Go Mag # 129 Marzo 2012

Page 1

JOHN TALABOT GRIMES

129

TINDERSTICKS LAMBCHOP

MARZO 2012 CONSIGUE LA EDICIÓN CON CD EN TU QUIOSCO

LOS EVANGELISTAS SCUBA DAMIEN JURADO FANFARLO ANDREW BIRD MOUSE ON MARS

GO SERIES 88: ERASED TAPES

Incluye temas de A Winged Victory For The Sullen, Ólafur Arnalds, Nils Frahm, Rival Consoles, World’s End Girlfriend, Peter Broderick, Codes in the Clouds, The British Expeditionary Force, Kiasmos... € 4,90 (€ 5,05 en Islas Canarias) 00129 8

414090 228688

DIE ANTWOORD



129

sumario

MARZO 2012

22 SCUBA

staff

08 BITES

Edita UNIPRENSA S.A. GO MAG Directora: Janina Canet. Jefe de redacción: Manu González. Director de arte y diseño gráfico: Fabián Taranto. (www.ftdesignlab.com) Redacción GO MAG. Muntaner, 492, bajos. 08022 Barcelona. Tel. (+34) 93 417 68 67 / (+34) 93 418 50 05 Fax (+34) 93 417 33 63 E-mail: go@go–mag.com Suscripción y logística: 93 418 50 05 solicitudejemplares@uniprensa.com Web: www.go–mag.com MySpace: www.myspace.com/gomagbarcelona Facebook: www.facebook.com/gomagspain Twitter: www.twitter.com/gomagspain Coordinador de cine y literatura: Philipp Engel. Coordinadora de moda: Anna Tomàs. Coordinador de tecnología: Xan Pita. Corrección: Nati Arco. Web: Virginia Arroyo. Redactores: María Adell, Virginia Arroyo, Leticia Blanco, Octavio Botana, David Broc, Óscar Broc, Javier Burgueño, Matías Bosch, Philipp Engel, Albert Fernández, Laura Fernández, Laura Gamundi, Álex Gil, Beatriz G. Aranda, David Giménez, Daniel Gómez, Gloria González, Manu González, Violeta Kovacsics, Milo J. Krmpotic’, Antonio J. Rodríguez, Pepo Márquez, Luís Meyer, Luna Miguel, Àlex Montoya, Half Nelson, Ana Petrus, Banessa Pellisa, Marc Piñol, Xan Pita, Alicia Rodríguez, Vidal Romero, Jesús Sáez, Silly Savage, Ana Sempere, Everett True, Toni Vall, Álex Vicente, Alberto Vidal y Pablo Vinuesa. Fotógrafos: Christophe Agou, Adrià Cañameras, Ángel Ceballos, Szary Car, Raúl Gómez, Sarah Jurado, Xavi Mercadé, Deirdre O’Callaghan, Juan Miguel Ortega, Raphael Ouellet, Lisa Roze, Mia Salazar, Alexander Schneider, Javier Tles. Publicidad Barcelona Tel. (+34) 93 418 50 05 / 93 417 68 67 E-mail: publicidad@go–mag.com Agentes comerciales: Ramón Villarquídez, Gina Selicorni y Eneida Fonseca. Dep. Legal: B-19124-00 Fotomecánica, impresión y encuadernación: Tu Grupo Gráfico 2005 S.L. Distribución gratuita: Barcelona (Blind Records). Resto de España (Envialia). Distribución en quioscos: Logística de Medios.

11 CLUB DEL MES SOR RITA BAR 12 INTRO

16 EN PORTADA: DIE ANTWOORD

15 ANDREW BIRD 24 MOUSE ON MARS 25 ARBOL 26 HOORAY FOR EARTH 27 FANFARLO 28 JOHN TALABOT

14 LOS EVANGELISTAS

31

30 KASE.O

XIU XIU

32 LAMBCHOP 33 DAMIEN JURADO 38 ERASED TAPES 42 DISCOS, MAXIS, ÚLTIMO CLÁSICO... 56 AGENDA MUSICAL Y LIVE

34 GRIMES

36 TINDERSTICKS

64 GADGETS Y MODA 74 CINE Y LIBROS

GO MAG se distribuye gratuitamente en las siguientes ciudades españolas: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Cartagena, Castellón de la Plana, Ciudad Real, Donostia, Girona, Granada, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Pamplona, Gijón, Vigo, Santander, Sevilla, Tarragona, Valencia, Vitoria y Zaragoza. GO MAG está disponible en los quioscos de España, Portugal, Argentina, México, Chile, Costa Rica y Perú.


004/005

concurso

¡Sorteamos abonos para el Festival L.E.V. 2012! Holy Other, Mika Vainio, Soap & Skin, Kuedo, Anstam, Old Apparatus, Prefuse 73 y Ryoichi Kurokawa. ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo después de semejante ristra de artistazos? Pues estos nombres son los que conforman el cartel del L.E.V. 2012. ¿Y cómo se quedan si les decimos que gracias a Go Mag pueden hacerse con un abono para disfrutar de ellos el 27 y 28 de abril en Gijón? Sorteamos 3 abonos individuales. Participa a través de nuestra web www.go-mag.com y en www.facebook.com/gomagspain

¡Regalamos headphones Urbanears! La marca escandinava de auriculares sigue amenizando la experiencia musical cubriéndola de paletas de colores puristas y perfectas. Esta vez Urbanears nos sorprende con 3 nuevos colores para esta primavera: Cream, Sage y Grape. Hazte con uno de estos headphones partipando en nuestro concurso. Participa a través de nuestra web www.go-mag.com y en www.facebook.com/gomagspain



008/009

bites

Primeras confirmaciones del Sónar 2012

El festival contará con The Roots, Fatboy Slim, Hot Chip y muchos más

Bites

// MoMA + Kraftwerk. Como lo leen. Durante ocho días consecutivos, Kraftwerk estará en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York presentando ocho de sus álbumes en la que han titulado “Kraftwerk 1 2 3 4 5 6 7 8”, una retrospectiva prácticamente completa de la legendaria banda germana. Cada velada consistirá en una presentación en vivo de uno de los álbumes, acompañada con visuales 3D. Los ocho días de espectáculo empezarán el 10 de abril con “Autobahn” y continuarán con “Radio-Activity”, “Trans Europe Express”, “The Man-Machine”, “Computer World”, “Electric Café”, “The Mix” y finalmente el “Tour de France Soundtracks” el 17 de abril. ¿Algún alma caritativa nos lleva a Nueva York? // Creamfields Andalucía 2012 estrena su cartel con la confirmación de una veintena de artistas, entre los que destacan Caribou vs. Four Tet y Steve Aoki. Esta primera hornada de nombres la completan Tiësto, Anton Pieete, Dirtyphonics, Dj Hell, Dorian, Fangoria, Flux Pavilion, Foreing Beggars, Fritz Kalkbrenner, Gonçalo, Karotte, Marco Bailey, Miss Kittin, Nancys Rubias y Zombie Kids. La organización también ha anunciado la ampliación y mejora de servicios respecto a la pasada edición. Por otro lado, los abonos para los dos días de Creamfields Andalucía 2012 siguen a 50 euros hasta el fin de la oferta especial de lanzamiento de 4.000 abonos. // Cruïlla Barcelona anuncia los primeros artistas que formarán parte del cartel de la edición de este año, que se celebrará los días 6 y 7 de julio en el Parc del Fòrum en Barcelona. Como cabezas de cartel indiscutibles han anunciado a la mítica banda de Detroit Iggy & The Stooges. Otras confirmaciones del festival son la locura balcánica de Gogol Bordello, la poesía del jamaicano Linton Kwesi Johnson y la calidez de la pareja de mali Amadou & Mariam. // Tras confirmaciones como la de Two Door Cinema Club, Kaiser Chiefs, Chinese Christmas Cards, The Zombie Kids o Mendetz, el Arenal Sound ofrece una nueva tanda de nombres para su próxima edición que tendrá lugar del 2 al 5 de agosto en la playa El Arenal de Burriana, Castellón. Los nuevos nombres internacionales del cartel son Metronomy, Crystal Fighters y Kakkmaddafakka, y los nacionales Love of Lesbian, Catpeople, Niños Mutantes, La Sonrisa de Julia y Smile.

Tras mucho hacerse de rogar, por fin Sónar presenta un avance de su programación para este año en Barcelona, los días 14, 15 y 16 de junio. Abren fuego con una de las mejores bandas de hip hop del mundo, The Roots, para luego seguir con grandes figuras de la alectrónica de baile como Fatboy Slim, Richie Hawtin, Azari & III, Modeselektor, Ital, John Talabot o Laurent Garnier. Tampoco faltarán sanas dosis de bailoteo pop con Hot Chip, Metronomy, Friendly Fires y Austra. Los shows tecnológicos también harán acto de presencia con los espectáculos de Amon Tobin, Deadmau5 o Diamond Version, el nuevo proyecto de Alva Noto y Byetone. La nómina de artistas más experimentales viene encabezada por Mouse On Mars y Squarepusher, además de contar con Peaking Lights, Maria Minerva, LA Vampires, Plapla Pinky o Supersilent, que actuarán junto a John Paul Jones. No podían faltar los bollicaos de oro James Blake, Nicolas Jaar, Maya Jane Coles, Jacques Greene, Julio Bashmore, Thundercat, Cooly G, The Suicide Of Western Culture, Uner o Blawan (vs. Mary Anne Hobbs). Para acabar, tres sellos traerán sus showcases al Sónar: Hyperdub, Brainfeeder y 100% Silk. Todo esto además del fantástico show de la BBC Radio 1 con Annie Mac y sus invitados.

El Decantador con Cass McCombs

Vuelve el Jack Daniel’s Music Day

Este marzo empieza El Decantador de Magatzem Escolà, un nuevo ciclo musical que se celebrará cada mes de la mano de Houston Party y Magatzem Escolà. Serán conciertos para un aforo muy reducido, a los que sólo se podrá acceder mediante concursos convocados en la web de Magatzem Escolà. Se celebrarán en el Magatzem Escolà, en el que se desarrollarán también talleres y actividades varias relacionadas con la cata y la coctelería. Esta perfecta combinación entre vino y música se estrenará el 28 de marzo con la actuación del norteamericano Cass McCombs. Las siguientes fechas del ciclo serán el 19 de abril y el 16 de mayo, con Lorena Álvarez y Su Banda Municipal y Richard Buckner, respectivamente.

Nos confirman que se celebrará un nuevo Jack Daniel’s Music Day en Madrid el próximo 20 de abril en el Madrid Arena. Como recordarán, el año pasado se celebró en Barcelona el 9 de abril con las actuaciones de We Are Scientists, Nada Surf, I Am Kloot y Sr. Chinarro. Por ahora sólo sabemos que Sidonie estará en este evento que el año pasado destacó por su amplio y variado cartel y, nuestros estómagos todavía se acuerdan de la emoción, por su espectacular barbacoa repleta de las mejores carnes en su punto. Otros de los protagonistas de la fiesta serán los espectaculares cócteles Jack Daniel’s, cortesía de los expertos cocteleros de la casa del más original y auténtico Tennessee Whiskey.

El ciclo músico-vinícola empieza en marzo

Se celebrará el 20 de abril en Madrid con Sidonie

Kode9, en RBMA Bass Camp

Patrick Pulsinger será el tutor de los participantes El hermano pequeño de la Red Bull Music Academy, el Bass Camp, se celebrará por primera vez en nuestro país los días 2, 3 y 4 de marzo en la Nave de Música de Matadero Madrid. Y los artistas que la visitarán no tienen desperdicio: serán Kode9 y A Guy Called Gerald, que compartirán sus experiencias con los 20 participantes durante esos días. Además, también estará en Madrid Patrick Pulsinger, que hará de tutor de los participantes durante los tres días que dura el Red Bull Music Academy Bass Camp. Un delicioso aperitivo para la Red Bull Music Academy de este otoño en Nueva York.


Bites Primeros nombres para el L.E.V. Holy Other, Soap & Skin y más, al festival gijonés

Las buenas gentes del L.E.V. Festival han publicado recientemente los primeros nombres que poblarán su cartel en dos tandas separadas: en la primera anunciaban a Mika Vainio, Soap & Skin, Kuedo, Anstam y Old Apparatus, mientras que en la segunda han confirmado al productor residente en Manchester Holy Other, seguido del americano basado en Barcelona Prefuse 73 y el japonés Ryoichi Kurokawa, además de los españoles Fasenuova. Éste es, pues, el total de confirmaciones que se han dado a conocer hasta la fecha de la sexta edición del Laboratorio de Electrónica Visual gijonés, que se celebrará este el viernes 27 y sábado 28 de abril en diferentes espacios de Laboral Ciudad de la Cultura, en Gijón.

Novedades en el BBK Live

Caen Klaxons, entran The Cure y Glasvegas, entre otros

El festival musical vasco más famoso sorprendió hace una semanas anunciando a los míticos The Cure, a la vez que lo hacía el Primavera Sound. El BBK Live, además, nos trae unas cuantas buenas noticias y una mala. Las buenas son las nuevas incorporaciones a su line-up: el cuarteto británico The Kooks, el cuarteto angelino Warpaint, los escoceses Glasvegas, los portugueses The Gift y nuestros Vetusta Morla, además de Noah and The Whale, Band of Skulls y los granadinos Lori Meyers. Las malas noticias son que Klaxons, que habían confirmado su presencia en Bilbao, no podrán actuar finalmente en el BBK Live ya que han adelantado la grabación de su nuevo disco y eso les ha obligado a cancelar todos sus compromisos estivales. Una lástima que no empaña un buen cartel.

//Skweee Gallery organiza una nueva fiesta donde los protagonistas serán Levon Zoltar y Fitzroy North, precedidos del DJ Set de Sr. Galleta (en la foto). Esta nuevo homenaje al sonido skweee se celebrará el jueves 8 de marzo en el Niu, Espai Artístic Contemporani en Almogàvers, 208. El precio de la entrada será de 7 euros con consumición incluida y la apertura de puertas será a las 20.30h. //Odd Future Records ha anunciado que el 20 de marzo de 2012 publicará “Of Tape Vol. 2”, un LP con nuevos temas de Tyler the Creator, Hodgy Beats, Frank Ocean, Leftbrain, Domo Genesis, Mike G, Syd the Kyd y The Internet. Por otro lado, el nuevo disco de Tyler, The Creator, “Wolf”, verá la luz al final de la primavera de 2012.


010/011

bites / club del mes

Sorpresas y grandes confirmaciones en los nuevos nombres del FIB El Festival Internacional de Benicàssim contará con David Guetta, New Order y At The Drive-In

Bites

// El Festival ZEMOS98 celebrará su 14ª edición del 11 al 15 de abril. Bajo el título “Copylove: Procomún, Amor y Remezcla” enfocan en esta ocasión la idea de compartir como acto de amor colectivo. En esta línea, pondrán en marcha actividades relacionadas con la creación colectiva. Entre las actividades de este ZEMOS98 destaca la actuación de la Fundación Robo en el Teatro Alameda el sábado 14 de abril. Los nombres de los integrantes que actuarán como Fundación Robo en el festival, no obstante, todavía son un misterio. Las entradas, con un precio de 5 euros, están a la venta en los puntos habituales.

En estas últimas semanas el FIB ha dado un buen número de confirmaciones, alguna de las cuales ha levantado tantas o más ampollas que la de Julieta Venegas el año pasado. Es el caso de David Guetta, con quien el festival aspira a ampliar su público potencial. Entre los nuevos grandes nombres anunciados se encuentra el de los legendarios padres del sonido Madchester New Order, el ex-Oasis Noel Gallagher con sus High Flying Birds, el espacial Todd Terje, el niño maravilla Kurt Vile con The Violators, ese British favourite que es Dizzee Rascal, los claroscuros The Horrors, la musa del dubstep-pop Katy B, la fiesta ruidosa de Crystal Castles, el pop-rock personalísmo de Bombay Bicycle Club o uno de los regresos noventeros más esperados, el rock progresivo de At The Drive-In. Completan la nómina nombres como Miles Kane, Cooper, Department S., Joe Crepúsculo, Disappears, Maverick Sabre, Howler, Example, Spector, Thee Brandy Hips, The Maccabees, Little Dragon, SebastiAn,Bat For Lashes, Yuksek, Delorentos, Dave Clarke, Lisa Hannigan, Arp Attack, Sons Phonetic, Ham Sandwich, Pony Bravo, Klaus & Kinski, The Secret Society y Juanita y Los Feos. De todos los colores, orígenes y estilos. Música para todos los gustos y las playas de la Costa de Azahar del 12 al 15 de julio, en Benicàssim, en la decimosexta edición del FIB.

Más headliners para el Low Cost

Nuevos artistas para el PS2012

El Low Cost acaba de anunciar una nueva tanda de confirmaciones para la que será su cuarta edición, el 27, 28 y 29 de julio en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor de Bernidorm. Se incorporan como cabezas de cartel Suede, Kasabian y Vetusta Morla. También se suman a la lista de confirmados The Whip, Le Corps Mince de Françoise y Make The Girl Dance, mientras que el ex-Sunday Drivers Jero Romero, Anni B Sweet y McEnroe completan la nómina nacional. Estos nombres se suman a los ya anunciados La Casa Azul, We Are Standard, The New Raemon, La Habitación Roja, El Columpio ASesino, Iván Ferreiro y Triángulo de Amor Bizarro, entre otros.

Tras las confirmaciones de Björk, The Cure, Franz Ferdinand, Napalm Death y toda aquella polémica hornada de bandas heavy, parece que los organizadores del Primavera Sound 2012 todavía guardaban alguna que otra traca para su nueva tanda de confirmaciones: Beirut, The Rapture, Main, I Break Horses y The Field son algunos de los grandes nombres que se han añadido al line-up del festival, que también contará con gente como Wilco, Justice, Rufus Wainwright, The XX, Death Cab For Cutie, Saint Étienne, Refused, John Talabot, Rustie, Scuba, Benga, Matías Aguayo, Other Lives o A$ap Rocky, entre muchos otros. Una locura.

El festival anuncia a Suede, Kasabian y Vetusta Morla

Beirut y The Rapture, entre otros, se suman al festival

// El Monegros Desert Festival celebra este año su XVIII edición y lo hará el 21 de julio. El plan ya lo conocen, electrónica en vena y veinte horas de fiesta non-stop. Las entradas para el festival ya están a la venta y el precio de la entrada anticipada hasta el 7 de marzo será de 50 euros e incluirá acceso al festival, regalo de merchandising y una cerveza San Miguel. Será al día siguiente cuando se anuncien los primeros artistas y la entrada pasará a costar 60 euros. // Tortoise vuelven a España el martes 15 y miércoles 16 de mayo, en la madrileña Rock Kitchen y en la barcelonesa sala Apolo, respectivamente. La inclasificable banda de post-rock de Chicago visitará nuestro país para desplegar en directo no sólo los temas de su último álbum de 2009 “Beacons of ancestorship”, sino también para repasar sus 22 años de carrera. // Ya hace tres años desde que M Ward publicó su último disco “Hold time”. Pues bien, ahora el de Portland publica un nuevo trabajo a través de Bella Union y se llamará “A wasteland companion”. El disco verá la luz el 9 de abril y contará con nombres tan destacados como John Parish, Howe Gelb o su compañera en She & Him, Zooey Deschanel. // Una vez más, la Obra Social La Caixa sigue dando muestras de buen gusto musical con los nuevos nombres anunciados para Música Electrónica en CaixaFòrum. El ciclo, que va trayendo a diversos artistas a lo largo del año, contará para el mes de marzo con tres artistazos como son Rustie, Demdike Stare y Andy Stott, autor de los dos mejores maxis de 2011 para esta santa casa. Demdike y Stott pasarán por el Auditorio CaixaFòrum de Barcelona el 9 de marzo a partir de las 21h, mientras que el 23 de marzo será el turno de Rustie. Y todo por 4 euros.

El SOS 4.8 se apunta a Pulp

Otros invitados serán Yelle o Simian Mobile Disco El festival murciano vuelve este año con grandes nombres bajo el brazo. La campanada la ha dado con el fichaje de los míticos Pulp, que vuelven a España tras su espectacular actuación en el pasado Primavera Sound. El festival también contará con Friendly Fires, Yelle, Simian Mobile Disco, La Casa Azul, DJ set de Matthew Herbert, Hidrogenesse, el Dj Eme y Meneo, además de las primeras confirmaciones para Aperitivo SOS: Delorentos y The Marzipan Man. Estos nombres se suman a Buraka Som Sistema, CSS, El Columpio Asesino, Gossip, John Talabot en su faceta DJ y muchos artistas más.


club del mes

Sor Rita HAGAS LO QUE HAGAS... Texto

Érika Vidal

“H

agas lo que hagas, ponte bragas”. Toda una declaración de intenciones. Esta frase, extraída de “Pepi, Luci y Bom, y otras chicas del montón” de Pedro Almodóvar, aparece pintada en la puerta de vidrio que da acceso a este universo paralelo llamado Sor Rita Bar (leído Sorrita, exacto, sin sutilezas), donde el kitsch es una religión y el petardeo su credo. Nada más entrar parece que hayamos ido a parar a la casa de Alaska y Mario, pero no, de un papel mural de leopardo penden doradísimos marcos rococó con retratos de mujeres como Chus Lampreave, Rossy de Palma o Carmen Maura, musas todas ellas del director manchego. Y es que, si bien este bar no es un homenaje a su figura, sí que es cierto que nuestro cineasta más internacional ha sido una referencia clara a la hora de encontrar una imagen para el local, “Queríamos un bar kitsch, recargado, barroco, exagerado e irónico”, nos cuenta Cecilia González, una de las socias fundadoras y orgullosa decoradora del bar. “Perfilando una definición más concreta de este kitsch, encontramos en Pedro Almodóvar una buena referencia del espíritu que perseguíamos. Su estética y la ironía propia de sus diálogos y escenas han sido una gran inspiración para definir la decoración del bar, concretada meses más tarde tras varios paseos por Los Encants de Barcelona”. La influencia del director también queda patente en los cócteles de la casa, bautizados como personajes de sus películas: Sor Raimunda, Kika, Agrado, Benigno, Doña Paquita y Paul Vazo; sin olvidar los “chupitos-peluca”, donde por sólo dos euros puedes elegir beber un Pepi, un Luci o un Bom y además probarte una peluca. Pero pasemos, que esto no ha hecho más que empezar. Seguidamente nos topamos con un marco de flores rosas titulado “Pecadoras

del siglo XX” (guiño de nuevo a Pedro y su “Entretinieblas”), donde encontramos varias imágenes de iconos sexuales femeninos de toda clase, desde Brigitte Bardot hasta Pamela Anderson, pasando por Xuxa (como lo leen), Ana Obregón, Monica Lewinsky e incluso Camila Parker Bowles (¡ouch!). Y si les está pareciendo surrealista todo esto, esperen a llegar a la zona estucada con fotos de Marisol, Rafaella Carrá, ABBA, Fangoria, Boney M, Dúo Dinámico o Raphael: retropetardeo en vena, muy en la línea de los hits que se suelen escuchar en el local, donde igual suenan los “Pajaritos” que Viceversa (“tu piel morena sobre la arena...”), que Paloma San Basilio o “Waterloo”. Levanten la vista y verán un cielo de tacones poblando el techo; miren hacia el lado y asomará tras la barra un kamasutra de barbies que destrozará (o dará sentido) a su infancia. Y finalmente arrodíllense ante el altar desde donde nos vigila ella, Sor Rita, la imagen de una santa que de santa no tiene nada, enmarcada por luces y flores de colores. No es de extrañar que decenas de fieles de edades entre los 20 y los 99 años acudan cualquier día de la semana a rendirle pleitesía, todos ellos del más diverso pelaje, pero con dos cosas en común: una tremenda fascinación por lo kitsch y unas ganas insaciables de pasarlo bien. Pasen y gocen de este pequeño oasis retro-petardo en pleno centro de Barcelona, y no se olviden de confesarse al salir. � El Sor Rita Bar está en el Carrer de la Mercè, 27, en Barcelona. Sus horarios son de 19h a 2.30h de domingo a jueves y de 19h a 3h los viernes y los sábados. Para más información sobre el Sor Rita Bar y sus noches temáticas, puedes consultar en su web: www.sorritabar.es


012/013

intro

Alado Sincera Próspero año

La escena está fracturada, pero sigue habiendo progresiones inspiradoras. Los catalanes Alado Sincera pasaron años debatiéndose entre formas, hasta que alumbraron “Palimpsesto” (Repetidor Disc, 09), un renacer que se definía por una nueva búsqueda y un paso definitivo hacia una identidad. “Pacífico” (Repetidor Disc, 12) representa el asentamiento de aquellas ideas, y pasa por ser el álbum más entero de la banda, con una ética y una estética definidas. Allí donde “Palimpsesto” era un disco hecho de actos, entreactos e inflexiones, “Pacifico” se muestra cual gancho con una única dirección y sentido, donde toda variedad sonora, en velocidad y estructura, se guarda dentro de un mismo cuerpo melódico y discursivo. “La verdad es que sí vemos este disco como un bloque que quizás pueda funcionar como un solo acto, aislado, más crudo, como un gesto en falso, no sé, un arrebato”, explica Daniel Rodríguez, que aclara además la transcendental cuestión sobre si Alado Sincera ha dejado de ser quienes eran para ser... ¿ellos mismos? “Fue en ‘Palimpsesto’ cuando se produjo algo así. Entonces encontramos una nueva manera de componer en la que nos sentimos cómodos. Se hizo un ‘click’ a partir del que aprendimos a dejar fluir nuestro propio lenguaje”. Ética: todo el cancionero está repleto de una afilada mirada al entorno social y político de nuestros días. Hay rabia y serenidad en lo que se dice, y en la forma en que la música lanza el discurso. A veces el discurso repetido puede llegar a pasar más desapercibido. “El discurso repetido es analgésico”, afirma Daniel. “Creo que el grado de

tolerancia al que se puede llegar con él roza cotas pornográficas. De eso va ‘No lugar’, de ese repique colectivo pero también de la subsecuente amnesia express. Vivir de algún modo en continua campaña. En ‘Pacífico’ hemos tratado de apropiarnos de esos mensajes para contextualizarlos y forzar ahí su verdadera vacuidad. Como una especie de exhibición del no-mensaje, de búsqueda de lo poético en ese entramado de demagogia”. Estética: a nivel sonoro, se percibe un barniz glorioso sobre todo el sonido del disco. Las canciones pueden circular veloces o sosegadas, incluso pueden abrirse a medio camino en un foso de distorsión, pero todo guarda una misma atmósfera aérea y especular de guitarras reflejándose,

de baterías contundentes pero voladoras. “Esta vez habíamos decidido grabar y ordenar las canciones del disco tal cual las íbamos componiendo, y eso es lo que hemos hecho. Hemos pretendido ahorrar ese ejercicio de unidad impuesta y en cambio dejar que el propio proceso creativo imponga su orden entre las canciones”. Entonces, ¿la inspiración de ese mundo gris y abstracto que se dibuja ha mandado antes que la velocidad del cancionero? “Han ido de la mano. Ya desde el disco anterior habíamos decidido trabajar la parte estética y la parte puramente musical a la vez, así que supongo que el peso entre ambas es relativo en función de cada canción y no podemos disgregar una parte de la otra”. �Albert Fernández�

Piff Gang

Fumando espero

Fuman más petardos que todos los discípulos de Jah juntos en Nochevieja. No tienen por costumbre hablar de joyas, dentaduras de pedrería, metralletas de asalto Lamborghinis y putones de gran culo. Piff Gang maceran hip hop de nuevo cuño con sabor hipster y caradura británica, esto es, consagran sus arengas a San Cannabis —“Si te gusta, perfecto, pero tampoco es estrictamente necesario para escuchar nuestra música”—, a sus clubs y marcas de ropa favoritas, y a las titis londinenses. Algunas publicaciones han visto en esta guerrilla de diez soldados fiesteros la réplica inglesa de Odd Future. “Entendemos que la

gente lo diga, somos muchos miembros, vestimos de un modo parecido, pero nosotros no hacemos skate y no hablamos de matar a gente en nuestros raps. Ellos están en una onda de rebelión adolescente que nosotros no tenemos, aunque nos encanta lo que hacen”. Con dos mixtapes en el mercado, “Piff Breaks & 808s” y “Mary Piffmas”, han conseguido que las retinas de los cazatalentos se posen en sus cogotes. La escena rap británica, necesitada de revulsivos y caras nuevas, ha visto en ellos cantera de futuro, antes incluso de firmar con una discográfica. Y los tipos no tienen prisa ninguna. “Quizás el año que

viene saquemos disco con algún sello. No estamos seguros, pero tampoco nos preocupa firmar un contrato. Sólo nos interesa hacer música. Estamos preparados para esta responsabilidad. En cierto modo, en la escena británica representamos la nueva mierda, lo que Currensy, A$AP y tantos otros hacen en los USA”. No hay secreto, lo cierto es que son cachorros amamantados por los nuevos antihéroes del hype estadounidense. Ritmos electrónicos con pegada dirty south, atmósferas humeantes en la paleta de sonidos, capas de sintetizadores repetitivos, beats pastosos, pinceladas psicodélicas, espíritu swagger, desenfado juvenil y un pestazo a hierba que le bajaría la tensión hasta a Melendi. “Es muy sencillo, traemos beats acojonantes y letras distintas. La verdad es que nos ha sorprendido el recibimiento entusiasta que nos han dado, pero que nadie se equivoque: nos dimos a conocer con una mixtape cojonuda”. Por mucha calidad que atesorase, el impacto de “Piff Breaks & 808s” fue inopinado, y “Mary Piffmas”, lejos de apaciguar el eccema hype, lo acentuó cosa fina. Están muy cerca del despegue y ya piensan en ofrecer variaciones menos fumadas de su propuesta. “Sin duda, ‘MaryPiffmas’ es una mixtape lenta, pero estamos trabajando en cosas más uptempo que verán la luz en un futuro no muy lejano”. Ah, y también le dejan un recadito a Ricard Robles y su equipo: “Nunca hemos estado en el Sónar, nos encantaría ir”. Yo les llamaría. Óscar Broc


Clint

Sin voz

La industria musical española no es que sea especialmente amplia, por eso resulta tremendamente extraño que grupos con una propuesta tan atractiva y bien desarrollada como es el caso de Clint no obtengan la atención de público merecida. En la década en que se ha descubierto que hay mercado más allá de las multinacionales, sigue habiendo una gran cantidad de bandas con discos maravillosos que desconocen siquiera que hubiera pastel que repartir. ¿Es que a estas alturas hacer música instrumental es ser anticomercial? “Más que anticomercial, la música instrumental suele dar pereza. En particular, Clint tiene el problema añadido de no formar parte de ningún estilo en concreto, y desde ese punto de vista, los grupos que en principio son más complicados por su largos desarrollos sinfónicos o por su quietud suelen tener un público concreto y fiel. Pero no es algo que nos preocupe especialmente. Por otro lado, nosotros siempre decimos que la heroicidad no es grabar un disco, ni publicarlo. Lo heroico es conseguir venderlo. Publicar un disco es sólo un alimento para la vanidad, que ya sabes que nos sobra a los grupos”. Y eso que este disco es probablemente el más ágil de los tres que llevan publicados hasta el momento. “Nos hemos preocupado mucho por hacer un disco muy rítmico y bailable, un disco que de principio a fin te haga mover los pies, tocando diferentes estilos, incluso alguno de

ellos que nunca habíamos explorado antes. Esa inmediatez pensamos que es el éxito de este disco con respecto a los anteriores”. El grupo de los cuatro Harrys transgrede cualquier tipo de canon preestablecido acerca de lo que es un grupo instrumental. La manera de jugar con las melodías y un amor profundo por la música y sus diferentes estilos, hacen de su escucha, como poco, un gran divertimento. “El hecho de ser instrumentales y tipos de pocas palabras hace que en nuestros ensayos dejemos las mágnums encima de los amplis, y nos dediquemos a tocar, a no hablar, a probar cosas nuevas... Para nosotros la música es libertad, así que intentamos huir de los géneros o más bien utilizarlos como un simple traje para nuestras ideas”. Destaca en los créditos la presencia como productor de Guy Fixsen, mitad de Laika y uno-delos-trece-productores-acreditados-en-el-”Loveless”: “A la hora de elegir productor, no sabíamos qué queríamos, pero sí qué no queríamos. Nos conocimos cuando Wire vinieron a tocar (era su técnico de sonido) y conectamos inmediatamente. Guy ha aportado un toque diferente al sonido del disco y hemos aprendido mucho con él; una de las cosas mas importantes que nos ha enseñado es que ‘menos es más’”. Aunque no lo reconozcan, siempre han tenido eso claro. A veces no hace falta voz para contar una historia, ni melodías vocales para arrastrarte incondicionalmente. Jesús Sáez

The Big Head Troubled Boy Incendios

Mia Salazar es probablemente la única artista española que, habiendo sido invitada al SXSW de Austin, no ha ido porque se le olvidó contestar el e-mail. Como lo oyen. Y que, además, lo anuncia en su Facebook diciendo “Molo más que el Fary”. Mucho más, que ya es decir. Pero empecemos por el principio, esta muchacha barcelonesa se ha recorrido medio mundo desde sus tiernos 16 años en busca de música y aventura, encontrándose por el camino cantando rancheras en Londres y envuelta en un atraco a mano armada en México. “Fue hace muchos años. Es típicamente europeo pensar que irse de excursión con un vestidito en un autocar para ‘conocer el sur’ es seguro...y no lo fue. Un hombre vestido de charro me puso una pistola en la cabeza y me pidió el dinero. La primera vez que ves una pistola de cerca no asusta porque tiendes a pensar que es parte del atrezzo de una película. Está fría y tardas un rato en reaccionar. No estamos biologicamente programados para asociarla con la muerte, sin embargo ningún tonto se quedaría mirando un incendio en su sien sin hacer nada”. Pero parte de ese incendio que no fue acabó viajando de algún modo hasta el fondo de su garganta y hacia la yema de sus dedos y se materializa en sus trabajos bajo el alias de The Big Head Troubled Boy: temas que son como una anaconda de terciopelo, que se enrosca dulcemente en tu cuerpo hasta dejarte sin aliento. Un crossover entre pop, folk y jazz facturado con intensidad a la par que elegancia. “‘San Antonio’ se desmarca de ‘Broken’, mi primer disco, en muchas cosas. Los ingredientes son exactamente los mismos: contrabajo, batería, guitarra y voz. Pero en el segundo hemos conseguido mucha más intensidad, más visceralidad y más sofisticación en el power trío original”. Así que, pese a que algunos lo intenten, poco tiene que ver “San Antonio” con la corriente patria de folk-pop femenino con guitarra tan de moda en los últimos años con Russian Red, Annie B. Sweet y demás. “Las comparaciones sucederán hasta que el boom de la chica con guitarra se desvanezca. Yo hace siglos que toco y, puestos a compararme con alguien que toque y cante, ¿no podríamos compararme con Cohen? ¿O Waits? Sinceramente espero que a Waits no lo comparen con Russian Red”. Y es que Mia se bebe hasta el agua de los floreros, inspiracionalmente hablando, claro, y sus influencias van desde Dylan a Chopin pasando por Pavement o Lola Beltrán. Aunque a veces haya tenido que renegar de todo ese background y esas pasiones y haya sucumbido a satisfacer las terrenales necesidades de comer y pagar el alquiler poniéndole voz a algún tema dance comercialoide chusquero de cuyo nombre no quiere acordarse: “Momento en que me coloco unas gafas de sol a lo Pantoja y digo que no sé nada al respecto”. Virginia Arroyo / Foto Mia Salazar


014/015

report Los Evangelistas / Andrew Bird

MISA RUIDISTA

LOS EVANGELISTAS Las canciones de “Homenaje a Enrique Morente” (Octubre / SonyBMG, 12) provienen fundamentalmente de tres discos: “Despegando”, “Sacromonte” y “Luz y Luna”. Luego hay otras que salen de otros discos. A pesar de que la prensa haya relacionado el disco con “La Misa Flamenca”, es precisamente de ese disco del que hay menos aportaciones. La confusión es probable que venga del concepto que hay detrás del disco: una ceremonia litúrgica para honrar la memoria del maestro por parte de Los Planetas y Lagartija Nick. Texto

Arnau Sabaté

HOMENAJE A MORENTE

No se por qué me imaginaba un disco mucho más oscuro. (Jota) No queríamos que fuera un disco oscuro. Sin embargo, creemos que sí lo es. Teníamos la intención que tuviera más luz, y es posible que en la distribución de las canciones, al final lo hayamos conseguido. ¿Cómo habéis planteado los conciertos? (Florent) La puesta en escena hace que los presentes lo conceptualicen como una liturgia. Nuestro objetivo al preparar el directo era propagar la palabra de Morente, y nosotros hacerlo como Evangelistas. Ahora entiendo el origen de vuestro nombre. (Eric) Hacemos las canciones de Enrique preservando el respeto hacia él. En los últimos discos de Los Planetas también tocábamos versiones, pero lo conceptualizamos como un disco y no como un homenaje. Dejad que os pregunte si existe algún vínculo con la religión. Me cuesta creer que no lo haya. (Jota) Es una celebración de la espiritualidad, desde el punto de vista de la laicidad. Si la religión católica no te ofrece esa tranquilidad espiritual, hay que buscarla en otro lado. La música, por ejemplo.

tarse con la gente que con la alta esfera. (Jota) Era muy inteligente. Tenía mucha cultura callejera, supo manejarse a partir de lo que conoció en la calle. A Enrique lo que le mantenía en la sobriedad era su arte. EL FLAMENCO

“Si no te lo explican, el flamenco es imposible”. Antonio Arias es consciente de la dificultad de un genero que todos, a excepción de Eric, y sobre todo Jota, asumen haber interiorizado como imprescindible, después de haber conocido a Morente. “Él era conocedor de toda la obra del flamenco, una enciclopedia andante”, comenta Eric. “Canalizaba esta virtud de forma didáctica en sus explicaciones. Explicaba el flamenco de forma que lograbas entenderlo”. “De no haber sido así, Enrique nunca nos hubiera llamado la atención”, puntualiza Arias. ¿Cuál fue la clave para entrar en el género? (Arias) Nos enseñó que podíamos cantar el flamenco como quisiéramos. Nos dijo: “Esta es tu cultura. Puedes cantarla como quieras”. (Eric) Nos descubrió que el flamenco tiene muchas cosas en común con nuestro lenguaje. Este disco da fe de ello. LOS EVANGELISTAS

¿Pero Enrique tenía interés por la religión? (Jota) Aunque parezca una contradicción, y a pesar de su ateísmo, Enrique se formó como cantante religioso. De allí viene su capacidad de emocionar. Interpretaba la espiritualidad del flamenco de una forma muy personal. GRANADA

Granada es un lugar donde según Jota, “La cultura del misterio es una parte esencial de su música”. “Omega”, “La leyenda del Espacio” y “Homenaje a Morente”. Tres discos complementarios. Escritos y pensados en Granada. “Los jardines de la Alhambra y las noches del Albaicín son lugares con misterio. Un embrujo que intentamos transmitir en nuestros discos. De ahí viene la oscuridad. Eso sí, una oscuridad relacionada con el misticismo”, comenta Eric. Para ambos grupos, la relación con Enrique se hizo más estrecha en los 90, cuando volvió a Granada. (Arias) Era fácil encontrarse a Morente por las calles o en los bares. Eso fue lo que le diferenció del resto de artistas. Cuando le llegó la fama, volvió a Granada y se abrió a su ciudad. Algo insólito, nadie de su generación lo hubiera hecho. (Eric) Se rodeó de intelectuales y cogió la mejor esencia de cada uno. Prefería jun-

Antonio Arias explica que Los Evangelistas nacen en el Mesón Caballero. Fue donde le comentó a Jota (a quien habían llamado para tocar “Omega” en La Noche Blanca de Flamenco de Córdoba): “Sin Morente no hay ‘Omega’”. “Antes que muriera, uno de los proyectos que teníamos, era tocar canciones con él, bajo el nombre de Enrique Morente y Los de la Chana. De alguna manera ese es el germen de lo que actualmente son Los Evangelistas”, nos cuenta Jota. Entonces Enrique Morente también era un evangelista. (Florent) Si tocaba en festivales de rock (Primavera Sound, FIB, Espárrago Rock) era porque quería estar ahí y difundir su obra. ¿Qué otro artista flamenco hubiera hecho eso? Vosotros, ¿sentís que le habéis tomado el relevo? (Florent) No se trata de tomar el relevo, simplemente mantenemos viva esa llama. Nos sentimos realizados dando a conocer una obra que muy poca gente conoce. Entiendo que él es el culpable de que hayáis reorientado vuestras influencias. (Arias) Nuestra relación con Morente siempre ha sido él, integrándose al rock, más que nosotros al flamenco. Así nos convertía a lo que él quería. Nos acercamos a él a través de su música.


INTERIORES

ANDREW BIRD Andrew Bird es un hombre tranquilo al que hacen dar demasiadas vueltas. Últimamente se ha visto envuelto en un sinfín de esfuerzos y trabajos hilados, desde colaboraciones en discos benéficos contra el sida, a bandas sonoras para películas como “Norman” o “Los Muppetts”. “Break it yourself” le devuelve al lugar de donde nunca debió haber salido: su viejo granero, el centro de un mundo donde lo único importante es atisbar el paisaje y respirar música.

Texto

Albert Fernández

H

an sido años de verdadera agitación para el músico de Chicago. De entre todos los movimientos tectónico-vitales, su traslado a New York y el nacimiento de su hijo han significado sin duda la última frontera. La largo tiempo anhelada grabación de “Break it yourself” (Bella Union / Coop, 12) le ha hecho volver a Illinois, a sus raíces. Sobre el terreno que le vio crecer, Andrew Bird se ha entregado al gesto básico de poner sus canciones bajo un mismo techo. En un establo, y con un grupo reducido de músicos, se lograron las hazañas melódicas de un cancionero que transmite hermosura a cada nota. “Casi todo el disco se hizo en un período de tiempo muy corto, pero me tomó mucho tiempo darme cuenta de si estaba dando el paso correcto. El núcleo del álbum se grabó en agosto de 2010, pero tomó todo un año ponderar sobre aquello, y tratar de mejorarlo. Pasado ese tiempo, volví al establo, para hacer otra sesión con la misma gente, y limpiar de alguna manera las partes menos nítidas. Pero básicamente lo que oyes es lo que pasó”. Porque esa era la premisa principal, ser capaz de sedimentar una suerte de ensayo glorioso, algo que ocurría y sonaba en un mismo momento. “Sí, creo que la primera idea es siempre la mejor. Llevaba un tiempo trabajando en aquellas canciones. No quería entrar en un bucle con mi banda, y viví momentos de desesperación pensando en cómo encajar todo. Pero apelar a los instintos básicos de mi guitarrista, y ver lo que surgía, dónde nos llevaba, fue sencillamente genial. Me gusta esa manera de hacer las cosas, y también la manera en que suena el resultado”. Tratando de mantener los elementos al mínimo, con escasos instrumentos y tres músicos capaces, Bird ha logrado trascender con su receta de interpretación espontánea y búsqueda instintiva de la música. “Sí, éramos cuatro músicos en total, todos reunidos en una habitación, respondiendo a lo que tocaba el prójimo. Pensarás que no es algo tan inusual o difícil de hacer, pero lo es. No hay producción en el disco. Usamos los colores que podemos crear con nuestros instrumentos, ponderamos eso antes que

nada. Así pasaba que, por ejemplo, me encontraba cantando en una habitación sobre la batería, lo cual te lleva a una manera totalmente diferente de cantar, de forma más introvertida. Y no había opción de que te echaras atrás. Cuando grabas en un estudio piensas: ‘no me gusta como suena mi voz, voy a probar otra cosa’. Lo siguiente que sabes es que estás interpretando un personaje, en vez de ser tú mismo”. El último álbum del cantautor, el maravilloso “Noble beast” (Fat Possum, 09), representó su manera melódica de establecerse en el mundo. Era como si, con aquel disco, Bird construyera su casa definitiva, el hogar melódico donde pasaría el resto de su vida. “Break it yourself” es un paso más adentro. El buen Andrew nos recibe en su casa bien construida, nos invita a pasar del porche, recorrer las estancias. Sin darse cuenta, abre tantas puertas que finalmente nos deja ver dentro a través de un disco introspectivo, sosegado y etéreo. “Es una metáfora interesante, porque ‘Noble beast’ se construyó pieza a pieza, cuidadosamente. ‘Break it yourself’ no fue construido, fue interpretado. De ahí que las canciones se sientan diferentes, aunque se han usado los mismos materiales de construcción. Creo que estas canciones tienen más pulso interno y excitación que las de ‘Noble beast’”. Una vez más, el sitio determina el arte. Esa relación estrecha entre músicos, la convivencia de días en una casa de madera y un ambiente natural marcan el devenir de “Break it yourself”. “Creo que el entorno tiene un efecto enorme en el tipo de música que haces. Fue un gran reto para mí llevar gente a la granja, pues ese era el sitio al que iba para escapar de la gente. Dejar que esos músicos vinieran y vivieran en esa suerte de espacio secreto, me tomó años”. Hablando de secretos, todo el mundo conoce los silbidos maestros de Andrew Bird, pero nadie sabe qué tal se los toma su bebé recién nacido. “Bueno, todavía está algo confuso con ello (risas). Le silbo cada día desde que nació. Le gusta cuando toco pizzicato, es más para bebés. Pero si me pongo muy intenso, suele ponerse a llorar”.


016/017

en portada Die Antwoord

DIE ANTWOORD PRE-MILLENIUM TENSION


El tiempo pasa muy despacio en Sudáfrica. Quizás por eso Die Antwoord parecen venidos de aquella época de duetos “chica-canta chico-rapea” (los noventa y su obsesión por combinar rap y melodías dulzonas) y, al mismo tiempo, son la versión refinada (o mejor destilada) y tribal del obtuso witch house, el penúltimo grito en cuanto a producciones molonas. Su potente imagen apela a los más bajos instintos y retrata los estratos menos favorecidos de la sociedad sudafricana, donde la integración racial y lingüística es una forzada realidad, pero también donde las drogas alienantes, el sexo y la violencia gratuita son la única diversión posible. Poco importa si su pose es auténtica o no, su segundo LP les muestra firmes, aún más contundentes, con mejores rimas, asquerosamente atractivos y con una imagen turbadoramente desagradable. Si puedes imaginar el resultado de una extraña mutación entre 2 Unlimited y Salem en el laboratorio del Doctor Bishop estarás muy cerca de visualizar a los Die Antwoord de “Ten$ion”. Texto

Half Nelson


026/027 018/019

report en portada Hooray Diefor Antwoord Earth / Fanfarlo

R

econozco que antes de esta entrevista no me hacía un pelo de gracia que Ninja (Watkin Tudor Jones en su maltratado pasaporte) y Yo-Landi Vi$$er tuvieran mi número de teléfono, pero después de hablar con ellos no tengo otro remedio que rectificar. De hecho, hemos quedado en vernos en su próxima visita a Barcelona, ya que la ciudad del Sónar “era una de las ciudades que más ganas teníamos de visitar”, confiesa Ninja, “pero al final todo se torció y apenas estuvimos dos horas allí, así que pensamos mucho en hacer una visita completa la próxima vez”. Así que ya me ven haciendo de cicerone para estos dos personajes (tres si contamos al mutante DJ Hi-Tek, mutante porque parece encarnado por una persona diferente cada vez) en pleno Passeig de Gràcia o en lo alto de la Sagrada Familia… porque será eso lo que quieren visitar, ¿no? IF LOVE IS DIE ANTWOORD, WHAT WAS THE QUESTION?

Un grupo que se llama “La Respuesta” debería de tener claro qué significa su nombre, pero no parece ser el caso. “Es una muy buena pregunta”, reacciona Ninja, después de unas cuantas dudas, “no estoy seguro. Creo que se trata más del tipo de música que hacemos. No nos gustaba el panorama que nos rodeaba y decidimos responder. ‘La Respuesta’ es lo que hacemos, lo que nos gusta… no se dirige a la política o a la sociedad, es sólo música. La pregunta era ‘¿cuál es el estilo musical más avanzado?’ y la respuesta es lo que nosotros hacemos”. Creo que hasta Ninja puede detectar mi desilusión a lo largo del cable telefónico porque sería perfecto, desde mi punto de vista, que Die Antwoord canalizaran su profundo conocimiento del caldo de cultivo en que se mueven los personajes a los que caricaturizan (porque Tudor Jones y Visser no son así realmente, dejémoslo claro desde el inicio) hacia una cierta crítica social, como hacía el director Neill Blomkamp en la aclamada “District 9” (09). De hecho, ya hace tiempo que se rumorea que el también sudafricano Blomkamp va a dirigirles un vídeo promocional, algo que por fin parece confirmarse con el breve “Is it dead?” que muestra a una extraña criatura (entre perro salvaje y lagarto) tendida a los pies de Yo-Landi grabada por Ninja “in Neill Blomkamp’s office” este pasado febrero. Quizás entonces, su exagerado pero vibrante retrato de los canis sudafricanos que se hacinan en los ghettos de Ciudad del Cabo o Johannesburgo conviviendo con las diferentes tribus negras (y sus lenguas: afrikaans, xhosa… presentes en sus canciones) adquiera un tono más social. Mucho más que en el plano retrato del feísmo y el cretinismo que hicieron en “Umshini wam” (11) de Harmony Korine. FEAR OF A ZEF PLANET

Originalmente, el término ‘zef’ era la palabra clave para Die Antwoord. En argot afrikaans significa la mezcla o reciclaje de elementos culturales cutres y modernos asociados a la vida en los barrios más duros y Yo-Landi lo resumía en una entrevista para el Guardian en 2010 como “la gente que se tunea el coche: eres pobre, pero molas, tienes tu propio estilo, eres sexy”. Ninja responde. “Para nosotros, el significado de ‘zef’ cambia constantemente. Significa ser punk, futurista, indestructible, que eres lo opuesto a una víctima, que puedes hacer lo que quieras, que no te importa lo que digan los demás… todo eso es ‘zef’. No nos interesa el éxito porque es una cosa extraña que se escapa en cuanto lo consigues, lo que nos interesa es lo que vamos a hacer a continuación. Nos

gusta hacer música, vídeos, películas, juguetes… y actuar en directo, que es lo mejor. Cuando componemos un disco queremos que las canciones sean lo más peligrosas posible cuando las toquemos en directo, ese es nuestro objetivo”. YoLandi toma el relevo. “Nosotros nunca tuvimos interés en estar en un gran sello, pero fue bonito firmar por Interscope (Dr. Dre, Eminem, 50 Cent, Lady Gaga…) porque nos dieron mucho dinero ya que antes de firmar con ellos no había nada en nuestra cuenta corriente. Así que firmamos, pero nunca les escuchamos, nunca les hicimos caso…”. Hay que recordar que “$O$” (09) era originariamente una mixtape que se descargaba gratuitamente de la web del grupo. Gracias al éxito viral del vídeo de “Enter the Ninja”, Interscope les metió en un vuelo a Los Angeles en primera clase para firmar un contrato multimillonario que incluía la reedición ‘revisada’ de “$O$” (Cherrytree-Interscope, 10). “Cuando acabamos de grabar ‘Ten$ion’ (Zef / Coop, 12)”, prosigue Vi$$er, “lo envíamos a Interscope y entonces dijeron que había que cambiar cosas, así que decidimos dejarles, ya que no son ellos los que saben que es lo que va a funcionar en la música de Die Antwoord”. Ninja la interrumpe. “Lo que querían cambiar, aparte del primer single y algunas otras cosas era el skit ‘Uncle Jimmy’ donde explicábamos la afición del dueño de Interscope, Jimmy Iovine, a pedirle a Yo-Landi que se sentara en sus rodillas. En el tema la voz es mía, pero lo imito muy bien”. Tras la rupdigital. “Decir eso”, aclara Ninja, “fue un error por nuestra parte. Tenemos poca experiencia, todo es nuevo para nosotros, pero ahora estamos bien asesorados por nuestro manager Tony Cuilla (también de Marilyn Manson) y ayudados por Good Smile (la compañía japonesa que produce sus juguetes y algunos de sus vídeos). Sí que habrá CDs, Zef Recordz va a licenciar la publicación a diferentes sellos en todo el mundo, porque todavía hay gente interesada en los formatos físicos”. DIRTY SOUTH(AFRICA)

La contundencia, la agresividad, el chunguismo rayano en el desequilibrio mental son conceptos frecuentemente asociados, con razón, aDie Antwoord, sin embargo, a lo largo de la entrevista se muestran amables y se esfuerzan en suavizar su acento y el uso de argot. Incluso han grabado un vídeo explicando las canciones de “Ten$ion”. Les hago notar tanta amabilidad promocional poco habitual en el ámbito hip hop y Ninja me muestra a la bestia crispando el tono. “Mira, somos amables contigo porque estamos de promoción, pero también porque has mostrado respeto desde el principio y has hecho las preguntas correctas… La gente dice que no somos más que personajes, que no somos reales, pero nosotros sabemos lo que hemos vivido y de dónde vivimos y te aseguro que no queremos volver allí. Yo soy Ninja a todas horas, pero cuando estoy en el estudio y sobre todo en directo, llego a un nivel más profundo de mí mismo… Voy por la calle, hablo con la gente y pago por mi comida, pero cuando me subo al escenario estoy más cerca de mi lado animal sin dejar de ser yo mismo”. ¿Es ese animal el que grita "Fok Julle Naaiers" (“Que os jodan a todos”)? “No todo el mundo es educado como tú lo eres. Hay muchos imbéciles por ahí y hay que estar prevenido contra ellos”. Glups. El uso del afrikaans, la lengua derivada del holandés que hablaban los primeros europeos que colonizaron lo que hoy llamamos Sudáfrica, y de otras lenguas propias obliga a algunas precisiones lingüísticas con los títulos de las canciones.


“‘Pielie’ significa ‘Pene’, ‘Never le Nkemis’ significa ‘No puedes detenerme’”, aclara Ninja. “La letra está en un slang de los gangsters que mezcla inglés y zulú”. “Esta mezcla de idiomas y culturas es algo inevitable”, comenta Yo-Landi. “Era imposible que el país mantuviera las razas separadas. Quizás para los ricos, que viven donde quieren, pero los pobres tienen que vivir mezclados…”. “Hay once idiomas nacionales diferentes en el país, pero no hay una unión armoniosa. La historia nos forzó a estar juntos y ahora ya no nos pueden separar”, termina Ninja. HARDER, BETTER, FASTER, STRONGER

Esa agresividad de la que hablaba Ninja, puede ser un mecanismo de defensa, pero también un método de trabajo. “A nosotros mismos nos gusta ponernos presión. Antes de que fuéramos conocidos teníamos mucha tensión, teníamos que luchar muy duro cada día para salir adelante, para comprar el queso y el pan… Era muy duro porque nunca sabíamos lo que iba a pasar con nuestras vidas. Empezamos a trabajar en ‘Ten$ion’ inmediatamente después de acabar ‘$O$’, así que aún no éramos famosos y esa tensión continuaba. Lo que nos proponíamos era mantener el hambre, la locura pasara lo que pasara, porque esa tensión es beneficiosa para nuestra música, ya que lo opuesto a eso sería ser gordo y perezoso”. Yo-Landi continúa los razonamientos de Ninja. “Este disco es una extensión de ‘$O$’; en el primero sólo arañábamos la superficie y en este hemos

florecido…”. Ninja retoma la palabra, “‘$O$’ era algo maníaco en el sentido de que no tenía conexión con el resto del mundo. En ‘Ten$ion’ somos conscientes del poder que tenemos y cómo debemos usarlo. Ya está todo planeado: haremos películas, crearemos juguetes y actuaremos en directo, pero sólo publicaremos cinco discos”. Así, Good Smile, que ya vende un muñeco Evil Boy (esa especie de Casper con una polla descomunal que les acompaña en directo) también venderá los de nuestros héroes. “Nos encanta el manga. Yo-Landi y yo somos como mangas hechos realidad. El mío será como un demonio poderoso y el de Yo-Landi sexy y encantador”. Pero vamos a la chicha, a los discos. “El tercero se llamará ‘The void’ y será un disco en solitario de Yo-Landi. El cuarto será mío y se llamará ‘The dominator’. Los publicaremos al mismo tiempo para ver quién es más popular, aunque seguro que ella gana (risas). Y nuestro disco de despedida todavía es un proyecto secreto”. (Yo-Landi) “Es que el mundo de la música va muy rápido y no quiero ser como esos grupos que sacan un disco, pero sólo tocan canciones viejas porque nadie se interesa por las nuevas. No quiero seguir haciendo esto cuando tenga cuarenta años…”. (Ninja) “Hay muy pocos grupos que hayan hecho cinco discos consistentes en su carrera, algunos hacen tres, algunos uno y muchos ninguno…”. Eso sí que es tenerlo claro. La conclusión es que Die Antwoord piensan comerse el mundo y si no estás atento empezarán por comerte a ti.


020/021

en portada Die Antwoord

DISCOGRAFÍA DIE ANTWOORD Texto

Pablo Vinuesa

"Ten$ion" ZEF / COOP, 12

Por mucho que Harmony Korine presentara en el SXSW un corto como "Umshini wam", protagonizado por Ninja y Yo-Landi Vi$$ser, la pomada, ungüento muy bien traído cuando se entra a negociar con una multinacional si una canción como "Fok julle naaiers" (algo así como "que os den, cabrones", básicamente) puede ser el primer single de un disco, no fue suficiente para mantener el amor que había entre Interscope y Die Antwoord. Más aun cuando no sólo la letra del tema en cuestión es bastante explícita: el vídeo con el que la presentaron a finales de 2011 daba bastante miedo, con la ya típica imaginería dieantwoordesca de bichos en diversa escala de repugnancia, friquis chungos, seres indefinidos de aspecto más bien monstruoso y una sensación general de desvarío mental. Eso sí, que conste en acta que hablamos de un temazo. El lógico divorcio entre ambas partes ha hecho que "Ten$ion", segundo disco de los sudafricanos, sea otra autoedición, esta vez bajo el nombre y el manto de Zef Records. Afortunadamente, este hecho no ha provocado que nuestros chicos se hayan guardado nada bajo la manga: ya es empezar el disco con "Never le nkemise I" y darse uno cuenta de que no sólo pretenden contar el mismo chiste, sino que además lo salpimentan con mayor esmero. No será la única canción, y ahí está también la segunda parte para cerrar el álbum, por ejemplo, en la que la emprenden con el dubstep. En general, la producción de sus canciones ha ganado enteros, ya sea con canciones más —ejem— hip hop como "Hey sexy", ya sea con el tribalismo ravero —ejem también— de "Fatty boom boom" o "Baby's on fire". También queda claro que se sienten más cómodos al micro, especialmente una Yo-Landi a la que notamos más agresiva y certera con sus pitufados fraseos. En general sólo son prescindibles los skits, aunque "Zefside zol (interlude)" y "Uncle Jimmy" tengan su gracia, y esa "So what?" que podría firmar el Eminem menos inspirado. Y encima, nos regalan dos temazos como "U make a Ninja wanna fuck" y "I fink u freeky", divertidos, efectivos y con la suficiente gasolina como para quemar una pista de baile (y esto es algo que servidor ha podido comprobar en primera persona). Hay quien afirma (¿alguien dijo Pitchfork?) que a Die Antwoord se les ha pasado el arroz, y puede que sus argumentos tengan cierta consistencia, pero la seriedad es mejor reservarla para otros menesteres. Mientras tengan gracia y compongan temazos pueden contar conmigo. Y más si es con discos tan adictivos, desprejuiciados y gamberros como este "Ten$ion".

"$O$" AUTOEDICIÓN, 09 / INTERSCOPE-UNIVERSAL, 10

Como casi todos los mortales, al menos en occidente, conocí a Die Antwoord cuando el vídeo de "Enter the ninja" se hizo viral en internet (o como ellos dirían, 'interweb'), meses más tarde de que hubieran puesto su debut en descarga gratuita a través de su página. Mi primera pregunta fue más o menos la misma que la de todos: pero, estos tíos, ¿son de verdad o una coña? La respuesta, por más que obvia, tiene también más de una interpretación. Porque "Enter the ninja", precisamente, define con precisión las coordenadas de "$O$": resulta una parodia extrema de los raperos catetos obsesionados con el bling-bling y el sexo chusco, adictos a los ego-trips, los AKAs infantiles y los irritantes coritos moñas (¿alguien dijo Dido?), sí, pero también contiene alusiones a la unión cultural en Sudáfrica y da protagonismo al artista de Ciudad del Cabo Leon Botha, afectado de progeria. Empezando por el principio, "In your face" abre el disco con una base dura, esquelética, y un estribillo absolutamente alucinado. "Wat kyk jy?" (que en afrikaans significa algo así como "¿qué estás mirando?"), con sus sintes macarras, justifica que a Die Antwoord se les haya catalogado como rave-rap, aunque a lo largo del disco sólo "Beat boy" parezca acompañarla en la búsqueda de un hit pistero. "Rich bitch", "$copie" y "She makes me a killer" tienen su punto, aunque tras varias escuchas la gracia en ellas queda un poco como de sal gorda. En esa línea resulta más interesante "Fish paste", aunque sólo sea por presentar un estribillo tan grosero que explicarlo en estas páginas me parecería una salida de tono de dimensiones bíblicas. Y como no podía ser de otra manera, el afrikaans cierra el disco con la exageración etílica de "Doos dronk". Por encima de todas quedaría "Evil boy", que se erige en triunfadora de "$O$" por su contagioso ritmo tribal y por la presencia de Wanga, un joven MC que, en sus versos y usando su lengua nativa, el xhosa, defiende la integridad de su miembro viril ante la poco delicada tradición de la circuncisión a base de herrumbrosas cuchilladas. Además, en su vídeo es el insigne Diplo quien hace las veces de DJ Hi-Tek, ese productor que parece mutar de forma física en cada una de sus encarnaciones. Tal es el revuelo que Interscope los ficha, editando una 'versión revisada' del álbum en 2010. Die Antwoord están en la pomada.



022/023

report Scuba / Sepalcure

SCUBA ALGO PERSONAL

Paul Rose regresa con su alias más mediático. Olviden su último y laberíntico tour de force de bass music dotado de poco oxígeno. (“Triangulation”). Quédense mejor con sus últimas sesiones en el Panorama Bar berlinés y su último hitazo, “Adrenalin”. Así degustarán mejor “Personality”, su nuevo trabajo ideado para ser bailado y con vistas a la gloriosa música de baile de los noventa. Texto

Beto Vidal

P

aul Rose es un tipo entregado a la causa. Mientras dirige con mano de hierro uno de los sellos más influyentes de la música electrónica underground inglesa, Hotflush, desde hace varias temporadas viene dinamitando la escena bass gracias a su personal visión sobre ésta. Si con “Triangulation” (Hotflush, 10) Scuba se aferró a los beats techno musculosos —y comatosos—, 2011 ha sido su particular banco de pruebas para evolucionar su sonido hacía terrenos más cercanos a la pista de baile. Sus dos principales publicaciones firmadas cómo Scuba así lo revelan. Por un lado la contribución a la serie Dj Kicks donde Rose realiza una exquisita selección de temas que revolotean por temas techno y house cargados de bajos narcóticos. Por otro, el excelente EP muy cercano al house de Chicago que entregó a finales de año, “Adrenalin”, con el tema homónimo jugando a ser el himno de la temporada. Era fácil llegar a la conclusión de que 2012 empezaría tal y como acabó el año anterior. “Personality” (Hotflush, 12) dibuja unas nuevas composiciones frescas, directas y más limpias. Unas producciones gestadas bajo los recuerdos nostálgicos de tiempos clubber pretéritos (los inicios de la década de los noventa) que demuestran una vez más el amplio abanico de recursos de Scuba. Nuevos temas que dejan atrás “Triangulation” a base de acelerar los bpm. Una nueva manera de hacer las cosas que se acerca más a la manera de producir de su otro alias, SCB. Decidimos hacer sonar su teléfono para intentar descubrir qué le ha hecho pasarse al lado oscuro clubber de una manera más abierta, así como indagar en otros aspectos que conforman “Personality”. “Tiene mucho que ver con mi etapa cómo DJ desde que publiqué mi último álbum de estudio en 2010. A partir de ahí, empecé a pinchar más house y más techno normalmente por encima de 120 bpm. Al sentirme a gusto pinchando temas más clubber, me resulta imposible apartar la influencia de mi faceta de DJ en cuanto me meto en el estudio. Cuando me siento a producir, intento acoplar la misma intensidad que cuando pincho pese

a ser habilidades distintas que además se valoran muy poco por su calidad hoy en día. En la etapa actual de mi carrera también han influido muchos artistas relacionados con la música de baile, algo que tampoco podría no verse reflejado en el disco”, descubre Paul con un acento más bien cercano al cockney. A lo largo de la entrevista escupe respuestas a la misma velocidad que sus últimas producciones, con una verborrea pasmosa y profesionalidad intachable. Entonces, si tienes nuevas maneras de componer nueva música más orientada al baile, podría decirse también que es algo que ya pudimos ver con anterioridad en tu otro pseudónimo, SCB, y especialmente en tu ultimo EP bajo Scuba, “Adrenalin”. De hecho, el himno house que lo titula podría haber formado parte de “Personality”, ¿verdad? Exacto, “Adrenalin” estuvo en la mismas sesiones de grabación de “Personality”. Empecé más o menos a principios del año pasado a crear las canciones para el nuevo trabajo y al final la cosa se extendió hasta el pasado octubre. Tampoco significa que estuviera encallado con los nuevos temas, pero quería aplicar nuevas fórmulas y eso conlleva tiempo y esfuerzo. Por tanto, durante ese periodo hice muchas canciones y por ello pueden tener un estilo similar. Digamos que mi temporada anterior demuestra el querer dejar algunas cosas atrás y coger otras nuevas direcciones. ¿Por qué “Personality”? ¿Qué quieres demostrar con el título? ¿Quizás el dejar atrás de una vez por todas la etiqueta de dubstep que te persigue? Sí, he utilizado este álbum para intentar reflejar otra parte de mi música que hasta ahora se hallaba más escondida. He intentado no focalizarme en qué pensará la gente, sino en dejar que las cosas fluyan solas. Personalmente creo que la música que uno produce acarrea irremediablemente una identidad y he querido mostrar mi nueva faceta pulida en estos últimos meses con “Personality”.


SEPALCURE DUBSTEP DE BOLSILLO

¿Significa eso que existe mucho artista de medio pelo sin personalidad? Las cosas no son blancas o negras, pero hay mucha música de baile para ser consumida y pasar inmediatamente a ser olvidada. Por eso intento hacer hincapié en la personalidad que debe imprimir el artista. Has escogido “The hope” cómo single de adelanto. ¿Por qué no empezar con un temazo del calibre de “NE1BUTU”? Bueno, no te preocupes, será el segundo single (risas). “Personality” suena muy compacto. ¿Tu intención era hacer un álbum coherente, tratando de componer sus canciones bajo una premisa? Sí, es una de las primeras cosas que debían cumplirse en mi nuevo trabajo: la coherencia, la solidez, el que contara algo. Que de una tirada pudiera escucharse y que tuviera un sentido global. La gente en general descarga música sin tener en cuenta el conjunto, quizás porque los artistas nos habíamos olvidado de que para producir un disco es preciso que tenga algo que decir. Pese a que en “Personality” hay muchas canciones diferentes, creo que juntas funcionan muy bien. La orientación al club de tus nuevas canciones no está hecha de cualquier manera. Se percibe un aire old school que recuerda a la exploración que realizó Four Tet para su último “FabricLive”. Efectivamente, hay mucha influencia del house de los noventa. He intentado coger la esencia de aquellos grande himnos y hacerla sonar contemporánea para crear algo nuevo, no solo saquear del pasado. ¿Hablamos por tanto de nostalgia? Bueno, crecí en Londres y mi adolescencia se alimentó de los clubs de moda de mediados de los noventa. Muchos de los artistas de esa época suenas válidos hoy y por tanto su influencia sigue muy viva. Por otro lado, no me gustaría definir las nuevas canciones como algo nostálgico, porque mi intención era que sonaran actuales. ¿Qué tal sonará “Personality” en vivo? ¿Tienes pensado pasarlo al formato directo? Estamos preparando un live en condiciones con una banda y con visuales especiales. Creo que podremos empezar a dar los primeros shows a partir de mayo. Será algo grande, pero creo que para mantener mi juicio en un estado sano no debería subir tanto al escenario (risas). Hablemos un poco de tu sello. Me resulta curioso que la gente lo siga asociando al dubstep cuando habéis editado recientes maxis del palo “Wade In/Jels” de Joy Orbison. ¿Dubstep? Si miras lo que llevamos editando desde hace un par de años verás que somos más una medianía de sello que otra cosa (risas). Desde Hotflush hemos dejado de pensar con mentalidad dubstep, si es que realmente alguna vez la hubo. La gente ahora piensa que dubstep significa Skrillex, y nosotros no queremos editar esa clase de mierda. Es un poco frustrante para nosotros seguir escuchando cómo nos etiquetan bajo ese género. Como el caso de Hyperdub, vaya. Sí, exacto ¿Qué novedades traerá Hotflush para 2012? Va a ser un año movido. Hemos fichado a un nuevo joven productor belga, Locked Groove. Habrá más y mejor material de George Fitzgerald o Roska… y otros proyectos que no puedo anunciarte ahora mismo.

A estas alturas de la película ya conocen de sobras a Sepalcure, el dúo compuesto por Praveen Sharma y Travis Stewart asentado en Nueva York que juega al ratón y al gato con la bass music de genética británica. “Sepalcure” (Hotflush, 11) demostró a más de uno que dentro de la generación de productores de bass las cosas pueden hacerse de manera más sosegada. Texto

Beto Vidal

N

o es casualidad que dos talentos que sobrevuelan escenas tan dispares como el juke (Machinedrum) o el house (Preveen) converjan sus esfuerzos en un proyecto que camina pausadamente por la amorfa línea del post-dubstep. Un acuerdo bilateral para crear Sepalcure que dio sus frutos gracias a “que nos conocemos hace unos 8 años. Después de improvisar música y salir de fiesta juntos, decidimos que era tiempo para tratar de colaborar seriamente. Hacia el final del verano de 2009 Sougwen, la novia de Praveen, (quien es considerada como un tercer miembro de Sepalcure) dejó Nueva York para ir a la escuela Hyper Island en Suecia. Durante ese tiempo, hemos decidido dejar de jugar a los videojuegos y ver películas malas de terror y tratar de hacer realidad algo grande”, comenta el dúo sin especificar exactamente quién está detrás del cuestionario. La semilla de “Sepalcure” quedó plantada —aunque antes floreció con un par de excelentes EP que pusieron los dientes largos de la comunidad electrónica underground británica— gracias un característico sonido con adn dubstep que llegó a Nueva York “a través de las fiestas Dub War que ofrecían nuestros amigos Dave Q y Alex Incyde alrededor de 2005. Ese fue un nuevo sonido que nos cogió desprevenidos a todos. Dub War influyó en los productores locales, DJ y promotores de una manera definitiva”. De todos modos, la pareja rehúye en parte de las etiquetas que provienen de las islas británicas, considerando el post dubstep cómo “un género unido a un nuevo movimiento de música electrónica y difícil de precisar con exactitud lo que realmente es. No es del todo dubstep, tampoco es del todo house, garage, ambient, IDM o lo que sea. Es un poco de todo en realidad. No estamos preocupados por el etiquetado de nuestra música de una manera u otra, sólo existe como una entidad híbrida propia. Estamos sin duda influenciados por el sonido del Reino Unido pero no se detiene allí”. Aunque también es cierto que su debut en largo contiene unos tempos más reposados y menos cálidos que difieren en pequeña proporción sobre todo con el EP “Love pressure” (Hotflush, 10). ¿Alguien podrá sentirse decepcionado con el pequeño giro rumbo al letargo? La dupla responde que “no se puede hacer feliz a todo el mundo. Lo más importante para nosotros a la hora de hacer música es que nos llene y divierta. Esperamos que todo el mundo comparta el mismo sentimiento, pero no siempre ocurre así. No vamos a hacer ‘Love pressure’ una y otra vez, ya que eso nos decepcionaría a nosotros mismos”. Entonces, ¿qué deparará al dúo tras su puesta en largo y directos de presentación? “El futuro de la Sepalcure es incierto ya que ambos ahora vivimos en ciudades separadas (Berlín y Brooklyn), pero eso no quita que cada vez que disfrutamos de la oportunidad de reunirnos en el estudio siga apareciendo la misma magia que siempre hemos tenido. Recientemente hemos tenido la oportunidad de estar en el estudio una noche entera y nos salieron tres nuevas canciones, algo ciertamente emocionante para nosotros”.


024/025

report Mouse on Mars / Arbol

COMO RATONES CON ZAPATOS NUEVOS

MOUSE ON MARS Seis años después de su último trabajo, el muy complicado y obtuso “Varcharz”, Mouse On Mars vuelven a la carga con un disco que es en parte resumen de sus primeros años, en parte curso de matemáticas avanzadas, y en parte luminosa colección de canciones. Y es que “Parastrophics”, que así se llama el invento, recupera el sentimiento naíf de sus primeros tiempos, aparca los ritmos y arreglos complicados a favor de un sentimiento más cercano al pop, que se intuye en la mitad del disco más accesible. La otra mitad, mucho más oscura, más atenta a la pista de baile, tiene mucho que ver con la casa que les acoge ahora mismo, el sello de Modeselektor. Texto Foto

Vidal Romero Szary Car

“C

ada disco tiene su propia historia”, me explica al otro lado del teléfono Jan St. Werner. Cada disco tiene una historia “acerca de cómo se ha concebido y de cómo se ha producido, y en esa historia pueden tener mucho peso factores que no llegas a controlar”. En el caso de Mouse On Mars, el hecho de haber tardado seis años en sacar un disco nuevo (cosa rara en una banda que nunca se había permitido más de dos temporadas en barbecho) afecta profundamente al contenido de su nueva aventura, “Parastrophics” (Monkeytown, 12). Y es que, como me cuenta St. Werner, “después de algunas diferencias con el dueño, Sonig dejó de ser nuestra casa, y de repente nos vimos sin sello y sin que ninguno de nuestros contactos quisiera trabajar con nosotros”. La reforma laboral, en fin, aplicada a esos ratones que comen cables de audio. “En Domino nos dijeron que no tenían espacio para un proyecto tan experimental como el nuestro. Quiero decir, ellos se dedican sobre todo al pop y publican discos más o menos experimentales, pero se ve que no encajábamos en ninguna de esas dos categorías. Y en Thrill Jockey no veían claro hacerse cargo del disco para todo el mundo”. Así que nuestros chicos se dedicaron a otros menesteres: quedaban de vez en cuando, pero sin mucha convicción, como esos amantes que llevan años engañando a sus parejas pero ya han perdido toda la emoción posible. “Teníamos nuestros proyectos paralelos”, prosigue St. Werner, “dábamos muchos conciertos a pesar de no estar oficialmente en activo, y además nos habíamos implicado en el diseño de un nuevo software con el que hacer nuestros temas”. Pero aún así, sentían en su nuca el desaliento de estar fuera de juego. Cuenta también St. Werner que Mouse On Mars se había convertido en “algo demasiado profesional. Nos habíamos acostumbrado a fabricar los discos, a tocar en directo, de una manera muy seria. Y el hecho de no tener un objetivo inmediato nos vino bien para replantearnos esa situación. Habíamos estado trabajando con un ingeniero francés en un software hecho a medida, y cuando lo tuvimos entre las manos empezamos a mezclarlo con todo tipo de fuentes de sonido, rescatamos sintetizadores antiguos y cacharros que teníamos arrumbados. Incluso estuvimos pensando en cambiar de nombre, en liberarnos de nuestra propia historia y empezar de cero. Suerte que por el camino nos encontramos con los chicos de Modeselektor”. Le cuento a St. Werner que, a pesar de todas esas tribulaciones, a mí “Parastrophics” me gusta; que me recuerda a sus primeros discos, a esa electrónica juguetona y feliz que se escondía en los surcos de “Iahora Tahiti” (95) o “Autoditacker” (97). Y él me contesta que sí, que ellos también se sienten “como si hubiéramos vuelto

a nuestros orígenes. Hemos hecho las canciones de una manera muy relajada, dispuestos a pasárnoslo bien, tocando todo lo posible en directo y añadiendo unas pocas capas por encima”. De hecho, “trabajar con un software específico ha supuesto un gran paso porque nos permite hacer todo más rápido. No es un sustituto del resto de nuestros instrumentos, seguimos siendo curiosos, y si podemos utilizar cacharros extraños, o herramientas tan nuevas como un iPhone, lo vamos a hacer”. De hecho, hasta el título va por ese camino, “es una mezcla entre ‘catástrofe’ y ‘paramétrico’. Nos gustan mucho los conceptos matemáticos, esa idea de que puedes definir algo que sólo existe en un mundo abstracto, ideal, pero se puede explicar con leyes de andar por casa. Lo mismo que sucede con nuestro disco, vaya”. En cuanto a su nuevo hogar, el hecho de que acabaran en Monkeytown tiene mucho que ver con la casualidad y con su mánager en Estados Unidos. “No se podía creer que no conociéramos a los chicos de Modeselektor cuando todos vivíamos en Berlín”, explica. “Así que nos presentó y el flechazo fue inmediato. En una sola tarde ya habíamos decidido que nuestro disco saldría con ellos. Y además, cumplieron a la perfección con un papel que hacía años que no teníamos, el de aconsejarnos acerca de cuáles de nuestras ideas son las mejores”. En fin, que Modeselektor se plantaban en el estudio a decirles qué temas les gustaban y cuáles no, y por dónde podían meterles mano. “Es algo parecido a lo que nos sucedía en Too Pure”, prosigue St. Werner, “los dueños eran muy abiertos, pero siempre negociaban el contenido de los discos. Y ahora estamos en una situación parecida, pero con un entorno mucho más amable”. Es decir, si en sus sellos anteriores eran “los chicos raros de la familia, ahora somos de los más normalitos, en un sitio en el que hay tipos tan salvajes como Boys Noize es difícil sentirse especial”. Y además se han sacudido de encima el estigma de hacer música que no se puede bailar. “El hecho de estar en un sello que se dedica a la música de club nos ha proporcionado un contexto para soltarnos aún más”, y es de ahí de donde surgen cortes como “Seaqz”, una locura que cierra “Parastrophics” de manera abrasiva, llamando a los oyentes a quemar la rave más cercana. “Es otra cosa que queríamos hacer”, me cuenta ilusionado, “producir temas que se pudieran pinchar en los clubes. Y creo que lo hemos conseguido”. ¤ Mouse On Mars tocarán en el festival Sónar (CCCB, MACBA y Montjuïc 2, BCN) que se celebrará el 14, 15 y 16 de junio.


ARBOL INSTANTES SIN FIN

Los juguetes que construye Miguel Marín son artefactos peligrosos. Esos universos ambientales que dibuja Arbol en su nuevo álbum, “She read the wrong book” (Spa.RK, 12) operan en varias dimensiones al mismo tiempo. Todas esas ambientaciones desligadas de nervio o velocidad pueden volver opresiva la calma. Su orfebrería de ritmos sincopados y voces etéreas aplica crecientes capas de tensión, o abre océanos de silencio que pueden llegar a producir vértigo. El placer, siempre tan cercano al dolor. Texto Foto

Albert Fernández Javier Tles

E

l día se ha vuelto extrañado y destemplado, el día en que me encuentro con Miguel Marín, la afable encarnación física de Arbol. Caminando sobre aceras mojadas, cuesta no perderse en la abstracción sin fondo de “She read the wrong book”, donde pianos y percusiones polimorfas repiquetean al son de la lluvia. También cuesta no resbalar entre los charcos del Convent de Sant Agustí hasta llegar a esa mesa donde abriremos mil puertas de reflexión sobre una obra que, paradoja, haciendo converger los horizontes de la electronica, el pop y el ambient, logra ampliarlos. “Pensaba en hacer un disco con lemas como la liberación, algo que tuviera que ver con lo que está pasando ahora en el mundo”, medita Miguel. “Creo que se acerca el final de algo, y dará comienza una nueva forma de vivir. Para mí eso se traduce en una nueva forma de presentar mi música. Arriesgo más, vuelvo a tocar instrumentos como la guitarra. Antes siempre buscaba que lo orgánico y lo electrónico casaran. Creo que esa etapa ya está superada”. Este disco es un continuo hipnótico donde se alzan picos de atención y memoria. La hibridación de formas y los acertados usos instrumentales que dan forma “She read the wrong book” mantienen una constante palpitación de estar acercándose al ocaso de un ciclo. Es un disco que suena a ahora mismo. “Antes de grabar un disco siempre pienso en un concepto. ‘She read the wrong book’ habla de una mujer que nunca está contenta con lo que tiene. Fue a comprarse un manual de la vida, y se compró el manual equivocado, porque nunca está contenta con lo que hace o lo que tiene. Ese manual, la va a joder toda la vida. Siempre he visto gente así, que no está contenta y le da demasiada importancia a cosas idiotas. Especialmente en el descalabro que vivimos ahora: de aquí a un par de años familias enteras, de esas que pasaban los sábados en el centro comercial, van a estar recogiendo chatarra. La protagonista del disco es una figura femenina, porque yo encuentro estos aspectos en la mujer antes que en el hombre. El hombre es más animal, no piensa tanto, quiere algo y lo hace sin atenerse demasiado a nada.

Además, la mujer pasa por ese momento de querer ser madre, y eso tiene mucho que ver con la presión a la que se ven sometidas”. Este mosaico de canciones imbricadas se abre con el pop en desasosiego de “In this castle”, donde la primera voz femenina da testimonio melódico de su encierro. “Si te fijas, es un tema muy diferente del resto al disco. Muchos dudaron de si debía ir en el disco, no te digo ya ser el primero, la apertura. Es la canción más electrónica por el tipo de base que tiene, y viene a recordar que el ordenador sigue ahí y es un gran amigo para mí”. Marín pinta con música un espacio y un momento. La línea de piano de “My name is pony” se adapta al ritmo de los días, y la cola espectacular de su delirio polirrítmico se abre a un precipicio onírico. “Ese tema me tiene muy enganchado. Retrata muy bien la diferencia fundamental entre este disco y los anteriores. Solía pasarme que cuando sacaba un nuevo disco, yo ya estaba en otra cosa, y aquel trabajo me sonaba anticuado. Me pasó cuando estaba con Piano Magic, y también con discos anteriores de Arbol. Sin embargo, con este disco eso ya no pasa. Por ejemplo, esa melodía de piano de ‘My name is Pony’ la toco en cualquier momento, cuando estoy practicando. También me la pongo e improviso sobre ella. Estoy enganchado a ella”. En ese juego de estados, Miguel Marin se ha vuelto un maestro en seleccionar sus herramientas, hacer aflorar las inspiraciones, manejar los tiempos. “La música que yo hago es mi identidad. Siempre intento que la idea melódica de cada tema no se pierda. Puedo estar caminando y que aparezca esa idea, o que duerma y la sueñe. Voy por la montaña, habitualmente sin música, y llego a casa sediento de música. Lo peor de eso es que toda la arquitectura de la canción suele venir a la vez. Nunca llevo grabadora, así que debo retener la melodía, hasta que llego a casa. A veces monto la batería a todo correr, pongo dos micros de cualquier manera, y me pongo a tocar. Escucho repetidamente lo que hago, y tardo mucho en hacer cada disco porque no me basta con juntar canciones. Quiero que alcance un sentido global”.


026/027

report Hooray for Earth / Fanfarlo

¡HURRA POR TODO!

HOORAY FOR EARTH Desde que fundó Hooray For Earth y se mudó a Nueva York, Noel Heroux es un tipo feliz, y eso se nota en los temas que firma: pop expansivo del que te da ganas de levantarte de la cama otra maldita mañana de lunes. Tras telonear a Twin Shadow o The Pains of Being Pure at Heart, Noel nos habla del álbum debut de su banda, de Boston y, ya off the record, de su bebida favorita: cerveza con vodka Stolichnaya y un chorrito de porto. Por suerte, para la música tiene bastante mejor gusto.

Texto

S

Virginia Arroyo

i Go Mag fuera un medio inglés, les diríamos que Hooray For Earth son la nueva esperanza del pop o alguna chorrada por el estilo, pero como no lo es, les diremos que Hooray For Earth se estrenan con un disco redondo que no se desgasta con las escuchas y que le infla a uno el pecho y le eleva la mente vía los tímpanos. Pero, ¿quiénes son estos muchachos?, se preguntarán ustedes. Pues Hooray For Earth son un trío de Boston capitaneado por el inquieto Noel Heroux, alma máter del combo: “Chris y yo llevábamos tocando juntos desde el instituto. En 2005 o 2006 yo tenía algunas maquetas grabadas y montamos un grupo para tocar por algunos locales de Boston. Sin más. Sólo que, poco a poco, la idea de hacer discos de una manera medianamente seria empezó a tomar fuerza en mi cabeza”. Y con esta idea en mente, Noel cogió sus bártulos y se marchó a la gran manzana. “Aunque mi traslado no se debió solamente a esto, sí que es cierto que me abrió los ojos y el horizonte muchísimo. Por aquel entonces, la escena musical de Boston no iba mucho conmigo. Lo más destacable que nos pasó en nuestra primera etapa mientras estábamos allí fue telonear a Mission of Burma en la época del ‘The obliterati’. Fueron súper majos con nosotros y fue en gran medida gracias a esa experiencia que reflexioné y decidí hacia dónde quería que fuera mi banda”. Una vez en Nueva York, todo empezó a tomar forma y adquirir sentido: “Antes de mudarme me sentía muy triste e insatisfecho con la banda y con mi vida en general. Pero una vez allí, bum, me empecé a sentir mucho más cómodo conmigo mismo y con lo que hacía”. Y lo que hacía era un pop gaseoso de inspiración psicodélica con la new wave y la polirritmia de corte africanista como principales protagonistas. No es de extrañar que en una primera escucha uno los pueda emparentar ipso facto con los neozelandeses The Ruby Suns o con Animal Collective, aunque los temas de este “True loves” (Dovecote, 11 / Coop, 12) serían el reverso más bai-

lable, nuevaolero y ochentoso de estas dos propuestas. “Es natural que los 80 salgan por algún lado, es algo que está subconscientemente en mi cabeza. De pequeño me encantaba ir en coche con mi madre mientras escuchábamos Level 42 o Phil Collins. No obstante, no es algo que yo intente reflejar voluntariamente, sino que supongo que sale solo de algún modo”. O sea que los 80 le marcaron, pero que, ya crecidito, ha tirado por “las guitarras atronadoras y abrasivas y la música basada en el ruido y la electrónica”. Aunque también escucha “mucho ambient y música clásica; me encantan Debussy y Ralph Vaughan Williams”. No obstante, reconoce no ser demasiado dueño de lo que sucede dentro de su cabeza en términos musicales: “Lo cierto es que no sé si lo que escucho o dejo de escuchar afecta realmente a lo que yo mismo acabo haciendo. Me cuesta rastrear y controlar las ideas que salen de mi cabeza, la verdad (risas). Por ejemplo”, continúa reflexionando Noel, “a veces me obsesiono tanto con una canción que necesito versionarla para expulsarla de mi sistema, como si se tratara de un virus. Es lo que me pasó con la de Owen Pallett”. Se refiere a la maravillosa “Lewis takes action” del último álbum del canadiense, “Heartland”, y a su ruidista y estridente revisión. Algo parecido le pasó con “All of the lights” de Kanye West, que versionó con las dos hermanas del dúo Zambri haciendo las veces de Rihanna, o con “My love” de Justin Timberlake, aunque reconoce que estos dos últimos casos fueron más “un pique entre amigos” que una necesidad personal. Sus compañeros de Hooray For Earth, Chris y Joseph, son los que más lo envalentonan en estos y otros experimentos, aunque el motor principal de lo que sucede en la banda es él. “Lo compongo yo prácticamente todo y en el disco, salvo las baterías en directo y ciertos trozos de bajo, también soy yo quien toca la mayoría de instrumentos y cacharros. O sea que ‘True loves’ es un poco Noel y su odisea en el espacio (risas)”.


EL MÉTODO CIENTÍFICO

FANFARLO Quizá cansados de ser considerados simplemente una versión lowcost de Arcade Fire, los londinenses Fanfarlo sustituyen los violines por sintetizadores, baterías fuertes y texturas ambientales en un segundo disco titulado “Rooms filled with light” que trata de convencernos de que, pese a la crisis que todo lo contamina, hay espacio para la luz, el pensamiento ilustrado y la música en la vida moderna.

Texto Foto

Nacho Ruiz Deirdre O’Callaghan

A

fuerza de girar por España y tocar en festivales patrios, Fanfarlo se han convertido en una de esas bandas a las que parece que hemos adoptado. Es comprensible, son majos, tienen pinta de buenos chicos y su pop hiperactivo y orquestal es de fácil digestión. Para entendernos, Fanfarlo eran como una especie de Arcade Fire de bolsillo, igual de pasionales, pero más manejables y pequeños. Comparación fácil que, por otra parte, no les sienta nada bien: “Son un buen grupo, no hay duda, pero no tenemos especial afinidad con ellos”, argumenta Simon Balthazar, cantante del grupo, en la cafetería de un hotel de la calle Atocha de Madrid. Simon, nacido en Gotenburgo (Suecia) y afincado desde hace tiempo en Londres, tiene menos cara de niño de lo que parece en foto. Delgadísimo y un poco canoso, habla despacio y con un acento nórdico marcado mientras comenta la tardanza en la publicación de “Rooms filled with light” (Atlantic / Warner, 12), el esperado segundo álbum del combo (a la venta el 28 de febrero). “En realidad, lo terminamos en verano de 2011 pero, entre cuestiones de logística y que nos ha pillado la Navidad por medio, nos hemos terminado por plantar a finales de febrero. Por supuesto, ese retraso crea una impaciencia pero, por otro lado, te deja un tiempo para adquirir distancia contigo mismo y analizar el disco con tranquilidad”. Aun así, no tienen diagnóstico claro “Estamos en esa fase en la que lo ponemos sin parar y te emocionas al escucharlo. Seguro que cuando avance la gira ya nos habremos hartado de él (risas)”. En comparación con “Reservoir” (09) este nuevo álbum suena más grande y potente. Los sonidos orgánicos y orquestales que protagonizaban su debut se sustituyen en buena medida por sintetizadores. Algo que, según Simon, tiene que ver con el cambio en el método compositivo. “Muchas de las canciones del primer disco estaban escritas antes de que existiera la banda. En esta ocasión, hemos reunido todos los temas del elepé en apenas seis meses. Eso provocó un cambio inevitable en el sonido”. Igualmente, citan a Ben Allen, productor del disco (y de bandas como Animal Collective o Deerhunter) como inspiración: “Su aportación

fue fundamental. Él viene de un mundo muy distinto al nuestro”, continúa el bajista Justin Finch, “y se terminó por convertir en un facilitador de cosas. Teníamos muchas ideas y nos ayudó a seleccionar cuáles eran las buenas. No tenía problema en decirnos, ‘tíos, esto no va a funcionar ni de coña’ (risas)”. Desde luego, el álbum suena sólido, aunque algunos puedan echar de menos el sonido clásico de la banda. Simon habla al respecto: “Podría entender que alguien experimentara esa sensación. Es el cliché del difícil-segundo-disco, quieres cambiar cosas y, a la vez, no alienar a tu público. Lo que sucedió es que teníamos muy clara la idea del disco. ¿En qué consiste? En partir del pop y... joderlo. Transformarlo en algo más interesante”. De ahí el título del disco: “La luz como metáfora se ha convertido en algo muy importante. Literalmente, queríamos llenar la luz de música y de ritmo”, concluye. Esa mutación sonora también tiene su reflejo en las letras y, en general, en la particular personalidad de una banda cuyo nombre proviene de una obra de Baudelaire y que hasta ahora se había mostrado apasionada del siglo XIX. “Queríamos abandonar esa sensación folclórica que rodeaba a nuestras canciones y centrarnos en el concepto de modernidad. Ya no se trata tanto de analizar el pasado sino de sintetizar qué significa vivir en el momento actual”. ¿Y qué signidica? “Jajaja, ¿quién lo sabe?”, se pregunta Simon. Su compañero Justin le echa una mano: “Quizá la respuesta sea diferente para cada persona. Nosotros sólo podemos aportar nuestra visión y dejar nuestras ideas ahí fuera”. Las turbulencias económicas pesan: “El mundo siempre ha estado en crisis”, dice Simon con una sonrisa. Quizá ese sea el motivo por el que las letras de Fanfarlo tocan temas tan poco habituales en el pop como la astronomía, la biología y, en general, la ciencia. “No tratamos de escapar, pero hay veces en que no queda más remedio que olvidarse del mundo y mirar a las estrellas”, sentencia Simon. ¤ Fanfarlo tocará en la gira Heineken Music Selector los próximos 24 (El Hangar, Burgos), 25 (Mirror, Valencia) y 26 de mayo (Cultura Club, Palma de Mallorca).


028/029

report John Talabot


JOHN TALABOT DEFINITIVAMENTE

“ƒin” es el principio de John Talabot. Pero no hablamos del comienzo de su carrera, consolidada ya con varios EPs (podríamos destacar el último “Families”), sino la prueba definitiva para los pocos escépticos que aún quedaban por el mundo de que Talabot es uno de los músicos más excitantes de la escena electrónica europea. Y lo ha conseguido con un disco que huye de la colección clásica de rompepistas para adentrarnos en un territorio virgen de nostalgia noventera. Fin del sonido Barcelona, larga vida a John Talabot.

Manu González Adrià Cañameras

Texto Foto

J

uguemos al misterio un poco más. A fin de cuentas, es lo que siempre hemos querido hacer de niños. Juguemos a que somos un superhéroe, un astronauta, un médico o, por qué no, un músico electrónico. Supongo que todos ustedes, personas inteligentes, sabrán quién es John Talabot. Si no es así, con una pequeña visita en el Doctor Google podrán adivinar su nombre, su domicilio y, si quieren, su peso y color de ojos. Sólo somos datos en la red y más de un periodista ya ha escrito esta información que, seguramente, tampoco sea tan necesaria para valorar en su justa medida la música de alguien. Pero si quieres datos, te los daré. No temas. Lo único que debes saber de John Talabot es que es un joven DJ de Barcelona, que ha militado en un grupo que cerró todo un Sónar y que ha publicado bajo este ilustre nombre de colegio privado de la Ciudad Condal (su escuela, para más señas) algunos de los mejores 12” de música de baile de este país. Aunque su canto de cisne no se produjera hasta el éxito de “Sunshine” (Hivern, 09), sobre todo, cómo no, en el extranjero, haríamos bien en recordar que ya había publicado en el sello de Berlín Permanent Vacation el EP “My old school” (09). Su imparable proyección, muy bien cimentada con “Matilda’s dream” (Permanent Vacation, 10) y “Sunshine remixes” (Hivern, 10) provocó que Go Mag le diera la portada de diciembre de 2010 con motivo del inminente estreno de su EP “Families” (11) para el sello británico Young Turks. Su nombre, evidentemente, no te lo voy a dar. Me gusta su propuesta de que “la música esté por encima de las personas. Es más importante que saber quién la hace, de dónde es o qué instrumento toca”. Un año es demasiado tiempo para esperar a nadie. Sobre todo, teniendo en cuenta la rapidez con que prensa y público fagocitan propuestas musicales en busca de nuevas sensaciones. Pero nuestro enmascarado del papel de plata ha respondido con creces a las dudas que podría plantear su primera propuesta en formato largo, un inconmensurable “ƒin” (Permanent Vacation, 12) que en pocas semanas de vida se ha convertido en uno de los discos mejor valorados en lo que llevamos de año. Para Talabot, ese año perfeccionando su primer álbum le ha servido para crecer como artista. “Todos mis proyectos han sido, de alguna manera, mi escuela como músico. Para lo bueno y para lo malo, me han servido de ayuda para saber qué quería hacer y cómo lo quería hacer… Pero con John Talabot he encontrado algo que creo que no tenía antes, mi personalidad como músico. Esto me ha costado bastante. Supongo que habrá gente que lo habrá experimentado mucho antes o saben muy bien cómo quieren sonar pero no ha sido mi caso, créeme”. Le recuerdo que sólo lleva poco más de tres años editando trabajos como John Talabot. “Sí, puede parecer poco tiempo, pero no ha sido un proceso fácil. Saber qué música quieres transmitir, hacerla y crear un proyecto musical. He dudado de muchas cosas que hacía”. No nos sorprende la modestia del artista. El autor de “Sunshine” siempre ha destacado en sus entrevistas por tener muy bien asentados los pies en el suelo, aunque haya bautizado su primer trabajo con un título tan poco optimista. “Cuando acabé fue como una liberación. Pensar, ‘ya se ha acabado’. ‘Fin’ era la palabra que me venía a la cabeza cuando terminé el disco. Sé que es una palabra muy lapidaria pero es lo que sentía cuando hice el último render. Fin y me olvido”. Para alguien capaz de facturar temas tan eléctricos como “Sunshine”, “Matilda’s dream” o “Leave me (Friendly pattern version)” sorprende la tranquilidad y esas atmósferas, en ocasiones tristes, que se respiran en ‘fin’ (que también tiene sus hits. Busquen, si no, en “Destiny”, “Journeys”, “When the past was present” o “So will be now…”). Eso es porque “‘ƒin’ fue concebido como disco y aunque recopilara ideas antiguas, eran ideas que había dejado expresamente fuera para formar algo más grande, para trabajarlas en formato álbum. Quería alejarme de los bombos, de esa línea dura y hacer algo más, no sé… serio. No creo que ‘ƒin’ sea un disco ‘triste’, en contraposición a ‘alegre’. Creo que es más, o, mejor

dicho, intenté que fuera un disco nostálgico. Supongo que influenciado por bandas como Boards of Canada que siempre le han dado ese poso nostálgico a su música”. Aunque es consciente de que “las canciones con Pional o Ekhi (de Deloeran) son los temas más cálidos y cumplen una función en el disco, darle un toque más humano”. Todo en ‘ƒin’ tiene una intencionalidad, es un reto personal, “hacer el mejor álbum posible con mis posibilidades y las herramientas que tengo. Siempre he intentado dar el máximo. He intentado ser lo más serio posible con mi música, crear algo de lo que puede estar orgulloso como artista. No un disco de hits para conseguir más bolos como DJ…”. Aunque este artista fuera conocido primero como un reputado DJ de la noche barcelonesa, lo cierto es que su primer álbum como John Talabot le ha convertido en un músico completo, un artista que es capaz de emocionarnos en la pista de baile y articular un discurso serio como autor. A Talabot nunca le ha gustado que le llamaran músico, “simplemente porque nunca he estudiado música. Por ejemplo, no te creas que me salen tan rápido esos temas ‘pop’ como tú los llamas. Con ‘Destiny’ sudé bastante. Fue un track que tardó mucho en acabarse. Con sólo la base me fui a Madrid a grabar la voz y los sintes con Pional, pero no surgía el tema. Volví otra vez a Madrid a grabar más voces y estuve todo un mes con esa canción, muchos días buscando una melodía que le fuera bien a las armonías vocales de Miguel. Por cosas como estas es cuando digo que no soy músico”. No será un compositor con estudios de conservatorio, cierto, pero si en algo destaca John Talabot es que conoce muy bien sus instrumentos y que sabe sacarles todo el rendimiento para hacernos sudar en la pista de baile o mecernos una tarde de domingo. “Evidentemente, conozco mis instrumentos pero, créeme, no soy un experto en nada”. Siempre modesto, John Talabot ha destacado por un sonido analógico muy pronunciado, muy nostálgico (como a él le gusta llamarlo), me pregunto si se considerará un freak de los cachorros analógicos sintetizadores y los modulares como, por ejemplo, su amigo Marc Piñol (con el que ha compartido “Hiverned #1”, un 12” con dos edits publicado en Hivern Disc el año pasado). “No me considero un loco ni un freak, simplemente me gusta utilizarlos cuando toca. He usado cajas de ritmos y sintetizadores analógicos para mis maxis y para el álbum, pero también he utilizado plug-ins. No tengo ningún reparo en mezclar lo analógico y lo digital. Ambas herramientas son buenas”. ‘ƒin’ puede presumir ya de ser uno de los discos mejor valorados por la crítica nacional y, sobre todo, internacional. Pocos, muy pocos, han sido los medios que lo han puntuado por debajo del notable alto, llegando a sobresaliente en la mayoría de los casos. Algo impresionante para el debut de un joven de Barcelona que hace música house. “Sí, bueno, creo que he tenido bastante suerte con las críticas…”. Llegados a este punto, tengo que interrumpirlo. No se tiene ‘suerte’ con las críticas. Se puede tener ‘suerte’ con la lotería o el cupón de la ONCE pero no con las críticas. Si un disco está muy bien valorado por un montón de gente de diferentes partes del mundo, religión y raza no es porque se tenga suerte, sino porque has conseguido hacer un buen trabajo que ha convencido a muchas personas. “Ya, ya, pero cuando tú estás componiendo algo tan íntimo nunca puedes saber que va a salir de ahí ni como lo van a valorar los demás. Cuando acabé el disco se lo pase a dos personas primero y no fueron muy entusiastas ninguno de los dos. El disco pasó por más manos y me encontré con respuestas muy contradictorias. No sé, llegué a pensar que me había equivocado cuando tomé la decisión de que ‘ƒin’ no estuviera enfocado a la pista. Que no tuviera diez sunshines. Muchas dudas que se han solucionado con las críticas. Cuando eres un principiante es muy agradable tener este recibimiento tan positivo y me da mucha confianza para desarrollar mi música. Pero, francamente, si las críticas hubieran sido muy destructivas, muy negativas, no sé de dónde hubiera podido sacar las fuerzas para continuar con John Talabot”.


030/031

report Kase.O / Xiu Xiu

KASE.O REY DEL MICRO VITALICIO

“Jazz Magnetism” es la demostración de que la palabra del dios Hip Hop escuece en cualquier formato, siempre y cuando el profeta tenga la casta de Kase.O. Sin los ritmos duros, loops monótonos y samples graníticos de Violadores del Verso, la voz del que para muchos es el mejor MC español, se acomoda ahora a un colchón de jazz brumoso atizado por instrumentistas doctos en la materia. Un experimento que empezó en baja frecuencia pero ha terminado haciendo ruido. Y es que Javier Ibarra es único. Un icono del puto rap.

Texto

Óscar Broc

K

ase.O. Leyenda en boca de un ejército de gorras. La sombra que engulle competidores. El hombre del saco. El monstruo debajo de la cama. Si eres un MC, tenerle miedo a Javier Ibarra es bueno, indica que te mantienes en alerta, que estás vivo y no quieres tragar polvo el resto de tu vida. Aunque el hombre se distancie prudentemente de los laureles. “Me cuesta mucho crear con toda esa presión, porque escucho cosas de otros MCs buenísimas, y se me caen los huevos al suelo. Hay MCs ahí fuera con letras muy buenas, joder, a veces oigo los disco de los demás y me acojono”. Inseguridades aparte, no hay rimador que se le parezca en nuestras tierras. No existe otro rapper español con semejante capacidad de perforación en el subconsciente colectivo de la juventud. Es el jefe. Su reinado resulta indiscutible, pero una porción generosa del cetro pertenece también a sus compañeros de escudería en Violadores del Verso: cuando Messi juega con Iniesta y Xavi la goleada se masca en el ambiente. Por algo se les considera el mejor grupo nacional de hip hop del momento. “La banda está ahí, claro. No se olvida. Pero queríamos sacar nuestros proyectos individuales, encarar nuevos retos. No hay que quemar Violadores. Y eso que nosotros pensamos que somos unos brasas. Es un simple descanso”. El cuarteto zaragozano sigue en pausa para que los miembros del tridente que completan Lírico y Sho-Hai puedan verbalizar sus fantasías en solitario y amorticen las toneladas de papel rimado que se quedaron en el tintero. Del soberbio “Doble vida” (BOA, 11) del Heavy del Rap, y a la espera de que los algoritmos de Lírico vean la luz, Kase.O recoge el testigo de Hate para monumentalizar todavía más la leyenda de la métrica zaragozana. Pero no hay ritmos pétreos esta vez bajo el colchón. No hay funk funerario. Es jazz. Jazz vaporoso. Tocado en directo. Con raps. Con músicos de carne y hueso. Lo que empezó como una serie de jam sessions en Barcelona, un divertimento, se ha convirtió con el tiempo en garante de aforo completo en tu urbe. “Dos años de gira. Ha sido una alegría increíble, lo llegué a pasar muy mal pensando que a la gente no le iba a gustar. Me deprimía. Al principio tenía ciertos nervios en el escenario, porque la gente iba a ver Kase.O en un formato distinto, pero cuando ves que las salas se llenan te das cuenta de que has acertado”. Repleto de canciones que podrían considerarse marginales en el currículum de Kase.O —muchas

de ellas antiguas colaboraciones con otros productores y rappers—, el álbum traslada al rigor del estudio la magia y la neblina de los shows en directo que lo precedieron. “Es un disco de jazz dirigido a los rappers, y las canciones que he elegido se han seleccionado a partir de colaboraciones que he hecho y otras cosas fuera de Violadores. No quería insistir en los hits del grupo. Todo el mundo los conoce ya”. Y la cosa funciona. Funciona porque hay calor en los instrumentos y la métrica de Kase.O engulle y consume los pentagramas como el magma. La combinación es atractiva; el zaragozano sabe modular y modificar adecuadamente una lírica que evita el lenguaje de la competición y mira más hacia dentro que nunca. “Las letras son más densas, hay menos vacileo. Cuando escribo, me seduce el ritmo, es la base a partir de la cual empiezo a crear. Cuando tengo el ritmo, empiezo a apuntar cosas. Me obsesiona la entonación, a la hora de cantar la letra empieza el drama. Soy muy perfeccionista con la letra, y antes de sacarla pasa muchísimos filtros, me gusta poner bien todos los ladrillos”. Un Javat más espiritual que nunca, al que siguen consumiendo, eso sí, los fantasmas de siempre. Me fascina el espíritu autocrítico y las incontables neurosis que nutren la leyenda de Violadores. Kase.O conoce esta angustia creativa mejor que nadie. “Nunca sabes si una letra va ser un pepino, pero se nota cuando la trabajas. En una letra de Violadores no entra cualquier frase. Si fuera por mí, iría frase por frase hasta encontrar la perfección, pero claro tardaría 5 años en sacar un disco. Lo que se conoce como inspiración pura sólo lo he sentido un par de veces, hablo de mover la mano y coger una letra que está ahí en el universo, sin proponértelo”. Demonios que sobrevuelan un cerebro humeante, castigado por la búsqueda de las matemáticas perfectas, un cerebro que, superada ya esta etapa, necesita su chute de endorfinas hardcore. “Echo de menos el hardcore, grabar un álbum con ritmos duros, loops monótonos y, sobre todo, con letras y pensamientos actuales. Pero para eso tengo que aislarme socialmente, sin presión social. Muchas de las cosas que escribo no me gustan, a veces la obsesión por crear me impide crear. Al menos necesitaré dos años para hacer ese disco”. Promesa que le recordaremos en 2014 a Javier Ibarra, el único MC capaz de traer seis millones de maneras de morir y una sola de vivir, se llama hip hop.


HOLA PARA SIEMPRE

XIU XIU Jamie Stewart está roto por dentro. Y, sin embargo, funciona. Cantante de voz aterciopelada, músico enfermizamente exigente, explorador de la subversión, artista comprometido (con las pesadillas del capitalismo y con las suyas), columnista de la bisexualidad, pervertido extrovertido y persona exquisitamente amable y culta, Stewart seduce. Intriga. Preocupa. Da miedo. Y sobre todo, disco tras disco, canción desesperada tras himno pop, confirma que Xiu Xiu es uno de los mejores grupos del mundo.

Texto

Gloria González

E

l último disco de Xiu Xiu se llama “Always” (Bella Union / Coop, 12) y no se sabe si ha de leerse para bien (como en “te querré siempre”) o para mal (como en “hay algo que me persigue siempre”). ¿Escogió la palabra por esa ambigüedad? “Por su dualidad, mejor dicho”, apunta Stewart. “Para nosotros la palabra se refiere a cosas muy concretas, algunas positivas y otras menos”, añade, explicando que “en realidad se refiere a la canción ‘Always’ de Erasure, que me hizo descubrir mi hermano en medio de un trauma familiar increíble y, en concreto, a una vez que me fui en coche de excursión a buscar sandías y no paraba de escucharla, pero cada vez que intentaba cantarla se me saltaban las lágrimas. Se refiere también a que un día de repente te paras a pensar y te das cuenta de que llevas diez años trabajando en Xiu Xiu y de que estás más metido en ello que nunca, para bien o para mal, y también a un verso de la Biblia que alguien escribió en la pared de mi gimnasio, sobre el hecho de que para Dios el amor y el odio, el bien y el mal, son lo mismo”. El amor (en negativo), el odio (mucho), Dios (de una manera retorcida) y los traumas familiares (a tutiplén) son algunos de los temas que (des)estructuran el mundo de Xiu Xiu. En sus discos también habitan personajes recurrentes, como un chiquillo que sólo quiere que le ayuden, aunque sea a destruirse poco a poco, o una chica tan destrozada que ya no sabe lo que quiere, ¿no? “No usaría el término ‘personajes’, que connota una ficción, pero sí hay varias canciones sobre la misma gente, aunque vistos en momentos distintos de nuestras relaciones o de nuestras vidas. Pero siempre son gente real, de mi familia, o de mi vida, o relacionadas con cuestiones políticas”, aclara. La dimensión política del grupo está en parte ligada, precisamente, a ese empeño en hacer frente a lo real y traerlo a la luz, por íntimo y oscuro que sea, por humillante y doloroso que resulte, por molesto y obsceno que parezca. Stewart comenta,“La dimensión política de Xiu Xiu incluye dos aspectos. Por un lado, en cada canción queremos documentar cosas que tienen una resonancia emocional

intensa para nosotros al grabar el disco y que están relacionadas con la política porque las situaciones políticas forman parte de la vida misma de la gente. Por otro lado, y en la pequeñísima medida en que un grupo como el nuestro puede contribuir a ello, intentamos hablar de asuntos que afectan a seres humanos que viven en el planeta tierra pero de los que no suele hablarse en nuestro pequeño mundo; en este disco, hablamos de un adolescente llamado Gul Mudin que fue asesinado por soldados estadounidenses, del aborto en Estados Unidos y de la migración de mano de obra femenina y el trabajo en las fábricas en China. Quizás así conseguiremos que alguien piense sobre un tema que nunca le había preocupado antes, o que haga algo, o que vea las cosas de otra manera. No es que me haga muchas ilusiones al respecto, pero siempre hay una pequeña esperanza”. Este proceso de hacer frente a la realidad más amarga a mordiscos no es fácil para nadie, ni para quien escucha, que puede sentirse desconcertado, ni para quien canta. Sobre qué puedan opinar los oyentes, dice Stewart que ellos no se meten: “Nosotros nos centramos en escribir sobre cosas que nos afectan. Las reacciones potenciales de los oyentes son asunto suyo, no les vamos a dictar cómo tienen que reaccionar”. En cambio, sí admite que incluso para él mismo es difícil a veces ser el cantante de Xiu Xiu, sobre todo cuando están de gira: “Mamma mia, ¡sí! Intentamos darlo todo cada noche y tras unas cuantas semanas el cuerpo y la mente empiezan a deteriorarse. Se llama el efecto ‘gira de locos’. A mí tocar en directo no me da ningún tipo de energía. Es gratificante, pero en general después sólo quiero caerme al suelo. El lado positivo del efecto ‘gira de locos’ es que llega un momento en que estás tan ido que tocas incluso mejor, como si nada pudiera frenarte”. * Xiu Xiu tocarán los próximos 22 (Lugaritz, Donostia), 23 (12ymedio, Murcia), 24 (Be Cool, BCN), 25 (Black Bird, Santander) y 28 de marzo (Heineken Music Selector@Wah Wah, Valencia).


032/033

report Lambchop / Damien Jurado

BIENVENIDO, MAESTRO WAGNER

LAMBCHOP Si a un artista se le incrusta la pena muy adentro, le pueden pasar dos cosas: o tira la toalla o utiliza esa pena para llevar la inspiración a cotas más altas. Cuando Kurt Wagner perdió a su amigo y músico Vic Chesnutt amagó con hacer lo primero, pero finalmente optó por la segunda opción con rotundidad. El resultado es “Mr. M”, el undécimo, más personal y perfecto disco de Lambchop. Un tratado de country experimental y preciosista en el que las canciones, todas, son tan bellas que uno se plantea si la tristeza no es en realidad la vía idónea para llegar a la felicidad. Texto

Luis Meyer

N

o es fácil recordarle a alguien que su mejor amigo se ha suicidado. Pero entrevistar a Kurt Wagner, el veterano líder de Lambchop, y preguntarle por su último disco sin mencionar ese doloroso detalle es aún más difícil, básicamente porque “Mr. M” (City Slang / Coop, 12) parte del sentimiento de pérdida y de la necesidad de compartirlo a través de canciones. Cuando Vic Chesnutt se quitó la vida, Kurt Wagner decidió cortar con la música. Hasta que Mark Nevers, productor de la banda, irrumpió en su vida y le dijo: “Hagamos un disco”. Y ahí empezó todo. De nuevo. Supongo que te ha costado mucho componer sin tu amigo Vic Chesnutt, sin lo que te inspiraba. Y sin embargo has hecho uno de tus mejores discos. Como si precisamente su pérdida te hubiera inspirado más que nunca. En realidad no existe una conexión directa entre la pérdida de Vic y este disco. Ni siquiera puede considerarse un tributo. Es cierto que su muerte repentina fue algo muy doloroso que hizo que me cuestionara la música como forma de comunicarme. Como había empezado a pintar, la pintura pasó a ser mi única vía de expresión, me sentía más a gusto en soledad que con una banda, solos mi lienzo y yo. Pero nunca descarté volver a hacer música algún día, y cuando por fin sucedió, volví a contar mis experiencias a través de mis canciones, y obviamente mi experiencia más fuerte en aquel momento era la pérdida de mi amigo. Por eso él está tan presente. No hay muchos músicos que puedan permitirse grabar un disco sólo cuando se lo pida el cuerpo. Creo que soy un tipo con mucha suerte. Porque la gestación de un disco debe tomarse el tiempo que necesite, no puede estar supeditada a calendarios. Cuando Nevers te propuso grabar un disco, ¿te lo tomaste como una especie de rescate? Yo creo que realmente nos rescatamos el uno al otro. Él me ayudó a ponerme en marcha, y yo a él a hacer el disco que quería. ¿Qué disco quería? Uno con arreglos muy cuidados, con un ‘sonido Sinatra’ revisitado. Pero todo partió de algo muy abstracto, de arreglos que no eran melódicos, sino que me obligaban a buscarles una melodía. Fue muy interesante esa búsqueda, pero más aún nuestros encuentros para poner en común lo que teníamos. Este disco habla abiertamente del amor, algo poco habitual en Lambchop. Es natural. Cuando pierdes a alguien sueles enfatizar el amor que sientes por la gente que te rodea, que te importa. Se hace más fuerte.

Antes solías escribir las canciones con el resto de la banda. Este lo has escrito tú solo. Sí, es que este disco es tan personal… Era mi vía para encontrar el camino de vuelta a la música. Así que empecé dando pasos mucho más pequeños que sólo podía dar yo. Un proceso muy parecido al de pintar un cuadro. Nunca me lo había planteado, pero es verdad que existe una conexión entre la manera en que pinto y la manera en la que he creado este disco. Supongo que es una evolución natural de mi estado anterior a mi estado actual. El nuevo disco suena por un lado experimental y ambicioso, por otro muy íntimo, con arreglos sutiles, pequeños. Sí, como me pasa siempre, buscaba un sonido distinto, pero a la vez mi concepto era algo así como ‘hacer más con menos’. Eso sí, por muy rompedora que sea tu idea, no puedes evitar que tu seña de identidad esté en lo que haces. En este disco hay dos temas instrumentales, algo arriesgado porque tu voz es un sello de identidad de Lambchop. Era algo muy interesante para él (Mark Nevers), que al final es el responsable del sonido del disco. Una canción que no esté supeditaba a mi voz tiene más posibilidades, es… Más libre. Cuando las hicimos y vimos el resultado, dejó de tener sentido que yo cantase en ellas. Y además le dan al disco cierto respiro, es algo así como… Una pausa para fumar (ríe de nuevo). Por poco dejas la música, ¿existen garantías de que habrá más Lambchop en el futuro? Nunca hay garantías. El mundo cambia, cada vez es más difícil hacer las cosas que quieres, y sobre todo es muy difícil mantener inalterada a una banda con la que llevas tanto tiempo. No lo sé. Con “Mr. M” has dejado atrás tus dudas, has vuelto a la música y has conseguido, una vez más, grabar algo soberbio. ¿Tiene algo de catártico para ti este disco? Cuando dices catarsis implica cura, y no estoy seguro de que la música cure, a mí no me ha curado el dolor de la pérdida. Pero, desde luego, ayuda. ¤ Lambchop tocará los próximos 30 (Apolo, BCN) y 31 de marzo (BBK, Bilbao) y el 1 de abril (Joy Eslava, Madrid).


ADIÓS VETERANO DE LA TRISTEZA

DAMIEN JURADO Con algo más de diez álbumes a sus espaldas, la trayectoria del cantautor de Seattle ha mostrado siempre a un espíritu condenado que se asoma tímidamente tras las oscuras cortinas de la desazón. Damien Jurado entrega ahora “Maraqopa” (Secretly Canadian / Houston PartyBCore, 12), nuevamente reflexivo, introspectivo y sosegado, pero esta vez optimista a la par que luminoso. He aquí un tratado del caminar en silencio sobre la tristeza para no despertarla durante la fase de huida hacia la felicidad. David Giménez Sarah Jurado

Texto oto

L

argo tiempo ha transcurrido desde que, justo en la década de los noventa, Damien Jurado debutara al amparo de la todopoderosa discográfica Sub Pop, sello que por entonces experimentaba el éxito a nivel mundial —y con él la reestructura y el replanteamiento ideológico y empresarial— gracias a la explosión del fenómeno grunge, un sonido de cuya presencia su catálogo andaba bien sobrado al incluir a numerosas bandas de la ciudad pertenecientes a este género. Echamos la mirada hacia atrás para contemplar con perspectiva que el talento compositivo no ha sufrido agotamiento, ni dispersión, que el artista continúa siendo fiel a sí mismo, al margen de las modas. Aunque, sería totalmente acertado decir que el norteamericano se presenta como un viejo conocido que a la vez encierra algo totalmente nuevo y diferente. El nuevo trabajo del veterano artista se abre con “Nothing in the news”, un tema que mezcla a partes iguales la psicodelia pop y unos arreglos que recuerdan a las bandas sonoras de tintes vaqueros que compuso en la década de los sesenta Ennio Morricone. Una mezcla interesantísima de estilos donde queda patente la certera mano en las tareas de producción de Richard Swift, que ya hiciera lo propio en su anterior y sobresaliente “Saint Bartlett” (10). Swift llena de espacios allí donde la carga melodramática así lo exige. Éste es su logro más apreciable aquí, hacer de la amplitud un arreglo en sí mismo. La definición perfecta para explicar este equipo de trabajo es ‘simbiosis’. “Sí, creo que es genial lo que ha conseguido. Richard Swift es la única persona a la que confío mis canciones. Gracias a su trabajo es posible descubrir nuevas capas de sonoridades con cada escucha. La percepción que tengo al escuchar ‘Maraqopa’ es que, por el momento, es el álbum más importante de toda mi carrera”. “Maraqopa” ha sido grabado en tomas en directo y sobre cinta analógica. Este hecho, cada vez más diferencial en las publicaciones de hoy en día, confiere a las canciones una dosis mayor de sinceridad y de relieve, creando un clima uniforme, acústico y etéreo a partes iguales.“Sí, es por ese mismo motivo por el que prefiero grabar de esa manera. Es una buena manera de capturar con total fidelidad todo lo

que soy realmente en directo”. Las composiciones se transforman en un mantra conforme avanzan los minutos, sumergiendo al oyente en un estado de introspección. Como mecido por las olas da comienzo la más honda exploración personal. Algo muy similar a lo que sucede en sus actuaciones en vivo, en las cuales el artista desciende su voz y los rasgueos de su guitarra hasta el límite de lo profundo. Aunque, de todo esto, Damien Jurado reconoce que “realmente, no me doy cuenta de ello”. No es consciente, pero esa comunión, esa catarsis sucede cada noche. Siempre me he preguntado de qué manera un artista que se expresa siempre al límite sobre el escenario es capaz de bajar de él e interactuar con otras personas como si no hubiera sucedido nada. “Mi secreto está en que he aprendido a que mi faceta artística no afecte demasiado a mi vida privada. Puedo mantener mi arte y mi vida personal a una buena distancia el uno del otro sin ningún problema”. La confirmación de este complicado dominio en encontrar el equilibrio entre ambas dualidades se hace palpable a lo largo de las composiciones y las letras de los diez cortes del álbum. Es “So on, Nevada” una canción luminosa, dotada de un ritmo, unos arreglos, una voz, y un estribillo que sale a dar la bienvenida a estados mejores. “Realmente creo que con este disco muestro un nuevo momento en mi vida, un instante en el cual nuevas puertas se abren para mí, y la verdad es que me siento optimista ante esta nueva posibilidad”. Damien Jurado huye de la representación de los estados emocionales como paisajes geográficos. “No, no estoy visualizando emociones al titular el disco así. Maraqopa es para mí un lugar totalmente ficticio. Sin embargo, si un oyente puede encontrar en ese lugar, en las canciones, algún tipo de paz, creo que es realmente genial”. ¤ Damien Jurado tocará los próximos 16 (Teatro Victoria Eugenia, Donosti), 18 (Son Estrella Galicia@Teatro Principal, Ourense), 19 (Son Estrella Galicia@Teatro Lara, Madrid), 21 (Planta Baja, Granada) y 23 de marzo (Teatro Zorrilla, Badalona).


034/035

report Grimes


GRIMES ENTRE TINIEBLAS Hasta hace apenas dos meses Grimes, o lo que es lo mismo, Claire Boucher, era una completa desconocida por estos lares, pero ya sea por su confirmación para el Primavera Sound o por el inminente lanzamiento de su nuevo trabajo, “Visions”, ahora está en boca de todos. Y no es para menos. En sus apenas tres cuartos de hora, este disco consigue fulminar todas las barreras estilísticas habidas y por haber, cubriéndolo todo de brumas y tinieblas, cuando en realidad lo que está reivindicando es a Mariah Carey y el R&B edulcorado de los 90. Así es Grimes. Absolutamente demencial.

Texto Foto

Virginia Arroyo Raphael Ouellet

S

i “Visions” (4AD / ¡Pop Stock!, 12) fuera un lugar, no querrías vivir en él, ni tan siquiera visitarlo de pasada, pero querrías verlo en documentales de la tele una y otra vez. Los trece temas del nuevo trabajo de Claire Boucher dibujan un paisaje sónico sumamente lóbrego e inhóspito, donde el witch house brumoso cubre un horizonte espeso bajo el que se adivinan briznas de electro y algo parecido al synth-pop. ¿Ni pizca de grime, pues? Ni un poquito: “Ni siquiera sabía que existía un género con ese nombre hasta que empecé a sacar discos bajo este alias y me lo empezó a preguntar todo el mundo”, reconoce esta canadiense de apenas 25 añitos. “Podría haber publicado simplemente con mi nombre, Claire Boucher, pero me habría sentido como, no sé, como una cantante folk o algo así. Y eso sí que no”. Y es que si hay que tachar algún género en la lista de ingredientes de “Visions” posiblemente sea éste el más indicado. Y ya pueden dejar el bolígrafo, porque aquí hay de todo: electro, IDM, música industrial, ambient, glitches, electrónica, art-rock, hip hop… Tanto es así que, de entrada, sorprende su acérrima defensa del pop, tratándose de la artífice de semejante monstruo sónico. Y, con todo, una escucha global de “Visions” nos revela un alma pop que se abre paso a arañazos a través de la niebla. Por ejemplo en “Circumbambient”, una pieza que parece que va a tirar para el ambient y acaba virando en un estribillo que podría haber firmado Kylie Minogue (y esto, de algún modo inexplicable, es positivo). O en los grititos agudos que se marca por doquier (en “Genesis”, por poner un caso concreto), verdaderos deudores de Mariah Carey, aunque, ejem, con menos voz y, gracias a dios, mucho menos insoportables y cansinos. De hecho, no se lo pierdan, Mariah Carey es una de sus musas. “Me encanta Mariah Carey. Su voz increíble, no hay nada igual, ni siquiera parece una voz humana. Hace poco escuché ‘Fantasy’ por primera vez y fue como una revelación… En serio. Sé que si escribes eso me va a hacer parecer un poco palurda, pero así es”. Ella se lo ha dicho todo; yo no he dicho nada. O sea que, sin hacer pop en sí mismo, Claire Boucher podría acabar erigiéndose en dignificadora del pop mainstream de toda la vida. Pero la cuestión es que el R&B más azucarado y popero es su debilidad, desde TLC a Mariah Carey pasando por estrellas Billboard más actuales como Beyoncé. “Siguiendo en esa línea, aunque muy alejados, también me gustan mucho Outkast y Michael Jackson”. Y Dungeon Family, y New Edition, y Nine Inch Nails, y Burial, y Black Dice, y Aphex Twin, y Enya. Que así leído todo seguido parece un enorme WTF?!, pero si escuchan su música lo comprenderán. De hecho, para más inri, su trabajo ideal sería estar sentada tras la pecera “fabricándole hits a Rihanna o a alguna vocalista de este estilo”. Me lo cuenta cuando le pregunto acerca de su voz, que en “Visions” cubre un amplio rango de formas y estilos, y que casi nunca se sitúa en primer plano ni adquiere verdadero protagonismo. “Para mí la voz es un instrumento más”, un instrumento que potencia la faceta más frágil de algunos temas. “Sí, ¿verdad? Es como súper ténue y femenina, ¿no? Es curioso porque al haber estado siempre rodeada de hombres en casa (tengo cuatro hermanos), es como si yo tuviera una imagen de mi voz como mucho más masculina de lo que en realidad es. Luego me escucho y, donde pensaba que había puesto una voz súper profunda, resulta que suena una cosa aguda y chirriante (risas). Supongo que es en parte por eso”, continúa, “por lo que en un futuro me veo más bien como productora. No es que no me guste cantar, es simplemente que disfrutaría más trabajando con otros cantantes. Pero, bueno, para eso primero hay que labrarse una carrera como músico, una credibilidad, y luego ya se verá”.

final, lo que intento hacer es escoger de todas esas cosas cuáles podrían ser interesantes para alguien más que para mí”. Así es como en este breve lapso de tiempo Claire ha aprendido a amasar las asfixiantes atmósferas del witch house que practicaba en sus inicios hasta esponjarlas y dejar que entre algo de luz y aire en sus melodías. Algo, al fin y al cabo, mucho más consecuente con su personalidad, sus gustos y sus aspiraciones. “Supongo que era una progresión natural. Cada vez me veo más pop, aunque, de hecho, retrospectivamente, diría que en cierta manera nunca he dejado de hacer pop”. Ateniéndonos a la prolijidad de Claire y a sus aspiraciones como productora, uno supondría que para ella el estudio es una fiesta salvaje, una bacanal de la creatividad, un espacio de goce único y delirante. Pero resulta que no, que grabar “Visions” fue una auténtica tortura. “Me pasé todo el tiempo llorando. En serio. Pero, bueno, tengo la teoría de que cuanto más deprimida estoy, mejor me salen los temas, así que supongo que ya me fue bien”. Tampoco ayuda a levantarle a uno el ánimo estar 16 horas al día trabajando, y esa fue la obsesiva rutina de Claire durante las tres semanas que duró el proceso de grabación del disco. “Durante todo ese tiempo me encerré en el estudio, que era mi propia habitación, y no salí de allí. Me volví bastante loca, la verdad, pero, como te decía, creo que eso ayudó al resultado global del disco. Me levantaba de la cama y me ponía a trabajar. En algún momento, cuando se me cerraban los ojos, apagaba la luz y dormía. Y así durante veinte días”. Para volverse del revés o coger un revólver y estucar con tus sesos las paredes de tu casa. Y algo así es este “Visions”. POST-INTERNET

En la facultad de periodismo nadie te lo enseña, pero a veces la Wikipedia miente. La mayoría de las veces. Y sin embargo todos acabamos echándole un ojo. Esto es así. Por eso en el noventa por ciento de las entrevistas que le han hecho a Grimes, le preguntan que qué quería decir cuando describió su nuevo álbum como “postinternet”. La gracia es que la muchacha jamás dijo tal cosa (“algún periodista o alguien debió de inventárselo y el resto lo han ido copiando”) y la pelota se ha ido haciendo tan grande que algunos hasta han desarrollado elaboradas teorías filosóficas al respecto. Lo que sí es cierto es que Claire considera que su música no sería la que es si internet no existiera. “Creo que la música que se ha producido desde hace diez o quince años ha estado influenciada de una manera crucial por Internet y las posibilidades que ha puesto al alcance de todo el mundo, ya sea de adquirir conocimiento, de descargarte canciones, de comunicarte, de compartir ideas y cosas… Mi forma de concebir la música está intrínsecamente marcada por esto, pero creo que no es cosa mía, sino de todo el mundo”. De hecho, Claire es una firme defensora de la música gratuita, como demostró con sus dos primeros discos, que ofrecía en descarga totalmente gratuita online. “Creía que la música tenía que ser gratis. Y era genial, había gente que pagaba un euro, otros solamente unos céntimos, otros veinte euros… Y de esta forma todo el mundo podía escucharme y conocerme y todo el mundo, sin excepción, quedaba satisfecho. No sé si es una filosofía, pero sí que sé que, para mí, desde mi perspectiva, funciona y vale la pena”. No obstante, el chollo parece que no se va a repetir con “Visions”: “No creo que vaya a ser posible, no creo que a mi discográfica (4AD) le hiciera mucha gracia. Pero, bueno, siempre quedará Mediafire, ¿no?”. Así que no me sean agarrados y vayan pensando en soltar la mosca, porque este delicioso experimento realmente vale mucho la pena.

TORTURA Y PROLIJIDAD

Hasta hace apenas un mes, Grimes no era apenas conocida en nuestro país, pero lo cierto es que “Visions” es su cuarto trabajo en menos de dos años. Primero vinieron “Geidi primes” y “Halfaxa”, el split con d’Eon “Darkbloom” (todos en 2011), y ahora ve la luz este nuevo disco. “No lo puedo evitar, hago decenas y decenas de canciones, me surgen miles de ideas en el cerebro y no puedo acallarlas. Al

¤ Grimes tocará en el San Miguel Primavera Sound que se celebrará los próximos 30/31 de mayo y 1/2/3 de junio en el Fòrum (Barcelona).


036/037

retrospectiva Tindersticks

TINDERSTICKS MIRANDO HACIA ATRÁS SIN IRA

El noveno LP de las huestes de Stuart Staples les muestra cada vez más afianzados, cada día más recuperados del quebranto que supuso la desmembración de la formación original. Su tercer LP desde la reunificación es intenso, vibrante y, por momentos, estridente, tensando a tope la cuerda de la emoción (y la del falsete). Pero aprovechamos la charla con Stuart para revisar toda su carrera, un ejemplo de coherencia sin renunciar a la diversidad ni a la experimentación.

Texto Foto

Half Nelson Christophe Agou

S

iento una emoción especial cuando descuelgo el teléfono y reconozco la siempre cálida voz de Stuart Staples al final del hilo. Son muchos años de compañía, muchos discos, muchos conciertos y muchas críticas, pero ninguna entrevista. Perdonen si hoy saco la vena fan, prometo no volver a hacerlo. Para mi la excusa de esta conversación es el noveno disco en estudio de los de Nottingham “The something rain” (Lucky Dog / Coop, 12), el mejor y más convincente esfuerzo desde su retorno discográfico en 2008 tras cinco años de distanciamiento y refundación. El objetivo es obtener una entrevista no sólo retrospectiva sino también acerca de las influencias y el proceso compositivo de Tindersticks, algo que vaya más allá de la simple promoción de su último LP, pero primero hay que allanar el camino…

no sólo las canciones, sino también lo que significan todos ellos en mi vida. En los dos primeros álbumes —los míticos gemelos homónimos “Tindersticks” (This Way Up, 93) y “Tindersticks” (This Way Up, 95)— disfrutamos muchísimo mientras los hacíamos, estábamos juntos, todos empujando en la misma dirección y disfrutando de los resultados obtenidos por el trabajo conjunto. Creo que hemos recuperado mucho de eso en “The something rain”, pero en lugar de seis tíos con veinte años ahora somos cinco tíos (aunque ya sólo tres de los originales) con cuarenta (risas), por lo que la alegría es diferente. Aunque sigo creyendo que esa comunión entre personas diferentes para crear una canción es uno de los estados más elevados.

¿Qué significa un título como “The something rain”? Pusimos ese título tan ambiguo para que los oyentes sacaran sus propias conclusiones, así que si le digo a la prensa cuáles son las nuestras el truco no va a funcionar (risas). Cuando creas algo siempre vas más allá de lo que inicialmente pretendías, siempre hay aspectos ocultos que se te escapan, digamos que hablamos de la lluvia y de que hay algo más allá…

Así, ¿podrías resumir tus sentimientos hacia cada uno de los LPs? El primer disco se hizo en tal estado mental… la música era nuestra vía de escape desde hacía más de diez años en aquel momento —hay que recordar que Staples formó su primera banda, Asphalt Ribbons, en 1987 y que a ella se fueron añadiendo la primera formación de Tindersticks una vez reubicados en Londres en 1991: a los ya citados hay que añadir a Dickon Hinchliffe (guitarra, violín, voces), Al Macaulay (batería) y Mark Colwill (bajo)—. El primer disco fue crear todo lo que habíamos soñado, todo cobraba sentido en aquel momento. Recuerdo que estábamos maravillados, con una gran confianza. Además, todo había salido bien y la gente estaba escuchando nuestra música por primera vez (risas). Eso nos llevó a enfocar el segundo disco de una manera totalmente diferente, pero usando el mismo tipo de líneas de escritura semiinconsciente, automática. En cambio, el tercer disco, “Curtains” (This Way Up, 97), fue como un despertar a la realidad. Nos dimos cuenta de que la música ya no era nuestro escape sino nuestro trabajo. La industria nos había acorralado (risas), se había sentado frente a nosotros y nos había dicho ‘esta es la realidad, bienvenidos’. Eso tuvo efectos buenos y malos en el disco, pero es uno de mis discos favoritos, aunque sé que a la gente no le gusta (risas). Luego hicimos “Simple pleasure” (Island, 99) que es un disco bastante brutal (risas), que sorprendió mucho a nuestra audiencia. Honestamente creo que si hemos llegado hasta aquí, si llevamos tanto tiempo haciendo música es porque en un momento determinado fuimos capaces de romper con todo y volver a empezar. Por supuesto, no fue fácil, sobre todo para algunos miembros de la banda. En ese estado llegamos a “Can our love…” (Beggars Banquet, 01) y “Waiting for the Moon” (Beggars Banquet, 03), en los que hay muchos momentos especiales y, posiblemente, algunas de nuestras mejores canciones, de nuestra mejor música, pero entre nosotros algo se había perdido. Ese ‘pegamento creativo’ que sacó lo mejor de nosotros en los primeros trabajos, ya no existía. Esa ‘hermandad’ se había ido, así que cuando acabó la gira de “Waiting…” era obvio que teníamos que darnos algo de espacio entre nosotros para poder volver a trabajar juntos. Estuvimos cuatro años separados hasta que Neil y David me animaron a hacer algo. Para mi fue como un ‘OK, vamos a probar un fin de semana y a ver qué pasa’. Fue bien, así que seguimos haciendo cosas. Han pasado cinco años y todavía está creciendo así que creo que durará mucho tiempo. El siguiente fue “The hungry saw” (Beggars Banquet, 08)¸ del que estoy muy orgulloso, pero está claro que cuando lo acabamos aún éramos demasiado conscientes del peso del pasado, de los discos anteriores. Tenía un pie en el pasado y otro en lo que estaba por venir. “Falling down a mountain” (4AD, 10) fue hecho

Mi conclusión es que la lluvia representa lo inevitable, todo aquello que debemos afrontar para seguir adelante, la vida en definitiva. Creo que hay algo de eso. “Slippin’ shoes” habla de seguir bailando cuando todo a tu alrededor te dice que pares de bailar. En la hoja de prensa hay una nota que dedica el disco a “la memoria de las personas que hemos perdido en estos últimos dos años, pero no estamos de humor para ser sensibleros”. Al principio, vuestras canciones se centraban más en el concepto romántico del amor y el desamor y ahora parecen incluir un abanico más amplio. Hay pocas opciones a la hora de escribir una canción. Las canciones vienen a buscarte y no es uno mismo quien decide ‘voy a escribir una canción sobre esto o sobre aquello’. Wso está muy conectado con tu subconsciente que, por supuesto, se adapta a tu propia vida. La pérdida de seres queridos, de tus contemporáneos plantea tantas preguntas… No es sólo una sensación de rabia, si no que también te preguntas por tu propia mortalidad. Pero la esencia de ese texto es que esas pérdidas nos inspiraron para apreciar mejor el hecho de que estamos aquí, de que hacemos música y que la música es algo feliz en si misma; decidimos que debíamos ‘estrujar’ el hecho de seguir vivos haciendo música (risas). Así que han cambiado los intereses, los temas de vuestras canciones… ¡¡Así lo espero!! (risas) Es inevitable que las diferentes experiencias te cambien. Escribir canciones ha sido para mi una manera de entender las cosas. No ha sido el motivo principal, pero a lo largo de los años he visto que me era útil emplear tiempo en meditar las cosas, en comprenderlas mejor. Creo que me ha servido como persona y también como compositor. ¿Qué impresión tienes ahora de vuestros anteriores discos? ¿Los escuchas alguna vez? Los escucho muy poco, pero están muy presentes en mi mente. Es difícil no fijarse en las imperfecciones, en las cosas que podías haber cambiado. Por otro lado, son el punto de apoyo principal para seguir avanzando. Recuerdo muy bien


casi con el único propósito de liberar toda la energía acumulada. Decidimos deliberadamente ignorar todo (risas), sólo queríamos plasmar lo inmediato y llevar las canciones en todas las direcciones posibles. Es lo que la gente llama un ‘álbum de transición’ (risas) y eso no suele ser bueno, aunque nos liberó de todo lo anterior y nos dio más libertad para hacer “The something rain”. Por ejemplo, todos los instrumentos son nuevos, no queríamos que nada sonara como los discos anteriores, que todo fuera fresco. Aunque costó un año, siempre tuvimos un sentimiento de frescura. Me sorprende que tengas tan poca consideración por “Can our love…”. Es mi favorito después de los dos primeros. Es muy especial la manera que tu voz y la de Dickon se complementan… A mi también me lo parece, fue muy especial y lo hecho mucho de menos. Al hablar del disco, no me refiero tanto a los diferentes elementos, sino a la sensación de conjunto. Quizás una única cosa que esté ligeramente mal puede convertir el disco en débil. Creo que a ese disco le falta una canción y sé qué canción es (risas). Siempre pienso en las canciones que cantamos juntos en ese disco y en “Trouble every day” —la banda sonora de ese mismo 2001 para la película de Claire Denis en la que fue la segunda de una larga serie de colaboraciones que se han recopilado en la caja “Claire Denis Film Scores 19962009” (Constellation, 11)—.

Otro aspecto que me gustaría que comentaras son las colaboraciones con voces femeninas: con Isabella Rossellini en “A marriage made in heaven” (Rough Trade Single Club, 93); con Carla Torgerson de The Walkabouts en “Travelling light” (This Way Up, 15); y con Lhasa de Sela en “Sometimes it hurts” (Beggars Banquet, 03)… No me parecen elecciones al azar… Efectivamente, no es la típica colaboración con la primera persona famosa que te encuentras por el pasillo del estudio… Cada canción exige su voz y hay algunas que, ya desde el inicio, sabes que necesitan una determinada voz femenina. Esas colaboraciones son unas de las cosas más difíciles de nuestra música, tanto que cuando veo que una canción va ser un dúo me digo ‘no, otra vez no’ (risas). En primer lugar, porque es pedirle a alguien que penetre en nuestro mundo y eso no es fácil. Con Carla lo tuve muy claro desde el principio… Lhasa era tan especial… sé que mucha gente la consideraba rara o excéntrica, pero para mi era tan fácil entenderme a nivel muy profundo. La echo mucho de menos como amiga y como inspiración. ¿Y hay alguna colaboración soñada que todavía no hayas realizado? Soy un gran fan de Dolly Parton… algún día cantaré con Dolly Parton (risas). * Tindersticks tocará los próximos 20 (Casino de l’Aliança, BCN), 21 y 22 (Son Estrella Galicia@Teatro Lara, Madrid), 23 (Teatro Victoria, Donostia) y 24 de marzo (La Laboral, Gijón).


038/039

sello del mes Erased Tapes / Ólafur Arnaids

ERASED TAPES COSAS BONITAS

Cinco años han bastado para que el sello alemán Erased Tapes se consolide como una de las mejores plataformas en ese pequeño nicho de la música neoclásica con desviaciones hacia la electrónica; un no-género demasiado amplio, que ellos denominan “cinematic pop music”. Un lapso de tiempo en el que no ha cesado de crecer, gracias a una política que mima en extremo al oyente: discos hermosos por dentro y por fuera, y un catálogo en el que conviven grandes descubrimientos propios (Ólafur Arnalds, Rival Consoles, The British Expeditionary Force, Codes In The Clouds) con fichajes tan acertados como los de Peter Broderick, Nils Frahm o A Winged Victory For The Sullen. Texto Foto

Vidal Romero Alexander Schneider

A

l otro lado del teléfono, Robert Raths confiesa que “haber crecido en una casa en medio del campo” influyó mucho en su manera de ser. “Mis padres trabajaban en el mundo del arte, y además amaban la música, así que en mi casa había centenares de discos. Por un lado los de mi madre, más orientados al pop, cosas como The Beatles o The Kinks, y la colección de jazz, soul y música clásica de mi padre”. Cuenta también Raths que sus juguetes más preciados eran “los vinilos y los libros de arte que había en la casa. Les dediqué muchísimas tardes durante mi adolescencia”, así que no resulta extraño que intentara seguir una carrera en alguna de esas disciplinas. “Intenté tocar en varias bandas, pero no duré mucho en ninguna. No me gusta tener que ensayar, salir de gira y esas cosas que lleva aparejadas la música; sólo me interesa el momento de la creación”, así que terminó por matricularse en la escuela de arquitectura, “y como pasaba 18 horas diarias estudiando, y las materias a las que me dedicaba eran complejas, fui buscando músicas con una complejidad cada vez mayor, y terminé por descubrir los discos de Arvo Part, John Cage o Keith Jarret. Todas esas cosas que estaban en casa de mi padre, y que de repente cobraban sentido”. Cuando terminó la carrera, comenzó “a trabajar para la televisión diseñando escenografías. Hacía cosas para programas musicales en los que participaban estrellas como Britney Spears, pero había tanta gente opinando y tomando decisiones que tuve que dejarlo, asqueado de la industria musical”. De hecho, Erased Tapes nació como una manera “de ayudar a artistas que me gustaban al margen de esa industria”. No tenía vocación de continuidad, sino de aventura puntual, y de hecho “a mí me preocupaban más los aspectos artísticos que los económicos. Sólo fui realmente consciente de que tenía un sello una noche en la que hacíamos un concierto con varios grupos y llamaron de una revista que quería cubrir la ‘noche del sello’. “De repente”, se ríe, “me di cuenta de que había estado trabajando como una bestia para publicar tres discos en un mismo mes”.

Una de las características de Erased Tapes es que nunca ha querido funcionar “como un sello convencional. Hay cosas que nunca he entendido, como por ejemplo por qué los compactos en caja de plástico son tan feos. Si la música está cuidada se merece algo mejor; por eso nosotros le dedicamos tanto esfuerzo al diseño y a las ediciones”. Por otro lado, Raths confiesa que nunca ha escuchado discos “porque pertenecieran a tal o cual sello. Símplemente, cogía algo de la estantería de casa”. Y aunque hay sellos como Warp o ECM, que le interesan “porque mantienen una visión limpia y reconocible del diseño artístico, el único del que puedo reconocer influencias es Tomlab. Tom Steinle vive en mi ciudad natal y admiro cómo hace su trabajo, ese aire tan familiar que transmite”, y que constituye el ideal de Raths. “Es lo que me gustaría”, reconoce, “construir algo parecido a un colectivo, en el que la gente quiera trabajar en equipo. Y no sólo músicos, también diseñadores, fotógrafos, directores de cine”. En cuanto a la línea editorial del sello, Raths aclara que “siempre he publicado discos que a mí me hubiera gustado escribir, así que la evolución del sello tiene mucho que ver con mi propia evolución como oyente y como músico. De hecho, sigo teniendo mis propios proyectos musicales, pero todavía no he encontrado la gente apropiada para sacarlos adelante”. Y por supuesto, “no ayuda que no quiera involucrarme en giras ni tener una vida de músico”. Eso sí, su (de momento frustrada) vocación le ha servido para crecer como persona. “Una vez invité al estudio a unos chicos para añadir cuerdas a unas composiciones en las que había estado trabajando, y terminé descubriendo que me gustaba más el resultado si eliminaba el resto de los instrumentos y dejaba las cuerdas en primer plano. Fue así como descubrí que una de las cosas que más me gustan son los temas en los que se mezclan las cuerdas y la música electrónica. En realidad”, matiza tras una pausa, “los discos que más me interesan son aquellos en los que chocan dos mundos: la electrónica y la música clásica o el rock con la electrónica. Y esa es una de mis ambiciones con Erased Tapes, juntar a gente de distintos ámbitos”.


ÓLAFUR ARNALDS LA INTIMIDAD ERA ESTO De todos los artistas de Erased Tapes, Ólafur Arnalds es posiblemente el que mejor define la esencia del sello. Su música es una de esas mezclas entre mundos distintos que tanto le interesan a su jefe; una colisión entre registros neoclásicos y herramientas electrónicas, que siempre tiende hacia la melancolía y el paisajismo. Estos días publica dos discos muy distintos: una banda sonora, “Another happy day (O.S.T.)”, y un disco construido a partir de improvisaciones, “Living room songs”. Una excusa perfecta para mantener una charla. Texto Foto

Vidal Romero Lisa Roze

T

al y como sugiere su música, el islandés Ólafur Arnalds es un chico extremadamente tímido. Cuesta trabajo arrancarle respuestas largas o imbricarlo en una conversación animada, y tiende a recurrir al silencio cuando nota que su inglés no es lo suficientemente bueno como para acompañarle. Aún así, nos enteramos de que a pesar de la música que escribe, su formación no es particularmente exquisita, al menos para los estándares de su país (que, no nos engañemos, son infinitamente superiores a los nuestros). “Mis primeros pasos en la música fueron los de cualquier chico normal”, explica, “con las clases de música en la escuela”. Al principio, ni siquiera estaba interesado en la música (ejem) culta, “un término que no me gusta nada, por cierto”, sino que prefería dedicarse al pop con sus amigos del colegio, pero “en la adolescencia descubrí las bandas sonoras y comencé a meterme de lleno en la música para películas. Esa fue mi puerta de entrada hacia la música clásica, y lo que espoleó mi interés por intentar hacer algo parecido yo mismo”. El primer disco que grabó, “Eulogy for evolution” (07), le sirvió como campo de pruebas para buscar un sonido propio. “Era la primera vez que intentaba trabajar en una onda cercana a la música clásica, así que aprendí sobre la marcha, mientras desarrollaba las ideas que tenía para el disco”. Y es que, de paso, también aprendió que en su música debían existir líneas maestras, que un disco es mucho más que una sucesión de temas bien engarzados. “Como indica el título, se trataba de un disco conceptual, que hablaba de mí mismo y de la evolución que sentí como músico y como persona mientras daba forma a todas esas piezas”. Unas piezas que, marca de la casa, mezclan pianos, cuerdas y arreglos electrónicos. “Que el piano sea el protagonista no fue ningún tipo de elección”, aclara, “es que se trata de mi instrumento favorito, el que aprendí a tocar cuando niño y el que mejor me sirve para expresarme”. Respecto a las cuerdas, “bueno, en la música clásica tienen mucha importancia. Sobre todo en la música hecha para películas, que es la que más me interesa”. No en vano, reconoce que varios de sus discos “pueden funcionar perfectamente como bandas sonoras imaginarias”. Y en todo ese cuadro, la electrónica aporta la sensación de libertad. “Es el elemento que permite crear texturas imposibles, el que te permite dejar de lado los instrumentos tradicionales y fabricar tú mismo lo que necesites”. Media docena de discos y EPs más tarde, su manera de enfrentarse a la com-

posición no ha cambiado. “Sigo creciendo en cada grabación”, aclara, “aunque posiblemente el mayor salto lo di con ‘And they have escaped the weight of darkness’ (10). Ahí trabajé para conseguir un sonido más grande y cuidado, en el que la electrónica tenía menos peso. Y el resultado final transmite algo parecido a la esperanza, una sensación que me parece difícil de conseguir”. Algo que también está presente en su último trabajo, “Another happy day (BSO)” (Erased Tapes, 12), la banda sonora para la primera película del actor Sam Levinson, un sueño hecho realidad, y la culminación, por el momento, de sus habilidades como compositor. Y eso a pesar de que no siempre trabaja con el pentagrama por delante. “Hay cosas que sólo pueden salir adelante si se planean bien, si eres capaz de sentarte y desarrollar una idea de manera meticulosa”, aclara, “pero también me gusta sentarme a improvisar, que las ideas vengan a mí de una manera inesperada. Aunque después suela ser necesario sentarse a refinarlas un poco”. Es el caso de “Living room songs” (Erased Tapes, 11), un disco en el que Arnalds grabó las canciones improvisando en su estudio, pero a cara descubierta, con una cámara que filmaba todo el proceso y lo retransmitía por internet. “Quería regalar mi música a los oyentes”, explica, “pero quería hacerlo de una forma especial, invitándoles a entrar en mi casa y a ver cómo trabajo”, una manera de añadir intimidad al proceso, que se nota perfectamente en el resultado final. Antes de despedirnos le pregunto por Kiasmo, aquel proyecto de cortísimo recorrido que montó junto a su compatriota Janus Rasmussen, y que apenas dejó en herencia un maxi compartido con Rival Consoles. “Llevamos algún tiempo trabajando en un álbum y lo tenemos casi terminado”, me responde para mi sorpresa, “imagino que saldrá a lo largo de este año”. Aprovecho para preguntarle por la música de club y me cuenta que es “un tipo de música que me interesa mucho. Claro que nuestra intención con el disco de Kiasmos es llevar el concepto bastante más lejos. La mezcla entre distintos géneros es mucho más acusada, hay techno, por supuesto, pero también hay muchas cuerdas y pianos, y nuestra particular visión del ambient. Pero no te preocupes, será un disco muy bailable. Y también muy triste”. ¤ Ólafur Arnalds tocará los próximos 11 (Apolo@BCN) y 12 de marzo (Teatro Lara, Madrid).


040/041

go series 88 Erased Tapes

88 go series Erased Tapes Este CD promocional se vende exclusivamente con el número #129 de GO MAG disponible en quioscos de toda España.

Texto

01

07

Oliveray “Harmonics” Se nota que Peter Broderick y Nils Frahm son amigos muy cercanos (el primero hasta le escribió una canción al segundo en su disco “How they are”) por la intimidad que consiguen atrapar en las canciones de “Wonders” (11), el debut de su proyecto a medias, Oliveray. “Harmonics”, con sus arpegios de guitarra y sus tímidas notas de piano acariciándose, con las percusiones manuales y las voces de ambos entrelazadas a la busca de un clímax, es un perfecto ejemplo.

08

Peter Broderick “The last Christmas” De sus muchos proyectos y discos, Peter Broderick publica en Erased Tapes las bandas sonoras que escribe para documentales y para compañías de danza. Son sus trabajos más orquestados y sensibles, esos en los que saca a relucir los más delicados de sus recursos, como demuestra la preciosa “The last Christmas”, una miniatura arrancada al reciente “Music for confluence” (11), en la que conviven varias líneas de piano preñadas de tristeza y una fina capa de sintetizador.

09

Codes In The Clouds “Washington” Es posible que no se necesiten más bandas de post-rock en este mundo, pero mientras sean tan elegantes como Codes In The Clouds se puede hacer la vista gorda. Al menos, eso es lo que sugiere “Washington”, un corte en el que conviven todos los tópicos del género (ritmos de batería épicos, contraste entre calma y ruido, crescendos continuos, diálogos entre las guitarras de aire progresivo) pero que, como todo en el segundo disco de la banda, “As the spirit wanes” (11), engancha.

10

The British Expeditionary Force “Where you go I will follow” El título de su segundo disco, “Chapter two: konstellation neu” (12), ya deja bastante claro por dónde van los tiros de The British Expeditionary Force: por un post-rock emocional, que pone el acento en las texturas y no esconde su gusto por el krautrock. Y eso que la pegadiza “Where you go I will follow”, posiblemente el momento más descaradamente pop del disco, no demuestra todo el potencial que este dúo (ejem) inglés atesora.

11

Ólafur Arnalds “Lag fyrir ömmu” Como ya habrán leído en el artículo de la página anterior, el penúltimo de los discos de Ólafur Arnalds, “Living room songs” (11), parte de un experimento en el que el islandés compuso, durante una semana, una canción diaria mientras retransmitía todo el proceso por internet. “Lag fyrir ömmu” es una de esas piezas, pero escuchando la delicadeza con la que se desarrolla la frágil línea de piano, la facilidad con la que entran las cuerdas, parece que llevara toda la vida escrita.

Vidal Romero

A Winged Victory For The Sullen “Requiem for the static king part one” Masas de cuerdas que se desperezan delante mismo del oyente, pianos atmosféricos y una extraña luminosidad que desdibuja los bordes de todos los instrumentos. Nada mejor para arrancar un paseo por el catálogo de Erased Tapes que uno de los temas del homónimo debut de A Winged Victory For The Sullen, ese (ejem) superproyecto de ambient neoclásico en el que se dan la mano Dustin O’Halloran y Adam Wiltzie, de Stars Of The Lid. La felicidad es algo inerte.

02

Ólafur Arnalds “Poland” Uno de los niños mimados de la casa en su versión más desnuda: apenas un piano enredado en una escala de tintes impresionistas, que poco a poco va desvaneciéndose, mientras entra en escena un violín tristísimo. Uno de los momentos más delicados de “Another happy day” (12), la primera de las bandas sonoras (porque es tan buena que sospechamos que no será la última) que el pequeño islandés publica.

03

Nils Frahm “Familiar” Unas desvalidas notas de piano van cogiendo fuerza entre crujidos y grabaciones de fondo hasta que, de repente, empieza a sonar una cajita de música y los acordes comienzan a encajar. A partir de ahí, sólo queda sumergirse en el interior de una pieza cinemática y altamente emocional. Una gema que brilla con especial fulgor dentro del inacabable tesoro que es “Felt” (11), último disco hasta la fecha de este geniecillo alemán.

04

Nils Frahm & Anne Müller “7fingers” Nils Frahm abandona su espacio más natural (el que está justo delante de las teclas del piano) y se inventa unos titilantes fondos electrónicos, llenos de campanitas y percusiones ligeramente obsesivas (un poco a lo Four Tet, para entendernos), con los que acompañar las varias capas de chelo que aporta la también alemana Anne Müller. Y el resultado son piezas como ésta, extraída de su único disco hasta la fecha, “7fingers” (10), de altísimo contenido emocional.

05

Rival Consoles “Kid Velo” Uno de los primeros fichajes del sello, Rival Consoles, y también uno de los más inesperados, en tanto que lo suyo no es la neoclásica, sino esa electrónica que mira hacia horizontes experimentales pero se resiste a despegar los pies de la pista del club. El corte incluido aquí, que también da título a su brillante segundo disco, “Kid Velo” (11), mezcla contundencia rítmica, sintetizadores distorsionados, bajos gordos y algunas gotas de IDM con resultados infecciosos.

12

Nils Frahm “For” Una muestra más de la capacidad de Nils Frahm para transitar por múltiples territorios es “Juno” (11), un siete pulgadas con dos piezas bosquejadas “una noche de 2010, cuando Peter Broderick, que adora el sonido del sintetizador Juno, me pidió que improvisara algo”. Y una de esas improvisaciones es “For”, una pieza con aires expresionistas a la que los sonidos del sintetizador y ciertos ruidos que se cuelan en el fondo le aportan una cálida extrañeza robótica.

06

World’s End Girlfriend “Teen age Ziggy” El momento más colorista del disco llega de mano de World’s End Girlfriend, un señor japonés que no tiene prejuicios a la hora de mezclar estilos (j-pop, IDM, prog-rock y cualquier otra locura) en el interior de canciones que parecen pequeños Frankensteins. “Teen age Ziggy”, un babel de ritmos alocados, orquestaciones hechas con midi, punteos de guitarra sintetizados y arreglos premeditadamente horteras, es una buena muestra de todos los excesos que esconde “Seven idiots” (10).

13

Kiasmos “65” Que Ólafur Arnalds tenga un proyecto paralelo en el que se dedica a la música de baile tiene mucho que ver con su compañero en Kiasmos, el también islandés (y cantante de Bloodgroup) Janus Rasmussen, que es el que se ocupa de diseñar unos esqueletos rítmicos que beben del techno y del disco de los noventa. Luego Arnalds añade melodías, arreglos y delirios digitales, y les salen cosas tan brillantes (y gélidas) como “65”. En breve sacan nuevo disco, así que vayan sacando lustre a las zapatillas.


Nueva entrega GO SERIES_ABRIL 2012

BEST 2011 L.E.V. Festival 2012 Portercerañoconsecutivo,GoMaguneesfuerzosconelLaboratorio deElectrónicaAudiovisualdedicándoleunespecialyunGoSeriesen el mes de abril. La sexta edición del L.E.V. (www.levfestival.com) se celebrará los próximos 27 y 28 de abril en el ya clásico recinto de La Laboral,Ciudadde CulturadeGijón. EnestenuevoGo Seriespodrás encontraraalgunosartistasqueactúanenelfestivalcomoPrefuse73, MikaVainio,Soap&Skin,HolyOther,Anstam,OldApparatus,Fasenuova y muchos más.

¡Síguenos en Facebook! Entra en www.facebook.com/gomagspain. Podrás añadirte a nuestra lista de amigos, ver la portada y contenidos de cada número, seguir la actualidad musical, participar en concursos, invitaciones a fiestas y mucho más. También estamos en twitter (twitter.com/gomagspain).

10 A los 5 primeros suscriptores de este mes se les obsequiará con un CD del primer trabajo de JohnTalabot, “ƒin”, cortesía de Permanent Vacation.

Ahora tambiénpuedeshacerlo a través de nuestra web: www.go-mag.com


042/043

discos

La selección Jäger

discos WhoMadeWho “Brighter”

Disfruta de un consumo responsable 35o

KOMPAKT

Release The Beast sus nuevos temas que, con sucesivas escuchas, no desaparecerán de tu cabeza ni con espátula. Administrar solamente en modo loop. Alberto Vidal

Alex Under “La máquina de bolas” SOMA

Minimal techno. Uno de los productores nacionales por excelencia, Alex Under, vuelve a la carga con segundo largo bajo el brazo (lejos queda aquel gran “Dispositivos de mi granja” publicado en Trapez hace la friolera de siete años, justo cuando el minimal techno era un concepto trendy). Con “La máquina de bolas” —publicado en el escocés Soma, ojo al dato— el madrileño cimenta su sonido bajo el prisma del techno minimalista, con su inseparable lenguaje rítmico cíclico. De hecho, Under ya demostró parte de sus cartas de la baraja en el excelente recién EP “El alma del tiempo” también vía Soma. Como el maestro Richie Hawtin bajo el alías Plastikman, Alex Under tiene el don de dar con la tecla a la hora de componer piezas minimalistas gracias al abanico de inteligentes recursos utilizados: uso sutil del subgrave para marcar el ritmo (“Bola4”), el bombo cómo engranaje engrasado de un temazo que no para de crecer (“Bola6”), o bien escoger una obsesiva línea de sinte hipnótico en modo loop (“Bola5”). Las virtudes de este álbum conceptual —las bolas están en todos los nombres de los 8 cortes— recompensan siempre la perseverancia del autor en cada uno de

Disco. Tercer disco de WhoMadeWho y siguen siendo una de las propuestas más interesantes en lo que a música bailable se refiere. Dicho esto, lo que ahora todo el mundo quiere saber es, ¿consiguen mantener el altísimo listón impuesto en el fantástico primer tema y single adelanto “Inside world”? Y la respuesta es, más o menos. Hay que ser muy valiente para empezar un disco con un temón de semejante altura, con ese bajo cabalgando inexorablemente hacia una melodía vocal ultrapegadiza que alcanza su punto álgido en un estribillo imposible de no tararear. Un himno absoluto. “Inside world” es tan buena, tan buen rollera, tan mueveculetes, que uno le perdona que las capas de sinte del estribillo sean una copia prácticamente exacta de las de aquel famoso Thin Duke remix del “Four to the floor” de Starsailor que lo petó allá en 2004. Y es que si se le puede achacar algo a este “Brighter” es que se llega a nutrir en exceso de las sonoridades de la época que vio nacer a la banda y de estilos tan en boga por aquel entonces como el dance-rock. Sin perjuicio para su frescura global, este trabajo contiene algunos temas que encajarían mejor a mediados de los dos mil que en esta nueva década. Es el caso de “The sun”, algo parecido a una interpretación del glam o del electroclash por parte del trío que está muy bien, pero que uno tiene la sensación de haber bailado ya cientos de noches en Razzmatazz.

Por suerte, estos momentos son los menos y el combo consigue sorprendernos con ases escondidos como esa aparentemente inocua “Never had the time”, que empieza con un sintetizador que parece puro trasfondo ambiental para la melodía vocal y que acaba convirtiéndose en la base de un trallazo electrohouse, para luego desembocar en una outro electro de 6 de la mañana. Un electro del que también podemos encontrar ciertas huellas en los sintetizadores de la oscura, obsesiva y discotequera “The divorce”. Porque, no se engañen, aunque por ahí los definan con la perezosa etiqueta de indie-rock, lo que a estos escandinavos les va es la música disco, el housete y en general todo impulso sónico que pueda inducir al perreo a las tantas de la madrugada. Un tanto curioso teniendo en cuenta que sus componentes provienen de escenas tan alejadas de la oscuridad de los clubs nocturnos como puedan ser el jazz de vanguardia y el rock de toda la vida. Pero así es, y WhoMadeWho amasan en estos once temas el italo, la música disco, el dance-rock, el house y lejanas influencias cósmicas hasta obtener una masa uniforme que Tomas Hoffding salpica a voluntad con su moldeable voz en perpetuo falsete. Un disco notable en el que, no obstante, la crema se queda en los dos primeros temas: el mencionado “Inside world” y el genial y muy rapturesco “Running man”. Virginia Arroyo

la titular “Third mouth”, una joya capaz de condensar toda la historia del folk ácido hecho en Inglaterra en el corto espacio de tres minutos. Vidal Romero

de a Lisa Stansfield. Al final, en “Let me in” juega a ser una Lana Del Rey electrónica (con un deje Chrissie Hynde) y acierta (casi) de pleno. Half Nelson

Alexander Tucker “Third mouth”

Bright Moments “Natives”

THRILL JOCKEY / ¡POP STOCK!

LUAKA BOP / COOP

Psicodelia. Hay algo único en la música de Alexander Tucker, y es su capacidad para cambiar de registro (de registro, de género, incluso de espíritu) de una manera tan abrupta como natural: puede ser que una canción comience en plan pastoral, con guitarras rasgueadas, masas corales punteando los momentos álgidos y cuerdas añadiendo un fondo emocionante al invento, y que en un sólo instante se deje caer en una violenta piscina de drones y loops, como sucede en “Mullioned view”. O puede ser que comience como “Window sill”, conjurando el espíritu del Syd Barret más críptico, apenas con una guitarra y la voz cargada de reverb, para terminar enredado en un ambient repleto de campanitas y sonidos acuáticos. Y es que para este cantautor inglés la psicodelia es un campo de juegos en el que cualquier cosa es posible y nada es predecible; un campo al que hay que salir a jugar con inocencia y a corazón abierto. Y qué mejor ejemplo de esa actitud que su sexto disco, el estupendo “Third mouth”, que incluye esos caprichos comentados más arriba, pero también piezas bañadas en una extraña y absorbente espiritualidad, como “Andromeon” o “Rh” (el tipo de canción que hizo grande a Spiritualized, para entendernos), delirios con aire de cabaret (“Amon hen”), perfectas miniaturas pop (“Sitting in a bardo pond”), y sobre todo piezas como

Pop. Imaginen por un momento una tierra prometida enclavada justo en el medio del trayecto que va de Arcade Fire a Beirut. La metáfora no es gratuita: Bright Moments es Kelly Pratt y Kelly Pratt es el encargado de los metales en Beirut y Arcade Fire (entre muchas otras bandas). Trompetas, trompas y trombones, combinados con pianos, muy en la línea de la banda de Zach Condon, nos dan la bienvenida a “Natives” en una preciosa “Tourists”, para luego adentrarnos en un “Milwaukee protocol” que guarda cierto parecido rítmico con “Santa Fe”. Después el álbum vira hacia territorios synth-poperos con “Behind the gun” y vuelve sobre sus pasos en el trecho que va del interludio I al interludio II, donde se lanza con unas melodías dignas del mismísimo Win Butler sin perder, eso sí, su toque personal. Tras este pasaje vuelve el espíritu beirutesco con la que es probablemente la canción más festiva del LP, “Travelers”. Poco trecho del camino queda ya, es momento de mostrarnos su faceta más intimista, con poco más que un ukelele en la muy bonita “Lightning”. Hemos llegado a nuestro destino, un puerto donde Kelly se sube a un barco y nos despide agitando un pañuelo a lo lejos y silbando el estribillo de “The sailor”. Buen viaje, vuelve pronto, ya te estamos echando de menos. Virginia Arroyo

Class Actress “Rapprocher” CARPARK / GREEN UFOS

Synth-pop. Class Actress son un trío afincado en Brooklyn que se articula en torno a la voz de Elisabeth Harper, antigua estudiante de interpretación en Los Angeles. Harper se trasladó a Nueva York tras escuchar las remezclas que Mark Richardson hizo de algunas de sus canciones originalmente en clave indie-rock y sin duda hizo un buen negocio. Tras publicar un par de EPs en Terrible, el sello del Grizzly Bear Chris Taylor, debutan con “Rapprocher” nada menos que en Carpark, aunque sus planteamientos estén alejados del experimentalismo del que antaño hizo gala el sello. Lo de Class Actress es un synth-pop sofisticado y retro (“Need to know” tiene el poso melódico de “Tainted love”; los primeros Depeche Mode asoman la cabeza en más de una ocasión…), pero más que bien resuelto (las iniciales “Keep you” y “Love me like you used to” presagian un álbum tremendo) pese a que la voz de la Harper no sea ningún prodigio, por mucho que en ocasiones recuer-


The Dirty Three “Towards the low sun” BELLA UNION / COOP

Casiokids “Aabenbaringen over aaskammen” MOSHI MOSHI / COOP

Synth-pop. Tercer álbum del cuarteto de Bergen y las cosas no han cambiado mucho por sus lares. “Aabenbaringen over aaskammen” (memoricen bien ese nombre porque es la última vez que lo escribo) es un álbum de indie-pop fresquito, muy nórdico en su intensidad y con predominancia absoluta del sintetizador por encima de todo lo demás. Vamos, que pese a que el título signifique algo así como “La revelación sobre la montaña”, poca iluminación vital les va a aportar este disco. Con todo, el trabajo contiene temas destacables, como por ejemplo el single “Det haster!”, la luminosa y casi tropical “Olympiske leker”, la sorprendentemente groovy “Dr. Tarzan Monsoon” o la deliciosamente ultraochentera “Elefantenes hemmelige gravplass”. De estos títulos habrán deducido (bravo por ustedes) que el combo se aferra a su idioma natal, por eso resulta curioso que reserve el inglés para el trallazo del álbum, “Golden years”. Finalmente, mención especial al noveno corte, “Kaskaden”, con unos sintes piyuleros para acabar de redondear el guiño. Unos cachondos. Virginia Arroyo Dawes “Nothing Is Wrong” ATO / HOUSTON PARTY

una hilación de ingrávidos himnos punk. En su respiración turbulenta hay aires lisérgicos y revoluciones internas, y se consuma la fascinación frente a un paisaje hecho de trazos de rock, pop y psicodelia. “Feel” es una primera constatación del encanto desmañado del sonido de la banda. “Gigalove” es una verdadera promesa de amor. El alto nervio de un cancionero donde las baterías se contrarrestan con guitarras en corriente, más unos bajos que lo ordenan todo, y coros que mecen la voz que frasea cual Stuart Murdoch o Kim Gordon, en una aventura que nace y muere entre sintetizadores, siempre escalando, siempre escarvando, dan forma un delicioso pellizco ante uma realidad soñada. Los rasgueos y versos de cadencias Sonic Youth de “Dear Bruno”, con esas segundas voces desde el fondo de la habitación y cierta sensación de dolor lisonjero, avivan otro gran alud expresivo y agitador. “We’ll fight them on the peaches” es una batalla callejera a cámara lenta, y el alarde juguetón de “Junior vs death” demuestra que las palabras no son necesarias si se saben sustituir por acertados “oozin ahs”. “Dulce Pájara De Juventud” suena como los mejores días de nuestras vidas, posee el aire introspectivo y arrebatador de las edades tempranas, y también aquellas verdaderas caídas de tensión emocional. Esto ha sido un flechazo. Albert Fernández

Avant rock. Cuenta Warren Ellis, en una entrevista muy reciente, que los siete años que The Dirty Three ha tardado en publicar su noveno disco, “Towards the low sun”, tienen mucho que ver con el bloqueo que él y sus dos compañeros (Mick Turner y Jim White) sufrían cada vez que se ponían a tocar juntos. Que varias veces buscaron fechas en sus complicadas agendas para encerrarse en el local de ensayo a componer temas nuevos, y que en cada ocasión tuvieron que renunciar de manera precipitada porque sentían que habían alcanzado un punto en el que ya no tenían nada que aportar; que apenas conseguían seguir dando vueltas a ideas que ya habían explotado en discos anteriores. Cuenta también que sólo fueron capaces de superar esa situación, que estuvo a punto de terminar con la banda, cuando decidieron embarcarse en una gira y ampliaron sus (habituales) dosis de improvisación hasta límites extremos, lanzados sin red en una búsqueda de nuevos caminos. Traigo todo esto a colación porque, de alguna manera, ese estado de ánimo se ha transmitido hacia la propia construcción de un disco que arranca con los instrumentos en tensión, trazando golpes melódicos azarosos y florituras de free jazz que no parecen llevar a ninguna parte. Es a eso a lo que suenan los dos primeros cortes del disco, “Furnace skies” y “Sometimes I forget you’ve gone”: a músicos que se miran con curiosidad, que se estudian e intentan aco-

plarse, que lanzan ideas al aire en un intento de capturar el esquivo trazo de una melodía. Es sólo con la tercera canción, “Moon on the land”, un precioso ejercicio de aires portuarios, cuando vuelven las aguas a un cauce más o menos reconocible; cuando Ellis consigue arrancar a su violín una melodía de aires clásicos, preñada de melancolía, para que sus dos compañeros construyan a su alrededor un entramado sedoso y acariciante. A partir de ahí, todo el resto de “Towards the low sun” se puede entender como la búsqueda de un espacio entre dos puntos que siempre han sido habituales en la banda: el de la suavidad ambiental y el de la explosión climática, con la gran diferencia, respecto a entregas anteriores, de que en este caso se radicalizan esos extremos. Y así, se alternan estampas que parecen diseñadas en color sepia, que hablan de una visión del folk primitiva y preñada de liricidad, con otras en las que el ruido y el cataclismo campan a sus anchas, disolviendo cualquier atisbo de coherencia en un torbellino de ruido y electricidad estática. Se trata, además, de una búsqueda que no funciona en compartimentos estancos, sino que en los mejores momentos del disco se produce dentro de la misma canción. Canciones que, “Rising below” es un buen ejemplo, comienzan tímidas y casi sensibles, enredadas entre volutas de tristeza, y terminan enzarzadas en una pelea entre instrumentos, los volúmenes y los pedales de distorsión desatados. Lo que viene a confirmar que, como sucede con casi todos los grandes artistas, The Dirty Three sacan lo mejor de sí mismos cuando todo a su alrededor parece desmoronarse y la presión es insostenible. Ahí está la espléndida grandeza de “Towards the low sun”, hijo bastardo de esa mala racha, para demostrarlo. Vidal Romero

El_Txef_A “Slow dancing in a burning room” FIAKUN

Rock. Un servidor tuvo el placer de poder ver en directo al cuarteto californiano, el pasado mes de julio, acompañando a Jonathan Wilson y a Jackson Browne. Durante aquella disfrutada velada de rock americano y folk lisérgico algunas cuestiones quedaron bastante claras en mi cabeza: que la intensidad de sus directos es encomiable —la entrega de su líder (Taylor Goldsmith) en vivo es tan pasional que raya lo redentor—, que su segunda entrega —ésta que nos ocupa aquí— estaría más marcada por la huella de Bruce Springsteen, Tom Petty y el propio Browne (aunque “If I wanted someone” y “My way back home” recuerdan esencialmente a Neil Young), y por último que, aunque parezca demasiado precipitado pronunciarse sobre algo así, Dawes son una banda que disponen de la capacidad para mirar a los ojos, de tú a tú, a cualquiera de sus maestros sin necesidad de titubear. Quizá por esa confianza que el grupo tiene en sí mismo, el disco haya sido grabado en directo, y en cinta analógica de dos pulgadas. Colosal. David Giménez Dulce Pájara De Juventud “Dulce Pájara De Juventud” BCORE

Dark house. Buenas noticias llegan desde el País Vasco. Con solo 26 años a sus espaldas, Aitor Etxebarría, está empezando a hacer ruido. El pasado 2010 tuvo una canción colocada durante varias semanas en el top de ventas de la tienda WhatPeoplePlay. Tras lanzar “She kissed me first” en el sello inglés Hypercolour, Aitor se embarca ahora en su primer LP, un atractivo combinado de house jabonoso, paisajistas pianos cercanos a lo hipnagógico, ritmos misteriosos y vocales oscuras. Por un lado está la cara más bailable “Breath”, “Broken bridges”, “Rise and fall”, que guarda cierto parentesco con el paisano Talabot, y “Save the world”, interesantes piezas todas ellas cercanas al deephouse. Por otro lado, “Feeling idiot”, “Lovely minds” o “Save the world” sacan a relucir interesantes recursos como rasgueos de guitarra, pianos baleáricos y ritmos y melodías menos evidentes. El_Txef_A es otra interesante propuesta de carácter electrónico nacida dentro de nuestras fronteras que tiene que llamar a la puerta de un sello foráneo para recibir cobijo. David G. Balasch Deer Tick “Divine providence” PARTISAN / HOUSTON PARTY

Indie rock. ¿Te ha hecho reír el nombre de esta banda? ¿No le has encontrado la gracia? Lo mismo da, porque Dulce Pájara De Juventud es la verdadera encarnación sonora de esos emocionados desmayos de la pubertad, y suena además con la euforia propia de los primeros días como joven adulto. El bautismo de fuego de esta banda del Baix Llobregat es un encendido despertar vital,

Rock. Quien espere encontrar en la cuarta entrega del quinteto de Rhode Island una continuidad de aquel “The black dirt sessions” se van a llevar una sorpresa del calibre de una patada en el higadillo o un revés en plena mandíbula. No encontrarán aquí rastro de oscuridad balsámica, ni dramatismo melódico. En “Divine providence”

tropezamos de bruces con una actitud más propia de un hipster: suenan irreverentes, provocativos y alcoholizados. Deer Tick eructan doce temas pegadizos intoxicados de rock’n’roll, garaje y punk, y recuerdan por momentos a bandas tan dispares (pero con más de un nexo común) como son Ramones, The Stooges, The Clash, The Rolling Stones e, incluso, The Dandy Warhols. Estamos ante un repertorio que, tras la cortina de humo condensado en el tugurio y las sonoras carcajadas volcadas desde la ebriedad, esconde pinceladas de profundo análisis interior, como en “Chevy Express” o “Clownin around” (“I take cover behind my white face paint / While I battle my bitter father’s ghost”). David Giménez El Petit de Cal Eril “Per què es grillen les patates?” BANKROBBER

Pop. Éste era el nombre de la maqueta que Joan Pons vendía en CDr en los conciertos (tan solo hizo 110 copias), antes de editar sus dos discos en Bankrobber. 2012 verá la reedición de esta necesaria pieza en vinilo, imprescindible para entender el universo musical de una figura tan particular e imprescindible para la música folk catalana. “Per què es grillen les patates?” se muestra juguetón e infantil (“Oh sí! Aussi”, “Rap Juganer”), preciosista y delicioso (“Narinant”, maravillosa), impredecible (“Tornaràs”), con las deudas adecuadas de Pascal Comelade (“No, no, no”)... Un álbum lleno de personalidad, con esas excentricidades tan marca de la casa (el vinilo debe ponerse a 45 RPM durante el tema “Cal Eril”, porque originalmente era más rápido), pero que significó la pre-

sentación, entrañable, cercana y adorable, de un personaje que nos muestra su visión de la vida y la muerte con una honestidad inconmensurable. Jesús Sáez

Felix Kubin “TXRF” IT’S

Electronica. Felix Kubin vuelve a la música a través del sonido. A partir del “TXRF” (siglas en inglés de “Total reflection x-ray flourescence”, un método para realizar mediciones ultraprecisas que el físico Joachim Knoth -curiosamente, el apellido real de Kubin, ¿hay algún parentesco?- perfeccionó para buscar defectos en los chips semiconductores), el experimentalista hamburgués compone, a base de superponer frecuencias, diez temas de puro techno martilleante, sincopado, burbujeante, pero al mismo tiempo frío, certero, como empeñado en desempeñarse con matemática precisión. Los temas basculan entre el electro germánico sin el gen guarrindongo y pelín macarra que le caracteriza (“Total No. 1”), el vídeojuego 8-bit a lo “Space invaders” (“X-Ray No. 8”), el acid descacharrado (“Reflection No. 5”), los puros monotracks de hardtechno abrasivo (“Total No. 2”), el ambient acuático (“Reflection No. 6”) o el


044/045

discos

Lana del Rey “Born to die” UNIVERSAL

Epic failed pop. Al César lo que es del César, a pesar de que ahora la postremos a cuatro patas en la guillotina mediática. Dada esa tendencia contemporánea a vivir la vida en blanco y negro, a lo hooligan y como si todo fuera un derby, el “Caso Lana Del Rey” nos ha regalado grandes risas 2.0 durante 2011. Tanto aquellos inocentes que quisieron creer que esta Paris Hilton noir iba a ser lo puto más en 2012 como los más rancios integristas del indie que la definían como el nuevo Caballo de Troya multinacional sólo se basaban en un par canciones, así que los más cautos decidimos juzgar lo que ya había (una fantástica “Video games” y la disfrutable “Blue jeans”) y esperar a que por fin saliera el disco, disfrutando desde la barrera al ver cómo cada pasito de la diva (su desternillante actuación en el “Saturday Night Live”, la portada en NME con el titular de “I’m a psycho!”... ) causaba un terremoto virtual. Que algo olía a podrido en Dinamarca era evidente. Hablamos de una guapa señorita que intentaba triunfar en la música con el nombre de Lizzy Grant y, después de un oscuro impás, reaparecía con el nombre de Lana Del Rey y una cara retocada (a peor). Mientras la neoyorquina hablaba en los medios de maltratos y noches al raso, para su —primer— debut su rico papá contrató al productor mainstream David Kahne. Ese primer CD, un espanto, duró sólo dos meses en

parasitismo (“Reflection No. 7”) recogidos en un precioso doble LP de brillante portada. Además, “X-Ray No. 8”, “X-Ray No. 9” y “Flourescence No. 10” fueron publicados previamente por el sello experimental barcelonés Alku. Half Nelson

Guided By Voices “Let’s go eat the factory” FIRE RECORDS / ¡POP STOCK!

Rock. Robert Pollard es un veterano indeciso. Tres décadas después de la formación de Guided By Voices, todavía no tiene claro si debe reforzar su carrera en solitario o alzarse de nuevo junto a Tobin Sprout y el resto; si su sonido debe anidar en llanuras de lo-fi o engrandecerse con el rock de estadios; si sus miras deben atender a los minoritarios fieles o ambicionar un éxito comercial que se corresponda con tanto respeto ganado. Para bien o para mal, Pollard volvió a hacerlo: pronto se aburrió de dar por extinguidos a Guided By Voices, y, tras convocar a los miembros originales para una gira de reunión, decidió que, aunque se desdijera, Guided By Voices iban a volver a firmar discos. Y aquí está el último, “Let’s go eat the factory”, 21 hitos de rock sólido, a poder ser consumado en menos de dos minutos. Sin sobresaltos ni subterfugios, Guided By Voices siguen dando rienda suelta a un amaestrado libre

iTunes, siendo tal el aborrecimiento posterior que en su web se obvia por completo, definiendo al “Born to die” que ahora nos ocupa como su debut. Nos daba igual que fuera de mentira o que blandiera un malditismo impostado, de tercera regional, en letras y declaraciones; poco importaba que quisiera conjurar a Nancy Sinatra (en plan gangsta, vaaaleee) y a Portishead para luego quedarse en un R&B insulso y hortera, como de 1997. Sólo le pedíamos canciones y nos ha dado las cuatro ya desveladas. ¡Cuatro de quince! Porque “Born to die” y “Off to the races” se pueden tolerar y, con tiempo y ganas, hasta disfrutarlas, y “Blue jeans” y “Video games” son fantásticas, pero es empezar “Diet mountain dew” y desencajarse la mandíbula. Lo de “National anthem” es tan chungo que ni por la gracia, y de entre todo lo que sigue hasta el mismísimo final (“Dark paradise”, “Radio”, “Lolita”... Buf) no se puede salvar ni una. No vamos a pedir a Lana Del Rey ser PJ Harvey o Anna Calvi, pero es que tampoco es comparable a Rihanna, Britney o Beyoncé. Ni siquiera a Katy Perry. Porque mientras estas colaboran con Calvin Harris, Miike Snow, Major Lazer o Klaypex, los responsables de “Born to die”, Emile Haynie, Justin Parker, Robopop y Chris Braide, se empeñan en abusar de orquestaciones grandilocuentes, gorgoritos infumables, fraseos raperos de anuncio de Danet y bases tan rítmicas como una pedorreta. Es más, creo que repiten el mismo scratch a lo largo de todo el puñetero disco. Para tanto jaleo nos podríamos haber quedado con su primer debut, horrendo pero más honesto. Sorry, Lana, el veredicto es claro: bluffazo del rey. Pablo Vinuesa

albedrío, y el resultado deviene surcos irregulares: a veces, la aguja salta por hastío, otras la estría sobre el vinilo se vuelve más y más profunda, tanto como adictiva es la canción. Apostado desde una pica enhiesta, los renacidos Guided By Voices consiguen una reapertura de leyenda con “Laundry and Lasers”, un recorrido épico por las orgullosas espinas de su rock filosófico. La aguja se detiene complacida en “Doughnut for a showman”, sin duda una gran canción, de esas que transcienden épocas, y también sobre “Waves”, cuya estática debería escalofriar la columna de cualquier vertebrado. La sensibilidad de Sprout, que vuelve a componer, se deja ver además en piezas como “Spiderfighter” o la bella “Who invented the sun”. El ambiente desabrido de “Hang Mr. Kite”, con los violines hendiendo el aire y la voz solemne proclamando un nuevo vuelo, es otro gran logro de Pollard, así como el tono de pop poderoso y la perfección melódica de “The unsinkable Fats Domino”. El curso final del disco es un atolladero que conduce a la elevada gloria final que alcanza “We won’t apologize for the human race”, un último fulgor a tres pasos de la extinción. Albert Fernández Fenster “Bones” MORR MUSIC / ¡POP STOCK!

Folktrónica. Interesante propuesta la de este dúo alemán formado por Jonathan Jarzyna & JJ Weihl. De algún modo, no despista que se encuentren en Morr Music, aunque nadie espere identificarles con el sonido que definió el sello a principios de la década pasada. Con base folk, pero jugueteando con samples y efectos, desarro-

llan un puñado de canciones que saben jugar con la elegancia y el misterio, la belleza y la brumosidad, como los mejores Lali Puna, aunque la pareja que nos ocupa ahora echen mano de más instrumentos acústicos y de ciertas referencias folk. Para que nos hagamos una idea, “White to red” sería unos The xx campestres aderezados por Masha Qrella, mientras que “Blue to white” sería Parker & Lilly elevados por The Notwist. Preciosista, con hermosos juegos vocales, el álbum de debut de Fenster es una auténtica bocanada de aire fresco. Jesús Sáez

en el que estuvieran a salvo. Y es precisamente ahí, en esa capacidad para disponer elementos minúsculos con un tacto exquisito, hasta trazar pequeñas estampas ambientales que mutan sin cesar, pero que al mismo tiempo parecen no moverse en absoluto, donde se encuentra la grandeza de Marcus Fischer, un recién llegado al mundo del ambient (ésta es apenas su tercera entrega), pero que apunta hacia lo más alto. Vidal Romero Leila “U&I” WARP / PIAS

Joe Crepúculo “El caldero” MUSHROOM PILLOW

Pop-rock. Podemos ver el nuevo disco de Joël Iriarte de dos maneras. Si lo vemos desde sus formas más amables y menos excéntricas, los que esperen feísmos y salidas de tono se verán decepcionados: pequeñas cursiladas, teclados enlatados y poco más. Para ellos, queda “La fuerza de la vida”. Si lo vemos desde el punto de vista de un compositor que busca dar un tono más sobrio a sus canciones, “El caldero” desde luego lima aristas, busca las melodías de forma directa, a veces incluso excesivamente inocente (sello de la casa), consiguiendo un disco tremendamente ágil y pegadizo, que recoge la esencia pop en sí misma, sin aditivos, pero adoleciendo también de un compromiso musical mayor (para que nos hagamos una idea, los pregrabados de un casiotone a veces rayan el mismo nivel) que compensa con sus letras sucias, personales, propias de un músico que sabe que no debe tomarse nunca en serio su cometido. Aunque, ¿no habíamos dicho que este disco era en el que Joe Crepúsculo comenzaba a hacerlo? Jesús Sáez Marcus Fischer “Collected dust”

Electrónica bluff. Es evidente que Leila Arab ha ido bajando lentamente peldaños tras su celebrado debut “Like weather”, disco de soul oscuro y sensual que le acarreó comparaciones con Björk durante 1998. Fue pues en los albores de la decadencia de la etiqueta trip-hop donde la iraní deslumbró al mundo, la misma que el año 2000 certificaba su defunción con aquel “Courtesy of choice”, un pequeño híbrido de R&B y electrónica malhumorada que dejó en notable alto lo que había sido un excelente. Sú último disco hasta la fecha, “Blood, looms & blooms” (Warp, 08), rebajó el notable a aprobado. Ahora, con “U&I”, Leila parece despistada buscando un hueco entre el nuevo paradigma electrónico. Dispersa y algo repetitiva en sus planteamientos, hace extraños malabares rítmicos (“Activate I”), se rodea de nuevos colaboradores (Mount Sims) y sondea sin demasiado atino fórmulas excesivamente nostálgicas. Mejora cuando simplifica su sonido y ataca su lado oscuro (“Eight”, “Boudica”). Por contra, emular a Pansonic (“Interlace”) a estas alturas de poco o nada sirve ya. Aprobada por los pelos. David G. Balasch

Lee Ranaldo “Between the times and the tides” MATADOR / ¡POP STOCK!

TENCH

Ambient. Durante el año 2010 el estadounidense Marcus Fischer mantuvo en activo un blog en el que colgaba a diario una pieza elaboraba sobre la marcha: fotografías, canciones, vídeos, ilustraciones y hasta bordados se amontaron en un rincón digital cuya intención primera era desarrollar los reflejos y la creatividad de su autor. Uno de los seguidores de aquel blog, Marc Ostermeier, músico y dueño del sello Tench, decidió sin embargo que entre todo aquel babel había mucho que aprovechar, y convenció a Fischer para que le dejara seleccionar unas cuantas de las piezas musicales para publicarlas. Piezas que, actualizadas por su autor y masterizadas con mimo por Taylor Deupree, son las que dan forma a este “Collected dust”, un volumen cuyo título hace referencia al origen de la música, pero que también podría servir para describir su contenido. Y es que en el particular universo de Fischer los sonidos parecen dispuestos de una manera azarosa, como si se hubieran ido depositando en el espacio por casualidad, sometidos al capricho de alguna turbulencia atmosférica, hasta encontrar un lugar

Noise-rock. Es habitual relacionar las carreras paralelas en solitario de miembros de grandes grupos como meramente alimenticias para acérrimos seguidores del grupo principal. Y es cierto, los fans de Sonic Youth volverán a deleitarse con sus sensacionales guitarras, muy reconocibles, su ambigüamente atractiva voz que desgraciadamente no se prodiga todo lo deseado en su banda principal, y sus desarrollos imposibles. Pero con esta referencia para Matador parece que Ranaldo quiere llamar la atención de otro público, apostando por un componente pop que aparece incluso en sus canciones más largas. Pero singles clarísimos como “Off the wall” o “Angles” muestran unos riffs prístinos, una capacidad para la pegada diferente a la que le conocíamos. Si a esto le sumamos una nómina de colaboradores con Steve Shelley, Nels Cline, John Medeski, Alan Licht, Irwin Menken, Jim O’Rourke, Kathy Leiesen y Bob Bert, ya lo tenemos. Sí señores, si al final el divorcio hace mella en el grupo neoyorquino, tenemos opciones. Incluso para los que no comulgaban con la juventud sónica. Jesús Sáez


The Shins “Port of Morrow” AURAL APOTHECARY-COLUMBIA / SONYBMG

Klaus & Kinski “Herreros y fatigas” JABALINA

Pop. El encanto de Klaus & Kinski reside en un equilibrio casi perfecto entre la prudencia y la audacia. Como el de todo el mundo, me dirán. Pues no, un equilibrio especial muy suyo. Felices entre referencias indie de toda la vida (un poquito de shoegaze, un puñado de clásicos patrios), los murcianos gustan también de tocar estilos que les pegan menos. A veces se estrellan con estrépito en el intento (véase “Sacrificio”, ejercicio tremendista que recuerda a Mecano agonizando desde un radiocasete sin pilas) y otras pecan de exceso de timidez, pero lo que importa es que a menudo dan en el clavo del pop sutil y bonito inteligentemente seguro de sí mismo, como en “Ojo por diente”, que confirma que Marina Gómez Carruthers cuando mejor canta es cuando canta para sus adentros, o “La duda ofende”, la canción más acertada que se ha escrito nunca sobre cómo sentirse perdido ante la constatación de que, un año más, se malogra la cosecha del melocotón y tú ahí sin saber si tienes que decir algo, ni por qué, ni cuándo. Excelente. Gloria González J.F. Sebastian “J.F. Sebastian” J.F.S. PRODUCCIONES

Rock. J.F. Sebastian es una de esas bandas activistas que, desde la autoedición, no cesan su movimiento tratando de obtener algo de repercusión para su ambiciosa propuesta. Hay que reconocerle a éste, su tercer disco, significativamente sin título, una considerable madurez respecto a sus dos primeras referencias: con instrumentos acústicos como base principal (guitarra, charango, chelo, percusiones, etc.) ofrecen una propuesta épica bien trenzada, sólidamente producida, que desmenuza una dinámica sobria y al mismo tiempo delicada a base de interesantes arreglos, complicadas armonías e inteligentes juegos de planos, dejando atrás la bisoñez de sus primeros pasos y ofreciendo un disco contundente y bien ejecutado. Mis peros vendrían más en determinadas melodías y la voluntad de trascendencia de mucha de su música, esa delgada línea que traza la mencionada épica y que, cuando se traspasa, puede hacer caer en cierta superficialidad, a veces entrando en determinados terrenos folk, en este caso, sin demasiado acierto. Nos quedaremos con “The right way”, “One man band” o “The waiting place” como ejemplos en los que los aciertos formales colaboran para que la canción funcione también en el plano emocional, y “Mfk” justo en el caso contrario. Jesús Sáez Lidia Damunt “Vigila el fuego”

trohúngaro, se lleve una sorpresa al encontrarse con una artista en plena renovación (llamémoslo enriquecimiento) de su propuesta artística. Sin embargo la murciana sigue siendo fiel, en parte, a los orígenes musicales que mostrara en su primer álbum en solitario allá por 2008. La esencia de la cultura musical norteamericana sigue brotando por encima de cualquier nuevo instrumento y arreglo (de los cuales es responsable Genís Segarra), o estilo que la artista se precie a abordar (como el puntual coqueteo con el techno-pop de espíritu oriental en “Somos islas mágicas”). Así encontramos el country & western en “La vida en un hilo”, “Ay Pena” o la excepcional “Lengua de lava”, y una personalísima versión del “Sweet dreams” de Don Gibson, que popularizó Patsy Cline, y que aquí pasa por un filtro atmosférico digno del Angelo Badalamenti. David Giménez

The Magnetic Fields “Love at the bottom of the sea” MERGE / PIAS

Synth’s back pop. Por mucho que trates de olvidar, siempre aparecerá ese recuerdo fugaz, ese objeto que catapulta la rememoración de mil momentos vividos. Para Stephin Merritt todo aliento melancólico se envuelve con el sonido de un sintetizador. Por eso, aunque quisiera renegar de las teclas durante su trilogía de discos de la pasada década, su sonido vuelve a sentirse en el regreso de Magnetic Fields. “Love at the bottom of the sea” es un disco de romance con el pasado y el entorno, donde las guitarras acústicas y, ¡sí!, los teclados preñan el aire de sentimientos encontrados. Magnetic Fields son el testimonio de otra época de nuestra vidas y, la verdad, cuesta verle defectos a los recuerdos. En este trazo de tiza de sentimientos y memorias, el décimo álbum de la banda podría convertirse a su vez en un perfecto álbum de estampas sonoras, si no fuera porque esta vez la colección de momentos kodak ha quedado algo recargada, y tanto énfasis sonoro mezcla mal el debate entre modernidad y clasicismo. ¿Las mejores fotos? El sentido estribillo de “Andrew in drag”, que luce espléndidamente. Esa canción arrolla ahora y perdura para siempre. También han salido bien encuadradas “I’d go anywhere with Hugh”, con su genuina inocencia, el henchido hilo emocional de “Quick!” y el rudo y lineal curso melódico de “I don’t like your tone”. Algo más desenfocados aparecen la ligereza electrónica de “Infatuation (with your gyration)” y cortes como “The horrible party” o “All she cares about is mariachi” horrorizan como esas fotos con los ojos rojos. Una cosa es buscar la eternidad y otra eternizarse. Albert Fernández Loops Of Your Heart “And never ending nights” MAGAZINE

AUSTROHÚNGARO

Folk-beat-pop. Muy cándido será quien, reparando en que la nueva entrega discográfica de Lidia Damunt ve la luz al amparo de la siempre interesantísima discográfica Aus-

Ambient cósmico. Es fácil de entender que, después de haber compartido durante más de dos años el local de ensayo y las giras de The Field con un bajista y un batería bastante brutos, a Axel Willner le apetecie-

Pop-rock. Es difícil decidir de qué manera habrán afectado a las expectativas los cinco años que han mediado entre la edición de “Wincing the night away” (Sub Pop, 07) y “Port of Morrow”, el esperado retorno de The Shins. Durante estos años James Mercer se ha mantenido ocupado. Tras el inesperado éxito del grupo, Mercer se refugió en Broken Bells de las crecientes tensiones en el seno de la banda. También fue padre y ambos hechos tienen una influencia definitiva en su nuevo trabajo. Su colaboración con Brian Burton (Danger Mouse) le abrió los ojos respecto a las posibilidades que suponía trabajar con diferentes músicos y le llevó a tomar la decisión de despedir a Marty Crandall, Dave Hernandez y Jesse Sandoval, los integrantes de The Shins en 2007. Los dos primeros participan en algunas de las canciones de “Port of Morrow”, pero The Shins ahora son James Mercer y quien él decida, algo de hecho no tan alejado de lo que ya eran. En cuanto a la paternidad, parece haber jugado su papel en la hipersensibilidad de un disco en el que los claros y los oscuros cohabitan en ecua-

ra dedicar parte de sus energías a producir algo que siguiera basado en la manipulación de loops (la cabra tira al monte, ya se sabe) pero cuyas intenciones fueran mucho más contemplativas y acariciantes. Loops Of Your Heart, su nuevo proyecto, es exactamente eso: una inmersión en un océano de loops en el que apenas existen ritmos en un sentido clásico (sí muchos pulsos y mantras) y sí una sensación de deriva constante. Un proyecto que utiliza herramientas casi siempre analógicas (sintetizadores, cajas de ritmos, efectos), y que por eso mismo amplifica el giro hacia la kosmische que se intuía en los dos últimos discos de The Field. Giro que alcanza su punto más álgido en “Broken bow”, una pieza que efectivamente comienza con el ruido de un bordón de bajo golpeando al aire (tan distorsionado que parece un guitarrazo sampleado de algún disco de doom metal) y poco a poco se transforma en una (estupenda) pieza de krautrock de manual. Y giro que, de alguna manera, está presente en gran parte de “And never ending nights”: en las volutas sintéticas de “End”, en el pulso motórico de “Lost in the mirror”, en las melodías de inspiración new age que pueblan “At the boards”, y que cierran de manera ensoñadora y feliz un disco que va mucho más allá del simple capricho. El maldito Willner lo ha vuelto a hacer. Vidal Romero Middle Brother “Middle Brother” PARTISAN / HOUSTON PARTY

Americana. Los escenarios unieron a John McCauley (Deer Tick), Matt Vasquez (Delta Spirit) y Taylor Goldsmith (Dawes) y el feeling prendió súbitamente entre ellos. El testimonio de que no erraron al apostar por unir sus dotes artísticas se encuentra en este delicioso álbum de debut grabado en Nashville. “Middle brother” es un recorrido entre el ayer y el hoy, revisitando el folk-rock más clásico y el alt-country. Una travesía a través de paisajes electro-acústicos y me-

nimidad. En este cuarto disco las melancolías y sus motivos son más profundos —la guerra en la inicial “Rifle’s spiral”, protagonizada por un niño soldado; la depresión en “It’s only life”—, pero también lo son la esperanza, la redención y el deseo de no resignarse y encontrar en la vida un faro que nos guíe al puerto del mañana. “It’s only life”, de hecho, es un buen ejemplo de ello: sí, la vida puede ser dura a veces, pero es sólo eso, la vida. Puede que haya sido el tiempo que ha tenido para decidir cada detalle, aunque según el propio Mercer las canciones no tenían forma hasta llegar al estudio y empezar a trabajar con Greg Kurstin, quien toca la mayoría de pianos y teclados en el disco, pero The Shins nunca habían sonado tan plenos. “Port of Morrow” suena henchido por los cuatro costados, grandioso e hiperproducido, pero con resultados tan increíbles como el single “Simple song”. Será complicado discutirle la decisión y en todo caso esa ya fue la tónica general en “Wincing the night away” y el camino que condujo a un compositor a priori destinado a permanecer como figura de culto (Mercer siempre me recuerda a Miles Kurosky de Beulah, y la suerte de ambos es abismalmente dispar) a ejercer de trovador para toda una generación de fans del indie más accesible (la clase de personas a las que les gustó “500 says of Summer” y no saben qué puñetas es Elephant 6). Joan Cabot

lancólicos (faceta ésta que se ve potenciada gracias al sensacional empaste de sus armonías vocales) que se encarnan a la perfección en esa tríada maravillosa que abre el disco y en la que destaca “Blue eyes” (cuya autoría pertenece a Vasquez). Es inevitable que acuda a la memoria una superbanda legendaria como los C.S.N.Y. al escuchar las doce composiciones incluidas en este trabajo, pues comparten con aquellos un gran conocimiento de los sonidos roots, y una magnífica cualidad como compositores. Como diría la ubre, son la leche. David Giménez

Memoryhouse “The slideshow effect” SUB POP / ¡POP STOCK!

Dream pop. Pese a la alegoría a Beach House que reside en el título con el que han bautizado a su banda y las evidentes características de su música, el dúo canadiense formado por Denise Nouvion (vocales y letras) y Evan Abeele (composición e instrumentos) posee una fuerte personalidad. El único factor en común con los hermanos Legrand que reside tan solo en su asombrosa capacidad de crear grandes estribillos forjados en grandes canciones. Su debut con “The slideshow effect”, precedido por el destacable “The years EP”, pone de manifiesto un carisma que se antoja innato; sólo así se explica que consigan crear un álbum tan completo en el que, de diez, no exista una sola canción que no sea digna de mención. “The slideshow effect” es pop melancólico, otoñal, que se reserva para oídos refinados por las escuchas de Bon Iver, Slowdive o


046/047

discos

Django Django “Django Django” BECAUSE / WARNER

Pop psicodélico. Hay algo en la música de Django Django que suena deliciosamente extravagante, fuera de tiempo y de lugar. Algo así como una sensación de felicidad excéntrica, que tiene mucho que ver con la rara habilidad de estos escoceses para mezclar músicas y estilos de procedencias muy diversas en el interior de canciones luminosas y pegadizas. Folk, rock clásico, indie pop, kraut rock, experimentos cut and paste, música del oeste y hasta surf: cualquier posibilidad es buena mientras el pegamento que lo una todo sea la psicodelia, sobre todo si esa psicodelia es colorista y bailable (de hecho, la tríada de singles que ha precedido al disco, “Default”, “Waveforms” y “Wor”, es completamente irresistible), si la banda prefiere antes electrificar el ambiente y trabajar con masas corales y estribillos explosivos, que perderse en digresiones y ensoñaciones tóxicas. Django Django consigue todo eso en un primer disco que avanza con una facilidad pasmosa, y que además parece haber salido de la nada (en la cuenta de resultados de la banda apenas lucen un par de siete pulgadas, editados en sellos minúsculos y que dejaron muy poco buzz en las redes y revistas), y que precisamente por esa razón sorprende tanto. De hecho, puestos a tirar del hilo, el único clavo al que agarrarse está en los lazos de sangre: el batería, programador y alquimista de los samples, David Maclean, es el hermano menor de John Maclean, teclista de The Beta Band, que no por casualidad es la principal influencia que se detecta en los trece cortes del disco. Una circunstancia que lleva a pensar en dietas musicales compartidas, en largas conversaciones acerca de cómo mejorar las producciones, en consejos sobre el negocio musical, las drogas y las mujeres.

cualquiera de las bandas que residieron en Sarah Records. A través de guitarras, una amplia diversidad de teclados y la singular voz de Nouvion, el bellísimo “The slideshow effect” logra convertirse en un álbum-fetiche que requiere una infinidad de escuchas con especial reclamo dominical. Matías Bosch

Grupo De Expertos Solynieve “El eje de la tierra” EL EJÉRCITO ROJO

Flamenquindie. Ante el hastío vital, cinco cuerdas al viento y buena cara. La superbanda que reúne al líder de Los Planetas con Manuel Ferrón, Víctor Lapido, Antonio Lomas y Miguel López continúa fundiendo el homenaje al espíritu y los sonidos de su pueblo andaluz con la tradición del rock y blues americano. Tras su fulminante debut y algún EP para mantener las constantes vitales, “El eje de la tierra” perpetúa

Eso sí, que nadie piense en Django Django como una simple extensión de la banda hermana, porque hay muchas diferencias entre ambos proyectos. Es cierto que comparten el gusto por la psicodelia, por manejar sonidos acústicos en contextos extraños, por trabajar con voces dobladas y ritmos cinemáticos; una realidad que se palpa en cortes como “Firewater”, “Hand of man”, “Storm” o la fantástica “Love’s dart”. Pero también es verdad que estos cachorros utilizan una paleta sonora más amplia, que en sus producciones el componente electrónico tiene más peso y, sobre todo, que su mood resulta mucho más vitaminado. “Django django”, el disco, se abre con un murmullo de pajarillos en la distancia, sonidos robóticos y drones, que estallan en la marciana “Hail bop”, mezcla imposible (pero terriblemente efectiva) de ritmos tribales, esencias vaqueras y recursos electrónicos. “Default”, con sus continuas roturas de ritmo, su estribillo adhesivo y marciano, construido a base de ruidos y voces recortadas, marca la primera cima climática del disco y señala el camino por el que seguirá desarrollándose: tiempos en general rápidos y hasta agresivos, arreglos electrónicos y sampleados meticulosos que apoyan y multiplican la riqueza rítmica, detalles que añaden un plus de extrañeza (el sonido como a juguete roto de “Zumm zumm”, los samples de aire oriental en “Skies over Cairo”) y una capacidad insultante para inventar estribillos pegajosos (“Waveforms”, “Wor”, “Life’s a beach”, “Silver rays”, la lista no tiene fin). Y es que “Django Django” es uno de esos discos, cada vez menos habituales, en los que se tiene la sensación de que nada sobra y nada falta; un disco hecho con mentalidad de artesano y alma de chico sensible, que pone toda la carne en el asador, que viene dispuesto a comerse el mundo. De momento, es serio candidato a ganar el título de “gran descubrimiento del año”. Quedan muchos meses por delante, es cierto, pero los que quieran disputarle el trono van a tener que apostar muy fuerte. Vidal Romero

la premisa de la alegría y el hedonismo, en un hatillo de canciones hermosas y relucientes; y, además, buenas. Tal vez sus desarrollos instrumentales estén ya vistos y se antojen convencionales, pero no por eso dejan de ser absolutamente acertados. La comicidad y la ironía que desparraman todas sus letras nos meten sin remedio en un alboroto de confidencias de bar. La pausa transcendente, de iluminación tras la hora de la siesta, que transmite “La nueva Reconquista de Graná” es la perfecta entrada a un cancionero salado y carismático como pocos. La desdicha risible de “Dime”, o la coña flamenca y desenfadada presente en piezas como “Merienda de negro” (no hay muchas canciones pop que suelten con alta gravedad frases del estilo “tanta polla para ná”) ponen el acento de fusión granaína. Los fraseos sincopados, a salto de batería, de “¿Por qué no te largas de aquí?” recuperan el pop enérgico de Jota, que alterna voces con Ferrón. “Blues chillado en un cubo”, además de una enorme versión de “Shouting in a bucket blues” de Kevin Ayers, es una gran espiral de épica distraída, con cúspides emocionales en el estribillo y los punteos de guitarra. El eje de la tierra, ya lo sabes, habita en el fondo de un vaso. Qué mejor que unas estrofas breves para poder cambiar de bar entre canción y canción. Vamos a ese, que ponen tapita. Albert Fernández

Paul Weller “Sonik kicks” ISLAND / COOP

Rock of ages. Aún vivo y pateando, Paul Weller no pierde una sola oportunidad para reivindicarse. Si “Wake up the nation” fue un gran ejemplo de que la cincuentena superada le inspira de manera formidable y retroactiva, este nuevo regreso esperado del incombustible líder de The Jam y The Style Council prueba que su fe y voluntad son titánicas. Weller tiene un plan sencillo para confirmar que sigue siendo un músico arrebatado. Es cierto que ha bajado su registro vocal, o que abunda en ornamentaciones paisajísticas y devaneos modernos, pero, otra vez, hay que reconocerle que no ha despachado un disco de fraseos arrastrados, sino que está aquí para aportar algo. La sola vivacidad con la que percuten los versos cabalgantes de “Kling I Klang” demuestra que el inglés no mira hacia atrás con nostalgia, sino que clama por más buenos tiempos con cada nuevo latido. Cómplice de varias generaciones, en este “Sonik kicks” Weller abunda en la clásica lucha entre Oasis y Blur, contando con Noel Gallagher y Graham Coxon entre las colaboraciones del disco. Por lo demás, en su enésimo álbum aflora todo aquello de lo que este hombre sigue siendo capaz: voces disonantes que sueltan fraseos tras muros, guitarras difuminadas con flangers; rock, blues y beats, con letras donde grandes palabras se aposentan en cada estrofa. “That dangerous age” anima entre bajos y rasgueos eléctricos, más unos coros formidables, que impulsan fragores introspectivos. La simpleza hipnótica de “Around the lake”, con el alzamiento espiritual del estribillo enfrentándose al avance frontal de la base rítmica en los versos, tiene algo de embriagador, de cruce de luces entre los destellos de antes y los focos de ahora. “Paperchase” es aquí el paradigma de sus clásicos descensos líricos. Por esa misma cuesta baja el curioso y preciosista interludio onírico-cibernético de “Sleep of the serene”, que abre el espacio para que la simple guitarra acústica y la voz rota de “By the waters” alcancen un cielo de violines grandilocuentes. Hay otros momentos, como “Dragonfly” o el último tramo de “Study in blue”, en que el músico gira en órbitas algo más concéntricas y previsibles, aunque quizás sea eso precisamente lo que evite un patinazo definitivo. No hay acomodo ni cansancio, solo testarudez artística. Weller da nuevas patadas con el estilo de siempre, abre brechas al ruido y la psicodelia, y desata la música que hace rodar el mundo como en los viejos días. Albert Fernández Miss Q “Introducing Lovely Miss Q”

quecedora producción del inquieto músico electrónico catalán Guillamino, de la mano del cual pasea a través de campos de pop electrónico intoxicados por efluvios de jazz, funk abstracto e incluso blues o ritmos rotos entre otros apuntes. De la virulencia de “Little gift” o “You’re gonna be fine” a la placidez pop de “Give me one minute” la danesa despliega un arsenal sobre el que sería difícil negar la influencia de Björk en la forma, pero basta con fijarse un poco para ver que el trabajo de Nielsen no queda como mera imitación sino que bucea hasta el fondo en busca de una mirada y un estilo propios que dan lugar a un álbum compacto e interesante y una propuesta a la que habrá que seguir los pasos de cerca. Javier Burgueño

Oren Ambarchi “Audience of one” TOUCH

Experimental. Acostumbrados a sus habituales colaboraciones junto a Kenji Haino y Jim O´Rourke, habría que remontar casi una década para poder hallar rastros de semejante incursión en el pop por parte del multi-instrumentista australiano Oren Ambarchi, particularmente en su trabajo junto a Chris Townend grabado para el respetable sello alemán Staubgold y que portaba el título de “Sun” (03). Al menos eso es lo que sugiere el inicio de “Audience of one” y la consecuente “Salt”. Pero tan pronto dan comienzo los algo más de treinta minutos de “Knots”, una amalgama de ambient-noise rocoso que transcurre entre bajas frecuencias, recordamos que él junto a Stephen O´Malley y Greg Anderson fueron los principales artífices de ese descenso infernal que es “Black One” (05) de Sunn O))). Para algunos, “Knots” serán los treinta y tres minutos más excitantes de un año que tan sólo acaba de empezar. Un viaje alucinante al fondo de la mente. Una composición en la que confieren el freejazz, la neo-clásica, la música tradicional tibetana —las profundas vocales de Stephen Fandrich, herencia de los rusos Phurpa— y la electrónica experimental más transgresora. El tercer corte, “Passage”, abre un sendero por el que circula el pop sintonizado con Talk Talk o Bark Psychosis hasta llegar a la belleza electroacústica “Fractured mirror” —nada menos que una versión de Ace Frehley (Kiss)— y ahí otros ocho minutos de belleza bucólica que consigue dar la vuelta a la original sin desmembrarla, hasta cerrar un álbum con la certeza de haber estado escuchando algo inconmensurable y extraordinariamente atemporal. Matías Bosch Phenomenal Handclap Band “Form & control” TOUCH MUSIC

TSUNAMI MUSIC

Electronic-pop. La artista multidisciplinar danesa (cantante, compositora, actriz) Pia Nielsen, afincada en Barcelona desde principios de la década pasada, debuta por fin en solitario tras participar en varios discos del colectivo ZINK TANK y componer bandas sonoras para cine y teatro. Para su estreno bajo el alias de Miss Q cuenta con la enri-

Funk-rock. Una cosa es decirlo, y otra muy diferente es hacerlo. Pero sí, en efecto, lo reza su hoja promo: es imposible no sentirse confundido tras dar un par de escuchas al segundo disco de esta banda neoyorquina. Y añado yo, algo engañado también. Intenciones hay muchas, pero no con eso vale. Tratan de ofrecer un descoyuntante ejercicio de funk, disco, rock, psicodelia y electro-pop que en ningún momento nos despierta ni la


Youth Lagoon “The year of hibernation” LEFSE / GREEN UFOS

más mínima sorpresa ni excitación. Buscan no encontrar límites en su música jugando con estilos, y al final son ellos los que se descubren limitados por los parámetros más básicos de éstos. Podemos salvar un evidente y facilón hit disco (“Following”) y a partir de ahí poco a poco vemos como la energía y las ideas se van disipando hasta el más absoluto tedio. Totalmente prescindible. Jesús Sáez

capital se sostiene sobre elementos del ambient, el dream pop, la chillwave, algún coqueteo con la rítmica hip hop y, en esencia, la electrónica de hondo calado melancólico. “Drifting in and out” explica por qué ha sido escogido para abrir algunos de los conciertos de M83. Su sonido no difiere en exceso a las primeras referencias del proyecto del francés Anthony Gonzalez. También destaca “Put me to sleep”, de aires británicos, y que por momentos recuerda a The Jesus and Mary Chain. Lastimosamente el disco no mantiene el nivel tanto como promete en su notable arranque y sucumbe hacia la intrascendentalidad. David Giménez

Prinzhorn Dance School “Clay class” DFA / COOP

Post punk. Basta escuchar la primera canción de “Clay class”, el segundo disco de Prinzhorn Dance School, para comprobar que pocas cosas han cambiado en su particular universo, a pesar de los cinco años que han transcurrido desde su debut. “Happy in bits” arranca con un ritmo golpeando en tensión y las voces de Tobin Prinz y Suzi Horn doblándose con acritud, y alcanza algo parecido a un clímax cuando aparece una guitarra con arpegios agudos para poner un poco de orden. La pareja de Brighton, en fin, insiste en perseguir el perfecto ejercicio de revival post-punk; un revival que ya estaba en decadencia cuando comenzó su carrera, y que ahora ha caído por completo en el olvido. Claro que, en realidad, esa falta de contexto le sienta muy bien a Prinzhorn Dance School, porque permite asomarse a sus canciones sin las desconfianzas que siempre llevan aparejadas los hypes y las modas, y disfrutar sin complejos de ese equilibrismo imposible entre ritmos en síncopa, bajos punzantes, guitarras que chirrían a ratos sueltos y duetos vocales cargados de mala ostia que la pareja borda en momentos como “Seed, crop, harvest”, “The flora and fauna of Britain in bloom” o “Sing orderly”. Una sobredosis de tensión que sólo se relaja con la inclusión de dos grandes canciones: “I want you”, que introduce formas más clásicas (más cercanas a Joy Division, para entendernos) y añade una letra que habla del amor, sí, pero desde un punto de vista enfermizo (“encerraré tu libertad en una prisión de amor”); y “Crisis team”, que utiliza melodías pegadizas para hablar de los inevitables desconfores que se producen en toda pareja. Dos momentos que, además, contribuyen a espantar el fantasma de la monotonía, tan habitual en los discos de este género, y que abren nuevas vías expresivas en el vocabulario de una banda con mucha más personalidad de lo que parece a primera vista. Vidal Romero Porcelain Raft “Strange weekend” SECRETLY CANADIAN / ¡POP STOCK!

Dream-pop. El italiano Mauro Remiddi ha sido un ciudadano del mundo. Sus incontables travesías alrededor del planeta le han servido para conocer de primera mano algunos de los sonidos de moda en Japón, Reino Unido, su país natal y Estados Unidos, país donde reside actualmente. El resultante de todo ello se plasma en diez composiciones que apenas alcanzan los treinta y cinco minutos, y donde el peso

Sharon Van Etten “Tramp” JAGJAGUWAR / ¡POP STOCK!

Deep-rock. Lejos queda ya el crítico momento en el que la cantautora de Nueva Jersey tuvo que desembarazarse de la asfixiante incomprensión del que por entonces era su novio y sacudirse de la negativa por parte de su familia a continuar explorando las posibilidades del folk, aquel sonido que desde bien adolescente cautivó a Sharon. Su breve paso por Tennessee fue suficiente para tomar la determinación de volcarse en la música. A día de hoy, artistas como Kryp Malone (TV On The Radio) o Bon Iver no dudan en rendirle admiración. La segunda entrega discográfica se debate entre la desazón y el rencor con el que cierra un capítulo sobre su pasado más tormentoso (“Give out” y la excepcional “Serpents”), y el susurro que acompaña a todo tímido titubeo del caminar hacia un nuevo estado de esperanza. Siempre intimista, “Tramp” es un excelente tratado de rock pausado y terapéutico, a veces incluso explosivo (“All I can”), pero siempre sobresaliente, en sus formas y fondos, sanador y, sobre todo, esencial. David Giménez Qluster “Fragen” / “Rufen” BUREAU B

Shoegaze-folk. La nostalgia es un maremoto. Es relativamente fácil sospechar cuando ésta vendrá a por nosotros presa de una energía y velocidad imparables, elevándose hasta cotas difícilmente controlables. La señal inequívoca comienza a dejarse notar con el súbito emerger de un recuerdo o sensación. El siguiente paso es una extrañeza ante aquello que nos envuelve. A continuación todo a nuestro alrededor parece recogerse, esconderse. Finalmente, un murmullo que nace sigiloso, acaba mostrándose dentro de la cabeza transformado en un rugido atronador. Trevor Powers ha querido navegar cruzando este sentimiento, indagando, no sin cierto sufrimiento, en aquello que todos nosotros tuvimos y jamás regresará: la niñez. La infancia como reino de la inocencia, dominio de incontables sueños, de agitada imaginación, lugar de juegos y leyendas, allí donde los reveses parecen olvidarse súbitamente, profundo pozo donde se vuelcan y acumulan todos los errores de nuestros progenitores. En “17”, uno de los grandes hitos encerrados aquí —junto a “Montana”, “July” y “Cannons”—, se le puede oír cantar: “…When I was 17, my mother said to me / don’t stop imagining / the day that you do is the day that you die…”. Los ocho cortes que se incluyen en este magnífico “The year of hibernation” rememoran algunos de los pasajes más importantes de los primeros

de una trilogía grabada en directo durante los últimos meses de 2010, el tipo no anda desencaminado: erupciones de origen analógico, masas de ruido que se expanden en los planos de fondo, chasquidos de electricidad estática y una pulsión de colapso inminente dan forma a una música densa y ensimismada, de la que parecen haber arrancado con saña cualquier atisbo melódico o rítmico. Una música abstracta en extremo, informe en apariencia, pero que posee la extraña cualidad de hacer que el oyente se pierda en su interior, dejándose flotar hacia un limbo en el que no existen ni el tiempo ni el espacio. Da gusto comprobar que, a sus casi ochenta años, Roedelius conserva tan espléndido estado de forma. Vidal Romero

años de vida del norteamericano: los recuerdos de la luz que emitía la televisión cuando caía la noche a través de las ventanas del salón de casa, las excursiones a la montaña, las visitas al tejado, las conversaciones familiares o la ausencia paterna. Un álbum así, tan confesional, en el cual el autor se expone de una manera tal que le deja totalmente desarmado e indefenso, sólo podía concebirse y gestarse en un refugio tan seguro como es el de su propia habitación. Se despliegan, como en un álbum fotográfico desgastado, numerosas postales sonoras, inmensos retazos de space-sad-pop alimentados por una electrónica ambiental de poderoso calado melancólico, y en las cuales podemos jugar a reconocer en ellas ciertas esencias que podrían emparentar a Youth Lagoon con artistas del calibre de Galaxie 500, Slowdive, Modest Mouse y M83. La voz del propio Trevor es un elemento más que condiciona al oyente a la hora de sumergirse en esa excavación interior. Su tono vocal, agudo, lánguido, quebradizo, sugiere a nuestra imaginación el llanto de quien grita a voces desde lo más lejano (el hoy), con la esperanza algo incrédula de recibir una respuesta desde el otro lado (el ayer). Íntimo y expansivo, pausado en su rítmica, controlado en su liberación, intenso y delicado, Trevor Powers, a sus veintidós años, debuta con un trabajo sobresaliente en honestidad y ejecución, una excelencia tan peligrosa como la de levantar un estado óptimo de serenidad sobre las bases de un castillo de naipes ante la atenta mirada del gato que descansa postrado sobre la cama, aparentemente indiferente, y que esperará tu descuido para rozar sus bigotes en él. Peligroso, sí, pero nos encanta. David Giménez

nestidad. Como unos Animal Collective más minimalistas (y sí, también tienen el toque africano), como unos Junior Boys menos coloristas, como unos Holy Ghost! menos festivos, pero con esa capacidad para formar grandes melodías con bases sólidas y leves colchones de sintetizadores, Tanlines adolecen de algo que les identifique entre la cantidad de propuestas en la línea que abundan ahora, pero aciertan a la hora de realizar composiciones de gran acabado, y con intensa pegada emocional. Una gran colección de canciones. Jesús Sáez Shearwater “Animal joy” SUB POP / ¡POP STOCK!

Kosmische. El reciente retorno a la actividad del mítico dúo alemán Cluster, responsable de algunos de los episodios más abstractos y violentos en la historia de la kosmische musik, fue un suceso breve pero intenso: Hans-Joachim Roedelius y Dieter Moebius sólo tardaron un año y medio en partir peras y proseguir, una vez más, sus carreras por separado; una decisión que se entiende mejor al escuchar los trabajos que ambos han publicado desde entonces. Moebius da cada vez más importancia a los aspectos rítmicos, y así le salen discos como “Kram” (09) o “Ding” (11), poblados por piezas que tienden a recortar su duración y abundar en los jugueteos melódicos. Mientras, Roedelius ha reclutado a Onnen Bock, un tipo que daba sus primeros berridos cuando se publicó “Zuckerzeit” (74), para intentar recuperar esa sensación de absoluta libertad y de extrañeza formal que floreció en los primeros títulos de Cluster (de ahí la leve modificación del nombre: el mismo espíritu, diferente personal). Y la verdad es que escuchando “Fragen” y “Rufen”, las dos primeras partes

Tanlines “Mixed Emotions” MATADOR / ¡POP STOCK!

Chill wave. La electrónica pop parece haber encontrado una nueva juventud durante los últimos años, ya sea dentro de su ramificación original, o dentro de otras derivaciones como, por ejemplo, el chill wave. Este dúo de Brooklyn formado por Eric Emm y Jesse Cohen viene a refrendarlo con un disco redondo, lleno de grandes canciones, donde las melodías y las texturas se combinan con gran acierto para dar lugar a composiciones en las que prima la emoción y la ho-

Folk-rock. Tras la arrebatadora trilogía “The Island Arc” —formada por “Palosanto” (06), “Rook” (08) y “The Golden Archipielago” (10)—, los miembros de Shearwater tenían dos opciones, intentar ir todavía más allá en un viaje sin retorno en el cual podían acabar quemándose, o reinventarse para seguir siendo ellos mismos en esencia y así seguir avanzando. Jonathan Meiburg y compañía han escogido muy inteligentemente la segunda opción. En “Animal joy” seguimos apreciando los mismos parámetros que han caracterizado a la banda hasta ahora, épica y emoción a raudales, naturaleza omnipresente, la voz de Meiburg poniéndonos por momentos los pelos de punta. Pero lo que en sus trabajos anteriores era tensión contenida se convierte ahora en precisión, y donde antes ganaban a los puntos tras hipnotizar a su contrincante, ahora lo hacen mediante un directo a la mandíbula que noquea a las primeras de cambio (“Animal life”, “You as you were”,


048/049

discos

Addison Groove “Transistor rhythm” 50 WEAPONS

808step. Resulta curioso observar desde la barrera cómo ciertos artistas consagrados deciden mudar de piel una vez han saboreado la bendita pócima del éxito. Es el caso que nos ocupa, hablamos de un tal Antony Williams, quien hace un puñado de años subió los peldaños necesarios hacia el Olimpo del dubstep, justo cuando el género empezaba a coger velocidad con la quinta marcha de la caja de cambios. Efectivamente, hablamos de Headhunter, el mago en fabricar líneas de bajo pasadas de rosca y ritmos tribales cuando Shackleton todavía buscaba su sitio. Hablamos de influyentes publicaciones planchadas en sellos del calibre de Tempa (aquel seminal larga duración, “Nomad” ,de 2008), Tectonic o Transistor. Sí, del creador de un inmortal tema como “Prototype”. Fue entonces, en la cresta de la ola del dubstep, cuando el de Bristol decidió buscar cobijo en otro seudónimo (Addison Groove) con aquel temazo de carta de presentación denominado “Footcrab” gestado en Swamp 81. Un hit que cogió a más de uno en posición adelantada respecto a la defensa rival y que empezó a dar forma al nuevo ‘next big thing’ de la bass music británica. Y es justo ahora, en el preciso momento en que todo el bacalao de la bass se está cortando a rodajas cada vez más finas, cuando aparece el

“Immaculate”), dando lugar a un álbum apabullante y conciso, a la altura de su reciente discografía. Javier Burgueño

Templeton “El murmullo” AUTOEDITADO

Indie-rock. El ruido que hacemos hablando, especialmente cuando no percibimos lo que se dice. Eso es un murmullo, algo que puede contener una amenaza que vislumbramos pero queda fuera de nuestro alcance, algo que puede provocar miedo. En el fondo el miedo está en todas partes, miedo a la muerte (“El cazador”), miedo a la ruptura de la relación de pareja (“Miedo de verdad y en condiciones”), miedo que se esconde entre los surcos y se enhebra entre las letras del segundo trabajo de Templeton. ¿Y qué mejor opción para enfrentarse a él que vestir las canciones con brillantes melodías y juegos vocales? ¿Qué mejor antídoto que unos arreglos exquisitos y una cuidada producción? Los aromas a indie patrio de los noventa del anterior “Exposición Universal” quedaron atrás, siendo sustituidos por aires más sixties (la sombra de los Brincos sigue siendo alargada), una trabajada orquestación y el aprendizaje derivado de los trabajos en solitario de miembros de la banda (Brian Hunt, Betacam). Autoeditado y producido por Paco Loco, el álbum supone un gran salto de calidad del grupo, un gran triunfo sobre nuestros miedos. Javier Burgueño

debut de Addison Groove para 50 Weapons. Los más listos de la clase —una vez más— son el dúo Modeselektor con su sello que no para de captar nuevos talentos. En líneas generales, Williams no defrauda a los followers de la bass: le gusta moverse por líneas de bajo ácidas que suelen chocar con estructuras de hip hop y bases tribales a lo Headhunter para no perder la tradición —de hecho, existen varios ‘residuos’ de la etapa de Headhunter, como el quinto tema, “Night to remember”—. Todo ello concentrado en su inseparable caja de ritmos Roland TR 808 que inspira el título de su estreno, “Transistor rhythm”. Gracias al mítico trasto el británico da forma a sus psicodélicas y laberínticas composiciones polirítmicas, que a base de sampleos fluyen de la característica forma que sólo podría dar ordeñando su 808. Es así como nacen auténticos temazos plagados de curvas sinuosas (la carta de presentación, “Savage Henry”, abre la veda), sampleos tribales con arpegios imposibles (caso de los featuring con Span Rock que germinan en “Bad things” y “Beeps”) o la shackletoniana “Sooperlooper”. Incluso Williams realiza sutiles guiños a los productores centrados en el house aplicado al dubstep (la gamberra “Ass jazz”), al techno old school noventero (esos samples iniciales en “Skylight” a lo Technotronic) o a la escena juke de la que tanto bebe (el escurridizo tema de cierre, “Entropy”). Estamos, por tanto, ante una de las primeras obras realmente sólidas de 2012 en cuanto a bass music se refiere, que por otra parte fragmentará un poco más la ya dispersa escena. Alberto Vidal

Tetras “Pareidola” FLINGCO SOUND

Out rock. Aunque es difícil seguirle la pista a todo lo que hace (como muchos de los que se dedican a la improvisación, el caudal de discos en los que participa es abrumador), el nombre del batería Jason Kahn suele ser un sinónimo de calidad; un tipo al que le gusta llevar su instrumento al límite, probar todo tipo de atajos y desviaciones sonoras. En Tetras comparte cartel con el contrabajista Christian Weber y el alquimista de los sintetizadores Jeroen Vissier (compañero habitual de correrías de The Ex, para más señas), y entre los tres dan forma a un proyecto que transita por un territorio inhóspito, un lugar fronterizo en el que se mezclan free-jazz, minimalismo, drones, rock contemplativo y hasta kosmische. “Pareidola”, su primer disco, incluye cuatro largas improvisaciones en las que los instrumentos parecen flotar sobre una tierra yerma y desolada (piensen, por ejemplo, en “La carretera”): percusiones que se arrastran, que entran y salen, que se diluyen sin previo aviso en un desastre de maderas caídas; atmósferas viscosas, que parecen zumbar al calor de una extraña electricidad estática; drones que hipnotizan al oyente hasta situarlo en el centro mismo de una cascada de ruidos, o de un espacio casi vacío; líneas de bajo que conjuran el espíritu de Sun Ra, para un poco más allá encallarse en un bucle que haría llorar a Tony Conrad. Todo eso cabe en un disco de proporciones inmensas, que desafía cualquier tipo de catalogación y que esconde infinidad de sorpresas para el que se enfrente a él con paciencia y los oídos bien abiertos: la recompensa, háganme caso, merece mucho la pena. Vidal Romero

The Boats “Ballads of the research department” 12K

Teho Teardo “Music, film, music” SPECULA

Neoclásica. Ya hemos comentado por aquí en alguna ocasión que Teho Teardo es uno de los secretos mejor guardados de la escena italiana. Algo a lo que no ayuda demasiado el hecho de que, desde hace algunos años, su principal ocupación sea la escritura de bandas sonoras; después de todo, el cine de su país (igual que el español) no es la mejor de las plataformas para darse a conocer. Para arreglar esa situación es para lo que sirve “Music, film, music”, una antología de piezas que Teardo ha grabado para películas tan populares por aquí como “Il divo”, de Paolo Sorrentino, o tan desconocidas como “Lavorare con lentezza”, y que complementa al exquisito volumen que le publicó Expanding hace un par de años, “Soundtrack work, 2004-2008” (10). Como en aquel caso (de hecho, algunas de las piezas se repiten), la música del productor italiano abraza un minimalismo amable y delicado, teñido de tristeza, que esculpe piezas de duración contenida, casi siempre a partir de las notas de un piano melancólico. Un piano que, eso sí, pocas veces aparece desnudo: puede ser que se deje arropar por cuerdas, que se pierda entre ritmos electrónicos y texturas de naturaleza digital, que comparta protagonismo con lujosos invitados (Blixa Bargeld, Alexander Balanescu, Erik Friedlander); recursos que permiten comparar a Teardo con compositores tan dotados como Max Richter o Dustin O’Halloran, a los que no tiene nada que envidiar. Muy grande. Vidal Romero The Big Pink “Future this” 4AD / ¡POP STOCK

Synth rock. Podrías dormir mil sueños de satén electrónico con The Big Pink. Podrías ver un futuro hecho de baldosas de neón, un mundo de horizontes eléctricos y desdibujados, donde cada suspiro deja un rastro ocre en el aire. Esos paisajes se forman en la mirada interior mientras suenan los medios tiempos embriagados y sintéticos de “Future this”, la secuela con la que Robbie Furze y Milo Cordell dan continuación a aquel alabado “A brief history of love” (4AD / ¡Pop Stop”, 09). Es un futuro rítmico, que se tiñe con la melancolía de los días imaginados. Pero tal vez no sea nuestro futuro. La mixtura de pop bailable, atmósferas ambient, arranques soul y coreables estrofas de hip hop, se antonja aquí artificiosa y premeditada, y lo cierto es que por momentos se le ve el cartón a tanto escenario futurista y emocional. Este disco funciona como un tobogán: arranca arriba del todo, en lo alto del trampolín que conforman “Stay gold”, “Hit the ground (Superman)” y “Give it up”, y desde ahí solo hace que descender y descender. La épica erizada del primer corte, o la candidez rebotante del segundo, se emiten desde una atalaya tan alta y sinuosa, que desde ahí el resbalón está asegurado. Albert Fernández

Post-pop. No es casual que tras el resultado de “The ballad of the eagle” (11), el compositor Danny Norbury vuelva a tener una poderosa presencia en el combo del ex-Hood, Craig Tattersall y Andrew Hargreaves (Tape Loop Orchestra). Desde su primer encuentro, el violoncello de Norbury ha reforzado el sonido de una banda que más bien parecía perdida en las brumas del post-rock desde su debut con “Songs by the sea” (04). “Ballads of the research department” es un trabajo que, como su predecesor, vuelve a destacar por encima de toda su discografía por su acertado enfoque neo-clásico. Compuesto por cuatro baladas —todas ellas de más de diez minutos de duración—, el álbum se extiende entre pequeños escarceos con el shoegazing, el pop y la música de cámara. Los cuatro instrumentales se desarrollan bajo las premisas disciplinares de la música electrónica y acústica sometidas a efectos y samples. De todos, es el último corte, “The ballad of indecision”, en el que la voz de Mayuko Nakagawa (aka Cuushe) acaba por redondear la esencia de un disco especialmente indicado para todos aquellos que añoren los paisajes de Rachel´s o los propios Hood. Matías Bosch

The Wedding Present “Valentina” SCOPITONES / HOUSTON PARTY

Rock. Cuatro años después del irregular “El Rey”, David Gedge regresa con su noveno álbum de estudio y dejando claro que los años no pasan por él. 2012 será el que le vea revivir al completo “Seamonsters” (91) sobre el escenario (ya hace unos años hicieron lo propio con “George Best”, aunque de una manera algo peculiar), y la mayoría de las canciones de este disco no desentonarían en aquel. Punk-pop y hooliganismo efervescente en temas como “You Jane”, “Meet cute”, “Back of it... Stop”, mientras que otras como “Stop thief” o “You’re dead” nos recuerdan más a “Take fountain”. Sin sorpresas ni salidas de tono, The Wedding Present firman un disco haciendo lo que saben hacer, disfrutando de grandes melodías (“The girl from the DDR”), electricidad bien entendida y un sonido propio característico, y lo más importante, con una buena colección de canciones. Jesús Sáez Thee Brandy Hips “Raincoat” YOUNG HIPSTER

Rock. Viajar en tren tiene, entre otras ventajas, la de poder escuchar música mientras el paisaje contrasta visualmente las melodías de las canciones. Yo he escuchado este disco mirando el Mediterráneo este duro invierno, pero bien podría haberlo disfrutado con aquel verde inconfundible de los highlands escoceses o el de la costa guipuzcoana, de donde precisamente vie-


Mark Lanegan Band “Blues funeral” 4AD / ¡POP STOCK!

nen Thee Brandy Hips. ¡Qué disco tan certero se ha sacado este cuarteto! Casi nadie recordará —y es una pena— ese EP editado en 2009 (“We are love”), donde la banda asentaba sus bases maquinando lo que estaba por venir: mucho pop inglés de los 60 y los 90, unas chispas de post punk, un toque de shoegaze, un baterista zurdo que se erige en incombustible metrónomo, unas notas de garaje y once hits que superarán el frío, abrazarán la primavera y explotarán en verano (están confirmados ya para el FIB 2012, junto a The Stone Roses, The Vaccines, Noel Gallaguer´s High Flying Birds, etc.) como un meteoro. “Raincoat” es muy The Go-Betweens meet The Strokes meet Arctic Monkeys (¡esa voz!) meet Teenage Funclub meet Bluetones meet The LA’s. Sobran singles. Octavio Botana

Wiley “Evolve or be extinct” BIG DADA / PIAS

Grime. Pese a estar resultando su disco con menos éxito comercial hasta la fecha (en la segunda semana de su lanzamiento entró a los UK Charts de milagro), éste es el álbum definitivo de Wiley, aquél del que se siente más satisfecho porque lo ha dado absolutamente todo. Y es que, como apunta en el título de este nuevo trabajo, Richard Kylea Cowie, aka Wiley, se ha dado cuenta de que llega un punto en toda carrera en que la alternativa es evolucionar o morir, y a él no le apetece morir. Tras ese invento suyo del RnG (Rhythm’n’Grime) en su anterior disco “Chill out zone” (11), este prolífico MC (va a trabajo por año, como mínimo) vuelve con un LP de sonoridades más puras que sus predecesores donde se dejan caer pelotazos como la inmensa “Skanking”, la discotequera “Boom blast” o el adictivo single “Link up”. “Evolve or be extinct” contiene material de sobras para que cada uno seleccione su tema favorito. El mío posiblemente sea el que da título al álbum, y es que entre esos beats enfermizos y la referencia al Hamsterdam de The Wire (“I’m evolving, in the free zone, like Major Colvin”), ahora mismo se me está pareciendo bastante a Dios. Vamos, que doce años más tarde, Wiley sigue siendo una de las figuras más loables del grime. Amén. Virginia Arroyo

Varios Autores “Belle and Sebastian: LateNightTales” LATENIGHTTALES

Recopilación. Las series “LateNightTales” nacen en el año 2001 con la idea de que un artista/banda conocido realice una selección de música para escuchar a última hora de la noche. Tras un primer volumen firmado por Fila Brazilia y más de una década después, la idea sigue funcionando gracias al acierto del sello y a las cuidadosas selecciones de los artistas que han pasado por la serie (Flaming Lips, Artic Monkeys, Four Tet o Air). En esta nueva edición Belle and Sebastian repiten visita (ya participaron en el año 2006), entregándonos una extensa y mimada selección donde podemos encontrar a Broadcast por partida doble (un sentido homenaje a Trish Keenan), el etíope Mulatu Astatke (conocido por la BSO de “Flores rotas”, de Jim Jarmush), Marie Laforêt o los más actuales Ce’cile, Toro Y Moi, Trees, Gold Panda o Remember Remember con la hipnótica “Scottish widows”. Para darle un toque de mayor distinción, al selector se le pide además que incluya una versión especial para la ocasión. En este caso, Belle And Sebastian añaden un cover del “Crash” de The Primitives que hará a los fans que todavía no se habían decidido a salir corriendo hacia la tienda a comprarse este lujo de recopilatorio. Javier Burgueño The Host “The Host” PLANET MU

Electrónica psicodélica. Cuando casi toda la comunidad electrónica teníamos puesto el punto de mira en Boxcutter, resulta que no, que The Host no era un proyecto paralelo del señor Barry Lynn o incluso del capo Mike Paradinas. Todo comenzó con un par de vídeos lanzados en Youtube bajo la bandera de Planet Mu. A partir de ahí, anuncio de inminente debut en largo y todos a salivar como perros adiestrados. Con la copia promocional en nuestras manos, “The Host” resulta bastante difícil de describir con palabras. El sonido del misterioso productor pivota alrededor de sintes vintage, IDM de cajas de ritmo anticuadas y efectos espaciales a mansalva (“Hidden Ontology” o “Aeontology” son orgías kosmische deudoras del más inspirado Klaus Schulze). Mucho ritmo quebrado; toneladas de sintes incandescentes (ahí está la luminosa “Second Life”) que retienen una belleza fuera del alcance de la mayoría de mortales. Doce impolutas producciones que esconden muchas capas de géneros superpuestas en en el interior de cada una de ellas. O lo que es lo mismo, una de las más grandes y agradables bizarradas que nos deparará 2012. Alberto Vidal

Electrorockblues —Mi amor, el whisky se está derramando, pero no puedo dejar de cavar en esta tierra enfangada. Aquí abajo, bajo este suelo blando, hay un paso a lo más profundo, y voy a desentrañarlo con mi pala. Alguno dirá que Mark Lanegan está cavando su propia tumba, que hace tiempo que se convirtió en un mercenario de los estudios, que pronto se ahogará en ese rio de colaboraciones, entre The Gutter Twins y Soulsavers, Queens Of The Stone Age y The Twilight Singers. Muchos no le han perdonado sus desplantes a la dulce Isobel Campbell, para quien se negó a cantar un par de las composiciones de “Hawk”, la última parte de su trilogía a dúo, y hay quien no le soporta ya su aire hierático y momificado, de mito en vida. Lo cierto es que se diría que Lanegan se siente bien así, dentro del pozo. ¿Qué mejor momento para replegarse y llenar de todo lo aprendido el cargador, que aquel en que afrontas tu última emboscada? �� —En realidad no hay nada aquí abajo, amor. Oquedad y oscuridad. El agujero no va a servir de trinchera, será mejor aguantar dentro de la casa. Aquí arriba, en nuestra colina. Trae el whisky. Este suelo resbala de veras, y mi sangre se vuelve cada vez más espesa. Voy a subir ya. Del barro con que se construyeron los últimos discos de Sreaming Trees, toma ahora forma “Blues funeral”, un western metamórfico y herido, una pira incendiaria a donde se arroja todo el rock, el blues y la electricidad que habita en el fuero interno del cantante de Ellensburg. En este funeral fatal, la voz más cavernosa del mundo recita sus salmos malditos sobre guitarras y loops. Para muchos, el reverendo Lanegan se ha convertido en un hazmerreír. Impasible, él aprieta una vez más la boca y dispara sus últimas doce balas. —Amor, debemos apresurarnos. El funeral está listo, y el pueblo ha salido a las calles. Desde esta cima apenas distingo las caras, pero puedo sentir el odio y los nervios tensados. Vienen a por mí. Recarga el rifle; el tiroteo va a comenzar. La primera bala coge a toda la gente por sorpresa: “The gravedigger’s song” es una descarga sobrecogedora, una gloriosa entrada al

galope en un mundo extrañado y sombrío. El segundo disparo alcanza a aquellos que caminan lentos y cabizbajos: “Bleeding Muddy Water” es un blues sintético, un lamento ahogado de cadencia pesada y escalofriante. El tercero llena el aire de pólvora mientras el cielo se cubre de lluvia: “Gray goes black” es una canción turbia y veloz, como la resaca de un mal sueño donde todo se ensucia hasta cubrir los párpados de negrura. La serenidad al pronunciar cada palabra de Lanegan cabalga sobre una fornida base rítmica de bajos y baterías, embebida en una maraña de punteos álgidos. Cuatro, cinco, seis disparos: “St Louis elegy” se nos lleva al fondo del río Jordán, simplificando en extremo la propuesta. Es un góspel taciturno, donde el esqueleto melódico se queda en apenas nada, simples ramitas que tremolan ante la voz del reverendo Lanegan. ¡Bang!, “Riot in my house” vuelve a la gresca del rock de raíces y aristas, con poderosas sacudidas de bombos, riffs y melenas. “Ode to sad disco” es la gran sorpresa, una verdadera andanada rítmica hacia un pasaje a luces oscuras y sorbos de miseria en la barra —Se están acercando, debemos ser rápidos. Trae toda la munición, amor. Sin parpadeos. El rifle arde, un fogonazo tras otro: “Phantasmagoria blues” ulula con la gracia de los pasos hacia un horizonte libre de polvo y heridas. La mescolanza genérica y el ánimo que transmite “Quiver syndrome” estremecen al más pintado, la cúspide de voces al final de “Leviathan” busca la gloria, y esa voz que remueve todos los cimientos avanza en el lento traqueteo de “Deep black vanishing train”, hasta que el sol cae. —Son demasiados, me han dado, amor. Se acaban las balas. Con el último cartucho, el ascenso electrónico a modo de despedida de “Tiny grain of truth” sedimenta la idea de ese hombre capaz de enamorarse únicamente de sí mismo. Al final de la travesía ha prevalecido su impronta, sus entrañas, su verdad en blanco y negro. Un camino unívoco que, de no llevarle al infierno, le hará llegar siempre lejos, muy, muy lejos. —Hacia las estrellas, amor. Hacia el mar. Albert Fernández


050/051

discos maxis / libros/dvds-cómics

+maxis

Textos

Battles “Dross glop 1” / “Dross glop 2”

Najem Sworb “Occpy WS”

WARP, 12” + 12”

MÉTIS, 12”

Escuchando el segundo volumen de remezclas de “Gloss drop” (de un total de cuatro), queda claro que Battles y el hip hop no se llevan bien; su música es ya de por sí demasiado fracturada como para que lleguen tipos como Alchemist o Shabazz Palaces a meter más ritmos gruesos; menos mal que Kode9 lo arregla en la otra cara con una revisión obsesiva y quebradiza de “Africastle”. Claro que, si hay que invertir dineros, mucho mejor hacerlo en el primer volumen de la serie, con un The Field que samplea “Sweetie & shag” para sumergirlo en una piscina de loops y drones, y (sobre todo) un Gui Boratto que transforma “Wall street” en una pieza semi-ambiental, aliñada con un subidón de esos que todo el club corea, brazos en alto, a las seis de la mañana. VR

Que la gente del colectivo Days Of Being Wild es más rara que un perro verde es algo que estamos viendo a medida que vamos conociendo a sus miembros. No sólo editan cosas de cariz ochentero y EBM que lo mismo gustan a Andrew Weatherall, Ivan Smagghe y Trevor Jackson, sino que no tienen reparos en editar trabajos a gente absolutamente desconocida por la que otras plataformas no darían un duro. Y lo mejor es que les sale bien. Es lo que han hecho con Najem Sworb, que ya había editado un par de tracks en un vinilo del catálogo de AI Records del 2008 y del que nunca más se supo hasta hoy. A medio camino de una vieja referencia de Blueprint (esos ritmos) y otra de Skam (esas melodías), Najem Sworb demuestra saber qué teclas hay que tocar para crear una gran referencia de techno de alto copete. Muy maestro. MP

Objekt “Cactus” HESSLE AUDIO, 12”

Omar S and Ob Ignitt “Wayne County Hill Cop’s (Part 2)” FXHE, 12”

¿Recuerdan lo que les dijimos hace unos meses? Que Objekt prometía. Pues el mozo no sólo ha cumplido las expectativas, si no que las ha barrido con chorros de napalm. Tercer trabajo y cuesta arriba. En esta ocasión entrega dos soberbios tracks que no tienen nada que ver con lo que había hecho anteriormente, para no variar. En “Cactus” se atreve a recrear un bajo wobble. ¿La novedad? Que lo hace con síntesis FM, hecho que lo convierte en un freak de tomo y lomo, y bien que lo sabe. En “Porcupine” se marca un ritmo al más puro estilo Analogue Bubblebath y unos densos acordes dub que lo mismo te hacen pensar en Echospace que en Horace Andy, todo ello aderezado de glitches muy bien puestos y detalles de producción impresionantes. No tengo la menor idea de dónde ha aprendido a producir este tipo, pero no me importaría en absoluto saberlo. Vaya genio. MP

Lo hemos dicho mil veces y no nos cansaremos de repetirlo, Omar S es un experto en darle una de cal y otra de arena a sus seguidores —por cierto, ahora que hablamos de este asunto, ¿qué es lo bueno? ¿la cal o la arena?—. Así que en su plataforma FXHE alterna tracks de puro relleno de sus amigotes con impagables obras maestras de su propia cosecha. En esta ocasión se marca otro himno (y ya van unos cuantos), cercano en cuanto a forma a su ya famoso “Here’s your trance, now dance!” pero con un fondo totalmente renovado. Se basa en el riff de la archiconocida “Axel F” de Harold Faltermeyer, tema principal de la banda sonora de “Superdetective en Hollywood”, y la firma junto a un tal Ob Ignitt del que no hay ni un solo dato, como a mí me gusta. Un diez, en definitiva. MP

Pachanga Boys “Girl Catcher” HIPPIE DANCE, 12”

La magia que desprenden las fechorías de Aksel Schaufler y Mauricio Rebolledo parece no haber llegado a su cúspide. Y es que el talento que derrocha la pareja cada vez que se mete en el estudio es abrumador, están simplemente a un nivel superior. Con un homenaje al hit de rave veraniega de mediados de los noventa como es “Time” —quince minutos de éxtasis épico y descoyuntante con coros de voces, drones, strings épicos y rítmica marcial que no terminan de explotar en ningún momento— quizá pareciera que ya vamos servidos, pero no, si aún ansiaban más, hay mazazos marcianísimos del calibre de “Black naga” o “Thunder scat”. En la primera, coros africanos (por decir algo) pasados por un alterador de pitch. En la segunda, un clap y una improvisación al micro sin parangón. Son unos malditos jefes. MP

Hard Coming Love “Hard Coming Love” SPEZIAL MATERIAL, 12”

Poner a tu banda de nombre el título de uno de los temas más populares de The United States Of America es como firmar con sangre un manifiesto en favor de la psicodelia y el space rock. Que es, precisamente, a lo que se dedican los suizos Hard Coming Love, a construir muros de guitarras impenetrables y cargados de distorsión, a pergeñar ritmos monolíticos y abrasivos y espolvorear con texturas cósmicas y masas de ruido cualquier resquicio que quede libre. Todo ello mientras rinden pleitesía a Spacemen 3, Loop o The Stooges en un ejercicio de estilo tan falto de originalidad como sobrado de músculo y energía. Los fans del género van (vamos) a disfrutar como cochinos. VR

Matthew Dear “Headcage” GHOSTLY, 12”

Todd Terje “It’s the arps” Bjorn Torske “Oppkok remixes” SMALLTOWN SUPERSOUND, 12”+12”

Roxy Music “Remixes” THE VINYL FACTORY, 12”

Ahora que toda Europa está en paro, Todd Terje ha decidido que (¡por fin!) es el momento de ponerse a trabajar, y se saca de la chistera un puñado de remezclas y un nuevo maxi, el (ejem) cuarto de su carrera. “It’s the arps” está construido por completo con un sintetizador mini-modular ARP 2600 (es decir, mundo viejuno) y contiene “Inspector norse”,

el himno de club más redondo y perfecto que se ha publicado en mucho tiempo: una línea de bajo punzante, un arpegio melódico que se clava en el cerebro, pinceladas ácidas aquí y allá y una melodía principal que no para de evolucionar, subida a un crescendo infinito. Un capricho con aire a ciencia ficción antigua, “Myggsommer” y las dos partes de “Swing star”, una suite que arranca entre efluvios de kosmische planeadora y acaba sumergiéndose en las turbias aguas de un disco engolfado, acompaña semejante maravilla. En cuanto a las remezclas, inunda una pieza de Bjorn Torske con percusiones tribales, para luego disolverlo todo en una orgía de metales y bajos en síncopa (y eso que en “Oppkok remixes” compite con el golfísimo remix que aporta Dj Harvey, una auténtica joya de disco vicioso y mutante). Y en el exclusivo maxi de remezclas de Roxy Music, se come a sus compinches Lindstrom y Prins Thomas (que firman una reinterpretación de “Avalon” que es todo tersura ambiental) con un fabuloso reworking disco de “Love is the drug”, un baño de nocturnidad, que retiene en el proceso todas las mágicas esencias del original. Sin duda, queremos un hijo suyo. Vidal Romero

Cada vez más alejado de las pistas de baile (ya ni siquiera le dedica tiempo a Audion), Matthew Dear entrega dos bonitas canciones de corte clásico, “Headcage” e “In the middle (I met you there)”, que esconden grandes dosis de melancolía detrás de una cuidada producción, repleta de percusiones floridas, melodías luminosas y texturas sedosas, y que miran más hacia el pasado (los ochenta, es decir) que al futuro. Mucho más oscuros y ambientales, los otros dos cortes del EP insisten en ese hundimiento emocional que tan bien le sale a Dear: percusiones deslavazadas, texturas opresivas, sintes trazando bucles melódicos y la voz tocada con un punto de amargura. El niño sigue en forma. VR

Mugstar “Serra (distant sun mix)” AGITATED, 12”/CD

Mugstar dejan el mejor tema de “Lime” (10) en manos de un Robert Hampson inspiradísimo, que domestica la imparable cabalgada

Marc Piñol y Vidal Romero

del original en dos largas mezclas que demuestran que todavía es uno de los grandes. La de la cara A atrapa los ritmos originales en un loop aún más cerrado y punzante, hace crujir las guitarras en un magma de ruido y da forma a una salvajada que podría haber firmado él mismo en la época de Loop. Y en la cara B retira todas las pistas de batería y sumerge al resto de instrumentos en una nube tóxica, cargada de vapores eléctricos, que inevitablemente trae a la cabeza los mejores momentos de Main. La cabra sigue tirando al monte, en fin, y en ese monte vive el demonio de los drones. VR

Shed “The Preaetorian” 50 WEAPONS, 12”

Es un hecho inapelable, Modeselektor tienen un sello como la copa de un pino entre sus rollizas manos. Sus billetes se han gastado, eso que quede muy claro. Algunos dirán que se han dedicado a fichar a todo aquél que les interesara sin pensar en cortar el grifo, algo muy al estilo de Florentino Pérez. Pero es que estos dos lo quieren ganar todo, se les nota a la legua. Y a este paso vive Dios que lo van a conseguir. En este nuevo 12” de Shed (René Pawlowitz) los ritmos apenas asoman el hocico, pero bien felices que estamos. Asombrosamente cercano a Alva Noto en “The praetorian”, un poquito más deudor de Biosphere en “RQ-170” (esos pads acuáticos no engañan a nadie), esta dupla de maravillosos tracks suenan distantes, gélidos y metalizados, pero nunca carentes de emoción. Un nuevo hito en la carrera de Shed. MP

The Eyes In The Heat “Amateur” Kill The DJ, 12” El nuevo fichaje del sello parisiense que acoge a Jennifer Cardini, Chloé e Ivan Smagghe es una pareja que vive en Londres y que, además de sacar su nombre de un cuadro de Jackson Pollock, mezcla postpunk y electrónica con un talento impepinable. Tres canciones que se hacen terriblemente cortas y que nos dejan con ganas de más —clara influencia de Siouxsie en “I used to be Spanish”, por otro lado, pero se lo perdonamos—. Para acabar de rematar la faena, no se les ocurre nada mejor que llamar a Oliver Ho (sí, en serio) para que reformule “Amateur” bajo su alias Raudive. El tipo se marca un riff de sinte al más puro estilo Gary Numan, dispara las cajas de ritmos y se muestra respetuoso con la original, remarcando los elementos bailables sin estridencias y con mucha clase. MP

Zammuto “Idiom wind” MAKE MINE, 7”

Ahora que The Books están definitivamente separados, Nick Zammuto ha encontrado el tiempo suficiente para sacar adelante su proyecto más (ejem) pop: un grupo en un sentido convencional del término, con sus guitarras, sus bajos y sus baterías, dedicado a escribir canciones. Y buena noticia que es, porque “Idiom wind” retiene esa inigualable sensibilidad para el surrealismo sonoro y el capricho melódico, pero desde un punto de vista más amable. Contiene dos canciones musculares, intensas y sorprendentemente adhesivas, en las que la alquimia digital (los habituales cut-ups y triquiñuelas de producción) se reservan para el adorno puntual. Artrock de muchos quilates. VR


Gorm Henrik Rasmussen / Nick Drake “Pink Moon. Un relato sobre Nick Drake” Stephin Merritt & The Magnetic Fields “The book of love: 100 canciones” CONTRA EDICIONES

+libros Fernando Navarro “Acordes rotos”

A los osados favorece la fortuna, o debiera. A pesar de estar inmersos en una incontestable gris realidad social, económica, política y moral, que nos invade como una espesa y tóxica niebla, todavía podemos tener fe al celebrar algunos brotes de valentía. Estando el panorama editorial tan convulso es digno de reseñar y aplaudir a idealistas, luchadores y suicidas que apuestan por sacar adelante un proyecto como el que nos ocupa. Contra nace en Barcelona y presenta sus dos primeras referencias: “Pink Moon. Un relato sobre Nick Drake” y “The book of love: 100 canciones”, ambos editados en unas cuidadas y coloristas ediciones de clara influencia Pop Art. El primero de ellos, prologado por el cantautor asturiano Nacho Vegas (uno de los músicos contemporáneos que, probablemente, más ha hecho por el redescubrimiento a nivel popular del retraído inglés nacido accidentalmente en Birmania) relata la vida y obra de Nick Drake a través de la investigación que llevó a cabo durante la década de los setenta el poeta Gorm Henrik Rasmussen. Sus indagaciones le llevaron a viajar hasta

Inglaterra, donde se entrevistó en numerosas ocasiones con los padres del difunto artista. Publicado originalmente en inglés en el año 1986 y traducido al fin al castellano, esta obra ayuda a arrojar algo más de luz sobre la vida, obra y carácter del británico —algo que, como es de sobra conocido, siempre ha resultado tan difícil como encontrar el camino de huellas sobre una ciénaga—. “Pink Moon, un relato sobre Nick Drake” se completa con una selección de canciones de su discografía que aparecen en su versión original y excelentemente traducidas por Dídac Aparicio. La segunda referencia está íntegramente dedicada al amor y al desamor desde el punto de vista de Stephin Merritt, líder de (entre otros grupos) The Magnetic Fields, con quienes editó aquella obra magna titulada “69 Love songs” (Merge, 99), y en la que abordaba la temática sentimental a través de sesenta y nueve historias. En “Stephin Merritt & The Magnetic Fields. The book of love: 100 canciones” es el escritor y periodista musical Kiko Amat quien precede, con su extenso e interesantísimo prólogo titulado “Merrit era un Jukebox”, a un breve manifiesto musical firmado por el propio Stephin, y aparecido originalmente en un fanzine allá por el año 95, y a una selección de cien canciones compuestas por el propio norteamericano, que nuevamente, como en el caso del libro sobre Nick Drake, se presenta en una versión bilingüe. David Giménez

66 RPM EDICIONS

Jan Švankmajer “Para ver, cierra los ojos” PEPITAS DE CALABAZA

El amante de los sonidos estadounidenses habrá recorrido, o debería hacerlo a partir de ahora, La Ruta Norteamericana trazada por Fernando Navarro en su blog para la versión digital de El País. El periodista nos guía desde 2008 a través de estilos como el soul, el country, el blues, el jazz o el rock de ayer y hoy. Colaborador habitual en publicaciones como Efe Eme, Rolling Stone y Ruta 66, publica su primer libro a través de la excelente editorial 66 rpm. Aunque “Acordes rotos” tiene alma de vinilo más que de obra impresa sobre papel. El autor escoge treinta y tres biografías (33 y 1/3 revoluciones por minuto es la velocidad de grabación y reproducción del LP) de otras tantas leyendas de la música que obtuvieron el reconocimiento y la eternidad como pago a sus desdichadas vidas. El rigor y la pasión con los que está escrito despierta la sinestesia dormida del lector, capaz de percibir en cada capítulo el crujido de la aguja arrastrándose sobre los surcos de una canción. Guía imprescindible. David Giménez

Si la mirada invertida que proponían los surrealistas de Breton debía servir para poder “ver lejos y en profundidad”, Georges Franju dixit, el título de este librito dedicado a la obra del cineasta checo Jan Švankmajer no ha de conducir, pues, al engaño. “Estoy seguro de que no se elige el surrealismo, sino que el surrealismo lo elige a uno”, diría sobre el cine. Conocido sobre todo por la influencia ejercida en postmodernos como Burton o Gilliam, el tipo se recorre año tras año los festivales del mundo (el pasado enero estaba en Madrid presentando su último filme, “Surviving life”) dejando claro que su legado aún posee el vigor, la suficiente ironía y conciencia de clase como para incomodar al respetable. Así pues, feliz coincidencia la edición de este compendio de declaraciones, textos, entrevistas y manifiestos del autor y la defensa de su mundo de imágenes en stop-motion y figuras hijas de El Bosco. Una recopilación bonita y sentida, aunque se echa de menos más rigor bibliográfico. Paula A. Ruiz

cómics “Wimbledon Green” Seth SINS ENTIDO

Desde que empecé a leer cómics, esto es, desde que empecé a leer, me obsesioné con una imagen que diría debe sobrevolar en algún momento la imaginación de todo coleccionista de tebeos: una habitación repleta de ellos; montañas de cómics del suelo al techo, toneladas de papel formando cavernas por donde introducirse a gatas para entre los pequeños halos de luz, ir devorando las viñetas más próximas. No hay duda de que Seth, el estrambótico autor del sombrero y las gafas redondas, alabado por obras como “La vida es buena si no te rindes”, es también un obsesivo del entorno del noveno arte. Su “Wimbledon Green” es un encantador recorrido por una pléyade de personajes estrambóticos pero similares a los freaks que encontramos en nuestros recorridos libreros. Con un trazo espontáneo y simple, y a través de breves tiras conectadas, Seth nos adentra en un fascinante mundo de engaños y subastas, entre elegantes élites de coleccionistas, libreros atónitos y aficionados lelos. El más envidiado de todos ellos es el misterioso y victoriano Wimbledon Green, el mayor coleccionista del mundo, quien cierto día encontró una sala atestada de cómics. Albert Fernández

“First wave” Azzarello y Morales

“Echo” Terry Moore NORMA

ECC CÓMICS

Doc Savage es un héroe literario pulp creado en 1933 por los editores Henry Ralston y John Nanovic y escrito por Lester Dent y se considera el germen en que se inspiraron muchos artistas del noveno arte para crear a sus héroes. Personajes como Batman, The Spirit o Blue Beetle no existirían sin la influencia de The Shadow y Doc Savage. El Hombre de Bronce es propiedad de DC desde hace un tiempo y nadie mejor que Brian Azzarello para dar continuidad a un personaje mítico. Pero “First wave” va más allá de Doc Savage. Azzarello y Morales recuperan a enmascarados como The Spirit, The Avenger (otro hombre misterioso de las novelitas pulp), Canario Negro, Rima la chica de la jungla o los Blackhawks en un cómic de aventuras que es puro Azzarello: misterio enrevesado, amplia presencia de secundarios sosteniendo el peso de la trama, diálogos punzantes. El arte de Morales y los colores de Nei Rufino hacen de este cómic una experiencia muy pulp. Manu González

“Alias: Bajo tierra” Bendis y Gaydos PANINI

Con los cómics de Terry Moore, mejor dicho, con “Strangers in paradise”, EL cómic de Terry Moore (noventa números publicados entre 1993 y 2007) tengo un problema personal: no aguanto a sus protagonistas. Eso no debería ser un problema, ¿verdad? Si el punto fuerte de Moore es desgranar hasta el paroxismo la personalidad de sus criaturas y trazar tramas con páginas y páginas de diálogos que definen a esos personajes, es normal que “Strangers in paradise” no esté entre mis lecturas favoritas de la vida. Gracias a Dios, esa particularidad enfermiza de Moore en documentar hasta la talla de pantalones que utilizan sus féminas resulta muy provechosa en “Echo” (30 números recopilados por Norma en tres tomos). Al tratarse de un cómic de ciencia-ficción, encontrarse con muchos detalles que humanizan a sus protagonistas es la gran baza de esta historia conspiranoica sobre los límites de la ciencia en la industria armamentística. Manu González

Ahora es terreno familiar. Con “Powers” convertido ya en una serie perfectamente asentada, y Bendis ejerciendo de gran maestro de ceremonias de Marvel (lo que los responsables de la editorial han bautizado algo pomposamente como arquitecto), en cierto sentido “Alias” ha perdido parte de su fuerza. Porque esto es Bendis en estado puro: conversaciones larguísimas, respondidas en muchas ocasiones con otra pregunta; y un diseño de página que ya se ha convertido en marca de la casa. Pese a todo, el tebeo sigue funcionando. Conserva la fuerza de su personaje principal, al que Bendis volvería en repetidas ocasiones durante toda su etapa en “Los Vengadores”. “Alias” es uno de esos cómics que amas u odias. Este redactor se cuenta entre los primeros. Pese a todo, independientemente de tus fobias y filias, no cabe duda de que “Alias” y, por extensión, Bendis cambiaron el juego. Para bien o para mal. Xan Pita


052/053

songwriters / último clásico

songwriters

Las grandes catástrofes ocurren, por lo general, los domingos a mediodía. Es tarde. Acaban de dar las doce. Alguien se despierta en una cama estrecha, se levanta descalzo, apenas cubierto con un camisón mugriento, y se acerca a la ventana. Vuelve a la cama desolado. Todavía llueve. Agua por todas partes. No ha parado de llover desde hace semanas. El pueblo es un lodazal, el fango llega hasta las rodillas, la suciedad ahoga a los niños y el agua, a las cucarachas. La boca del estómago se contrae y el hombre en camisón desespera. No aguanta más. Entonces llega el hechicero, rodeado de misterio y una apariencia de sabiduría. Ofrece una solución y dice que ‘sólo cuesta dinero’. Pagan. La lluvia arrecia pero tiene consecuencias. Dice el mago que sólo se puede elegir entre la sequía y la lluvia y que él es quien manda. El pueblo entero depende de él. Son culpables de su propia esclavitud. Más tarde, toman conciencia de sí mismos y le asesinan para liberarse. Pero, alas, tienen las manos manchadas de sangre y quedan marcados. Por fin, una historia que habla de vender el alma para ahorrarse una tragedia; la opción más humana, la opción débil. La opción contemporánea. Una letra que habla de cómo nos vendemos al charlatán más carismático para calmar nuestras angustias. ¿Es esta una letra sobre la adicción y cómo vencerla? ¿O habla de la gran mentira del estado del bienestar, del derecho a ser feliz? Sea lo que sea, describe la naturaleza perversa de lo que nos han dicho que es bueno (el amor, la familia, el futuro) y cómo choca estrepitosamente con las alegrías de lo que se considera malo (la ambición, la adicción, la soledad). Nuestra cobardía tiene unas consecuencias trágicas, fatales, terribles. No hay redención para los débiles. Quizás por eso se llama “Old Testament v-3.8” porque en el Antiguo Testamento nadie se salva. Nuestros pecados quedan para siempre registrados en el libro del debe, nunca se saldan. Ahí finaliza la historia, entre dos libros. Se intuye un nuevo comienzo, una segunda parte de esta letra, la que cuenta como son salvados los niños. El nuevo comienzo, el de los hijos libres de culpa. Estamos rodeados de falsos profetas, de soluciones vulgares y salidas fáciles. Estos son los tiempos difíciles que nos tocan vivir, en los que los malos salen impunes. Son días en los que asumir las consecuencias de contar la verdad es duro. La astenia que nos envuelve se fundamenta únicamente en la presunción generalizada de que la mentira es asumible. Su valentía radical, la misma que le acerca a Dylan, convierte a “Old Testament v-3.8” en una canción protesta. Es beligerante. Se enfrenta violentamente a la mediocridad reinante, al imaginario de la cotidianeidad tan en boga hoy en día. Creo que, sin duda, saben a qué me refiero cuando hablo del imaginario de la cotidianeidad: todas esas letras sobre los privilegios de la vida sencilla, los paseos por el parque, la repostería, el ganchillo, la decoración y los días libres. Esas memeces no dan lugar aquí porque, a diferencia de lo que hace la mayoría, esta canción no cuenta mentiras. Su mérito es gigantesco.

Àlex Torío

“Old Testament v-3.8”

Pablo Moreno Banessa Pellisa

Ilustración Texto

Compositor: Àlex Torío. Incluida en el álbum “Principia mathematica” (Picap, 10)

It rained for one hundred nights with their long one hundred days, it rained in a way that everything was going to waste Shepherds in their cabins were all drinking like fish Peasants were considering hanging themselves with a leash the local prophet had been fired by the major’s wife The priest was feeling better in possession of a knife Most of the young women had forgotten their vows Had poisoned their old husbands and had sacrificed their cows Promiscuity was showing off in the middle of the streets The whole town was looking for another crumb to eat Evil, vandalism, pain and death The worst in anyone Blooming at the end Then thunder crossed the sky and a stranger came around He was riding an old mule, and he said he came from the mountain He astonished us all, as he stood there still, so tall And he spat off, to clear his throat and quietly said: ‘I’m not a ghost, with a sheet, ball and chain I’m an expert sorcerer than can take away the rain” He showed us his price first, we looked for the word ‘flood’ It was something crazy -all our savingsBut, once we had paid him, we took some strange items, He raised his cane and, in front of us, then, the rain stopped Three months later the land was dry. It hadn’t rained anymore So ten strong men in town went to see the sorcerer at his home He told us we could only choose between drought or rain And if we wanted him to bring us clouds we had to pay again But there was no harvest no cow and no handicraft He said it wasnt’s his fault, he turned his back and laughed While he was asleep that night we took him from his bed We bounded him hand and foot, and forced him to make the spell And when the sky began to pour, we built a reservoir And ambitious system of water channels made of pipes and tanks and there we have his grave If we hand not killed him we would have become his slaves And we erected a statue to remember what he did He saved us twice to leave us where we were But we learned a lesson we’d always remember A town can’t depend on the will of one person May God condemn us, may God ignore us But a time will come when sins will be forgiven And it’s sure we are guilty but our children are free And they’ll always have all the water that they need.

Llovió cien noches seguidas de cien largos días. Llovió tanto que parecía que todo iba a perderse. Los pastores, en sus cabañas, bebían como peces. Los campesinos pensaban en atarse una soga al cuello. El profeta local había sido despedido por la esposa del alcalde. El cura se sentía más tranquilo con la navaja a mano. Muchas de las jóvenes del pueblo habían olvidado sus votos, habían envenenado a sus viejos maridos y habían sacrificado las reses. La promiscuidad se mostraba descarada en medio de las calle. La ciudad entera buscaba alguna migaja que llevarse a la boca. Maldad, vandalismo, dolor y muerte, lo peor que llevamos dentro surgiendo al final. Entonces un trueno atravesó el cielo y, de pronto, apareció un extraño. Iba montado en una mula y dijo que venía de las montañas. Nos dejo atónitos, tan alto y tranquilo como era. Escupió para aclararse la garganta y dijo: “No soy un fantasma, de los de sábana, bola y cadena. Soy un experto hechicero que puede parar la lluvia.” Nos enseñó su tarifa. Buscamos la palabra “inundación” Era una locura. Todos nuestros ahorros. Pero una vez le pagamos, le llevamos algunos artilugios extraños, levantó su bastón y, delante de nuestros ojos, la lluviá paró. Tres meses después la tierra estaba completamente seca. No había vuelto a llover. Así que diez hombres del lugar fuimos a ver al hechicero a su casa. Nos dijo que sólo podíamos elegir entre la sequía o la lluvía y que si queríamos que nos trajera de vuelta las nubes teníamos que volver a pagar. Pero no había cosechas, ni vacas, ni artesanía. Nos dijo que no era su culpa, se dio la vuelta y se puso a reir Esa noche, mientras dormía, lo sacamos de la cama Le atamos brazos y pies y le obligamos a hacer su hechizo Cuando del cielo volvió a caer lluvia, construimos una reserva, un sistema ambicioso de canales de agua, hecho de tuberías y tanques Y allí plantamos su tumba. Si no le hubiéramos dado muerte, nos habríamos convertido en sus esclavos. Y erigimos una estatua para recordar que hizo: nos salvó dos veces, para dejarnos tal y como estábamos al principio. Pero aprendimos una lección que siempre recordaremos, una ciudad no puede depender de la voluntad de una sola persona. Que Dios nos condene, que Dios nos ignore, Pero llegará un día en que nuestros pecados serán perdonados y aunque somos culpables, nuestros niños son ahora libres y siempre tendrán todo el agua que necesiten.


el último clásico

Éramos mierda, basura adolescente. Así es como nos trataban y eso era lo que sentíamos. Así que no nos importaba demostrarlo. Nos metíamos en los contenedores industriales de la calle y arengábamos a gritos a quien pasara, con esa simple consigna: “¡Sí, somos mierda!”. Cuando nos cansábamos, saltábamos de nuevo a la acera entre risas. Entonces, cantábamos acera abajo “Walk away” de Bad Religion o “Recall” de Seaweed, mientras urgábamos en los bolsillos por si nos quedaba para otra cerveza.

Seaweed “Weak”

SUB POP, 1992

Texto

Albert Fernández

E

l conocimiento llegaba en cassette. Entonces no podíamos soñar con estanterías repletas de relucientes cds o elegantes selecciones de vinilos por los que pasar los dedos. Se trataba de que el tipo de la otra aula, ese que tenía un hermano mayor, te trajera como prometió el cassette grabado con ese grupo tan total del que algunos (no todos, nunca todos) hablaban. Los granos en la espalda no aflojaban, y el mundo era feo como el color de las paredes del instituto. No había dirección ni conclusiones, así que practicamente lo único que podíamos hacer era escuchar música mientras nos preguntábamos por todo. Sentirse un ser abyecto abandonado en este mundo era la receta. Éramos débiles y nos hacíamos los fuertes. Éramos débiles y escuchábamos a Seaweed. ENTONCES

En aquel tiempo, Seaweed era una de las bandas estrella de Sub Pop, y sabían que merecían todo lo bueno que les estaba pasando. Después de cinco años de ir de gira con lo puesto y grabar su propia música, el sonido de sus dos últimos discos había crecido bajo la mirada de Jack Endino, el legendario productor de Seattle que grabara a Mudhoney o Soundgarden. Desde su Tacoma natal, Seaweed se alzaban como la réplica del noroeste americano a los aclamados Superchunk. “Weak” fue un disco demoledor. Aunque le faltaba los últimos grados de madurez y astucia que asomaron definitivamente en su enorme sucesor, “Four” (Sub Pop, 93), el tercer disco de Seaweed desprendía tantas esquirlas de rabia incontrolada, que, desde la primera escucha, todo adolescente rockero con sentimientos de alienación lo adoptaba como el

latir de su propio corazón. Personalmente, tardé mucho en escuchar apropiadamente el disco. Lo que me llegaba a los oídos en mi oscura habitación era una grabación sobre una grabación de otra grabación en una cinta a la que se le había tenido que poner el precinto de celo. Todo eso sólo hacía que subiera sobremanera el volumen, para que todo atronara más. La contundente cabalgada de distorsión y baterías con la que “Recall” daba inicio a esa colección de himnos me sacudía sin remedio cada vez. La rasgada voz de Stauffer encajaba a la perfección con ese despliegue de furia y velocidad. Pero no todo era rudo y opaco. “The way it ends” bamboleaba juguetonamente en su estribillo, como quien prepara una trampa. Todo zumbaba bajo una línea de continuidad en “Baggage”, y siempre querías corear sus versos. Las guitarras tomaban la delantera en “Stagger”, una canción donde Stauffer afinaba como un pajaro herido bajo olas de lava. “Taxing” parecía tranquila al principio, pero se desataba en una carrera de alineación y rechazo por los demás, una retahíla que dolía si te la ponías con los cascos. “Billy” nos hablaba de escapadas hacia dentro, en una dinámica de crecer y parar, donde la batería emprendía escaladas imposibles, mientras ríos de versos ascendían cimas de emoción. “Este tipo canta tan rápido tantas palabras, que nunca nos aprenderemos las canciones”, solíamos decir. “Clean slate” era una pizarra rellena de garabatos extremos, un himno de perdición con la batería machacando pensamientos raros sobre la autoestima. “Shut up!” daban ganas de cantársela a coro a algunos de la clase, y “Squint” convertía todo nuestro imaginario escolar en una visión apocalíptica.

Contrariando lo que reza su título, las canciones de “Weak” son fuerzas de la naturaleza, ráfagas de sentimiento y melodía que marcaron los días más jóvenes, el tiempo que se fue. AHORA

Ahora Seaweed están de gira. Sí, en su momento firmaron por un sello más grande, enrevesaron sus giras y acabaron separándose. Hace unos años por myspace anunciaron que se reunían de nuevo. Tocan de vez en cuando aquí y allá, e incluso han sacado un EP hace unos meses. En realidad creo que todo eso me da igual. Lo único cierto es que actualmente puedo ponerme discos como “Weak” cualquier día de la semana, en un momento al azar, y mi reacción siempre será igual de encendida. La música de Seaweed me subleva y me da fuerza, me hace gritar y cantar y saltar, y le da la razón a aquel adolescente de cabeza grande y hombros estrechos que siempre llevaba el mismo calzado y una camiseta de Misfits tres tallas más grande. ENTONCES

Por aquel entonces sentíamos que acechábamos la noche profunda, aunquen no pasaran de las once y cuarto. Los tipos nos miraban con desprecio y arrogancia, aunque nosotros sabíamos que ellos tampoco eran nada nuevo. Las chicas ni siquieran nos miraban, pero tiempo habría. Las señoras y los señores se alejaban alertados, porque nosotros hacíamos muecas terribles, y podíamos ser muy escandalosos mientras nos señalábamos frenéticamente los pies dentro del contenedor, saltando y gritando que sí, éramos una mierda. Era una mierda. Todo era una mierda.


054/055

open mic

+net labels Columna

David Broc

+import

Columna

ARQUEOLOGÍA SONORA Los aniversarios están para celebrarlos, claro que sí. Este 2012 se cumplen diez años de la aparición de “Original”, no sólo la sesión más emblemática y conocida de Neil Armstrong, sino también uno de los momentos cumbre en la historia más o menos reciente de los mixes relacionados, de una forma u otra, con el hip hop. Para recordar esta onomástica como se merece, se ha editado un magnífico box-set, edición limitada de 300 copias, que incluye un USB con los dos primeros volúmenes de esta serie, así como dos sesiones más marca de la casa que complementan a la perfección la propuesta. Todo ello espléndidamente presentado en un envoltorio à la page y aderezado con un libreto que repasa todos los títulos de las canciones incluidas. Interesados ya pueden darse prisa porque las copias volarán rápido. ¿Qué es “Original”? En primer lugar una sesión estelar, por cómo está ordenada, planteada y ejecutada y por cómo consigue implantar una dinámica in crescendo de forma natural y muy lúcida. En segundo término es el título con el que Neil Armstrong empezó a forjar su leyenda como uno de los grandes instigadores de la incipiente cultura de mixtapes que cobró vital importancia en la década pasada. Y por último, se trata de uno de los mejores ejercicios de arqueología sampledélica que se recuerdan. Para aquellos que nunca le hayan hincado el diente, conviene recordar que el leitmotiv de la mixtape no es otro que el de revisar las fuentes originales de algunas de las canciones más importantes de la historia del rap. Armstrong rebusca en las cubetas para acercar a curiosos y enfermos del sample aquellas canciones de las que los productores han extraído las ideas y muestras para diseñar sus propias grabaciones. En la mayoría de ocasiones, además, se dedica a unir pasado y presente, sample original y versión hip hop, en mezclas de apasionante sutileza y fluidez, como si todas fueran parte de un mismo discurso (y bueno, en realidad, es como si lo fueran). Armstrong, que alcanzó fama internacional después de convertirse en el DJ de gira de Jay-Z, y que ahora es uno de los DJs de hip hop con más caché y reconocimiento del mundo, exhibe técnica precisa en la mezcla, pero sobre todo pone de manifiesto sus amplios conocimientos musicales y una inmejorable sensibilidad hip hop. Esto le permite escarbar con profundidad, inteligencia y emoción en los archivos del soul, del funk y del jazz para encontrar aquella materia prima que le permite explicar de la manera más clara posible lo que significa el hip hop, pero también sus mecanismos de creación, su bagaje histórico y su capacidad de asimilación de influencias y herencias varias. En ese sentido, “Original”, y también “Original 2”, que pierde el factor sorpresa de la primera pero es igualmente impecable en su ejecución, suponen dos manifiestos ejemplares sobre el arte del sampleo y la reconstrucción, y esta edición especial que conmemora los diez años de su aparición pública es una aconsejable vía de redescubrimiento lejos de la frialdad y distanciamiento que siempre transmite una descarga gratuita cualquiera. La caja es la excusa, qué duda cabe, pero es una excusa que se hace querer y, lo más importante, transmite muchas ganas de volver a escuchar ambas sesiones con la misma ilusión y excitación de hace una década. Y es que diez años después no han perdido ni un ápice de su vigencia y efusividad, conservan esa intensidad y fulgor inicial, y mantienen intacto su altísimo valor pedagógico, material altamente recomendado para recién llegados al universo del hip hop con inquietud por rebuscar en su pasado.

Gloria González

COMPETICIÓN EN LA NUBE Aunque una cosa no quita la otra y no por apreciar el ambient es lícito abandonar el punk, ni viceversa, si hubiera que escoger un disco entre todos los que flotan a la espera de que alguien les preste una oreja habría que votar por “Lucid dream” del ruso Yara, disponible en Test Tube (www. monocromatica.com): ambient con ramalazos dub lo suficientemente superficial y profundo como para encadenarte para siempre a una rueda oxidada que gira lentamente sobre sí misma, en sentido metafórico, se entiende. A menos que, por preferir las sonoridades emo-post-folk, las guitarras que suspiran y tiemblan, las voces inconsolables y las cuerdas que te estiran los recuerdos hasta partirte el corazón, el cerebro se decante perceptiblemente hacia Emphemetry, cuyo “A lullaby hum for tired streets” ha sido publicado por el sello (dedicado en parte a la música creative commons) Time Travel Opps (timetravelopps.co.uk). El corazón, de todas formas, de haber seguido entero, quizá se hubiera inclinado hacia Laura Mura and The Seven Dwarves, que vienen a ser una italiana acompañada por (menos de siete) músicos con instrumentos de juguete, quienes grabaron durante un espectáculo infinitas canciones multilingües de una suerte de jazz fantástico, o de pop misterioso, o de música infantil para niños nostálgicos que no paran de llamar a gritos al lobo: el resultado, impresionante, se llama “My bootleg” y puede descargarse desde La Bèl Netlabel (labelnetlabel.com). Si la sencillez fuera el criterio máximo de selección, el premio se lo llevaría Myles

Coyne, un americano pegado a una guitarra acústica que interpreta canciones de amor lo-fi dedicadas a su madre en el simpático EP “I love you mom”, regalo de Mine, All Mine! Records (mamrecords.com). El criterio muchas veces es la complejidad y en esta categoría (subcategoría “complicarse la vida inútilmente con gracia”) el ganador incontestado es Cherly Kacherly, que firma un “Misadventure of a meaty machine” de lo más juguetón y extraño, como con un ordenador que intenta conquistar a un bajo bailando música disco entre esqueletos que tocan la trompeta, disponible en Birdsong (birdsong.co.il). Al dúo Granjaescuela más vale no darle ningún premio porque igual se lo tragan: en “El poder de Greinjschool”, presentado por La Gramola Netlabel (gramolanetlabel.blogspot.com) se les ve muy animados, como hijos de Lightning Bolt que comieron demasiados cereales, sonando a ratos a animal colectivo. A favor, también.

+jander Columna

MUNDO VIEJUNO Por si no se habían dado cuenta, lo analógico está de moda: ahora mismo no existe nada más avanzado para un sello que publicar sus discos en formato casete; nada más cool para un after que sacar de la maleta vinilos de los setenta llenos de polvo; nada más emocionante para un músico que rescatar de algún desván un sintetizador modular con el que fabricar su propia visión del synth pop, la new age o la kosmische. Y aunque en el cómputo general tanto furor por lo vintage arroja más luces que sombras, también hay que alegrarse por un efecto colateral inesperado: la inusitada atención que se está dedicando a los oscuros pioneros del asunto electrónico, bien en forma de reediciones de trabajos perdidos en la memoria o, más interesante aún, con la exhumación de archivos que nunca habían visto la luz. En los últimos meses han aparecido en las tiendas varios artefactos capaces de hacer llorar a cualquier alma que se

Vidal Romero

emocione con un cacharro lleno de cables. Títulos como “Lixiviation” (Finders Keepers, 12), que explora los deliciosos experimentos que la pionera Suzanne Ciani realizó en los setenta, o el pantagruélico vinilo cuádruple “The Oram Tapes” (Young American, 11), que recoge muchos trabajos inéditos de la esquiva y misteriosa Daphne Oram. Pero no es el único caso de viejas glorias que salen (más) a la luz: la venerable Eliane Radigue ha publicado más discos en los últimos tres años que en las cuatro décadas anteriores, y colegas suyas como Elle Fullman o Pauline Oliveros también registran una intensa actividad editorial, que además incluye colaboraciones con jóvenes cachorros. Ahí están el impresionante “The headlands” (Important, 10), en el que Fullman se embarca mano a mano con Barn Owl en un viaje al fondo del drone, o los discos que ella misma y Oliveros han compartido con ese misterio que se hace llamar Eleh, uno de los proyectos más interesantes surgidos en este (ejem) revival. Y es que lo más interesante de todo este trabajo de archivística no es la recuperación de la memoria (que también), sino descubrir qué pueden hacer las nuevas generaciones a partir de ese material. Y es ahí donde aparece Keith Fullerton Whitman, que acaba de regalarnos una joya llamada “Generators” (Editions Mego, 12), un intenso viaje que va cruzando las fronteras del minimalismo, la kosmische y la abstracción ambiental sin detenerse en ningún lugar, y que supone una estupenda puerta de entrada para acceder al fascinante universo de los sintetizadores modulares. Cuidado, que engancha.


+all that jazz Columna

Pepo Márquez

REDESCUBRIENDO A NICK DRAKE Si buscamos en YouTube por Misja Fitzgerald Michel (París, 1973) y viéramos alguno de los numerosos vídeos que están colgados en esa página, entenderíamos al instante el motivo por el cual el guitarrista francés se ha decidido a profundizar en la figura de Nick Drake hasta el punto de grabar un disco de guitarra acústica exclusivamente instrumental (a excepción de un corte al que ha puesto voz Meshell Ndgeocello) con apenas arreglos y de un calado emocional no apto para hipotensos. Hablar de Nick Drake (1948-1974) nunca está de más. El cantautor británico aunque nacido en Birmania, muerto de forma repentina por una mezcla de depresión, medicamentos y quién sabe si algo de intención, es desde hace mucho un referente y un mito. Su voz única y reconocible sigue influenciando no sólo a cantautores de perfil emocional complicado, sino a músicos de otras disciplinas que se acercan al legado de Drake con reverencia. Es el caso que nos ocupa: un disco complicado de escuchar, editado en un sello complicado de encajar y realizado por un tipo complicado de entender. Quizás por esa combinación imposible hayamos caído tan rendidos. Si hay algo más fantasmal que escuchar a Nick Drake es escuchar versiones instrumentales de sus canciones, donde parece que, de un momento a otro, va a surgir la voz frágil del cantautor, que hasta ese momento habría permanecido escondida detrás de cualquier acorde. Escondida como su fama cuando estaba vivo. “El hecho de que este disco sea instrumental”, cuenta

Misja Fitzgerald, “es una manera de decir que la música de Nick Drake puede entenderse por las notas musicales, las melodías y los ritmos que legó a la posteridad, sin recurrir a la palabra”. Un espíritu de invención (vía afinaciones alternativas, por cierto) que acompañó a Drake en su corta vida artística: la belleza única de los sonidos, la apertura del lenguaje formal, la sofisticación de las armonías. Una forma única que, no es casualidad, queda elevada en un disco que se edita en un sello que hace referencia al noformato. ¿No es maravilloso? El primer contacto de Misja con la música del cantautor se produjo en la infancia, a través de la colección de discos de su padre, fiel seguidor de la guitarra acústica. Sin embargo, suyo sería el esfuerzo posterior: la dedicación, el estudio y la rendición. A pesar de que su camino le llevó hacia la orilla del jazz, Misja Fitzgerald nunca ha olvidado la marca indeleble que dejó en él Drake. Y ahora pensó que era buen momento para airearla. La desnudez de la música del autor de discos como “Pink Moon” queda en este “Time of no reply” respetada y protegida por un purista. Sí, un purista. Porque a pesar de que revisitar a Nick Drake obviando sus letras pueda parecer un acto de revolución formal, es evidente, al escuchar cada una de las once canciones, que se trata de todo lo contrario. Un repertorio que incluye piezas clave en la discografía del músico desaparecido: “Time of no reply”, “Pink Moon” o “Fruit tree”. Un trabajo que se convierte, casi sin querer, en una referencia obligada para futuros proyectos revisionistas, no sólo de Drake, sino de cualquier otro artista de su nivel.

+the true report Columna

Everett True

SOBRE GUIDED BY VOICES Me he vuelto a enamorar de este sonido: lo-fi, grunge, llámalo cómo quieras. Gracias al dúo estadounidense Shellshag. Me recuerdan cuánto me gustó en su momento aquella acumulación de errores, las canciones Disney y los restos de Sebadoh y Quasi (gracias a la mitad de emisoras independientes y no comerciales de Australia). Actualmente el sonido está saturado. Las partes vocales se suben con amplificadores baratos lo justo para distorsionar. Las guitarras son atrevidas. Las canciones, cortas, o con la justa duración para germinar una idea y continuar. No puedo negar aquellas pasadas noches encendidas de octubre. No puedo negar bailar pataleando. Es curioso como los vestigios de los que lucharon en las trincheras del indie en los 90 mantienen que Guided By Voices es una banda clásica por encima de muchas. No tengo ni idea de si por culpa de la imagen, la bebida, las letras que te sumergen en almacenes medio cerrados y los holgazanes rechonchos en la playa, o porque son tan machos (y entre nosotros, a un fan del rock alternativo no hay nada que le guste más que una banda de tíos tocando temas rock clásico de tíos, o el mito). Probablemente es por todo esto, además de que Estados Unidos nunca tuvo a sus propios The Fall. La primera vez que vi a Guided fue en el New Music Seminar de Nueva York, en 1993. Gerard Cosloy, el jefe de Matador Records, me había dado el chivatazo entre peleas callejeras de borrachos en las que nos perseguíamos el uno al otro con cervezas y gritos a la salida del Knitting Factory. Tenían la energía que me gustaba. El modo en que el cantante, Robert Pollard, se movía en el escenario, la emoción jovial, el límite de la desesperación, esa forma oblicua de hacer música con la que no estaba familiarizado (ya que nunca había escuchado a Pat Benator o Cheap Trick). Eso vendría años después, gracias a mi compañera de la crítica musical Kathleen Wilson, cuando trabajé en The Stranger, en Seattle. Lo que más me gustaba eran las melodías. No había demasiado público: Gerard (que al poco tiempo los fichó para Matador), unos cuantos amigos de la banda de

Ohio, mi fotógrafo y yo. Después fui a ver al cantante para entrevistarle; intentaba vender con valentía camisetas y LPs en vinilo a gente de la industria con poco interés al fondo del club. Me dijo que nadie les había pedido nunca una entrevista y que llevaban décadas funcionando y autoeditando innumerables discos. Me dio una copia de todos los discos que tenían, y de todas las camisetas y no quiso cobrarme nada. Quiero recordar que al menos le invité a algunas cervezas como compensación. ¿Quién sabe? Recuerdo la entrevista a la mañana siguiente. Fue en el bar del Gramercy Park Hotel, en el centro, mi alojamiento preferido cuando visitaba Nueva York (me conocían cuando llegaba y no les importaba que no tuviera tarjeta de crédito, algo vital en aquellos tiempos) donde tuvo lugar mi primera entrevista con Guided By Voices. Tan pronto como le daba un trago a la cerveza, aparecía otra como por arte de magia al lado. No recuerdo lo que dijimos; de hecho, la entrevista resultante no tenía por donde cogerse. Pero pusimos una jodida gran foto de la pierna de Robert Pollard cuando publicamos el artículo del New Music Seminar en Melody Maker. Durante años, Pollard me mencionaba en todas las entrevistas de la banda. Conocí a Chrissie Hynde en el backstage de uno de sus conciertos; forcejeé borracho con Kim Deal en otro; en el Corner Hotel de Melbourne en 2000, Bob insistió en que

presentara a su banda entre canciones… se adivinar decir lo que me había bebido por la coherencia de mis presentaciones. Cuenta que una vez fui al backstage, le agarré y le dije: “Eres famoso, soy famoso… ¿quién coño son esa otra gente?”. (Extracto de una entrevista de Guided By Voices) ¿Qué es lo más estúpido que te han preguntado en una entrevista? (Bob) Lo primero que me preguntaron en la primera entrevista de mi vida que me hizo el tío este, Everett True, de la revista inglesa Melody Maker, el tipo es una leyenda en Inglaterra, hasta se hace llamar “La Leyenda” y sacó un single en Sub Pop con ese nombre, pero es buena gente. Se cree que nos descubrió, lo que probablemente es cierto, al menos en Inglaterra. Bueno, pues nos pregunta (imita el acento inglés): “¿Cuál es vuestra definición de belleza?” No tenía ni idea de que responder. Imagínate, la puta primera pregunta que te hacen en tu vida y, claro, mi respuesta fue una mierda. Deberías haber dicho: “Tú, Everett, tú eres mi definición de belleza”. (Bob) Sí, pero en realidad le conteste: “Tus zapatillas, son bonitas”. Resulta que yo llevaba las zapatillas de estar por casa cuando los entrevisté.


056/057

agenda

agenda

Low

Teatro Central (Sevilla), 26/03/12 Apolo (BCN), 27/03/12 Teatro Kapital (Madrid), 28/03/12 Capitol (Santiago), 29/03/12 Kursaal (Donostia), 30/03/12

Barcelona Jueves, 1 de marzo _Caprichos: Manos de Topo. La [2]. 21 h. Precio S/C. _Los Evangelistas. Palau de la Música. 21 h. Precio S/C. _Concert Suaus: icebEnd. Bar Suau (Sant Adrià). 21 h. Gratis. Viernes, 2 de marzo _Let’s Festival: El Columpio Asesino, Triángulo de Amor Bizarro... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Let’s Festival: La Iaia, Amímic... Salamandra 2. 23 h. Precio S/C. _Pumuky. La [2]. 20 h. Precio S/C. _God is an Astronaut. Music Hall. Hora y precio S/C. _Mendetz. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Kaptain Cadillac & Razie. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. Sábado, 3 de marzo _Let’s Festival: Tachenko, Odio París... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Let’s Festival: The Idiot, Mind the Step... Salamandra 2. 21:30 h. Precio S/C. _Shotta + Tote King. Apolo. 20 h. Precio S/C. _The Bright. Music Hall. Hora y precio S/C. _Sonny And The Sunsets. Sidecar. Hora S/C. 15 €. _Luke Abbott + Whomadewho. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Ellen Allien. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. _Ben Klock. BeCool. 1 h. 12 €. Domingo, 4 de marzo _Noel Gallagher & High Flying Birds. Razzmatazz 1. Hora S/C. Agotadas. _Lee ‘Scratch’ Perry & Mad Professor. Apolo. 20 h. Precio S/C. _Pulled Apart By Horses. La [2]. 20 h. Precio S/C. _Abril. Music Hall. Hora y precio S/C. Miércoles, 7 de marzo _Richard Fearless. Moog. 24 h. Precio S/C. Jueves, 8 de marzo _Experiencias SOS 4.8: Summer Camp, Yall, Grises. Razzmatazz 2. Hora S/C. 20 €. _Balago. Heliogàbal. 22 h. 6 €.

_Skeee Gallery: Levon Zoltar, Fitzroy North... Niu. 20:30 h. 7 €. Viernes, 9 de marzo _Let’s Festival: Pony Bravo, Za!... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _M83 + Porcelain Raft. Razzmatazz 1. Hora y precio S/C. _Andy Stott + Demdike Stare. CaixaForum. 21 h. 4 €. _Grupo de Expertos Solynieve. Apolo. 20 h. Precio S/C. _Helmet. La [2]. 20 h. Precio S/C. _Antonna. Heliogàbal. 22 h. 6 €. _Alex Under + Tiger & Woods. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Melé + DJ Haus. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. _Javi Lago. Soulkitchen. Hora y precio S/C. _Craig Richards. BeCool. 1 h. 12 €. Sábado, 10 de marzo _Let’s Festival: The New Raemon, The Birkins... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Let’s Festival: Airbag, Juanita y Los Feos... Salamandra 2. 23 h. Precio S/C. _The Monkey Bar Anniverary: Jeff Mills, Fred P., Tama Sumo... Esferic BCN. 17 h. 25 €. _Klaus&Kinski. La [2]. 21 h. Precio S/C. _Nacho Umbert & La Companyia. Clap (Mataró). 23 h. Precio S/C. _Steve Rachmad. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Erol Alkan + The Sound of Arrows. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. Domingo, 11 de marzo _Caprichos: Ólafur Arnalds. Apolo. 20 h. Precio S/C. Martes, 13 de marzo _The Sadies. Sidecar. Hora y precio S/C. Miércoles, 14 de marzo _Sun Color. Heliogàbal. Hora y precio S/C. Jueves, 15 de marzo _PVL Havoc. Heliogàbal. 22 h. 6 €. _Concert Suaus: Nacho Umbert & La Compañia. Bar Suau (Sant Adrià). 21 h. Gratis. _Eric Fuentes & El Mal. Atmósfera Bar (Torelló). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de marzo _Mil·leni: Russian Red. Palau de la Música. 21 h. Precio S/C.

_Let’s Festival: CatPeople, Mine!... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Carl Craig + Joe Goddard. Razzmatazz 2. Hora S/C. 15 €. _Caprichos: Parade + Doble Pletina. La [2]. 21 h. Precio S/C. _Cooper. Music Hall. 21 h. 15 €. _Fra + Marc Piñol. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. _Voltech: Hector Martínez + Danny Tenor. Mephisto. 24 h. Precio S/C.

Hora y precio S/C. _The New Raemon + Francisco Nixon + Ricardo Vicente. Heliogàbal. 22 h. 8 €. _Neuman. BeGood. Hora y precio S/C. _Señor Mostaza. Sidecar. 22 h. 8 €. _I’m From Barcelona + Inner City. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Fra + Kosmo. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €.

Sábado, 17 de marzo _Let’s Festival: Hola a Todo el Mundo, Litoral... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Let’s Festival: Novedades Carminha... Salamandra 2. 23 h. Precio S/C. _Jon Spencer Blues Explosion. Bikini. 20 h. 24 €. _Kris Menace & Hextatic. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Michael Mayer. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €.

Sábado, 24 de marzo _Let’s Festival: Lori Meyers, Verkeren... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Xiu Xiu. BeCool. 21:30 h. 19 €. _Exxasens. La [2]. 20:30 h. Precio S/C. _The New Raemon + Francisco Nixon + Ricardo Vicente. Heliogàbal. 22 h. 8 €. _Tote King. Faktoria D’Arts (Terrassa). 21 h. 15 €. _Breakestra. Salamandra 2. 21:30 h. 19 €. _Ewan Pearson. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Matias Aguayo. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. _Metro Area. BeCool. 1 h. 15 €.

Domingo, 18 de marzo _Thurston Moore. La [2]. 20 h. Precio S/C.

Martes, 27 de marzo _Low + Rauelsson. Apolo. 20 h. Precio S/C.

Lunes, 19 de marzo _Caprichos: Tinariwen. Apolo. 21:30 h. Precio S/C. _Earth + Mount Eerie. Music Hall. Hora y precio S/C.

Miércoles, 28 de marzo _El Decantador: Cass McCombs. Magatzem Escolà. Hora S/C. Invitación.

Martes, 20 de marzo _Tindersticks. Casino de l’Aliança. Hora y precio S/C. _John Cale. Apolo. 21 h. Precio S/C. _Jonathan Richman. Cinemes Girona. Hora S/C. 20 €. Miércoles, 21 de marzo _Caprichos: Deer Tick. La [2]. 20 h. Precio S/C. _The Apple. Apolo. 22 h. Precio S/C. _Class Actress. Sidecar. 22 h. 15 €. _Harald Björk. Moog. 24 h. Precio S/C. Jueves, 22 de marzo _Dani Llamas. Heliogàbal. 22 h. 6 €. Viernes, 23 de marzo _Mil·leni: Lila Downs. Palau de la Música. 21 h. Precio S/C. _Let’s Festival: Disco Las Palmeras!, Dolores... Salamandra 2. 23 h. Precio S/C. _Rustie. CaixaForum. 21 h. 4 €. _Damien Jurado. Teatro Zorrilla (Badalona).

Viernes, 30 de marzo _Let’s Festival: La Habitación Roja, Cyan... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Lambchop. Apolo. 21 h. Precio S/C. _Wu Lyf. La [2]. 30 h. 18 € _Be Brave Venjamin. Heliogàbal. 22 h. 6 €. _The Whip + Surgeon. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Seek 2012 + Ornamento y Delito. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. Sábado, 31 de marzo _Minifestival: Dark Dark Dark, Sarah Nixey, Alasdair Roberts... Centre Artesà Tradicionarius. 19:30 h. 21 €. _Let’s Festival: We Are Standard, Mendetz... Salamandra 1. 21:30 h. Precio S/C. _Let’s Festival: DeVito. Salamandra 2. 24 h. Precio S/C. _La Casa Azul. Apolo. 21h. Precio S/C. _We Have Band. La [2]. 21:30 h. 20 €. _Dulce Pájara de Juventud. Sidecar. Hora y precio S/C. _Cast of Cheers. Razz Clubs. 1 h. 15 €. _Pina + bRUNA. Nitsa@La [2]. 24:30 h. 15 €. _El_Txef_A + Till Von Sein. BeCool. 1 h. 15 €.


Andy Stott

CaixaForum (BCN), 09/03/12

Madrid Jueves, 1 de marzo _Heineken Music Selector: Luis Brea. El Sol. Hora y precio S/C. _Lee ‘Scratch’ Perry & Mad Professor. Copernico. 20 h. Precio S/C. _Sex Museum. Gruta 77. 21:30 h. 12 €. _Toundra, Hyperpotamus... Rock Kitchen. 21 h. 12 €. _God is an Astronaut. Heineken. 20 h. 24 €. _Benny Page. Marco Aldany. 24 h. 15 €. Lunes, 5 de marzo _Sonny And The Sunsets. Siroco. Hora S/C. 15 €. _Pulled Apart By Horses. Moby Dick. Hora S/C. 18 €. Miércoles, 7 de marzo _Experiencias SOS 4.8: Summer Camp, Yall, Grises. Joy Eslava. Hora S/C. 20 €. Jueves, 8 de marzo _Los Pilotos. Círculo Bellas Artes. Hora y precio S/C. _Maga. El Sol. 22:30 h. 15 €. _Blondes. Café La Palma. 22 h. 7 €. _The Sound of Arrow. Moby Dick. 21 h. 15 €. _Helmet. Caracol. Hora y precio S/C. Viernes, 9 de marzo _The Sound of Arrow. Rock Kitchen. 21 h. 15 €. Sábado, 10 de marzo _Moe Black Music: The California Honeydrops. El Sol. Hora y precio S/C. _M83 + Porcelain Raft. La Riviera. Hora y precio S/C. Lunes, 12 de marzo _ Son Estrella Galicia: Ólafur Arnalds. Teatro Lara. Hora y precio S/C.

Jueves, 15 de marzo _Son Estrella Galicia: The New Raemon + Francisco Nixon + Ricardo Vicente. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Moe Black Music: Lucky Peterson + Speaklow. Joy Eslava . Hora y precio S/C. _Thurston Moore. Arena. Hora y precio S/C. Viernes, 16 de marzo _Jon Spencer Blues Explosion. Joy Eslava. 20 h. 24 €. _The Sadies. El Sol. 23 h. 15 €. _Big City. Café La Palma. 22 h. 8 €. Sábado, 17 de marzo _Jonathan Richman. Casa de América. Hora S/C. 20 €. _Clint. El Sol. 22 h. 10 €. _HD Substance. Café La Palma. 24 h. Gratis. _A Jigsaw. Moby Dick. Hora y precio S/C. Domingo, 18 de marzo _GOA: Joris Voorn, Ewan Pearson, Steve Bug... Fabrik. Hora y precio S/C. _Earth + Mount Eeire. El Sol. 21:30 h. 15 €. Lunes, 19 de marzo _Son Estrella Galicia: Damien Jurado. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Neptune + El Intruso. Rock Palace. Hora y precio S/C. Martes, 20 de marzo _Son Estrella Galicia: Tinariwen. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Willie Nile. El Sol. 22 h. 20 €. _Beefeater presenta The Kooks + Baster Dury. El Corral de la Pacheca. 22 h. Precio S/C. Miércoles, 21 de marzo _Son Estrella Galicia: Tindersticks. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Bitchin’ Bajas. Nasti. Hora y precio S/C.

Martes, 13 de marzo _Heineken Music Selector: Sharon Jones & The Dap Kings. Teatro Circo Price. Hora y precio S/C.

Jueves, 22 de marzo _Son Estrella Galicia: Tindersticks. Teatro Lara. Hora y precio S/C. _Leatherface. Gruta 77. 21:30 h. 12 €. _Sr. Chinarro + The Secret Society. Joy Eslava. 20:20 h. 20 €. _Class Actress. Nasti. 22 h. 15 €.

Miércoles, 14 de marzo _PVL Havoc. Fotomatón. Hora y precio S/C.

Viernes, 23 de marzo _Moe Black Music: Breakestra + Jimmy

Bruns. Joy Eslava. Hora y precio S/C. _Edwin Moses. El Sol. 22 h. Precio S/C. _Igloo. Costello. 21:30 h. 8 €. _La Casa Azul. Ochoymedio. 21 h. 18 €. _Deer Tick. Moby Dick. Hora y precio S/C. Sábado, 24 de marzo _Moe Black Music: The Apples + Dead Capo. Penélope. Hora y precio S/C. _La Casa Azul. Ochoymedio. 21 h. 18 €. Martes, 27 de marzo _Son Estrella Galicia: Xiu Xiu. Teatro Lara. Hora y precio S/C. Miércoles, 28 de marzo _Heineken Music Selector: Low. Teatro Kapital. Hora y precio S/C. _Depedro. Café La Palma. 20:30 h. 12 €. _Josephine Foster + Alasdair Roberts. El Perro. Hora y precio S/C. Jueves, 29 de marzo _Heineken Music Selector: Dawes. El Sol. Hora y precio S/C. _Bad Manners. Caracol. 21 h. 23 €. Viernes, 30 de marzo _Heineken Music Selector: Cass Mc Combs. El Sol. Hora y precio S/C. _We Have Band. Caracol. 20:30 h. 20 €. _Niños Mutantes. Joy Eslava. 20 h. 20 €. Sábado, 31 de marzo _Moe Black Music: The New Mastersounds. El Sol. Hora y precio S/C.

Andalucía Viernes, 2 de marzo _Lee ‘Scratch’ Perry & Mad Professor. París (Málaga). 22 h. Precio S/C. Martes, 6 de marzo _The Sound of Arrow. CC Ollerías (Málaga). 20:30 h. Precio S/C. Miércoles, 7 de marzo _The Sound of Arrow. Obbio (Sevilla). 21:30 h. 14 €.


058/059

agenda

Miércoles, 28 de marzo _Heineken Music Selector: Xiu Xiu. Wah Wah (Valencia). 22 h. 16 €. Jueves, 29 de marzo _Heineken Music Selector: Cass McCombs. El Loco (Valencia). 21:30 h. 16 €. Sábado, 31 de marzo _QFestival: Dorian, The Zombie Kids... Casal Dester (Alzira). Hora S/C. 16 €. _Cosmen Adelaida. Camden Club (Castelló). 19 h. 10 €. _L’Hereu Escampa + Za!. La Residencia (Valencia). Hora y precio S/C.

Catalunya

Class Actress

Sidecar (BCN), 21/03/12 Nasti (Madrid), 22/03/12

Sábado, 10 de marzo _Black Music: The Jim Jones Revue. La Mirona (Salt). 22 h. 20 €.

Viernes, 9 de marzo _Heineken Music Selector: Corizonas. Imagina (Cádiz). Hora y precio S/C.

Asturias

Sábado, 10 de marzo _Neuman. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.

Jueves, 1 de marzo _Neuman. La Antigua Estación (Oviedo). Hora y precio S/C.

Jueves, 15 de marzo _Heineken Music Selector: The Sadies. Milwaukee (Puerto de Santa María). Hora y precio S/C.

Viernes, 2 de marzo _Jonathan Richman. CC Internacional (Avilés). Hora S/C. 8 €.

Viernes, 16 de marzo _Manos de Topo. Zero (Tarragona). Hora y precio S/C. _Corizonas. Café del Teatre (Lleida). Hora y precio S/C. Martes, 20 de marzo _Heineken Music Selector: Luis Brea. Highland (Tarragona). Hora y precio S/C.

Galicia Jueves, 1 de marzo _Cooper. Capitol (Santiago). 21 h. 12 €. Viernes, 2 de marzo _Son Estrella Galicia: Nacho Vegas. Centro Ágora (A Coruña). Hora y precio S/C. _Los Pilotos. Karma (Pontevedra). Hora y precio S/C. Sábado, 3 de marzo _Son Estrella Galicia: Nacho Vegas. Teatro Principal (Ourense). Hora y precio S/C. _Heineken Music Selector: Dawes. Iguana Club (Vigo). Hora y precio S/C. _Kase.O Jazz Magnetism. Festa do Queixo (Arzúa). Hora S/C. Gratis. _Eric Fuentes & El Mal. A Reserva (Carballo). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de marzo _Son Estrella Galicia: The New Raemon + Francisco Nixon + Ricardo Vicente. Café Pop Torgal (Ourense). Hora y precio S/C. Sábado, 17 de marzo _Heineken Music Selector: The Sadies. Mardigras (A Coruña). Hora y precio S/C. _Son Estrella Galicia: The New Raemon + Francisco Nixon + Ricardo Vicente. Le Club (A Coruña). Hora y precio S/C.

Martes, 20 de marzo _Damien Jurado. Edificio Constitución (Cádiz). Hora y precio S/C.

Sábado, 3 de marzo _The New Raemon + Francisco Nixon + Ricardo Vicente. La Antigua Estación (Oviedo). Hora y precio S/C.

Viernes, 23 de marzo _Black Music: Maceo Parker. La Mirona (Salt). 22 h. 25 €. _Tote King. Zero (Tarragona). Hora y precio S/C.

Domingo, 18 de marzo _Son Estrella Galicia: Damien Jurado. Teatro Principal (Ourense). Hora y precio S/C. _Heineken Music Selector: Sidonie. Teatro Capitol (Santiago). Hora y precio S/C.

Miércoels, 21 de marzo _Damien Jurado. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.

Jueves, 15 de marzo _A Jigsaw. Monkey Club (Gijón). Hora y precio S/C.

Euskadi

Viernes, 16 de marzo _Thurston Moore. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.

Sábado, 24 de marzo _Tindersticks. La Laboral (Gijón). Hora y precio S/C.

Viernes, 2 de marzo _Sonny And The Sunsets. Bukowski (Donostia). Hora S/C. 12 €.

Sábado, 24 de marzo _Son Estrella Galicia: John Cale. Palexco (A Coruña). Hora y precio S/C. _Jack Daniel’s Session: Mendet, Cosmen Adelaida... La Iguana Club (Vigo). Hora y precio S/C.

Viernes, 23 de marzo _Lüger. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.

C. Valenciana

Lunes, 26 de marzo _Low. Teatro Central (Sevilla). Hora y precio S/C.

Jueves, 1 de marzo _Heineken Music Selector: Dawes. El Loco (Valencia). Hora y precio S/C.

Jueves, 29 de marzo _Heineken Music Selector: Xiu Xiu. Malandar (Sevilla). Hora y precio S/C.

Sábado, 3 de marzo _Lee ‘Scratch’ Perry & Mad Professor. La Rambleta (Valencia). 22 h. Precio S/C.

Aragón

Domingo, 4 de marzo _Gilbertástico. Camden Club (Castelló). 19 h. 6 €.

Viernes, 9 de marzo _Manos de Topo + Mujeres. La López (Zaragoza). Hora S/C. 12 €. _ Tote King. Habana (Huelva). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de marzo _Edwin Moses. La López (Zaragoza). Hora S/C. 10 €. Jueves, 22 de marzo _The Apples. La López (Zaragoza). Hora S/C. 12 €. Viernes, 23 de marzo _Layabouts. La López (Zaragoza). Hora S/C. 12 €. Sábado, 24 de marzo _Neuman. Lata de Bombillas (Zaragoza). Hora y precio S/C. Viernes, 30 de marzo _Jack Daniel’s Session: Sidonie, Cosmen Adelaida... La Casa del Loco (Zaragoza). Hora y precio S/C.

Lunes, 5 de marzo _Sonny And The Sunsets. Colegio Mayor (Valencia). Hora S/C. Gratis Viernes, 9 de marzo _Luis Brea. Wah Wah (Valencia). 22:30 h. 13 €. Sábado, 10 de marzo _Jack Daniel’s Session: We Are Standard, Cosmen Adelaida... Mirror (Valencia). Hora y precio S/C. _Cooper. El Loco (Valencia). 22:30 h. 15 €. _Manel. Palau de Congressos (Valencia). Hora y precio S/C. Miércoles, 14 de marzo _Heineken Music Selector: The Sadies. Wah Wah (Valencia). 22 h. 16 €. Jueves, 22 de marzo _Deer Tick. El Loco (Valencia). Hora y precio S/C. Sábado, 24 de marzo _Dr. Divago. Camden Club (Castelló). 19 h. 6 €.

Sábado, 3 de marzo _Heineken Music Selector: Corizonas. Plateruena (Durango). Hora y precio S/C. _Neuman. Doka (Donostia). Hora y precio S/C.

Miércoles, 28 de marzo _Mark Lanegan Band. Teatro Capitol (Santiago). 20:30 h. 24 €. Jueves, 29 de marzo _Heineken Music Selector: Low. Teatro Capitol (Santiago). Hora y precio S/C.

Viernes, 9 de marzo _The Sadies. Azkena (Bilbao). Hora y precio S/C. _Lüger. Planta Baja (Granada). Hora y precio S/C.

30 y 31 de marzo _FIV: Sidonie, Corizonas, CatPeople... Villalba (Lugo). Hora y precio S/C.

Miércoles, 21 de marzo _Jonathan Richman. Kafe Antzokia (Bilbao). Hora S/C. 15 €.

Murcia

Jueves, 22 de marzo _Xiu Xiu. Lugaritz (Donostia). Hora y precio S/C.

Viernes, 2 de marzo _Heineken Music Selector: Sidonie. La Matriz Creativa (Cartagena). Hora y precio S/C. _Last Days of April. 12&Medio (Murcia). Hora y precio S/C.

Viernes, 23 de marzo _Tindersticks. Teatro Victoria (Donostia). Hora y precio S/C. _Jonathan Richman. Lizardi Antzokia (Zarautz). Hora S/C. 7 €.

Viernes, 9 de marzo _We Are Standard. Sala B (Murcia). Hora y precio S/C. _Cooper. Stereo (Murcia). 22:30 h. 15 €.

Domingo, 25 de marzo _Bitchin’ Bajas. Ibu Hots (Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C.

Sábado, 10 de marzo _ Tote King. La Matriz Creativa (Cartagena). Hora y precio S/C.

Martes, 27 de marzo _Mark Lanegan Band. Kafe Antzokia (Bilbao). 20:30 h. 24 €.

Domingo, 18 de marzo _Jonathan Richman. 12&Medio (Murcia). Hora S/C. 12 €.

Viernes, 30 de marzo _Low. Kursaal (Donostia). Hora y precio S/C.

Jueves, 22 de marzo _Damien Jurado. 12&Medio (Murcia). Hora y precio S/C.

Sábado, 31 de marzo _Lambchop + Cortney Tidwell. BBK (Bilbao). 20 h. 25 €.

Viernes, 23 de marzo _Xiu Xiu + I Am Dive. 12&Medio (Murcia). Hora y precio S/C.


el pub de la esquina que para un recinto con ese eco insufrible (especialmente cuando te toca ser telonero). Y, lo dicho, sin efectos de luz ni decorados ni estampitas salen los cuatro jinetes del apocalipsis con su cuarto álbum bajo el brazo y la primera en la frente: “Don’t sit sown ´Cause I´ve moved your chair” para inaugurar su set. Cuarenta segundos exactosde punteado y voz hasta que la arrolladora batería y los riffs

distorsionados embisten con potencia. Le sigue “Teddy Picker”, perteneciente al “Favourite worst nightmare”, disco que cada vez gana más enteros con los años. “Crying lightning” continua la senda de los bajos estremecedores y el público —que tiene más ganas de pegar saltitos espasmódicos que de menear la cabeza cual fans de Black Sabbath hacia 1974— espera y espera los hits urgentes del disco debut de los Monkeys, y… toma: “The view from the afternoon”, menos rápida que de costumbre, misma pegada, mismo efecto. El Palau Sant Jordi en el bolsillo de sus tejanos lavados a la piedra, y de ahí hasta el final: “Brainstorm”, “I bet you look good on the dancefloor” y ese batería (Matt Helders) que se erige en el metrónomo, el pulso milimétrico, las manecillas (¡pero qué mazazos reparte este buen hombre!) que dan cuerda a la perfectamente engrasada maquinaria de los Arctic Monkeys , esa banda que todo el mundo debería disfrutar alguna vez en directo. Y van cayendo, precipitándose con una contundencia abrumadora: “Evil twin”, “Brick by brick”, “Still take you home”, “She’s thunderstorms” —una selección que podría haber sido otra pero no sabemos si de la misma eficacia— y “When the sun goes down”, que despide a la banda hasta su previsible bis: “Suck it and see”, “Fluorescent adolescent” y happy ending con “505” y Miles Kane sumándose al jolgorio. Ah sí, claro, Alex Turner, vendría a ser —estéticamente hablando— un cruce entre el porte rocoso de Josh Homme, la elegancia crooner de Richard Hawley y las ropitas de Danny Zucco en “Grease”. Pero eso es lo de menos, ya que Turner sigue con el desparpajo de siempre. Como su banda. Octavio Botana / Foto Xavi Mercadé

un día en el que confluyen el componente dionisiaco propio de este tipo de eventos con esa fiesta en mayúsculas que es el día de Año Nuevo. Con un eslogan típico de la era 2.0, “el destino aún no está escrito, este año lo escribes tú” (una variación del que ya utilizara en su primera edición: “la historia la protagonizas tú”), el festival procuró las bases para el establecimiento de un entorno idílico compuesto por música techno, química, alcohol, nuevas tecnologías y

cada uno de nosotros como protagonistas. En lo musical, el diluvio electrónico empezó desde muy pronto con las sesiones de Ambivalent, Uner, Tini o Barem, quienes animaron los cuerpos más madrugadores con sus oscilaciones entre sonidos minimalistas y de corte más techno. El bis a bis de Reboot y Robert Diez, de factura techno-house, preparó el escenario principal (“The center”) para la actuación de Luciano, quien se llevó la pitada más sonada del festival cuando a la mitad de su sesión la música se cortó en seco debido a problemas con su ordenador. En el área denominada “The box”, Vitalic nos brindó una de las mejores sesiones de la tarde, donde no faltaron algunos de sus temas más conocidos como “My friend Dario” o “Second lives”. Gaiser supo mantener al personal en el estado de excitación inducido por Vitalic, pero su sesión resultó más monótona que la del francés. De los graves inflados de Gaiser pasamos al dark-techno de Óscar Mulero y su legión de fieles seguidores, que danzaron enloquecidamente en la espiral oscurantista orquestada por el madrileño. De nuevo en el escenario principal, el bis a bis de Loco Dice y Marco Carola dio al público subidas, bajadas y bombos martilleantes para bailar, sudar, apretujarse, beber e ingerir. El punto final lo puso, una vez más, Richie Hawtin (en la foto), pero ésta no fue su noche. Facturó una sesión de corte muy minimal y más bien aburrida donde lo más destacable fueron los visuales de Ali Demirel, que incluyeron interesantes metamorfosis del cuadro “El grito” de Munch. Además, su sesión duró hora y media y no las más de dos horas que prometieron desde la organización. Muchos nos arrepentimos, porque tuvimos que sacrificar la sesión de Exium por esto, pero así es la lógica festivalera. Israel Márquez / Foto Juan Miguel Ortega

Arctic Monkeys

PALAU SANT JORDI (BCN), 28/01/12

Sin pantallas ni sofisticados fondos de escenario, sin trampa ni cartón, así se presentó la banda de Sheffield en Barcelona, con su rock granítico para estadios como el Palau Sant Jordi. Abrió para ellos el colega Miles Kane y su pop à-la-Paul Weller, cambios constantes de guitarra, muchas ganas y no menos aplausos y primeros gritos en coro del respetable. Bien por su desparpajo, no tan bien por sus canciones, más para

Day One PALACIO VISTALEGRE (MADRID), 01/01/2012

El pasado 1 de enero de 2012 se celebró en el Palacio Vistalegre de Madrid la segunda edición del festival DayOne, que congregó a un total de 11.000 asistentes (4.000 menos que el año pasado, llamémoslo crisis o competencia festivalera) que decidieron celebrar la entrada al año nuevo con más de doce horas de techno ininterrumpido. Como ya sabemos, el día 1 de enero se ha convertido en una jornada protagonista en el calendario de la música electrónica de masas,


060/061

report Ron Barceló Desalia 2012

RON BARCELÓ DESALIA 2012 Imagina una semana en pleno febrero en la que debes confeccionar una maleta con chanclas, bañador y gafas de sol. Una semana donde el Mar Caribe y sus playas de arena nacarada pasan a ser el hogar de tu día a día. Una semana en las que tus preocupaciones son sepultadas por los deseos. Unos deseos que cobran vida en la experiencia total Ron Barceló Desalia: siete días en Punta Cana con todo el ron y sol que puedas imaginarte. El paraíso, vaya.

Texto y fotos

Beto Vidal

L

os deseos están para cumplirse. Algo que al equipo de marketing de Ron Barceló se le puso entre ceja y ceja hace cinco años, cuando empezó la experiencia Desalia: una semana larga que combina la desconexión total —de la ola de frío que azotaba Europa, de la cansina crisis—, con el Ron Barceló añejo —bien moreno y fresquito ya sea en formato cóctel o bien bajo el clásico cubata— y las mejores playas caribeñas. Todo ello hospedado en el Hotel Occidental Grand Punta Cana con régimen todo incluido. O lo que es lo mismo, con la mítica pulserita que por arte de magia te abre las puertas a combinados infinitos (el deporte nacional consistía en acertar cuál encajaba mejor para tus gustos) y un buffet libre repleto de fruta tropical o hamburguesas bien gordas. Un resort con más extensión que muchas capitales de provincia españolas, infestado de cocoteros a pie de una playa de postal. Mención especial también para las monstruosas piscinas provistas con una invasión de hamacas para tostarse al sol o bien pedir una copa en la barra dentro del agua. La cosa a priori promete, ¿no les parece? ELIGE TU DESEO

Para ser el afortunado y paladear con los cinco sentidos la experiencia Ron Barceló Desalia existían diversas maneras, que básicamente transitan por dos vías: la de currárselo o la de la suerte. Porque para “vivir la mejor semana de tu vida” Ron Barceló organiza una serie de concursos que premian principalmente la creatividad a la hora de componer vídeos o montajes fotográficos que tengan que ver con la

experiencia Desalia y la marca. A destacar por ejemplo el vídeo del madrileño Jorge Giménez que cortó la plaza de Callao en pleno diciembre para realizar su espectacular vídeo. De hecho, cada año algunos repiten agudizando su ingenio al máximo para vivir la irrepetible semana. Por otra parte, la senda de la suerte transcurre para aquellos que se apuntaron por sorteo vía algunas discotecas españolas. En total, 150 afortunados que del 13 al 20 de febrero vivirían lo nunca visto. CUANDO EL DÍA Y LA NOCHE SE FUSIONAN

Pero no todo es sol, playa y tumbonas. Si bien era poco probable cansarse del astro solar mientras se realizaban actividades todo el día, las noches también cobraban vida propia para conducir a otra de las características de la República Dominicana: la fiesta. Los lugares elegidos para realizar la previa a la gran fiesta Desalia fueron la discoteca Mangú, pegada al hotel (todo un clásico en cada edición), la fiesta SuperMartxé/Siboney 34 en la discoteca Imagine (una grandilocuente cueva ambientada para la ocasión que hacía que olvidaras Ibiza) o bien en la discoteca Oro del Hard Rock Hotel. En todas ellas, los DJs Superlush (DJ Nano y DJ Candela), Luigii Nieto, Miguel Lara o Deparamo hicieron vibrar a los asistentes hasta altas horas de la mañana. LA EXPERIENCIA TOTAL CARIBEÑA

Aunque si debo escoger un momento mágico, quizás sería la excursión a la isla cuasi virginal llamada Saona o, lo que es lo mismo, lo más cercano al paraíso: un


viaje en catamarán, acompañado de bachata, una barra libre con todo el ron o cerveza que puedas imaginar rumbo hacia una de la islas del tesoro por excelencia del Mar Caribe. Y es que no todos los días uno puede sumergirse en aguas calmadas de color turquesa que cubran hasta la cintura mientras degustas un ron añejo Barceló. Los agraciados que encontraron estrellas de mar no se cansaron de realizar las fotos de rigor e inmortalizar el momento para siempre. LA ISLA DE LOS DESEOS: DESALIA

Tras la experiencia de Saona, tocaba descansar para la llegada del gran día: la fiesta Ron Barceló Desalia 2012 del sábado 18. Una horda formada por los ganadores de los concursos, artistas, organizadores, celebrities (principalmente Mónica Cruz y Óscar Higares) así como la prensa nos dirigimos vestidos de riguroso blanco al espectacular escenario montado en la Playa Cabeza del Toro para que todo el mundo se dejara la piel y bailara rodeado de palmeras hasta el amanecer. 150 metros de luces led, 40 metros de boca de escenario y 80.000 vatios de sonido que aprovecharon de nuevo los DJs Superlush (esta vez con Fonsi Nieto, ejem, acompañando a los platos), Mushikko, Dani Martín (sí, el ex Canto del Loco, momento ideal para pedir unas cuantas copas cargadas de ron) y con el cabeza de cartel Erick Morillo, quien correspondió a un servidor pinchando en la recta final de su set el “I feel love” de Donna Summer. Momento lagrimilla, claro. Y así terminaba la edición de este año de Ron Barceló Desalia. Un lugar donde convergen los deseos, los sueños, el ron, el Caribe y el buen rollo para crear una experiencia que difícilmente desaparecerá de las cabezas de los asistentes.


062/063

maschine!, maschine!, maschine!

Games 2012 Textos

Xan Pita

“Diablo III”

“Bioshock Infinite”

Como buen yonki de esa droga llamada “Diablo II”, tengo sentimientos encontrados con el nuevo capítulo de la serie. Me alegra saber que Blizzard volverá a hacer lo que se le da tan bien (tomar las ideas que llevan explotando durante años, renovarlas ligeramente, darles un aspecto gráfico de primerísimo nivel y lanzar el muy adictivo resultado a las fauces del fan), pero también me inquieta: tu vida, tal y como la conoces actualmente, peligra. Y somos millones los que pensamos así.

Sin duda alguna, otro de los grandes lanzamientos de este año. Con la prensa y el público totalmente rendidos a sus pies gracias a una serie de vídeos que quitan la respiración, parece claro que Irrational Games se ha ganado un sitio en el podio de los 3 mejores de este 2012. “Bioshock Infinite” abandona el aspecto oscuro de anteriores entregas, alejándose pero a su vez manteniéndose de lo mostrado en ediciones anteriores. Juego de rol y acción de utopías, de inventos imposibles y genios locos, derroche de imaginación y amor por la ciencia ficción. Juegazo seguro.

Plataformas: Windows Vista/XP, Mac OS X. Género: Dark fantasy action rol. Desarrollador: Blizzard. Distribuidor: Blizzard. Lanzamiento: 24/03/12

Plataformas: Windows, PS3 y XBox 360. Género: Shooter / Rol. Desarrollador: Irrational Games Distribuidor: 2K Games. Lanzamiento: Mediados de 2012.

“Alan Wake’s American Nightmare”

“Metal Gear Rising: Revengeance”

Aunque todavía no se conoce mucho sobre este juego, uno puede estar seguro de que tirará por el camino al que nos tiene acostumbrados esta serie. Es decir, acción y aventura en tercera persona, muy buen juego gráfico de luces y sombras, y cierta vocación literaria, al rebufo de las grandes obras del thriller sobrenatural. Apuesta segura. Por cierto, lo usuarios de PC, completamente olvidados en los tiempos que corren, tendrán la oportunidad de disfrutarlo. Como debe ser.

Otro que, en la línea de lo que comentamos con “Bioshock Infinite”, se aleja de su tradición sin traicionarla del todo. Está claro que el nuevo ‘Metal’ será fiel al legado de tan popular franquicia. Vamos, que Kojima insiste en los héroes carismáticos, las comunicaciones con largas parrafadas, ese humor tan sorprendente y oriental, tecnología imposible. Y, por supuesto, espectáculo. Como si el “Metal Gear” de siempre estuviese flirteando con “Crysis”.

Plataformas: Windows y XBox 360. Género: Thriller. Desarrollador: Remedy Entertainment. Distribuidor: Microsoft Studios. Fecha de lanzamiento: Por determinar.

Plataformas: PS3 y XBox 360. Género: Acción. Desarrollador: Platinum Games. Distribuidor: Konami. Fecha de lanzamiento: Finales 2012.


“Hitman: Absolution”

El calvo más famoso de la historia de los videojuegos regresa por todo lo alto. Un juego que promete, precisamente, contar el origen de su protagonista, el muy eficiente Agente 47. Saldrá para todas las plataformas y promete hacer mucho ruido. Y eso que es un juego de sigilo.

Plataformas: PS3. Género: Aventura / Survival horror. Desarrollador: Naughty Dog. Distribuidor: Sony. Fecha de lanzamiento: Finales de 2012.

Plataformas: Windows, PS3 y XBox 360. Género: Stealh. Desarrollador: IO Interactive. Distribuidor: Square Enix. Fecha de lanzamiento: Finales 2012.

“Tekken Tag Tournament 2”

“Mass effect 3”

Los aficionados a las piñas al por mayor están de enhorabuena. Han sido muchos los años de espera, pero al fin “Tekken Tag” tendrá una secuela. Sus argumentos son los que imaginas: golpes, combos de complicada ejecución y gráficos de lujo. Muy violento, claro. Justo lo que se espera de él.

Si este redactor tuviera que escoger una serie de videojuegos que lo reconcilian con el medio, no le temblaría el pulso a la hora de señalar a “Mass effect”. Para nuestra alegría, todavía queda un capitulo por contar en esta epopeya de ciencia ficción. Aunque todo indica que se la ha dado más importancia a la acción que al rol.

Plataformas: PS3 y XBox 360. Género: Lucha. Desarrollador: Namco Bandai Games. Distribuidor: Namco Bandai Games. Fecha de lanzamiento: Navidad 2012

Plataformas: Windows, PS3 y XBox 360. Género: Acción. Desarrollador: BioWare. Distribuidor: Electronic Arts. Lanzamiento: 09/03/12

“Transformer: Fall of Cybertron”

“Tony Hawk’s Pro Skater HD”

Revitalizados y rescatados de los recuerdos nostálgicos de los 80, los famosos juguetes están viviendo una nueva juventud gracias a la palomitera saga de películas. También habrá nuevos videojuegos, por supuesto. En este caso, se nos mostrará la guerra civil entre Autobots y Decepticons en su propio mundo.

Aunque parecía que la franquicia protagonizada por el más grande de los skaters había muerto, aquí tenemos una nueva entrega que lo desmiente. Un juego que volverá a sus raíces. Es decir, simple en su ejecución pero ágil y de ritmo vertiginoso. Y gráficos en alta definición, por supuesto.

Plataformas: PS3 y XBox 360. Género: Acción / Shooter. Desarrollador: High Moon Studios. Distribuidor: Activision. Fecha de lanzamiento: Invierno 2012

Plataformas: PS3 y XBox 360. Género: Extreme sport. Desarrollador: Robomodo. Distribuidor: Activision. Fecha de lanzamiento: Verano 2012.

maschine!, maschine!, maschine!

“The last of us”

Un argumento de clara inspiración cinematográfica (una plaga que acaba con gran parte de la población mundial) es en lo que se apoya la nueva creación de Naughty Dog, padres del aclamado “Uncharted” y buque insignia de Sony y su PlayStation. Acción y aventura con un presupuesto millonario. Dará mucho que hablar.


MODAGADGETS Golden Point Lencería ligera

64-65

TEXTO ANA TOMÁS

GADGETS

La nueva colección de Goldenpoint abraza la calma, la ternura y el romanticismo. Líneas depuradas y sencillas juegan con superposiciones, efectos irisados y reflejos brillantes, tomados de las profundidades oceánicas. La marca aligera, afina hasta la transparencia y enfatiza la elegancia del movimiento dando lugar a una colección fresca y versátil.

Bench Vuelve la beisbolera Esta primavera regresa con fuerza el espíritu americano del high school y Grease. La beisbolera toma la calle combinada con petos vaqueros, shorts, camisas abotonadas hasta el cuello, para ellas, y con vaqueros y camiseta, para ellos. La propuesta de Bench nos inunda de ganas de sol y de tardes de buena música al aire libre. Destaca este modelo en negro y rosa, versátil, llamativa y, al mismo tiempo, el complemento ideal de muchos looks.

Happy Socks Nueva colección con Terry Richardson Nueva York, famoso estudio de Bowery en el Lower East Side de la Gran Manzana. La historia de amor entre un reputado fotógrafo norteamericano y la marca sueca de calcetines de diseño Happy Socks, ¿puede una combinación ser más atractiva? Afirmativo, si añadimos que el artista no es otro que el increíble Terry Richardson. La misión era sacar a la luz los nuevos talentos neoyorquinos según la perspectiva de este icono de la cultura contemporánea. Para ello, se crearon una serie de looks basados en la colección Chapter #FOUR de la marca, convirtiendo los Happy Socks en pantalones, tops, pajaritas y hasta orejeras y corbatas, para jugar con la personalidad de cada uno de los nueve escogidos. It girls, modelos, músicos y poetas, todos han tenido cabida dentro del objetivo del rey de la polémica, con un resultado divertido y muy luminoso. Entre los escogidos encontramos, entre otros, a la modelo Sky Ferreira, al rapero Mykki Blanco y al también músico ASAP Rocky . Colaborar con Richardson y su equipo fue algo natural para Happy Socks, y es que se trata de una casa con la vocación de ser la marca más importante de calcetines de diseño en el mundo. Nacida en 2008, la firma se vende en la actualidad en más de 50 países de todo el mundo.

Lee Chinos & Denim Los tonos apagados y grisáceos de la época de frío se apartan para dejar paso al buen tiempo. Y con el buen tiempo, la alegría y la efervescencia en materia de diseño. Lee, la mítica marca norteamericana, ha querido aprovechar la ocasión y no lo ha dudado ni un instante para invadir de color la colección masculina de la próxima temporada. Aunque ha pensado en todos los detalles. Para los primeros días de primavera, que todavía no son lo bastante calurosos, proponen un look fresco y divertido denominado “Chinos & Denim Look”. Como indica el nombre, se trata de una combinación entre unos pantalones de corte chino (Powell chino) en color mostaza y una camisa (Denim Loco Shirt) que imita el estampado tejano, look que se remata con la chaqueta Dockside en azul eléctrico. Una combinación explosiva para recibir con energía la primavera y un look que, bien seguro, en otoño seguirás llevando, porque resistirse al color en el fondo no es tarea fácil.


MODA

Blauer es la marca líder en América que, desde hace 60 años, suministra prendas técnicas a todos los sectores del ejército de Estados Unidos (US Army), los oficiales de la marina y los comandos que se ocupan de la seguridad de la Casa Blanca en Washington. La constante atención a la funcionalidad de las prendas, el estilismo y la innovación técnica han permitido a Blauer alcanzar una posición de liderazgo del casi 80% del mercado. Los nuevos cascos Helmets Blauer, Limited Editions, Pilots, Air Force, cuentan con diseños innovadores y están fabricados con los mejores materiales. Para que tus viajes en moto estén llenos de estilo, seguridad y protección, Blauer es Uncompromising Performance! Para ver más modelos y conseguir más información técnica de cada uno de los cascos, puedes consultar en su página web: www.blauerhelmets.com

Pro Bike Bag Manhattan Portage Manhattan Portage, la marca neoyorquina que diseña y fabrica bolsas y accesorios desde 1983, acaba de presentar su bolsa Pro Bike Messenger Bag, especialmente diseñada para ir en bici. Esta primavera los ciclistas más urbanos podrán disfrutar de estas bolsa que, aparte de su resistencia e impermeabilidad, incluye unas líneas reflectantes para una mayor seguridad. El nuevo modelo Pro Bike Messenger Bag es una bolsa profesional tipo mensajero que ha sido pensada para mantener el ritmo frenético de la ciudad,

Vans OTW Native American Pack Hace tiempo que la marca Vans ha dejado de limitarse a los pies de los skaters. Si hasta el momento las tonalidades chillonas con cordones blancos no satisfacían todos los gustos, el último pack de la línea OTW sorprenderá gratamente hasta a los más folkies con los modelos Bedford, Alomar y Ludlow en una perfecta combinación de piel marrón y lona gris lavada. El nombre, Native American Pack, remite a los detalles gráficos del interior de los modelos, inspirados en la artesanía de las tribus nativas norteamericanas. Será necesario hacer un cambio de chip, porque la elegancia y el estilo que desprenden las nuevas propuestas no son habituales en calzado deportivo. Sin embargo Vans ha vuelto a hacerlo y estamos encantados de adaptarnos.

GADGETS

Cascos Blauer Seguridad e innovación

Para la temporada Primavera-Verano 2012 la colección Correct Line para hombre propone un estilo casual que remite al corte original de sastre, aquel que arrasaba cuando los diseñadores eran personajes anónimos. La vuelta del clasicismo adaptado a los tiempos que corren. El resultado es un surtido de prendas que enfatizan los cortes distendidos, los materiales ligeros y la calidad de las estructuras, para afirmar rotundamente que lo elegante vuelve con fuerza para consolidar la imagen del hombre cosmopolita. Si es que una cosa está clara, los clásicos serán siempre modernos. Además, la variedad de piezas os permitirán completar vuestro fondo de armario con looks válidos tanto para el día como para la noche. Reinan las americanas a juego con camisas de sarga, y las gamas cromáticas predominantes son la de los azules y los crudos. Los detalles urbanos del diseño lo alejan de las combinaciones más informales que hemos visto hasta ahora. G-Star se suma a la sofisticación.

TEXTO ANA TOMÁS

Tener amigos imaginarios es la última tendencia, al menos en el mundo de la moda y las tendencias. La deconstrucción y la expresión estética más conceptual quedaron atrás. Empaparse en poesía e imaginar que vivimos en un mundo imaginario es lo que pretenden que sintamos cada mañana frente al armario, creer firmemente en el maravilloso arte de la ropa hecha a mano. Nadia Izruna, alma y diseñadora de Nadinoo, es una de ella. Su firma, nacida a principios de 2009, nos transporta a través de sus prendas a un mundo encantado en el que habitan tres seres imaginarios: Pixie, Fleur y Lula. Pixie es lúdica e impulsiva. Lula es mordaz, sexy y descarada, mientras que Fleur es delicada y soñadora. Todos sus modelos en www.nadinoo.com

G-Star Raw Correct Line

64-65

Nadinoo Amigas imaginarias


66-67

TEXTO ANA TOMÁS

THE BRANDERY WINTER

The Brandery Winter 2012 Efervescencia creativa

Con la celebración de The Brandery Winter 2012, Barcelona se ha convertido una vez más en el foco de atención de la moda, el diseño y las tendencias. La exitosa edición del salón de moda urbana y contemporánea, que tuvo lugar en el recinto de la Fira de Barcelona en Montjuïc del 27 al 29 del pasado mes de enero, ha puesto en evidencia la fuerza con la que el sector ha arraigado en la ciudad. Todo un exitoso acontecimiento con propuestas artísticas, lúdicas y culturales con una única finalidad: ubicar la Ciudad Condal en el mapa de la creatividad europea. El certamen pretende ir más allá de ser un mero escaparate internacional para las marcas de moda y de tendencias. Subyace una voluntad férrea de consolidarse como un espacio para el impulso de la innovación, aprovechando la tradición textil que históricamente ha tenido Cataluña. Compradores, distribuidores, minoristas y público en general se han podido concentrar en un fin de semana entero para impregnarse de las mejores novedades. Tras el éxito de la última convocatoria, celebrada en julio del año anterior, The Brandery se ha vuelto a estructurar en dos áreas, el Trade Show y el Brandtown Fashion Xperience. El primero, a petición de los profesionales y únicamente para ellos, acogió la exposición comercial de las marcas; el segundo, por otro lado, configuró un espacio abierto al público donde los amantes de la moda, cuando no asistían a los desfiles, disfrutaban de la música en directo o interactuaban personalmente con las etiquetas más prestigiosas.

The Brandery Catwalk, por su lado, ha sido nuevamente el catalizador de todas las miradas, ofreciendo una vez más el gran espectáculo de la moda en movimiento. Una de las recientes adquisiciones ha sido la mítica marca deportiva Slazenger, que se suma al ya nutrido grupo que desfila con una colección de prendas deportivas a la par que elegantes y clásicas. Otro foco de interés para los visitantes ha sido la muestra OnTheStoreFront «OTSF», integrada por diversos “escaparates” realizados por las más relevantes escuelas de diseño de Barcelona. Ellas han sido las encargadas de presentar innovadoras propuestas, fruto de la creatividad de sus alumnos. Un tan amplio abanico de propuestas no podía cerrarse sin incluir un espacio dedicado a la reflexión, The Laundry, el laboratorio de ideas del salón en el que tienen lugar conferencias, workshops y encuentros profesionales. En esta ocasión ha acogido conferencias de coolhunters, bloggers y expertos como Isabel Mesa, directora del servicio líder de predicción de tendencias online WGSN, que puso sobre la mesa las claves de la temporada 2013. También ha sido el marco del Primer Encuentro Nacional de Retail de Moda, donde se debatió sobre temas como el auge de la moda rápida o los cambios en el consumo, el retail como herramienta de crecimiento, las nuevas claves para el negocio multimarca y la importancia de las redes sociales en la creación de marca.


66-67

TEXTO ANA TOMÁS

THE BRANDERY WINTER

MODA

LA MÚSICA QUE SE LLEVA En esta sexta edición de la feria, experimentar el concepto de la moda en todas sus vertientes era el objetivo de la organización. Los talleres y las exposiciones permitían al visitante explorar el vínculo del arte del vestir con el propio mundo del arte, el erotismo, el cine o la música. Precisamente en este contexto de plataformas culturales entrelazadas, los conciertos de esta ocasión han desempeñado un rol clave al representar uno de los mayores canales de expresión creativa, la música en vivo. Bastaba con fijarse en el cartel de esta convocatoria para apreciar la calidad de sus participantes. El viernes 27 de enero, los célebres belgas 2manydjs, que llenan estadios y participan en los festivales más importantes del mundo, ofrecieron un DJ set entre el pop, el funk, el prog-rock, el r&b y el hip-hop. Les precedió el sonido único de Dorian, una banda española fundada en 2002 que fusiona la tradición del pop con la música electrónica contemporánea. Cerró la noche Undo, uno de los dj’s y productores de música electrónica más representativos de la escena nacional. El sábado 28, Fangoria (Alaska y Nacho Canut) presentaron en el Brandtown un extracto de su último disco “El paso trascendental del vodevil a la astracanada”, fruto de un recorrido por su dilatada carrera, que reúne 22 grandes éxitos grabados entre 1990 y 2009. Canciones de hoy y de ayer, marca de la casa de uno de los dúos con más personalidad -y que más ha dado que hablar- del panorama musical del país.


THE BRANDERY WINTER TEXTO ANA TOMÁS 68-69

THURSDAYSUNDAY

...el placer de lo sencillo Si los modelos económicos deben cambiar, la moda lo hace con ellos, o al menos ésta es la intención de la firma australiana Thursday Sunday (http:// thursdaysunday.com/), que propone una línea de ropa que se abastece básicamente de tejidos naturales. Un equivalente al Km.0 pero en vestimenta, una marca con conciencia social que utiliza el valor de la calidad y la sostenibilidad para impulsar otro modelo de consumo. La funcionalidad de su confección, sin embargo, no roba ningún protagonismo a su diseño, que celebra las sensibilidades clásicas y las líneas minimalistas para vestir a la mujer moderna de hoy en día. Más que prometedor es este proyecto que ve la luz el verano del 2009 en pleno Melbourne, de la mano de Iris Cuaresma y Mara Tonetti, dos amigas a quienes la magia de crear les cautivó, y de ello culpan a la madre de Mara, de profesión modista. Las jóvenes, por aquél entonces sin trabajo y temiendo un tedioso horario de oficina, aprovecharon las dotes de diseñadora gráfica de Mara y las de empresaria de Iris para fundar su propia marca de ropa. Una fusión entre arte y negocio que sin lugar a dudas ha resultado, y si aún no desfilan en las pasarelas es porque el negocio -dicen- se cuece a fuego lento: “Queremos disfrutar de cómo crece la idea, ir paso a paso, aunque por supuesto

nuestro objetivo es llegar a vender en el extranjero, pero de momento Internet es la plataforma que queremos aprovechar”. Pues eso, de momento, porque estas dos chicas pisan fuerte; que no se distraigan las amantes del diseño pragmático, que ni a estilistas ni bloggers se les pasó el debut de este dúo que se confiesa incondicional del trabajo de Phoebe Philo para Celine. Nadie puede arrebatarles la etiqueta de originales, desde el porqué de su nombre -Thursday, Sunday se traduce como Jueves y Domingo, los respectivos días en que nacieron sus fundadoras- hasta el uso de fibra de bambú para sus creaciones hechas a mano, aunque insisten en no ser clasificadas: “Entendemos que nuestras seguidoras no buscan respaldar tendencias, sino que aprecian por encima de todo la calidad en los materiales y la confección; el amor por un diseño sencillo, atemporal y cuyas prendas duren mucho tiempo”. Dicha estética confiere a sus colecciones un halo de nostalgia y modernidad, perfecta armonía entre estilo y confort. No son partidarias de creer que una pieza de ropa pueda cambiarle la vida a alguien, pero sí hacerle sentir mejor mientras se produce una transformación. Si pudieran decirle algo al mundo, aseguran que no lo harían, prefieren que sus colecciones hablen por ellas mismas.


MODA

CONVERSE

Y tantas buenas noticias no podían venir sin su consecuente celebración por todo lo alto. Ésta tuvo lugar el pasado miércoles 15 de febrero en el legendario 100 Club de Londres, con el espectáculo Gorillaz Sound System, una experiencia audiovisual única que incluye música, percusión en directo y proyecciones especiales.

CONVERSE

Esta canción sirve como marco perfecto para presentar la colección de Converse Chuck Taylor All Star, diseñada por el confundador e ilustrador de Gorillaz, Jamie Hewlett. Estos modelos, que forman parte de la colección de primavera 2012 de la marca, están inspirados en la imaginería visual de la banda. El print de camuflaje extraído de la portada de su álbum homónimo es el motivo principal de la colección, y además también aparece en las zapatillas de caña alta en negro y marrón con la imagen del famoso personaje de Gorillaz, Pazuzu. Otros modelos incluyen varios collages de imágenes de la banda y de su artwork disponibles en blanco y negro y a todo color, creados en exclusiva para esta colaboración por Hewlett. Todas estas sneakers están ya a la venta a un precio aproximado de unos 90 euros en las tiendas Sportown y Converse de los centros El Corte Inglés.

TEXTO VIRGINIA ARROYO

Recordemos que bajo la ala de Converse ya se han ido facturando unos cuantos temazos en los últimos años. El que inauguró el lote fue “My drive thru”, con Julian Casablancas de The Strokes, Santi White aka Santigold y el productor y miembro de N.E.R.D., Pharrell Williams. Los tres aparecían en blanco y negro, posando con las piernas separadas y sus pies juntos, unidos por unas sneakers Converse, en la que sería la imagen de la campaña en todas sus ediciones. En 2010 los encargados de componer un nuevo tema y prestar su imagen para “Three Artists, One Song” fueron el rapero Kid Cudi, Bethany Cosentino de Best Coast y Rostam Batmanglij de Vampire Weekend, con la veraniega melodía de “All summer”. El pasado 2011 fue el

turno de la muy pegadiza “I’m a goner” con el rapero Soulja Boy, los divertidísimos Matt & Kim y el rockero y productor todoterreno Andrew W.K. Y esta vez les toca a Gorillaz con James Murphy y André 3000 romper listas con este hit que es “DoYaThing”.

64-65

Vuelve un año más la campaña de Converse “Three Artists, One Song” con una nueva colaboración, la más espectacular, si cabe, dentro de los cuatro años de vida de este proyecto. La nueva voz e imagen de esta campaña la ponen Damon Albarn, James Murphy y André 3000. Casi nada. Pero lo harán de una forma muy especial: dibujados por Hamie Hewlett, como miembros de Gorillaz. Los antiguos componentes de Blur, LCD Soundsystem y Outkast, respectivamente, han unido fuerzas para dar lugar al que podría ser uno de los mejores temas del año 2012, “DoYaThing”, una canción que consigue aunar en sus poco más de 4 minutos el carisma y el ritmazo característico de sus tres creadores. Pop, electrónica y hip hop se dan la mano en un single que está disponible para descarga gratuita en la web de Converse ya desde el día 23 de febrero.


625 líneas Luck

625 líneas

072/073

Luck QUÉ APOSTAMOS Los equinos relinchan nerviosos, y los jockeys anoréxicos miran al frente. David Milch ha vuelto a la ciudad, y esta vez viene acompañado de Michael Mann y Dustin Hoffman. HBO le ha vuelto a dar plena confianza y el creador de “Deadwood” ha respondido con una compleja serie sobre el submundo de las apuestas y las carreras de caballos. El hipódromo y todos sus habitantes radiografiados a mordiscos. Si Bukowksi estuviera entre los vivos, “Luck” sería su serie favorita. Texto

Óscar Broc

D

avid Milch es una anomalía. Muchas veces, servidor se pregunta qué habría sido de tan impermeable cerebro en el mundo de la televisión sin el depósito de confianza de la HBO. La línea de complejidad y erudición que el co-creador de “Policías de Nueva York” ha seguido en la cadena por cable habría sido impensable en cualquier otro canal sometido a la dictadura de la publicidad o a la estrechez de miras de sus ejecutivos. Con toda seguridad, sus proyectos se habrían estrellado permanentemente contra un muro y el tipo habría desistido, para dedicarse a la docencia o al consumo de psicotrópicos (dos terrenos que, por cierto, conoce profundamente). No es Milch un escritor que, llegados a este punto de la película, tenga como objetivo prioritario ser entendible y colmar las apetencias del gentío, desde hace ya un tiempo es el público quien tiene que hacer el esfuerzo de seguirle. Un intercambio justo. Si él se chamusca las cejas y dedica meses a documentarse para escribir sus ficciones, el espectador también deberá sudar un poco la camiseta para estar a la altura de los fastos. “Deadwood” (04-06) es seguramente la creación más monumental que Milch ha dejado en el catálogo de incunables de la HBO. En sus tres temporadas de vida, este western, documentado hasta el paroxismo, dejó muy claro de qué pie calza nuestro hombre. Estudio minucioso de los personajes principales (basados en su mayoría en la realidad), reproducción detallada del periodo histórico de la serie e incluso diálogos escritos en el inglés y en la jerga yanqui que utilizaban los pioneros. Un tour de force absolutamente imprescindible para los paladares catódicos más finos. Le siguió la malograda “John from Cincinatti” (09), un

peculiar retrato de la disoluta vida de una familia de surferos. Repleta de referencias religiosas, opiáceas y filosóficas, resultó demasiado extravagante hasta para la HBO, aunque se trata de un experimento, de todos modos, al que merece la pena hincar el diente. Estos son los precedentes televisivos más inmediatos a “Luck”, otro producto de artesanía con pedigrí milchiano y una tripulación a bordo que garantiza llegada a buen puerto. Por una parte, en calidad de productor ejecutivo, tenemos al director Michael Mann; por la otra, en el reparto, viejos dogos de la interpretación como Dustin Hoffman, Dennis Farina o Nick Nolte. Semejante conjunción de talento y veteranía en un césped como el de la HBO sólo podía desembocar en fútbol preciosista: si el 21 de diciembre no surge Cthulhu de las aguas y arrasa medio planeta, esta serie estará destinada a ocupar los primeros puestos de lo mejor del 2012. “Luck” es una auscultación en profundidad del universo de las carreras de caballos y las apuestas, y de los movimientos espasmódicos de cash que mantienen activo su intrincado sistema circulatorio. Ya desde el arrebatador episodio piloto, dirigido magistralmente por Michael Mann, el espectador se ve abocado a un hábitat que le será totalmente desconocido, pero al que tendrá que adaptarse a dentelladas. Milch no da una sola concesión al respecto. No hay ningún tutorial. Ni un mísero segmento inicial de cariz didáctico que aporte claves sobre el funcionamiento de este complejo inframundo, un pútrido ecosistema de dramas, fracasos, adicciones, prestamistas, corredores de apuestas y dinero manchado cuya extrema opacidad sigue siendo infranqueable para neófitos y curiosos. El slang y las estrategias avanzadas de los adictos

al hipódromo se nos presentan sin filtro, como si el televidente fuera experto en la materia. Milch no tiene tiempo que perder, ni ganas de explicar nada. Se nota que se ha empapado hasta las orejas sobre el asunto, que conoce los mecanismos vetados al novato (es co-propietario de dos caballos de carreras), y que no tiene la más mínima intención de rebajar la intrincada composición atómica de sus escritos para enseñarnos los rudimentos de esta cultura. La inmersión es violenta y repentina, pero termina erigiéndose en necesaria para darle veracidad y realismo a esta pintura urbana de listillos y tramposos. Estructura en formato de vidas cruzadas, “Luck” se apoya en un reparto coral para hurgar en las tribulaciones de los iconos más visibles del mundo de las apuestas. Entrenadores, jockeys, piruleros, apostantes de poca monta, prestamistas de baja estofa y mafiosos a gran escala conviven en una ficción porosa que va absorbiendo más y más jugo a medida que se desarrollan las diferentes ramificaciones argumentales. El reparto, plagado de actores habituales de las producciones de la HBO, es una pieza fundamental en una maquinaria que funciona a pleno rendimiento gracias a la sobriedad de un Dustin Hoffman recuperado para la causa televisiva. A sus 74 años, el veterano actor borda el papel de Chester ‘Ace’ Bernstein, un pez gordo del crimen organizado que ha conseguido prosperar gracias a las apuestas y que acapara los minutos de calidad del amplio abanico de personajes que circulan por la serie. En emisión desde el 20 de febrero en Canal +, “Luck” es el primer triunfo del año para la HBO. Por cierto, después del primer episodio, la cadena no dudó en renovar la cabecera por una segunda temporada; afortunadamente, todavía queda mucho para la foto finish.



084/085 cine cine 074/075

Sitges 2010

Nacho Vigalondo ASES DEL HUMOR MARCIANO

Tras aquella notable y desconcertante puesta de largo que fueron “Los cronocrímenes” (2007), Nacho Vigalondo regresa a la gran pantalla con “Extraterrestre”, una comedia realmente estratosférica que llega en platillo volante y dispuesta a conquistar el mundo. Y si no lo conquista, es que el mundo no se la merece. No hay más que hablar. Texto

Philipp Engel

P

ero bueno, como tenemos a Nacho Vigalondo al teléfono, hablemos. Por si no han visto el tráiler, les pongo en antecedentes: Julián Villagrán es el clásico gañán que amanece en calzoncillos un domingo por la mañana en un piso de Malasaña junto a la chica perfecta, Michelle Jenner. Y sin duda lo es, enamorado que se queda uno de ella. Resaca monumental, no recuerdan nada de lo que pasó ayer. Ella está nerviosa, quiere que se vaya, y él está dispuesto a hacerlo. Todo quedaría ahí si no fuera porque sobre el cielo de Madrid se recorta la silueta de un ovni del que sólo pueden ver una parte, porque mide siete kilómetros de diámetro, casi nada. No tardan en entrar en escena los chanantes Raúl Cimas y Carlos Areces, con una intervención realmente memorable de Miguel Noguera. Con estos elementos, les aseguro lloros, llantos de risa durante al menos los primeros tres cuartos de hora, sin interrupción, ni pausas publicitarias. En Sitges es lo que ocurrió, todo el auditorio del Mélià llorando de risa. Sí, una comedia alimenta esa vanidad inmediata casi infantil. Oyes al público reír y te das cuenta que todo está hecho. Luego la película se relaja, algo que también se agradece. Sí, entra en un terreno pantanoso, como una mezcla de película de aventuras, con elementos de vodevil y un mínimo hilo de tensión. Es un género indeterminadísimo. Al final no son más que adultos haciendo cosas de niños, un intermedio entre un drama adulto como “Closer”, y una película de Parchís. De drama lo justo para una carcajada inteligente. Sí, tampoco me quería meter en un drama real. En las

comedias de Hollywood, siempre hay un tercer acto con un elemento dramático en el que los personajes malos o desordenados se miran al espejo, se dan cuenta de que se han equivocado y vuelven al aeropuerto corriendo para convencer a la chica de que no tiene que coger ese avión. Nunca me habría metido ahí, pero sí que había que pasar por una parte en la que los personajes están como perdidos en medio de la noche toledana para dar sentido al final. Un final que es una bonita estampa, para enmarcar. Sí, creo que la imagen tiene mucha fuerza. Es como los cortos de César Velasco Broca, todo un referente. Es más impresionante la imagen de un mutante paseándose por la Castellana que un mutante en la Estrella de la Muerte. Por otro lado, una novela como “La guerra de los mundos”, que es la madre de todas las invasiones extraterrestres, transcurre en el mismo vecindario británico donde vivían los que entonces leían la novela. De “La máquina del tiempo” a “La guerra de los mundos”, estás hecho un H.G. Wells. Ja, ja, sí, aunque el autor que más he leído y del que más intento empaparme sigue siendo Philip K. Dick. Me gusta porque jamás le ha dado un papel protagonista a un héroe. Todos son personajes mediocres, aunque estén inmersos en mundos fantásticos. “Los cronocrímenes” era más fría, puro mecanismo de guión, esta es mucho más universal. “Los cronocrímenes” es más abstracta, una propuesta extrema. Aquí todo va más a la deriva, todo lo que sucede es consecuencia de los errores de los personajes. Me

gusta que el protagonista tenga revelaciones a base de patinar. “Extraterrestre” no es una película de efectos especiales, se basa en el guión y en la química entre los personajes. Sí, la química está por encima de lo que pudiera haberme imaginado. A priori no te imaginas a Michelle Jenner prácticamente casada con Raúl Cimas y teniendo un romance con Julián Villagrán, pero en cuanto hicimos unas pruebas en cámara y lo vimos, aquello funcionaba a la perfección. Michelle Jenner es toda una revelación, está tan bien como ellos, y es mucho más guapa. Quería que la chica fuera tan cómica como ellos. No como en las comedias americanas, de “Algo pasa con Mary” a las de Kevin Smith donde está la chica, reluciente e inalcanzable, y un montón de monstruos rodeándola, y al final hay uno de ellos que gana, como un trofeo. No quería que la chica tuviera un papel tan pasivo. Michelle Jenner no es un florero. Me repatea ese falso feminismo que aparece a partir de los 90 en las comedias americanas, donde los tipos que aparecen son inmaduros, torpes y, entre otras cosas divertidos, mientras que las mujeres representan el orden, la sapiencia y el sentido común. Parece que nos digan que son mejores que ellos, pero en realidad nos dicen que están destinadas al papel de madres y no al de compañeras de juegos. Michelle Jenner (suspiro ausente). La chica de la que te enamoras es la que te hace reír a ti también.


Berlinale 2012 EL FACTOR SORPRESA

Muchos acudieron a la capital alemana como si se dirigieran al matadero, a causa de una previsión meteorológica siberiana (-19ºC, o cuando el tiempo deja de ser tema de ascensor) y de un programa de cine político sobre toda desgracia mundial existente, que suele atragantársele hasta al más predispuesto. Pero la Berlinale respondió con una edición de calidad sustancialmente superior a las anteriores, formada por una mezcla de nombres semidesconocidos y estimulantes sorpresas. He aquí algunas de las mejores.

Texto

Álex Vicente

10 “CAPTIVE”

La esperada colaboración entre Isabelle Huppert y Brillante Mendoza decepcionó, tal vez porque no parece la gran película que aspiraba a ser. Aspiraba a reproducir los experimentos de Rossellini con Ingrid Bergman, cambiando el mar Tirreno por la jungla filipina. Pero al resultado le falta relieve y profundidad. Le salvan ocasionales momentos de gracia que se incrustan irremediablemente en la retina. 09 “BARBARA”

Christian Petzold, figura destacada de la Escuela de Berlín, generó un éxtasis colectivo con su pulcro retrato de dos médicos en tiempos de la antigua RDA. Paradigma de escrupulosidad en la puesta en escena, Petzold está menos afortunado al formular metáforas burdas y giros argumentales efectistas, en contradicción frontal con los contornos formales utilizados. 08 “L’AGE ATOMIQUE”

Héléna Klotz sorprendió con una lírica historia protagonizada por dos niños perdidos en el bosque de la adolescencia. En ella nos habla de sexualidad líquida y de sociopolítica de la pista de baile, más o menos como hacía su padre, el insigne Nicolas Klotz, en “La cuestión humana”. La directora reformula los postulados de la Nouvelle Vague de manera sugerente y acertada, en una película emparentada con las de ese otro fenómeno festivalero llamado Xavier Dolan. 07 “AVALON”

Igual de desorientados, pese a acercarse a la edad de la jubilación, se encuentran los protagonistas del debut del sueco Axel Petersen, que también habla

de discotecas tristes. Su antihéroe es un sexagenario exconvicto que abre un club nocturno para iniciar su nueva vida. Hasta que la muerte accidental de un inmigrante lituano hace que se tuerzan las cosas. El resultado, que contiene música de Roxy Music, anuncia a un cineasta con futuro. 06 “POSTCARDS FROM THE ZOO”

Otro joven director, que respondía al escueto nombre de Edwin, representó al cine indonesio en una edición en la que los realizadores asiáticos no hicieron vibrar en exceso. La película transcurre en un zoo aislado del mundo, donde el director dibuja viñetas minimalistas que traducen, pese a cierto desmadre narrativo, un impresionante universo visual. 05 “DEATH ROW”

El documental de Werner Herzog sobre la pena de muerte, conducido por su voz monótona y cavernosa, contiene decenas de entrevistas con presos que esperan su ejecución. Herzog ha rodado un documental ‘de autor’ hasta las últimas consecuencias; desde el primer fotograma deja claro que se opone a la pena capital y no duda en servirse del humor negro en su narración. Magistral.

Antonieta lesbiana y aferrada a una prisión dorada que empieza a arder. 03 “SISTER”

Las ojeras de Seydoux también asomaron en esta cinta francosuiza sobre un niño ladrón y la mujer que, en un principio, nos será presentada como su hermana. Ursula Meier (“Home”) regresa con una película que fue acusada de calcar a los Dardenne, pese a contener una dimensión alegórica más pronunciada, con la que habla de puntos de referencia que se esfuman y de la sacrosanta institución familiar como mal necesario. 02 “CESARE DEVE MORIRE”

Al oír el nombre de los hermanos Taviani entraban ganas de salir corriendo. Pero su película, que se alzó con el Oso de Oro, se acabó convirtiendo en la gran sorpresa del festival. Los veteranos directores reinventan el cine social lejos de los parámetros miserabilistas a los que nos tiene acostumbrados. Los presos de una cárcel de alta seguridad ponen en escena el Julio César de Shakespeare, estableciendo un estimulante diálogo entre la vida en cautiverio y la libertad (provisional) que les concede el arte. 01 “TABÚ”

04 “LES ADIEUX À LA REINE”

Lo nuevo de un director tan interesante e irregular como Benoît Jacquot es mucho más lo primero que lo segundo. Bajo su aspecto de anodino drama de época para señoronas se esconde un afilado estudio sobre la lucha de clases en los primeros días de la Revolución Francesa, liderado por dos actrices excepcionales, la siempre maravillosa Léa Seydoux y una sorprendente Diane Kruger, que encarna a una María

Se marchó con un insignificante premio a la innovación artística, pero Miguel Gomes es, sin duda, el ganador moral de esta edición. Nadie dio tanto que hablar como el director portugués, que firma una película semimuda y ambientada en el pasado colonial africano. Se asemeja a lo que habría hecho Murnau adaptando a Isak Dinesen, si le añadimos una pátina de distancia posmoderna. Sin duda, lo mejor de esta Berlinale.


076/077

cine

Columna

Texto

Philipp Engel

Albert Fernández

“Take shelter” DE JEFF NICHOLS (EE.UU., 2011)

“Luces rojas”� DE RODRIGO CORTÉS

Rodrigo Cortés ha podido tomar aire por fin. Después de la aplaudida claustrofobia de “Buried”, el director español ha perpetrado un thriller paranormal para las grandes audiencias. Es posible que la responsabilidad de tomar las riendas de una coproducción con EE.UU le haya pasado factura, porque, a las primeras de cambio, Cortés ha cambiado la imaginación por pirotecnia. Aunque claro, tener a Robert de Niro haciendo cara de vidente vengativo, mientras la implacable Sigourney Weaver trata de desenmascar sus engaños, debe poner nervioso a cualquiera. Tal vez le hayan dado ganas de volver a encerrarse bajo tierra, con un actor más o menos desconocido y un presupuesto mínimo.

el cine que viene “Chronicle”

“The rum diary”

DE JOSH TRANK

DE BRUCE ROBINSON

Esta es una de esas películas que resultaría irresistible a un adolescente, si quedaran adolescentes decentes como los de hace dos décadas. Tres estudiantes de secundaria adquieren misteriosamente poderes sobrenaturales, y se dedican a alardear hasta que aparecen los problemas. Efectos especiales, textura documental y guión del hijo de John Landis: predecible, pero apetecible. A falta de adolescentes, algún nerd la verá. Me included.

Hunter S. Thompson ha sido una de las obsesiones vitales de Johnny Depp. Tras larga insistencia, ha conseguido adaptar la primera novela del icónico escritor, ideólogo del periodismo gonzo. Con un director amaestrado como Robinson, el actor campa a su antojo, y el resultado se adivina desafinado. Depp es Paul Kemp, un escritor que comienza a colaborar con un periódico caribeño. Tal vez esta sea la prueba definitiva de que la ficción nunca fue el fuerte de Thompson.

“Fausto”

“Los juegos del hambre”

DE ALEXANDER SOKUROV

DE GARY ROSS

El maestro Sokurov sobrevive a sus detractores, y, aunque Boyero gruña, pervivirá en el recuerdo del cine. Con “Fausto”, imponente León de Oro en Venecia, el director ruso completa su tetralogía sobre el poder, adentrándose en el mito que adaptara Goethe. Su retórica narrativa y una gran paleta visual dan una versión matizada de la figura del hombre que vendió su alma al diablo. Que Angelopoulos descanse en paz, Sokurov recoge el pincel sobre la pantalla.

Mientras apenas nadie repara en el fabuloso libro tras “La invención de Hugo” de Scorsese, todos los niños leen “Los juegos del hambre”. La adaptación del best-seller de Suzanne Collins promete ser la sensación juvenil del año. En este futuro trepidante, los Estados Unidos se han convertido en una moderna metrópolis, un Capitolio desde donde cada año se retransmiten por televisión Los Juegos del Hambre, una confrontación entre un chico y una chica de 12 a 18 años.

“¿Y ahora adónde vamos?”

“This must be the place”

DE NADINE LABAKI

DE PAOLO SORRENTINO

“La vida es bella”, parece repetir a su objetivo Nadine Labaki. Si el éxito que recogió la dulzura de su anterior film, “Caramel”, pareció señalarle el camino, cintas como “Slumdog millionaire” la han puesto aún más sobre la pista: en occidente agradan los dramas amables sobre el exótico oriente. Descontextualiza el conflicto bélico de fondo, aplica algo de humor universal al enfrentamiento ideológico, y oirás el aplauso complaciente de cualquier sala del mundo.

Todos sabemos que hace tiempo que Sean Penn perdió el norte. Estremece pensar que se lo haya hecho perder también a Paolo Sorrentino. Si el fabuloso director italiano ha sobrevivido al reto de hacer funcionar un argumento protagonizado por Penn convertido en una suerte de Robert Smith cincuentón, con padre difunto y viaje alumbrador, quizás aún quede esperanza para el creador de “Il divo”. Ya sabes, le das a Sean Penn un Robert Smith y te devuelve una Lady Gaga.

“Intocable”

“Los Vengadores”

DE OLIVIER NAKACHE Y ERIC TOLEDANO

DE JOSH WHEDON

No hay mucha gente que se ría con las comedias francesas, pero los que lo hacen suelen hacerlo a mandíbula batiente. A priori, la historia de un millionario de mediana edad que se ve postrado a una silla de ruedas tras un accidente de parapente, y su relación con el joven inmigrante recién salido de la cárcel que contrata para cuidarle, apesta a film de buenas intenciones. Pero con agudez y ritmo puede surgir la química entre la música clásica y el hip hop.

Jamás habíamos presenciado una congregación de personajes así en el cine. El acierto de la nueva llegada del Universo Marvel al séptimo arte es el paulatino crescendo de películas que desemboca en esta reunión final del super-grupo por excelencia. Tras los dos histriónicos films dedicados a Iron Man, el taquicárdico nuevo Hulk, la comparecencia de Thor y las aventuras del Capitán América, por fin veremos juntos a los héroes más poderosos de la Tierra.

Michael Shannon y Jeff Nichols ya unieron fuerzas para la cinta de culto “Shotgun stories” (2007), un sólido drama rural que dio la vuelta al mundo sin hacer escala en nuestra cartelera tercermundista. Para su segundo largo, cuatro años después, Nichols mantiene el decorado, un pueblo de la América profunda que traslada de su Arkansas natal a Ohio, pero cambia radicalmente de enfoque. En esta ocasión, nos pasea por la mente de su protagonista, un Michael Shannon cuyo rostro, cuya mirada ya implica inevitablemente gran desorden en la trastienda. Curtis es un honrado padre de familia, trabajador en la construcción (ese sector) que enseguida empieza a sufrir aterradoras pesadillas muy de serie B. Son visiones que de alguna manera le anuncian un desastre de proporciones bíblicas que arrasará con todo, empezando por su querida familia, Jessica Chastain y una niña sordomuda. “Ruido blanco” (1985), la gran novela de Don DeLillo en el que una familia vive bajo la amenaza de una nube tóxica que se va aproximando a su residencia suburbial, y “La última ola” (1977), de Peter Weir, donde Richard Chamberlain protegía a la suya de otra amenaza que, gota a gota, acababa convirtiéndose en un tsunami imposible, fueron los primeros referentes, aparentemente ineludibles, que me vinieron a la cabeza cuando vi “Take shelter” por primera vez. Ahora que he tenido ocasión de entrevistar a Nichols para Fotogramas, puedo asegurarles que nuestro hombre sólo los conoce de oídas. No importa, los que me dio, no menos evidentes, también valen, y tampoco vienen al caso. Hay que ser fan de “Take shelter” como tal, por sí sola. Si “Melancolía”, de nuestro querido showman Lars von Trier, sublimaba ese sentimiento tan alemán y decadente de asimilación operística del hundimiento definitivo, “Take shelter” transcribe perfectamente en cambio la paranoia que nos ha contagiado a todos, la gente del montón, en esta nueva Era de la Ansiedad. Con su ritmo comatoso, narcótico, hipnótico, definitivamente enfermo, y esa terrible ambigüedad que es el hilo de tensión del film y se mantiene hasta el final y mucho después de él, “Take shelter” es sobre todo una película con sabor a medicamento, como un ansiolítico que se columpia y se deshace lentamente pegado a la laringe del espectador. Amarga, agria y profundamente desasosegante, no es lo que se entiende como cine de evasión, no. Ni cura, ni da esperanzas. Te despiertas a las cuatro de la mañana para mirarte al espejo y ves a Michael Shannon engullendo pastillas. De locos.

autopsia


cine

“Los idus de marzo”

“Redención”

DE GEORGE CLOONEY (EE.UU, 2011)

DE PADDY CONSIDINE (UK, 2011)

“Tenemos que hablar de Kevin” DE LYNNE RAMSAY (EE.UU. Y UK, 2011)

La cosa es esta, vas al pase de una película dirigida por una cineasta escocesa con cierto prestigio en el ámbito festivalero y protagonizada por una actriz, Tilda Swinton, conocida por sus apuestas arriesgadas. Se apagan las luces, y lo primero que ves es a Swinton embadurnada de tomate de arriba abajo en la Tomatina de Buñol, esa fiesta valenciana en la que centenares de personas se arrojan tomates maduros. Eso sí, muy bien fotografiada y con un encuadre cenital estupendo. Una vez superada la perplejidad, no puedes evitar pensar que esta secuencia inicial marca la estrategia general del film: la elevación de lo banal a través de la estilización. “Tenemos que hablar de Kevin” aborda temas fascinantes (la maldad intrínseca del ser humano canalizada a través de un personaje infantil, el aspecto terrorífico de la maternidad) que otras películas han tratado magistralmente desde una perspectiva de género, como “¿Quién puede matar a un niño?” o “La semilla del diablo”. “Tenemos que hablar de Kevin” podría haber sido un excelente film de terror pero se queda a medias entre el thriller psicológico y el melodrama familiar, concentrando sus esfuerzos en el progresivo desvelamiento del trágico clímax final. Del mismo modo que, por bien fotografiada que esté, la fiesta de Buñol no deja de ser una sucesión de tomatazos, esta pelicula, a pesar de su estilizado envoltorio, no puede evitar dejar cierto regusto a TV movie. María Adell

La infalibilidad de George Clooney empieza a ser una cuestión a considerar. Estoy tomando ese café que anuncia mientras escribo esto, y diría que todo lo que toca deja ese afortunado aroma. Recuerdo sus dos primeras películas como director y cuesta encontrarles inconvenientes. Como actor, es difícil verle resbalar. “Los idus de marzo” plasma una crítica a las perversas escaladas de la democracia estadounidense, y, a primera vista, también pasa por quedar impoluta. Clooney traza un drama político centrándose en la radiografía de los personajes y sus actos. Demócratas y republicanos aparecen como despiadados profesionales capaces de todo con tal de acceder a la presidencia. Clooney cuenta con un guión pautado cual campaña electoral, con un tenso crescendo que a media función desemboca en una fractura sin marcha atrás. George tiene a Paul Giamatti, tiene a Philip Seymour Hoffman y a Marisa Tomei, y además consigue que Ryan Gosling saque todo lo que guardaba en “Drive”. Pero Clooney alberga algunos defectos en su perfecto discurso: las concesiones al drama alteran la lógica narrativa, la asepsia ideológica del film delata su corrección política, y la incursión en el thriller es tan tímida, que el bueno de Clooney nunca llega a anudar del todo la corbata. Albert Fernández

Es relativamente sencillo emparentar el debut tras la cámara del actor Paddy Considine con el cine de Mike Leigh. Les diferencia la mirada; si Leigh disfruta puteando a sus personajes y hundiéndoles en el fango, Considine es compasivo y respetuoso. Y eso que, ya desde su primera secuencia, “Redención” (nada sutil adaptación del mucho más inspirado e inspirador título original, “Tyrannosaur”) nos pone firmes y dibuja a la perfección quién y cómo es el protagonista de este relato desesperanzado, áspero y sin concesiones: un hombre furioso y amargado, roto y lleno de ira; un tipo que se detesta a sí mismo, y que exterioriza su frustración usando la violencia. Metido en una espiral autodestructiva y alcohólica, no le ayuda el deprimido entorno en el que vive. Un hijo de puta, en definitiva, que ha tirado la toalla y que encuentra a su némesis, o a la otra cruz de la moneda, en una santurrona que canaliza en su fe cristiana el maltrato conyugal que sufre. Dos desgraciados que unirán sus sórdidos caminos y su pesadumbre. Les dan vida Peter Mullan y Olivia Colman, intérpretes espectaculares capaces de transmitir dolor, rabia y tristeza; dos talentos extraordinarios que levantan al infinito un ya de por sí notable puñetazo en la boca del estómago. Àlex Montoya

“Mi semana con Marilyn”

“Young adult”

“La invención de Hugo”

DE SIMON CURTIS (EE.UU. Y UK, 2011)

DE JASON REITMAN (EE.UU., 2011)

DE MARTIN SCORSESE (EE.UU., 2012)

El debate está frente a la cámara. Ambientada en el periodo de rodaje de “El príncipe y la corista” (1957), “Mi semana con Marilyn” se acerca al mito de Marilyn a través de la tensión entre las maneras de actuar de Monroe y las de Laurence Olivier. Ella parece poseer un don natural, un aura, aunque se aferra con fuerza al (tan de moda en aquel momento) método Stanislavski; él, en cambio, representa el clasicismo, parece una figura de otro tiempo. “Mi semana con Marilyn” se agarra a este duelo interpretativo para esconder que, en realidad, aporta poco más que aquello que dan sus actores: una Michelle Williams que insiste en el mimetismo, un Branagh histriónico o una Judi Dench que parece encarnarse a sí misma. El cinéfilo quizá disfrute de algunos detalles, de imágenes que emulan momentos míticos de Monroe y de los guiños a la historia del cine; pero los amantes de un cine con personalidad no encontrarán ni rastro del director. En una película que se mueve, sobre guión, por el terreno de la dualidad —dos tipos de actores, una Marilyn que desea ser actriz y no mito, un ayudante que desea a la estrella y sale con la costurera—, resulta curioso que esto no se desprenda de lo visual. “Mi semana con Marilyn” no es una película, sino un simple anecdotario. Violeta Kovacsics

Después de ver “Young adult” uno extrae varias conclusiones. La primera, que Jason Reitman no será esa voz mínimamente distinta dentro del mainstream estadounidense que algunos, ilusos, creímos que sería. La segunda, que Diablo Cody es una guionista sobrevalorada hasta decir basta. La tercera, que Charlize Theron nos ha destrozado para siempre “The concept” de Teenage Fanclub. Y la cuarta, que una comedia se salga deliberadamente de los moldes no la convierte necesariamente en una buena comedia. El reencuentro entre Reitman y Cody tras “Juno” es un desatino a casi todos los niveles. Su protagonista es Mavis, que en su día fue capitana de las animadoras, pero hoy vive una miserable existencia de escritora de tercera. A los treinta y muchos, mientras sus amigos conciben bebés en serie, decide sentar la cabeza con su primer amor, al que se esforzará en reconquistar con sus peores artes. Reitman, pésimamente aliado con unos actores en estado de pronunciada desgracia (excepto una Elizabeth Reaser que, por lo menos, transmite un soplo de realismo), convierte su película en un gratuito festín de misantropía que ni siquiera tiene la más mínima gracia. Cuando podría haber supuesto, si no daba para más, una correcta parábola sobre la dificultad de adaptarse a la ‘vida normal’ hacia la que todo nos empuja. Álex Vicente

Casi nada en este vaivén de emociones que es el cine es tan placentero como cerciorarse de que todavía existen artistas con edad de jubilarse que siguen empeñados en revitalizar su trazo, en rejuvenecer su obra a copia de nuevas miradas, nuevos estímulos. “La invención de Hugo” es la prueba viviente de que Scorsese es un titán. Pocos indicios tenía un servidor de que este tipo tuviera ganas de contarnos una historia como ésta, un canto de amor al cine tan bonito, tan inyectado de vida y de vitalidad, tan acojonantemente emocionante. Capaz de sonsacar los sentimientos más nobles de una ameba, esta película es un torbellino de sensaciones, un río desbordado de aventura, de placer por la más pura narración fílmica. Es mucho más que un homenaje al cine de Méliès porque en ella hay ecos de “Y el mundo marcha” de King Vidor y de “La bestia humana” de Jean Renoir. Y es que Scorsese es cine —no me imagino la cultura de la modernidad sin su profunda huella— y ama el cine, habitan en su subconsciente cantidad de criterios pegados por sus grandes maestros. Celebremos pues que con esta admirable obra les agradezca su permanente e imperecedero influjo. Mi aplauso es atronador, y me brota del alma. Toni Vall


084/085 libros cine Sitges 078/079

2010

Nicholson Baker QUIERE DARTE UN ORGASMO, O DOS

Se describe como el escritor “más aburridamente monógamo” de América pero ha firmado la trilogía más lúbrica de las letras contemporáneas. Tras “The Fermata” y “Vox”, la novela que Monica Lewinsky regaló a Bill Clinton, Nicholson Baker publica “La Casa de los Agujeros” (Duomo), una colección de viñetas sexuales que tienen lugar en una especie de parque temático sólo para adultos. Con exquisitas maneras, el autor de apariencia papanoelesca explica que su objetivo es “entretener, inspirar y proporcionar, si es posible, un par de orgasmos” al lector. Qué considerado. Texto

Begoña Gómez

U

n pobre brazo anda suelto. Su legítimo propietario lo ha intercambiado por un pene más grande. Pero en esta novela todo el mundo tiene oportunidades para demostrar su talento, incluso un brazo cercenado. Tras enloquecer de placer a una mujer llamada Shandee, el brazo forma una O mayúscula por la que ella se deliza para llegar a… la Casa de los Agujeros. Una versión amable de un cuadro del Bosco, el mayor bufet libre del sexo consentido, el lugar al que se va a satisfacer fantasías que uno ni sospechaba que tenía. Un espacio que Nicholson Baker (Nueva York, 1957) lleva perfeccionando en su imaginación desde que era adolescente.

Estoy en contra de ese premio. Creo que tiene un efecto inhibidor. Todos los escritores están aterrorizados por si se lo dan y hace que le gente se sienta incómoda. Es una mala influencia.

Oiga, ¿por qué el sexo? No todos mis libros tienen tanto sexo, pero son los que me hacen disfrutar más de escribir. Me lo pasé muy bien con “La Casa de los Agujeros”. Es uno de los temas universales inagotables y cada generación tiene que decir la suya. A mí me gustan mucho los árboles y podría pensar “ya se ha escrito todo sobre los árboles”, pero no es así.

Tengo entendido que decidió ser escritor tras leer una novela de Updike. Es curioso, porque, sin saberlo, he estado leyendo “The Maples stories’” a la vez que “La Casa de los Agujeros”… ¡“The Maples stories” es fantástico! Es la crónica de un divorcio, de una situación trágica, y sin embargo lo describe con ímpetu. El estilo de Updike tiene los mejores acabados. Fue una enorme influencia para mí, sobre todo sus ensayos y sus relatos cortos. Algunas de las novelas no me gustan tanto. Pero cuando yo empezaba a querer ser escritor, en los setenta, él era “el primero de la lista, el rey de la colina” (cita la canción “New York, New York”).

Aunque usted ya había escrito “Vox” y “The Fermata”, muchos críticos parecían en shock por “La Casa de los Agujeros”. ¿Le sorprendió su reacción? El libro tuvo muy buenas críticas en Estados Unidos y en Canadá y casi unánimes pésimas críticas en Gran Bretaña. Me ha pasado con todos mis libros de contenido sexual. Los británicos, ya sabe. Allí conceden cada año el Bad Sex Award al escritor que peor escribe de sexo. ¿Qué le parece? Me parece una cosa extremadamente inglesa.

Como lector, ¿qué le gusta? Me gusta que las escenas de sexo sean un poco sorprendentes, un poco divertidas. Que haya nuevo vocabulario pero que este no sea tan raro que llegue a interferir con la lectura. En “La Casa de los Agujeros” hay un gran esfuerzo creativo. El escritor Malcolm Gladwell seguramente nunca pensó que daría nombre a un pene.

Ya sabe que él también ganó el Bad Sex in Fiction Award. Le dieron uno especial, honorario, por toda su carrera. ¿Le parece injusto? No. Si te soy sincero… nunca me he masturbado con éxito leyendo a Updike.

Vaya. O sea que ni a él le sale bien. No importa. ¡Le salen bien tantas otras cosas! El New York Times publicó hace un par de años un artículo muy comentado en el que decía que la generación de Franzen, Foster Wallace, Eggers y Chabon es muy puritana, que en la cama (literaria) no da el nivel de los Updike, Roth, Mailer y Bellow. Mi mujer leyó ese artículo mientras yo escribía “La Casa de los Agujeros” y me lo vino a comentar: “¡Mira, hay ganas de sexo!”. Yo tampoco escribí de sexo durante unos cuantos libros. Estamos saturados. Hay tanta pornografía; es difícil de asumir. Por eso tampoco era importante que hubiera un argumento. No es una historia de amor. De hecho, no es una historia. Es más… un carnaval. ¿Ha visto “Shame”? Las escenas de sexo son muy poco sexy. Todavía no la he visto, pero eso es muy frecuente, cuando se quiere situar el sexo en un contexto elevado, culto, parece que tiene que ser algo sórdido y desagradable para que sea aceptado. Yo quería inventar un lugar en el que no existe lo malo. En “La Casa de los Agujeros” nadie se queda embarazado, ni se transmiten enfermedades venéreas, ni hay violencia. ¡Y son todos tan educados! En sus diálogos, lo piden todo por favor. Sí,me lo han comentado. Tienen muy buenas maneras. No son relaciones de poder. Lo que quería era escribir un libro que excitara.


in & out Clubbing BCN C/ ARC DEL TEATRE, 3. TEL. 93 318 59 66. Techno-house, incursiones en el electro y la música disco. Miércoles, invitados internacionales. Vie-Sab., sesiones con el DJ residente Robert X. Todas las noches de 23.30 a 5 h.

SALA RAZZMATAZZ 2. C/ PAMPLONA, 88. TEL. 93 272 09 10 Tech-house, hard techno y techno con los residentes MouseUp, Undo, Vicknoise, además de las residencias de James Holden, Felix da Housecat, Miss Kittin o Tiga. H: Vie-Sab. y vísperas de festivos de 1 h. a 5 h. Entrada única a Razz Club: 15 € (c/i).

SALA APOLO. C/ NOU DE LA RAMBLA, 113. TEL. 93 301 00 90 La meca del eclecticismo: house, techno, breakbeat y pop electrónico, según el día. Alberga residencias de Kompakt, Bpitch Control, Bungalow, Cristian Vogel, etc. Nitsa selectors: Fra, Marc Piñol, DJ Coco y Graham. H: Vie-Sab. y vísperas, a partir de las 24.30 h. Precio: 12 € (c/i).

Clubbing Madrid electro-pop, deep house y leftfield de mano de MouseUp, Undo, Vicknoise); Rex (technopop). H: vie-sab. y vísperas de festivos de 1 a 5 h. Entrada única: 12 € (c/i). www.salarazzmatazz.com

B LOUNGE @ HOTEL BARCELÓ RAVAL RBLA. DEL RAVAL 17-21. TEL. 93 320 14 90 El lugar más cool de la ciudad, el nuevo punto de encuentro de Barcelona. Tapas sorprendentes, extensa carta de cócteles y la mejor música. Terraza Plaza Manuel Vázquez Montalbán. Jueves, viernes y sábados DJ en directo de 23 h a 02 h. Entrada libre. www.BarceloRaval.com

C/SANTA ANNA 14, L’HOSPITALET. T. 93 337 76 16. Más de 25 años ofreciendo la alternativa desde L’Hospitalet. Conciertos de pequeño formato y sesiones de DJs... de la mano de los DJs Jordi Monamí, Marty Mcfly, Crtl+alt+supr, Gato. Actuaciones musicales en pequeño formato. www.depositolegal.com.

@ SALA APOLO. C/NOU DE LA RAMBLA, 113. Residencia semanal para la noche de los jueves en el Apolo. Powder Room acoge las mejores noches de deep funk, breaks y rare grooves en Barcelona. H: todos los jueves, de 24.30 a 6 h. 9 €.

C/ FONTRODONA, 33 (BCN). TEL: 93 441 80 15 Antigua nave industrial convertida en enorme y comfortable lounge club. Urban & soulful music + laid-back atmosphere + underground attitude. www.maumaunderground.com. H: jueves 23 - 2.30 h., vie-sáb 23 - 3 h., domingos tarde (excepto verano).

SALA CITY HALL C/ RAMBLA CATALUNYA, 4. Lun: Internacional Party. Mar: Budah Hall Night. Mie: Pigs & Diamonds. Jue: Club 4 (techno & minimal techno). Vie: 100% Uhm Underground (tech-microfunk). Sab: Pure City Nights (house, deephouse, latin). Dom: Zen Club (techhouse/ electro).

C/ ALMOGÀVERS, 122. TEL. 93 272 09 10 5 clubs en un mismo espacio: Razz Club (Viesab. DJ Amable y Dj Gato, el mejor indie y rock de todos los tiempos. Jue. Bongo Palace (latin house); Pop Bar (vie-sab. lo mejor en pop, electro y sixties); The Loft (tech-house, hard techno y techno); Lo*Li*Ta (techno-pop,

C/ LINCOLN, 15. T. 93 238 07 22 Martes: Glitter and Glamour. Miércoles: Strawberry & Chocolate. Jueves: Buziós - Brazilian soul. Viernes y Sábado: 3 floors open- hip hop and R&B, house music, classic garage 80’s-90’s. www.ottozutz.com

C/ VALLDONZELLA, 40 / PLAZA MILANS, BARRIO GÓTICO. Tel. 627 73 30 81 En el bar Manchester se dan cita amigos y seguidores de la música de los 80 y 90 y sus tendencias más brit. Desde Joy Division hasta Placebo, pasando por The Smiths y Happy Mondays.

RAMBLAS, 27. T. 93 301 16 289 INFO@BOULEVARDCULTURECLUB.COM Boulevard Club, ubicado en La Rambla, donde antes se encontraba Fellini, ofrece la localización más céntrica y de más fácil acceso al público. House, techno, electrónica, hip hop, R’n’B, rock... DJs residentes: D’Julz (Bass Culture, París), Andre Buljat (4line, Indigo Raw) y Dr. Barry (BLV). http://boulevardcultureclub.com

C / ESCUDELLERS BLANCS, 3 (BARRI GÒTIC) Con una acertada mezcla de graffiti, videos, skate y grunge. Su amplia sala alberga cómodamente a los personajes más diversos de la fauna barcelonesa, que se pierden entre detalles y acordes, cubatas y chupitos, chicas y kickflips. A tres pasos de la turística Plaza Real se esconde el secreto mejor guardado del Gótico, Nevermind. Abierto todos los días hasta las 3 h. www.nevermindbcn.com

SALA 1 AV. CARRILET 235 - SALA 2 AV. CARRILET 301, L’HOSPITALET. T. 93 337 06 02 La Salamandra es el espacio de referencia de las noches de L’Hospitalet. Dos salas que ofrecen la mejor programación de conciertos y sesiones de DJs de la escena indie y mestiza. Sala 1: Musicollage con Nafentt & Darkomedia. Sala 2: Indie-pop-electro con YoSET & McFly, visuals de High Distortion & Mon Feijóo. H. Abierto todos los viernes, sábados y vísperas de 24 a 6 h. Entrada única: 8 € (c/i). Gratis hasta las 2 h. www.salamandra.cat

C/AMPLE, 46 (GOTICO) T 663 710 095 El bar rockero por excelencia en el centro de Barcelona. Casi tocando Correos se encuentra este sitio con aires de estación de metro abandonada donde cada día, entre riffs y whiskey, se dan cita aquellos que llevan el rock en la sangre. Todos los días desde las 19 h a las 2.30 / 3 h www.bollocksbcn.com

Clubbing Bilbao C/ RAFAEL DE CASANOVA, 3. SANTA COLOMA DE GRAMENET. [M] L1 SANTA COLOMA La Sala Pop tiene una programación semanal de conciertos cuidadamente seleccionados dentro de la escena independiente tanto catalana como estatal. Los conciertos se realizan viernes y sábado pero la sala ofrece sesiones de indie, pop, rock, electrónica a cargo de DJ Oki One y programación cultural los domingos. H: mie-dom 19 - 3.30 h. www.myspace/popclubsantacoloma

EN SANTANA 27. POL.IND.SANTA ANA. TELLERÍA 27. BOLUETA. WWW.FEVER.ES Pink Fever: tecnopop & electropop. Gold Fever: pop-rock & hits. Black Fever: hip-hop, reggae, soul & funk. Blue Fever: tech house & tecno. Desde su inauguración en 2005, Fever se ha convertido en el club de referencia del norte de la península. Una iniciativa de ocio de calidad incontestable que sitúa a Bilbao en el pelotón de cabeza europeo de la cultura del baile. H: Vie y Sab 24 h, 12€ c/i.

@ LA RIVIERA - Pº VIRGEN DEL PUERTO S/N. @ HEINEKEN - C/ PRINCESA , 1. Actualmente es el club de referencia en Madrid por su excelente e inagotable programación dedicada al indie rock y la electrónica, con residencias de sellos como Ed Banger Records y DJ sessions de Boys Noize, Rex The Dog, Felix Da Housecat, Steve Aoki, Peter Hook... www.intromusica.com

C/BAILÉN 16, 28005. MADRID ContraClub es un bar donde coinciden varias tipologías de noctámbulos con un denominador común: su gusto por la calidad y variedad musical. ContraClub pretende romper barreras entre disciplinas y generaciones, ser un lugar de encuentro de artistas y un escaparate para todo tipo de espectáculos de calidad. Un lugar abierto y dispuesto a juntar funk con flamenco, cabaret con música electrónica. X y J de 22 a 05:30 h. V y S de 22 a 06 h. www.contraclub.es

C/FOMENTO 30 (MADRID) Desde 1997 el Home Bar es un referente para los amantes de la música. El pop, la electrónica y el indie son el eje central de las sesiones de nuestros DJs, desde los clásicos imprescindibles hasta las últimas novedades. En el Home podrás escuchar desde Depeche Mode, REM o The Smiths hasta White Lies, Hot Chip y Temper Trap, pasando por Placebo, Massive Attack, Muse, Royksopp, Radiohead, Ladytron, Foo Fighters, Interpol... Abierto los viernes y los sábados a las 23h.

Clubbing Galicia COMPLEJO PLAYA CLUB. AVENIDA DE LA HABANA, ESTADIO DE RIAZOR (LA CORUÑA). WWW.PLAYACLUB.NET Pop, indie y electrónica. Más de 60 conciertos de música alternativa al año. Sesiones los jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos desde las 3 h. +info en www.playaclub.net


080/081

libros Antonio J. Rodríguez

american most wanted Texto

“Diario de invierno”

Paul Auster ANAGRAMA

Philipp Engel Tamara (Anacronic)

Ilustración

John Williams

CLASKSVILLE (TEXAS), 1922 — FAYETTEVILLE (ARKANSAS), 1994

“T

enía cuarenta y dos años y ante él no veía nada de lo que deseara disfrutar y había poco de lo pasado que le importara recordar”. John Williams (“Stoner”). No sabía nada del John Williams escritor hasta que leí un artículo de Enrique Vila-Matas en el que calificaba “Stoner”, una novela publicada por Ediciones Baile del Sol —editorial que tampoco conocía—, de “obra maestra ignorada”. El calificativo no podía ser más atrayente, viniendo de donde venía —el sumo pontífice—, pero aún así pasó un tiempo, de octubre hasta ahora, hasta que tomé un ejemplar prestado de mi ilustre ilustradora, también bibliotecaria, que ya había leído la novela y me la recomendaba con el mismo entusiasmo vilamatiense. Tercera novela de John Williams, “Stoner” se publicó originalmente en 1965, y pasó un tiempo sumergida en el olvido hasta que el New York Review of Books la canonizó en 2006. La traducción al castellano —excelente, como apunta Vila-Matas, de Antonio Díez Fernández— llegó en 2010, y no sé si a raíz del artículo de VilaMatas, pero es un libro de esos que permanece en los estantes de las librerías. Ya van por la tercera edición, y se sigue vendiendo, cosa rara. John Williams, el escritor, publicó otras tres novelas —una de ellas traducida al castellano sin tanto efecto en 2008 como “El hijo de César” por Ediciones Pàmies (vaya, otra editorial con la que no estoy familiarizado)— y dejó una quinta inacabada. También escribió mucha poesía y fue profesor universitario, como el propio William Stoner, porque “Stoner” es la novela de una vida, una vida muy gris y anodina que el autor, en una advertencia previa, subraya como pura ficción. He de confesar que, al principio, a lo largo de las 100 primeras páginas, me mantenía escéptico, como resistiéndome al sobrio encanto de una novela que me iba arrastrando por el río desgraciado de la vida de este hombre, prisionero de sus circunstancias y de sus equivocaciones,

atrapado entre los barrotes de sus elecciones. Pero alrededor de esa página algo hizo boom y me descubrí metido de lleno en esa “obra maestra ignorada”. Antes de llegar a ese punto, William Stoner nace y crece en un contexto que parece salido de una novela de Erskine Caldwell: hijo de pobres y adustos agricultores que, con mucho esfuerzo y sacrificio, acabarán enviándole a la universidad donde sentirá la llamada de la literatura y donde, mientras la Primera Guerra Mundial atruena en Europa, se acabará convirtiendo en profesor. Stoner se casará con la mujer equivocada, una bruja, y llevará una existencia de estoica amargura, con algún que otro destello de felicidad hasta que, rondando los 40 y la página 100, una serie de acontecimientos sacudirán un poco las cosas, y de paso al lector, quien de golpe, en un espejismo, vislumbrará un rayo de esperanza para Stoner. Colum McCann, Anna Gavalda, que ha traducido la novela al francés llevada por el entusiasmo, Rodrigo Fresán y Vila-Matas, entre otros muchos —¡hasta Tom Hanks!— son los valedores de esta magnífica novela, tan aparentemente sencilla como profunda y perturbadora. Yo sólo puedo decirles que ahora, gracias a esta biografía de la nada, puedo decir que sé muy bien lo que es sentirse Stoner: Avanzar lentamente en la vida con una actitud más o menos digna, surcando las aguas de la decepción, ajeno a las dobleces de quienes te rodean, fariseos y sibilinos, manteniendo el rumbo, sólo manteniendo el rumbo, con un mantra que se va amplificando en tu cabeza a medida que van acercando los últimos días, ¿qué esperabas?, ¿qué esperabas?, ¿qué diablos esperabas? Llevo semanas dándole vueltas a todo esto, durmiendo poco, sintiéndome Stoner a fondo, y todavía no puedo decidir si la novela encierra una victoria moral o si no refleja más que una derrota en toda regla, la derrota inevitable de un hombre bueno. Creo que me sentiré Stoner hasta el final.

“Lo que ejerce presión sobre ti, lo que siempre ha ejercido presión sobre ti, el exterior, es decir, la atmósfera; o bien, más concretamente, tu cuerpo en medio del aire que te rodea. Las plantas de los pies ancladas en el suelo, pero el resto de ti expuesto al aire, y ahí es donde comienza la historia, en tu cuerpo, en donde todo terminará también”. Primer Quiebro. En “Invisible”, Auster jugaba con las voces de la narración, arrancaba en primera persona, sorprendía con una segunda persona que interpelaba al lector en los pasajes más peliagudos de la novela y terminaba en tercera, difuminando así la figura del protagonista; convirtiéndolo en invisible. “Diario de invierno” está narrada enteramente en segunda persona: una propuesta radical si tenemos en cuenta que no se trata de una ficción, sino de una autobiografía que bebe de la experiencia personal y aparentemente intransferible, de lo vivido y de lo rememorado. Auster estampa nombres reales, hechos concretos; sin embargo, su prosa no ha mudado necesariamente de piel. Amante de la forma, el autor ha escrito una autobiografía de estructura atrevida, párrafos a veces breves y recuerdos recurrentes, que regresan una y otra vez a lo largo del libro, como un remolino. Segundo Quiebro. La conciencia del propio cuerpo atraviesa todo el libro, la sensación del viento sobre la cara, la incapacidad de contener el pis... Auster escribe desde la conciencia de la vejez y del fin de la vida; quizá por eso, señala, hasta dos veces, las últimas palabras de su madre antes de morir. Aunque lleva en su título la palabra ‘diario’, este libro se interpreta como unas memorias, como los apuntes de un autor que comienza a echar la vista atrás. Los pasajes que evocan los recuerdos de infancia resultan especialmente sensibles, escritos a flor de piel. Auster no pretende ser exhaustivo —resulta impensable imaginar al autor plegado a las directrices del género autobiográfico—, sino que trabaja, a lo largo de esos párrafos aparentemente dispersos en torno a la idea de lo físico. La lista de pisos en los que Auster vivió no es un capricho y no escapa del tono general de “Diario de invierno”, en el fondo, se trata de los espacios que ese cuerpo habitó. A menudo comenzamos a tener conciencia de nuestro cuerpo cuando éste se manifiesta en dolores, en cambios, en el envejecimiento. Resulta curioso como las enfermedades nos señalan algo que siempre ha estado allí, el cuerpo como principio y como fin. Violeta Kovacsics


Tras “Exhumación” (Alpha Decay, 2009), breve novelita escrita a cuatro manos junto a la poeta Luna Miguel, Antonio J. Rodríguez aparca su quehacer como crítico y debuta en la novela; y lo hace entrando como un elefante en una cacharrería. “Fresy cool” (Mondadori) es un dislate que pasa por encima del lector varias veces, y su autor es un escritor kamikaze que se queja de la solemnidad en la literatura. Sabe lo que hace, ha venido a divertirse, ha venido con el flow, ha venido para quedarse.

Antonio J. Rodríguez CHULEAR AL LECTOR

Álex Gil Luna Miguel

Texto Foto

A

ntonio J. Rodríguez es una de nuestras jóvenes voces más destacadas, a sus veintipocos lleva ya unos cuantos años ejerciendo de crítico, en las páginas de la revista Quimera y del diario Público, o en su blog (ibrahim-berlin.blogspot.com). Pero, ¿de dónde sale “Fresy cool”? “A finales de 2008 tenía ganas de escribir ficción y empecé lo que pensé que sería un relato breve, sin más; a los cuatro o cinco meses cerré la primera parte y un año después la rescaté para escribir la segunda. Me apetecía abordar bastantes asuntos, así que puede decirse que no fue hasta que la terminé cuando supe que lo que acababa de escribir era una sátira del hombre de letras”. 348 páginas de verborrea, de sangre hirviendo. Una primera parte de ritmo endiablado, el mundo interior de Pleonasmo Chief, que se desdobla y desborda; que deconstruye su discurso continuamente con un lenguaje propio en el que se permite todo tipo de licencias. En la novela conviven un escenario de fantasía, los problemas de la

creación literaria, referencias a la cultura alternativa, ¿una jam de géneros literarios? “Lo que recorre todo el libro es el relato fantástico. Pero en líneas generales creo que lo que prevalece es el recurso a todos los géneros que me iba apeteciendo practicar según la escribía, de la ficción gótica cruzada con el relato pornográfico (“The milk shaker toy story”), a la novela de campus (“Zombies en la academia Google Text”), el ensayo, el relato sobre la Guerra Civil, lo que fuese… La verdad, descreo mucho de los autores dogmáticos, aquellos que sólo creen en una única forma de hacer literatura. Y naturalmente hablo aquí de los que todo el tiempo mantienen su cruzada contra la novela decimonónica —signifique eso lo que signifique— y la búsqueda de nuevas formas de narrar —signifique eso lo que signifique—, tanto como de los adalides de las viejas formas, descodifíquese esto como se quiera. No hay leyes en literatura. Así que procuro escribir sobre lo que me apetece y de la manera en que me apetece. No

Vicente Luis Mora, usted es también tecnología “Nuestro modo de percibir no hace más que cambiar, apresurado por las nuevas tecnologías y por las nuevas formas de vivir en sociedad”. Todavía hay muchos escritores que se resisten y ven en estos cambios al enemigo, el principio del fin, otro apocalipsis. Vicente Luis Mora en su nuevo trabajo expone al debate esta nueva realidad. Mora es uno de los pocos críticos nacidos en los setenta con un discurso propio; su Diario de Lecturas en vicenteluismora.blogspot.com es uno de los referentes de la crítica literaria del país. Combina la teoría con la poesía y la narrativa. Con “El lectoespectador” (Seix Barral) amplía su corpus teórico en constante evolución. “Es un pensamiento en marcha, autocrítico. Intento corregir en cada libro, cuando viene a cuento, errores deslizados en los

anteriores. La idea era plantear un centro conceptual desde el que crecer concéntricamente”. En ese proceso, propone nuevos conceptos como lectoespectador, pangea, pantpágina, o internexto, con los que define los hábitos cambiantes de lectura, ya sean en formato tradicional o en las flamantes pantallas de ordenadores, e-books y demás dispositivos móviles. Mora pone ejemplos y hace nómina de autores que se adaptan a los nuevos tiempos, y también analiza el uso de las redes sociales como filtro de información y por extensión como herramienta creativa, aunque al medio se le achaque una excesiva fragmentación y dispersión. “Es un precio que hay que pagar, la forma de combatir ese bombardeo de esquirlas es seleccionando muy bien las personas a las que sigues. Que Twitter sea un

creo en las políticas literarias ni en los grandes titulares que hacen apología de ellas. Divertirse. Eso es todo”. En la segunda parte el ritmo y el discurso se relajan; y nos presenta al protagonista visto desde fuera. En definitiva, una consistente primera novela que contiene una historia de amor y el delirio de un hombre de letras. ¿Y cómo se toma un crítico las posibles críticas? La crítica literaria no es buen lugar para hacer amigos. “Y además en ‘Fresy cool’ hay algo de burla con los quehaceres de la crítica; una especie de representación del oficio en donde se encuentran situaciones más o menos verosímiles con cierto imaginario popular sobre el entorno en donde la crítica es un nido de escorpiones. Pero no tengo ni idea de cómo será recibida. Lo que a mí siempre me ha gustado mucho son esos libros que están escritos contra el lector. Los libros que chulean al lector. Los que le toman el pelo. Los macarras. Los que entran por la puerta de atrás y sin vaselina. Droga dura”.

infierno ingobernable o una gran fuente de información depende de tu acierto a la hora de elegir interlocutores: algo muy similar a lo que ocurría en el siglo XV, ¿no? Si quieres cultura, no vayas a un estadio de fútbol; si quieres ver un partido de fútbol, no vayas a un museo. Es una cuestión de sentido común”. El autor se muestra optimista: “No se acaba el mundo sino que debiéramos dejar de lado ciertos modos estrechos de ver el mundo. La realidad virtual es un instrumento más a nuestro alcance, como muchos otros, y hay que pensarlos críticamente. El error es no pensarlos en absoluto”. ¿Cómo cree Vicente Luis Mora que tiene que ser la novela de nuestro tiempo? “Tiene que ser buena, eso es todo. Tiene que estar bien escrita y poseer ambición. Decimonónica, tardomoderna, posmoderna o pangeica, la forma estética que escoja me da igual, me basta con que persiga la excelencia. El tiempo pondrá a todos en su sitio”. Álex Gil


082/083

libros

libros “María Antonieta” Stefan Zweig

“Laura” Vera Caspary

“Fascinación” Don DeLillo

ACANTILADO

PLANETA

SEIX BARRAL

Tras la efeméride del setenta aniversario de su muerte, el inmenso patrimonio cultural del novelista y ensayista austriaco Stefan Zweig continúa siendo objeto de los mayores elogios. De su amplia obra histórica destacan dos biografías que se antojan como lecturas imprescindibles, no solo por su valor divulgativo, sino por su impactante lucidez literaria: la de Joseph Fouché (también recientemente rescatada por Acantilado) y la que nos ocupa, María Antonieta. Más allá de la incuestionable veracidad en su tono biográfico, Zweig somete sus escritos a un intenso estudio de la figura personal de la monarca, afinando en los rasgos de su carácter en contraste con los hechos que acontecieron tras su novicio con Luis XVI y la posterior toma de poderes de la Corona Francesa. Evidentemente, Zweig subraya su posición en defensa de la dinastía habsburguesa y de la propia Maria Antonieta, ateniéndose a los sucesos que, en su conjunto, provocaron su fatal desenlace y que acabaron por prender la mecha de la Revolución de 1789. Más allá de rebatir e impugnar los manifiestos defectos, la exquisita pluma de su autor ensalza sus virtudes humanistas, ofreciendo un punto de vista agridulce, trágico y cargado de épica.“Es en la desgracia donde más se siente lo que uno es”, aforismo digno del más respetable de los pensadores de su tiempo, fue una de las últimas reflexiones —horas previas a su decapitación— de una María Antonieta sumida en la desesperanza absoluta. Lectura esencial. Matías Bosch

Hace poco leí en alguna parte que la arquitectura perfecta de una novela consiste en construir habitaciones y saber cómo llenarlas. Justo eso es lo que Vera Caspary hizo con “Laura”, la novela de 1942 en la que se basó Otto Preminger para su famosa película. A través de una prosa elegante, construida a base de alfilerazos de ingenio y sutil ironía, Caspary nos va guiando por el caso de Laura Hunt con la precisión clínica de un forense. En el centro, la figura del detective enamorado de una joven muerta que acabará regresando de la tumba. Y, por tanto, la génesis de dos grandes obras maestras como “Vértigo” y “Twin Peaks”. La poderosa y cautivadora imagen de un cadáver en forma de retrato, la obsesión necrófila, el desorden moral, la confusión de identidades, la dualidad rubia/morena… Todos estos elementos hacen que sea imposible leer esta novela sin pensar en todo lo que Lynch tomó prestado de Caspary al concebir y cimentar su particular concepto de ‘noir sentimental’. Eso, y otro sinfín de coincidencias como el censo de nombres, descaradamente twinpeaksiano (además del nombre de la protagonista, sorprende reencontrarse con Waldo, Jacoby y Diana), la importancia que en la investigación se da a los rostros en detrimento de las huellas dactilares, o la maestría con la que Caspary invita a entender la filosofía del amor como quien descifra un crimen, nos llevan a leer esta joya secreta como quien descubre a un Lynch primigenio. Laura Gamundí

Parece que las chicas Seix están ya muy seguras de lo sexi que resulta una esvástica estampada en sus portadas blancas. “Es increíblemente fascinante, ¿comprendes? Todo lo que es la era nazi. La gente no se cansa. Si tiene que ver con los nazis, resulta automáticamente erótico. La violencia, los rituales, el cuero, las botas. Todos sus uniformes y su parafernalia”, le explica Lightborne, un anticuario neoyorquino que trafica con fetiches eróticos, a Selvy, agente (doble) que trabaja para un senador, coleccionista de pornoarte, en una de las páginas de “Fascinación”, sexta novela de Don DeLillo (original de 1978 y traducida por Gian Castelli Gair para Circe en 1997) que ahora, generacionalmente hablando, puede tener carácter de novedad. DeLillo, que ya volvió a dar noticia de su fascinación en la magistral “Ruido blanco” (1984, también reeditada por Seix Barral), borda aquí un estupendo y (a-)típico thriller de los 70, década de liberación en todos los sentidos, incluido el narrativo, donde la trama, más o menos convencional, acaba (como en el “Dog soldiers” de Robert Stone o en el “Quiero la cabeza de Alfredo García” de Peckinpah) empapada en el delirio psicotrópico propio de la época. Todo empieza con el hallazgo del cadáver de un travestido que estuvo en posesión de una película rodada en el búnker del Fürher, en pleno hundimiento, cuando en Alemania, ante el implacable avance ruso, todo eran orgías y suicidios. Con un MacGuffin de este calibre, imaginen las fuerzas que se ponen en movimiento. Saludo romano. Philipp Engel

“Los inmortales” Manuel Vilas

“La conquista de lo cool” Thomas Frank

“Los náufragos del «Batavia»” Simon Leys

ALFAGUARA

ALPHA DECAY

ACANTILADO

No me cansaré de repetir lo loco que está Manuel Vilas. Su última novela, además, vuelve a dar cuenta de ello, pues se trata de un paso seguro dentro de su obra. Un paso seguro en su locura: el surrealismo de sus situaciones —extremas, soñadas e impensables—, la realidad deformada, la ficción histérica, los personajes salidos casi de un manicomio, o mejor, salidos de la mente de un maníaco que ha leído mucho, de un Quijote moderno, quizás, y es que Vilas es un Quijote moderno. Alguien debería ir a su casa y quemarle todos los libros porque su locura ya no se sostiene. Qué daño le han hecho los libros. Qué daño le han hecho, sí, porque hay que estar muy mal para inventarse una historia sobre inmortales, sobre escritores fantasmagóricos que viajan a la luna para escribir poemas mejores o que recorren las calles de una ciudad disfrazados de Elvis y luego está El Rey de España y el Papa y los comunistas del otro lado, y las gordas, y la Galaxia Shakespeare, y, en definitiva, toda una serie de situaciones tan ridículas como brillantes que al fin y al cabo dan cuenta de esta sociedad atrofiada en la que nos encontramos, en la que más nos vale convertirnos en modernos Quijotes, en locos o en Vilas si lo que queremos es sobrevivir. Así se las gasta Manuel Vilas con un texto que bien podría recordar a sus anteriores novelas pero que se salva puesto que ya viene a formar parte de esa constelación de relatos que conforman su obra y que a mí personalmente me dan miedo, porque pienso ¿qué será lo siguiente? ¡Dios mío! ¿Qué será lo siguiente? Muy fan. Luna Miguel

Jerry Rubin lo hizo. Puso a todo el mundo en pie contra la guerra en Vietnam, montó un circo en el juicio que le condenaba por incitar a los disturbios en Chicago y, cuando la resaca pasó, se convirtió en empresario. De activista a activo hombre de negocios, de yippie a yuppie. Porque, en realidad, ¿había diferencia alguna? La figura de ese individuo que rompe con la civilización, que busca experimentar sensaciones cada vez más intensas, que invierte los valores, ¡sí!, por la evasión, el placer, la liberación... ¿Cuántas veces has visto todo eso... en un anuncio? Desde que los encorsetados esquemas estéticos de los años 50 llegaron al desgaste más excesivo, la maquinaria comercial de EE.UU. necesitaba asimilar nuevas formas, y la retórica contracultural de los 60 les sirvió un eslogan tras otro. Thomas Frank disecciona con agilidad aquellos entramados icónicos cargados de significación, y lleva su autopsia mucho más allá. “La conquista de lo cool” constata que la propia revolución creativa de los publicistas de la época fue incluso anterior al movimiento de la contracultura, y aborda la consecuente retroalimentación de ideas entre la cultura de masas y las grandes compañías. Las fantasías comerciales de revolución y liberación son el cebo predilecto para los promotores del frenesí consumista. Los empresarios buscan héroes modernos en el imaginario de la cultura juvenil, de ahí que el verano del amor se eternice, y que esos beatniks vestidos para fracasar sean en realidad los verdaderos amos del cotarro. Albert Fernández

Tras devorar los artículos contenidos en “La felicidad de los pececillos”, semblanzas en su mayoría de escritores, artistas y pensadores que alcanzaban una y otra vez un milagroso punto de equilibrio entre erudición y anécdota para hacerlos sublimes, me juré intentar aprender la lección de estilo (magistral para todo periodista) y vigilar cuanto se tradujera de Leys (adictivo para cualquier lector). A todo aquel que desconozca su condición de especialista en Confucio (tradujo las “Analectas”, donde hay una llamada a ser leal a lo superior) puede que le sorprenda la premisa de esta gema de 88 páginas: servir de aperitivo o puente hacia otro libro (“La tragedia del Batavia” de Mike Dash), que el autor considera la última palabra sobre el tema que comparten, el naufragio del navío más deslumbrante de la Compañía de las Indias Orientales, frente a las costas australianas en 1629, y la posterior carnicería de la mayoría de supervivientes por un demente. Y quizá la película sea de órdago, pero el tráiler se antoja insuperable. Al igual que en las piezas cortas de “La felicidad…”, asistimos a un proceso de máxima depuración de los hechos y los protagonistas, aquí concentrados en la megalomanía sangrienta del ex boticario Cornelisz y la aquiescencia de muchos, un non fiction thriller histórico que anticipa los mecanismos de dominación psicológica de líderes como Hitler o Stalin. Mediante un ejercicio de contorsionismo literario, Leys multiplica los pliegues de sentido del terror, sus capas de sugerencia y sus ecos contemporáneos. Una miniatura de muchos quilates. Antonio Lozano




Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.