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CIBERDELITOS Y LA LEGISLACIÓN PARA ENFRENTARLOS
ctualmente, el internet forma parte de nuestras actividades diarias; lo usamos para pedir comida mediante una aplicación, para leer las noticias del día, para comunicarnos la mayor parte del tiempo, para tener reuniones a distancia y lo que se nos ocurra. El Internet cada día está más presente en nuestra vida diaria. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), que elabora INEGI, en 2022, había 93.1 millones de personas usuarias de internet, lo que representó 78.6% de la población de 6 años o más, una cifra superior respecto al 2015, cuando el 57.4% de la población lo usaba (62.4 millones de personas).
Las actividades cotidianas que la población realiza en el ciberespacio tienen una importancia cada vez mayor, por lo que navegar en Internet se ha convertido en algo cotidiano. Sin embargo, cabe destacar que, a medida que ha incrementado la actividad tecnológica, los riesgos asociados también lo han hecho. De hecho, de acuerdo con un estudio realizado por la firma de seguridad informática Surfshark, de Países Bajos, México ocupa el noveno puesto con la mayor tasa de cibercriminalidad en el mundo, con 13 crímenes por millón de usuarios de internet, además de ser el único país latinoamericano en estar entre los 10 primeros del ranking.
Una de las razones de que se comentan tantos ciberdelitos en México se debe al avance de la tecnología, ya que también lo han hecho las habilidades y herramientas disponibles para los ciberdelincuentes, lo que les permite llevar a cabo ataques más sofisticados y difíciles de detectar.

Los ciberdelitos pueden atribuirse a la oportunidad económica, ya que los ciberdelincuentes ven la posibilidad de obtener ganancias económicas significativas mediante ataques como el robo de datos personales, información financiera y estafas en línea, además de ser efectivo para operar de forma anónima y desde cualquier parte del mundo, lo que dificulta su identificación y captura. Por último, el auge naciente de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático también han sido utilizadas por ciberdelincuentes para crear ataques más automatizados y precisos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que se presenta un ataque informático en el mundo cada 39 segundos, y no sólo con la población en general. A raíz de la implementación de nuevas modalidades de trabajo a distancia, las empresas se han vuelto más vulnerables porque los empleados se conectan a través redes propias de wifi o públicas, lo que las hace más susceptibles de sufrir un ciberataque. La Guardia Nacional, a través del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Cibernéticos (CERT-MX), atiende de forma diaria entre 80 a 120 reportes ciudadanos, por la presunta comisión de delitos cibernéticos.
Para responder a las amenazas, los Estados deben trabajar para crear marcos normativos sobre el uso del ciberespacio para tener un comportamiento responsable. Al respecto, durante la LXIV Legislatura se presentaron algunas iniciativas en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, con el objetivo de regular la seguridad del ciberespacio en México. La Senadora de Morena, Lucía Trasviña propuso crear una Ley es - pecializada en la materia de ciberdelitos, con el fin de erradicar el mal uso de las herramientas dentro del campo de la tecnología de la información; mientras que el Senador Miguel Ángel Mancera propuso la expedición de una Ley General de Ciberseguridad y establecer diversos mecanismos de seguridad que sean implementados por las instituciones del Estado frente a ciberataques que pudiesen llegar a ser vulnerables. Por su parte, el Senador José Ramón Enríquez Herrera propuso una iniciativa para establecer medidas para hacer frente a ciberataques, para ello propuso señalar que son amenazas a la Seguridad Nacional los actos que vulneren la ciberseguridad y que lesionen a los habitantes y a las instituciones.
Independientemente del marco legal, la ciudadanía debe tomar medidas de prevención para su protección, tales como tener una conexión segura a internet, evitar compartir las contraseñas que utilizamos, actualizar las herramientas antivirus y utilizar cifrado de información al enviar documentos. Medidas simples, pero que ayudan a no convertirse en un blanco fácil de la ciberdelincuencia.
Tipos de ciberdelitos:
Phishing: Engaño para obtener información personal, como contraseñas y datos financieros, haciéndose pasar por una entidad de confianza.
Ransomware: Bloqueo o cifrado de datos en un dispositivo o red, exigiendo un rescate para desbloquearlos o descifrarlos.
Malware: Software malicioso diseñado para dañar, acceder o robar información sin el conocimiento del usuario.


Hacking: Acceso no autorizado a sistemas informáticos o redes para robar información o causar daño.
Estafas en línea: Engaños para robar dinero o información personal de usuarios desprevenidos.
Robo de identidad: Obtención y uso fraudulento de información personal de una persona para cometer delitos o fraudes.
Violación de datos: Acceso no autorizado a bases de datos para robar información de clientes o usuarios.
Espionaje cibernético: Obtención ilegal de información confidencial o clasificada para beneficiar a una entidad o país.