La casa mínima

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CRONOGRÁFICA MARTA ALMEIDA

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LA CASA MÍNIMA

MARCELO MORÁN

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¡Atención, las comunidades están en riesgo! Así podría resumirse la motivación de diseñadores y arquitectos que pensaron las maneras del habitar mínimo con un máximo rendimiento. Una breve historia de los refugios desde comienzos del siglo XX hasta hoy.

—Estados Unidos, 1928 Casa Dymaxion Richard Buckminster Fuller

—Estados Unidos, 1984 Superadobe Nader Khalili

—Estados Unidos, 1998 ParaSITE Michael Rakowitz

—Jordania, Canadá, 2012 Casa tejida Abeer Seikaly

El nombre de esta vivienda metálica combina las ideas dynamic maximum tension (tensión máxima dinámica). El Dymaxion no fue solo un refugio, sino también el gran concepto con el que Fuller bautizó a sus mejores diseños. Impulsado por el clima de la primera posguerra y la creciente industrialización, se interesó por las construcciones económicas en serie, fáciles de transportar y ecológicas. Esta concepción lo llevó también, a pensar sus cúpulas geodésicas. Para su casa, Fuller siguió la forma de los silos de granos que había visto en Illinois. Más tarde, su Dymaxion se convirtió en un refugio de defensa para el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.

A finales de 1970, el arquitecto, escritor y sanitarista iraní Nader Khalili elaboró su técnica superblock, un tipo de construcción sobre la base de bolsas de arena y alambres de púas. Su particular edificación —que toma dos típicos materiales utilizados en los conflictos bélicos— surgió por un pedido de la NASA cuando planeaba establecer asentamientos humanos en la Luna y Marte. De las colonias en el espacio, Khalili pasó a una aplicación terrenal, y hoy su superadobe aloja a quienes perdieron sus hogares por la guerra y otros desastres humanitarios. En 1995, las Naciones Unidas empleó el superblock por primera vez en un campamento de refugiados en Irán e Irak.

Este refugio es una especie de vivienda urbana inflable, diseñada para personas sin hogar. Su estructura plástica se adhiere a las bocas de ventilación y a los sistemas de calefacción y aires acondicionados. El aire caliente desechado por el edificio, infla en simultáneo al paraSITE y también sirve como calefacción. Ya fueron utilizados y testeados con éxito por más de treinta personas en Boston, Cambridge, Baltimore y Nueva York. Su estructura está hecha de bolsas de plástico, polietileno y cinta adhesiva. Y constituyen el típico prototipo de vivienda de emergencia. La funcionalidad y las virtudes de paraSITE fueron celebradas en el MoMA con una exhibición en 2005.

Este refugio se inspira en las tiendas de las tribus nómades, sobre una estructura que retoma una tecnología textil ancestral: la unión de fibras lineales permite lograr formas tridimensionales complejas. El proyecto de la arquitecta Abeer Seikaly hace más eficientes aquellas viviendas tribales al incorporar tecnología constructiva. Las estructuras generan huecos para retener el agua de lluvia y transformarla en electricidad y el calor en energía solar. Por su casa ecológica de arquitectura textil, Seikaly obtuvo un Lexus Design Award en 2013. Con ella, ayudó a muchos refugiados que hoy dejaron de vivir en campamentos que no cumplen los requisitos mínimos de habitabilidad.

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De la Tierra a los campamentos en Marte y a todas las fantasías que nos dejó la Guerra Fría con sus hipótesis atómicas y la carrera espacial, desde los refugios de guerra de Richard Buckminster Fuller hasta hoy... a lo largo del siglo XX, Estados Unidos fue la gran fuente de ideas extremas y apocalípticas. Un ejemplo reciente es el Design for Extreme Affordability, de la Universidad de Stanford (extreme.stanford.edu). Su traducción sería algo así como “un diseño que enfrenta situaciones extremas que, en principio, parecen imposibles, pero que tie-

nen solución”. Este posgrado trabaja sobre todo tipo de urgencias, desde catástrofes sanitarias hasta la falta de vivienda. En nuestro país, también hay buenos ejemplos inspirados en la supervivencia. En 1975, cuatro jóvenes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de Mendoza —Barbanente, Vitalli, León y De Jong, dirigidos por el arquitecto Tedeschi— lograron un premio de la Unesco. Su Hábitat de Emergencia (una cápsula de fibra de vidrio) servía para “mejorar emplazamientos en villas y campamentos”, así explicaron. Una versión

moderna en clave local es el CMax System, de García Mayor, que —como los mendocinos— también recibió halagos internacionales de la ONU. Afortunadamente, la guerra nuclear todavía no ocurrió. Sin embargo, el siglo XXI nos encuentra en el Cono Sur como telespectadores del movimiento de miles de personas desplazándose por el Norte. Aportar al conflicto en Siria o a las guerras religiosas de África serán los próximos desafíos del diseño social: ¿podrá el diseño con todo esto? Tal vez sí, pero necesitará de nuestra ayuda.

—Argentina, 2013 CMax System Nicolás García Mayor

—Suecia, 2015 Refugio mejorado Fundación IKEA, ONU

—China, 2015 Lenteja acuática Zhou Ying y Niu Yuntao

—Ecuador, 2016 Proyecto Chacras Natura Futura Arquitectura

El sistema de refugios plegables de emergencia se arma en diez minutos y sin ayuda de herramientas. Puede albergar a diez personas, a una familia entera, y está hecho de propileno, aluminio y tela de poliéster. Tiene patas telescópicas que lo separan del piso, así reduce la entrada de humedad y frío, que tanto afecta a las carpas comunes. Cada unidad tiene un kit de supervivencia y, mientras permanecen plegadas, pueden apilarse. García Mayor es un diseñador industrial de Bahía Blanca, egresado de la Universidad de La Plata, que se especializó en diseño con fines humanitarios. Su CMax fue patrocinado por las Naciones Unidas y elogiado por el papa Francisco.

Los primeros arribos de miles de refugiados a Lesbos generaron conmoción mundial. Aluviones de personas de Siria, Irak, Afganistán y otros países en guerra sin posibilidades más que la de dormir a la intemperie. El impacto motorizó distintas iniciativas y algunos países europeos pusieron en marcha alternativas habitacionales. Una de las firmas que recogió el guante fue IKEA, a través de su fundación, su departamento de acción social y cultural. A la firma sueca, se sumó la agencia de refugiados de la ONU. Así, produjeron refugios apilables que se arman en un par de horas, con unas pocas y simples instrucciones dentro de un manual para el usuario; fiel al estilo de IKEA.

La NASA pronosticó un crecimiento alarmante de los niveles del mar en los próximos años. Para hacer frente a estos indicadores, surgió el refugio flotante contra inundaciones y tsunamis. En lugar de salvavidas, se ingresa a una cápsula cerrada capaz de acompañar el movimiento de grandes olas. Convierte el agua de mar en agua potable y es fácil de inflar con un cargador de gas. Una vez sobre la superficie del mar, los refugios individuales se combinan para formar grupos y lograr una mayor resistencia y estabilidad frente a las olas y los vientos. Sus marcas fluorescentes ayudan a una rápida localización nocturna. Por la calidad de su diseño, ganó un Red Dot en 2015.

Inspirado en las miles de personas que perdieron sus casas en el terremoto de Ecuador durante abril de este año, el proyecto Chacras ofrece alternativas de vivienda para personas desplazadas. Muchos ecuatorianos tuvieron que huir en busca de zonas despejadas y sin escombros para relocalizarse en pequeñas superficies. En Chacras, una de las ciudades más afectadas, el estudio Natura diseñó una casa hecha con módulos de pallets de madera que se levanta en una semana. Para completar el proyecto, Natura acudió a la prensa: a través de una campaña mediática pidió donaciones y voluntarios. La construcción de las casitas fue posible con la ayuda de toda la comunidad. 27


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