Noviembre de 2020.
Número 577
Año 69
¿QUÉTENEMOSPARADECIR- HACER FRENTEALAVIOLENCIADEGÉNERO? El 25 de noviembre de 1960 tres mujeres que luchaban contra la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana fueron cruelmente asesinadas. Eran las hermanas Miraball, Minerva, Patria y María Teresa, defensoras de los derechos ciudadanos de las mujeres en su país. 39 años después, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó este día como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Hoy en Uruguay hay una denuncia de violencia de género cada 13 minutos y un femicidio cada 12 días. Una encuesta del Sindicato Médico del Uruguay laboral expresa que el 80% de las médicas sufrió violencia psicológica y 15% violencia sexual en su trabajo, cómo ejemplo... Hermanas Miraball
Como Iglesia, como organización cristiana ¿qué tenemos para decir este mes de noviembre? ¿A qué nos invita Dios en el compromiso por llevar adelante su Reino? Seguro nos corresponde dar una voz de alerta contra este flagelo, que no es el único, que no es la única forma ni motivo de violencia para nuestra especie, pero es un motivo fuerte; una causa en rojo en nuestra sociedad. Un motivo que hace que la mitad de la población, por su condición de género tenga que luchar por sus derechos, tenga que visibilizar las situaciones en las que las oportunidades no son iguales para todes. Que tengan que denunciar que por ser mujeres son relegadas, maltratadas y asesinadas.
Como cristianes no podemos minimizar esto porque hay otras causas u otras personas que sufren. Todo lo contrario, como todas las causas de injustica no debemos ser indiferentes, tenemos identificar las pequeñas acciones que alimentan día a día estas relaciones de poder y sufrimiento. Debemos denunciar pero también ejercer esa lucha invisible, cotidiana, eso que hizo Jesús: analizar su entorno, ver las injusticias, hablar de ellas y proponernos un compromiso que no es otro que la lucha contra ellas. El amor al que Dios nos llama, esa espiritualidad que tanto bien nos hace, ese abrazo que buscamos en estar juntes y proclamar su Palabra tiene que ser para todes. Una relación en la cual una persona se siente más que otra, que se cree con derecho a decidir por ella, a limitarla en sus libertades, a castigarla y hasta arrebatarle la vida no es permitida en este proyecto de vida que Dios nos propone. Se trata de la revolución del amor, del amor de Dios reflejado en Jesús. Quienes conocemos a Jesús buscamos la presencia de Cristo en medio nuestro, como signo de esta Nueva Creación. Su vida y su muerte fueron testimonio de que Dios ama el mundo y quiere revertir las estructuras de dominación y opresión que lo rigen. Jesús iba por ciudades y pueblos predicando y anunciando el evangelio y el reino de Dios con sus doce discípulos, pero también con mujeres que lo acompañaban y aportaban sus dones (Lucas 8:1- 2). Jesús iba a visitar mujeres e