El sol de las contradicciones. Eva Losada

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Dosier de Prensa

XVIII PREMIO UNICAJA DE NOVELA FERNANDO QUIÑONES


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XVIII Premio Unicaja de Novela

Fernando Quiñones al ianza e ditorial

Dosier de Prensa Creado en 1999 como fruto de la colaboración entre la Fundación Unicaja y Alianza Editorial para conmemorar la figura del escritor gaditano Fernando Quiñones, el Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones reafirma el compromiso de una de las editoriales de mayor prestigio del panorama cultural español con la literatura de creación y la promoción de autores en lengua castellana. XVIII Edición del Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones El XVIII Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones está dotado con 20.000 euros en concepto de anticipo de derechos de autor y la publicación de la novela por parte de Alianza Editorial. La presente edición del premio ha registrado una significativa participación a nivel internacional, con un total de 170 novelas presentadas. Se han recibido obras procedentes de toda la geografía española, y de distintos países tales como Portugal, Colombia, EE.UU., Cuba, Bolivia, Italia, Alemania, Argentina, México y Francia, entre otros. El jurado ha estado compuesto por Nadia Consolani (viuda de Fernando Quiñones); por el escritor y ganador de la anterior edición, Jesús Ruiz Mantilla; por los escritores Berta Vías y Antonio Rodríguez Almodóvar; y por la directora editorial de Alianza Editorial, Valeria Ciompi.
 El sol de las contradicciones, de Eva Losada, ha resultado elegida ganadora de esta edición. Según la calificación del jurado la novela plantea «conflictos muy contemporáneos en torno a una maternidad no buscada que se contrapone al destino. Es la lucha de una mujer sola que elige la ética por encima de sus sueños, para hacerse cargo de una historia huérfana que no le pertenece».


© Daniel Losada

«EL RETO DE UNA MUJER JOVEN PARA HACERSE CARGO DE UNA HISTORIA HUÉRFANA QUE NO LE PERTENECE».

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EVA LOSADA CASANOVA. Escritora y guionista, estudió Ciencias Económicas, Marketing y Comunicación en distintos centros universitarios de Madrid y Londres. Trabajó como responsable de comunicación, formación y marketing en diferentes empresas, en Madrid, Lisboa y Milán. También ha colaborado con distintas ONG como profesora de español para jóvenes inmigrantes y ha trabajado como guionista para proyectos lúdico-educativos dirigidos a colegios e instituciones públicas. Colabora con otros autores en desarrollar proyectos editoriales. En 2004, publicó su primer relato, finalista en los Premios Constanti de relato breve. En 2010, su primera novela, En el lado sombrío del jardín, fue seleccionada como finalista en el LIX Premio Planeta de novela y el Premio Círculo de Lectores 2010 para escritores noveles. También es coautora del libro Sin claquetas, 40 historias de cine.


XVIII PREMIO UNICAJA DE NOVELA FERNANDO QUIÑONES

EVA LOSADA CASANOVA

EL SOL DE LAS CONTRADICCIONES ALIANZA LITERARIA (AL) 51,00 x 6,00 cm 320 páginas | Rústica 978-84-9104-693-6 3472567

€ 18,00 EBOOK 978-84-9104-694-3

Mar Zheirman, una joven escultora y galerista menorquina, recibe una inesperada llamada del módulo de Custodia penitenciaria del hospital donde su expareja, Álvaro Berni, está en coma tras una agresión en la cárcel. Hacía tiempo que no sabía nada de él, después de que desapareciese diez años antes, dejando una lavadora puesta y un disco de Tom Waits. El pasado de Mar vuelve a aflorar poco complaciente. Son recuerdos de una convivencia imposible, de noches de alcohol y drogas, del dolor causado por el abandono y de los años de incertidumbre dedicada al cuidado de Mateo, el hijo de Álvaro, un niño distante y extraño, al que se vio obligada a criar asumiendo una maternidad impuesta y no deseada.

El sol de las contradicciones recrea con sumo detalle y fidelidad el mundo del arte, los ambientes nocturnos del Madrid y la Barcelona de los años noventa. El arte, que está presente en todo momento, adopta diversas formas, enfrenta a los personajes, los acompaña y describe, como sucede con el padre de Mar, un conocido pintor, o con Álvaro, un fotógrafo urbano. El arte también los alimenta y arrastra como le sucede a Mar, el centro de esta historia de personajes al límite, con todo su abanico de debilidades y desesperanzas, que dibujan un magnífico esbozo de una época contradictoria.

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ENTREVISTA A EVA LOSADA

¿Qué va a encontrar el lector en El sol de las contradicciones?

casi olvido quién soy, qué hago bien y cómo quiero vivir mi vida.

Vidas que debieron ser de una manera y terminaron siendo de otra. Decisiones arriesgadas y, sobre todo, dudas.

¿Es una novela autobiográfica?

¿Dudas? Sí. Las mías, las de los personajes. En la vida real, y en la ficción, se plantean dudas permanentemente. El día que nos subimos a caballo de nuestras certezas empiezan los problemas. No tenemos control sobre todo lo que ocurre. Una llamada, un movimiento en falso y nos encontramos en otro lugar. Luego la vida pasa y se hace tarde para volver. La novela comienza con una llamada desde la cárcel, ¿qué sucede después? Sí. La llamada desde el Módulo de custodia penitenciaria de un hospital en Madrid es el arranque de la novela. Una llamada a deshora que precipita la reflexión de la protagonista sobre su propia vida y reaviva lo más doloroso de su historia pasada. ¿Qué personajes habitan tu novela? La protagonista es Mar, una escultora menorquina que ha dejado de esculpir, madre de un hijo que no es suyo. Trabaja en Madrid, con una galerista oscuramente ambiciosa y busca en Barcelona a Álvaro, un fotógrafo desaparecido. En su vida se cruzan un joven profesor de arte ciego y un estudiante de filosofía. Mar es hija de un artista alemán que está retirado y vive en Fornells, un pueblo del norte de Menorca. El mundo del arte está muy presente en la novela. ¿Por qué? Es el entorno que pedía esta ficción, el entorno en el que se mueven los personajes. Convivo, cada vez más, con artistas, los observo, siempre me han interesado mucho los procesos creativos. Tengo muy presente la pasión que sentía Zweig por la creación artística. Me parece un gran misterio, como a él. Si siento curiosidad por algo escribo sobre ello, lo hago en mis relatos y lo hice en mi primera novela, es una manera de aprender a vivir escribiendo. ¿Se aprende a vivir escribiendo? Mucho. Casi tanto como leyendo. Cuando era adolescente pensaba que debía vivir, vivir intensamente, que solo así lograría escribir. Los libros me enseñaron, años más tarde, que eso era una estupidez y escribir me lo confirmó definitivamente. Decía Gore Vidal que lo importante a la hora de ponerse a escribir no es toda la experiencia acumulada sino qué hace uno con ella. Y yo, de cada momento que he vivido, he sacado algo, bueno o malo, pero algo. Escribir te enseña a conocerte, no a ser otros, no a vivir a través de otros, sino a vivir dentro de todos los que habitan dentro de ti. Escribir es una adicción que dudo mucho que algún día supere. Llevo enganchada desde los nueve años. Y, como alguno de mis personajes, hubo un tiempo en el que

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En absoluto. Las historias que escribo nunca lo son, o a lo mejor sí. Eso qué importa. En narrativa lo interesante es que los personajes vivan y sientan por sí mismos; de qué estén hechos o de dónde vengan es secundario. Los trabajo mucho, hasta el punto de que a veces me transformo en ellos. Eso me gusta. La multiplicidad de uno mismo es importante a la hora de escribir y si no, que le pregunten a Pessoa, Unamuno… Dices que hay una mujer que tiene un hijo que no es suyo. ¿Bajo ese sol de las contradicciones subyace la maternidad? ¿Qué clase de maternidad? Sí. Por supuesto, ahí esta, lo impregna todo. Es difícil no abordar ese tema si escribes. Da igual si eres hombre o mujer. Da igual si tienes o no hijos. Es un tema tan apasionante como la muerte. Nacemos y morimos, a veces nos reproducimos. Mi protagonista decide no ser madre. Con ser hija le basta. Detesta a los niños, no tiene interés por la maternidad. La vida la obliga a ser madre, a educar a Mateo, su no hijo y a hacerse cargo de una historia huérfana. Huérfana y muy complicada. Deja de ser y hacer aquello por lo que le merece la pena levantarse por la mañana. Vive otra vida. ¿En qué momento histórico se detiene El sol de las contradicciones? La historia, que no la novela, comienza a finales de los años ochenta y termina en nuestros días; el presente y el pasado se alternan en un juego estructural de tiempos y ciudades. No me detengo en ningún acontecimiento histórico, ni en datos; no creo que la novela los necesite. El tiempo pasa más rápidamente entre Barcelona y Madrid, frente al sosiego, la calma de Menorca. La noche de ambas ciudades se entremezcla con las playas, los bosques y la piedra de la isla. ¿Qué te une a estos tres lugares? Aquellos que están de verdad unidos a estas ciudades son los protagonistas de la novela. A Mar Zheirman lo que la une a Barcelona es su juventud, sus sueños. En cambio Madrid para Mar es dolor. Si hablo de mí, Barcelona es el misterio y la belleza, y Madrid es todo: mi ciudad, mi infancia y parte de mi juventud. Menorca ocupa un lugar especial en la novela. Menorca es Mario Zheirman, el padre de Mar, mi padre. Ahí sí que ambas nos encontramos. Menorca es mi último baño de mar a su lado. Se fue de repente, cuando estaba en los inicios del proceso de escritura; eso provocó un cambio importante en el texto. Él ha sido fundamental en mi carrera, en mi pasión por este oficio y hoy, aunque ya no esté conmigo, sigue siéndolo. A veces nuestros padres tiene más poder y fuerza una vez muertos. Es im-


posible que un escritor no deje trascender la muerte del padre o la madre en su obra, no entendería que algo tan importante no nos afecte, poder seguir escribiendo sin más. Recuerdo que cuando comencé a escribir esta novela, partiendo de un instante, como siempre me sucede, me prometí a mí misma, y le prometí a él, que sería una novela alegre y luminosa. ¿Lo es? No. Tampoco es una novela triste, en absoluto, pero alegre, lo que se dice alegre… ¿Lo único luminoso es el título? Casi. A Mar no le toca vivir lo mejor.

bres, como lo hicieron antes otros. Lo fundamental es trabajar para construir bien el personaje, que resista todo el peso de la novela, independientemente de su género, que no sufra de imposturas o padezca el síndrome Disney. Lógicamente, si una es mujer, manejará con más exactitud la gestualidad y el fluir de la conciencia de un personaje de su mismo género. Lograr superar eso es una destreza del escritor o de la escritora, parte del oficio, y supongo que añade valor al personaje, es como un travestismo literario, muy divertido e interesantísimo para el autor. Quizá, en novelas venideras, me lance y me vista de hombre frente a la hoja en blanco. ¿De qué te alimentas para escribir?

¿La muerte está muy presente?

Me alimento de todo. De novela, relato, ensayo, poesía, músi-

Sí. Escribir sobre la muerte, sobre la finitud, me interesa y me divierte, pese a que soy muy vitalista. Es contradictorio, pero es así. Dice una amiga poeta y fotógrafa que solo el que ama la vida de verdad es capaz de crear en torno a la muerte. No sé si es o no cierto, pero en mi caso es así. La novela se detiene en el deseo de morir y también en el deseo de morir de una manera y en un tiempo determinados. Habla de la autodestrucción. Se plantean algunas cuestiones importantes para mi generación, o al menos creo que lo son.

ca, cine. Voy mucho al cine. Creo que mi generación es muy

¿Es una novela generacional? Nunca pretendí que lo fuera. Si los problemas que plantea la novela son los que hemos tenido y tenemos los de mi generación, entonces supongo que esta novela es generacional. Pero procuro huir de las clasificaciones.

sensible a este género, al cine, mucho más que las generaciones que nos suceden. Me inspiran pasajes de grandes obras, me engancho en ellos, los habito durante años. Estoy en una montaña, con una manta en las rodillas, viendo la vida pasar desde un sanatorio; o encerrada en una casa con dos niños extraños; o convertida en una rata presa en las cocinas de un hotel. Aprendo con cada nuevo libro que engullo, con cada metáfora o giro. Incluso con los textos de mis alumnos, con ellos aprendo más que con nadie. Pero lo que más me inspira es la gente corriente, sus gestos, el tono de su discurso, su visión del entorno. El sol de las contradicciones nace en un paso de cebra, cerca de casa, ante una escena cruel que protagonizaron una mujer joven y un chaval. Ese fue el instante que me dejó pensando, que empezó a obsesionarme y a partir del cual

¿Te consideras una escritora que escribe sobre y para mujeres?

todo comenzó. Es la gente que te rodea día a día, esa gente es

Me interesa el estilo, la calidad y el contenido de lo que leo o escribo. ¿Qué importa el género? Escribo sobre mujeres y hom-

trabajar desde las nueve de la mañana hasta que caigo rendida

la que deja más espacio a esa imaginación que se inquieta por en la cama.

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alianzaeditorial.es DiseĂąo de cubierta: Elsa SuĂĄrez Girard / www.elsasuarez.com.


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