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Controversias sobre el consumo de fructosa

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Glucosa

Glucosa

ventaja de su uso como edulcorante en la dieta de los diabéticos. Tiene un índice glucémico inferior en comparación con la glucosa y la sacarosa (el índice glicémico es un factor que diferencia los alimentos, según la cantidad de moléculas de glucosa liberadas por cada uno, y está directamente relacionado con la glucemia, que es el nivel de azúcar que circula en la sangre).

Los alimentos y bebidas endulzados con fructosa provocan un aumento menor en los niveles de glucosa en la sangre que los elaborados con sacarosa o glucosa.

La fructosa también es un 73 % más dulce que la sacarosa, por lo que los diabéticos, consumiendo menos, necesitan consumir menos que de otros azúcares para tener la misma sensación de dulzor.

La fructosa libre se absorbe directamente del intestino. Cuando se la consume en forma de sacarosa, se digiere y luego se absorbe como fructosa. Cuando la sacarosa entra en contacto con la membrana del intestino delgado, la enzima sacarasa cataliza la hidrólisis (quiebra) de la sacarosa para producir una unidad de glucosa y una unidad de fructosa, cada una de las cuales es absorbida ingresando en la vena porta dirigiéndose al hígado, órgano en el cual ambas son metabolizadas.

Controversias sobre el consumo de fructosa

- En el organismo, la fructosa es fosforilada a fructosa 1-6-bifosfato por la enzima hexocinasa, entrando en la vía glucolítica. Así, un consumo excesivo de fructosa conduce a una saturación de la vía glucolítica, lo que conduce a la formación de altas cantidades de piruvato que al ser descarboxilado genera acetil-Coenzima A, precursor de los ácidos grasos aumentando su biosíntesis, provocando la acumulación de grasas en el tejido adiposo.

El consumo excesivo de azúcares libres, incluida la fructosa, se considera una causa de sobrepeso y síndrome metabólico además esteatosis hepática (contenido de grasa intrahepatocelular) en todo el mundo occidental.

- Los triglicéridos plasmáticos aumentan con las bebidas azucaradas, y este aumento parece deberse a la fructosa, más que a la glucosa. Varios ensayos aleatorios con refrescos que contienen fructosa en alta concentración muestran aumentos en los triglicéridos, el peso corporal y el tejido adiposo visceral; también hubo aumentos en la grasa muscular y la grasa hepática, lo que podría conducir a la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Los efectos que se han observado con el consumo de grandes cantidades de fructosa no se pueden distinguir de forma fiable de los efectos de una ingesta calórica generalmente excesiva. Se necesitan más ensayos de intervención aleatorios y controlados de alta calidad para determinar los efectos metabólicos de la fructosa consumida en condiciones isocalóricas.

Para disminuir el consumo individual de azúcar, se deben evitar los alimentos

azucarados, como los refrescos, los jugos de frutas y los batidos, en favor del

agua como bebida y la fruta fresca.

- Estudios en humanos y animales sugieren que la ingestión exagerada de fructosa produce efectos nocivos en el sistema cardiovascular, como el aumento de la presión arterial, resistencia a la insulina e hipertrigliceridemia.

Por otra parte, también se ha determinado que la fructosa, especialmente la

contenida en fuentes naturales como manzanas, dátiles y miel, puede producir

efectos beneficiosos para la salud humana; cantidades más pequeñas de fructosa pueden incluso ayudar a mejorar el control de la diabetes y que las concentraciones de fructosa seminal adecuadas ayudan a promover la fertilidad masculina.

En conclusión, la fructosa, si su ingesta es moderada, fundamentalmente la que proviene de fuentes dietéticas naturales, muestra ser beneficiosa para la salud.

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