.
4 | PÁGINA VALDENSE Argentina Col. Belgrano: Delhy Pastre. Col. 25 de Mayo: Ruben Bertinat. Cnel. Suárez: Pablo Rafarelli. Gral Roca: Oscar Dalmás. Gral San Martín - LP: Stella Maris Chambón. La Paz - ER: Marisel Garnier. Jacinto Aráuz - LP: Susana Tucat. San Carlos C. - SF: Héctor Cotichini. Villa Iris - BA: Ema Dalmás. Reconquista - SF: Dardo Zanuttini S. Martín - SF: Edith Long. San Gustavo - ER: Orfilia Barolin. El Sombrerito - SF: Aurora Bertinat. IERBA (Buenos Aires): Comunidad de IERBA. Gálvez: Rubén Gardiol. López: Carina Tschopp. Paraná: Equipo de Comunicación. Flores Consistorio: Alberdi 2240 (CABA) San Nicolas: Helvecia Catalín. Laprida: Delta Bertón. Bahía Blanca: Natalia Coria. Carmelo:Uruguay Ruth Soulier. Cañada Nieto: Alba Charbonnier. Colonia: Ethel C. Negrin. Col. Miguelete: Ana Félix. Col. A. Negro: Carolina Galván. Col. Valdense: Secretaría IEV Colonia Valdense. Cosmopolita: Milka Charbonnier. Dolores: Nora Gallo. Fray Bentos: Cristina Dalmás. Juan L. Lacaze: Manuel Ávila. Alférez Lascano: Nylia Gonnet. Melo: Glenys Rameau. Montevideo: Mario Pablo Ábalos O. de Lavalle: Juanita Bonjour. Palmitas: Hilda Geymonat. Paysandú: Ruben Dalmas. Rosario: Andrea Montaña. Mercedes: Natalia Gauthier.Carlos Dodino Tarariras: Consistorio de Tarariras. Tres Bocas: María Fernández. Young: Esther Malán Para actualizar agentes, sugerencias u opiniones enviar mail a paginavaldense@iglesia-valdense.org o paginavaldense@gmail.com o bien al celular: +54 3437 REDACCIÓN448727.Varela 1729 - Dolores - Soriano - Uruguay e-mail: paginavaldense@gmail.com COMISIÓN SINODAL Wilfredo Bonjour, Alfredo Servetti, Hugo Malán T., Laura Michelin Salomon y Mariano Chialva DIRECTORA Daiana Genre Bert EDITOR RESPONSABLE Darío e-mail:dariobarolin@yahoo.com.arBarolín EQUIPO DE REDACCIÓN Yanina Vigna, Lis Rivoira, Tomás Barolín Tron, Daiana Genre Bert CREACIÓN GRÁFICA, DIAGRAMACIÓN Penélope Chauvie FOTO DE TAPA PEAPI. Fabricia Malán. Puerta Agrícola de Habla, julio 2012 ETIQUETADO Y DISTRIBUCIÓN Grupo de la Comunidad de Ombúes de Lavalle ADMINISTRACIÓN Julio Leal - Juan Bentancur 1623, Barrio El General, 70000 Colonia - Uruguay Tel.: (598) 4522 0620 - Cel.: 099967745 SUSCRIPCIÓN ANUAL Precios subsidiados por el proyecto OPM Uruguay $U 450 - Argentina $A 500 Europa € 50 - Resto del mundo U$S 70 MEDIA SUSCRIPCIÓN (SEIS MESES) Uruguay $U 225 - Argentina $A 250 CUENTA EN BROU 1521941-00002 Para recibir pago de suscripciones. Por favor en cada depósito o transferecncia poner los datos de contacto. AFILIADO A OPI N° 837 TIRADA: 900 ejemplares N° Matrícula Dirección de Industrias: 188 Impreso en Imprenta Moyano Ferreira Aldunate y Haedo - Mercedes Soriano - Depósito Legal N° 68638 El equipo editor asume su responsabilidad sólo por las opiniones propias Apuntes de la Directora PÁGINA VALDENSE I 2 Testimoniando. Sí, con el verbo en gerundio Hace exactamente siete años desde mi primera incursión en «Apuntes del director» -sí, era tan nuevita en la tarea que ni siquiera cambié la palabra ‘director’- para un número de Navidad, porque la primera, en realidad, fue en el mes anterior con el inicio de un nuevo ejercicio para la iglesia. Desde ese noviembre ocupo la tarea de di rección. Arranqué con más miedos que certezas, bastante inseguridad y poco convencimiento; pero… de a poquito, sin presiones y en compa ñía aprendí a disfrutar de esta tarea, además de aceptar los desafíos que me/nos propone. Nunca entendí este trabajo como algo solitario, de hecho, las dos primeras ediciones las hice con la colaboración atenta y respetuosa de Edu. Mención apar te para el equipo editor, creo que ya se los dije alguna que otra vez, pero estoy convencida que sin quie nes están y estuvieron en el equipo, Página Valdense no sería lo que es hoy, no tendría los desafíos que tie ne por delante; y claro, yo tampoco sería la misma ni disfrutaría de esta tarea como lo hago.
Así fue que sumamos a varias personas, referentes de PEAPI en Argentina y Uruguay, para que nos ayuden a planificar el contenido de las páginas principales. Sin muchas vueltas, en una reunión virtual rela tivamente corta, teníamos lo nece sario, aunque por supuesto muchí simas cosas quedaron afuera.
A lo largo de estos siete años, las editoriales fueron mutando, no las concibo como un formato estructu rado sino más bien como un espacio en el que ustedes, quienes leen, me pueden conocer; y en el que quizás con algo de pudor pero con confian za, les dejo ver quién voy siendo y qué ando pensando. Sí, de nuevo, con los verbos en gerundio, como algo que va sucediendo. Las editoriales se transforman edición a edición, pero, ya desde hace un tiempo, las pienso como una página que tiene que achi car las distancias, como una herra mienta para entablar el diálogo de una manera simple, sencilla, inten tando corrernos de lo conocido y de ideas preconcebidas para dejarnos permear, conmover por cada una de las palabras y las historias que nos comparten todas las personas que colaboran con Página. En la cocina de esta edición, ahí cuando vamos viendo qué ingre dientes tenemos para ver qué servir en la mesa; ahí mismo, nos dimos cuenta –con el equipo editor- que podríamos sumar más gente, pro bar algo nuevo. Sobre todo porque teníamos miedo de caer en lugares comunes, sabiendo lo peligroso que puede ser en un tema tan sensible, pero también sentíamos el com promiso de dedicarle una edición completa. Cuando esta idea dejó de estar en el plano de lo deseable para pasar a lo posible, me sentí más se gura, confiada. Porque claro, sumar gente, en este caso, significaba no sólo hacer un aporte de un tema que nos gusta, que nos interpela, sino que también implicaba hacer memoria, volver a pasar por el cuer po algunas cosas que el tiempo va tapando de polvo. Eso no siempre es sencillo, no siempre es fácil; pero quienes colaboraron en esta edición aceptaron el desafío sin demoras.



Galilea, Jericó, Hebrón, Belén, Jerusalén, y tantos otros lugares representan, para el Cristianismo, la tierra donde Jesús nació, creció, desarrolló su ministerio, fue llevado a la Cruz y, donde sus apariciones como Re-
“ La pregunta inevitable que se nos presenta, frente a este primer acercamiento, es cuál es el rol que juega la dimensión religiosa en medio de toda esta trama social. Entender todo el mapa religioso en Palestina e Israel es un gran desafío, inclusive, para quienes habitamos el campo re flexivo en torno al conocimiento del mundo bíblico y las interpretaciones teológicas para nuestro tiempo.
El hecho de categorizar a la ciudad de Jerusalén como tierra santa presenta, de antemano, una serie de interrogantes sobre la legitimidad de dicho título. Dicho de otro modo, Jerusalén no es santa para el ju daísmo por las mismas razones que lo es para el Islam o para el Cristianismo. Las tres religiones monoteístas cuentan con relatos fundacionales en las narraciones que ocupan las páginas de sus respectivos libros sagra dos. Sin embargo, la cuestión se torna problemática, no tanto por el carácter religioso de la compresión que estas religiones hacen de Jerusalén -así como también de otras ciudades mencionadas en la Biblia, el Corán y la Torah- sino por la búsqueda de legitimar la propiedad de la tierra basada en dichos relatos. En el momento en que se intenta abordar esta soberanía en términos religiosos para sostener que la tierra le pertenece sólo a un pueblo utilizando los textos sagrados -como si la biblia, por ejemplo, fuese una suerte de documento que garantiza el derecho de propiedad sobre aquel sueloestamos frente a un argumento problemático.
Al mismo tiempo, al norte de Cisjordania, en Tulka rem y en Qalqilya, un grupo de pobladores y poblado ras palestinas está esperando la apertura de las puertas agrícolas.
PÁGINA VALDENSE I 3 El testimonio como alternativa
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Este breve paneo intenta abrir una pestaña sobre la idea de testimonio cotidiano mencionado al comenzar este escrito. Claramente, dichas historias poco coinciden con la versión en los diarios, portales de internet o cana les televisivos que explican la violencia como si se trata ra de un conflicto de partes en igualdad de condiciones. Por todo esto -y por tantas otras historias con las que podrían cubrirse cientos de páginas-, es que la brecha entre relato mediático oficial y testimonio cotidiano ex traoficial sufre de una distancia inusitada e injusta.
La brecha que existe entre los testimonios coti dianos de las personas que habitan en Cisjordania y Gaza –Palestina- es inversamente proporcional con el relato mediático que se pronuncia por la mayoría de los grandes medios que abordan y cubren la situación en Palestina e HabitantesIsrael.deHebrón y Belén, antes del primer rayo de sol, esperan horas para poder ingresar a Jeru salén en un punto de control que resulta ser el único acceso desde el sur a dicha ciudad. Estos puntos son lla mados checkpoints. En dichos accesos la deshumaniza ción se encarniza cada madrugada en filas imposibles, donde las personas son tratadas como ganado en un es pacio angosto en los cuales los gritos en hebreo, árabe e inglés se mezclan con la desesperación por salir cuanto antes del tumulto irrespirable, en medio del maltrato de los soldados israelíes que se traduce en insultos, en un silencio lleno de desprecio frente a los rechazos ar bitrarios en caso de que el personal del ejército de tur no decida negar el paso y todo tipo de violaciones a los Derechos Humanos simultáneos -impedir dicho paso es bloquear el acceso a la educación, al trabajo, etc,-.
El suelo, proveedor de alimentos en tiempos de cosecha, ha cambiado de dueños; la tierra ya no le pertenece a ellos y ellas sino a empresas israelíes o in ternacionales cuya administración queda a cargo del ejército, habilitando el paso a los descendientes de los antiguos dueños y dueñas durante horarios específicos.
La producción de alimentos ahora no es una vía directa de las poblaciones palestinas sino que se ha convertido en un trabajo mal pago, con nuevos dueños que definen todo lo relativo al trabajo, al acceso y al cultivo. En el sur de Hebrón y en Jericó la situación no es distinta. En estas zonas donde la actividad económica de poblacio nes rurales palestinas está dada por el pastoreo, las di ficultades no son menores. En aquella región el número de ciudadanos y ciudadanas con documento israelí va en aumento. En las décadas más recientes se han mul tiplicado los asentamientos de colonos israelíes en los cuales, rápidamente se genera un aumento de la pobla ción que no se limita a vivir como vecinos y vecinas de los y las residentes previas sino que apuntan contra la ciudadanía palestina. No son pocos los casos de acoso violento a pastores y pastoras. Quienes pueden contar estos relatos son las personas menos perjudicadas por dichos ataques, por haber sufrido solamente golpes, amenazas bajo el señalamiento de armas particulares de los colonos e insultos, en el mejor de los casos. Este hecho ha limitado la actividad de pastoreo cerca de los asentamientos de colonos y, frente a eventuales conflictos entre ambas partes, el ejército del Estado de Israel inter viene en favor de los ciudadanos y ciudadanas israelíes.
son violados todos los días en Jerusalén, Belén, Jericó, Hebrón y Tulkarem -por nombrar solo algunos puntos de Cisjordania – Palestina- y tantos otros hechos más atroces suceden en Gaza a la vista del mundo.
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Frente a tales episodios que desbordan injusticia y dolor, debemos preguntarnos ya no por el origen sino por el porvenir. Salir de la encrucija da de la legitimidad para ingresar en el terreno de la mirada comprometida en clave de Derechos Humanos, de empatía, de solidaridad.
Esta acción es una pista de que la cuestión no se tra duce en una puja binaria -estar a favor de Palestina o estar a favor de Israel, a favor de árabes o de judíos, a favor del islam o del judaísmo-, sino que el llamado debe estar puesto en multiplicar los testimonios coti dianos que provienen de las entrañas de aquella tierra sufriente para ser herramientas en las manos de Dios, que contribuyan con la liberación de una opresión que lleva 73 años ininterrumpidos. Ese es el llamado y la tarea del Programa Ecumé nico de Acompañamiento a Palestina e Israel: ver y es cuchar, para luego compartir y dar testimonio de todo hecho donde se violen los derechos, la libertad y la dig nidad de los pueblos.
Actualmente en toda la zona de Palestina e Israel, organizaciones, iglesias, movimientos y activistas de todo tipo se posicionan en favor de que estos derechos sean reales y no una mera propaganda publicitaria.
Pastor Jonathan Michel (IERP)
PÁGINA VALDENSE I 4 sucitado han tenido ocasión. Del mismo modo, estas mismas locaciones coinciden con otros relatos sagra dos como las vicisitudes afrontadas por los Patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. El Corán, por su parte, tiene una centralidad en la figura del profeta Mahoma pero también toma relatos y personajes que coinciden con lo relatados por las otras dos religiones monoteístas. En todos los casos, el sentido de aquellas narrativas podrá ser uno u otro pero siempre bajo los límites de una mis ma tierra. Tal vez, a raíz de esto, es que cada vez que una persona muere, un bombardeo nuevo a Gaza sucede o se produce cualquier tipo de atentado en los lugares antes mencionados; se comienza a pensar en términos de un ataque religioso. Y las justificaciones para com prender o explicar una postura o la otra, lamentable mente, también se anclan en argumentos vinculados a lo religioso, frecuentemente fundamentalistas y que no invitan ni al diálogo ni a la búsqueda de la paz. Dicho todo esto, la pregunta puede seguir estando aún sin responder y aún sobrevuele el interrogante: “pero entonces, ¿a quién le pertenece la tierra?”. Las tres tradiciones Monoteístas -Judaísmo, Cristianismo e Islam- reconocerán que la tierra le pertenece a Dios, y que la humanidad habitará la misma para hacer uso de ella, sirviéndose de sus dones, y administrando lo creado con respeto y cuidado. Sin embargo, cada una de estas religiones también se adjudicará la legítima herencia de la misma y, entre tanto, la pregunta seguirá buscando respuesta. El punto neurálgico de este entra mado, que desde Israel se ha titulado “conflicto” y des de Palestina se ha experimentado como una ocupación, no debería estar en la legitimidad de la tierra sino en cómo dar testimonio, en nuestros días, de un modo com prometido y solidario de la brecha que mencionamos al comenzar con esta reflexión. Pensar en la soberanía territorial mediante argumentos religiosos sobrelo que pasa cotidianamente en Palestina e Israel es dejar que el árbol nos tape el bosque. Cientos de Derechos Humanos
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Pastor Iván Vivas (IELU)

Mencionamos el caso de Freedom Theatre ubica do en la ciudad de Jenin, centro cultural ubicado en un campo de refugiados/as palestinos/as que cuenta con muchas actividades relacionadas con el arte como fo tografía, cine, escritura creativa y el teatro. Este Centro fue creado como proyecto para el abordaje del miedo crónico, la depresión y el trauma que experimentan ni ños y niñas en ese lugar. Estuvo dirigido por Arna Mer Kharmis, una mujer que nació en una familia judía y vivió luego en Palestina ocupada. En 1993 se constru yó un teatro infantil que fue demolido por las fuerzas israelíes en 2002. En 2006 se reabrió con una gran sala con escenario y comenzaron a funcionar diferentes ac tividades artísticas a partir de un proyecto presentado por Juliano Mer-Khamis, el hijo de Arna, quién continuó al frente del Centro hasta que, en 2011, fue asesinado por las fuerzas del ejército israelí. Otra iniciativa que comenzó en 1998 en el campo de refugiados de Aida, en Belén, es el Centro Juvenil Alrowwad. Se trata de una organización sin fines de lucro centrada en la participación de niños, niñas, jóvenes y mujeres en el campo de refugiados/as y aldeas margi nadas, brindado talleres artísticos de música, danza tra dicional Palestina –Dabke-, cine, muralismo, entre otras disciplinas llevadas adelante bajo el lema de «Beautiful resistance», que busca inspirar cambios a partir de la producción de material artístico e intervenciones no violentas, a la vez que brinda herramientas para el desa rrollo profesional y artístico de sus participantes.
El arte es una forma natural de resistencia en nues tra propia vida, la creatividad nos salva de muchas formas, de amenazas externas e internas; nos despier ta otro mundo posible, nos ayuda a canalizar miedos, angustias, tristezas y también alegrías. Como acompa ñantes ecuménicos/as hemos tenido la posibilidad de experimentar, por un breve e intenso período, lo que significa para palestinas y palestinos vivir cada mo mento de sus vidas bajo ocupación militar. Los relatos nos han quedado grabados y las imágenes parecen vol ver a la retina cuando escuchamos una canción, reme moramos una obra de teatro, una pintura, un grafiti en la pared de un campo de refugiados/as o en el muro de separación. El arte está presente en cada rincón de la Palestina ocupada, recordando a su pueblo y a todos los pueblos del mundo, el derecho a la dignidad. En tierras palestinas, el arte ha significado una for ma de permanecer y trascender a pesar de las restric ciones, las muertes, el odio, las permanentes violacio nes a los Derechos Humanos. El Arte ha sido una forma de mantenerse vivos/as y también revelarse contra un sistema de opresión ininterrumpido durante décadas.
El arte en sus diversas expresiones encarna los de safíos, la historia, la cultura de cada pueblo en nuestro planeta. Cuando la vida está amenazada, la creatividad artística se vuelve grito y denuncia, a la vez que posibi lita reinterpretar la realidad para encontrar esperanza en la resistencia. Así es el caso de Palestina y su pueblo.
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El gobierno y el ejército israelí amenazan constan temente la supervivencia de las prácticas tradicionales, las expresiones artísticas, las costumbres milenarias, la permanencia del patrimonio cultural material e inma terial del pueblo palestino. Es así que se han detectado casos de apropiación de elementos y prácticas que ha cen a la identidad palestina; se imponen restricciones que imposibilitan la libre circulación por todo su terri torio e incluso otros por lo que en el caso de grupos musicales y otras expresiones artísticas se han visto impedidos de manifestarse tanto en los pueblos veci nos como en el extranjero; muchas veces el ejército is raelí establece multas económicas o expropiaciones de los productos de elaboración artesanal y también pri vaciones de libertad a integrantes de grupos artísticos; la destrucción o apropiación de monumentos o sitios históricos, entre otras tantas formas de hostigamiento y violaciones a los Derechos Humanos. Queremos mencionar algunos casos que pudi mos conocer, como una pequeña muestra del gran movimiento a nivel artístico que hay en la Palestina ocupada. La música está presente en todos lados, así como la danza, en las bodas, los cumpleaños, las no ches en algún lugar de encuentro en las ciudades más habitadas, en las escuelas, en centros culturales en diversas ciudades, villas y en campos de refugiados/ as. Se pueden encontrar varias iniciativas y proyectos donde se desarrollan talleres de teatro, de poesía, de escritura, de cine.
Estos dos centros son un pequeño ejemplo de in contables emprendimientos en áreas rurales y urba nas, que ven en el arte la posibilidad de construir una resistencia no violenta frente a la hostilidad cotidiana de la ocupación. La reflexión en torno a los Derechos Humanos y la expresión artística reivindicándolos, nu tren la esperanza de un pueblo que camina buscando, por diversas sendas, la anhelada paz. Fabricia Malán y Federico Plenc PEAPI, Fabricia Malán, 2012
El arte como resistencia

2http://www.ochaopt.org/documents/ocha%20flash%20upda te_fu_ein_rashash.pdfPEAPI. Paula Fogel, 2016. Juegos con los niños/as que presentaron demoliciones
- Sumarnos en acciones de solidaridad y ampliar las voces de palestinos/as e israelíes que desean una paz justa y duradera para la región. - Resistir creativamente junto con la niñez, los/as preferidos/as de Jesucristo, a quienes llamó, bendijo y abrazó. Ellos/as mismos/as nos interpelan en todos los contextos a trabajar por la vida digna y plena. No estamos solos/as, es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob que libera, cumple sus promesas y acompaña al pueblo, quien camina con nosotros y nosotras y nos sostiene en gestos, oraciones y acciones de solidaridad con quienes sufren y resisten, allí y aquí.
Paula Fogel
Todas las comunidades palestinas beduinas que corren riesgo de ser trasladadas/ocupadas están ubicadas en el Área C, el 60 por ciento de Cisjordania donde Israel mantiene un control civil y militar total. La ocupación, que traslada, desplaza forzosa mente y demuele hogares y estructuras es parte de la limpieza étnica que promueve el proyecto sionista en manos del ejército y la colonización Israelí; esta es una de las prácticas más crueles e inhumanas de las cuales hemos sido testigos.
Las niñas y los niños en Palestina tienen –tam bién- el derecho a una vivienda digna. La demolición y destrucción de bienes muebles e inmuebles viola el artículo 23 del Convenio de la Haya y el artículo 53 del IV Convenio de Ginebra. Los artículos mencionados es tablecen claramente que el ocupante: Estado de Israel, no puede destruir o apoderarse de propiedades en el territorio que está ocupando: Palestina, excepto si es «imperativamente exigido por las necesidades de la guerra», lo cual no es el caso de Ein Ar Rashash. En la aldea beduina de Ein Ar Rashash, distrito de Ramallah –Cisjordania-, más de la mitad de los 112 habitantes, son niños/as. Las familias viven en la zona desde 1990. Son, a su vez, desplazadas del Negev en 1948. La aldea está situada en un valle, una ruta de sen derismo israelí atraviesa todo el poblado, y sobre las co linas hay un campamento de entrenamiento militar del ejército; según los referentes comunitarios el proyecto de turismo presiona y acelera la ocupación y demoli ción de estructuras de la comunidad beduina. También cerca se encuentran los asentamientos –ilegales bajo el derecho internacional humanitario- de Ma’ale Efrayim, Shilo y Petza’el. Los y las residentes de Ein ar Rashash nos contaron que en 2015 los colonos israelíes comen zaron a construir estructuras cerca de su aldea. Ein ar Rashar figura entre las 46 comunidades de beduinos y pastores de la zona central de la Ribera Oc cidental que corren el riesgo de ser trasladadas por la fuerza debido al plan de anexión ilegal propuesto por el Gobierno de Israel; a esto se suma la fragilidad de las comunidades en el contexto mundial de pandemia.
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Con la alegría de los pequeños y pequeñas, siento que somos llamados a: - Informarnos sobre la situación que sufre la niñez viviendo cotidianamente bajo ocupación - Denunciar en nuestros contextos: comunidades de fe, escuelas, espacios culturales y artísticos la ocu pación de Israel sobre Palestina.
Ese día, los niños y las niñas, nos tomaron de la mano y nos invitaron a jugar. Era una tarde en febrero del 2016. Fuimos, junto a otras compañeras de PEAPI, hasta el corral de las cabras y de las ovejas y allí infla mos globos y jugamos haciéndolos volar por el aire. Mientras tanto, los adultos/as de esta comunidad be duina1, reconstruían las casas y las estructuras para sus animales que habían sido demolidas por las Fuerzas Is raelíes aquella mañana.
Con la alegría de las y los pequeños
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UN-OCHA) aquel día fueron de molidas un total de 43 estructuras, incluidas diez casas, 25 estructuras relacionadas con animales y ocho cocinas externas. Casi 60 personas, incluidos 38 niños y niñas, que residen permanentemente en la comunidad, fueron desplazadas, y otras 35 que residen allí por temporadas o que tienen sus estructuras de ganado en este sitio, se vieron afectadas de otra manera. Los y las residentes han permanecido en la comunidad en condiciones precarias.2
Como acompañantes ecuménicos/as, una de nues tras tareas de servicio consiste en acompañar a las niñas y los niños que viven bajo ocupación, brindar presencia protectora, y amplificar su reclamo a una vida digna y li bre de ocupación. A nuestro regreso, compartimos el tes timonio de lo que hemos visto y oído, con la esperanza de solidarizarnos con la niñez y con todo el pueblo palestino que lleva más de 70 años de derechos vulnerados, a causa de la ocupación y colonización que viven cotidianamente.
Un día más, niñas, niños, personas adultas y ancia nas, resistimos a la ocupación israelí de Palestina.
1 Personas nómadas que habitan en áreas de Cisjordania y la re gión. Su traslado está relacionado a las épocas de lluvia en los lugares desérticos; para poder alimentar a sus animales. Estas comunidades están compuestas por niñas, niños, jóvenes, adultos y ancianos. Sus es tructuras de vivienda y los corrales de animales son estructuras aptas para la movilidad y el traslado, dado su nomadismo.

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un pueblo que lucha por sus Palestina derechos
En este texto, «derechos» significa Derechos Huma nos, ese marco de acción que se vuelve una referencia global a partir de la Declaración Universal de los Dere chos Humanos, que en sus diferentes artículos recoge aquellos derechos humanos considerados básicos para todas y cada una de las personas. Luego se complemen tará y nutrirá con una serie de elementos normativos más, como son el Derecho Internacional Humanitario, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Penal Internacional, entre otros.
Bruno 1Nos referimos al castigo aplicado a un grupo de personas como resultado del comportamiento de uno o más individuos o grupos, algo que viola las leyes y convenciones internacionales de derechos.
Hablar de derechos en Palestina significa práctica mente hablar de vulneración de derechos. Incluso, des de hace ya más de una semana, familias Palestinas de Al Quds/Jerusalén están sufriendo la demolición y sabota je del cementerio de Al-Yusufiya, uno de los cementerios islámicos más importantes y prominentes de la ciudad ocupada de Jerusalén, por parte de las autoridades israe líes para construir un parque nacional bíblico. Esto re presenta un ataque hacia los derechos de tener inclusive un descanso eterno digno, pero también forma parte de una estrategia más amplia que incluye lo que se denomi na como «castigo colectivo»1o la aberración de retener -de manera definitiva o por un tiempo- los cuerpos de personas asesinadas y negarles a las familias la posibili dad de velar y despedir a sus seres queridos/as. Creo importante hacer algunas aclaraciones antes de comenzar. Primero, en este texto al hablar de Palestina nos vamos a limitar a Cisjordania y Jerusalén Este; no se incluye Gaza, no porque no se lo merezca –quizás incluso todo lo contrario- sino porque el Programa de Acompa ñamiento en Derechos Humanos desde el cual compar timos nuestras historias no tiene permitido ingresar allí por parte de las autoridades israelíes. Lo cual justamente constituye otra evidente vulneración de derechos. Segundo, lo que aquí se comparte es sólo una ínfima parte de las difíciles, duras pero también conmovedoras historias que se viven en nuestra entrañable Palestina. La experiencia de ser acompañante ofrece la posibilidad de conocer a grandes rasgos cómo es la vida bajo ocupación.
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Nuestra labor se centra en acompañar la vida diaria de las familias palestinas, convivir codo a codo, corazón con corazón con ellas e intentar que, con nuestra presencia, su situación -y la situa ción en general- mejore, en la bús queda de una paz justa.
El trabajo del PEAPI se fundamenta en acompañar a las personas que se ven privadas de sus derechos más elementales, y esto no se hace «solxs»; el Pueblo Palesti no cuenta con una nutrida diversidad de organizaciones de la sociedad civil que tienen como misión defender los derechos de su gente. Y es con muchas de estas organiza ciones, de Palestina pero también algunas de la Sociedad Civil Israelí que están en contra de la ocupación, con las que nosotrxs coordinamos acciones. Sorprendentemen te o no, la vulneración de derechos no es exclusiva ha cia las personas de manera individual, sino que también se ejerce hacia los colectivos. Hace muy poco tiempo, el Estado de Israel anunció que declaraba como «terroris tas» a seis reconocidas organizaciones independientes de DDHH palestinas, varias de ellas con las que PEAPI trabaja cotidianamente. Este ataque institucionalizado tiene como propósito negar el derecho a la libertad de reunión y asociación a la población palestina. Nuestro trabajo consiste en acompañar con nuestra «presencia protectora» a las personas que se ven vulne radas de alguno de sus derechos. Algunos de los ejes que considero más relevantes son el Derecho a la Educación, el Derecho a la Tierra, el Derecho a la Libre Movilidad, el Derecho al Agua, el Derecho a la Vivienda, entre otros. Cada uno de ellos se traduce en una serie extensa de si tuaciones en las que son negados o amenazados. En mi caso, tuve la fortuna de estar en la región de «Las Colinas al Sur de Hebrón», en la que existen muchas aldeas y pueblos pastores de tradición nómada o semi nómada. Acompañamos a lxs campesinxs a que puedan acceder a sus tierras y así realizar sus actividades pro ductivas y de sustento, o a los niñxs para que llegaran a la escuela luego de tener que atravesar colonias ilegales o puestos de control en lo que son habitualmente intimi dadxs, agredidxs, hostigadxs, vulneradxs. Con este texto, quiero rendir homenaje a Abu Nael y su familia, uno de los pastores que incansablemente conducía sus anima les hacia tierras de pastoreo que aunque le pertenecían a él o a alguien de su comunidad, estaban invadidas por colonias ilegales que lxs amenazaban y agredían perma nentemente. A pesar de eso, y a costa de su propia inte gridad, Abu Nael no se rendía y continuaba defendiendo sus derechos, incluso por el contrario, intentaba orga nizarse colectivamente con otxs pastorxs y convocaba a lxs más jóvenes con la intención de compartirles el amor, arte y oficio por la tierra, para enseñarles los caminos donde resistir el avance de la ocupación para preservar su cultura, su identidad y su historia.
Acompañar Pandemia en Cisjordania
la voz de quienes no son escuchados/as El Programa Ecuménico de Acompañamiento en Pa lestina e Israel (PEAPI) es un programa del Consejo Mun dial de Iglesias (CMI)1 que surgió en respuesta al llama miento de los líderes de las iglesias de Jerusalén pidien do solidaridad y apoyo de la comunidad internacional. Ante el sufrimiento y las violaciones a los Derechos Hu manos que impone la ocupación israelí, no alcanzaba con las declaraciones, y se hizo necesario poner el cuer po, estar allí: acompañar. El PEAPI tiene por objeto apoyar los esfuerzos lo cales e internacionales para poner fin a la ocupación is raelí y conseguir una solución al conflicto Israelí-Pales tino con una paz justa y duradera, basada en el derecho internacional y en las pertinentes resoluciones de las Naciones Unidas.
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Durante los últimos meses los eventos más crueles y violentos sobre la ocupación fueron la declaración de terroristas, por parte del Ministerio de Defensa israelí, a seis organizaciones de Derechos Humanos palestinas, la huelga de hambre en curso de los seis detenidos sin cargos ni competencias ante el tribunal –israelí-; tam bién la violencia de los colonos hacia el pueblo palesti no durante la recolección de aceitunas; por último, la excavación de tumbas del cementerio de Al Yousefiyya, cerca de la mezquita de Al Aqsa, para transformarlo en un parque judío. Traducción: Andrés López y Verónica Biech
En términos de la percepción pública, en Cisjorda nia se está actuando como si no hubiera COVID. Las es cuelas, los mercados, las mezquitas, los centros comer ciales, los salones de eventos, las universidades y otras instituciones funcionan con total normalidad. En Gaza, la situación es muy similar pero con mayores tasas de infección y muerte asociadas al COVID.
Andrés López tuvo un intercambio de mails con Ha med, uno de los tantos palestinos que vive bajo ocupa ción. La charla se centró en la actualidad palestina en esta crisis sociosanitaria mundial. Aquí compartimos un extracto de ese intercambio.
Este Programa comenzó su tarea en el año 2002 y, desde que se instaló en América Latina, en el año “ “ En la noche que respondo estas preguntas, más de 30.000 colonos israelíes celebran el llamado «Cumpleaños de Sara» en Hebrón, mientras causan estragos en la po blación palestina.
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En relación a las vacunas, no hay problemas con el suministro –a través de Israel o de la ONU-, sin embargo, hay un número relativamente bajo de personas vacuna das que se debe a la desinformación, información erró nea o por el contrario, a la sobreinformación. Al comien zo de la distribución, Israel compró cantidades masivas y fue uno de los primeros países en tener una alta tasa de vacunación; pero a pesar de esto, el entonces primer ministro, Benjamín Netanyahu, optó por no entregar las vacunas adicionales a las autoridades palestinas sino uti lizarlas como soborno político, algunas de ellas se entre garon a países musulmanes con los que se quería esta blecer relaciones, como por ejemplo, Senegal. La ocupación ha continuado con sus políticas sin cesar. Con o sin la pandemia, los ataques de los colonos han alcanzado su punto más alto; también lo hicieron las demoliciones de casas, los ataques en Jerusalén -recientemente desenterrando un cementerio musul mán para convertirlo en un parque religioso-, la gue rra contra los prisioneros, algunos que han estado en huelga de hambre durante más de cien días y a algunos les renovaron la detención administrativa por seis me ses adicionales a pesar de que todavía están en huelga de hambre; por otro lado, también se aprobó la cons trucción de más de tres mil viviendas en las colonias israelíes, a pesar de la condena internacional.
Gisela Cardozo Lic. y Prof. en Ciencia Política. Magíster en Derechos Huma nos. Vicepresidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Argentina. Acompañante ecuménica en 2012. Correo electrónico:Instagram:peapi.argentina@gmail.comFacebook:/PEAPIargentina@peapi.argentina
“ Quienes participamos del Programa pertenecemos a distintos credos o a ninguno, tenemos nuestras opiniones diversas y nos dedicamos a distintas cosas en nuestra vida coti diana, lo que tenemos en común es el deseo de una paz justa y duradera en la región.
A veces parece que la distancia entre estos dos puntos del globo terráqueo es infranqueable: es lejos, se ha blan otros idiomas, la cultura es distinta en muchas cuestiones. Pero cuando vemos a una madre que hace todo lo que esté a su alcance por el hijo que las fuerzas israelíes se han llevado detenido en medio de la noche, vemos que esa distancia no es tal. Cuando jugamos a la pelota con los niños/as en el campo de refugiados y nos hablan de Messi, comprendemos que hay mucho en común entre nuestros pueblos. Cuando nos invitan un café o té en alguna casa y nos hablan de sus problemas, sus ilusiones, nos reconocemos en esa historia de despojos coloniales y de luchas cotidianas. ¡Eso de intenta rarreglar el mundo en una charla de café es igual! Esas mujeres que nos hablan de sus derechos y sus deseos, con las que compartimos otras historias de opresión.
PÁGINA VALDENSE I 9 2010, hemos participado más de sesenta acompa ñantes ecuménicos/as de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Uruguay. Cada acompañante se convierte en testigo privile giado/a de lo que ocurre en Palestina e Israel. Hemos estado en el territorio observando, viviendo con las comunidades y acompañando la cotidianeidad de quie nes viven bajo ocupación. Por medio de la labor de los/as acompañantes ecu ménicos/as, el PEAPI pone en evidencia la violencia de la ocupación israelí, las violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario abo gando por el fin de esta situación. Los/as acompañantes ecuménicos/as hacemos ta reas diversas como acompañar acciones no violentas, observamos y monitoreamos los puestos de control y puertas agrarias, acompañamos a niños y niñas a la escuela, a pastores con sus animales y a granjeros/as a cultivar cuando la violencia de los colonos es una amenaza constante; acompañamos a las familias cu yas casas son demolidas y cuyos miembros son deteni dos/as, estamos con las comunidades en sus celebra ciones religiosas, hacemos actividades en los campos de refugiados/as, trabajamos coordinadamente con organizaciones no violentas israelíes y palestinas, en tre otras tantas.
Al regreso de tres intensos meses al servicio de la paz, nuestra tarea es brindar testimonio, contar de primera mano lo que hemos visto, amplificar la voz de aquellos/as que no son escuchados/as... porque una ocupación de más de cincuenta años ya no es noticia.
1El Consejo Mundial de Iglesias es una comunidad de 349 iglesias de más de 110 países, que representan más de 500 millones de cristia nos y cristianas en todo el mundo, es la mayor y más representativa de las muchas expresiones organizadas del moderno Movimiento Ecumé nico, cuyo objetivo es la unidad de los cristianos. Más información en https://www.oikoumene.org/es
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“ Podemos aprender de sus luchas por la memoria, la verdad y la justicia, tanto como podemos enseñar. Nuestros pueblos originarios viven el mismo arraigo con el territorio y con los bienes de la naturaleza. Compartimos una historia de pueblos colonizados que buscan su libertad. ¿Cómo no entender el dolor y la frustración de la injusticia cotidiana si la vivimos en carne propia? ¿Cómo no sentirnos igualmente avasallados cuando las potencias del mundo deciden sobre nuestros pueblos y nuestra tierra sin consultarnos? ¿Cómo obviar que las armas que compran nuestros Estados para reprimirnos han sido testeadas con el pueblo palestino? “
Relato de un encuentro PÁGINA VALDENSE I 10
«Mi fe conmigo»crece
«Podemos empezar de dos formas -le dije-, vos me contás un poco de tu vida y yo te voy preguntando lo que me emocione o me mueva, o te pregunto: ¿para vos que es la fe? y desde ahí vamos conversando». Ensegui da me dice: «Bueno, ta, arrancamos así entonces. Me voy a acomodar. ¿Qué es para mí la fe?...» Es domingo de noche y nos videollamamos porque estamos a 600 km de distancia y porque esta manera nos facilitó sentirnos más cerca. Es domingo de noche porque pese a todo el esfuerzo, la cotidianidad de cada una no dispuso otro momento antes, pero sí este, que es, siendo sincera, muy íntimo, lo suficiente para hablar de fe y la experiencia propia.
¡Qué maneras misteriosas!, ¿no?; le digo, pero en realidad es una pregunta que me hago a mi o a na die en particular. «Si, a veces pasan muchas cosas, hay muchas vueltas y ahí identificas que te está respon diendo», me dice. Insisto con el ejercicio de compartir interrogantes surgidos a partir de la charla. Le pregunto: ¿Es necesa rio que suceda una ruptura dolorosa de la realidad, un hecho fatídico o la fe acontece desde antes y eso nos ayu da a sobrellevar los momentos? Ella, pensando un poco pero no demasiado, me dice: «La fe es tener la llama de la esperanza prendida. Para mí, pasa primero y después, en los momentos de dolor y de sufrimiento, se intensifica». Me cuenta que escucha mucho a un padre brasile ro que habla con una narrativa muy cotidiana, para las personas de a pie, para la gente simple y me comparte una analogía que hace el entre ejercitar el cuerpo y“ “ «Tengo fe en Dios y tengo fe que Dios va a obrar para que lo que yo quiero o espero se dé de cierta manera. A veces una no entiende cuando los resultados no son lo que se espera, no son positivos o no son exitosos, ¿no? Pero después que pasan ciertas cosas, con la experiencia, una va aprendiendo que quizás no fue positivo o no fue lo que quería pero las cosas se dieron de la mejor manera posible igualmente. Creo que todo se va a dar para que sea bueno para mí y en mi caso... Después entendés que por algo pasó y que la respuesta a lo que vos querías o pedías vino pero de otra manera. Es cuestión de entender las respuestas».
Ella me habla del lenguaje, y del poder de la comu nicación. Entender las respuestas es un esfuerzo y un ejercicio de fe. Me cuenta acerca de las experiencias reli giosas. Y adelantándose a mi próxima pregunta me dice: «Tuve un momento donde se me quebró la fe. Fue cuando falleció papá. No solo eso, si no que por mo mentos dejé de creer y empecé a cuestionar. Yo pedía por su salud, y por su vida con tanta fe que llegaba a ser desgastante para mí, iba a la iglesia y deposita ba toda mi energía y toda mi fe en el pedido para que él se curara, se sanara y no sufriera, entonces cuan do falleció sentí mucha frustración y fue, sin lugar a dudas, la fe la que más se vio afectada. Mi fe se sintió movilizada, tambaleante y yo pasé meses descreída. Fue cuando entré en depresión y ahí fui a hablar con el padre de acá». Hace una pausa y continúa «iba a comprender que el sufrimiento sí estaba pero la fe también, además es taba la esperanza de salir adelante; y que hay cosas que son inevitables, como la muerte. No existe poder que pueda cambiar las cosas cuando llegó la hora y, sin lu gar a dudas y en el caso de papá, la muerte fue lo que yo tanto pedí. Yo pedía que él estuviese bien, que pa rara de sufrir, y era a través de la muerte que estaba encontrando todo eso. Entonces después aceptas, ves y entendés lo que en el momento no: que tu fe y tu pedi do fueron concedidos. A veces a través del fracaso y las cosas negativas que te pasan encontrás la enseñanza y ahí está manifestada la fe».
«...Para mí la fe es creer, ¿no? Creer en algo, tener la seguridad de que algo de lo que vos esperas va a pa sar, con la convicción de aquello que no ves. Tengo fe en algo que no veo pero asimismo creo y tengo confianza de que eso es lo que me va a ayudar para que se den las cosas. Yo pienso así, y mi fe es cristiana». Me quedo en la última parte de la frase, «mi fe es cristiana». Pronto iba a descubrir que esa manera de decirlo se correspondía con la rebelión de su fe. Vuelvo a modo escucha, un poco tarde, pero ella sigue…
PÁGINA VALDENSE I 11 ejercitar la fe que termina más o menos así: si vivís toda tu vida sin fe, cuando te pasa algo y recurrís a Dios, te va a costar mucho más porque pasaste una vida entera sin ejercitarla. También me dice que escucha a Jorge Bucay, que también habla de fe a través de los cuentos. Ahí me acuerdo de Fernando Silva, un personaje de Galeano que es médico, cura tocando y contando, que es otra manera de tocar, y entonces me acuerdo de «el jardi nero fiel» y de su costumbre familiar de contar cuentos para responder las preguntas sobre la vida y el alma. Ya que estamos, les dejo la invitación para leerlos, sobre todo desde la ternura que estos relatos proponen. Volviendo a la charla, le traigo a Rubem Alves, que dice en una entrevista de hace muchos años: «meu deus e um deus que faz musica e coleciona cuadros e faz jardims. Natureza, beleza e arte são nomes que dou ao meu deus». Eso me hace tener fe en que el mundo nuevo, es acá y es posible. Para mí, Dios está en la comunidad, en el fogón prendido, en la risa de los niños y niñas, en el perro que se echa a descasar a tu costado, en el jardín. Dice también que la iglesia entiende la fe como creer en ciertos objetos trascendentales, pero no saben que la fe es muy parecida a los voladores de ala delta. ¿Qué sienten cuando van corriendo hacia el precipicio y ven adelante de ellos apenas el buraco inmenso, abis mo y se lanzan? La fe es más o menos lo mismo, lanzar se al abismo para continuar el vuelo de la vida. «Bueno» -me dice ella- « yo tenía una compañera de trabajo que es evangélica y me encanta de ellos que no tienen virgen, santos, imágenes. No hacen prome sas, hacen pactos. Mi hermano es umbandista y cree en Dios y tiene su fe desde ese punto de vista. Para mí, se trata de rescatar toda esa diversidad de experiencias.
Cada una lo encuentra de la manera que puede. Lo más importante es saber hablar con Él y poder interpretar las señales, las respuestas. Soy católica pero tengo mi manera de hablar con Dios, de practicar la fe. No me gusta la imposición, si yo le hablo, Él me va a entender de la misma manera que entiende a quien se arrodilla y reza las oraciones aprendidas. No se mide la fe por cuanto tiempo pasamos dentro de la iglesia. No va por ese lado. Yo converso con Él, Él me escucha y me atien de, e interpreta mis lágrimas mejor que nadie. Dios no castiga,Continúaenseña».diciendo que todo, por algo pasa. «Hay momentos que te llevan a acentuar la fe o a perderla. Está comprobado que quien lucha contra una enferme dad, pasa mejor quien tiene fe que quien no la tiene. La fe es activa y positiva. No hay que confundirse, y sentar se a esperar, porque total se tiene fe».
«Mi fe crece conmigo», me dice. Me fijo en esas pa labras y cómo si el link fuera obvio, me dice «pienso en el patio de la casa. Cuando era chica estaba lleno de verde, la parra, el pomelo, la pitanga, los naranjos y los limoneros. Había unos juegos de madera más al fondo para nosotras. Poco a poco se fue muriendo, devinien do en marrón. Y así, igual que cómo se murió, un día empezó a vivir de nuevo. Y se llenó de vida y de flores. Los pájaros volvieron al hotel de madera que un día colgamos. Las orquídeas florecen porque les gusta ese lugar y los frutos tienen sabor otra vez». «Gracias por acordarte de mí», me dice cuando nos despedimos. Pienso que tal vez no sabe lo presente que está en mi vida. Nota mental: hacérselo saber más a menudo. «Fue un placer conocernos más», le respondo. No tengo muchas certezas y poco se de las cosas, pero mi esperanza quiere que mi fe viva y crezca con migo, como la de Carolina, y como el jardín que vi cre cer también con los años. Gracias Caro por la inspiración, por aprender y com partirlo. Fernanda Quiró Saldaña El Jardín de Carolina “ “ Me habla de empatía, de solidaridad, de amor al otro y la otra, me dice que la fe no va sola a ningún lado, que hay que condimentarla con lo anterior. Me cuenta que se ha enojado, que le ha reprochado, que la ha maldecido y que la ha vuelto a buscar. Me dice que necesita ejercitarla y tenerla siempre fortalecida y que eso le ha llevado años y muchas situaciones límites.

Su tambor de guerra no sonará más alto[miquealiento. Suheir Hammad Suheir Hammad nació en Ammán (Jordania) en 1973 en una fa milia de refugiados palestinos, y está radicada en Nueva York, donde reside desde su infancia. Escritora, actriz y activista política. Su poesía, sobre la que traba ja también en el aspecto de la puesta en escena y el recitado de viva voz, constituye una exploración sobre la identidad, el exilio, la femi neidad y la lengua, en la que se inmiscuyen hechos de la actualidad de nuestro tiempo. Ilustración de Martin French
No bailaré al ritmo de su tambor de guerra. No prestaré mi alma y mis huesos a su tambor[deguerra. No bailaré a su ritmo. Conozco ese ritmo, es un ritmo sin vida. Conozco muy bien esa piel que usted golpea. Estuvo viva aún después de cazada, robada,[expandida.
PÁGINA VALDENSE I 12 Conexiones Espacio del Movimiento Juvenil Valdense | Año XXI |Noviembre2021| conexionesvaldense@gmail.com
Lo que haré1
No bailaré al ritmo de su tambor de guerra. Yo no voy a estallar por usted. Yo no voy a odiar por usted, ni siquiera voy a odiarlo a usted. No voy a matar por usted. Especialmente, no moriré por usted. No voy a llorar la muerte con asesinato ni suicidio. No me pondré de su lado ni bailaré con bombas [porque todos los demás están bailando. Todos pueden estar equivocados. La vida es un derecho, no un daño colateral[ocasual. No olvidaré de dónde vengo. Yo tocaré mi propio tambor. Reuniré a mis amados cercanos y [cantonuestroserá danza. Nuestro zumbido será el ritmo. No seré engañada. No prestaré mi nombre ni mi ritmo a su sonido. Yo bailaré y resistiré y bailaré y persistiré y bailaré. Este latido de mi corazón suena más alto[laquemuerte.

“ Es justamente en este contexto di fícil que, proyectos como «Crece Selva Misionera», se vuelven semilla de es peranza y muestra clara de que, con planificación y trabajo en conjunto, es posible revertir la situación que estamos viviendo.
Es justamente en este contexto que se origina el proyecto «Crece Selva Misionera», diseñado y ejecuta do por la Fundación Hora de Obrar y acompañado por la Organización «Wrot Fur die Welt», desde el cual se busca la reforestación con especies nativas en la ribera de los cursos de agua y campos en la provincia de Mi siones, Argentina, así como la sensibilización sobre la importancia de las acciones que reduzcan la deforesta ción y promuevan el cuidado de la biodiversidad.
Mediante la iniciativa se buscó siempre articular con diferentes instituciones no gubernamentales como con el Estado en sus diferentes niveles, para poner lo mejor de cada uno en el logro de las acciones. Tareas que van desde la reforestación en sí misma, en este sen tido, hasta noviembre 2021 llevamos plantados 75.000 árboles nativos de mas de 25 especies diferentes. Plan tados con mas de 100 productores y productoras, así como también con ocho comunidades mby guarani. Junto a la reforestación se van realizando encuentros y talleres de educación ambiental en donde iglesias, es cuelas, clubes y municipalidades son los espacios más recurridos y necesarios para poder dialogar sobre el cuidado de nuestra casa común.
Selva Misionera Crece
En los últimos años, y por medio de la Fundación Hora de Obrar, la Iglesia Evangélica del Rio de la Pla ta ha trabajado para identificar espacios de acción en los que la sensibilización, incidencia y planificación de proyectos de trabajo en conjunto con otros organismos pudieran marcar la diferencia.
Los árboles también son agentes imprescindibles para conservar el agua y reducir la erosión del suelo y la se dimentación de los ríos.
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Invitamos a todas aquellas personas, empresas o ins tituciones que quieran sumarse a colaborar para poder llegar a mas productores y productoras, para ello pueden ponerse en contacto con desarrollo@horadeobra.org.ar Esperamos en el próximo año llegar a plantar los 180.000 árboles nativos que son nuestro objetivo, y contagiar con nuestro mensaje de Fe en acción a mu chos y muchas a que puedan acompañarnos en esta búsqueda de un mundo sustentable.
Diseñar, alentar y acompañar iniciativas que pro muevan la sustentabilidad y la justicia climática es par te fundamental de nuestra misión como Iglesia.
Romario Dohmann Coordinador Juvenil General de la IERP Integrante del Equipo Coordinador de la Pastoral de Promo ción del Cuidado de la Creación de la IERP -FHdO Coordinador del Programa de Reforestación de bordes de arroyos para la mitigación del cambio climático, en la Provincia de Misiones, Argentina de la Fundación Protestante Hora de Obrar
Sabemos que, aunque habitamos el planeta dife rentes y diversas especies, sin dudas, la que mayor de gradación del ambiente genera es la especie humana. El modo de producción capitalista, ávido de materias primas, provoca que cada vez haya más ríos y napas de agua contaminados, tierras desertificadas e importan tes modificaciones del clima, entre otras consecuencias.
A pesar de la sequía prolongada e incendios, y aún en estos complicados años de pandemia, estamos muy orgullosos y orgullosas de los contactos establecidos en este tiempo, de las especies que pudieron plantarse y de todo lo que está por venir.
Particularmente, la deforestación, disminución o eliminación de la vegetación natural es una de las consecuencias del modo de producción actual que más nos preocupa. La situación actual de la Selva Paranaense o Selva Misionera, fuente de biodiversidad, de agua y fijadores de carbono, es realmente crítica: sólo queda un 7 por ciento de su superficie original. Mientras que en Para guay y Brasil ha sido prácticamente destruida, la mayor parte remanente se encuentra en Misiones, Argentina. Un método para revertir el daño causado por la deforestación es la reforestación, que consiste en plantar árboles donde ya no existen o quedan pocos, cuidándolos para que se desarrollen adecuadamente y puedan regenerar un bosque. La reforestación en nuestro día a día es una operación esencial para la su pervivencia de los seres vivos. Sin la reforestación, el conocido efecto invernadero aumenta; y es que el calor de la tierra se retiene en la atmósfera debido a que los niveles de Co2 y otros gases no permiten que sea liberado. Así, los árboles son los encargados de arrastrar y filtrar este Co2 no sólo eli minándolo de la tierra, si no convirtiéndolo en oxígeno.
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«Cuando ya se encontraba Jesús cerca de Jericó, un ciego que estaba sentado junto al camino pidiendo li mosna, al oír que pasaba mucha gente, preguntó que sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, y él gritó:¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Los que estaban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más todavía: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús de detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca, le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego contestó: Señor, quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: ¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado. En aquel mismo momento el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto, también alababa a Dios». (Lucas 18: 35-43)
Es importante notar que el pedido del ciego no es motivado simplemente por el querer ser curado, sino también por la fe. En efecto, Jesús no le dice: tu deseo te ha salvado, sino tu fe te ha salvado. Muchas oraciones de enfermos/as y por los y las enfermas, son muchas veces inspiradas por el deseo de curación y no por fe. Una oración de deseo y la oración de la fe se parecen mucho y aún las palabras pueden ser las mismas, pero son distintas, tan diferentes como son el deseo y la fe: el deseo tiene origen en nosotros/as, la fe en el Señor. Así el ciego de Jericó espera y cree, espera porque cree. Jesús insiste sobre la fe pues ella es la que cuenta. No porque la fe sea una finalidad en sí misma, sino por que es fe en Él. Porque en Jesús se cumple lo anunciado por el profeta Isaías: Él ha cargado nuestras enferme dades y todos nuestros males. Ese es el corazón mis mo del anuncio evangélico: nuestras enfermedades son parte de la pasión misma del Señor. Así como Él carga con nuestros pecados, así también carga con nuestras enfermedades, como lo anuncia indirectamente, «por que estuve enfermo y me visitaron» (Mateo 25.36). Pero, y al mismo tiempo, si nuestras enfermedades son partes de la pasión de Cristo, también son parte de su Resurrección, primicia de la nueva creación del hombre y de la mujer nuevos. Así nuestra esperanza nace, no de nuestro deseo de vivir y de curarnos, sino del hecho que el Señor vive. Por ello aún en medio de nuestras en fermedades y aún de nuestro último suspiro, podemos tener la confianza de que ya hemos sido «curados/as y sanados/as en Esperanza» en nuestro Señor Jesucristo. sufre
La oración de PÁGINA VALDENSE I 14 omunicándonosCEspacio de la Federación Femenina Evangélica Valdense
Jesús pregunta al ciego que quiere, pero por cier to esta es una pregunta superflua, pues que puede desear un enfermo/a sino sanarse. Un/a enfermo/a quiere ante todo y por sobretodo curarse, no otra cosa. Quien ha estado enfermo/a sabe que es así. Jesús escucha el pedido del ciego, como lo ha hecho con los pedidos de curación que le fueron solicitados. Para Él, la curación de los enfermos/as y la evangeli zación y servicio a los/as pobres y necesitados/as son dos signos característicos de que con Jesús el tiempo de salvación ha llegado. Así, donde pasa Jesús la vida florece, pues Jesús puede y quiere la sanidad de todos/as. Por cierto, hay que agregar que las curacio nes en los Evangelios son hechos excepcionales -no to dos los enfermos y enfermas fueron llevados a Jesús para ser curados/as-. Es decir, para nosotros/as, los relatos de curación de los Evangelios, son señales del amor de Dios por nosotros/as y no una simple finali dad en sí mismas. Lo importante entonces es que Dios quiere la salud, la vida de las personas. Y las curacio nes son signos que anticipan la vida eterna que nos trae el Reino de Dios en Jesucristo a la cual estamos llamados/as y esperamos. Por otra parte, no todos los pedidos de curación son logrados, como en el caso de Pablo (II Corintios 12: 7-9). Suele sucedernos que frente a una enfermedad, lógicamente, nos inquietamos: sanaré o no, nos pre guntamos. Esta inquietud se transforma a veces en una especie de pérdida gradual de la esperanza. En tonces puede ocurrir que no pidamos ya sanarnos totalmente, sino mejorar un poco. Después, cuando vamos flaqueando en las esperanzas, pedimos no ya sanarnos totalmente o simplemente mejorar, sino no sufrir inútilmente, y en los casos más extremos, se pide que la muerte llegue lo antes posible, lo contra rio de lo que se comenzó pidiendo. Con ello vemos la debilidad de nuestra esperanza, lo contradictoria que es. Por ello, por ser la nuestra una esperanza li mitada, pequeña, sólo la esperanza que viene de Jesús puede, finalmente, salvarnos.
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1Gareca, E., “Desafíos de decolonizar conceptos teológicos” en Revis ta de Interpretación Bíblica Latino-Americana (RIBLA), N° 82, 2020/2, Quito, Ecuador. Link: https://www.centrobiblicoquito.org/ribla/
Otra cuestión importante es reflexionar respecto a nuestros preconceptos sobre estos temas, como así también cuestionarnos sobre las lecturas simplistas y cerradas con las que nos han educado para interpretar la Biblia. Para así poder acercarnos al mensaje libera dor y de vida buena para toda la Creación que nos trae el Evangelio, y de esta forma, poder construir lecturas comunitarias que promuevan el proyecto de justicia de Dios y que nos ayuden a desarmar la violencia, que muchas veces ha sido justificada y legitimada desde la interpretación bíblica. Yanina Vigna Equipo editor
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Les invito a leer el relato del encuentro de Jesús con la mujer sirofenicia -o cananea, o no judía, como también se la nombra-, que se encuentra en los Evan gelios de Mateo (15: 21-28) y de Marcos (7: 24-30). Es un ejercicio interesante poder leer y comparar la forma de contar de cada evangelista, buscar el énfasis en cada uno, lo que nos llama la atención de las simili tudes y Leerdiferencias.laBiblia, de manera solitaria o comunita ria, conlleva el desafío del encuentro intercultural de quienes leen con quienes escribieron esos relatos hace tanto tiempo atrás. Es decir, se abre un diálogo entre el mundo de lxs lectorxs y el mundo bíblico. Asistir a esa posibilidad que habilita la relectura bíblica es también una responsabilidad, ya que supone una mirada crítica y atenta para descubrir lo que manifiesta el tejido del texto con sus particularidades contextuales -religiosas, culturales, sociopolíticas, económicas, literarias, etcé tera-. Como dice Elizabeth Gareca: «Las culturas determinan los textos y el lenguaje, en ellas se originan. No olvidemos que la exégesis es una exploración de la humanidad en sus memorias ances trales y fundantes que fueron recogidas por la memoria social de un pueblo lo cual da sentido a nuestra fe hoy. Por ejemplo ¿cómo vivió Jesús en la memoria de quienes escribieron la experiencia de él? El texto es expresión de una conversación como encuentro, como interacción. El texto muestra densidad de significaciones culturales y sociales del momento en que se produjo. Es importante identificar la retórica del texto que lo constituye, enten dida esta como el ambiente de la conversación y la inte ractuación de emociones que lo producen.»1
Desde esta perspectiva, leemos los dos relatos del encuentro de Jesús con la mujer sirofenicia y podemos comenzar por hacernos algunas preguntas que nos ayuden a despejar nuestros prejuicios y a profundizar en el mensaje liberador de estos textos. Por ejemplo, podríamos indagar en la información que figura al ini cio del relato respecto al lugar geográfico hacia dónde va Jesús -la región de Tiro y Sidón- para conocer más sobre este lugar, su cultura y religiosidad, cuestiones sociales, políticas y económicas que nos ayuden a en tender mejor el contexto y así descubrir otras posibili dades de lectura. También podemos preguntarnos acerca de la realidad de las mujeres, o de las personas que eran consideradas poseídas por el demonio, qué su cedía con ellas en aquellas sociedades y comunidades.
transformadores Encuentros
En esta actitud dispuesta a aprender del encuentro con el texto bíblico, nos disponemos también a ver con ojos críticos y atentos nuestra realidad, nuestro propio contexto local, regional y global con sus particularidades culturales, sociopolíticas, religiosas, económicas, etc.

Sobre esta tierra hay algo que merece vivir: sobre esta tierra está la señora de la tierra, la madre de los comienzos, la madre de los finales. Se llamaba Palestina. Se sigue llamando Palestina. Señora: yo me rezco, porque tú eres mi dama, yo merezco vivir. Mahmud Darwish (Al-Birwa, 1941 - Houston, 2008). Fue el 2do de 8 hijos. Su aldea fue destruida en 1948 con la creación del Estado de Israel y su familia se exilió en el Líbano. Después entró clandestinamente y se instaló en Galilea. Fue arrestado varias veces en las décadas de 1960 y 1970 por sus escritos y su actividad política. Fue miembro del Comité ejecutivo de la OLP hasta su discrepancia con los Acuerdos de Oslo en 1993. Muchas de sus poesías se hicieron música también.
Sobre esta tierra hay algo que merece vivir: la indecisión de abril, el olor del pan al alba, las opiniones de una mujer sobre los hombres, los escritos de Esquilo, las primicias del amor, la hierba sobre las piedras, las madres erguidas sobre un hilo de flauta y el miedo que los recuerdos inspiran a los invasores.
Sobre esta tierra hay algo que merece vivir: el fin de septiembre, una dama que entra, con toda su lozanía, en la cuarentena, la hora del sol en la cárcel, una nube que imita un grupo de seres, las aclamaciones de un pueblo a quienes ascienden a la muerte sonriendo y el miedo que las canciones inspiran a los tiranos.
Sobre esta tierra

