Movimiento Juvenil Valdense | Año XVIII | Junio 2015 | conexionescaj@gmail.com
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En esta oportunidad, al igual que el Página, estaremos tratando de dar un abordaje a los grandes cambios culturales, cambios que van modificando el mundo y nuestras vidas al igual que el modo de sentirnos cristianos. Para referirnos a ésto hemos elegido el siguiente texto: «Un sábado,Jesús caminaba entre los sembrados, y sus discípulos, al pasar, comenzaron a arrancar espigas de trigo. Los fariseos le preguntaron: -¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en Sábado? Pero él les dijo: -¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron necesidad y sintieron hambre? Pues siendo Abiatar sumo sacerdote, David entró en la casa de Dios y comió los panes consagrados a Dios, que solamente a los sacerdotes se les permitía comer; y dió también a la gente que venía con él. Jesús añadió: - El Sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el Sábado. Por esto, el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el Sábado.» (Marcos 2: 23-28). Cuando hablamos de cultura, estamos haciendo referencia al conjunto del conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos o capacidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de la sociedad. Sucede que a lo largo del tiempo estas cosas se van transformando de acuerdo, o no, a las necesidades o inquietudes de la época. Lo que muchas veces no se puede evitar, es la tensión entre las partes disputantes dentro de una sociedad. Nuestra sociedad se está cuestionando varios conceptos, como lo son familia, Estado, educación, y también cultura, entre otros; y es gracias a ese proceso de crítica reflexiva que se viene dando a lo largo del tiempo que muchos cambios se están produciendo hoy en día. La cultura también incluye lo que conocemos como tradición; y en ocasiones se comete el error de considerarlas sinónimos. La palabra “tradición” en sí se deriva del latín tradere o traderer, literalmente significa transmitir, entregar, dar para su custodia; en cuanto a lo que se transmite se suele valorar como lo “sagrado”, y por tanto como algo incuestionable. Igualmente es importante recordar que las tradiciones son creaciones que encuentran sus orígenes en determinados momentos históricos. Se nos hace inevitable encontrar una contradicción porque la tradición es muchas
veces la representación de la resistencia al cambio, cuando en realidad es una parte activa de nuestra cultura y no implica una verdad absoluta. Si realmente la tradición se encarga de transmitir lo que consideramos esencial de nuestras formas de vida, no debe escapar al análisis y la reflexión, porque de no ser así terminaríamos reproduciendo una sociedad basada en injusticias,y en la que la tradición solo cumple la tarea vacía y deshumanizante de justificar y naturalizar las mismas. Creemos fundamental no dejar de preguntar y preguntarnos.¿Qué somos?,¿Qué hacemos?. Nuestras costumbres, nuestra tradición, ¿reflejan lo que creemos?... ¿Vivimos como pensamos o pensamos como vivimos? Opinamos que es muy importante que realmente nos volvamos hacia nosotros mismos para cuestionarnos, y seamos capaces así de realizar una mirada desde lo sincero a nuestras costumbres y formas de vivir. Reconozcamos y no dejemos de lado las acciones que realizamos que acompañan y son consecuentes con el proyecto de vida que nos propone Jesús; pero también pensemos sobre qué cosas no nos ayudan a la construcción del Reino de Dios con los demás, que cosas solo son prédicas vacías que no contribuyen en la lucha por la libertad y el amor. Dando gracias a Dios por nuestra libertad a la hora de elegir, busquemos la manera de que nuestra incidencia en la sociedad sea reflejo de nuestra fe.
“Cuando lo cotidiano es tan cotidiano que no nos permite pensarlo, sólo lo vamos incorporando al escenario de nuestras vidas y nos va matando…”
Estuve pensando bastante cómo comenzar este artículo: • Podían ser las estadísticas, que señalan la dimensión y casi la conmoción que está produciendo el homicidio- feminicidio de 17 mujeres en lo que va del 2015 en Uruguay. Que Uruguay comparte con El Salvador la tasa más alta de mujeres asesinadas por una pareja o ex pareja en América Latina. Que entre noviembre de 2013 y noviembre de 2014 fueron asesinadas 49 mujeres y murió una cada 15 días por razones de violencia doméstica, según datos del Ministerio del Interior. Pero ahora (2015) podemos decir que es asesinada una mujer por semana. Que la causa más frecuente de los asesinatos de mujeres en Uruguay es la violencia doméstica, que casi exclusivamente afecta a las mujeres, según las estadísticas. Que la franja más
bestialmente acosada es la franja entre los 15 y los 44 años, tanto de abuso como de violencia en todas sus manifestaciones, como de muerte. Que si tomamos todas las muertes violentas de mujeres en Uruguay, el 85% se debe a violencia doméstica, un 2% se debe a agresión sexual no doméstica, un 2% se debe a hurto, rapiña, copamiento, y un 10% de otros motivos, pero el 85% de las mujeres que mueren violentamente, mueren por violencia en el hogar. (Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad). Que el 85% a nivel mundial la cifra de muertes en la franja de entre 15 y 44 años de mujeres por violencia doméstica es mayor que todas las muertes que suman el cáncer, la malaria, los accidentes de tráficos y las guerras. • Podía ser la distinción entre feminicidio y homicidio. Porque el feminicidio se entiende como una expresión machista o una forma de sometimiento definitivo de las mujeres. “La mayor parte de las mujeres mueren en manos de sus compañeros habiendo ya cortado la relación. Su asesinato es la última apropiación de sus vidas. Como si no tuvieran las mujeres derechos de vivir al margen de esa pareja” (Brecha, Nita Samuniski, Mujer Ahora). • Podía ser una aproximación conceptual a las violaciones de los derechos de las mujeres. Que la lesión a sus derechos, las situaciones de discriminación y abusos de la que son objeto se deben en forma específica a su condición de mujer. Que el sexo se convierte en uno de los factores que aumenta de modo significativo, su vulnerabilidad. Que la violencia de género es aquella que se ejerce contra las mujeres, por el solo hecho de su condición de mujer. Que tiene su origen en la desigualdad de derechos que establece el varón sobre la hembra en la sociedad patriarcal, quedando relegada ésta, al ámbito familiar y doméstico. Que son sus víctimas las mujeres adultas, niñas, ancianas y/o con discapacidad. Que acarrea pérdida de años de vida saludable, a veces con daños irreparables para las mujeres que la padecen. Que el género es una construcción sociocultural que se ha elaborado históricamente y que alude al conjunto de atributos socioculturales asignados a las personas a partir del sexo y que convierten la diferencia sexual en desigualdad social. Que la diferencia de género no es un rasgo biológico. Que la importancia del concepto de género radica en hacer visible el supuesto ideológico que equipara las diferencias biológicas con la adscripción a determinados roles sociales. Que el concepto nació, precisamente, para poner de manifiesto la desigual relación de poder existente entre mujeres y hombres entendidos como sujetos sociales y no como meros seres biológicos.