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Patologías del oído del perro y del gato
Examen clínico general y dermatológico A continuación debemos realizar un examen clínico general completo para determinar si el animal se encuentra en buen estado de salud. A éste le sigue un examen dermatológico minucioso para ver si existen o no lesiones de piel en el resto del cuerpo del animal
clínica de la otitis
y la anotación de las lesiones primarias y secundarias así como de su distribución. El examen otoscópico incluye: Revisión del oído sano (en el caso de otitis unilaterales). Examen del oído u oídos afectados con ayuda de un otoscopio veterinario.
Antes de iniciar el examen otoscópico, podemos apreciar si el animal inclina la cabeza, o si existe alguna alteración neurológica que pueda indicar otitis media. Palpando suavemente el canal auditivo externo podemos ver si existe prurito, dolor o hipertrofia, así como la presencia y cantidad de exudado. También debemos evaluar si existe alguna deficiencia auditiva.
Examen otoscópico
Figura 1. Gato macho de 5 años de edad con alergia alimentaria. Prurito intenso. Lesiones en los pabellones auriculares por autotraumatismo.
Figura 2. Dermatofitosis: lesiones descamativas en el pabellón auricular en un gato joven procedente de un albergue.
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Durante este examen, en el pabellón y conducto externo podemos observar cambios que nos pueden orientar en el diagnóstico: Lesiones dermatológicas primarias y secundarias: tales como hiperplasia (procesos crónicos), eritema (procesos alérgicos) o lesiones queratoseborreicas (fig. 3). Material que asemeja posos de café: otoacarosis por Otodectes cynotis (en estos casos el reflejo aurículo-podal está casi siempre presente). Exudado húmedo, color marrón: bacterias (cocos) y/o levaduras (Malassezia). Exudado purulento de color amarillento: bacterias gram negativas. Contenido grasiento entre amarillo y pardo: otitis ceruminosa. Exudado caseoso de color grisáceo y olor rancio: Malassezia. Olor anómalo. Presencia o no de úlceras. Presencia o no de lesiones nodulares. Presencia o no de cuerpos extraños (espigas). Aspecto de la membrana timpánica.
En primavera-verano florece una gramínea que se encuentra distribuida por toda Europa y cuyas inflorescencias son las “espigas” que extraemos frecuentemente del oído de los perros. Su nombre en latín es Hordeum murinum, nombres vulgares tiene varios: cola de ratón, espiguilla, cebadilla ratonera… Lo más importante de estas espigas es que sus células se dilatan y se contraen según los cambios en la humedad ambiental y este hecho les confiere movimiento propio, que debido a la forma que tienen, es siempre hacia delante.
En algunas ocasiones tendremos que realizar una limpieza o lavado (flushing) del canal externo antes de llevar a cabo un buen examen otoscópico. Esto ocurre cuando: Hay una estenosis muy marcada del conducto externo. No se visualiza la membrana timpánica en casos de otitis severa y/o recurrente y se sospecha de una otitis media.
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