Horizonte, Irene Serra Proyecto realizado durante la Residencia de Artista en CASiS, El Forn de la Calç Centre d’Art Contemporani i Sostenibilitat, Calders, Catalunya, Septiembre 2019
horizonte allĂ donde se inscribe el pasado
El magma proveniente del interior de la Tierra es expulsado a través de un volcán, el cual puede dar origen a la formación de un manto de lava fluida, que finalmente acaba enfriándose y solidificándose. Debido a las inclemencias del tiempo, esta nueva roca, denominada basalto, va progresivamente desgastándose, de manera que las partículas que la componen, son arrastradas a través de los ríos hasta el mar, formando finalmente la arena de las playas. La arena, con el paso del tiempo geológico, acaba compactándose y formando una nueva roca, en este caso, una arenisca.
Comencé el proyecto buscando referencias formales sobre las modificaciones que pudo haber sufrido el horizonte -como línea que define un relieve- a causa de las diferentes prácticas económicas, políticas y culturales desarrolladas en la región, que pudieran haber dejado impresas características físicas sobre el mismo. Siendo un territorio en donde durante siglos se ha extraído piedra caliza, imaginaba encontrarme con zonas muy deprimidas, que evidenciaran los cambios sobre el uso del suelo. Solamente hallé dos canteras con estas características, y en general su aspecto era bastante similar a todo el entorno; pequeños bosques montañosos y áreas de cultivos delimitados por barracas de piedra seca, conformando un terreno escalonado. Pensé que cada roca es una memoria escrita, portadora de múltiples tiempos y modificaciones. Que es capáz de definir un espacio vivido por las especies, las lluvias, el fuego. Las rocas se compactan, implosionan, erosionan, se moldean, dejan huellas, improntas de movimiento continuo. Agrupadas, fueron límites, terrazas, barrancas, defensas, fortalezas, hogares, ruinas. Asociadas al concepto de lo inmóvil y pesado, presumo que quienes más se han desplazado a través de los tiempos, han sido las rocas. Intento interpretar sus formas, aquello que ha quedado impreso. Repetir con pequeñas acciones sus reverberancias.
No abrir espacios Trabajar sobre los que hay No abrir senderos Caminar sobre los que hay Ser parte de los pasos que otros han dado
Tomar rocas del camino Registrar el impacto al caer Seguir la direcciรณn de los desplazamientos la huella del estallido
escuchar lo que nos cuentan esas resonancias
donde hay una roca comienza un ciclo
“Los paisajes, los lugares en los que configuramos nuestra forma de vivir, son enormemente frágiles, y podríamos perder muchos de ellos durante este siglo. Deberíamos preveerlo, y en los casos en que no seamos capaces de salvarlos, conservar al menos su recuerdo. Si podemos reunir imágenes, sonidos, olores, sabores, mapas, documentos científicos, testimonios de sus habitantes, representaciones artísticas...seremos capaces de preservar al menos una parte, de lo que significaron para las personas que vivieron en ellos.” Marta Tafalla, Preservar Paisajes
Irene Serra, Septiembre 2019