El desarrollo cognitivo en la adolescencia: la etapa del pensamiento formal como explicación de la evolución intelectual de los estudiantes
Inhelder y Piaget (1972) lo definen como el periodo que coincide con una serie de avances en el desarrollo de las estrategias y capacidades cognitivas en relación con la capacidad de razonas tanto de forma deductiva como inductiva, y la habilidad para plantear y comprobar hipótesis y formular teorías. El individuo puede comenzar de una forma estable y no aislada e intuitiva a formular por si mismo “y a elaborar sus propias teorías y sistemas de creencias” (Carretero, 1985). Las investigaciones más recientes suponen las siguientes consideraciones: 1. Apuntan Del Pozo y Carretero (1986) “que el pensamiento adolescente está lejos de alcanzar el desarrollo pleno”. Sin embargo, existe una mayor predisposición para introducirse en el pensamiento formal a partir de os 14 años que en periodos evolutivos anteriores. 2. El pensamiento formal “no es un rasgo universal ni entre los adolescentes ni entre los adultos” (Del Pozo y Carretero, 1986), siendo más bien de ciertos grupos especialmente culturalizados. 3. Al pensamiento formal no se tiene acceso por el mero desarrollo madurativo: “Las actividades escolares bien organizadas y estructuradas favorecen el acceso al pensamiento formal, pero a condición de que insistan no sólo en la transmisión de métodos, sino también de los marcos conceptuales o contenidos” (Del Pozo y Carretero, 1896). 4. En lo que al pensamiento formal se refiere, éste “no constituye un sistema de conjunto, sino que sus diversos esquemas pueden adquirirse por separado” (Del Pozo y Carretero, 1896).
La investigación cognoscitiva y el aprender de los adolescentes El alumnado además de una reflexión sobre la información, ha de realizar una reinterpretación readaptativa a sus esquemas internos y experiencias previas de la nueva información a la que “se enfrenta”. Para llevar a cabo esta readaptación se necesitan destrezas o estrategias cognitivas que permitan conectar el conocimiento privado con el conocimiento público. Según Barret (1895), el alumnado, ha de llevar a cabo con el fin de “aprehender” la nueva situación, al menos los siguientes usos estratégicos: