
2 minute read
Azúcar refinado y azúcar de frutas
- La fructosa y las bebidas azucaradas también se han relacionado con el riesgo de gota en los hombres.
Hay evidencias que sugieren que la fructosa en la dieta tiene una estrecha relación con la hiperuricemia (la hiperuricemia se caracteriza por una producción y depósito excesivos de cristales de urato), pero los hechos no son todavía conclusivos.
Azúcar refinado y azúcar de frutas
Ya sea que se coma una remolacha o una manzana, también se aportan todos los demás nutrientes de estos alimentos, incluidos el agua, las vitaminas, las grasas y las proteínas. Cuando se extrae el azúcar de ese contexto, éste se despoja de las propiedades saludables del alimento del que se originó, perdiendo la gran mayoría de todas las propiedades nutritivas a excepción de la dulzura y las calorías.
El azúcar adicionado, incluso aunque provenga de una fuente natural, es aprovechado de otra manera e ingerido en mayores cantidades. Los azúcares que se encuentran
en las frutas, verduras y hortalizas no tienen una concentración tan alta y están acompañados de fibras, lo que ralentiza la absorción de glucosa en el torrente
sanguíneo.
El azúcar añadido no contiene nutrientes extra y se absorbe más rápido, lo que puede ser un problema. Desequilibra el metabolismo ya que se debe producir más insulina, y es sabido que las elevaciones crónicas de insulina en la sangre pueden causar daños.
Aquellos individuos que llevan una vida saludable y no tienen diabetes pueden
comer frutas hasta quedar satisfechos, pues a la mayoría de las personas le resultaría difícil comer exageradamente frutas y verduras para exceder los límites
diarios de azúcar recomendados.
Pero eso no se aplica al jugo o zumo de frutas. La ausencia de fibra hace que se pierda el beneficio de controlar los niveles de azúcar en sangre.
Son las fibras, entre otras cosas, lo que ralentiza significativamente la digestión y la absorción de azúcares. Si faltan las fibras, el organismo reacciona casi como si bebiera agua mezclada con azúcar.
Sin embargo, los expertos reiteran: todo depende de la cantidad ingerida. También, la cantidad ideal también es algo que varía según el organismo y la salud de cada individuo. Por ejemplo, un paciente con diabetes u otra condición donde es necesario controlar la ingesta de carbohidratos y azúcares, incluso la fructosa puede ser dañina cuando se consume en exceso.
Por otro lado, el denominado “azúcar refinado” es aquel procesado a partir de la melaza de caña de azúcar (o de la remolacha azucarera). Durante su tratamiento de refinamiento se pierden importantes vitaminas y minerales. Por lo tanto, se convierte en un alimento pobre en nutrientes.
El azúcar refinado, es un alimento químicamente ultraprocesado.
Este azúcar se somete a procesos químicos y físicos para ser refinado y es este proceso industrial el que lo hace nocivo para la salud.
El jugo obtenido contiene sacarosa, pero también posee una serie de características que no son deseables, porque interfieren en el aspecto del azúcar tal y como es conocido.
En primer lugar, contiene partículas en suspensión y diferentes sustancias, como
sales minerales y compuestos nitrogenados, que se conocen como
“no-azúcares”.