HIPÉRBOLE FRONTERA | AÑO 2 | NO. 19 | ENERO 2022

HIPÉRBOLE

FRONTERA

LITERATURA Y OTRAS EXPRESIONES ENERO 2022 | AÑO 2 | NO. 19

P R Ó L O G O

HIPÉRBOLE FRONTERA Año 2 | No. 19 Enero 2022.

Imagen de portada Editorial Título: 2022 Técnica: Collage digital Año: 2021

Editorial

Mónica Morales Rocha Contribuciones

Javier B. Venegas J. R. Spinoza Ronnie Camacho Andrés Barba

Redes sociales

Revista de divulgación literaria y otras expresiones artísticas sin fines de lucro.

Publicación mensual

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HIPÉRBOLE FRONTERA EN ESTE NÚMERO

[PRÓLOGO] 12 Reseña | Yo, Superhéroe

16 Reseña | Adiós, Tomasa

20 Convocatoria No. 20 | Poesía eres tú

Nota de la Editora

Estamos de regreso en

HIPÉRBOLE FRONTERA

2 Nota de la Editora

6 Javier B. Venegas

Un proyecto de divulgación literaria y otras expresiones artísticas

Es enero y en Hipérbole Frontera le damos la bienvenida a un 2022 que esperamos mucho más claro, cálido y firme para nuestros pasos, voluntades y proyectos, de lo que fue el año que recién concluye.

8 J. R. Spinoza

10 Ronnie Camacho

Aún sin todas las certezas, pero con más herramientas hacia el futuro, desde esta trinchera les deseamos salud, bienestar y la dicha de las metas cumplidas, la posibilidad del asombro y los placeres sencillos.

Llegamos al Número 19 Prólogo, y agradecemos las colaboraciones en poesía, narrativa y reseña. En este último género, te invitamos a conocer la obra de dos autores sinaloenses: Luis Alfredo Gastélum y Geney Beltrán, con poesía y novela, respectivamente.

No me resta sino agradecer de nuevo tu lectura y compañía durante 19 ediciones de este empeño gozoso por compartir y divulgar, a pesar (o precisamente por) la distancia.

Sean, pues, bienvenidos y ¡gracias por leer!

Comparte lectura

Mónica Morales Rocha Editora

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EN PORTADA

EDITORIAL

Título: 2022 Técnica: Collage digital Año: 2021

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viernes 3:00 p.m.

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JAVIER B. VENEGAS VOLVER Noche espinada de estrellas ojos de lija Vuelvo en mí A la mitad del vacío la brújula sólo baila indiferente Caí sobre una sombra y de pronto ella estaba sobre mí Cada noche me agazapé bajo con un viejo edredón roído y lleno de ácaros pasados era un edredón que recordaba aquella noche fría de primavera El plomo no sólo perforó su pecho también perforó el mío Al verlo roto lo remendó mi abuela —Ahora sí, tápese bien mijo y las sombras me abrigaron cada noche.

Vientolevantaodios polvo en los huesos Vuelvo en mí La muerte envejece la sonrisa el alma se agrieta las cicatrices son callosidades que tienen forma de verso o pesadilla Tu padrastro se encargó de agrietar tu cuerpo tu sexo tu verso silencio que se eleva hacia el sol

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derrite sus alas Con esa cera moldeaste esculturas sueños deformes que volaban razo Ave fénix tu pesadilla es tener que renacer cada día Ceniza en las manos Fuego en el llanto Vuelvo en mí El amasijo enredado a mis costillas se alegró cuando llegaron los gusanos Mi verso debe tener algo podrido oídos rapiñeros serpentean en mis costillas escucho como mastican Cuchicheo de la oscuridad A la mitad del vacío tu ausencia la mitigan las estrellas y los gusanos Pesadilla de cielo estrellado Verso basura Recuerdo…

Vuelvo en mí.

Javier B. Venegas.

(1993). Creció arrinconado en las sombras de la ciudad, para más tarde, con ayuda de sus allegados, convertirse en el más grande pirómano que pisó su cuadra. Inventa historias cada día mientras camina alrededor de un árbol, según dice, para encontrar el agujero de Alicia. Autor del poemario Silencios (2021).

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J. R. SPINOZA LA PAZ EN LA TIERRA Llegó de la forma más inesperada. Conoció al genio cuando era niña, vivía dentro de un anillo de plata que le quedaba grande.

Recordaba haber gastado los dos primeros deseos, un viaje a Disney y convertirse, con el tiempo en una mujer muy hermosa. Debido a la emoción que le produjeron estos deseos, a su belleza que cada día era mayor y la demanda de tiempo que traía consigo, olvidó pedir el último. El genio, como quería descansar una temporada, dejó de insistirle. Así pasaron diez años. Ella había ganado como la más bella en la etapa nacional y ahora representaba a su país en Miss Universo. Se puso el anillo, quizá por destino o nostalgia, pero cuando la entrevistadora le preguntó: Si tuvieras un deseo, ¿qué pedirías?

El genio estuvo dispuesto a prestar oído.

J. R. Spinoza H. Matamoros, Tamaulipas, México (1990). Becario del PECDA Tamaulipas (emisión 23), en la categoría de Jóvenes Creadores por novela. Columnista en Tríada Primate de Perú. Libros Publicados: Los deseos de Serena (Catarsis Literaria, 2021). Tragaluz (Winged, 2021). Adversus Diaboli (Ómicron Books, 2021).

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RONNIE CAMACHO ENTRE NOSOTROS “El fin del mundo siempre está a la vuelta de la esquina”, ese, es lema del Buró de Prevención Profética, la organización a la que pertenezco. Desde el principio de la historia hemos actuado bajo las sombras para proteger al mundo de las constantes amenazas que se ciernen sobre él y que sin duda alguna llevarían a la raza humana a su extinción.

Con éxito prevenimos el regreso de los Atlantes de las profundidades del mar, la ascensión del Anticristo al papado, la incursión alienígena de Roswell, la rebelión de las máquinas del 2000 y la tercera guerra mundial que sería provocada por las armas biológicas bajo el poder de Bin Laden.

La razón de todo nuestro éxito se ha debido a la familia Allard, un largo linaje de videntes franceses que generación tras generación, heredaron a sus primogénitos su mística capacidad.

Fungiendo como nuestros profetas, ellos nos guiaron de la manera correcta en contra de cada apocalíptica amenaza, en tiempos actuales, dicho rol ha recaído sobre los hombros de Levi Allard, mejor conocido por su nombre clave como “El vidente treinta y tres”.

Al igual que con sus ancestros sus predicciones siempre son correctas, pero a diferencia del resto, él no cuenta con la fuerza mental necesaria para cargar con dicha responsabilidad, han pasado semanas desde la última vez que supimos de él, pero hoy, por fin hemos encontrado su cuerpo en la sucia habitación de un hotel en Praga, la causa de la muerte no es ningún misterio, se arrancó los ojos con sus propias manos, seguramente impulsado por una visión, pero, ¿Qué sería tan terrible que orillaría al último de los profetas a matarse?.

Por primera vez en siglos estamos a ciegas y cada una de nuestras divisiones alrededor del mundo se encuentra en alerta máxima, la única pista que tenemos es la nota que nos dejó y en la cual solo escribió, “El fin, ya está entre nosotros”, no tenemos idea de lo que significa, ni tampoco de cuándo fue que la escribió, solo espero que cuando llegue el momento…estemos preparados.

Ronnie Camacho (Matamoros, Tam., México) Escritor, Lic. en comercio internacional y aduana. Ha publicado 2 novelas, 10 libros infantiles y una antología de cuentos. Colaboró en 10 antologías y publicó textos en más de 90 revistas y blogs nacionales e internacionales.

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viernes 3:00 p.m.

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P R Ó L O G O [RESEÑA]

ANDRÉS BARBA GÓMEZ Orar a los comics: Yo, superhéroe de Luis Alfredo Gastélum Gastélum, L. A. (2017). Yo, Superhéroe . Instituto Sinaloense de Cultura.

Nunca me gustó ir a misa. Caminaba a la parroquia, medio adormilado, a las 10 de la mañana, con el brazo de mi madre jalando mi muñeca. En la otra mano sostenía un comic con el que me entretendría durante la siguiente hora. Ya en el ritual, todos los adultos presentes señalaron al niño leyendo el Amazing Spider-man Vol 1, 529. Mi madre fingiría

no escuchar y reclamaría la atención hacía la lectura del Santo Evangelio según San Marcos 35-41. Leer cómo quien reza, es una forma de evitar la multitud.

Con el mismo comic con el que leí aquel comic, devoré YO, SUPERHÉROE de Luis

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Alfredo Gastélum esta semana. No es un poemario complicado, pero invita a tomárselo con calma. Incluso abrí palomitas para la última parte. Ante todo, pretende traducir la idea de superhéroe desde el comic, películas y series al artefacto poético. Por ello, es inevitable

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que sea extra-referencial, porque no queremos perdernos de la aparición estelar de nuestro superhéroe favorito, que el modelo de turno interprete nuestra pose predilecta. Queremos que nos muestren un camino simple para abrirnos camino a base de porrazos.

El poemario está dividido en dos efectos, Yo, el superhéroe y Sobre superhéroes y tumbas (referencia a Ernesto Sábato). El plato fuerte es la primera parte, un vistazo al héroe definitivo. Pequeños vistazos a sus tragedias y sus triunfos. Su aporte es la traducción del mito del superhéroe al lenguaje poético. En esto podemos descubrir la singularidad de esta obra ante una película o un comic. El arquetipo del super está atrapado en la acción, pero aquí no tenemos paneles secuenciales ni grandes producciones audiovisuales. Lo que tenemos es poesía y es más que suficiente. Las imágenes creadas usan las referencias a otros superhéroes para ser bombásticas. Por otro lado, este nuevo conocimiento automáticamente se compara con las ideas preconcebidas de lo que pensamos cómo un hombre extraordinario. Lo que queda es el conflicto humano de un hombre en contra de las aspiraciones impuestas, tan altas que le pueden arruinar la vida.

Un recurso que utiliza mucho el poemario,

es usar tipografía en mayúsculas para la palabra YO. Sin embargo, un fragmento aparte escribe: «Aquí el héroe soy yo. / No haces falta, hermano; / aquí solo serás el talón de la epopeya». Para que exista el

individuo, primero deben existir los otros.

El poemario se pronuncia cómo una apología de yo, pero la unidad sólo puede ser tan grande como aquellos que la alaben, o la antagonicen. Por eso, el yo que rechaza a los demás es minúsculo.

Atrapado entre el muro de su ego no puede crecer ni para un lado ni para el otro. Batman no sería nadie sino puede proteger a los ciudadanos de Gótica, o pelear contra sus villanos. Incluso si no quiere que lo reconozca con su máscara, debe usarla para que le teman.

La segunda parte del poemario homenajea a las entidades que inspiraron al héroe del poema. Midas, la Mujer Maravilla, Thor, un poeta. Estos poemas son menos sutiles con su mensaje, pero consigue transportarnos a las viñetas de nuestra infancia. Tal vez Peter Parker era más sorprendente que Spiderman. La misma intención de transportarnos a una acción hace que rocen la poética con la narrativa. El lector debe estar avispado para no confundirse. No es baladí que mencionen una y otra vez a las mismas figuras. Es otra manera de rezar y es por HIPÉRBOLE FRONTERA | 13

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eso que le daría este poemario al niño que llevaban a misa. Convertir a los superhéroes en poema es descubrir una forma personal de enunciarlos. Es manufacturar una bati-señal de bolsillo.

Tal vez si hubiera leído este poemario en la misa no me habrían visto tan feo. Nos levantamos del asiento. El sol estaba en lo más alto siempre que salíamos de la

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iglesia, acariciando nuestros rostros. Creí ver un hombre volando, justo detrás de la cruz de la parroquia. Probablemente deslumbrarnos sea el truco de los hombres voladores. Así evitan que los veamos. Hay que matar a dios de vez en cuando, pero sólo una o dos veces al año, para que nos dé tiempo de ir a misa y de leer este poemario.

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P R Ó L O G O [RESEÑA]

MÓNICA MORALES ROCHA Adiós, Tomasa, de Geney Beltrán

Beltrán, G. (2019). Adiós, Tomasa . México: Alfaguara.

«Adiós,

Tomasa»

es

mi

primera

aproximación al trabajo literario de Geney Beltrán. Sin embargo, fue suficiente una zambullida en la vastedad que ofrecen los resultados de Google, para ubicar a esta (su tercer novela) como una pieza que se distancia de su trabajo anterior y significa para Geney la concreción de un proyecto largamente soñado.

Beltrán afirma (en algunas de las entrevistas que pude encontrar en Internet) que fue desde el momento en que identificó su vocación literaria, que tuvo la claridad de que habría de escribir la historia de Tomasa.

Esto, aproximadamente a los 17 años.

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Es decir, nuestro autor reconoció desde aquel instante la necesidad personal (¿social?) de visibilizar una historia como la del personaje de esta novela. Que, finalmente, en un país como el nuestro

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(y como en muchos de los países latinoamericanos... y del mundo) aún a 30 años de los hechos que nos cuenta Beltrán, mantiene una vigencia espeluznante.

No entraré en detalles de la historia, en espera de que ustedes los descubran en la experiencia directa con el libro. Sin embargo, quiero compartir, de manera breve, impresiones generales que me dejó la lectura de «Adiós, Tomasa».

Encontré un tratamiento muy fino de los personajes femeninos y su imaginario. En diálogos y soliloquios (y desde la mirada de los narradores), son visibles las complicidades y solidaridad entre las mujeres, ante el entorno y las condiciones hostiles que les toca vivir.

La representación de las dinámicas de violencia que sufren sus personajes femeninos, desde la Maruca hasta la misma Tomasa, nos llegan sin apología ni conmiseración; en cambio, se muestran en el marco de una cultura machista, en la cual tanto hombres como mujeres viven sujetos a expectativas y estándares castrantes y represores que acentúan su violencia en el contexto rural del narco.

nos lleva a los adentros de la historia, no desde los “agentes de la violencia”, sino desde la mirada y el sentir de los personajes que sufren o son testigos de los hechos violentos. En particular de Flavio, un niño que a la par va construyendo su propia identidad.

La novela, me parece, resultará entrañable para quienes de alguna manera estamos vinculados a ese contexto espaciotemporal. El lenguaje, la comida, los paisajes, las canciones... Geney y yo nacimos el mismo año, mi familia materna es de Sinaloa y yo pude ver en la cocina de María Heras, las tortillas de harina y los burritos de frijoles que hacía mi abuelita.

Nosotros también agregamos un artículo antes del nombre a los nuestros. Y era frase común de mi abue aquella de “enfermo que come y mea, el diablo que se lo crea...”.

Beltrán nos ofrece perfiles complejos de sus personajes protagónicos y algunos secundarios. Pero, algo que me resultó muy grato, en tanto avanzaba en la lectura y los iba descubriendo, fue que Geney nos describe además el olor de los personajes: La Elsa: “Olía siempre a champú Vanart verde, una cosa que hacía

Si bien la novela parte de un hecho violento, el rapto y violación de Tomasa, la narración

evocar hierbas intensas y frescas, recién cortadas”. (p.29).

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Tomasa: “La muchacha deja salir una como esencia de fresa parecida al olor del champú Vanart rosa que usaba su madrina Maruca”. (p. 62).

“Un olor dulce a ciruela”. (p. 309).

María: “Su madre olía a esa mezcla de harina de trigo y manteca Inca. Era el olor amable y dulce de la masa de las tortillas de harina”. (p. 26).

Nana Sara: “...un amado olor a menta.”, “De la piel de la mujer se deja sentir una esencia mentolada”. (p. 243).

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Y, finalmente, algo que agradezco mucho a Geney es la poesía que podemos encontrar en su narrativa. Las imágenes poéticas, la ternura y esperanza que humanizan a los personajes y sus vidas.

Para recordarnos que detrás de las estadísticas de violencia, de cada desaparecida, hay una historia... y que sí, es válido y necesario que el arte, la literatura, denuncien y visibilicen la injusticia, hasta que todos y todas escuchen.

HIPÉRBOLE FRONTERA: CONVOCATORIA NO. 20 | POESÍA ERES TÚ

HIPÉRBOLE FRONTERA Revista de divulgación literaria y otras expresiones artísticas, convoca en poesía, narrativa breve, reseña literaria, ensayo y artes visuales, a participar en el No. 20 POESÍA ERES TÚ, correspondiente al mes de febrero de 2022.

Favor de enviar tu propuesta al correo electrónico: hiperbolefrontera@gmail.com antes del 23 de enero de 2022; con las siguientes características: Poesía: extensión máxima 45 versos (en total). Arial, 12 puntos, en archivo formato Word, "guardada" con el nombre del autor, Narrativa breve: extensión máxima media cuartilla. Arial, 12 puntos, interlineado sencillo, en archivo formato Word, "guardada" con el nombre del autor, Reseña literaria y ensayo: extensión máxima 2 cuartillas. Arial, 12 puntos, interlineado 1.5, en archivo formato Word, "guardada" con el nombre del autor, Fotografía, obra plástica y/o técnicas mixtas, digitalizada y "guardada" con el nombre del autor, en alguna de las siguientes dimensiones: Página: 210 x 297 mm | 2480 x 3508 pix | 300 dpi Cuadrado: 180 x 180 mm | 2126 x 2126 pix | 300 dpi Media página horizontal: 210 x 150 mm | 2480 x 1772 pix | 300 dpi

En todos los casos, enviar breve semblanza personal, de máximo 50 palabras.

Los trabajos recibidos serán seleccionados para su publicación. Los autores serán notificados vía correo electrónico. De no aparecer en el No. 20, es posible que se reserven para ediciones futuras.

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