C a p í t u l o I I . E l p e n s a m i e n to e d u c at i vo j e s u í t i co y s u e vo lu c i ó n
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En 1689, exigía el visitador P. Diego Francisco Altamirano la perfección en el dominio del latín, y escribía: En la segunda hora leerá las composiciones el Maestro, notando quantos yerros hubiere por pequeños que sean en la gramática [y] en la ortografía, en el modo de escribir las partes, cláusulas y letras, no poniendo S por X ni viceversa, no separando las letras de una palabra, ni las consonantes de las vocales a que pertenecen al fin del renglón de la contra: ni poniendo letras mayúsculas en medio de dicci y las comas, puntos, interrogaciones y admiraciones, notas de adverbios y de acentos largos y todo lo demás que se requiere para mostrarse gran Maestro de latín y en dicción porque es cosa indigna de un Jesuita que ha de enseñar a tantos el que cometa cualquiera de los yerros dichos y no sepa después corregirlos a sus discípulos37.
En 1691 se encargaba de la formación humanística de los jesuitas javerianos38 el maltés Juan Francisco Riccio (1659-1744)39. Sobre su gestión escribía el General de los jesuitas el 15 de agosto de 1692 acerca de los estudios humanísticos: Mucho me he alegrado de ver el grande recogimiento y mucha aplicación que tienen en el mismo Colegio al estudio de las Letras humanas los Hermanos Seminaristas, reconociéndoseles en el aprovechamiento el cuidado grande con que le procura el Padre Francisco Ricci su Maestro, ejercitándoles en oraciones y panegíricos de todo género; es un ornamento grande de las Provincias el que tengan sujetos ventajosos en estas buenas letras, y así estimo a V. R. el cuidado de haber puesto Maestro tan cuidadoso y que tanto se desvela por sacarlos aventajados40.
El visitador de la Provincia, P. Francisco Antonio Altamirano, escribía una carta a la Provincia del Nuevo Reino y Quito en la que invitaba a los estudiantes para que en navidades pudieran componer poesías. Su tema se fijaba en un cartel y de la producción una tenía que ser en latín y las demás en castellano. Las mejores poesías se debían copiar en un libro destinado a este fin41. Dos escritores jesuitas españoles pensamos que tuvieron un gran influjo, tanto en la península como en los territorios ultramarinos, en la APT, Órdenes antiguas, “Instrucción para el Seminario de nuestros Hermanos humanistas, dispuesta y mandada observar por el Padre Diego Francisco Altamirano, Visitador y Vice Provincial del Nuevo Reyno y Quito de la Compañía de Jesús en la visita de 9 de Junio de 1689”, Fondo Astrain, 18, fols. 53-53v.
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ARSI, N. R. et Q., 4, fol. 1, Catálogo breve de 1691: “Praefectus juniorum quos docet litteras humaniores”.
Pacheco, Los jesuitas en Colombia, t. III, 133-134.
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APT, Cartas de Padres Generales, fol. 86v, carta del P. Thyrso González al P. Diego Francisco Altamirano, Roma, 15 de agosto de 1692, leg. 132.
Archivo de la Provincia de Quito (APQu), Carta del P. Francisco Antonio Altamirano a la Provincia del Nuevo Reino y Quito, 25 de marzo de 1696, leg. 6.
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