Programa cultural: vivimos porque nos movemos

A pesar del tamaño de Itziar, su instinto cultural ha sido ya un rasgo señalado. Si miramos hacia atrás, recordamos la iniciativa y la acción emprendidas en el siglo pasado. Pero la cultura no se alimenta de la nostalgia del pasado, sino de la chispa encendida. Podemos considerarlo como una inversión de la sociedad activa, que aborda con visión crítica y consolida la comunidad social.

Teniendo en cuenta esta herencia, y en consonancia con la riqueza de las tendencias actuales, se ha mantenido una organización preexistente y se han impulsado actividades de carácter colectivo como conferencias, mesas redondas, conciertos, teatros, paseos, talleres, proyecciones, etc., con una respuesta, por lo general, positiva. Un indicador del resultado son las subvenciones que el programa cultural ha recibido de las principales instituciones, hasta el punto de cubrir en gran parte sus gastos.

A medida que ha llegado el momento, se ha convocado una reunión para preparar, de la mano de los agentes como de la ciudadanía, un amplio programa de trabajo conjunto, asegurando los recursos necesarios por parte de la entidad local. Cabe destacar el esfuerzo que se hace para situar la oferta en los barrios y en el medio rural, más allá del núcleo urbano.