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PANDEMIA

En esta dramática época en la que una pandemia azota a la humanidad e incontables personas son afectadas por la COVID-19, la Pascua se consolida como la esperanza de la humanidad por medio de la resurrección de Jesucristo.

LA RESURRECCIÓN EN MEDIO DE LA PANDEMIA

Según el informe de la Organización Mundial

de la Salud (OMS) existe más de 2,6 millones de fallecidos y más de 119,7 millones personas infectadas por la COVID-19 durante el año exacto que la pandemia afecta a la humanidad, trayendo consigo dolor y sufrimiento en todos los países.

Esta situación no es ajena a las familias cristianas que han sido contagiadas y muchos han partido a la presencia de Dios; frente a esta calamidad, en esta Pascua recordemos que Jesús venció a la muerte para darnos vida.

Para el escritor y profesor de teología, Con Campbell del portal Our Daily bread (Nuestro pan de cada día), es inevitable hablar de la resurrección de Cristo en tiempos de la COVID-19.

“Dudo que en 2000 años la gente siga hablando del coronavirus. Y, sin embargo, aquí todavía estamos hablando de la resurrección de Jesús. Quizás eso nos recuerde lo importante que es la Pascua, incluso en la crisis actual”, dice.

“En esta Pascua, la resurrección de Jesús tiene algo importante que transmitir al pensar en la COVID-19. Es el Sí de Dios a la restauración de la humanidad y el Sí de Dios a la restauración de su creación. La resurrección de Jesús es la afirmación y promesa del Señor de que la muerte no vencerá al final y nuestro mundo no quedará corrompido para siempre. Las dos cosas están conectadas y ambas dependen de la resurrección de Jesús”, afirma.

Por su parte, el doctor David Jeremiah, en su programa radial denominado Momento Decisivo, envía consejos a través del mensaje “La resurrección a través del lente de la adversidad”.

“En este año hemos encontrado una nueva normalidad, una en la que la frase ‘distanciamiento social’ define cada decisión. En esta nueva normalidad, las iglesias han recurrido a la convocatoria digital. Eso significa que, por primera vez, el servicio de Pascua para la mayoría de las familias se llevará a cabo en sofás. Este es otro resultado desgarrador de la COVID-19 a medida que continúa diseminándose por el mundo a un ritmo sin precedentes, alterando nuestras vidas”, dice.

Señala que las Escrituras recuerdan que, en nuestro mundo, ocurren desastres y les suceden tanto a las personas malas como a las justas, sin distinción ni explicación. No nos corresponde a nosotros etiquetar este como una desgracia o aquel como el juicio de Dios, sino simplemente, como Jesús señaló a menudo, reflexionar sobre la maldad en nuestros propios corazones.

Jeremiah sostiene que “en la incomparable sabiduría y el incomparable poder de Dios, los eventos malvados se utilizan como herramientas para obrar por el bien de quienes lo aman. No hay mejor ilustración que la cruz y la tumba”.

“Desde la entrada de Jesús a Jerusalén, hasta la crucifixión brutal, hasta la Resurrección milagrosa, Dios demuestra que, aunque la oscuridad puede instalarse para la noche, incluso la tumba puede ser conquistada. Cuando parece que el mal ha ganado la batalla, el Señor siempre está trabajando por la redención y demuestra que puede ganar la guerra”, afirma.

Para los seguidores de Jesús fue devastador verlo crucificado el viernes, pero luego llegó el domingo y todo cambió, recuerda.

“Hoy en nuestras vidas, cuando nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos parece incierto, incluso cuando no sabemos si podemos poner comida en la mesa o pagar el alquiler, recordemos, Dios siempre tiene el control”, puntualiza.