Punkvellón, un prototipo arquitectónico
de vello punk que no pretende ser bello. Que subvierte la normatividad estética y técnica dominante mediante el uso deliberado de materiales inestables, uniones blandas y lógicas de montaje afectivo. A partir de una cimentación no invasiva de poliuretano expandido, la pieza erige una estructura “chorreante” capaz de capturar objetos emocionales, ornamentarse estructural y exhibir, al mismo tiempo, la lectura de sus ejes de compresión y tracción. Varillas de fibra de vidrio torsionadas introducen grados de libertad mecánica, mientras que uniones textiles peludas sustituyen las pletinas metálicas convencionales, introduciendo una dimensión táctil y disidente. La envolvente, la traslación digital de lo viscoso a lo físico, —un biomaterial biodegradable— se degrada visiblemente, problematizando los relatos hegemónicos de belleza, permanencia y pureza geométrica. Punkvellón se propone como caso de estudio para una “arquitectura afectiva inestable”, donde la fragilidad, la