Mujeres tras las sombras

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Semilleros de Investigaci贸n IDIPRON 2014 Portada: Juan Camilo Sierra Foto: Laura Lemus


MUJERES TRAS LAS SOMBRAS


INTRODUCCION Las narraciones que hemos titulado “Mujeres tras las sombras” son historias de mujeres y hombres jóvenes que cuentan sus experiencias frente al consumo de drogas y hacen reflexiones frente a lo que significa la mujer en dicho espacio de consumo, cómo es vista por los hombres y también por las propias mujeres. Sobre todo deja ver qué hay detrás de dichos jóvenes que siempre están a la sombra del vicio o de ellos y ellas mismas, porque lamentablemente en toda acción que generamos los seres humanos hay otro, y ese otro puede llegar a ser nuestra propia sombra o tal vez esa sombra es el reflejo de nosotros mismos de nuestros temores, de nuestra crianza machista, de todo lo que se nos ha dicho que es ser mujer y ser hombre. Una de las autoras del presente texto elaboró serie de preguntas en torno a ¿por qué razón las mujeres dejan con más facilidad el consumo de drogas que los hombres?, ¿qué motivos les impulsaron a ser consumidor@s?¿cuáles fueron sus experiencias frente al consumo de drogas?, ¿Hay diferencias en el trato entre hombres y mujeres consumidores?, ¿Cuáles fueron los motivos que los impulsaron a dejar de consumir?, y para Usted lector o lector(a): ¿Qué reflexiones frente al género y el consumo dejan estas historias? La metodología que utilizamos para la elaboración del texto fue darle papel y lápiz a la protagonista de cada historia, para luego ir tejiendo, complementando y conversando sobre cada historia. Consideramos que tener la valentía de escribir y de afrontar nuestras realidades es una forma de transformar imágenes sobre otras y otros, y de nosotros mismos. La forma de relatar las vidas cambia de uno a otro texto, así como las decisiones de escritura y los fragmentos de lo que se cuenta. Las voces también se entrecruzan para dar forma e intentar hilar las historias.


XIMENA… Vivo En Juan Rey, Tengo 19 Años, y Una Preciosa Hija. Mi Vida En La Droga Empezó Desde Joven, Yo Estudiaba y tenía 13 Años, Yo Cuando Estudiaba Era Una Mujer Juiciosa, Pero Hubo Un Momento En El Que Empecé A Fumar Marihuana Fuera En El Lugar Que Fuera… Yo Cuando Entraba Al Colegio Tenía Que Estar Solo En Mi Viaje Para Poderme Concentrar. En Las Clases Yo Ya No Me Podía Controlar. Un Día Era Jueves, Me Acuerdo Tanto, Ese Día Salí De Estudiar, Me Fui Para La Casa y Subiendo Unas Compañeras, Porque Amigas No Lo Son, Me Dijeron Que Nos Fuéramos Para El Centro… Ese Día Nos Fuimos Como A Las 3:30, Nos Metimos En La Ele (L). Ese Día Nos Metimos En Un Negocio En El Que Venden Mariguana, Pepas, Perico, Ese Día Desde Las 4:00 Hasta Las 12:00 De La Noche Metidos Consumiendo. Cuando Salimos De Allá, Cogimos Bus, Ese Día De Tanta Mariguana Que Había Consumido Me Quedé Sin Respiración, Sudando Porque Había Sido Mucho Lo Que Había Fumado. Ya Pasando El Tiempo La Había Dejado… En El 2013 A Mí Me Iban A Buscar A mi Casa Para Que Fuera Y Acompañara A 2 Muchachos Al Centro A Sacar Mariguana, Perico, Pepas, Porque Uno Como Mujer Es El Carro De Los Hombres, Porque Ellos Saben Muy Bien Que Una Mujer No Corre Tanto Peligro Como Un Hombre. Para La Mujer Es Fácil Porque Un Policía, Más Conocido Como Un Tombo, No Puede Requisar A Las Mujeres Porque Es Prohibido!!! La Mujer Es El Carro Para El Hombre, El Hombre Es El Macho, Es El Duro. Un Hombre Al Lado De Una Mujer Y Si La Mujer Es Consumidora Queda Mal, Porque Uno tiene Que Dar El Ejemplo. Varias Personas Discriminan A LAS MUJERES POR CONSUMIDORAS, en cambio a un hombre lo tienen en un punto de vista muy distinto, pues para los hombres ya es normal porque en todo momento los ven consumiendo… Lo Malo de las personas que tienen una relación entre ellas es que tienen QUE TRABAJAR PARA QUE UNO NO SE PONGA BRAVO CON LA NOVIA O PORQUE NO LE AYUDAN A CONSEGUIR PARA LA TRABA, SE DICE VULGARMENTE, Yo Lo Odio Porque A Mí Me Ha Pasado.


Tatiana… Vivo en Juan Rey tengo 20 años. A mí me gusta farrear, tomar todos los viernes y sábados. Hasta donde haya plata me la paso con mis amigos. Yo en mi vida nunca tuve problemas con nadie, desde este año empecé a fumar, tomar, bailar, de todo lo que se puedan imaginar. Hace poco tiempo empecé a consumir, fui judicializada por ser carro. Me puse a guardar cosas que no eran mías: una pistola que era de un amigo, por eso me llevaron para la UPJ, duré 15 Días y en estos momentos estoy en audiencias. Todo empezó desde que en mi casa empezaron las peleas todos contra todos, nadie se respetaba, todos se trababan mal dándonos en la jeta sin pensar en el daño que le hacíamos a nuestra madre, viendo cómo nuestra madre estaba tan enferma no nos importaba, me salía para la calle a fumar, a tomar, a gaminiar, no llegaba a la Casa… duraba tres, cuatro días sin llegar, sabiendo cómo estaba mi madre ahora me la paso en la letra consumiendo, siendo la cara de los que se pueden llamar mis amigos, sacándoles marihuana, pepas, perico, de todo!!! Me la puedo pasar toda la noche fumando, tomando, cuando salgo de la ele es con un rigor de que los tombos me cogieran por estar cargada de vicio. Desde el momento que empecé con el consumo no me importa nada, ahora soy el carro de todo el mundo porque para eso es que somos las mujeres para los hombres, para nada más, porque para ellos es más fácil usar a una mujer y que ella lo haga. Para un hombre es más difícil sacar droga. Toda la mente piensa que una mujer es una marihuanera por parársela con personas consumidoras… yo pienso y aspiro que algún día no muy lejos voy a poder lograr que todas la lágrimas de mi Madre se conviertan en risas y lágrimas de felicidad de ver que su hija ha cambiado, que ya no es el carro de los amiguitos, yo quiero darle una mejor vida a mi madre de la que le he dado hasta ahora…


La “polla” Vivo en juan rey, tengo 15 años. Todo empezó en mi vida cuando yo era una pelada sana, estudiaba, era juiciosa en todo, no farreaba, no tomaba, no tenía amig@s. Pasando tres años, mi vida dio una vuelta de noventa grados, empecé a fumar marihuana, de farra en farra, salía de colegio me iba a fumar… hace un año y medio estuve embarazada, lo perdí por estar fumando, me tuvieron que hacer un legrado, desde ese momento más consumía, me pusieron terapias con la psicóloga. Desde ese momento he tenido muchos problemas en mi casa, con mi familia, ahora me la paso fumando a cada rato. Con solo 15 años he pasado por la de cosas en mii vida. Hace poco tuve un problema con la policía…por andar de carro. Me judicializaron por tener drogas en el colegio, de ahí me remitieron al ICBF pensando que eso me iba a ayudar, pero queeeé eso no me sirvió fue de nada porque sigo igual, desde hace mucho tiempo he querido salir de eso pero no porque pensando que según mis amigos me van a ayudar pero no…. ellos sola-mente quieren que fume, me cogen de carro me ofrecen cuando salimos a farrear. La que pone la cara ante los tombos soy yo para todo soy la carro para conseguir las bichas, las felpas, marihuana A mí la mayoría de los jibaros me venden vicio por ser la novia del hijo de un duro, todo mundo lo va a conocer a uno hasta mi propio novio me da para que yo me trabe con él pero a pesar de todas las cosas yo a él lo quiero demasiado. Una mujer es el carro para el hombre porque para una mujer es más fácil conseguir vicio porque todo mundo le copea por ser mujer, pero también la tratan mal de marihuanita, ratera, fumona ¡de lo que ellos quieran! pero como a uno le interesa es lo que le dice el novio… lo que le dicen es “buena mami, severo pelito que tengo no me deja morir si no que fuma también conmigo.” por eso la mujer es el carro para todo mundo es la persona qué hace lo que los demás le dicen que haga.


Gabriela VIVO EN CIUDAD BOLÍVAR, TENGO 18 AÑOS. SOY CONSUMIDORA HACE 4 AÑOS, FUMO BAZUCO, MARIHUANA, ECHO PEPAS, PERICO… SOY UNA MUJER. EN REALIDAD NO ME INTERESA MI FAMILIA, MI MADRE ES UNA MUJER QUE HA HECHO DEMASIADO POR MI, PERO SOLO POR ANDAR CON MIS AMIGOS NO LE PONGO CUIDADO A MI MAMA. LO QUE ELLA HA HECHO POR MI LO HACE PORQUE ME KIERE… YO HE ESTADO EN DEMASIADOS INTERNADOS, PERO DE NADA ME HA SERVIDO PORQUE SIGO IGUAL. Karol Vivo en Juan Rey, soy alta, tengo 17 años, soy consumidora de marihuana, bazuco, pepas, perico. Yo he estado en varios internados pero es como si yo no hubiera estado, pues yo pienso que nací fumona, muero fumona. Desde que nací he tenido varios espejos en mi vida, pienso que yo quisiera ser un mejor ser humano, que no siempre puedo estar fumando. Uno como mujer siempre es el anzuelo para conseguir el vicio por eso mismo, porque una mujer tiene privilegios porque tiene vicio, trago. En lo personal siempre he ayudado a mis socios a sacar vicio de la calle de la ELE (L) como moños de marihuana, felpas, de todo. Me decían que para mí era más fácil porque los tombos no lo pueden requisar a uno, solo las mujeres y como casi tombas mujeres no hay. Es más fácil, como para uno conseguirla porque uno como mujer de cualquier manera la puede conseguir VENDIENDOSE por una bicha, yo nunca lo he hecho porque en realidad me conseguía la plata robando o de los pelitos, manes de plata. Hace dos meses que me estoy rehabilitando porque pienso en el daño que le estoy haciendo a toda mi familia, a las personas que me rodean como a mí misma. TODAS LAS MUJERES SON COMO UNOS CARROS DE LOS HOMBRES PARA CONSEGUIR EL VICIO… ¿Por qué las mujeres de éstas historias se reconocen y denominan a sí mismas como “CARROS”? ¿Cuáles son los procesos de instrumentalización de ellas y de sus cuerpos? ¿Por qué marcar roles de género en unas situaciones y luego asumir la igualdad absoluta en otras situaciones?


JAMPOL Soy alto, estoy bien relajado, me siento bien tranquilo, vivo en Ciudad Bolívar, tengo 23 años. Yo trabajo en construcción, de vez en cuando bailo Break Dance con varios muchachos que permanecen en las calles consumiendo. Me gusta mucho bailar Break Dance. Antes de empezar a bailar me la pasaba en las esquinas fumando marihuana, con los que según se pueden llamar amigos, porque cuando uno tiene plata se la pasan con uno, pero cuando no tengo plata ahí sí nadie me conoce. Soy masculino, un hombre. Pues la verdad nunca ponía atención a las clases en mis tiempos de estudio, la verdad ahora me arrepiento porque si hubiera puesto atención no hubiera quedado en la vida como una mala persona ya que anteriormente consumía. La gente piensa que uno no puede cambiar en varios aspectos. La verdad yo nunca les pregunté a mis padres que me orientaran sobre mi sexualidad. Escucho Rap, como cualquier cosa, porque para uno ponerse de exigente es maluco. La verdad en mis tiempos consumía marihuana pero en realidad no volví a consumir por mi familia, porque mi madre hizo mucho por mí y yo nunca me di cuenta pero ahora le doy muchas gracias. Por muchos motivos yo no consumo desde hace tiempo. En el momento de la farra de uno para conseguir el vicio es muy fácil, uno como hombre si tiene plata, tiene las trabas y lo que quiera en el lugar que sea, en cambio una mujer es el carro porque está en la calle que es un lugar muy peligroso, pues para una mujer por eso es más fácil conseguir vicio ya que tiene todas las de ganar.


Sofía. Vivo en Juan Rey, tengo 18 años me dedico al cuidado de mi hija, me gusta hacer manualidades y no me gusta estar en la calle, porque allí fue donde empecé a experimentar el consumo de drogas. Ellas llegaron a mí en el colegio que se ubicada en el norte, en un momento de locura, simplemente porque supuestos amigos me la ofrecieron y lo hice, para que no me dijeran que era miedosa, y tenía curiosidad. Después de un tiempo lo seguía haciendo, pero los motivos que me impulsaban consumir drogas eran los problemas que tenía en la casa con mis hermanos, ya que ellos también las consumían y llegamos entre nosotros mismos a no soportar nuestra compañía y convivencia en casa. En los lugares donde lo hacía era en el colegio, en los parques, en las farras y en la calle de la ELE (L) y el Bronx en todo momento, siempre buscaba la oportunidad para hacerlo. Aunque empecé a frecuentar dicha calle y me la pasaba ahí todos los días, me internaba en dicho lugar, donde por todos lados se encuentra vicio, hay niños llevados por el vicio que se venden por una bicha, allá era donde yo compraba mi vicio. Una de las situaciones que me marcó la vida y me fue motivando para dejar el consumo de drogas fue cuando mi madre se desmayó al enterarse que yo, su niña menor, de sus ojos estaba consumiendo drogas. Durante el consumo me observaba en el espejo, me veía flaca, fea, desgreñada, acabada y sin fuerzas para salir adelante y estudiar. Lo que me motivó a salir de esta etapa de consumo fue cuando quedé en embarazo, dicho acontecimiento me llenó de alegría. Era una personita que iba a llegar a mi vida para llenarla de alegría, amor y fuerzas para vivir, por ella es que hoy ya no consumo drogas y me alejé de las farras, y es lo más grande y hermoso que tengo en mi vida.


Otra mujer tras la sombra. Aquí se narra la vida de otras mujeres que han vivido en la calle. Habla de la vida en una sociedad que no toma conciencia de los acontecimientos, que solamente se encarga de señalar a cada una de nosotras. ¿Cómo aprendemos a enfrentarnos a un mundo que muchas veces cuando llegamos a él no sabemos cómo es? Algunas han podido salir de allí, otras mueren allí o todavía siguen donde se derrumban los sueños de una mujer. Cómo nos encargamos de construir una vida siendo una mujer sin la ayuda de nadie, cuando la sociedad viola nuestros derechos y solamente se encarga de desvalorizarnos y no de valorarnos como mujeres. Habla de la supervivencia en la calle de una mujer, cómo nos toca sobrevivir, qué cosas nos pasan y qué cosas nos toca hacer para poder salir adelante. Mi nombre es Lucía, tengo 19 años y he pasado por muchas etapas en mi vida… Mi vida normal: cuando estuve en mis días de escuela, con mi familia con mi hermana, vivíamos en un pueblo del Meta que se llamaba La Uribe, muy golpeado por la violencia, pero mi vida era buena en ese momento. Yo vivía en el campo y jugaba con los animales, mi papá era zapatero y nunca nos faltaba la comida en la casa. El conflicto armado en el que vivía: a nosotros nos tocaba protegernos de las balas, vivíamos en un campo de guerra, en una zona roja, desde niñas mi hermana y yo vimos muchas cosas, y también nos tocaba hacer otras. El desplazamiento: nos sacaron de la finca donde vivíamos y esta situación generó un cambio en nuestra vida, cambió nuestro estilo de vida y las cosas que aprendimos a manejar y conocer por primera vez en mi vida y en la de mi familia fueron impactantes. Mi vida en Villavicencio: allá llegamos donde una tía, yo empecé a trabajar pero se aprovecharon de mí, me desvalorizaron y se empezó a dañar la relación como mi mamá. Mis papás se separaron y mi mamá mando a mi papá a vivir con mi hermana mayor, yo no la conocía. La muerte de mi papá: Esta fue la noticia más dura que recibí, desde ahí empezó mi vida a volverse una mierda. Cuando conocí a mis hermanos por parte de papá por primera vez: ellos me menospreciaron y le quitaron todo el apoyo a mi mamá, a mí y a mi hermana. Cuando llegamos acá a Bogotá: Ya la familia de Villavicencio no nos aguantó más y tuvimos que coger maletas para Bogotá, aquí llegamos a dormir a un andén de la oficina de desplazados, y duramos un mes sin recibir ninguna ayuda, pidiendo limosna y cuando llegó la ayuda nos fuimos a vivir a Las Cruces. Yo empecé a vender dulces en los buses.


Mi mamá cayó a la silla de ruedas: por tantas preocupaciones a mi mamá se le paralizaron las piernas y tuvimos que conseguirle silla de ruedas, yo iba con ella a pedir plata y a seguir trabajando en los buses para no dejarla sola. Mi hermana se fue de la casa: la hermana, el único apoyo que mi mamá y yo teníamos se fue de la casa porque empezó a consumir, además había el chisme de que ella vendía su cuerpo. El abuso mío: cuando me quedé sola con mi mamá y después de pelear con mi hermana por el consumo, nos fuimos de Las Cruces porque allá fui violada, unos tipos sabían y lo habían planeado. Ellos me destruyeron la vida por un tiempo. Mi consumo…yo me fui de mi casa: de Las Cruces nos fuimos para el barrio San Bernardo, yo empecé a consumir marihuana y a pegantiarme. Cuando me fui de la casa empecé a sobrevivir en la calle, distinguí varias partes como las ollas y la calle, así como aprendí lo que la gente hacía para consumir. Así empecé a robar, estuve en Semillas siendo menor de edad por un hurto, allí duré 18 meses, tiempo en el que mi mamá se quedó sola. Cuando salí de ese centro de reclusión mi mamá se había ido a vivir con mi padrastro, un señor al que odio, que me echa en cara todo lo que me como, y con quien no quiero vivir…por eso no puedo vivir en la casa. Más, sin embargo, para mi estar encerrada ha sido lo peor que he sentido en mi vida, cuando salía no demoraba en recaer al consumo, he intentado tres veces cambiar mi estilo de vida del consumo, sobre todo por la cantidad de cosas negativas que me han pasado. Oportunidades he tenido, eso sí, pero en muchas son más fuertes las cosas negativas que no me dejan salir. Pero lo que más triste me hace sentir ahora es la situación de drogas de mi hermana, ella cada vez está más loca, cuando la veo quiero ayudarla a salir, pero ella no se deja, ni siquiera se interna, no logra estar sin consumir más de dos días. A mi hermana la violan con frecuencia en la calle, ella cada semana vive en un lugar distinto para cuidar su vida, porque al barrio donde vive mi mamá ya no puede ni ir…está amenazada por una vieja que le dijo que si la ve, “se la fuma” (la mata). Yo duré 8 meses internada en Idipron, tratando de reconstruir mi vida. Aquí me enamoré de una chica, con quien decidí hacer vida, juntas. Nos fuimos a vivir al Santa Fe, allí ella y yo vendíamos el cuerpo, pero también robábamos ¡¡¡El consumo volvió a nuestras vidas!!! En un hurto del año pasado, recién había cumplido mis 18, caí a la cárcel El Buen Pastor. Allá duré casi los 9 meses y cuando salí nuevamente he tenido que prostituirme.


De Lucía volví a saber este año, luego de salir de reclusión nos hablamos por Facebook, me dio un número de teléfono al que luego no pude volver a comunicarme…Lucía es una joven alegre y con un corazón lleno de cariño para brindar. Quizá su amor por la chica que conoció en el internado la llevó a pensar que ya había salido del consumo y que era hora de rehacer su vida al lado de una pareja estable, por quien se sentía amada y respetada. No obstante, el ambiente al que llegaron a vivir, así como las dinámicas de consumo de esta otra chica, no generaron prácticas de cuidado para Lucía, quien por el contrario, cada vez que recae se siente culpable y se hunde más. Por supuesto, la última opción será vivir en casa de su madre y su padrastro. El relato de Lucía es una historia sobre la situación que deben afrontar las personas desplazadas por el conflicto armado en nuestro país. La falta de apoyo de las instituciones del Estado llevó a su familia a la miseria y a tener que vivir en la calle, escenario que les brindó trabajo informal, explotación sexual y consumo de drogas. La historia de Lucía y su hermana muestra los problemas estructurales del país y la deuda social con las víctimas del conflicto armado interno. Además, es una historia que no frena la situación de violencia que viven su madre y ellas en la ciudad. Los impactos del desplazamiento son diferenciales en las mujeres, así como las dinámicas que tienen que afrontar en la ciudad como mujeres y como jóvenes.


Lorena Nací en 1993 el 29 de octubre, cuando todos andaban contentos porque 2 días antes había nacido un primo… Mi padre era un gay en sus épocas de juventud y mi madre era una lesbiana. Por medio de unos amigos se conocieron y fueron su primer amor, tuvieron 4 hijas llamadas Andrea, Alejandra, María y Lorena, se casaron por una iglesia cristiana. Yo no era deseada, era un perfecto error y no me querían mis padres, no querían tenerme, así que habían pensado en regalarme, pero sólo una persona, la más grandiosa de mi vida, mi abuelita de parte de mamá, me recibió con los brazos abiertos y me brindó todo el amor que una madre un día no me pudo dar. Yo era la niña más feliz del planeta, mi abuelita me daba todo lo que pudiera, nos la pasábamos las dos para todos lados, así tuviera que ir al colegio pero si había algo que hacer me la pasaba con ella. Éramos felices, viajamos mucho, era una niña muy juiciosa, nunca me llegó a pegar. Pero llegó el día en el cual se tenía que enfermar… en el año 2007 todo era más feo!!! Mi abuelita se la pasaba muy enferma y yo le ayudaba en todo, ella me arreglaba lo del almuerzo todos los días desde su cama y ella me decía cómo y en qué momento echar las cosas a la olla, así fui aprendiendo a cocinar, pero ella fue debilitándose cada vez más. Me dolía que ya no pudiera dormir con ella por su estado, hasta que un día el primer sábado del mes de agosto mi abuelita se veía muy mal pero no me decían nada. Hasta que una tía se me acercó y me preguntó que si a mí no me dolía, pero la verdad me estaba muriendo por dentro, cada momento era más duro…Ese día lo recuerdo tanto que yo me fui a tomar con tan solo 14 años y me pegué una borrachera que sólo me la pasaba destrozada. El domingo por la mañana llegué a mi casa, todos mis tíos estaban reunidos, cuando fui a entrar al cuarto mi abuelita estaba en su cama muy dormidita, eso era lo que yo pensaba pero en ese momento sentí un gran escalofrío que caí al piso. Cuando desperté me tenían en otra habitación, me dijeron que me calmara que si no, no me dejaban entrar por un momento, me hice la fuerte y entré al cuarto; a lo que se descuidaron me encerré, me acosté al lado de mi abuela y lloraba… le decía que tenía que despertar que no me podía dejar sola, que mi mundo se acababa y lloraba mucho, hasta que hubo un momento que volví a perder el sentido y aparecí otra vez en el otro cuarto. No me dejaron salir hasta que se la llevaron, desde ese día mi mundo se acabó, mi mundo se volvía un infierno, duré 6 meses viviendo sola en la misma habitación. No dormía casi y me la pasaba llorando, en más de una ocasión intenté quitarme la vida, pero el recuerdo de mi abuelita no me dejaba… Un día se pasó mi hermana mayor a mi cuarto y todo estaba bien hasta que un día llegué del colegio y encontré la cama de mi abuelita rota. Era el único recuerdo que tenía de ella, ese día me puse como una


loca a llorar y me a agarré con mi hermana. Después del tiempo me di cuenta que estaba arrinconada en mi propio cuarto como un completo arrimado porque habían llegado mi papá y mis otros dos hermanos al mismo cuarto y la estadía en la casa se me hacía un infierno prefería estar en la calle molestando, jugando sanamente. Hasta que un día iba hacia mi colegio y estaba sola, de repente salió un H.P. un man flaco, alto horrible y me cogió y me manoseó, ese día me sentí tan mal!!! No tenía ni con quién desahogarme, no tenía con quién llorar, lo único que pensaba era en morirme. Desde ese día mi vida cambió y tomó otro rumbo: me volví una de las niñas más problemáticas del colegio, de mi casa, del barrio, ya nadie me aguantaba. En mi casa me la pasaba peleando con mis hermanos, a mi papá no le hacía caso, aunque yo nunca lo traté mal, si era muy desjuiciada…En dos ocasiones mi papá me rompió un palo de escoba en la espalda, yo me iba y me quedaba donde vivía mi mamá pero siempre volvía a la casa de mi abuelita. En el colegio no había un mes que no peleara, le pegaba a los profesores me agarraba hasta ya con los hombres del colegio, era una “gonorrea”, pero no era viciosa, solo tomaba y los fines de semana me escapaba a bailar. Cuando tenía 16 años mi madre compró una casa para todos en Ciudad Bolívar, pero todos la despreciaron, la única que se fue a vivir con ella fui yo…a mi mamá le gustaba tomar mucho y ella llegaba borracha a la casa y se deprimía mucho, le gustaba pegarse, se daba muy duro y lloraba… yo con miedo me le acercaba y me ponía a llorar y le decía que no se pegara y ella me decía que la perdonara por haberme abandonado con mi abuelita, que me ella me quería mucho, y que a pesar de todo lo que me había hecho, yo era la única que estaba con ella, era la única que la respetaba y la valoraba. Yo dejé de estudiar y me la pasaba en la casa juiciosa y un día mi mamá me presentó una amiga que es entrenadora de fútbol y me metí al equipo, ella me acompañaba, se convirtió en mi amiga, ahí en la escuela tuve grandes amigos y todas las semanas después de cada entrenamiento nos íbamos a bailar y a tomar a la primera de mayo con las del equipo de fútbol a bares gay. Otra vez sentía felicidad hasta que me aburrí de estar sola en el día y empecé a callejear. En Ciudad Bolívar conocí la marihuana, y después el bazuco, me conseguí un novio, el papá de mi hijo y con él me fui del barrio, primero para Bosa y hasta vivimos un tiempo en Villavicencio. Yo consumí durante todo el embarazo de mi niño, y hasta le di seno estando drogada, eso me hace sentir tan mal!!! Soy una basura, soy una mala madre, odio al papá de mi hijo por todo lo que me obligó a hacer. Nosotros vivimos en la calle antes de que naciera el bebé y me ponía a trabajar en los semáforos, yo fui una boba completa, él me pegaba. Ahora ya no me gustan los hombres, prefiero tener relaciones con mujeres porque los hombres son unos idiotas. Me voy a ir a vivir con una amiga de mi mamá, que me quiere y no me va a hacer daño. ___


A Lorena la vi llorar muchas veces, cada vez que recordaba a su hijo y pensaba en la madre que había sido para él, desde su opinión una mamá que siguió sumida en el vicio y no le importaba dejarlo dormido en las noches por irse de farra, así como lo alimentaba con leche materna mientras fumaba una pipa de bazuco. Estas miradas sobre la maternidad la hacían sentir culpable de su destino y odiar a su ex pareja, quien la hizo ingresar al consumo y hasta la obligó a hacer cosas que no quería en la calle. ¿Qué palabras le dirías a Lorena frente a su bebé y la forma de asumir su nueva relación de pareja?


YEYIS. Tengo 23 años, mi niñez estuvo marcada por la violencia del barrio provocada por pandillas que se disputaban el dominio del barrio Londres y Juan Rey, una de las pandillas era conformada por mis tíos. Mi juventud transcurre en medio de la ruptura de mis padres, que implicó que mi padre tomara la decisión de irse del hogar, que es una persona importante en la vida de mis hermanas y la mía. Yo empiezo a consumir drogas a los 17, hasta los 20 años, dicha experiencia la contaré más adelante. Actualmente tengo familia, soy madre de dos hijos pequeños y vivo con mi esposo, estudio en el Sena y trabajo en una entidad del Distrito. A continuación cuento mi experiencia frente al consumo de drogas, como lo percibí y como fue mirada por otr@s. Lo primero que empecé a consumir fue marihuana, porque estaba pasando por una situación familiar muy dura… Mi papá se había ido de la casa, y buscaba el refugio de mis supuestos amigos quienes consumían marihuana. Todo empezó cuando yo les dije a mis amigos que quería consumir marihuana. Al principio era cada 15 días, luego 8 días y después todos los días. Al consumirla para mí fue muy rica en verdad, porque me sentía muy contenta, no paraba de reírme, por cualquier cosa y a la vez me daba miedo. Después de un tiempo consumí perico pero la verdad no me gusto, lo hacía porque mis amigos echaban, luego una amiga de un novio mío me ofreció pepas y empecé a consumirlas un día que estaba aburrida, y seguí comprándolas, y me las tomaba. La marihuana y el perico me lo gastaban mis amigos, pero las pepas si las compre yo, pero muy poquitas veces porque ellos siempre me gastaban. Para conseguir íbamos con ellos a la L y yo era quien me escondía la droga. Aunque mis amigos del parche me cuidaban porque yo era la única mujer y el resto eran hombres. El trato que recibimos tanto de quienes nos la proveían era igual tanto para hombre como para mujeres, y el estigma de los vecinos del barrio era por igual para ambos, porque nos decían los viciosos del barrio, aunque nosotros nos la metíamos en los potreros del barrio, en la calle de la L, y en las fiestas. Cuando metíamos en el potrero los policías nos sacaban a bala más de una vez, y fumábamos ahí porque no me veía mi mamá, y nadie nos veía y en la L uno pierde la noción del tiempo, porque se puede pasar horas y horas fumando. El trato de la policía es igual tanto para mujeres como para hombres, los tombos no respetan eso. Decidí dejar de consumir drogas cuando quedé embarazada de mi hijo mayor, pero después de que mi hijo ya estaba un poco más grandecito volví al consumo y nuevamente lo dejé definitivamente cuando volví a quedar embarazada de mi hijo menor. Pero el proceso de dejar de consumir es duro porque lloraba y me deprimía, porque mi cuerpo se había habituado a las drogas. Y no lo volví a hacer porque con qué autoridad moral le voy a exigir a mis hijos que no consuman drogas.


REFLEXIONES FINALES

La sombra es aquella que nos impide crecer como seres humanos y sociedad, está en todos lados, nos persigue en nuestras prácticas del ejercicio de nuestros roles de género, es lo que nos dice qué hacer y cómo actuar, es aquella que nos envicia, que no podemos dejar, que está en nuestro infiernos internos. Dicha sombra nos puede ensimismar o dar motivos para soportar nuestras condiciones o para salir de dichos infiernos, nos da la posibilidad de ir contra lo que esta preestablecido, es la fortaleza para ser nosotras mismas, para recordar nuestras historias, es la posibilidad de contarnos y percibirnos desde otras márgenes y mundos.


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