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Dirce Alethia García García Luis Ángel Méndez Sánchez
COVID-19. México: Gob. Fed.
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Zepeda, J. (2020). Boletin informativo del Senado de México. México: Gobierno de México.
Acerca de los autores:
Citlalli Pacheco Ramírez Resumen: Investigadora de Tiempo Completo en el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las Ciencias Administrativas, con docencia en el mismo instituto y en el Sistema de Enseñanza Abierta, en ambos casos, de la Universidad Veracruzana. Maestra en Contabilidad y Gestión Gubernamental. Contacto: cpacheco@uv.mx
Mauricio Pavón Pavón Resumen: Académico Docente Tiempo Completo de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana. Doctor en Administración Pública. Contacto: mpavon@uv.mx
Fredy Castro Naranjo Resumen: Académico Docente Tiempo Completo de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana. Doctor en Administración y Desarrollo Empresarial. Contacto: fcastro@uv.mx
5. LAS TRIBULACIONES EN LAS MIPYMES POR COVID-19, ESTRATEGIAS PARA MINIMIZARLA.
Dirce Alethia García García
Luis Ángel Méndez Sánchez
México
Resumen
En México el virus denominado SARS-CoV2 (COVID-19) ha traído consigo una serie de problemas de salud y económicos para la población del país. Tanto empresas como trabajadores deberán buscar la manera de generar ingresos para reabrir o para garantizar la existencia de sus negocios, utilizando alternativas y herramientas tecnológicas que permitan la realización de sus actividades respetando las medidas de distanciamiento social. Los principales problemas al que se enfrentaron fue la ausencia de habilidades tecnológicas para operar a distancia. El propósito de este trabajo es integrar algunas propuestas para los empresarios con la finalidad de hacerle frente a la crisis económica que se está viviendo en estos tiempos por la Pandemia.
Palabras clave: Empresas MiPyMes; Crisis Covid-19; nueva normalidad
Abstract
In México the virus called SARS-CoV2 (COVID-19) has brought a series of health and economic problems for the country’s population. It has been possible to demonstrate the level of the unemployed population in the time we have had a health emergency and the difficulty they have had in obtaining another job and thus supporting their families. Both companies and workers look for ways to generate income to verify the existence of their businesses, using alternatives and technological tools that carry out their activities while respecting social distancing measures. For its part, the government must take specific actions to mitigate the damage this pandemic is leaving in our country. The purpose of this work is to make a series of recommendations entrepreneurs with the proposal for analysis in the face of the economic crisis that is being experienced in the days of COVID-19.
Keywords: Company; Covid-19; Crisis; Closing; MiPyMES
Introducción
El día 30 de marzo de 2020 fue declarada la emergencia sanitaria emitida por el Consejo de Salubridad General a través de Diario Oficial de la Federación (DOF), derivado de la epidemia generada por el virus llamado SARS-CoV2 (COVID-19). A raíz de esto se comenzaron a tomar las medidas pertinentes en cuanto al cuidado personal, control de aglomeración de personas en espacios públicos, desinfección de áreas comunes por parte de las autoridades sanitarias, el cierre temporal de comercios que no tuvieran una actividad indispensable, entre otras.
Por lo anterior la situación económica en México se ha visto afectada, influyendo directamente en las empresas. El sector empresarial de estudio para este artículo es aquel que incluye a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMES) ya que son las que se consideran tuvieron el mayor impacto en su economía debido a su nivel de demanda, disminución de ingresos, escasez de insumos, reducción de personal, así como la implementación de medidas sanitarias de forma oportuna.
En 2019 México reportaba un total de 4 millones 169 mil 677 MiPyMES, de la cuales un 97.3% eran micro empresas y un 2.7% pequeña y medianas empresas; poco más de 1 millón de MiPyMES donde laboraban casi 3 millones de personas, tuvieron que cerrar de manera definitiva a causa de la pandemia, es decir, un 24% aproximadamente.
Por lo tanto el propósito de este artículo es integrar estrategias para los empresarios de México con la finalidad de recuperarse positivamente la crisis económica derivada de la pandemia por COVID-19.
La economía de México lleva varias décadas con problemas, como país que se encuentra supervisado por la OCDE y la CEPAL, y en diversas publicaciones de estos organismos, han hecho señalamientos al respecto. Aunque el gobierno actual indica que la crisis se está sobrellevando de buena manera, las empresas parecen experimentar lo contrario. Hoy en día se encuentran inmersas en una de las mayores crisis que han experimentado, donde por claramente las MiPyMES no han escapado.
Situación de crisis empresarial en México provocada por COVID-19
Al 24 de abril de 2020, el gobierno mexicano había anunciado varias medidas, primordialmente encaminadas a una política monetaria expansiva (la baja de tasa objetivo, créditos para Pymes, facilidades de créditos para personas físicas), mientras que en la política fiscal se mantienen y amplían las medidas de austeridad (Alamilla et al, 2021)
Actualmente la economía del país se ha visto afectada en gran parte por la emergencia sanitaria, ocasionando que muchas MiPyMES hayan cerrado o en otros casos han decidido buscar alternativas para continuar funcionando siempre que cumplan con las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus.
Ante la crisis, las empresas enfrentan desafíos para proteger la salud de los colaboradores y la salud de la propia empresa. Es importante considerar que la crisis es temporal y requiere una visión de largo plazo (Mora, 2021).
Una de las medidas implementadas por el gobierno fue la emisión del listado de actividades esenciales, el cual establecía que tipo de comercios podían continuar realizando sus actividades; aquellas que no figuraban dentro de esa lista se consideraban no esenciales y debían mantenerse cerradas, abrirían de acuerdo al semáforo de riesgo.
Según la Secretaría de Salud (SSA, 2020) el semáforo de riesgo epidemiológico para transitar hacia una nueva normalidad, es un sistema de monitoreo para la regulación del uso del espacio público de acuerdo con el riesgo de contagio de COVID-19; cada estado cuenta con su propio semáforo de riesgo.
Los colores del semáforo de riesgo indican que el color rojo era momento de permanecer cerrados los negocios; el color naranja significa que han disminuido los riesgos de contagio y podían abrir los negocios con limitaciones de concurrencia, es decir, no permitiendo la entrada de personas a toda la capacidad de la infraestructura; el color amarillo indicativo de un menor riesgo de contagio, eso implica que la aceptación de concurrencia aumenta y finalmente el color verde es la etapa donde los negocios podrán operar al cien por ciento sin limitantes, por considerarse que el riesgo ya es mínimo; estas decisiones se han ido tomando por el gobierno como estrategias para cuidar la salud de la sociedad y apoyar la movilidad de la economía que contribuye al bienestar de la población.
Como cada época de crisis los más afectados son aquellas pequeñas empresas que cuentan con menos recursos y sin acceso a financiamientos con tasas de interés favorable. Esta crisis no será la excepción ya que además de representar afectaciones de salud también está siendo en el aspecto económico.
La primera fase, por ejemplo, se reflejó en una contracción de –1.3% en el Indicador Global de Actividad Económica de marzo con respecto al mes previo usando cifras desestacionalizadas. Esta contracción fue provocada, entre otros factores, por una caída mensual de -26% y -8% en los sectores de Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas y de Servicios de esparcimiento, culturales y deportivos, respectivamente (Esquivel, 2020).
Dado que esta es una crisis mundial de salud con impacto económico en todas las personas, fue desarrollándose igualmente en un efecto global ya que el turismo y los ciudadanos mexicanos que volvían de visitar otros países fueron considerados focos de contagio. Razón por la que diversos vuelos se fueron cancelando o suspendiendo, situación que afecto dado el volumen de flujo de personas por negocios, retoro a sus lugares de origen o llegadas a las ciudades
turísticas donde utilizan sus divisas y movilizan a la población mexicana. Ellos fueron los primeros que recibieron los efectos por la crisis de la pandemia, esto reflejo una baja derrama económica en las zonas de mayor auge turístico en nuestro país, en esta etapa pudieron verse afectadas las MiPyMES dedicadas al turismo, tales como agencias de viaje, de transporte, alojamiento, restaurantes, de esparcimiento, cultura, centros de negocio y comercios en general. La segunda fase, por su parte, significó una caída mucho más profunda y generalizada. Así, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) de abril disminuyó en 17.3% con respecto a marzo, la contracción más grande de toda su historia para un solo mes. Esta caída fue el resultado de una disminución tanto en la actividad industrial (-25%) como en el sector de servicios (-14%) (Esquivel, 2020).
En esta segunda fase se aborda el cierre de empresas con actividades consideradas como no esenciales, esta decisión afectó a los sectores de servicios y manufactura de productos, donde algunos debieron cerrar de manera temporal para acatar las indicaciones de distanciamiento social.
La tercera y última fase se ubica en la actualidad que nos encontramos viviendo en este 2021, donde se vislumbra un panorama favorable dado que se ha iniciado la vacunación de adultos mayores a 60 años, personal educativo y administrativo de las diferentes instituciones de educación y ya ha dado inicio la campaña para adultos de entre 50 y 59 años de edad, gracias a esto y a la disminución de contagios se plantea el regreso a la nueva normalidad de manera gradual, sin dejar de prestar atención a las medidas de distanciamiento social.
No obstante muchas empresas debido a su giro mercantil no han podido continuar con sus actividades cotidianas ni han podido encontrar medios para subsistir en esta situación de crisis. Es por esto que han despedido a sus empleados, algunos con la promesa de recontratarlos una vez que puedan regresar a la nueva normalidad y muchos otros sin esperanzas de volver a la empresa donde laboraban ya que han tenido que cerrar definitivamente su negocio (Díaz, 2020).
De acuerdo a un análisis comparativo realizado entre abril y agosto 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020), se puede observar que, de 1,873,564 empresas en total, incluyendo grandes, medianas y pequeñas empresas, cerraron por paro técnico o de manera temporal 1,115,983 empresas en el mes de abril y 432,001 empresas en el mes de agosto, lo cual nos muestra el efecto que tuvo la pandemia una vez declarado estado de emergencia sanitaria en nuestro país.
La gráfica 1 nos muestra un estudio realizado por INEGI, con aquellas empresas que sobrevivieron y no cerraron en su totalidad, las cuales solo limitaron el acceso a una persona por familia, respetando de igual manera el aforo máximo de clientes dentro del establecimiento.
Gráfica 1 . Tipo de afectaciones por tamaño de empresa. Fuente: INEGI, 2020
La gráfica 2 nos muestra las respuestas de las MiPyMES ante la pregunta de cuánto tiempo podrían seguir operando sin cerrar y con ingresos disminuidos, y visualizan un panorama de mediano plazo lo cual significaría que tienen la expectativa de aumentar el nivel de ingresos en el largo plazo para poder continuar operando.

Gráfica 2: Tiempo que podrán seguir operando con el mismo nivel del ingresos los próximos meses. Fuente: INEGI, 2020.
La gráfica 3 habla de los niveles de endeudamiento. Un porcentaje importante de las MiPyMES que han contraído deudas por motivos diversos y algunas de ellas han tenido retraso en el pago de sus deudas, sumando en su conjunto un 72.2%. Estas deudas podrían representar obligaciones pendientes de pago con amistades, familiares, instituciones de crédito, proveedores, aseguradoras, entre otros tipos de acreedores dependiendo el giro mercantil de cada empresa.

Retraso en el pago de deudas por tamaño de empresa. (INEGI, 2020) Gráfica 3
Para poder solventar esas obligaciones y todas aquellas que deben cumplir por el hecho de mantener abierta la empresa ha llevado a los empresarios a buscar alternativas y lograr hacer llegar sus productos y/o servicios a quienes los requieran, adoptando medidas que en algunos casos han sido de carácter permanente, tal y como se muestra en la gráfica 4.

Gráfica 4 . Adopción permanente de medidas operativas por tamaño de empresa. Fuente: INEGI 2009.
Estrategias emergentes aplicadas por las empresas para evitar el cierre en la pandemia por COVID
Es importante destacar que las MiPyMES no se han quedado atrás en la adopción de medidas operativas diferentes a las que aplicaban antes de la pandemia para poder realizar sus actividades comerciales. Su nivel de adaptación para la venta a través de internet es la más representativa ya que se encuentran por encima de las grandes empresas, demostrando así su buen nivel de adaptación al cambio y la oportuna utilización de las diversas plataformas digitales para poder lograr su fin económico.
La crisis generada por el brote de COVID-19 ha alterado el estilo de vida de miles de personas alrededor del mundo y ha afectado la economía mundial. En México, el sector mediano ha sido altamente impactado por esta situación en distintos niveles, pues muchas empresas se han visto obligadas a modificar sus procesos productivos para adaptar el negocio a las condiciones actuales (Deloitte, 2021).
En cuanto a la diversificación de los bienes y/o servicios ofrecidos a sus clientes, se han mostrado con un nivel competitivo respecto a las grandes empresas, permitiendo así que puedan mantenerse operando. Una muestra de su adaptabilidad es que muchas MiPyMES comenzaron a comercializar productos de limpieza, cubre bocas, caretas protectoras, guantes, servicios de desinfección para automóviles y casas, entre otros, los cuales no formaban parte de su catálogo inicial de bienes y/o servicios ofertados al mercado.
Lo anterior demuestra congruencia con lo comentado por (Alvarado, 2020) que dice: estamos cambiando nuestros patrones y hábitos de consumo, creencias, costumbres y actitudes. Más allá de lo que suceda en cada una de las subculturas a las que pertenecemos, es claro que nos estamos transformando.
A fin de mantener a la empresa operando reestructuraron los turnos de trabajo para estar en sintonía con los horarios propuestos por el Estado a consecuencia de la pandemia, con eso las MiPyMES hicieron un esfuerzo para irse alineando y a la par evitar los prontos despidos.
En los países en que los rezagos tecnológicos y productivos se reproducen o amplían se genera un patrón de especialización de escaso dinamismo tecnológico y de demanda basada en la competitividad que brindan los recursos naturales o la mano de obra barata poco calificada (CEPAL, 2020). Este comentario nos muestra como México es considerado como un país en rezago tecnológico que aunado a la distribución de la internet amplía la complejidad a la sociedad.
Otro de los retos que enfrentaron las MiPyMES fueron los medios de cobro, ya que por motivo del distanciamiento social muchas personas optaron por realizar los pagos a través de medios electrónicos, tales como transferencias electrónicas o pa-
gar por medio de tarjetas de crédito o débito para evitar el contacto con billetes o monedas. Esta situación guarda relación con los aspectos tecnológicos pero también con los aspectos financieros, ya que para realizar los cobros en estas formas se requiere de capacidad para el manejo tecnológico y de inversión para la adquisición de las terminales.
De acuerdo a la (ECLAC, 2021) que afirma: “the COVID-19 emergency was an opportunity to expand electronic and digital payment systems. During the pandemic a larger fraction of the population started using electronic payments, especially elder users, informal and traditional businesses, and people outside the banking system through the expansion of non-banks.” [La emergencia COVID-19 fue una oportunidad para expandir los sistemas de pago electrónico y digitales. Durante la pandemia una fracción mayor de la población comenzó a utilizar pagos electrónicos, especialmente usuarios mayores, negocios informales y tradicionales y personas fuera del sistema bancario a través de la expansión de entidades no bancarias].
La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 aún no ha llegado a su fin, sin lugar a dudas el pueblo mexicano ha sabido sortear los obstáculos que se le han presentado a lo largo de la historia y seguramente logrará salir avante de esta crisis en la que se encuentra, es por esto que se deben crear estrategias para lograr los objetivos y metas planteados por lo empresarios para con sus negocios.
Las fechas de inicio y terminación de las recesiones han sido tema de debate desde hace mucho tiempo, aquí en México como en la mayoría de los países (Heath, 2021)
Consecuencias de la pandemia por COVID-19 en las empresas en la fuerza laboral
Los países con las economías informales más grandes donde han sido aplicadas medidas de confinamiento total son los que más están sufriendo las consecuencias de la pandemia (ONU, 2020).
Desde el punto de vista financiero, los más afectados por la paralización de actividades han sido los trabajadores que laboran en MiPyMES, ya sea por la modalidad de contratación o por pertenecer al sector del comercio informal. Por otra parte aquellos trabajadores que continúan desempeñando sus actividades de manera regular por pertenecer al sector de actividades esenciales y sin estar vacunados, pueden resultar los más afectados en cuanto a cuestiones de salud y en caso de contagiarse tendrían que dejar de laborar en las empresas a las que pertenezcan, representando esto una disminución de la producción, atención a los clientes limitada, no cumplir con las metas y objetivos proyectados, entre otros.
En la primera quincena de abril, se estima que entre 5.2 y 8.1 millones de personas perdieron su empleo, fueron “descansadas” o no pudieron salir a buscar trabajo en el contexto de la pandemia de COVID-19. Un 10.8% de la población
se encontró en esta situación. En contraste, entre octubre y diciembre de 2019, sólo 1.9 millones de personas (3.3%de la población) estaba desempleada. (EQUIDE, 2020)
En contraste con lo expuesto por el INEGI en relación con el cuarto cuatrimestre de 2020 y lo publicado por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) referente a los meses de octubre a diciembre 2019, podemos comentar que a pesar del regreso a la nueva normalidad, aún tenemos un 1.26% más de población desempleada con respecto al 2019.

Gráfica 5: Variables de ocupación abril 202o. Fuente: EQUIDE, 2020, pág. 9.
De acuerdo a (INEGI, 2021) publicada en febrero, señala que las entidades federativas han tenido un repunte en la oferta de plazas de empleo donde se estima que se ira abatiendo las pérdidas de empleo ocasionadas durante los 18 meses de subsistencia de la pandemia. Lo ideal sería que la economía se recuperara en el mediano plazo y los empleos se reflejaran a la alza de manera recurrente. Esta misma información presentada por el (INEGI, 2021) refleja que las edades para la población económicamente activa y no activa igualmente deberían mantener un repunte para que mantengan su nivel o calidad de vida.
Desde el punto de vista de los empresarios podemos vislumbrar un escenario de difícil discernimiento, donde debieron tomar medidas drásticas para poder mantener su empresa funcionando, ya sea haciendo ajustes en los salarios de sus trabajadores, recorte de personal, incursionar en otra área que no era la principal actividad económica de la empresa y por tanto carecía de experiencia en esa rama, inclusive algunos debieron tomar la decisión de cerrar de manera definitiva afectando así su patrimonio que posiblemente había requerido de muchos
años de trabajo arduo para obtenerlo.
De acuerdo a estimaciones realizadas por (Aguilar, 2020) comenta que el escenario más optimista para los trabajadores mexicanos, seria aquel en el cual se lograran rescatar la totalidad de los empleos, sin embargo, esto parece por demás imposible debido a la contracción estimada del más del 6% del PIB.
La rapidez con que la economía pueda recuperarse en este primer semestre del 2021 dará como resultado la disminución de los índices de desempleo en el país. Esto también depende de las medidas que emitan las autoridades en relación a la reactivación de comercios en la llamada nueva normalidad. Cabe destacar que la secretaría encargada de emitir las reglas correspondientes es la
Secretaría de Salud, mientras que la Secretaría de economía y la Secretaria del trabajo y previsión social solo han tenido funciones de supervisión, más no son quienes determinan el cierre o apertura de empresas.
La nueva normalidad denominada así, es justamente el cambio de paradigma que se ha tenido que aplicar a la cotidianidad de la vida, donde se reforzaron algunos hábitos y otros se crearon, ente ellos las medidas sanitarias que deben aplicarse para que la empresa reabra o siga operando. La distancia que es necesario seguir manteniendo ente las personas que laboran o que acuden a los negocios, así como las medidas de no omitir traer el cubreboca y de ser posible, careta o lentes para disminuir los contagios. Hoy a más de un año de esta situación, ya es poca la resistencia de la sociedad a cumplir con estas medidas, se volvieron un hábito.
Acciones propuestas para los empresarios
El país está pasando por una crisis sanitaria, económica y laboral, tanto por parte de las empresas como por los trabajadores que muchas ocasiones prefieren percibir un sueldo más elevado y prescindir de un contrato que le otorgue las prestaciones mínimas de ley lo cual deja al trabajador en estado de indefensión. Los empresarios por su parte ha tenido que dejar ir mano de obra calificada, clientes, proyectos, inversionistas, entre otros, por la recesión que se ha experimentado, esto genera mayores costos, bajo o nulo desarrollo de la empresa y en algunos casos el cierre temporal o definitivo.
• Replantear el contenido de los contratos que se tienen con proveedores y clientes, ya que por la pandemia pudieron existir incumplimientos en plazos de entrega lo cual generó sanciones para una de las partes, a pesar de ser una causa que no correspondía directamente a las partes involucradas. Podrían proponer un nuevo contrato donde se tomen en cuenta este tipo de contingencias para que se reduzca la afectación en esos casos.
• Es momento de to-
mar conciencia como empresa y buscar las vías de comunicación con sus trabajadores, con la finalidad de que ninguna de las partes se vea afectada, por lo tanto las empresas deberían acatar lo establecido en la ley y de esta manera brindar la protección económica a sus trabajadores lo cual crearía un mayor sentimiento de pertenencia, así como lealtad.
• Debido a la situación económica que se está experimentando en la actualidad, nos permite observar que se debe innovar la manera en que se realizan ciertas actividades, tales como prestación de bienes y servicios, donde en su mayoría habían sido comercializados de manera física y cara a cara con el cliente, lo anterior representa una gran limitación en este tipo de situaciones.
• Además de actuar con total legalidad y transparencia, los empresarios tendrán que cambiar la manera en que visualizan su negocio, elevándolo a niveles tecnológicos donde la actividad principal de su negocio no se quede sólo en niveles físicos, es decir, trato directo de manera física con sus clientes, si no adaptarse al cambio utilizando las herramientas tecnológicas tales como las plataformas digitales, redes sociales, medio de pagos digitales, atención personalizada a distancia, esto para poder hacer llegar su producto y/o servicio a los clientes reales y potenciales.
• Hacer el uso correcto del marketing digital, no contratando personal que forme parte de la empresa, si no alguien externo y de ser posible negociar el pago de sus servicios conforme al rendimiento que sus servicios generen a la empresa. De esta manera no se generan obligaciones patronales, simplemente existe una relación de prestación de un servicio pero no de manera subordinada.
• Para la empresas de servicios se debe continuar haciendo uso del teletrabajo (home office), con la finalidad de que el negocio y los trabajadores no se vean afectados, lo que deberá hacer la empresa es evaluar si esta medida está brindando los resultados esperados y decidir si continuar bajo este nuevo esquema. De esta manera la empresa no deja de generar ingresos y lo trabajadores continúan recibiendo sus salarios.
• Las empresas pueden negociar con sus trabajadores el monto de salario pagado en función de los ingresos que perciba la empresa, de esta manera ambas partes se encuentran aseguradas ya que la empresa podrá cumplir sus obligaciones en medida de sus posibilidades sin afectar el negocio.