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Sumario
from N3_PNEI Today
PNEI Today Nº 3, Mar/Abr 2023
Prof. Dr. Francesco Bottaccioli > 3
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> 4
EDITORIAL
Entrevistas
Dr. Javier Muñoz Vico
Álvaro Capitán
Clemens Sedmak
Estrés y pobreza
Paola Emilia Cicerone
> 15
Destacados
La Placenta, un reloj para dos. El Diálogo Materno-Fetal
28
Equipo Editorial Director
Francesco Bottaccioli
Editor Hernán Cerna hernan.cerna@isoraneurociencia.com
Traductor
Andrea Mozas
Corrección literaria
Roberto R. Bravo
El eje Placenta-Cerebro y su importancia para el neurodesarrollo.
Stefania Carbonella, Gloria Curati, Lisa Gaiarsa, Vera Gandini, Federica Lavista, Ornella Righi, Gloria Trapletti, Comisión Nacional de SIPNEI Early Life
> 33
PONENCIA
Las emociones en situaciones de emergencia
Mirko La Bella
Riccardo Falcetta
HOMENAJE > 36
GLOSARIO > 37
Colaboran en este número: Francesco Bottaccioli, Álvaro Capitán, Javier Muñoz, Clemens Sedmak, Paola Emilia Cicerone, Stefania Carbonella, Gloria Curati, Lisa Gaiarsa, Vera Gandini, Federica Lavista, Ornella Righi, Gloria Trapletti, Comisión Nacional de SIPNEI Early Life, Mirko La Bella, Riccardo Falcetta, Josu Errasti, Ander Rodríguez.
Edición Técnica
Hernan Cerna Vergara
Ilustración de portada / Diseño gráfico Sergi Sala Studio
PNEI Today: revista bimestral en colaboración con la Sociedad Italiana de Psiconeuroendocrinoinmunologia.

Es editado por Isora Ediciones, marca perteneciente a Isora Neurociencia S.L. C/ Cuatro Amigos 1, 1ºC 28029 Madrid. España
Teléfono: 917 52 89 42
Email: contacto@isoraneurociencia.com
Las opiniones expresadas en los artículos por sus respectivos autores son de su exclusiva responsabilidad, y no reflejan necesariamente los puntos de vista de PNEI Today o del Editor.
> “La pregunta más importante que puedes hacerte es qué estás haciendo por los demás.”
— Marthin Luther King, Jr.
Apreciado lector,
En este número contaremos con la presencia del Dr. Javier Muñoz Vico que nos comparte una visión científica y humanizadora de la PNEI. Desde su conocimiento y trayectoria como médico inmunólogo, nos comunica la necesidad del trabajo conjunto de las distintas especialidades de la medicina que, al igual que el cuerpo, han de estar en armonía para obtener resultados óptimos. Desvelará, además, interesantes primicias que creo que serán de gran interés para nuestros lectores. En este número pretendemos realizar un pequeño homenaje a dos grandes estudiosos del estrés. Las investigaciones y las ideas científicas de Hans Selye y Bruce McEwen han tenido un efecto comparable al descubrimiento de un nuevo continente. En este caso, obviamente, no se trata de América sino de un enorme continente científico: el estrés. Selye fue quien documentó por primera vez la pluralidad de causas que pueden activar la reacción al estrés, situando las causas psíquicas en la red de las demás causas, físicas, químicas, climáticas e infecciosas, que estimulan el eje hipófisis-hipotálamo-suprarrenal y el simpático, con efectos sistémicos sobre el cerebro, la inmunidad y el conjunto de los órganos. La capacidad de la psique para influir en la biología fue el primer pilar sobre el que basó su investigación posterior en el campo de la PNEI. Cuarenta años después de este descubrimiento, Selye advirtió a la comunidad científica que era necesario un cambio de paradigma con respecto al dintel de la fisiología clásica: la homeostasis era una categoría científica que no permitía comprender del todo la dinámica del organismo en la búsqueda constante de nuevos equilibrios bajo impulsos internos y externos. Selye propuso la creación de un nuevo concepto al que llamó “heterostasis”, para indicar otro (hetero) equilibrio adaptativo. Este segundo pilar de nuestro edificio fue reforzado y profundizado posteriormente por McEwen, quien, junto con P. Sterling, utilizó el sinónimo, "alostasis" (allos, otro), fuertemente enriquecido por una notable serie de investigaciones, tanto epidemiológicas como clínico-experimentales. McEwen centró su investigación sobre el estudio de las relaciones entre organización social y biológica, un campo científico en el que por primera vez convergían de forma útil las ciencias sociales, epidemiológicas psicológicas y biomédicas. Una revolución del conocimiento que está cobrando impulso actualmente, como pone de manifiesto la entrevista que publicamos realizada a uno de los autores del libro Stress and Poverty, y que se enriquece gracias a un creciente corpus de evidencias empíricas. Crecer en una familia pobre, como ha documentado un amplio estudio sobre la población irlandesa, repercute biológicamente en la salud del niño y más tarde del adulto aún, con un efecto que en algunos casos puede llegar a ser aún mayor que ciertos abusos sexuales o que la pérdida de uno de los progenitores. Una familia pobre es una familia que vive bajo unas condiciones de vida estresantes. Una mujer embarazada pobre, al igual que la que sufre estrés y depresión sin ser pobre, corre un alto riesgo de transmitir al feto marcas epigenéticas de tipo inflamatorio y desadaptativo que influirán en su salud mental y física después del nacimiento.
Cada vez tenemos más conocimientos sobre los mecanismos que se transmiten de la madre al feto a través de la placenta. A este, por otra parte maravilloso, dispositivo de intercambio, construido conjuntamente por la madre y el niño, dedicamos aquí dos extensos artículos, redactados por nuestros colegas de la Comisión Early Life, que resumen investigaciones innovadoras de gran interés científico y clínico. Continuaremos con otras publicaciones sobre el mismo tema en el próximo número.
El Dr. Javier Muñoz Vico es licenciado en medicina y cirugía por la Universidad de Granada y posee un doctorado en inmunología, además de contar con una extensa formación de másteres y especializaciones en PNEI, inmuno-oncología, coaching de salud y epidemiología, entre otros. Es responsable de la Unidad de Inmunología del Hospital Universitario Torrecárdenas y miembro de su Comité de Ética.
Entrevista a Javier Muñoz Vico
Álvaro Capitán Divulgador científico, CEO Isora Neurociencia
En la presente edición de PNEI Today volvemos al territorio español para presentar a un nuevo referente en habla hispana. Combinando sus más de 31 años de experiencia en técnicas de laboratorio en todas las áreas de la inmunología, con sus conocimientos sobre el desarrollo y la mente humana, el doctor Muñoz impulsa una visión humanística y sistémica de la medicina.
Dr. Muñoz, en su experiencia, ¿cuál ha sido la evolución de la inmunología en España?
Tradicionalmente la inmunología ha sido encasillada en una especialidad de laboratorio. Sin embargo, desde hace unos años ha comenzado a adquirir relevancia en el ámbito clínico, lo que ha traído consigo la apertura de consultas médicas tanto en el ámbito público como en el privado. En estos centros las enfermedades son tratadas con un enfoque científico que toma como eje rector el sistema inmunológico, donde podemos encontrar el origen de prácticamente todas las enfermedades que pueden afectar al ser humano.
¿Ha cambiado la percepción social de la inmunología en los últimos años?
Desde la pandemia de COVID-19 se ha despertado un mayor interés por la inmunología, y la opinión de los inmunólogos está adquiriendo una mayor relevancia, como demuestra la gran cobertura que se le está dando recientemente en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales.
¿Podríamos decir que la inmunología se ha vuelto «popular»?
Sí, ya que todo el mundo cree saber acerca de ella. Aun así, en general no se conoce exactamente la labor del inmunólogo, como ocurre, por ejemplo, con el cardiólogo o el traumatólogo. A pesar de que la especialidad ha empezado a adquirir un lugar en el imaginario social, todavía queda una larga tarea de formación y divulgación de sus auténticos beneficios.
¿Hacia dónde va la inmunología en los próximos años?
Le auguro muy buen porvenir. La acción de los sistemas inmune, nervioso, hormonal y metabólico, desempeña un papel esencial en el mantenimiento de la homeostasis del organismo. Es más, los avances experimentados en el campo de la inmunología harán necesario que los inmunólogos se acerquen cada vez más al paciente y no se queden en la «retaguardia» del laboratorio. Según mi experiencia, la colaboración estrecha del inmunólogo con otros especialistas aporta a estos una visión más completa de su respectiva área de conocimiento. El paradigma de la psiconeuroendocrinoinmunología, en el que se enfoca PNEI Today, confirma esta tendencia y refuerza la importancia del inmunólogo en estos grupos de trabajo integral.
¿Cuál es su opinión sobre la especialización en medicina?
La especialización ha aportado grandes contribuciones al conocimiento específico y ha facilitado el desarrollo de avances terapéuticos decisivos: no hay que olvidar la relevancia de los trasplantes, la inmunoterapia o la telecirugía, por poner algunos ejemplos. Gracias a la especialización, la tecnología se ha convertido en una herramienta muy valiosa para la actividad sanitaria.
¿Aun así, usted se enfoca en una visión integral?
Al igual que el conocimiento exhaustivo de los árboles no implica comprender cómo es el bosque, la excesiva especialización presenta una imagen fragmentada de nuestro cuerpo, que lleva a una visión reduccionista y parcial del funcionamiento de nuestro organismo en su totalidad.
¿Dónde radica la dificultad?
Durante el abordaje de la patología, la «fragmentación» del organismo en partes conlleva una atención sanitaria descoordinada, en la que cada especialista se enfoca en la sintomatología del órgano de su competencia sin tener en cuenta el resto.
Ha hablado de los órganos pero, ¿qué hay de lo psíquico?
Lo psíquico todavía se sigue considerando separado de lo corporal. Conocer con el mayor detalle cómo funciona cada molécula, célula, órgano o sistema no significa que se comprenda cómo se desenvuelve la totalidad organismo humano. La teoría de sistemas reconoce las propiedades emergentes como aquellas que surgen del funcionamiento colaborativo de un sistema, pero no pertenecen a ninguna parte de él; este enfoque ayuda a comprender fenómenos y procesos que no pueden ser explicados a partir del método tradicional, atomístico y mecanicista.
¿Cuál debería ser entonces el enfoque en medicina?
Aunque seamos especialistas, cuando tenemos delante a una persona nunca debemos olvidar que esta es nada menos que una interacción de sistemas complejos, y tenemos el deber de considerarla en su totalidad, no como una mera suma de partes componentes; por lo que también es importante considerar el entorno social, laboral, económico, emocional e histórico del paciente.
¿Es esa la visión de la PNEI?
Sí. La PNEI es un campo científico que investiga las interacciones entre los sistemas del organismo con una visión holística e integrada, a fin de adquirir una perspectiva evolutiva que permita explicar la causa de las enfermedades, incorporando el elemento biográfico del paciente en el análisis clínico. Además, aporta técnicas terapéuticas y diagnósticas que ayudan a entender la génesis de los procesos de la enfermedad en cada individuo. Mediante la PNEI he comprendido finalmente que el sistema inmune, en el cual me especializo, es un eslabón importante de la gran cadena de procesos que conforman la salud humana.
¿Cuál sería el aporte concreto de la PNEI a la medicina?
Bajo mi punto de vista, la medicina tiene varios retos en los próximos tiempos que se enmarcan en el paradigma de la «medicina de las 4 p»: preventiva, predictiva, personalizada y participativa. Comencemos por una realidad evidente: las enfermedades no tienen una única causa. En cada paciente concurre un abanico de factores diferentes por lo que, en general, no basta con asignar una etiqueta diagnóstica y administrar un tratamiento estandarizado. La individualización y personalización de los diagnósticos y los tratamientos, lo que llaman las autoridades sanitarias «medicina de precisión», es hoy en día una necesidad.
¿Cuál es el camino a esa personalización?
Es necesario que los profesionales trabajen en equipo. Cada uno desde su área de experiencia y conocimientos pero bajo una misma visión y un lenguaje común, y la perspectiva holística de la PNEI nos permite aplicar una atención coordinada.
¿Cómo se integran las nuevas tecnologías en esta medicina moderna?
¿Cuáles son los rasgos de la PNEI que le atrajeron como actividad de futuro?
Su carácter sistémico, integrativo y holístico, que incluye además la subjetividad de cada ser humano (la p de «psico-»), sin perder su carácter científico, me ha convencido de la validez y la capacidad de proyección de este modelo. Además de evidenciar objetivamente las manifestaciones que implican un estado de salud o de enfermedad, y la posibilidad de encontrar biomarcadores de las distintas patologías (al igual que el conjunto de toda la medicina actual), la perspectiva de la PNEI incorpora la célebre relación cuerpo-mente: el impacto que las experiencias vividas tienen sobre el organismo y viceversa. En conjunto, mi percepción de la PNEI es que se trata de una disciplina científica humanizadora.
La información obtenida mediante alta tecnología en el ámbito sanitario nos posibilita un conocimiento específico del estado del paciente. Junto con el desarrollo de grandes bases de datos, que incluyan toda la información clínica, pruebas de imagen, e incluso hábitos de vida, contaremos en el futuro próximo con las herramientas indispensables en la asistencia sanitaria. Todo ello permitirá, en consecuencia, el desarrollo de procedimientos diagnósticos y tratamientos mucho más dirigidos y personalizados, así como la detección temprana de las enfermedades, lo que redundará muy positivamente en la duración y la calidad de vida de los ciudadanos.
¿Qué retos traerá consigo esta visión de la medicina?
Conocer el estado del cuerpo, del organismo, ya no es suficiente. Es necesario identificar las propiedades emergentes que hemos mencionado. Una de estas propiedades emergentes (quizá la más importante) es la conciencia, que a la vez actúa como sustrato de los procesos biopsíquicos. La conciencia y su subjetividad influyen de manera decisiva en la forma en que cada uno de nosotros nos comportamos, y nuestra singular naturaleza influye en nuestra interpretación de la realidad. De ahí que su estudio pueda descubrir los factores relevantes que podrían desencadenar la enfermedad. El desarrollo y la aplicación de «habilidades blandas», o psicosociales, dirigidas a la
ENTREVISTA psique (por ejemplo, la programación neurolingüística o el acompañamiento de un health-coach, entre otros recursos) será imprescindible para comprender la dinámica de la salud y la enfermedad, no solo a nivel físico sino también psíquico.

¿Y dónde tendrá cabida la PNEI dentro de ese futuro? Continuando con lo que decía antes, el paradigma PNEI servirá de eje transversal a la atención sanitaria porque si los profesionales desarrollan una visión sistémica e integral del ser humano, aunque su especialidad, y aun su labor, sea muy específica, facilitará que sus acciones estén enfocadas en beneficio de la salud integral del paciente.
¿Cómo cree que se podría implementar la PNEI? Como pude comprobar en mi asistencia al Congreso de SIPNEI junto al Dr. Cerna, en octubre de 2022, la vocación de la PNEI no es solo la atención médica, sino que constituye un concepto más amplio porque se vincula a la salud humana, en forma tanto individual como colectiva, abarcando aspectos tan aparentemente dispares como la arquitectura, la agricultura, la educación y la pobreza. En nuestra sociedad actual, es urgente encontrar soluciones sistémicas a los problemas que acucian a la humanidad, y estoy convencido de que la PNEI es una de ellas.
Ha mencionado a la Sociedad Italiana de psiconeuroendocrinoinmunología (SIPNEI). ¿Cómo conoció su trabajo?
Fue gracias a la visión de la PNEI que me comunicó en nuestras largas conversaciones el Dr. Cerna, y que se diferenciaba en gran medida de lo que yo conocía hasta el momento. La primera materialización fue cuando me regaló el libro Psiconeuroendocrinoinmunología y ciencia del tratamiento integrado, de Francesco y Ana Giulia Bottaccioli, de la editorial Edra en castellano, homólogo al suyo, en italiano, que tenía desde hacía 18 años. Después tuve la ocasión de participar en un viaje que podría calificar de relámpago: el Dr. Cerna llevaba tiempo pensando en tomar contacto con la SIPNEI con el objeto de promover una colaboración con esta sociedad científica. Cuando supo, pocos días antes de su inicio, que habría un congreso de Florencia, decidió asistir, y tuve la oportunidad de acompañarle.
¿Nos podría narrar su experiencia?
Fue ciertamente positiva. Una de las cosas que más me llamó la atención fue el carácter multidisciplinar de sus ponentes, que cubrieron áreas sobre salud más allá del ámbito sanitario tradicional: la salud ambiental, la influencia del paisaje e incluso las ciudades saludables tuvieron un lugar en este Congreso. A su vez, la vocación social de la PNEI se reflejó claramente en algunas de las ponencias más emotivas, que cubrieron la relación existente entre pobreza, epigénetica y las zonas de marginación social.
¿Parece que el congreso mostraba una visión unificada?
Sí, todos los ponentes estaban enfocados en un mismo objetivo: la salud entendida como un todo que abarca al ser humano, la sociedad, el medio ambiente y el planeta en su conjunto. Además, el paradigma PNEI en Italia tiene ya una presencia importante en el mundo académico y en la sociedad. El apoyo brindado a la SIPNEI por las autoridades locales y autonómicas italianas en el Congreso fue una buena muestra de ello.
¿Volviendo a España, cuál es la situación actual de la PNEI?
En contraste con lo que pude ver en Italia, en España estamos apenas empezando. Van apareciendo pioneros en este campo, muchos de ellos procedentes del ámbito de la enfermería, fisioterapia u osteopatía, junto con algún que otro médico integrativo, que se forman en los programas que actualmente se imparten en nuestro país. Sin embargo, su modelo aún no ha calado profundamente en el personal sanitario, en especial entre algunos médicos de la vieja escuela, que por desconocimiento siguen catalogándola de pseudociencia, lo que está muy lejos de la realidad.

¿A qué cree que se deba esta situación?
Los programas formativos de PNEI existentes en España están vinculados a empresas privadas, que no actúan de forma coordinada. Al contrario que en Italia, donde los postgrados y másteres otorgan títulos oficiales impartidos por las universidades bajo el paraguas de la SIPNEI, que lleva más de 25 años de trayectoria haciendo una labor de formación e investigación de la PNEI con un riguroso enfoque científico. Esta revista, por cierto, es un claro ejemplo de ello.
¿Tiene algo que decir en este sentido?
Sí. Estoy muy satisfecho de que podamos importar el trabajo del profesor Francesco Bottaccioli, el profesor Mauro Bologna y el profesor Alessio Fasano, entre otros grandes, gracias a la creación en España de un máster en PNEI.*
(* Nota de la revista: Bajo la dirección del profesor Bottaccioli y el Dr. Hernán Cerna, y contando con el aval de SIPNEI y la Universidad Católica de Ávila, Isora Neurociencia Business School impartirá en el próximo curso académico su Máster en Ciencia de la PsicoNeuro-Endocrino-Inmunología en lengua española, el cual ya abre su periodo de matrículas.)
¿Qué piensa que aportará la colaboración interinstitucional entre Isora Neurociencia y SIPNEI? Pienso que ambas instituciones muestran muchas sinergias. De un lado, la visión que ha tenido la dirección de Isora Neurociencia para la traducción, coordinación y adaptación de esta revista, la información que tengo sobre la próxima publicación en español de los libros de Fundamentos de PNEI y del método PNEIMED, hasta el programa de máster internacional que engloba una gran cantidad de profesionales, no ha de considerarse una cuestión anodina, ya que aportará la frescura, cercanía y compromiso con el estudiante que me consta que Isora demuestra en cada uno de sus programas. Y por otro lado, la SIPNEI aporta sus más de 25 años de investigación, tradición, trayectoria y rigor científico, marcados por su visión interdisciplinar, la experiencia de sus miembros y la capacidad de networking que ha establecido con profesionales de gran valía, todo lo cual genera una sinergia perfecta en mi opinión.
Parece que tiene mucha confianza en esta colaboración
Por supuesto. Las numerosas ediciones ya impartidas de los programas de máster de la SIPNEI junto con varias universidades italianas, como la Universidad de L’Aquila, la Universidad de Turín y la Universidad de Nápoles Federico II, son símbolo de garantía y calidad académica. A esto se suma el acuerdo interinstitucional de Isora Neurociencia y la Universidad Católica de Ávila que da un respaldo adicional a esos programas. Ambas entidades, por lo que sé, cuentan con acuerdos y representación internacional, por lo que estoy convencido de que esta colaboración ayudará a que la perspectiva PNEI adquiera una mayor influencia académica y social, no solo en los países de origen, sino también en otras áreas de Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.
¿Cuál es su conclusión final?
Que únicamente hay una medicina, que se nutre de múltiples fuentes, y se ejerce a través de todo aquello que ha demostrado ser útil para la mejora de la salud humana, sobre todo si cuenta con el aval de la evidencia científica. Por otra parte, el momento histórico en que vivimos constituye un punto de inflexión en el que la tecnología y la humanización deben abandonar su secular divorcio y empezar a caminar juntas. Este panorama necesita de una filosofía global, holística, que el modelo PNEI nos proporciona, y de unos profesionales que compartan esta visión en la que enmarcar los conocimientos de sus respectivas áreas de trabajo. Dichos profesionales deben estar adecuadamente formados en centros acreditados y con garantías.
¿Algún mensaje que quiera compartir con nuestros lectores?
Quiero subrayar que el paradigma PNEI no podrá hacerse realidad sin que las personas, por ejemplo, los lectores de esta revista, comprendan que son las protagonistas de su estado de salud y de enfermedad. Esto supone conocer más y mejor nuestro cuerpo y, en caso de necesidad, seleccionar a los mejores profesionales para que les apoyen en la mejora de su salud, y del cuidado de la enfermedad si fuera el caso.

Profesor de ética social en la Universidad de Notre Dame (Indiana), y dirige el Instituto Nanovic de Estudios Europeos de la misma universidad. De origen austríaco, Sedmak se formó en las universidades de Innsbruck, Zúrich, Maryknoll (Nueva York) y Linz, y es graduado en filosofía, teología y sociología. Ha dado clases en la Universidad de Salzburgo, donde dirigió el Centro de Investigación sobre Ética y Pobreza, y en el King's College de Londres, además de ser profesor visitante en las universidades de Nairobi, Manila, Jena, Viena y Ciudad de México.
