




Al encender estas cuatro velas, en el ultimo domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre.
“Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana de Jesús.
Nuestra familia quiere llevar esta alegría a todas las personas que más sufren”.
Amén.
Ven y Sígueme
colunga46561@hotmail.com
La Navidad no es un cuento
#Terecomiendo
Juan Apóstol, este largometraje está basado en la vida de quien fue el menor de los apóstoles y el más amado por Jesús. La película comienza con la crucifixión de Jesús de Nazaret donde Juan fue el único Apóstol que la presenció acompañando a Maria. Después de la muerte de Jesús los apóstoles se esparcen por el mundo a predicar la palabra de Dios, Juan elige Asia Menor (Efeso) y allí escribe el Apocalipsis y el Evangelio según San Juan considerado por la iglesia católica el mas genuino de todos.
#Traslashuellas
Papa
Francisco
Nos llena de confianza y esperanza saber que el Señor nació por nosotros; que la Palabra eterna del Padre, el Dios infinito, puso su morada entre nosotros; que se hizo carne, vino «y habitó entre nosotros" (Jn 1,14). "¡Esta es la noticia que cambia el curso de la historia!".
"El anuncio de Belén es una gran alegría" y aclaró: "No es la felicidad pasajera del mundo, ni la alegría de la diversión, sino una 'gran' alegría, porque nos hace 'grandes'".
"Hoy, en efecto, nosotros seres humanos, con nuestros límites, abrazamos la certeza de una esperanza inaudita, la de haber nacido para el cielo. Sí, Jesús nuestro hermano vino a hacer que su Padre sea nuestro Padre. Siendo un Niño frágil, nos revela la ternura de Dios; y mucho más: Él, el Unigénito del Padre, nos da el «poder de llegar a ser hijos de Dios» (Jn 1,12). Esta es la alegría que consuela el corazón, que renueva la esperanza y da la paz; es la alegría del Espíritu Santo, la alegría de ser hijos amados".
José Ricardo García López
Profesor Investigador VI, en retiro, de la UASLP. Facultad de Derecho
Antonio Martínez de Cala, más conocido por Elio Antonio de Nebrija, por haber nacido en el pueblo sevillano de Lebrija el año de 1441, después de muchos desvelos, estableció las normas de las voces castellanas y entregó a la Reina Católica un instrumento de comunicación; es decir, su Gramática de la lengua castellana. Cabe hacer una reflexión y exaltar, aunque brevemente, la importancia de la Gramática de Nebrija, o lo que es lo mismo, de nuestra lengua, en el devenir histórico y reconocer:
...que es para los mexicanos, la de nuestra unidad nacional en un marco de vigorosa pluralidad cultural y étnica en el que estamos resueltos a proteger y promover también el cultivo de las lenguas indígenas. A los mexicanos nos enorgullece hablar, leer y cultivar una lengua de historia milenaria y de inmensa y variada geografía, la lengua del Cantar del Mío Cid y del Quijote, la lengua universal y fecunda de Quevedo, de Garcilaso y de Sor Juana: la lengua vigorosa y palpitante de Borges y Rubén Darío, de Cortázar y de Neruda, de Machado y de Rulfo...
En palabras del Rey Juan Carlos de España, ...españoles y americanos debemos sentirnos unidos; La lengua española es el gran vínculo de unión de nuestros pueblos, es nuestro mejor bien, y su preservación es responsabilidad de todos los miembros de nuestras comunidades, así como ha aconsejado el profesor Rafael Lapesa, Leernos mutuamente, escucharnos unos a otros, vernos recíprocamente actuar en nuestro ejercicio de la lengua oral, una y múltiple. Hagámosla nuestra toda, sin fronteras ni aduanas. Gocemos la literatura panhispánica haciendo nuestro lo creado por unos y otros. Los sistemas educativos, en especial, deben esforzarnos para que desde los primeros años de la formación escolar la lengua española, en sus distintas variedades españolas y americanas, sea sentida con el amor debido a su rico pasado y a su prometedor porvenir y que, por encima de las literaturas nacionales, nuestros escritores, de Cervantes a Sor Juana Inés de la Cruz, de Neruda a Borges, de Mutis a Monterroso sean leídos con el placer y la admiración de su pertenencia a nuestra única historia literaria.
La obra de Nebrija nos invita a evocar a aquellos que engrandecieron nuestra literatura con sus escritos, siguiendo las normas establecidas por él en su Gramática, así tenemos a:
...la sublime musa Sor Juana Inés de la Cruz, quien hizo resplandecer las letras hispanas en el mundo colonial de la patria mestiza, a Juan Ruiz de Alarcón, cuyo fecundo talento lo situó al lado de los genios del Siglo de Oro español, como Lope de Vega, Calderón de la Barca, Quevedo y Góngora. Unos y otros hicieron florecer el idioma que nos formó como ramas de una sola estirpe y en el cual se expresa, al decir del glorioso jerezano Ramón López Velarde, la suavidad y la grandeza de la cultura común que nos cobija y nos alienta.
La lengua española fue el factor que propulsó la integración en un ente nacional a la diversidad de las comunidades nativas. Ningún otro componente cultural tuvo, a lo largo de la historia y aún en el presente, los efectos constructivos que derivan de compartir un mismo idioma. Pocos factores aglutinadores, como la fuerza unificadora del lenguaje, tienen a su alcance nuestros pueblos, que han persistido en desgarrarse mientras no terminan de constituirse plenamente.
No obstante que la gramática consolidó nuestra lengua y nos brindó un vehículo eficaz de
comunicación entre los pueblos de España y los de los territorios que habían de conformar al través del tiempo Latinoamérica, al paso de los años, ...el idioma se ha ido desgastando y muchas palabras –palabras mayores por su connotación histórica- hoy nos parecen vacías de contenido. Hemos abusado de las invocaciones a la libertad y a la justicia. Su sonido ha dejado de interesar a las masas iletradas y empobrecidas. Nada dicen a quienes viven realidades opuestas al significado de esas palabras que fueron, en su origen, grandes, bellas, conmovedoras... En los foros internacionales es frecuente hacer la defensa de la paz con palabras de guerra, del mismo modo que otros esconden su propósito de hacer la guerra, con falsos discursos a favor de la paz. La corrupción del idioma es mayor por el divorcio entre las palabras que se dicen y las realidades que se pretenden ocultar o disfrazar. Pugnar por la autenticidad y la congruencia en el uso del lenguaje es contribuir a depurarlo y preservarlo. Indudablemente que Nebrija al entregar a la reina su magna obra, lo hizo convencido de que “la palabra no debe ser estímulo de bajas pasiones, de cóleras infecundas o de odios destructivos. Tiene que ser semilla de concordia, de fraternidad, de genuina solidaridad entre las naciones y los individuos”.
El nebrisense nos entregó, por conducto de Isabel de Castilla, el medio para poder leer y escribir la lengua española y el entusiasmo por aprender otras porque:
... sólo quien lee y escribe una lengua adquiere los instrumentos para adentrarse en ella. Sólo quien la lee y la escribe puede poner en claro sus ideas, hablarles a los demás y, lo más importante, hablarse a sí mismo. Sólo quien la lee y escribe se apodera del pasado y de la memoria y puede, por lo mismo, entrar en contacto con otras culturas y aprender otros idiomas.
La lengua de Cervantes nos ha enseñado el ingenio, el talento y, sobre todo, la generosidad con los otros, y su voz tiene la misma profunda e intensa vibración que en los capítulos de la vida del ingenioso Hidalgo.
La gramática que venimos mencionando nos ha dado la posibilidad de sentirnos hermanados con varios pueblos de la tierra por el idioma, de tal suerte que podemos hablarles y escucharlos y así convivir con ellos:
..Por esto, el amor a nuestra lengua, que es palabra y es silencio, se confunde con el amor a nuestra gente, a nuestros muertos los silenciosos y a nuestros hijos que aprenden a hablar... El lenguaje nos da el sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad... El espacio se ensancha y el tiempo se alarga. Estamos unidos por la lengua a una tierra y a un tiempo. Somos una historia... El castellano no sólo trasciende las fronteras geográficas sino las históricas, se hablaba antes de que nosotros los mexicanos, los hispanoamericanos tuviésemos existencia histórica definida.
En cierto modo, la lengua nos fundó o al menos hizo posible nuestro nacimiento como nación, sin ella nuestros pueblos no existirían o serían algo muy distinto de lo que son.
La lengua es de todos y es de nadie, las normas que la rigen sí, nuestra lengua, como todo, posee un conjunto de reglas, pero esas reglas son flexibles y están sujetas a los usos, el idioma que hablamos los mexicanos no es menos legítimo que el de los argentinos, los españoles, los peruanos, los venezolanos o los cubanos, aunque todas esas hablas tienen características propias, sus singularidades y modismos se resuelven al fin en unidad.
“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (DA 291)