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Sin importar el frío o el calor, las largas trasnochadas o el duro piso de las veredas, dos aguerridos jóvenes cumplen una loable misión: conseguir oxígeno, carente en la capital del Perú para salvar a quienes luchan por vencer a la COVID-19.

STEVEN LÓPEZ

LOS ÁNGELES DEL OXIGENO

Han recorrido cientos de kilómetros en Lima

en busca de oxígeno para las víctimas de la COVID-19. Durante semanas, han formado filas larguísimas durante tres o cuatro días para poder recargar los balones que permitan mantener respirando a los pacientes.

Estos dos jóvenes integrantes del Movimiento Misionero Mundial en Canto Grande, en el populoso distrito de San Juan de Lurigancho, en Lima, Perú, vienen cumpliendo una misión encomiable en tiempos de pandemia.

La noble actitud ha permitido salvar a muchos cristianos que luchaban contra el mortal virus, pero que, gracias al oxígeno conseguido por ambos y la misericordia de Dios, han ganado la batalla.

Fernando Oblitas Cruz y Melecio Benítez Paucar dejaron sus actividades diarias para dedicarse a buscar oxígeno, un bien escaso durante la segunda ola de la pandemia que afecta al Perú desde principios de enero.

A ambos jóvenes no les importa desvelarse diariamente o dormir sobre una fría acera o mientras forman una interminable fila de personas con tal de obtener el vital elemento que permita salvar algún paciente que combate contra la COVID-19.

“Iniciada la pandemia comenzamos a ayudar a hermanos que cayeron enfermos y necesitaban medicamentos; pero frente a la necesidad de oxígeno nuestro pastor nos encomendó la tarea de conseguirlo”, comparte Fernando.

Desde ese momento, no hay circunstancia que les impida cumplir su misión que a la fecha ha podido salvar la vida de alrededor de 70 personas, entre hermanos, pastores y no creyentes.

Sin embargo, ese esfuerzo no les ha evitado sufrir el dolor de ver partir a varios amigos y hermanos pese a todo el esfuerzo por encontrar oxígeno.

“Nuestra confianza esta puesta en Dios. Sabemos que los que partieron gozan de la presencia de Dios. Hicimos todo por conseguir oxígeno y llevarlos hasta sus hogares, pero Dios sabe porque hace las cosas”, comenta Melecio.

Ambos jóvenes se han ganado el cariño, respeto y consideración del pastor de la iglesia, el reverendo Enoc Ramos, Presbítero de la zona 6 de SJL, quien es testigo del arduo trabajo que realizan por apoyar a los enfermos.

“Doy gracias a Dios por la vida de nuestros hermanos, quienes han dispuesto su tiempo por apoyar a la obra de Dios y a nuestros queridos hermanos que se encuentran peleando contra esta pandemia”, resalta el pastor Ramos.

A ambos jóvenes no les importa desvelarse diariamente o dormir sobre una fría acera o mientras forman una interminable fila de personas con tal de obtener el vital elemento que permita salvar a su ser querido que combate contra la COVID-19.

Ambos jóvenes, aseguran que continuarán apoyando en la tarea de recargar oxígeno para salvar más vidas, sin esperar nada a cambio. Señalan que su mayor regocijo es ver al hermano enfermo recuperarse totalmente.

En la actualidad, Perú sufre de una carencia de oxígeno en todo el territorio nacional. Ante la escasez de oxígeno, miles de peruanos se han volcado a los centros de abastecimiento para hacer largas colas y llenar sus balones, algunos esperan hasta semanas para recibir el vital elemento.