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LA EDUCACION DURANTE EL COVID-19

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La enseñanza durante este confinamiento ha sufrido grandes cambios en el proceso pues los maestros nos hemos enfrentado a distintas vertientes como: la decisión sobre qué herramientas utilizar para continuar el aprendizaje, el tiempo adecuado para las clases, los materiales para impartir el conocimiento, entre otras. Este confinamiento ha sido un parteaguas para que todos desde casa y con la educación en línea aprendamos, colaboremos, empaticemos y tengamos la resiliencia para salir adelante enfrentando este nuevo reto que la vida nos ha puesto. Desarrollando un poco más estos temas: Por aprender; entiéndase al manejo de herramientas como la tecnología que en algunos casos desconocíamos su uso y con la cual se pueden crear clases, hacer tareas e incluso socializar. Por colaborar; refiriéndose a escuela, docentes, padres de familia y alumnos para que la educación pueda de la mejor manera continuar desarrollándose, siendo el alumno el centro de todo. La escuela de manera colaborativa busca y otorga las herramientas que cubran las necesidades para que los profesores impartan sus clases y a su vez los alumnos continúen adquiriendo el conocimiento, no perdiendo el vínculo casa-escuela que desde un inicio se ha forjado. Sabemos que además de ser docentes, la mayoría desempeña distintos roles en el entorno familiar como: padres de familia, hijos, etc. adaptándonos a esta nueva forma colaborativa para que cada uno pueda realizar sus actividades desde casa. Finalmente, los alumnos colaborando con sus pares y enfrentándose al reto de tomar clases desde algún dispositivo desarrollando nuevas habilidades y reforzando las que desde la escuela se han fomentado. Todo esto se suma a empatizar los unos con los otros, al estar en los zapatos de otros, nos ayuda a entender diferentes situaciones a la que cada ámbito se enfrenta: desde la escuela en continuar dando un servicio de calidad, las familias en adaptarse a una nueva dinámica en casa, hasta los docentes en continuar practicando de la mejor manera lo que por pasión ejercemos. Estamos viviendo una nueva forma de enseñar, una nueva forma de vivir, de socializar y aprender. Aún con la adversidad que este confinamiento nos traiga. La fuerza para todos es la resiliencia.

Miss Aura Rayo

Hace apenas unos meses los días eran normales, la cotidianeidad de ver a mis pequeños alumnos, a mis compañeras de trabajo, preparar mi salón de clases con los materiales listos para el día planeado; recibir a los pequeños, darnos los buenos días con un “give me five” o incluso un abrazo, muchas sonrisas y vocecitas por todos lados. Hasta que de pronto un día despertamos y estábamos en medio de una pandemia, entrábamos en cuarentena por la amenaza de un virus del cual hasta el día de hoy no tenemos forma de protegernos completamente; de un día a otro los salones se quedaron vacíos ya no se escuchaban aquellas vocecitas ni aquellas risas. Y fue ahí en donde comenzamos a prepararnos, a planear la forma de continuar con nuestras

La escuela de manera colaborativa busca y otorga las herramientas que cubran las necesidades para que los profesores impartan sus clases y a su vez los alumnos continúen adquiriendo el conocimiento, no perdiendo el vínculo casa-escuela que desde un inicio se ha forjado. Sabemos que además de ser docentes, la mayoría desempeña distintos roles en el entorno familiar como: padres de familia, hijos, etc. adaptándonos a esta nueva forma colaborativa para que cada uno pueda realizar sus actividades desde casa. Finalmente, los alumnos colaborando con sus pares y enfrentándose al reto de tomar clases desde algún dispositivo desarrollando nuevas habilidades y reforzando las que desde la escuela se han fomentado. Todo esto se suma a empatizar los unos con los otros, al estar en los zapatos de otros, nos ayuda a entender diferentes situaciones a la que cada ámbito se enfrenta: desde la escuela en continuar dando un servicio de calidad, las familias en adaptarse a una nueva dinámica en casa, hasta los docentes en continuar practicando de la mejor manera lo que por pasión ejercemos. Estamos viviendo una nueva forma de enseñar, una nueva forma de vivir, de socializar y aprender. Aún con la adversidad que este confinamiento nos traiga. La fuerza para todos es la resiliencia.

Miss Aura Rayo

Hace apenas unos meses los días eran normales, la cotidianeidad de ver a mis pequeños alumnos, a mis compañeras de trabajo, preparar mi salón de clases con los materiales listos para el día planeado; recibir a los pequeños, darnos los buenos días con un “give me five” o incluso un abrazo, muchas sonrisas y vocecitas por todos lados. Hasta que de pronto un día despertamos y estábamos en medio de una pandemia, entrábamos en cuarentena por la amenaza de un virus del cual hasta el día de hoy no tenemos forma de protegernos completamente; de un día a otro los salones se quedaron vacíos ya no se escuchaban aquellas vocecitas ni aquellas risas. Y fue ahí en donde comenzamos a prepararnos, a planear la forma de continuar con nuestras clases, a tener una visión diferente; tal cual por lo que se caracteriza el Instituto La Paz comenzó a implementar medidas, plataformas, herramientas digitales de apoyo y de servicio para continuar siendo lo que es: una Institución de altura. Preocupados por su comunidad educativa, por su personal, por el ambiente en general el Instituto comenzó a proveer cursos, capacitaciones constantes y recursos para que en conjunto con los directivos brindando como siempre apoyo a los docentes en todo momento, actualizándonos en

lo que probablemente será una forma de trabajo de ahora en adelante: ¡clases en línea! Para mí ha sido toda una experiencia las clases en línea, un reto adaptar la forma de trabajo y las clases a una pantalla pero a su vez ha sido fascinante entender que estamos inmersos en un mundo digital, que nuestros pequeños probablemente serán los precursores de esta nueva forma de asistir a una escuela, de tomar clases, de aprender por medio de la tecnología que ahora es una extensión de nosotros. El ver día con día el trabajo en equipo junto con la respuesta de nuestros niños, genera una gran satisfacción. Se ha creado una sinergia en donde poco a poco nos hemos ido adaptando y el resultado es positivo. Nuestros alumnos continúan adquiriendo conocimientos, si bien es cierto que una parte vital es el contacto, el poder estar cerca y sentir ese apoyo emocional. En el Instituto, la visión es tan amplia que hemos estado en contacto con nuestros niños uno a uno escuchando sus inquietudes y atendiendo sus emociones. Se extraña mucho el trabajo presencial, eso es un hecho pero ahora estamos pasando por una etapa en donde se demuestra una vez más lo que el Instituto La Paz y toda su comunidad educativa son capaces de lograr formando seres humanos resilientes, más humanos y grandes para ser y trascender.

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