Los dispositivos de control en la teoría neoclásica

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DISPOSITIVOS DE CONTROL EN LA TEORÍA NEOCLÁSICA Cassini, Lorenzo1 García, Gustavo

Introducción El trabajo aquí presentado trata de abordar las problemáticas que se presentan en torno a la verdad, la concepción de la ciencia, los discursos, las instituciones, las técnicas, las metodologías, etc, que son atravesadas por la teoría neoclásica. Para ello rastreamos el dispositivo disciplinario que poseen estas formas hegemonizantes de poder. En la sección 1 pretendemos realizar un trabajo antropológico. Visualizar las estrategias para alcanzar la verdad, las técnicas que utiliza, las formas de representación, las características de la verdad, las formas de validar el conocimiento, las instituciones que atraviesan los discuros y sostienen la verdad, etc. En la sección 2 pretendemos visualizar en el discurso marginalista una propuesta de gobierno, un control y una justificación del accionar del estado, distinta del liberalismo del siglo XIX. El discurso neoliberal tiene una propuesta de gobierno, de producción y de regulación de las conductas de los individuos. Para ello tendremos en cuenta su discurso, y su metodología. Esta concepción de la verdad, las ciencias, los discursos, las técnicas, las metodologías, etc., son combalidados en el ambito Universitario. En la Universidad existe un sigular ejercicio de poder, propio de las sociedades disciplinarias. En la sección 3 será abordado este tema con cierta precisión. Para emprender esta tarea utilizamos como marco teórico el pensamiento Foucaultiano. Además podrá ver más abajo que para analizar el discurso neoliberal-marginalista utilizamos el manual de Samuelson como referente. Esto se debe ya que: “Durante más de medio siglo, esta obra ha servido como estándar para la enseñanza de economía elemental en las aulas de Estados Unidos y de todo el mundo”2. Nuestro objetivo es desenmascarar la voluntad de la verdad, 1

Estudiantes de Licenciatura en Economía en la Facultad de Cs. Económicas y Estadísticas de la UNR, miembros de la RED ecopol. 2

Paul Samuelson, William D. Nordhaus, Economía, Mc Graw-Hill Interamericana, decimoctava edición, México, 2008.

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descubrir el poder disciplinar que recae sobre los estudiantes o profesionales, los discursos, las técnicas, las metodologías, los ámbitos de poder, etc.

Conceptos Esenciales No podríamos empezar el trabajo sin asentar una base de conceptos que atraviesan al mismo en su totalidad. Más aún teniendo en cuenta que muchos de nosotros somos estudiantes y/o profesionales de economía, y poco conocemos de filosofía y sociología. Se encontrará en el trabajo una linealidad de conceptos, es decir empezaremos por entender cuál es el punto esencial. Pero luego este revestirá mayor complejidad, ya que sus formas van cambiando conforme vayan cambiando sus especificidades. De esta forma empezaremos por preguntarnos ¿qué es el poder en Foucault? ¿o cómo lo podemos encontrar? ¿bajo qué formas? ¿y qué mecanismos utiliza? Interesantemente Foucault no responde a la pregunta ¿qué es el poder? sino más bien desea conocer cómo funciona. El poder en Foucault intenta gestionar lo múltiple. ¿Qué queremos decir con múltiple? Todas las personas son diferentes y ven al mundo de forma diferente, aquí encontramos claramente un aspecto de lo que es múltiple. Por lo tanto el poder trata de someter, inducir, desviar, facilitar o dificultar, ampliar o limitar, hacer más probable o menos probable. El poder se ejerce para conseguir un resultado claro, para que el individuo o población se comporten de una manera u forma determinada y no de otra. Por lo tanto si las personas son diferentes y ven al mundo de forma diferente, el poder tratará de responder ¿cómo se hace para que esto sea productivo? incluso en una de sus vertientes el poder intentará responder ¿cómo hago para que las personas vean al mundo de una manera determinada y no de otra? Por lo tanto el poder construye sujetos, sanciona normas, produce efectos, construye saberes y discursos. Usted seguramente se imaginará desde esta concepción a un ente centralizado, supremo y represivo, decretando esto o lo otro. Pero no es así, sino todo lo contrario, ya que el poder es la capacidad de que un individuo se comporte de una forma u otra, sin que el mismo pierda conciencia, es decir, que es su conciencia parte del gobierno del poder. Incluso para seguir desmintiendo lo que usted se imagina como ente supremo y centralizado, el poder no tiene nada que ver con la esclavitud, sino que se ejerce hacia hombres libres como el lector. Así mismo para que se den relaciones de poder es necesariamente la libertad de los individuos. Esto no quita que el poder se haya naturalizado, y por ende se haya hecho mucho menos evidente. Tal vez en este trabajo podrá encontrar los ejemplos necesarios para dar cuenta de ello.

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Foucault presenta una serie de metodologías para entender el poder y cómo funciona el mismo. Primero no se trata de ver al poder en su centro, es decir de dónde surge, sino de ver al poder en sus extremos, es decir donde se vuelve capilar. Cuando decimos capilar estamos hablando de un micro poder, un micro sometimiento, que condiciona a los individuos. Tratar de ver al poder en sus formas más locales, bien cercanas al condicionamiento de los individuos. De esta forma no nos preguntamos ¿quién tiene el poder? sino por el extremo, cuál es su objeto, su blanco, su campo de aplicación. Por lo tanto nos preguntamos ¿cuáles son los mecanismos que permiten ejercen el poder? De esta forma se trata de hacer lo contrario de lo que muchos teóricos realizan: no ver al poder en su centro, es decir en la burguesía, y preguntarnos por qué gobiernan, sino ir al otro extremo y ver los mecanismos por los cuales se somete a la clase trabajadora. O que es lo mismo cuáles son los mecanismos por los cuales los científicos o teóricos realizan ciencia. Desde ya el científico, estudiante, teórico, profesional será nuestro individuo ejemplo, por el cual el poder ejerce a través de sus mecanismos el condicionamiento para que los mismos se comporten de una manera y no de otra. De esta forma el sometimiento o el condicionamiento se presenta a través del extremo que son los mecanismos de poder, y no de una clase o grupo de personas sobre otra. Segundo si el poder se hace visible a través de sus mecanismos, y por lo tanto existen múltiples mecanismos, no podemos hablar de un poder en el sentido que una sola persona concentra el poder, sino múltiples poderes, y múltiples personas ejerciendo el poder en forma de red. Incluso no se puede ver al poder como algo estático, sino que circula a través de los cuerpos. Es decir, en un tiempo-espacio una persona puede ejercer el poder, pero en otras condiciones, esa misma persona deja de ejercerlo y se somete al mismo. Por supuesto que el poder no es lo mejor distribuido del mundo. Por último, debemos entender que las grandes maquinarias de poder producen una forma de ver y sentir, es decir producen una ideología. Pero cada ideología es mucho más que un poder sentir y ver el mundo de una manera, en la práctica esto va acompañado de una metodología propia, una forma propia de acumular saber, técnicas de registro, métodos de observación, procedimiento de investigación, aparatos de investigación, etc. Este último punto estará mucho más claro en las secciones uno y dos. Ahora pasemos a un concepto que se deriva del poder: el dispositivo disciplinario. Este concepto es de suma importancia ya que estará atravesado de una forma u otra en todo el trabajo. Como habíamos dicho el poder debe gestionar lo múltiple, el problema entonces para el poder es resolver cómo se lo consigue, qué mecanismos utiliza, con qué técnicas. Aquí los dispositivos disciplinarios entran en acción. ¿En qué consiste la disciplina? En la normalización y la singularización, es decir, si existe lo múltiple entonces hay que limitarlo a través de lo que es normal y lo que no lo es. El objeto de la disciplina es el cuerpo del individuo, sus conductas y

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gestos, de esta forma el individuo no puede hacer lo que se le plazca, existe una forma normal de comportarse y relacionarse con las personas, con la ciencia, con los discursos que emplea, etc. De esta manera la disciplina educa y controla a los individuos, los vuelve el átomo central del ejercicio del poder. A través de lo normal se construye la razón, si una persona no se comporta de una forma pre-establecida no es considerada normal, incluso si su forma de razonar es ajena a la razón común, lo típico sería un ámbito ajeno a la razón, es decir el manicomio. Así es como en la sociedad normalizadora, se normaliza al individuo. En la modernidad la normalización se realiza a través de instituciones como el hospital, la escuela, la fábrica, el manicomio, etc. Es claro que en la sociedad normalizadora el poder se institucionaliza marcando al individuo cómo debe comportarse, cuáles son sus espacios de acción y cuáles son sus espacios de no acción. Nos encontramos con una microfísica del poder donde la disciplina tiene el objetivo de producir cuerpos útiles y dóciles con el fin de aumentar su rendimiento. El objetivo de la disciplina es aumentar la fuerza económica del cuerpo (desde amplios puntos de vista) al mismo tiempo que se reduce su fuerza política. En la sociedad normalizada el individuo se encuentra ante un espacio limitado, un cercamiento del accionar de los cuerpos y sus mentes. La disciplina tiene por objeto los cuerpos y como objetivo la homogeneización de los mismos. En el dispositivo disciplinario existe una norma, todos los cuerpos se deben comportar de la misma manera. Lo anterior citado es parte de la filosofía del dispositivo disciplinario, pero nos queda por último ver cuáles son las herramientas que utiliza dicho dispositivo para normalizar a los individuos. Nos preguntamos cómo hace el dispositivo disciplinario para que nos comportemos debidamente. Una primera herramienta es la vigilancia jerárquica, que Foucault llama “panóptico”. El panóptico tiene la función de vigilar y controlar los cuerpos, de administrar los cuerpos en el espacio, para que los mismos estén realizando la tarea para la cual fueron asignados. Un claro ejemplo de panóptico se puede encontrar en la arquitectura de la cárcel de Bentham, donde los espacios están administrados de tal forma que el guardia puede vigilar los cuerpos desde el centro de la torre sin ser visto. Este concepto estará presente en las secciones dos y tres. Una segunda herramienta es la sanción normalizadora, esta intenta a través de una cierta “medida” estándar de lo normal, establecer los límites de acción y no acción. Si el panóptico a través de la vigilancia capta que la acción de los individuos escapa de la norma o de lo normal, la sanción normalizadora permite el castigo necesario para que ello no vuelva a ocurrir. Vigilar y castigar son dos funciones básicas del dispositivo disciplinario; caso contrario, la disciplina también premia a aquellos individuos que se han comportado excepcionalmente de acuerdo a la media normal.

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Por último el examen es parte del dispositivo disciplinario. Pero este concepto se ampliará con más detalle en la sección tres. Para terminar esta introducción, advertimos que estos conceptos estarán presente tanto explícita como implícitamente en todas las secciones del trabajo.

Sección 1: El discurso y su voluntad

“En algún punto perdido del universo, cuyo resplandor se extiende a innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que unos animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue aquél el instante más mentiroso y arrogante de la historia universal”. Nietzsche

1.1 Verdad y Poder Analizaremos en esta sección el concepto de verdad y su relación con el poder, en el marco del pensamiento de Foucault. Además buscaremos en el prólogo del clásico libro de economía de Paul Samuelson, ícono de la síntesis neoclásica, algunas características que tiene la verdad en el mainstream de esta disciplina. El concepto de verdad aparece en Foucault muy relacionado con el poder. “La verdad está ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen y la mantienen, y a los efectos de poder que induce y que la acompañan 3”. “La verdad no está fuera del poder ni carece de poder. [...] La verdad es de este mundo; es producida en él gracias a coerciones múltiples. Y posee en él efectos reglados de poder.”4 Es decir, el poder genera un discurso verdadero, y a su vez necesita de la verdad para persistir. “El poder no cesa de cuestionar, de cuestionarnos; no cesa de investigar, de registrar; institucionaliza la búsqueda de la verdad, la profesionaliza, la recompensa. Tenemos que producir la verdad del mismo modo que, al fin y al cabo, tenemos que producir riquezas, y tenemos que producir una para poder producir las otras. Y por otro lado, estamos igualmente sometidos a la 3

Foucault, Michel, “Verdad y poder”, Microfísica del poder, traducción de Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría, Madrid: ediciones de La Piqueta, 1979, p. 189. 4

Ibid., pág. 187.

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verdad, en el sentido de que ésta es la ley; el que decide, al menos en parte, es el discurso verdadero; él mismo vehiculiza, propulsa efectos de poder.”5 Foucault entiende por verdad “un conjunto de procedimientos reglamentados por la producción, la ley, la repartición, la puesta en circulación, y el funcionamiento de los enunciados” 6. “Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su ‘política general’ de la verdad, es decir, los tipos de discurso que ella acepta y hace funcionar como verdaderos; los mecanismos y las instancias que permiten distinguir los enunciados verdaderos o falsos, la manera en que se sancionan unos y otros; las técnicas y los procedimientos que son valorados para la obtención de la verdad; el estatuto de aquéllos que tienen la función de decir lo que funciona como verdadero”7. Foucault menciona cinco características que distinguen a la verdad en sociedades como las nuestras. La verdad está centrada en la forma del discurso científico y en las instituciones que lo producen; está sometida a una constante incitación económica y política; es objeto bajo formas diversas de una inmensa difusión y consumo; es producida y transmitida bajo el control no exclusivo pero sí dominante de algunos grandes aparatos políticos o económicos (universidad, ejército, escritura, medios de comunicación); y es el núcleo de la cuestión de todo un debate político y de todo un enfrentamiento social. En este sentido, la política de verdad ha sido una condición necesaria para el desarrollo del capitalismo, es uno de los elementos fundamentales para que perdure su dominación. En este momento podemos hacer una primera incursión en la obra de Samuelson para relacionar las ideas del párrafo anterior con algunas líneas de dicho libro. Dice el autor en el prólogo: “Cada nueva edición [de su libro] ha destilado las mejores ideas de los economistas acerca de la manera en que funcionan los mercados y de lo que la sociedad puede hacer para mejorar el nivel de vida de la gente”8 (la negrita es nuestra). En esta oración, Samuelson deja en claro que considera que en economía existen ideas mejores que otras y que él tiene “la función de decir lo que funciona como verdadero”9. Es decir, las ideas que se incluyen en su libro son las mejores, las verdaderas. Las que no son incluidas, quedan automáticamente relegadas a un status inferior. Lo mismo puede verse en el siguiente párrafo: “Elaboramos una lista de las ideas clave y le decimos adiós al material que juzgamos no esencial u obsoleto. En todas las etapas nos 5

Foucault, Michel, Clase del 14 de enero de 1976, en “Defender la sociedad. Curso en el Collage de France (1975-1976)”, Bs. As., FCE, 2001, pp. 33-48. 6

Foucault, Michel, op. Cit. 3, pág. 189.

7

Ibid., pág. 187.

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Samuelson, op. Cit., prólogo.

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Castro, Edgardo, El vocabulario de Michel Foucault. Un recorrido alfabético por sus temas, conceptos y autores, Editorial Siglo XXI,2011, pág. 369

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hemos preguntado si, hasta donde mejor podíamos juzgar, el material era necesario para que el estudiante comprendiera la economía del siglo XXI. Sólo hemos incluido lo que ha superado esta prueba.”10 (la negrita es nuestra). Aquí, queda en evidencia la pretensión de pensamiento único que tiene el mainstream, al subrayar que las ideas que no se incluyen dentro de este núcleo son “obsoletas”, desechables, falsas. Podemos ver algo de la relación entre poder y verdad en economía cuando consideramos cuáles fueron las ideas que quedaron fuera del libro de Samuelson y los intereses económicos que afectan esas ideas. El párrafo citado antes se completa de la siguiente manera: “Sólo hemos incluido lo que ha superado esta prueba. El resultado de esta campaña es un libro que ha perdido más de un cuarto de su peso en las últimas ediciones. Hemos eliminado la economía agrícola, los sindicatos, la economía marxista, la falacia del peso de la mano de obra y la economía de la salud a fin de dejar espacio para la economía ambiental, la economía de redes, los ciclos reales de negocios y la economía financiera”11. No obstante, se intenta ocultar esta relación entre poder y verdad. Se intenta mostrar que la verdad queda reservada exclusivamente al ámbito de la ciencia, cuando en realidad el poder se ejerce en nombre de la verdad y, además, lo que consideramos verdad llega a serlo basada en el poder. ¿Por qué se oculta el vínculo entre poder y verdad? Porque el poder tiene mala prensa, entonces, a fin de facilitar el ejercicio del poder y la imposición de una verdad, es mejor que estos elementos aparezcan como desvinculados. Como si quien ejerce poder no crea verdad y quien crea verdad, no ejerce poder. Mediante la imposición de una verdad única se intenta excluir lo múltiple y lo diferente. Se quiere reducir todo a una igualdad ficticia. Se pretende reducir lo múltiple a lo uno, lo cambiante a lo inmóvil, lo diferente a lo mismo y lo complejo a lo simple. Los postulados emanados por la ciencia se presentan como absolutos y universales utilizando enunciados tales como verdad inmutable, leyes generales o conocimiento objetivo. Volviendo al texto de Samuelson, en un apartado titulado “Las verdades centrales de la Economía” se lee: “hay algunos cuantos conceptos que sustentan toda la economía. Una vez que se les ha dominado, el aprendizaje se hace mucho más rápido y disfrutable. Por lo tanto, hemos elegido enfocar nuestra atención en el núcleo central de la economía, es decir, en aquellas verdades perdurables que serán importantes en el siglo XXI como lo fueron en el siglo XX. Conceptos de microeconomía tales como la escasez, la eficiencia, las ganancias derivadas de la especialización y el principio de la ventaja comparativo serán cruciales mientras exista la escasez. Además, los estudiantes de macroeconomía deben recibir un fundamento firme respecto a los 10

Samuelson, op. Cit., prólogo.

11

Ibid., prólogo.

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conceptos de oferta y demanda agregadas y deben comprender el papel de las monedas nacional y extranjeras.”12 (la negrita es nuestra). En esta cita se manifiesta la existencia de algunos conceptos económicos que se consideran universales, inmutables, permanentes, una verdad que no puede ser desafiada. Y una verdad que los estudiantes “deben recibir”, es decir, tienen la obligación de incorporar. Cabe destacar que esta idea de verdad perdurable se repite varias veces en el prólogo del libro. Habla de que en los últimos años “el entendimiento de las verdades permanentes de la economía se ha vuelto aún más vital en los asuntos de las personas y de las naciones” 13 (la negrita es nuestra). Señala que el objetivo del libro es “ofrecer una visión panorámica de la teoría económica y para hacerlo destacamos los principios económicos básicos que perdurarán más allá de los titulares de hoy”14 (la negrita es nuestra). Y, finalmente, cuenta que se han esforzado por ayudar a los estudiantes a “comprender los principios económicos que perduran para que sean más capaces de aplicarlos”15 (la negrita es nuestra). Respecto a la multiplicidad de las ideas, puede leerse el apartado titulado “Las escuelas de macroeconomía en contienda” donde el autor dice que “Uno de los obstáculos principales para el entendimiento de la economía moderna es la proliferación de escuelas de macroeconomía con planteamientos opuestos. Los profesores a menudo se preguntan cómo es que los estudiantes pueden comprender la materia cuando los mismos macroeconomistas se encuentran tan divididos. Mientras muchas personas debaten acerca de la división en la macroeconomía moderna, nosotros consideramos que esto es un signo de salud y preferimos una discusión animada a un consenso complaciente. “En esta edición se analizan las escuelas más importantes de la macroeconomía moderna dentro de la síntesis claramente organizadora de la oferta y la demanda agregadas. Mostramos cómo es que pueden entenderse la macroeconomía del ciclo de los negocios del negocio real, keynesiana, antigua y moderna y las variedades monetaristas según su énfasis en distintos aspectos de las expectativas, el vaciado del mercado y la demanda agregada. Cada escuela se presenta con claridad y se la compara con sus competidoras en forma balanceada y justa.”16 (la negrita es nuestra).

12

Ibid., prólogo.

13

Ibid., prólogo.

14

Ibid., prólogo.

15

Ibid., prólogo.

16

Ibid., prólogo.

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Queda claro que la multiplicidad de ideas es considerada un “obstáculo” para la enseñanza, y no algo que sea importante enseñar. En cambio, se prefiere enseñar una síntesis totalizadora que es presentada como “balanceada y justa”. Se otorga objetividad a la síntesis realizada. Existe en las sociedades un combate por la verdad, en el que participan los intelectuales y que no debe ser entendido en términos de ciencia/ideología sino en términos de verdad/poder. El problema político esencial para el intelectual no es criticar los contenidos que estarían ligados a la ciencia, sino constituir una nueva política de la verdad. “El problema no es «cambiar la conciencia» de las gentes o lo que tienen en la cabeza, sino el régimen político, económico, institucional de la producción de la verdad”17. No es posible liberar la verdad de todo sistema de poder, pero sí separar el poder de la verdad de las formas de hegemonía (sociales, económicas, culturales) en el interior de las cuales funciona por el momento. Por último, Foucault sostiene que la filosofía le corresponde realizar una historia sobre la verdad, distinguiendo entre dos historias de la verdad. Por un lado, una historia interna de la verdad, que narra cómo la verdad se corrige a partir de sus propios principios de regulación y que se lleva a cabo en la historia de las ciencias. Por otro lado, una historia externa de la verdad que muestra cómo se crea en una sociedad determinadas formas de subjetividad, determinados dominios de objetos, determinados tipos de saberes.

1.2.1 Concepción de la ciencia ¿tengo un cuerpo o soy un cuerpo? Nietzche La construcción de una verdad emprende una disciplina en el orden del discurso. Existe una limitación en los enunciados, y las proposiciones. De esta forma existe una forma normal de hacer ciencia, una forma normal de construir la razón. En la ciencia no puede haber contradicciones posibles, si tal cosa ocurre es por que los límites no están claros. El discurso verdadero normaliza la concepción de la ciencia, la disciplina emprende una verdad con características determinadas, con objetos de estudios determinados, y con un método o técnica determinado para alcanzar tal verdad. Quien salga de estos cánones de verdad y formas normalizadas no está haciendo ciencia, no tendrá un lugar en la academia. En esta sección nos ocuparemos de las características de la verdad y el objeto de estudio, las técnicas y dejaremos el método y para la siguiente sección.

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Foucault, Michel, op. Cit. 3, pág. 189.

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La verdad es poder, y el poder necesita de la verdad. El poder tiene una estrategia para alcanzar la verdad. Entendiendo como estrategia los medios o la racionalidad para alcanzar la verdad entre aquellos que la dispensen. Nos preguntamos cómo alcanza la verdad la teoría neoclásica, qué estrategia utiliza. Pero para ello debemos conocer qué características tiene la verdad, cuál es la concepción de la ciencia. Aquí nos referiremos a un ejemplo que nos va a ser muy útil. En la Grecia del siglo V a. C. los sofistas discutían con Sócrates y Platón. Claramente encontramos dos formas de poder encontrados, cada uno tiene su estrategia y cada uno tiene su verdad. Los Sofistas o los “filósofos menores” como los llama la filosofía oficial, no pertenecían a las clases altas de la sociedad y se ganaban la vida estudiando y debatiendo. Los sofistas discutían para conseguir la victoria a cualquier precio, valiéndose de las astucias más groseras; buscaban la verosimilitud. Claramente el saber y el poder están unidos en los sofistas. En las discusiones ganaba quien tuviese los argumentos suficientes, quien tuviese la verdad de su lado y el poder para conseguirla. La verdad es algo relativo para la filosofía sofista. La verdad es justificable, o mejor dicho cualquier verdad es argumentable. La estrategia es crear la verosimilitud entre los presentes para alcanzar la verdad. La unidad de la Grecia antigua necesitaba un discurso nuevo, un discurso que busque el orden, y por ende se necesitaba una ruptura con el discurso de los sofistas. Para ello se diferencia la doxa (la opinión) de la episteme. Este último concepto es fundamental para entender la filosofía de Platón, incluso para entender la ciencia como hoy se la concibe. La episteme significa conocimiento en tanto creencia justificada como verdad. Búsqueda de conocimiento seguro, cierto, y universal. Por lo tanto en Sócrates y Platón la palabra no debe ser empleada sino con este fin, el enrarecimiento de la palabra parte para que ella se emplee con el fin de decir la verdad. La opinión no es válida, y la palabra cobra valor, la palabra se valoriza en la búsqueda de la verdad universal, para Sócrates no vale la pena hablar si no es para decir la verdad. En cambio en los sofistas la palabra es utilizada como arma y cobra materialidad para ganar una discusión, “tal dijo esto” o “aquel dijo esto otro”. En cuanto para los sofistas la estrategia es hablar, para los filósofos la estrategia es no hablar a menos que existan ciertas condiciones. De esta forma la palabra queda restringida a la disciplina de la verdad, a la separación entre lo verdadero y lo falso. Pero para que ello ocurra, el poder se disocia de la verdad en el discurso, ya que la verdad está más allá del bien y el mal, de cualquier moral. En cuanto para los sofistas cualquier verdad es argumentable, pero para Sócrates y Platón sólo existe una única verdad justificable. Nace el amor por la verdad, la búsqueda de la verdad por la verdad misma. La voluntad de la verdad, aquello que posibilita el discurso verdadero,

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debe ser escondido, se levantan muros para ocultar tal voluntad. La Academia de Aristóteles es un ejemplo claro de la institucionalización de la verdad. De esta forma se le otorga materialidad a la verdad, de esta forma la verdad perdura a través de sus muros. Foucault nos dice: “El discurso verdadero, que la necesidad de su forma exime del deseo y libera del poder, no puede reconocer la voluntad de la verdad que le atraviesa: y la voluntad, esa que se nos ha impuesto desde hace mucho tiempo, es de tal manera que la verdad que quiere no puede no enmascararla”18. El discurso verdadero es un discurso objetivo, así se presenta en la teoría neoclásica, “se necesita tener una mente fría para poder sopesar objetivamente”19. Aquí, como en Sócrates y Platón, la verdad está disociada del poder. Pero la verdad muta con el recorrer de la historia, se transforma en conocimiento científico. Por supuesto no todo enunciado es verdadero per se, debe reunir ciertas condiciones y requisitos. Existe una normalización de los enunciados, una disciplina en sus características, el conocimiento científico debe ser claro, preciso, provisorio, objetivo, controlable, metódico, sistemático, viable, descriptivo, predictivo, lógicamente consistente y fecundo. Por lo tanto “Los economistas utilizan el enfoque científico para entender la vida económica”20. Como vimos las verdades son perdurables, así se encuentra un orden al caos, las verdades controlan la multiplicidad rediciéndolo a algo simple. La verdad cobra valor por ser algo permanente, inmóvil a lo largo del tiempo y del espacio. De esta forma la verdad es universal, ahora no importa la historia ni el espacio, ya que la misma trasciende al espacio-tiempo. De esta forma, “Ante el hecho innegable de que los bienes son escasos en relación con los deseos, una economía debe decidir cómo arreglárselas con recursos limitados. Debe elegir entre distintas canastas (el qué), seleccionar entre distintas técnicas de producción (el cómo) y decidir al final, quién consumirá los bienes (el para quién)”21. Por lo tanto como “Nuestro mundo es uno de escasez, lleno de bienes económicos”22, “Todas las sociedades humanas, trátese de un país industrializado avanzado, una economía planificada centralmente o una nación tribal aislada, deben enfrentar y resolver [estos] tres problemas económicos fundamentales”23. Así como la verdad de la escasez trasciende el espacio, esta trasciende el tiempo y “(…) estas tres preguntas fundamentales de la organización económica (qué, cómo y para quién) son tan importantes hoy como lo fueron en los inicios de la civilización”24. La verdad se caracteriza por ser inmóvil y permanente, por ser ordenada y simple, y de esta forma reducirse a leyes. Por lo tanto podemos encontrar la Ley de 18

Michel Foucault, El orden del discurso, Letra e, pág. 12, traducción Alberto González Troyano

19

Samuelson, op. Cit, pág 6

20

Ibid., pág. 5

21

Ibid. pág. 8

22

Ibid. pág. 4

23

Ibid. pág. 7

24

Ibid. pág. 7

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Engel, la Ley de la demanda con pendiente negativa, Ley de la utilidad marginal decreciente, Ley de los rendimientos decrecientes, la Ley de Okun, la Ley de sustitución, la Ley del producto marginal decreciente, y la Ley económica de Say. Tanto lo múltiple como lo complejo es gestionado para resolver el caos que presentan los discursos. Por otra parte la verdad no es algo estanca, sino que evoluciona, existe un stock de conocimiento que se va ampliando a medida que la ciencia permite ello. Existe algo así como un darwinismo teórico que va tomando fuerza y evolucionando a medida que el stock aumente. Darwin con su encanto por la naturaleza diría algo parecido a Samuelson: “Durante el siglo pasado, la economía dejó de ser una bellota para convertirse en un majestuoso roble”25. Pero no se quedaría con esa sola metáfora “(…) debido a que la economía es, sobre todo, un organismo vivo y en evolución (…)”26. Se presenta en la economía neoclásica una concepción de la ciencia positivista, las verdades son universales, evolucionan, así como en las ciencias naturales. Para el positivismo el conocimiento es poder, es poder que sirve para transformar la realidad. Para prosperar en el mundo civilizado e industrial se debe conocer y dominar la naturaleza, sus consignas son “Orden y Progreso”. En las ciencias el orden se presenta en las verdades universales e inmóviles. En cuanto al progreso, se presenta en el darwinismo teórico que significa que “(…) conforme los autores tienen la apasionante oportunidad de presentar las ideas más recientes en economía moderna y mostrar cómo es que el tema puede ayudar a crear un mundo más próspero”27. El amor por la verdad se presenta como la prosperidad de la sociedad. “El objetivo final de la ciencia económica es mejorar las condiciones de vida cotidiana de las personas”28. El altruismo de la ciencia se potencia en el amor por la verdad, y el amor por la verdad en la prosperidad de la raza humana. La sociedad se ve traccionada por la ciencia, si la ciencia no evoluciona, la sociedad tampoco lo hace. La idea es que los “mayores ingresos producen más que alimento y abrigo. Los países con altos ingresos tienen los recursos para construir escuelas donde los jóvenes puedan aprender a leer y a desarrollar las habilidades necesarias para utilizar la maquinaria moderna y las computadoras”29. La prosperidad de la ciencia permite que “Cuando se liberan recursos debido al crecimiento económico, la gente tiene tiempo libre para realizar actividades artísticas, como la poesía y la música, y la población tiene tiempo libre para leer, escuchar e interpretar obras de arte”30.

25

Ibid. pág. 6

26

Ibid. prólogo

27

Ibid. prólogo

28

Ibid. pág. 6

29

Ibid. pág. 6

30

Ibid. pág. 6

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Pero además del conocimiento universal, objetivo y evolucionista, se presenta otro elemento a destacar. No sólo el objeto de conocimiento está normalizado y disciplinado a algo simple e inequívoco, sino que el sujeto también presenta características normalizadas. Nos preguntamos ¿cualquier sujeto puede alcanzar la verdad? Por supuesto que no. El sujeto debe ser racional, la razón trasciende del cuerpo y la experiencia. El sujeto debe ser una tabla en blanco donde pueda percibir el mundo externo sin velos. Los sentimientos, la carga ideológica, y la corporeidad del sujeto se presentan como una carga, un impedimento a la ciencia, ya que la misma tiene más que ver con la razón que con el cuerpo y sus distorsiones. Sólo un sujeto racional y objetivo puede ver la realidad del mundo exterior, se presenta a la objetividad relacionada con el método de inducción. Es el sujeto observacional de las ciencias naturales de Bacon, un sujeto neutro y sin prejuicio es el sujeto enciclopédico. En los fundadores del marginalismo podemos encontrar una búsqueda de objetividad evidenciada en los cambios para clasificar a la ciencia y la nueva disciplina económica. Walras argumentaba que la <ciencia pura> no debería verse invadida por juicios de valor, hacia la búsqueda de la verdad pura. Jevons proponía eliminar la palabra política de la economía política, llamándolo “economics” a secas, en su uso vulgar. Pero propuso llamarla Science économique (ciencia económica) para su uso formal. Por otro lado para Marshall la economía política tenía su propio objeto de estudio en los intereses políticos del “cuerpo político” de la nación, por lo tanto se pretendía nombrar a la disciplina <ciencia económica>, o mejor aún <economía>31. Cabe destacar que si la ciencia es el progreso de la humanidad y sólo un sujeto racional y objetivo puede conocer y percibir las realidades de este mundo, el motor del progreso parte de estos sujetos. Retomando a Samuelson, “cabría muy bien preguntarse cuál es el objetivo de este ejército de economistas que miden, analizan y realizan cálculos. El objetivo final de la ciencia económica es mejorar las condiciones de vida cotidiana de las personas. Aumentar el producto interno bruto no es sólo un juego de cifras. Mayores ingresos significan buena comida, hogares cálidos y agua caliente”32. La prosperidad del mundo está puesta en estos sujetos neutros, sin prejuicios ni ideologías, en sujetos divorciados del poder, ya que “para determinar cuál es el mejor camino hacia el progreso económico o hacia una distribución equitativa del producto de la sociedad se necesita tener una mente fría para poder sopesar objetivamente los costos y los beneficios de los distintos planteamientos, y mantener, dentro de lo humanamente posible, el análisis libre de aspectos idealistas”33. La mente fría, racional y objetiva permite la prosperidad, posibilitado por el conocimiento científico, un claro amor por la verdad. El orden se presenta en el sujeto neutro y el progreso en su capacidad de percibir la realidad. “Si nuestras mentes permanecen frías para 31

Screpanti, Zamagni, Panorama de Historia del Pensamiento Económico, pág 161

32

Samuelson, op. Cit., pág 6

33

Ibid. pág. 6

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informar a nuestros corazones ardientes, la ciencia económica puede hacer lo que le corresponde para garantizar una sociedad próspera y justa”34.

1.2.2 El uso de la matemática En el punto anterior vimos la concepción de la ciencia de la teoría neoclásica, con las características propias de la verdad. Vimos la normalización que poseen los enunciados, los sujetos o investigadores. Pero ahora nos proponemos conocer la estrategia para alcanzar la verdad en la teoría neoclásica. Es decir la verdad en su forma de conocimiento científico. Recordamos que la estrategia forma parte de las técnicas o herramientas necesarias para alcanzar la verdad propia de la teoría neoclásica. Desde ya cada tipo de verdad a lo largo de la historia posee una técnica diferente, es decir son construcciones sociales propias de cada época. Así como los Sofistas utilizaban la estrategia de la palabra para convencer y alcanzar la verosimilitud, y de esta manera "Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles" 35. La estrategia propia de la teoría neoclásica forma parte del régimen de verdad, es decir “los tipos de discursos que se acepta y hace funcionar como verdaderos; los mecanismos y las instancias que permiten distinguir los enunciados verdaderos o falsos, la manera en que se sanciona unos y otros; las técnicas y los procedimientos que son valorados para la obtención de la verdad; el estatuto de aquéllos que tienen la función de decir lo que funciona como verdadero”36.

1.2.2.1 La estrategia La economía solía ser escrita en inglés por escoceses; Hoy es escrita en matemática por húngaros. Frase pronunciada en la Sala Común Nuestro objetivo en este apartado es encontrar este régimen o política de la verdad en la teoría neoclásica y por ende la estrategia para alcanzar la verdad. Reduciremos nuestro análisis en las técnicas y mecanismos que permiten limitar los enunciados a la distinción entre verdaderos o

34

Ibid. pág 7

35

En Wikipedia, sofistas

36

Castro, Edgardo, op. Cit., pág 371

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falsos, es decir a distinguir el conocimiento científico del que no lo es. Para ello nos remitiremos a una metáfora de Foucault en Las Palabras y las Cosas. Las Meninas es un óleo sobre un lienzo artístico realizado por Diego Velásquez en el año 1656 que a simple vista no nos muestra lo trascendente de la escena, no nos muestra lo que verdaderamente está ocurriendo. En él podemos ver a un pintor en pleno ejercicio de su profesión, y a una serie de personas destacadas que miran hacia el frente. Incluso no podemos ver la pintura del mismo, sólo podemos concluir que, tanto el pintor como aquellas personas, están mirando algo que concentra la atención de todos en la habitación. Lo relevante escapa a la pintura, el espectador del cuadro debe interactuar con el mismo para saber qué está ocurriendo allí. Debe indagar con la vista a cada espacio de la habitación que nos muestra la pintura. Por detrás, al final de la habitación, atrás de todas esas personas, existen unos reflejos. Es un espejo que mira al frente, nos muestran lo que estábamos buscando y que tanto concentraba la atención de aquellos. El espejo refleja al rey Felipe IV y a la reina Mariana de Austria. En la modernidad los reyes representan el objeto de estudio, y Foucault presenta a las meninas como paradigma para acceder a la verdad y a la realidad en las ciencias. No podemos ver al objeto de estudio pero podemos representarlo con las pocas nociones que disponemos, se trata de recorta la realidad a estudiar, y se enuncian leyes, modelos, fórmulas, axiomas, etc. Es decir para la modernidad se construye un conocimiento que es representado e idealizado. Se trata de conocer representando los fenómenos y sus relaciones. La modernidad trata de conceptuar a priori, antes de interactuar con los objetos de estudio. Esto ocurre ya que como es representado en las meninas, el investigador no puede alcanzar al objeto de estudio, le es imposible visualizarlo empíricamente y sacar conclusiones a través de la inducción. Si se desglosa la metáfora que nos deja Foucault, el reflejo observacional, lo poco que podemos ver, esa representación simple y particular pertenece a algo más allá, a una ley universal, a una verdad universal que trasciende la historia y el espacio. Con este tipo de supuestos se construyó en la ciencia moderna. Sorprendentemente el sujeto objetivo que aplica el método de inducción para encontrar la verdad, se transforma en un sujeto objetivo que parte de una representación idealizada y deductivista. La inducción se pierde por la idealización y representación de un conocimiento deductivista y axiomático. No se considera la representación como una mediación entre las palabras y las cosas sino como algo del orden del conocimiento científico, una verdad. Las cosas representados a través de sus significantes (las palabras) que se constituyen como metáforas de aquellas, terminamos creyendo que son verdades. Creemos que el sujeto y los objetos, a través de las representaciones y las metáforas, se relacionan sin contaminarse, toman distancia uno del otro, garantizando la objetividad, y por ende el objeto existe per se, y el sujeto no tiene nada que ver con él.

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Para comprender esta idealización o representación nos preguntamos: ¿cuál es el objeto de estudio de la teoría neoclásica? La “economía es el estudio de cómo las sociedades utilizan recursos escasos para producir bienes valiosos y distribuirlos entre diferentes personas” 37. “Ante los deseos ilimitados, es importante que una economía haga el mejor uso de sus recursos limitados” 38, por lo tanto el objeto se presenta en que “la esencia de la teoría económica es reconocer la realidad de la escasez y luego encontrar la manera de organizar a la sociedad de tal manera que logre el uso más eficiente de sus recursos. Es ahí donde la economía hace su contribución exclusiva”39. El mundo debe ser reducido a un común denominador, para buscar la simpleza y descartar las características irrelevantes: “Toda reflexión y teorización tiene que seleccionar y hacer abstracción de la realidad. Es como hacer un mapa que nunca puede incluir todas las características de la realidad. Esta es su virtud, porque si no se dejaran de lado las características irrelevantes, no podríamos encontrar el camino y el mapa sería inútil. Este tipo de ‘distorsión’ de la realidad, que selecciona las características relevantes y deja de lado las irrelevantes, es efectivamente una virtud”40. Ante la representación del mundo en metáforas como escasez y deseos ilimitados, nos preguntamos ahora de qué manera es simbolizada esta realidad en la teoría neoclásica. Desde ya, aquí debemos encontrar la estrategia para llegar a la verdad. Nuestra respuesta nos lleva al uso de la matemática. Tal vez en los economistas neoclásicos modernos no podamos encontrar una justificación del uso de la matemática, ya que la misma se ha constituido en una práctica: “un conjunto de reglas anónimas, históricas, siempre determinadas en el tiempo y en el espacio, que han definido, para una época dada y para un área social, económica, geográfica o lingüística dada, las condiciones de ejercicio de la función enunciativa”41. De esta manera existe una forma normal de representar al mundo, una forma normal de representar el deber ser de la organización de la sociedad para la asignación eficiente de los recursos escasos. Aquí entra la matemática. Por supuesto que la matemática es sólo una de las estrategias, pero claro está, que para la economía neoclásica es fundamental. No se puede concebir una teoría neoclásica sin matemáticas, ya que no se puede concebir a la verdad científica sin ella. En el pensamiento moderno, desde Galileo se puede rastrear la creencia pitagórica de que el universo está escrito en símbolos matemáticos. Newton confirma esta hipótesis con sus leyes de la física. La realidad del universo posee una mecánica, una trayectoria que se puede idealizar y modelizar. El lenguaje de la naturaleza está escrito en términos matemáticos. A través de ella se 37

Samuelson, op. Cit., pág. 4

38

Ibid. pág. 4

39

Ibid. pág. 4

40

Paul Streeten, ¿Qué está mal en la economía contemporánea?, Revista de Economía Institucional, 2007, pág 19

41

Castro, Edgardo, op. Cit., pág 291

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pueden expresar las leyes y las verdades universales. La matemática se transforma en una forma para validar el conocimiento. Es una herramienta que garantiza la objetividad buscada, ya que garantiza la neutralidad. Se parte de la idea que si la matemática es neutra, la modelización del mundo también lo es. Como decíamos es mucho más difícil encontrar en los economistas modernos la justificación del uso de la matemática, pero en las postrimerías del marginalismo era claro el por qué de su uso. Gossen declara en su prefacio que la economía se ocupa de los resultados producidos por una combinación de fuerzas y que es imposible determinar dichos resultados sin la ayuda de las matemáticas. Por su parte Jevons expresó su creencia en que las leyes de la economía podían reducirse a unos pocos principios expuestos en términos matemáticos. Walras fue influenciado por Cournot en el uso de la matemática, lo que lo llevó a utilizarla incluso más que Jevons. Marshall era un matemático que empleó la técnica algebraica y geométrica para mostrar las relaciones exactas, aunque comprendía la complejidad de la realidad 42. La intención era clara “A finales del siglo XIX con la revolución marginalista Walras, Cournot, Jevons, Pigou, Fisher, Edgeworth y otros introdujeron las matemáticas en la economía para asemejarla a la física, y elevar el estatus de los economistas”43. Las ciencias naturales podían realizar experimentos bajo condiciones controladas, reducir el mundo a un tamaño minúsculo para ser visualizado a través del microscopio. De esta forma la teoría neoclásica utiliza una metodología causa-efecto a través del método ceteris paribus, que bien son una característica que proporcionan las funciones matemáticas. De esta forma se mueven las variables exógenas mientras queda todo lo demás constante para ver cómo reacciona la variable endógena. Queda claro que las matemáticas aportan “(…) una sencillez, una belleza, y una elegancia seductora”44. “Entre otras razones internas se encuentran la belleza y la elegancia ya mencionadas de las matemáticas, el prestigio que se les atribuye y los estándares de excelencia que se desarrollan desde adentro”45. Pero este prestigio se daba porque la física (disciplina que se encuentra dentro de las ciencias naturales) permitió construir el mundo en el que vivimos hoy en día. La física se la asemejaba al progreso de la ciencia, y por ende al de la sociedad en su conjunto. Gracias a los principios de la física se pudieron construir edificios, puentes, aviones, etc., gracias a la física el hombre pudo llegar a la Luna. Incluso las matemáticas permitieron resolver muchas ecuaciones, y la tecnología demuestra la importancia del logro. La aparición de la computadora es parte del logro de la matemática. 42

En Eric Roll, Historia de las Doctrinas Económicas

43

Paul Streeten, op. Cit., pág 18

44

Ibid. pág 17

45

Ibid. pág 19

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Aunque de tantas coincidencias con las ciencias naturales, podríamos marcar una diferencia con esta última y la teoría neoclásica. La economía neoclásica se basa en el estudio de la conducta humana, y en base a ello la asignación de los recursos escasos. Queda claro que la tecnología permite el progreso porque se basa en una construcción del hombre, es decir crea mundos y cierra modelos más allá de este. Por lo tanto los supuestos por los que parte son problematizados. Imaginar qué ocurría si un ingeniero parte de supuestos totalmente erróneos, su edificio, puente, avión, etc, no resistirían mucho tiempo las fuerzas a las cuales son sometidos. En cambio la teoría neoclásica parte de axiomas sin problematizar, esto se debe a que su objeto de estudio se basa en algo tan impredecible como el hombre. Sus supuestos están dados per se: “toda economía tiene una cantidad limitada de recursos: trabajo, conocimientos técnicos, fábricas, y herramientas, tierra, energía”46. Y como los recursos son escasos: “(…) afirmamos que la gente maximiza su utilidad, lo que significa que elige la canasta de bienes de consumo que más prefiere” 47. Pero la matemática no garantiza que los supuestos sean correctos, o tengan que ver con la realidad. Solamente la matemática garantiza que el procedimiento tenga coherencia interna como dicen “Blanchard y Pérez Enrri [que] afirman que la utilización de la matemática ‘asegura que los modelos no tienen fallas lógicas’”48. La Universidad siempre ha hecho un valuarte por la medición, todo objeto de estudio debe ser clasificado, medible, para poder ser comparable, y obtener de esta forma el status de conocimiento. En la entrada del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Chicago se puede leer “Si no se puede medir, el conocimiento será pobre e insatisfecho”49. El conocimiento si no se puede medir no existe, pierde corporalidad, y pierde razón de ser, no se puede asegurar su universalidad. En la teoría neoclásica conceptos tales como utilidad y capital (“K”) se los revive del mundo de los muertos a través de su representación matemática, gráfica y algebraica. No hace falta tener una conceptualización precisa de los mismos, alcanza con su expresión matemática. “De la misma forma que se evitaba dar un significado real al concepto de utilidad representándola gráficamente, se esquiva el problema de darle un significado a la cantidad

de <capital>

expresándolo en forma algebraica” . 50

Podemos terminar este apartado concluyendo que la matemática le otorga cientificidad a la teoría neoclásica, le otorga a los enunciados el carácter de conocimiento científico y de esta forma el alcance de verdad. “La idea anterior, de que la economía es ciencia porque logra formular 46

Samuelson, op. Cit., pág 8

47

Ibid., pág 82

48

Rolando Astarita, Fundamentos metodológicos en economía neoclásica y economía política, UBA, notas de clases para desarrollo económico, 2007. 49

En Esther Díaz, Pensar la Ciencia.

50

Joan Robinson, Filosofía Económica, Editorial Gredos, S.A., Madrid, 1966, pág. 77

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matemáticamente sus ideas, está muy extendida en nuestro mundo académico” 51. El uso de la matemática parte de las ideas positivistas con el auge de la física que “(…) viene de los orígenes de la Economía Política, de matematizar el funcionamiento de la economía (y la sociedad) siguiendo el ejemplo de la física newtoniana”52. La matemática garantiza la coherencia y rigurosidad de la teoría53. Algunas prácticas sociales para alcanzar la verdad se conectan con otras disciplinas. Para Foucault, por ejemplo, la indagación es una práctica del derecho y del sistema judicial que se empleó en la Iglesia de la Edad Media, y permitía mediante un sistema racional alcanzar la verdad en el proceso judicial. De esta forma las personas involucradas en el pleito eran indagadas hasta que se permita conocer la verdad. Pero estos dispositivos de saber traspasaron las formas jurídicas y se instalaron como instrumentos de conocimiento que permite la interacción entre el sujeto y el objeto de estudio. Siguiendo el análisis con el positivismo, las formas de alcanzar la verdad en las ciencias naturales traspasaron las fronteras de las mismas. Las matemáticas alcanzaron el imaginario colectivo de la academia. “Dice Lizcano que las matemáticas hunden sus raíces en los mismos imaginarios en los que se nutren los mitos que aspiran a reemplazar. Cada matemática brota de los idearios colectivos y se construye al compás de los conflictos entre los modos de representar (o inventar) esa ilusión que cada cultura denomina realidad. Las matemáticas se construyen desde ese saber que todos los moradores de una cultura compartimos y aun cuando – como entre nosotros- se constituye en un saber ejemplar, está expresando una concepción del mundo”54

1.3.1 Construcción de la verdad En nuestra sociedad la producción de discursos está controlada por diversos procedimientos que la limitan, direccionan y la encauzan para evitar el peligro de lo aleatorio. El objetivo final es crear una verdad que sirva de base a determinado poder. Unos de estos procedimientos son los de exclusión que determinan aquello que no puede incluirse dentro de los discursos. Lo prohibido es uno de los métodos, es decir, se sabe que no toda 51

Rolando Astarita, op. Cit.

52

Ibid.

53

Krugman (1994) intenta responder por qué las teorías del desarrollo se estancaron en las décadas pasadas. Para ello parte de la idea de que la economía es ciencia desde el momento en que logró formalizarse. Por lo tanto como los aportes de las diversas teorías del desarrollo no se matematizaron, ya que las teorías del desarrollo se basaron en las economías de escala y esto no se podía formalizar, estas teorías quedaron en los anales de la historia del pensamiento. 54 Esther Díaz, pensar la ciencia, www.estherdiaz.com.ar/textos/pensar_ciencia.htm

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persona puede decir lo que quiera en toda circunstancia. La separación y el rechazo tienen un efecto similar, al decidir que la palabra de determinadas personas no tiene ningún valor. Pero en nuestra sociedad, el principal procedimiento de exclusión es la separación entre lo verdadero y lo falso. Esta forma de exclusión es difícil de identificar, pero si se realiza un análisis desde una perspectiva histórica, pensando en cuáles han sido los criterios y procedimientos de cada época para separar lo que se considera verdad de lo que no, puede perfilarse una forma de control de los discursos. Existe una voluntad de verdad que atraviesa la generación de saber y define qué conocimiento será considerado verdadero y qué no. Es más, esta voluntad de verdad define los procedimientos que debe seguir el conocimiento para ser verdadero. Lo que se determina no es el contenido de una ciencia sino la manera en que se construyen enunciados aceptados científicamente. Los grandes cambios que se han producido en la ciencia, pueden verse como cambios en la voluntad de la verdad. La voluntad de verdad se apoya en un soporte institucional formado por una serie de prácticas como la pedagogía, los libros, las bibliotecas. Además, la voluntad de verdad ejerce presión y coacción sobre otros discursos. Cuando en la sección anterior comentábamos un fragmento del libro de Samuelson donde calificaba algunas ideas de “obsoletas”, podemos vincularlo también con esta pretensión de determinar cuáles teorías son verdaderas y cuáles son falsas. Los autores del libro juzgan cuáles teorías son útiles para entender la economía del siglo XXI y las que no superan esa “prueba”, son descartadas. A pesar de ser el procedimiento de exclusión más importante de nuestra sociedad, es sobre el que menos hablamos. El motivo es que el poder que genera esa voluntad de verdad no puede reconocerla, requiere para sostenerse que poder y verdad aparezcan como cuestiones independientes. Además de los procedimientos de exclusión, Foucault identifica procedimientos internos, en los que los discursos mismos ejercen su propio control. El autor, como núcleo para la agrupación de discursos, es uno de ellos. Otro, opuesto al de autor, es el de organización de las disciplinas. Una disciplina es un conjunto de objetos, de métodos, de proposiciones consideradas verdaderas que están disponibles para quien quiera usarlos, sin enfocarse en quién fue su inventor. Ejerce un control sobre el discurso porque establece las exigencias que una proposición debe cumplir para formar parte de una disciplina, es decir, para ser verdad. Si no se cumplen con esas estrictas reglas de la policía discursiva, no se forma parte de la verdad. En la economía, el uso de la matemática actúa en este sentido. Como dice Astarita, “todo economista también sabe que un paper sólo tendrá consideración ante el ‘establishment científico’ si tiene matemáticas, y en abundancia. Una idea, por más simple que sea, debe expresarse

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matemáticamente para ser aceptada”55. Así, se excluye de publicaciones y congresos a papers que no utilicen instrumental matemático. La matemática se convierte en una exigencia para que una proposición económica tenga posibilidades de ser considerada como científica. Si no tiene matemática, no puede formar parte de la verdad. En palabras de Kuttner: “Página tras página, las revistas profesionales de economía están llenas de fórmulas matemáticas que llevan al lector de conjuntos de supuestos más o menos plausibles pero totalmente arbitrarios a conclusiones teóricas enunciadas con precisión pero irrelevantes”56. La exigencia del uso de matemática también se manifiesta en la enseñanza de economía en las universidades. Las herramientas matemáticas y econométricas acaparan un lugar cada vez mayor en la currícula relegando otros contenidos. Los graduados de economía se convierten en profesionales técnicos con excelente manejo de la matemática pero con escaso conocimiento de las instituciones económicas. Suelen quedar relegados contenidos como filosofía, historia, historia del pensamiento económico, política, derecho, etc (Streeten, 2007)57. Con el agravante de que los instrumentos matemáticos aprendidos no contribuyen a la comprensión de estas instituciones económicas, que tampoco son abordadas desde otros enfoques. Así, el sistema educativo es un medio para generalizar el uso de la matemática: los graduados utilizarán la matemática para pensar las problemáticas que enfrenten porque es la forma de pensar que se les ha inculcado casi con exclusividad. Finalmente, Foucault identifica un tercer grupo de procedimientos que consiste en el enrarecimiento de los sujetos que hablan. Se trata de determinar quiénes pueden acceder a los discursos y bajo qué reglas. No todos los discursos están disponibles para que cualquiera hable, algunos son más abiertos y otros son muy defendidos. El ritual es uno de los procedimientos de enrarecimiento, ya que determina las condiciones que debe reunir el sujeto que habla y a su vez establece los gestos, signos y circunstancias que acompañan al discurso. Otro procedimiento lo constituyen las sociedades de discurso que tienen el objetivo de producir y hacer circular discursos. Sólo pueden participar de la generación de discursos aquellos individuos que pertenecen a la sociedad y la distribución de esos discursos también está restringida. De esta manera, un grupo de personas se adueña de un área del discurso. La doctrina, a diferencia de las sociedades de discurso, tiende a la difusión. Los individuos que hablan están totalmente limitados en lo que pueden decir y los que reciben el discurso deben aprenderlo sin cuestionarlo y renunciando a otro discurso diferente. Finalmente, la adecuación social del discurso es el último procedimiento de enrarecimiento y se basa fundamentalmente en el sistema educativo. 55

Rolando Astarita, op. Cit. 48

56

Citado por Paul Streeten, op. Cit. 40, pág 52

57

Paul Streeten, op. Cit. 40

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Allí se definen los discursos que se transmiten y los que son relegados, de acuerdo a los poderes que influyan en la conformación de la educación. Cabe señalar que es difícil aislar estos cuatro procedimientos de enrarecimiento uno de otros, puesto que actúan en conjunto y se vinculan entre sí. Se puede citar aquí otro fragmento del prólogo del libro de Samuelson que dice: “Pero en el fondo, la economía es la ciencia de la elección, lo que significa que nosotros, como autores, debemos elegir los temas más importantes y perdurables para este texto. En una encuesta, como en una comida, lo pequeño es hermoso porque es digerible.”58 (la negrita es nuestra). Podemos relacionarlo con lo descrito en el párrafo anterior, ya que los autores se consideran los sujetos adecuados para decidir qué es lo importante y lo que ellos definen como importante es lo que va a ser enseñado en todas partes del mundo, dado el carácter de estándar que ha adquirido este manual en la enseñanza de economía. En el mismo sentido se expresa la cita que decía: “los estudiantes de macroeconomía deben recibir un fundamento firme respecto a los conceptos de oferta y demanda agregadas y deben comprender el papel de las monedas nacional y extranjeras.”59 (la negrita es nuestra). Aquí vemos que los autores no sólo deciden lo que es importante, sino que eso que ellos eligen las demás personas tienen el deber de aprenderlo. Además, podemos citar otro fragmento del libro de Samuelson: “La elección de los temas de este texto exigió tomar decisiones difíciles. Para seleccionar estos temas, constantemente entrevistamos a los académicos y a los líderes de opinión a fin de determinar las cuestiones más importantes para una ciudadanía informada y para una nueva generación de economistas.”60 (la negrita es nuestra). Aquí vuelve a marcar que existen personas (“líderes de opinión”) que tienen la función de decidir qué debe incluirse dentro de la verdad y qué debe quedar relegado. ¿Quiénes son esos líderes de opinión consultados? ¿Qué condiciones los hacen idóneos para ser consultados y decidir “las cuestiones más importantes para una ciudadanía informada”? ¿Por qué se elige a esos académicos y no a otros? Esta idea de que existen personas que reúnen las condiciones necesarias para decir a los demás lo que es importante y otras personas que no tienen la posibilidad de opinar, es una forma de construcción de verdad. También puede relacionarse con la separación y el rechazo como procedimiento de exclusión, ya que se define quiénes merecen ser escuchados y quiénes son ignorados. Podemos ahora alejarnos del libro de Samuelson para indagar en otra forma de apropiación de los discursos y construcción de la verdad que forma parte de la comunidad científica. 58

Samuelson, op. Cit., prólogo.

59

Ibid., prólogo.

60

Ibid., prólogo.

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Específicamente, queremos comentar brevemente las implicancias del denominado factor de impacto. Para una determinada revista científica, el factor de impacto es un índice que representa la cantidad de veces que son citados artículos publicados por esa revista. Se utiliza como sinónimo de calidad, es decir, cuanto más citados son los artículos de una revista, se la considera más prestigiosa. Tienen una fuerte influencia en la comunidad científica, siendo considerados en el momento de decidir en qué revistas publicar, otorgar becas, dar ascensos o realizar contrataciones e incluso entregar bonificaciones salariales. El factor de impacto es calculado por entidades privadas, por ejemplo editoriales, y las revistas les pagan para obtener los resultados de esos índices61. Uno de los índices más influyentes es el publicado por la agencia Thomson Scientific. Esta agencia oculta las bases de datos que utiliza para elaborar el índice y tampoco son claros los criterios que utiliza para seleccionar los artículos y citas que son tenidos en cuenta. Este mecanismo es una forma de construcción de la verdad en la que un reducido número de personas definen las publicaciones que serán tenidas en cuenta citando y volviendo a citar una y otra vez los mismos artículos. Para los economistas heterodoxos este índice y otros rankings similares son un verdadero problema, ya que de esa forma se los excluye del ámbito académico y se refuerza la preeminencia de economistas del mainstream. También podemos tener en cuenta el mecanismo de selección de los economistas que reciben el Premio Nobel. Existe poca información acerca de la forma en que se eligen a sus ganadores, pero de acuerdo a la información publicada en la página web de la organización entrega este reconocimiento, la elección está a cargo de un comité de selección formado por un reducido número de personas que consultan a un número más amplio de académicos de todo el mundo. Cabe destacar que el 80% de los Premios Nobel de Economía fueron recibidos por economistas estadounidenses y un 15% por británicos, lo cual refuerza la idea de que la verdad es construida por un reducido número de personas. Finalmente, podemos mencionar la Medalla John Bates Clark que es entregada por la American Economic Association a los economistas menores de 40 años que hayan realizado una gran contribución al pensamiento económico y el conocimiento. Cerca de la mitad de los galardonados con este premio luego han recibido el Premio Nobel.

61

La construcción de este indicador es muy cuestionada e incluso se sospecha que quienes los construyen pactan con las revistas para darles mejor puntuación.

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1.3.2 Historia interna vs historia externa: La controversia de Cambridge En los años 50-60`tuvo lugar la controversia en torno a la función de producción neoclásica entre el M.I.T. de Cambridge de EEUU y la Cambridge de Inglaterra. Representando a la escuela neoclásica del M.I.T. se encontraban Samuelson, Solow, Meade, Sawn, Levhari; en la Cambridge de Inglaterra los poskeynesianos participantes de la discusión eran Joan Robinson, Sraffa, Pasinetti, y Kaldor. El problema teórico en los años 50` se encontraba en saber si las economías del mundo capitalistas iban a poder seguir creciendo después de la posguerra. El miedo de volver a un escenario de crisis como el de los 30` se encontraba en las cabezas de los economistas en la posguerra. Era preciso conocer si los factores del crecimiento y la acumulación de capital iban a ser permanentes o no. La teoría neoclásica postulaba una función de producción donde los factores trabajo y capital se unen con el fin de la producción. La crítica de los poskeynisianos llegó con la publicación en 1953 por parte de Joan Robinson de “La función de producción y la teoría del capital”. Existía un problema grave para la agregación del capital, dada la naturaleza heterogénea del mismo. Esta dificultad imposibilitaba a la teoría neoclásica, el equilibrio macroeconómico e impedía conocer la distribución del ingreso. Por lo tanto el debate con los economistas neoclásicos no se hizo esperar. Entre las idas y venidas, la controversia del capital duró dos décadas. A las propias discusiones teóricas podríamos enmarcarla como la historia interna del debate. La contienda terminó con la victoria de los poskeynesianos y un reconocimiento por parte de los economistas neoclásicos: “La crítica que viene de Cambridge muestra en modo definitivo que pueden haber estructuras de producción en las cuales la parábola Clarkiana puede no ser válida... la cuestión crucial y problemática es que los economistas pueden ser incapaces de enunciar alguna proposición concerniente a la relación que intercede entre la producción y los input y output del mercado de concurrencia. Yo pienso que, no obstante todo, ellos pueden enunciar tales proposiciones; pero esto es un acto de fe”. (Ferguson, 1969, pág.269) “Si todo esto causa dolores de cabeza a los nostálgicos de las viejas parábolas de la literatura neoclásica deberíamos convencernos a nosotros mismos que los estudiosos no han nacido para vivir una existencia fácil. Deberíamos respetar y, valuar, los hechos de la vida.” (Samuelson, 1966, pág. 568, 582-3)62. Pero al fin y al cabo ¿qué ocurrió? ¿cómo es posible que se siga enseñando que el capital es posible medírselo? ¿cómo es posible que se lo siga representando con la letra “K”? Está claro que 62

Freguson y Samuelson citado por Pasinetti en Crítica de la teoría neoclásica, del crecimiento y la distribución, sitio web del Grupo Luján, pág 13.

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hay otra batalla que ganar más allá que la batalla de las ideas. El soporte institucional en el cual descansa la voluntad de la verdad permitió que la historia externa sea una victoria para los economistas neoclásicos. De esta forma las ediciones, el sistema de libro con su exponente en el manual, la Universidad, los congresos, las revistas especializadas, etc, impidieron que el poder que rodea a la teoría neoclásica sea criticada y modificada. Esto no ocurre tan sólo en la economía, por ejemplo promediando el siglo XIX, la comunidad científica acordaba en que los procesos fermentativos obedecían al accionar de componentes meramente químicos. Pero Pasteur descubrió elementos biológicos en la producción del ácido láctico, oponiéndose así a las verdades científicas entonces vigentes que coincidían en rechazar la idea de algún tipo de influencia de la organización y la vida en esos procesos. Pero Pasteur no tuvo las puertas abiertas de la comunidad científicas, el poder siempre impide los cambios de paradigmas pregonando el status quo. Por lo tanto Pasteur enfrentó duras acusaciones e iracundos ataques de parte de sus oponentes. El empeño de Pasteur en imponer sus innovaciones corría parejo con su esfuerzo científico. De nada valdría lo actuado en la soledad del laboratorio, si sus resultados no circulaban por la sociedad. Se propuso entonces divulgar personalmente sus hallazgos. Estableció y fortaleció influencias. Y, cuando finalmente sus experimentos fueron asumidos por la comunidad, su poder simbólico, académico y económico aumentó sensiblemente. La controversia de Cambridge es un claro ejemplo de que el poder se enmascara y toma el ropaje de la verdad, la voluntad de la verdad se institucionaliza para ocultarse a sí misma, y de esta forma una y otra vez se sigue reproduciendo una verdad, un poder disciplinante: “la función de producción ha constituido un poderoso instrumento para la educación errónea. Al estudiante de teoría económica se le enseña a escribir x = f(L, K) siendo L una cantidad de trabajo, K una cantidad de capital y x una tasa de output de mercancías. Se le alecciona a suponer que todos los trabajadores son iguales y a medir L en hombres-hora de trabajo; se le menciona la existencia de un problema de números índice en cuanto a la elección de una unidad de output; y luego se le apremia a pasar al problema siguiente, con la esperanza de que se le olvidará preguntar en qué unidades se mide K. Antes de que llegue a preguntárselo, ya será profesor y de este modo se van transmitiendo de generación en generación unos hábitos de pensamiento poco rigurosos”63.

63

Joan Robinson citado por Marco Kofman, La controversia de Cambridge, pág. 2

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Sección 2: El Discurso Neoliberal y la Metodología Neoclásica

2.1 Mercados competitivos y acción estatal En el Nacimiento de la biopolítica, Foucault explica cómo los liberales del siglo XVIII lograron justificar la existencia de un mercado desregulado en el marco de un Estado policía. Hasta entonces existían libertad de privilegios, libertad ligada a un status u oficio, pero no existía la libertad de hacer, el laissez faire. Lo justificaron diciendo que un mercado desregulado conduciría a mayor enriquecimiento y que ese mayor enriquecimiento conduciría a un Estado con mayor poder. Es decir, menos intromisión estatal para que haya mayor Estado. Luego Foucault analiza el caso alemán, donde lo que se necesita justificar es por completo diferente. A la inversa, se debe justificar la creación de un Estado inexistente. Se requiere legitimar un Estado que respete la libertad económica. ¿Cómo puede ser la libertad al mismo tiempo creadora y limitante del Estado? Foucault identifica a este como el primer objetivo político e histórico del neoliberalismo. Para cumplirlo, se reformulan algunos elementos de la teoría liberal fundamentalmente en lo que se refiere al arte de gobernar. Al análisis del Estado y la sociedad se le aplica el tipo de racionalidad que se consideraba válido en las ciencias de la naturaleza. Se tecnifica la gestión estatal, el control de la economía y el mismo análisis de los fenómenos económicos. Se utiliza un principio de organización propio de la naturaleza y que, en definitiva, condujo al nazismo. La racionalidad implica intervención del Estado, la intervención implica crecimiento del Estado, el crecimiento implica la instauración

de una

administración que cumpla los principios de racionalidad técnica que fueron la génesis del nazismo. Los defectos que se le achacaban a la economía de mercado, el nazismo muestra que no deben atribuirse al mercado sino a la mala intervención estatal. La responsabilidad es del Estado y de los problemas intrínsecos a su propia racionalidad. Así se invierte el análisis porque ya no se tiene una economía de mercado y se piensa en cómo puede el Estado limitarla para disminuir sus defectos. En cambio, se considera que no hay prueba que diga que el mercado tiene fallas, por lo tanto todos los defectos se atribuyen a la acción del Estado. Entonces ahora se le pedirá a la economía de mercado, mucho más de lo que se le pedía en el siglo XVIII. Antes, se determinaban los límites que el Estado no debía transgredir para no afectar la libertad económica y el funcionamiento de la economía de mercado. Ahora esto ya no basta

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porque el Estado tiene vicios intrínsecos que generan perjuicios a la economía. Dado que nada indica que el mercado también tenga esos vicios, entonces se le pedirá al mercado que controle completamente la actividad del Estado. Es decir, en lugar de tener un mercado libre bajo vigilancia del Estado, se propone a la libertad de mercado como principio organizador y regulador del Estado. “Un Estado bajo vigilancia del mercado más que un mercado bajo vigilancia del Estado”64. Como se dijo en la introducción, el panóptico es uno de los mecanismos que el dispositivo disciplinario utiliza para asegurarse de que los individuos realicen las tareas que les fueron asignadas. En la visión de los liberales del siglo XVIII, el Estado era panóptico del mercado, vigilando que se respeten la libertad de los individuos y la propiedad privada. Con los neoliberales esta relación se invierte, el mercado se vuelve panóptico del Estado. El mercado determinará cuando el Estado debe intervenir, y lo que es más, definirá específicamente las formas y procesos de intervención. De esa forma se intenta legitimar al Estado frente a los que más desconfían de su accionar. La libertad de mercado crea y regula al Estado. El desafío del neoliberalismo es demostrar que una economía de mercado “puede servir de principio, de forma y de modelo para un Estado” 65. Para hacerlo, se reformaron algunos aspectos de la doctrina liberal tradicional. El primer cambio que realizan es el del concepto de intercambio por el de competencia. El liberalismo del siglo XVIII describía como principal elemento del mercado al intercambio. Definía al mercado como “el intercambio libre entre dos interlocutores que establecen con ese acto una equivalencia entre dos valores”66. Para que el mercado funcionara correctamente y la equivalencia sea correcta, el Estado debía abstenerse de intervenir. Sólo se pedía la intervención estatal para garantizar la libertad de los participantes del mercado y la propiedad individual de sus bienes. Para los neoliberales, en cambio, la esencia del mercado no está en el intercambio sino en la competencia. Los neoliberales siguen así la evolución de la teoría liberal que desplazó del núcleo de la cuestión al intercambio. Su lugar lo ocupa la competencia y ya no se habla de equivalencia sino de desigualdad. “Y lo que va a constituir la base esencial de una teoría del mercado es el problema competencia/monopolio, mucho más que el problema del valor y la equivalencia”67. Tanto los liberales, partiendo del intercambio, como los neoliberales basándose en la competencia, deducen la misma conclusión del principio de la economía de mercado: la necesidad del laissez faire. El Estado debe limitarse a dejar actuar a las fuerzas del mercado, puesto que 64

Foucault, Michel, Nacimiento de la Biopolítica, Fondo de Cultura Económica, Argentina, 2007, pág. 149. 65

Ibid., pág. 150.

66

Ibid., pág. 150.

67

Ibid., pág. 151.

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cualquier intervención es perjudicial. La intervención estatal sólo está justificada cuando no existe tal competencia en el mercado. Cabe señalar que la competencia es una idea formal que difícilmente se presente espontáneamente en la realidad. “Se trata, de alguna manera, de un juego formal entre desigualdades. No es un juego natural entre individuos y comportamientos.”68 En caso de que no exista tal competencia, el Estado puede accionar, pero su intervención tiene un direccionamiento específico, es decir, está tecnificada. La acción del Estado tiene que estar direccionada a generar en el mercado las condiciones de competencia que están ausentes. Así el mercado controla al Estado, ya que la intervención estatal sólo puede suceder a través de mecanismos predeterminados. Incursionaremos en el libro de “Hacienda pública” de Musgrave en busca de algunas de las cuestiones mencionadas anteriormente. En primer lugar, en el libro se explicita la necesidad de un sector público que se involucre en la economía, dada la imposibilidad del mercado de asignar la totalidad de los recursos. Inmediatamente se plantea que debido a la inevitabilidad

de la

intervención estatal, es necesario que ese sector público actúe eficientemente. En el prólogo encontramos que “Aunque poderoso como instrumento de organización social, el mercado no puede llevar a cabo todas las funciones necesarias para alcanzar las metas económicas y sociales de un sociedad democrática. Para alcanzar ese objetivo, es necesaria una asociación con el sector público, y ésa es precisamente la razón por la que una administración eficiente del sector público tiene tanta importancia.”69 Respecto de la pretensión de vigilar la actividad del Estado, podemos hallar una primera aproximación en la división entre economía normativa y economía positiva. La economía normativa se ocupa de establecer cómo deberían ser las cosas, mientras que la positiva se ocupa de estudiar las relaciones entre variables económicas. En palabras de Musgrave desde “una perspectiva ‘normativa’ -un tipo de análisis económico que analiza cómo deberían hacerse las cosas- y se pregunta cómo se puede evaluar la calidad de las instituciones y políticas fiscales y cómo se puede mejorar su resultado. La respuesta requiere establecer estándares de ‘buena’ejecución. De forma análoga al análisis de la conducta eficiente de los consumidores y empresas en el sector privado, la definición de éstos estándares da origen a un tipo de análisis económico que se denomina ‘economía del bienestar’ en la jerga profesional. Sin embargo, la aplicación al sector público es más difícil ya que los objetivos de la política fiscal no están predeterminados, sino que deben determinarse mediante el proceso político. Además, los objetivos de eficiencia en la utilización de recursos deben ser complementados mediante consideraciones de equidad y justicia distributiva,

68

Ibid., pág. 153.

69

Musgrave R., Musgrave P., Hacienda Pública, McGraw-Hill, 5º Edición, España, 1992, prólogo.

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ampliando por lo tanto la esfera del análisis normativo.”70 Así, la economía define estándares que la administración pública debe cumplir y de esta forma empieza a regular la actuación del Estado. Si bien reconoce la necesidad de un proceso político, como veremos a continuación, sólo es utilizado para definir las preferencias de la sociedad respecto de la distribución del ingreso y los bienes públicos. Los objetivos de cualquier otra intromisión del Estado en la economía y los mecanismos empleados son una cuestión “técnica”, no política. Como decíamos antes, la intervención del Estado está tecnificada. En un apartado titulado “Necesidad del sector público” dice: “En parte, el predominio del sector público puede reflejar la presencia de ideologías políticas y sociales que se parten de las premisas acerca de la elección del consumidor y de la toma de decisiones descentralizada. Pero esto es una parte menor de la historia. Es más importante el hecho de que el mecanismo de mercado por sí solo no puede realizar todas las funciones económicas. La política pública es necesaria para guiar, corregir y complementar al mercado en algunos aspectos. Es importante darse cuenta de este hecho, ya que implica que el tamaño más adecuado del sector público es, en un grado importante, una cuestión técnica más que ideológica.”71 El punto de partida para considerar al tamaño de Estado como una cuestión técnica parte del supuesto de que la libre competencia es el mejor mecanismo para la asignación de recursos. De esta manera el tamaño del Estado queda limitado a corregir las desviaciones de la economía real que la alejen del modelo ideal de competencia perfecta. “La afirmación de que el mercado conduce a una utilización eficiente de recursos (produce lo que los consumidores desean y lo hace de forma más barata) se basa en la condición de mercados competitivos de factores y productos. Por lo tanto no debe haber obstáculos a la libre entrada y consumidores y productores deben tener un conocimiento total del mercado. La regulación gubernamental u otras medidas pueden ser necesarias para asegurar estas condiciones.”72 Además, “pueden ser también necesarias cuando la competencia no es eficiente debido a la existencia de costes decrecientes” 73 y cuando “las características de producción o consumo de algunos bienes son tales que no pueden ser provistos por el mercado. Surgen problemas de ‘externalidades’ que conducen al ‘fallo del mercado’ y requieren la corrección pública”74. En Samuelson podemos encontrar planteos similares en un apartado titulado “El papel económico del Estado” donde dice que “Una economía de mercado ideal es aquella en la que todos los bienes y servicios de intercambian voluntariamente por dinero a los precios de mercado. Este 70

Ibid., pág. 4.

71

Ibid., pág. 5.

72

Ibid., pág. 6.

73

Ibid., pág. 6.

74

Ibid., pág. 6.

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sistema extrae el beneficio máximo de los recursos existentes en la sociedad sin intervención del Estado. Sin embargo, en el mundo real, ninguna economía se ajusta por completo al mundo idealizado de la mano invisible que funciona sin dificultades. Más bien, todas las economías de mercado tienen imperfecciones que producen males como una contaminación excesiva, desempleo y extremos de riqueza y pobreza. “Por este motivo, ningún Estado del mundo, por muy conservador que sea, mantiene sus manos alejadas de la economía. En las economías modernas, el Estado asume muchas de las tareas en respuesta a las fallas del mecanismo de mercado.”75 Aquí volvemos a ver la idea de que la competencia perfecta es el mejor asignador de recursos y que el Estado debe intervenir para llevar a la economía a un funcionamiento similar al de competencia perfecta. También podemos relacionarlo con la separación entre la economía normativa y positiva. La primera nos dice que la economía debería ser un sistema de competencia perfecta para generar el mayor bienestar de la población. La economía positiva nos indica cómo el Estado tiene que intervenir en la economía. Debido a la importancia que tiene el modelo de competencia perfecta para definir el rol del Estado, analizaremos cómo llega la teoría neoclásica a este modelo considerando las metodologías que utiliza.

2.2.1 Mercados competitivos y su metodología Foucault en la clase del 7 de febrero de 1979 nos muestra que el neoliberalismo es un panóptico invertido. La economía debe darle el visto bueno al estado para su intervención, y el estado debe asegurar la competencia pura. Pero nos preguntamos ¿por qué el estado debe dejar actuar al mercado de competencia pura?, ¿qué características posee el mercado de competencia pura para que el mismo deba actuar en soledad?, ¿cuáles son las características del modelo de competencia perfecta en la teoría marginalista?, ¿cuál es la diferencia con el liberalismo del XIX? y ¿cuál es su relación con este último? Empecemos a definir cuáles eran las funciones del estado liberal, es decir, las características del liberalismo en el siglo XIX. Primero el gobierno liberal se constituía como un panóptico, aquél debía generar las libertades de acción de los individuos y controlarlas. Si aumentaba las libertades de los individuos, este debía aumentar su poder de control. Resguardar las libertades y en caso que sea necesario, restringirlas. El estado era quien administraba la multiplicidad de los individuos con un poder disciplinar, un anátomo-poder sobre los individuos, a través de sus instituciones. Si el 75

Samuelson, op. Cit., pág. 33.

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estado permitía la libertad de comercio el mismo debe controlar, regular, limitar las libertades. Así se forma el derecho y el sistema jurídico liberal. Cuanta más libertades existan, mayor serán las leyes que busquen controlarla y limitarla hasta ciertos espacios. Gobernar es conducir conductas. El desafío de la política liberal consiste en intensificar la práctica de la libertad, que en principio aparece bajo la forma de la libertad de circulación de cuerpos y mercancías, pero también en una doctrina que contemple los diversos intereses al interior de la población, edificio en el cual se edifica la legitimidad del estado liberal. Por lo tanto gobernar es gestionar intereses heterogéneos. La libertad es la bandera a partir de la cual se le otorga a cada cuerpo su pasaporte a la individualidad y desde la cual se opera el complejo entramado de disciplina que ejerce el gobierno. “Es preciso, con una mano, producir la libertad, pero este gesto implica que, por el otro, se establezcan limitaciones, controles, coerciones, obligaciones apoyadas sobre amenazas, etcétera” 76. “El liberalismo no es lo que acepta la libertad, es lo que se propone fabricarla a cada instante, suscitarla y producirla con todo un conjunto de restricciones, problemas de costo que plantea esta fabricación. ¿Cuál será, entonces, el principio de tal costo de fabricación de la libertad? El principio de cálculo es lo que se llama la seguridad. Es decir que el liberalismo, el arte liberal de gobernar, va a encontrarse restringido a determinar, exactamente, en qué medida y hasta qué punto el interés individual, los diferentes intereses individuales, en lo que tienen de divergentes los unos de los otros, eventualmente de opuestos no van a construir un peligro para el interés de todos”77. El estado liberal debe asegurar la libertad y por ende debe construir una serie de mecanismos tendientes a exponer a los individuos lo menos posible a los peligros que le asechan. Estos mecanismos por los cuales se asegura la libertad de los individuos se constituyen en el biopoder. El mismo se subdivide en anátomo-política (dispositivos disciplinarios) y en biopolítica. Como dijimos el dispositivo disciplinario o anátomo-poder busca controlar los cuerpos, sus gestos y acciones, a través del panóptico. El panóptico de Bentham es la razón de ser del gobierno liberal: “el panóptico es la fórmula de un gobierno liberal porque, en el fondo ¿qué debe hacer un gobierno? Debe, por supuesto, dejar lugar a todo lo que puede ser la mecánica natural de los comportamientos y de la producción. Debe dejar el lugar a estos mecanismos y no debe ejercer sobre ellos ninguna otra forma de intervención, al menos en primera instancia, que la de vigilancia”78. Por otro lado el gobierno liberal posee otro dispositivo, no sólo debe controlar los 76

Foucault citado por Pierbattisti, La teoría del capital humano en el tránsito del liberalismo: por una articulación MarxFoucault, Revista Realidad Económica, 2007, pág. 108 77

Foucault citado por Pierbattisti, La teoría del capital humano en el tránsito del liberalismo: por una articulación MarxFoucault, Revista Realidad Económica, 2007, pág. 109 78

Bentham citado por Pierbattisti, La teoría del capital humano en el tránsito del liberalismo: por una articulación MarxFoucault, Revista Realidad Económica, 2007, pág. 111

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cuerpos individuales sino también al hombre como especie. La biopolítica tiene por objetivo controlar y regular la especie humana, su crecimiento, a través del control de la tasa de natalidad, la tasa de mortandad, etc. El gobierno liberal debe, entre otras cosas, cuidar la higiene de la población dado el auge de la ciudad industrial en el siglo XIX. “La nueva tecnología que se implementa se dirige a la multiplicidad de los hombres, pero no en tanto que estos se resumen en cuerpos, sino en tanto que aquella forma, por lo contrario, una masa global, afectada de procesos de conjunto que son propios de la vida, procesos como el nacimiento, la muerte, la producción, la enfermedad, etc.; por lo tanto, luego de una primera captura de poder sobre el cuerpo que se hizo a partir de la individualización, tenemos una segunda captura que no es individualizante sino masificante, que se hace en dirección no del hombre-cuerpo, sino del hombre-especie. Luego de la anátomo-política del cuerpo humano, implementada en el curso del siglo XVIII, vemos aparecer, al final de este siglo, algo que no es más una anátomo-política del cuerpo humano, sino algo que yo llamaría una biopolítica de la especie humana”79.

2.2.2 ¡Cuidado! el hijo se come al padre Hasta aquí vimos las características del liberalismo y sus funciones, pero nos podríamos preguntar: desde el punto de vista neoliberal, es decir, desde el marginalismo ¿acaso estas funciones y características propias del gobierno liberal no son funciones o características que cumple el mercado? es decir ¿no son funciones que cumple el modelo de competencia perfecta? Para cumplir con el cometido vamos a desmenuzar brevemente el modelo de competencia perfecta a través de la metodología que emplea la teoría neoclásica para saber su funcionamiento. La teoría marginalista parte de un individuo aislado, un agente económico, un homo economicus. La metodología empleada en los modelos marginalista es conocido como individualismo metodológico. El mismo consiste en sumar, o agregar las individualidades. Los individuos son racionales y por ende maximizadores, se parte de un individuo representativo. Aquí todos los individuos son iguales. Los consumidores tenderán a maximizar su utilidad a través del siguiente modo: “(…) un consumidor que tenga un ingreso fijo y que se enfrente a precios dados de mercado, logrará satisfacción o utilidad máxima cuando la utilidad marginal del último dólar que gaste en cada bien sea exactamente la misma que la utilidad marginal del último dólar que gaste en cualquier otro bien”80. 79

Foucault citado por Pierbattisti, La teoría del capital humano en el tránsito del liberalismo: por una articulación MarxFoucault, Revista Realidad Económica, 2007, pág. 106 80

Samuelson, op. Cit., pág 85

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Por otro lado los productores, racionales y maximizadores por naturaleza, buscan maximizar los beneficios. Para este cometido: “Una empresa maximizadora de los beneficios debe fijar su producción en el nivel en el que el coste marginal sea igual al precio”81. De esta forma todos los individuos tienen el mismo comportamiento maximizador y racional. Se parte de algo simple y sencillo como un individuo, un átomo. Lo social surge como simple agregación de los comportamientos individuales. Desde el punto de vista metodológico la estática cumple dos funciones en el mercado de competencia perfecta. Primero tanto los consumidores como los productores poseen condiciones prefijadas. Así por ejemplo los consumidores tienen gustos y preferencias “dadas”. Esta idea de gustos dados se relaciona con la idea de islotes o individuo aislado del individualismo metodológico. “Así, por ejemplo, se considera que los hogares (o consumidores) tienen gustos y preferencias que se pueden identificar de forma independiente del entorno social en que están esos hogares, y de cualquier otra dimensión social”82. “Sin embargo lo importante es que el individuo desemboca en esas relaciones sociales desde una constitución no social de sus gustos y preferencias”83. Por otro lado las empresas poseen una estructura de costos “dada” que depende de los insumos que utilice y por transición por la cantidad de producción que deben emprender. “Las empresas deben pagar por insumos: tornillos, solventes, programas de computación, secretarias y expertos en estadísticas”84. En el método estático pareciera como si el tiempo se detiene, se consideran ciertas variables y las demás quedan constantes. Es un método que permite una explicación cuasa-efecto, bajo la suposición ceteris paribus. Segundo, el concepto estática es propio de la mecánica, que aplicado a la economía permite la noción del equilibrio entre fuerzas antagónicas. Esto se puede notar en el choque de fuerzas como la demanda y la oferta, y estas conjuntamente determinan el precio de mercado. Los economistas neoclásicos visualizaron este proceso en el mercado walrasiano, parecido a la subasta con un martillero a la cabeza escogiendo el precio de equilibrio tal que iguale estas fuerzas. Como nos indica el individualismo metodológico el mercado está determinado por la suma de las individualidades. “La curva de demanda de mercado se determina cuando se suman las cantidades que demandan todos los individuos a cada precios”85. Siguiendo el mismo análisis “La curva de oferta del mercado de un bien se obtiene sumando horizontalmente las curvas de oferta 81

Ibid, pág 147

82

Rolando Astarita, op. Cit.

83

Ibid.

84

Samuelson, op. Cit., pág. 122

85

Ibid., pág. 46

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de todos los productores de ese bien”86. De esta manera se constituye el mercado: “Un mercado es un mecanismo a través del cual compradores y vendedores interactúan para determinar precios e intercambiar bienes y servicios”87. El mercado está conformado por una suma de individualidades y “los precios representan los términos a los cuales las personas y las empresas intercambian distintos bienes de manera voluntaria”88. Las individualidades se transforman en libertades, y cada cual encontrará en el mercado sus libertades, “según el precio, los hogares y las empresas desean comprar o vender distintas cantidades. El mercado encuentra el precio de equilibrio que satisface simultáneamente los deseos de compradores y vendedores”89. Las fuerzas estáticas confluyen para determinar los precios, este mecanismo es fundamental para determinar la producción y la demanda de los bienes, ya que “(…) los precios sirven como señales para los productores y los consumidores. Si los consumidores desean más de cualquier bien, el precio se elevará, y enviará la señal a los productores de que es necesario que aumenten la oferta”90. En un mercado competitivo, tanto los consumidores como los productores son numerosos, de modo que ninguno de ellos puede influir en el precio. Por otro lado los bienes que se producen e intercambian son homogéneos. “Una empresa perfectamente competitiva vende un producto homogéneo (idéntico al que venden otras de su industria). Es tan pequeña en relación con su mercado que no puede influir en el precio de mercado, simplemente lo considera dado” 91. De esta forma se construye a través del modo deductivo una idealización: el martillero walrasiano. La representación parte de axiomas, verdades preestablecidas, supuestos en este caso, para de este modo abstraer de la realidad las características más importantes. A partir de estos supuestos se puede concluir que el mercado competitivo permite una óptima asignación de los recursos, ya que “la maximización de los beneficios exige que la empresa maneje sus operaciones internas con eficiencia (que evite desperdicios, estimule la moral de los trabajadores, elija procesos eficientes de producción, etc.) y que tome decisiones sólidas en el mercado (que compre la cantidad correcta de insumos al menor coste y que elija el nivel óptimo de producción)”92. “La eficiencia requiere que el beneficio marginal correspondiente a la producción de una unidad más de un bien (el beneficio adicional resultante de la producción de una unidad o más del bien) sea igual a su coste marginal, es decir, pues si el beneficio marginal fuera superior al costo marginal, mejoraría el bienestar de la sociedad produciendo una mayor cantidad; y si el

86

Ibid., pág 149

87

Ibid. pág. 25

88

Ibid. pág 26

89

Ibid. pág. 26

90

Ibid. pág 26

91

Ibid. pág 145

92

Ibid. pág 144

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beneficio marginal fuera menor que el coste marginal, mejoraría el bienestar de la sociedad reduciendo la producción del bien”93. El mercado de competencia perfecta cumple con los requisitos antes mencionados, toda economía debe aspirar a este ideal. El objeto de estudio de la economía marginalista (ver sección 1) se ve resuelto en una economía de mercado competitiva. Se presenta la organización económica que permite la óptima asignación de los recursos. La eficiencia se ve realizada, por lo tanto la sociedad se ve realizada en su conjunto. “La doctrina de la mano invisible se aplica a las economías en las que todos los mercados son perfectamente competitivos, las cuales producirán una asignación eficiente de recursos, por lo que la economía está en su frontera de posibilidades de producción. Cuando todas las industrias están sujetas a los pesos y contrapesos de la competencia perfecta, (…), los mercados producirán la canasta de productos que los consumidores más desean mediante las técnicas más eficientes y la mínima cantidad de insumos”94.

2.2.3 Y se lo comió… Nos habíamos propuesto comprender, si acaso el modelo de competencia perfecta cumple con las funciones de los gobiernos liberales, por supuesto desde una visión neoliberal marginalista. Un neoliberal se podría preguntar: ¿acaso la competencia perfecta no comprende un anátomopoder, un poder disciplinario?, ¿acaso la competencia perfecta no comprende un dispositivo de seguridad para el control de la población, una biopolítica particular? En el modelo de competencia perfecta el mercado se transforma en un panóptico, o mejor dicho, el mecanismo de precios competitivo, se transforma en un panóptico. Por supuesto es un panóptico particular, distinto de lo que sería el estado liberal. Recordemos que el poder disciplinario limita las acciones de los individuos, castiga y premia para corregir las conductas. Ahora ¿acaso el mercado competitivo no cumpliría con esta función? A través del sistema de precios, las conductas se ven conducidas, se facilitan, o se limitan. El mecanismo de precios propio del modelo de competencia perfecta es un panóptico que vigila y controla las conductas de los individuos. El mecanismo de precios competitivo condiciona la conducta de los individuos, sean productores o consumidores, por lo tanto premia o castiga. De todas formas el mercado, más allá de que vigile y controle, premie o castigue, el mercado es un ámbito de libertades, cada cual posee la propia voluntad. Las individualidades de cada 93

Stiglitz, La economía del sector público, Antonio Bosch Editor, 3º edición, 2003, pág. 70

94

Samuelson, op. Cit., pág 34

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productor o consumidor son respetadas. La voluntad de los individuos, estos sean productores o consumidores, serán respetadas en el modelo de competencia perfecta. Pero aún así, el panóptico del mecanismo de precios competitivo vigila y controla la conducta de los individuos. Como lo hacía el gobierno liberal, el mercado resuelve la contradicción de respetar las individualidades y a la vez controlar las libertades. El mercado es un pasaporte a la individualidad y a su vez limita las libertades. El mercado gobierna en el sentido de que conduce las conductas, las induce. Nos podríamos preguntar ¿bajo qué criterio premia o castiga el sistema de precios competitivo? ¿cuál es el criterio normalizador del mercado de competencia perfecta? como vimos este criterio es la eficiencia. Cuanto más eficiente sea un productor mayor rentabilidad percibirá, y su premio es su comportamiento excepcional. Del mismo modo un consumidor poseerá un excedente del consumidor mayor por cuanto mayor sea su disposición a pagar. La eficiencia es premiada, por lo cual cuanto más eficiente sea un mercado competitivo, mayor será el premio. Caso contrario el mecanismo de precio competitivo castiga la ineficiencia. Si un productor es ineficiente productivamente, y por lo tanto posee costos mayores que el resto de sus competidores, el mismo será castigado, y su castigo será proporcional a su propia ineficiencia. Del mismo modo el mecanismo de precio competitivo no asigna la producción a aquél consumidor que posea una disposición a pagar menor al precio de mercado de equilibrio. Por lo tanto, el mecanismo de precio competitivo es un anátomo-poder disciplinante, premia la eficiencia y castiga la ineficiencia. Gobierna las conductas, las induce a la eficiencia. Por otro lado habíamos mencionado que el gobierno liberal emprendía la difícil tarea de gestionar los intereses heterogéneos, y a su vez respetar sus individualidades. Pero ¿acaso el mercado competitivo no cumpliría con esta función? Tanto los productores como los consumidores poseen intereses disímiles. Los productores desean precios altos para obtener beneficios 95, y los consumidores quisieran todo lo contrario. De modo que un mayor precio para los productores significa un menor excedente del consumidor, y viceversa. Pero el martillero walrasiano permite resolver estos intereses antagónicos estableciendo un precio de equilibrio. Además queda claro que como cada productor y cada consumidor representa una minúscula parte de la proporción total, estos individuos no pueden influir en el precio de mercado. Esta característica del mercado competitivo impide la guerra de precios entre productores. El conflicto aquí es anulado por el axioma, en tanto los productores no concentren la producción. “Por ejemplo, el mercado del trigo es perfectamente competitivo porque el productor más grande de trigo, que produce solamente una minúscula fracción del trigo del mundo, no puede tener un efecto

95

Es el caso de los monopolios que limitan la cantidad de bienes producidos de modo de aumentar el precio.

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apreciable sobre el precio de este cereal”96. El conflicto es anulado porque los productores son precio aceptantes: “Competencia perfecta es un mundo de tomadores de precio”97. Por lo tanto el mercado competitivo con su mecanismo de precio competitivo permite resolver intereses antagónicos, nadie puede influir sobre el precio y el martillero walrasiano asigna el precio de equilibrio. El interés individual se transforma en interés público, ya que el mercado de competencia perfecta gestiona la multiplicidad de intereses: “Hace dos siglos Adam Smith proclamó que, a través del funcionamiento de la mano invisible, aquellos que buscan su propio interés en una economía competitiva promueven de la manera más eficaz el interés público. Este concepto, de que el áspero y desordenado acontecer de la competencia del mercado es una fuerza potente para elevar la producción y los estándares de vida, es una de las más profundas y poderosas ideas de la historia”98. El interés privado se cumple ya que cada individuo es conducido para comportarse de la forma más conveniente para su propio interés y para el de la sociedad, logrando “eficiencia, como la definen los economistas, [este] es un proceso mediante el cual la sociedad extrae de los recursos disponibles la máxima cantidad de satisfacción para el consumidor. (…). O dicho de otra manera, una situación eficiente es aquella en la que ninguno puede estar mejor sin que se empeore a algún otro”99. Por último habíamos afirmado que el gobierno liberal del siglo XIX debía gestionar al hombre como especie. El gobierno liberal debe controlar la tasa de natalidad, la mortandad, etc. Las tecnologías reducidas a los dispositivos de seguridad de la gran ciudad permitían que se cumpla esta función. Desde el nacimiento de la Economía Política el objeto de análisis comprendía la riqueza de las naciones y de esta forma la población. “(…) los fisiócratas intentarán resolver el problema de la escasez de granos. Escasez, por otra parte, cuyos peligros remiten a dos niveles que deben ser atendidos al mismo tiempo: a) el problema de la falta de alimentos; b) la amenaza permanente de grandes revueltas”100. Pero de nuevo ¿acaso una economía competitiva no garantiza la mejor gestión de la escasez y de esta forma la evolución de la población? El mecanismo de precios gestiona la producción de los bienes y a través de ello la población. “Los precios coordinan las decisiones de los productores y los consumidores en un mercado. Precios altos incentivan la reducción de las compras de los consumidores y estimulan la producción. Precios bajos incentivan el consumo y desalientan la

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Samuelso, op. Cit., pág 34

97

Samuelson, op. Cit., pág 145

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Ibid., pág 275

99

Ibid., pág 275

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Pierbattisti, Mecanismos disciplinarios, dispositivos de poder y neoliberalismo: formas de intervención sobre la fuerza de trabajo, Revista Herramienta.

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producción. Los precios son la rueda que equilibra el mecanismo de mercado”101. Ante escasez de bienes los precios altos impiden el acceso de los consumidores al consumo y limitan el crecimiento de la población, al mismo tiempo que estimula la producción para que el problema se resuelva. Por otro lado los precios bajos desincentivan la producción, y a su vez limitan el crecimiento de la población. Un neoliberal se podría preguntar: ¿acaso el mercado competitivo no es un eficaz gestionador de la escasez y la producción? ¿acaso el mercado no puede cumplir con esta función en vez de un gobierno liberal? Un neoliberal podría decirnos que ante un mercado competitivo no hace falta que intervenga el estado. El mercado competitivo cumple con las funciones que antes cumplía el gobierno liberal. En todo caso el estado debe intervenir en ausencia de mercado competitivo, ante las llamadas fallas de mercado. Las fallas de información, la competencia imperfecta, las externalidades, los bienes públicos, etc. La justificación de la intervención del estado está dada por la ausencia del tipo ideal. “Sin embargo, una vez que uno se encuentra con la teoría de la mano invisible, estará menos a favor de la intervención, ya que la economía enseña que los mercados competitivos pueden llevar a producción y precios eficientes. En las economías de hoy, la mayoría de los gobiernos confían en la fuerza de la rivalidad y de la competencia –la zanahoria de los beneficios y la vara de la quiebra- estimulen al sector privado para que éste se conduzca eficientemente”102.

Sección 3: Sociedad Disciplinaria, La Universidad “Los estudiantes entran al salón de clases con una gran diversidad de antecedentes y con muchas ideas preconcebidas respecto al funcionamiento del mundo. Nuestra tarea no es cambiar los valores de los estudiantes. En vez de ello, nos esforzamos por ayudarles a comprender los principios económicos que perduran para que sean más capaces de aplicarlos, para hacer del mundo un mejor lugar para ellos mismos, para sus familias y para sus comunidades”. Samuelson, Nordhaus

101

Samuelson, op. Cit., pág 26

102

Ibid., pág 331

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3.1 Instituciones de secuestro A fines del siglo XVIII y principios del XIX se constituye lo que Foucault denomina sociedad disciplinaria. El autor analiza este cambio a partir de las reformas del sistema judicial y penal de los diferentes países. La nueva penalidad del siglo XIX deja de tener como propósito definir qué es nocivo para la sociedad y alejar a los individuos que causan daño, como había sido hasta entonces. La nueva sociedad tiene como propósito “el control y la reforma psicológica y moral de las actitudes y el comportamiento de los individuos”103. Ya no se controla si los individuos cumplen o incumplen la ley sino que se controla lo que los individuos hacen, pueden hacer o van a hacer. Este control no puede ser realizado sólo por la justicia, sino que requiere de todo un conjunto de “instituciones de vigilancia y corrección: la policía para la vigilancia; las instituciones psicológicas, psiquiátricas, criminológicas, médicas y pedagógicas para la corrección”104. Foucault dice que entramos en la edad de la ortopedia social, del control social, cuyo modelo ícono es el panóptico. En la sociedad disciplinaria el poder se ejerce a través del dispositivo disciplinario. Para ello el poder se institucionaliza en formas de gobierno para-estatales. El dispositivo disciplinario ejerce un control sobre los individuos, una vigilancia jerárquica, una sación normalizadora, un examen permanente. En la Universidad los estudiantes son vigilados y corregidos. El panóptico se transforma en un paradigma en la sociedad disciplinaria, este aparece en diversas formas para la vigilancia de los individuos y estudiantes en el caso de la Universidad.

3.2 La arquitectura

El panóptico se constituye en un paradigma para el control de los individuos. Tanto la arquitectura, y la disposición estructural de los cuerpos, es parte del mismo. Los cuerpos son distribuidos espacialmente de manera estratégica. Cada cuerpo debe ocupar un espacio designado de acuerdo al poder que está ejerciendo, esto permite una optimización en la vigilancia y el control de los cuerpos. Los arquitectos modernos deben resolver dentro de cada institución, la forma en que los cuerpos son distribuidos espacialmente. La arquitectura permite levantar sujetos por el nivel de otros, para visualizarlos en forma precisa. La arquitectura permite la vigilancia y el control de los 103

Foucault, La verdad y las formas jurídicas, Editorial Gedisa, Barcelona, 1996, pág 101

104

Ibid., pág 102

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cuerpos sometidos al poder. El ejercicio del poder significa una distribución espacial específica distinta del que está siendo sometido por el poder del panóptico. La arquitectura en la sociedad disciplinaria permite una distribución de los cuerpos en forma inversa al teatro, al cine, o a los espectáculos en general. En los teatros, por ejemplo, múltiples cuerpos están distribuidos de forma que su campo visual pueda captar el espectáculo que se desarrolla por unos pocos cuerpos. En caso contrario la sociedad disciplinaria debe permitir una arquitectura de modo que un individuo o unos pocos, puedan visualizar múltiples cuerpos al mismo tiempo. El claro ejemplo es la cárcel de Bentham, el punto central arquitectónicamente se corresponde con la torre de vigilancia donde los guardias puedan alcanzar con sus miradas cualquier punto sombra de las celdas. Siguiendo el mismo análisis, el salón de clases presenta una distribución espacial de los cuerpos que permite la vigilancia y el control de los estudiantes. El maestro o profesor se ubica adelante de la clase mirando de frente a los estudiantes. De modo que tanto las miradas de los estudiantes como la del profesor choquen frontalmente. Por otra parte la distribución arquitectónica del salón permite que el profesor, junto con su escritorio y pizarrón, estén por encima del nivel del suelo donde se ubican los cuerpos de los estudiantes. Por otra parte en muchas Universidades y escuelas, los escritorios o pupitres de los estudiantes están atornillados al piso, mirando todos estos, al frente donde se ubica el profesor. Incluso dependiendo de la capacidad del salón, no sólo el profesor se ubica por encima del nivel del suelo, sino que a medida que los bancos o pupitres de los estudiantes se van alejando de donde se ubica el profesor, el nivel del suelo empieza a levantarse, de modo que los estudiantes que se ubiquen distantes del pizarrón, no se pierdan por los cuerpos que se ubican en las primeras filas. Es decir para salones con gran capacidad de estudiantes, los pupitres conforman una tribuna que permite acercar los cuerpos de los estudiantes que se ubiquen en los pupitres más alejados.

3.3 El Examen El panoptismo es una forma de saber que ya no se apoya en la indagación sino en el examen. La indagación era un procedimiento que intentaba averiguar lo que había sucedido en base al testimonio de personas. Mediante el examen no se intenta reconstruir un acontecimiento sino vigilar permanentemente a un individuo. Quien vigila ejerce sobre ellos un poder y en virtud de ese poder tiene derecho a obtener conocimiento sobre esos individuos a quienes controla. Este

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conocimiento ya no implica saber si el individuo se comporta o no como se debe, sino que determina qué es normal y qué no, qué es correcto e incorrecto, qué se debe y no se debe hacer. El examen es el más representativo de los disciplinarios y constituye un “procedimiento que combina las técnicas de la vigilancia y de la sanción normalizadora y que establece sobre los individuos una vigilancia a través de la cual les diferencia y les sanciona.”105 En el sistema educativo el examen controla los conocimientos que adquieren los alumnos durante el proceso de educación. Así, quien vigila, el profesor, adquiere saber sobre lo que se constituye en su objeto de estudio: el alumno. Mediante el examen se objetiviza al alumno, se lo transforma en una serie de parámetros: calificaciones, promedios, materias aprobadas, etc. “El examen posibilita la constitución del individuo como un «objeto» descriptible dentro de un campo relacional más amplio. Ese objeto es el ciudadano moderno”106. El individuo se transforma en un caso concreto, puede ser descripto, evaluado, medido y comparado con otros y con su propia individualidad. También se utiliza al examen como premio y castigo para normalizar al alumno, indicarle cuales son los conocimientos que se espera que incorpore, cómo se espera que se comporte.

3.4 La Pedagogía Decíamos que el nuevo tipo de control que caracteriza a las sociedades contemporáneas requiere de una red de instituciones, que Foucault denomina instituciones de secuestro. La primera función que tienen estas instituciones es la de encargarse de la dimensión temporal de la vida de los individuos, es decir, ejercer el control sobre la totalidad del tiempo de los individuos. Se puede ver claramente en el caso de la fábrica que compra a los trabajadores el uso de su tiempo. Pero las instituciones pedagógicas también cumplen esa función. La segunda función de esas instituciones es el control de los cuerpos. Existen diversos dispositivos de vigilancia para que los estudiantes estén realizando la función adecuada en el ámbito adecuado. Esta función pretende que los cuerpos sean productivos en cada ámbito específico. En el salón de clases los estudiantes deben aprender, estudiar, etc. Tanto la primera función pretende que se destine un tiempo específico al ámbito académico, la segunda función pretende la mayor productividad del mismo. El tiempo es valorizado, por lo tanto cada cual debe emplearlo debidamente El cuerpo se convierte en “algo que ha de ser formado, reformado, corregido, en un cuerpo que debe adquirir aptitudes, recibir ciertas cualidades, calificarse como 105

¿Qué es un dispositivo? ÓSCAR MORO ABA DÍA* EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N.° 6,2003. pag 36 106

Ibid., pag 37

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cuerpo capaz de trabajar107”. Cada institución deja de tener sólo la finalidad específica para la cual fue creada y pasa a tener una función en la formación de una disciplina general. La tercera función de las instituciones es la de crear un nuevo tipo de poder. Quienes dirigen esas instituciones tienen la facultad de dictar reglas, dar órdenes, expulsar individuos, permitir el ingreso de otros, dar premios y castigos, etc. En el sistema educativo todo el tiempo se castiga a quien no cumple con los parámetros normales y se premia a quien se destaca por ser excepcionalmente normal. Se trata de un poder epistemológico, es decir, poder conocer a los individuos observados y controlados, a partir de su propio comportamiento. Este saber es acumulado y organizado y posibilitará una nueva forma de control. La pedagogía se constituyó “a partir de las adaptaciones mismas del niño a las tareas escolares, adaptaciones que, observadas y extraídas de su comportamiento, se convirtieron en seguida en leyes de funcionamiento de las instituciones y forma de poder ejercido sobre él”108. Vemos como la pedagogía constituye una forma de controlar y ejercer poder sobre el estudiante. En la relación que se establece entre estudiante y profesor en la universidad se puede ver cómo actúa este dispositivo pedagógico. En las clases el profesor es quien monopoliza la palabra casi con exclusividad, haciéndose dueño del discurso y la verdad. Así se replica la idea de que determinados individuos poseen la verdad y deben ser escuchados. Los alumnos deben atender al profesor e incorporar lo que se les enseña, raramente tiene la posibilidad de cuestionar lo que se le inculca o es consultada su opinión. Las clases consisten en exposiciones del profesor y casi nunca se ensaya otro tipo de dinámica. No se intentan experiencias de educación comunitaria, aprendiendo también de los conocimientos con los que cada estudiante llega a la clase. Por el contrario, los conocimientos de los estudiantes no son tenidos en cuenta en la mayoría de los casos. Por otro lado, las clases suelen estar desproblematizadas, es decir, nos se critica lo que se aprende, no se debate ni se confrontan ideas. El profesor expone un modelo acabado, cuyas conclusiones se derivan perfectamente de los supuestos de los que se parte, pero no se analiza críticamente lo aprendido. No se discute sobre la validez de la teoría ni se compara con enfoques alternativos. Por último, se puede mencionar el uso de manuales para el estudio de economía. Estos libros también tienen el defecto de desproblematizar la economía, enseñando una única verdad que no se evalúa críticamente ni se debate. Tienen la pretensión de contener toda verdad existente, 107

Foucault La verdad y las formas jurídicas, op. Cit, pág 141

108

Ibid., pág 143

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separando del conocimiento verdadero las proposiciones que no son incluidas, tal como se señaló en la primera sección.

Sección 4: Conclusión A lo largo de este trabajo hemos utilizado las ideas de Foucault para analizar cómo la teoría neoclásica construye e impone su verdad. Comenzamos describiendo el concepto de verdad y sus características en el marco del pensamiento del autor y viendo cómo es esa verdad en la teoría neoclásica. Vimos que se trata de una verdad que se presenta como objetiva, permanente, totalizadora y única. Continuamos analizando la concepción neoclásica de la ciencia y vimos el carácter universal, permanente, y evolucionista de la verdad y el rasgo racional y objetivo de sujeto que la construye. Relacionado con lo anterior, vimos cómo se utiliza la matemática como estrategia para alcanzar esa pretendida verdad, validando las conclusiones alcanzadas y garantizando su objetividad y neutralidad. Seguimos analizando lo que podríamos llamar la historia externa de la ciencia, es decir, cómo se utilizan diferentes métodos como la exclusión del sujeto, el otorgamiento de premios y el mismo uso de la matemática, para imponer una determinada verdad. Como caso de confluencia de las historias externa e interna, comentamos brevemente la denominada controversia de Cambridge. En la segunda sección empezamos viendo cómo la teoría neoclásica convierte al mercado en un panóptico del Estado y la función que cumple el modelo de competencia perfecta en ese cambio. Analizamos también la metodología que emplean los neoclásicos para llegar a esas conclusiones, en especial el uso del individualismo y la estática. Así, la intervención estatal queda totalmente restringida y direccionada, ya que sólo debe interferir en la economía para lograr unos objetivos predefinidos y empleando determinados instrumentos. Por último, en la tercer sección, pensamos en cómo se utiliza a la universidad para inculcar en los estudiantes una verdad única dada por la teoría neoclásica. Para ello describimos tres dispositivos utilizados: la arquitectura, el examen y la pedagogía. La voluntad de la verdad como vimos, se apoya en un sistema de instituciones y forma una serie de prácticas que conforman no sólo la ciencia o la economía, sino también la educación de los que la practican. Esto nos hizo comprender en el trabajo, cómo son transmitidas estas verdades, y cómo son reproducidas una y otra vez. La educación o el sistema de educación son una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes

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que implican. Es preciso replantear la voluntad de la verdad, cuestionar las tecnologías, las estrategias, las instituciones, etc., provenientes de los discursos que se erigen como absolutos. Todas las instituciones que atraviesan al sujeto e intentan sujetarlo, pretenden una normalización de los cuerpos y mentes de los estudiantes y profesionales. Al fin y al cabo buscan un sujeto “normalizado”. El sujeto -estudiantes o profesionales- están atados a una serie de prácticas -reglas- a las cuales la sujeción no sólo implica sus cuerpos, sino también a los discursos y a los procesos de enunciación. De esta forma no sólo se sujeta al cuerpo, sino a las mentes. El sujeto “normalizado” implica un sujetamiento de la subjetividad. En el caso de la economía es un sujetamiento a los procesos cognitivos propios de la teoría neoclásica. Esto implica un concepción de la ciencia, las técnicas, la metodología, las formas de representación y los discursos propio de esta corriente. Las normas y reglas que pretende la teoría neoclásica van más allá de la propia ideología neoliberal, no sólo estamos atados a sus ideas, sino también a todo lo necesario para producir las mismas: una concepción de la ciencia que pretende la verdad universal, el uso de la matemática, el individualismo metodológico, la estática, etc., y que se apoya en un poder institucional para-estatal específico: Universidades, revistas, congresos, premios nobels, manuales, etc. Gestionar lo múltiple reduciéndolo a algo simple e inequívoco, como pretende la teoría neoclásica, impide la formación de estudiantes y profesionales críticos. Los sujetos para la teoría neoclásica se transforman en objetos de “capacitación”, en objetos de conocimiento, de verdades universales. Se educa para ser parte de un orden mundial pre-establecido. De tantos condicionamientos ¿hay algún espacio para el sujeto?, el espacio para el pensamiento y la crítica ¿es posible en una teoría que impide pensar y ser críticos? Pretendemos romper con lo simple, lo inmóvil, lo inequívoco, lo pesado, lo inmutable, el orden. Pretendemos el caos, lo múltiple y lo móvil, pretendemos que el saber jerárquico se transforme en discusión. Más aún teniendo en cuenta la gran diversidad de escuelas de pensamiento económico, las diversas formas del saber, los objetos de conocimientos, las técnicas, las metodologías, la inmensa cantidad de discusiones entre teóricos, etc. Por lo tanto lo múltiple significa en economía -economía política- abrazar todas estas corrientes y ponerlas a discutir entre ellas. O ¿acaso usted conoce la verdad?

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