Fuentes espirituales de la pedagogía curativa. Bernard Lievegoed, Ilse Rascher

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Bernard Lievegoed / Ilse Racher

Fuentes espirituales de la pedagogía curativa La corriente espiritual del movimiento pedagógico curativo Acerca del camino interior del pedagogo curativo Publicado por la Conferencia de Pedagogía Curativa y Terapia Social en la Sección Médica de la Universidad Libre para Ciencias Espirituales del Goetheanum con prólogo de Johannes Denger


Título original: Geistesquellen der Heilpedagogik Bernard Lievegoed / Ilse Rascher La primera edición de La corriente espiritual del movimiento pedagógico curativo fue realizada en un número especial (cuaderno 7) de “Noticias para los miembros de la Asociación de Pedagogos Curativos y Terapeutas Sociales antroposóficos en Suiza y de “Correspondencia Interna -Boletín informativo para Pedagogos Curativos y Terapeutas Sociales antroposóficos en Alemania” por la editorial Natura-Verlag, Arlesheim, 1978. La primera edición de El camino interior del pedagogo curativo fue en un número especial (el 5º), en Arlesheim en el año 1976.

Tradujo a Bernard Lievegoed: Valeria Vera-Pinto Tradujo a Ilse Rascher: Tomás Klein Corrección Literaria: Haydeé Ruiz Alfaro de Belingueres Revisión: Doris Unger ISBN 978-987-27614-0-0 1. Antroposofía, I CDD 299.935

Arte de tapa: Gabriela de Carvalho © Philosophisch-Anthroposophischer Verlag am Goetheanum, Dornach, Suiza

© Reservados todos los derechos a favor de Editorial Dorothea Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Editorial Dorothea

www.editorialdorothea.com.ar


ÍNDICE

Prólogo......................................................................

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Bernard Lievegoed

La corriente espiritual del movimiento de la pedagogía curativa..................................................

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El obrar de los Arcángeles......................................

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Ilse Rascher

El camino interior del pedagogo curativo..............

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Notas.........................................................................

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Prólogo Puede ser por prudencia que el pedagogo curativo busque una nueva denominación para su profesión —por ejemplo, pedagogo social— y que con ello quiera expresar que solamente en escasas ocasiones su hacer conduce a la curación. Cada obrar pedagógico curativo empieza cuando se percibe y se acepta al niño con discapacidad tal como es. Quedarse en eso y administrarlo con mayor o menor virtud social, sería un gran error. El pedagogo curativo trabajará con el hombre en devenir. En el encuentro con el niño —de ser a ser—, él apunta hacia una meta de desarrollo y, en el camino hacia esa meta, se convierte en el acompañante del destino; el camino del destino puede ser curación. Pero es lícito que el contemporáneo moderno pregunte ¿dónde tomar el coraje y la capacidad intuitiva para obrar terapéuticamente? ¿Cómo desarrollar la intención curativa? En este pequeño tomo hemos recopilado dos aportes que contienen importantes indicaciones. Ilse Rascher describe las virtudes que debería desarrollar el pedagogo curativo para su quehacer. Buscar la antroposofía como fuente espiritual y andar el camino interior son requisitos para poder llegar a ser compañero del camino. Bernard Lievegoed coloca este esfuerzo cotidiano en el gran contexto científico espiritual. Él describe a la pedagogía curativa antroposófica como a un campo de tres corrientes en el que el conocimiento micaélico se encuentra frente al obrar rafaélico y en el medio la tarea de la nueva conformación social. En la doble imagen de Cristo, como

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juez del mundo y como hermano del hombre, tenemos frente a nosotros al mayor ejemplo del gesto diagnóstico y terapéutico de una pedagogía curativa de los misterios, que impulsa la intención curativa. Esta nueva edición intenta ser un aporte esencial para los “70 años de pedagogía curativa sobre la base antroposófica 1994”. Ambos autores han cruzado el umbral hacia el mundo espiritual y hoy obran en aquella esfera de las fuentes espirituales señalada en vida. Johannes Denger

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Bernard Lievegoed

La corriente espiritual del movimiento de la pedagogía curativa1

La pedagogía curativa, un “campo de tres corrientes”. Hablar sobre la corriente espiritual de la pedagogía curativa no es una tarea fácil. Cuando me fue planteada esta tarea, dije: Excusez du peu. Pero, cuando seguí reflexionando sobre el tema, llegué a la conclusión de que la pedagogía curativa es en realidad un campo de tres corrientes, en el que convergen tres grandes corrientes espirituales. Por un lado, tenemos la corriente de la pedagogía curativa como conocimiento espiritual; en segundo lugar, tenemos la pedagogía curativa como práctica del convivir humano y, en tercer lugar, está el arte de obrar pedagógico curativamente (una importante corriente espiritual que conduce al arte en el obrar). En el presente capítulo trataremos estos tres aspectos y, en el siguiente descubriremos a los seres espirituales que están por detrás. Si empiezo por la pedagogía curativa como ciencia espiritual, debo mencionar que la ciencia espiritual no antroposófica, es decir, la ciencia convencional de hace 50 años casi pasó por alto a la pedagogía curativa. En el año 1924 prácticamente no existía una ciencia especial vinculada a la pedagogía curativa. Eso cambió enormemente. Hoy ya se ha construido un gran

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sistema científico. Los conocimientos de la neurología y de la bioquímica han avanzado mucho y cuando en nuestros días se participa de congresos científicos sobre pedagogía curativa, nos encontramos con un enorme saber, pero al mismo tiempo con una enorme impotencia para transformar ese saber en una metodología pedagógico-curativa; se trata de un hecho: el conocimiento es gigantesco, pero se desprenden pocos conocimientos para obrar en consecuencia. Si miramos cómo nos ha ido con la pedagogía curativa desde el conocimiento espiritual, tenemos que decir que aquello que Rudolf Steiner inauguró hacia el final de su vida durante los últimos meses de su obrar en el año 1924 como curso pedagógico-curativo y por ende como pedagogía curativa, también siguió desarrollandose mucho en nuestros círculos desde entonces. Ya desde comienzos de los años cincuenta, tenemos cursos de dos años de duración en los que hemos trabajado sobre los doce sentidos, sobre los siete procesos vitales, sobre el movimiento y ahora sobre qué significa aprender de la pedagogía curativa. Se puede observar cómo también fue surgiendo un conocimiento espiritual, a través de los cientos de hombres y mujeres que han trabajado en este campo. Cabe agregar que el trasfondo espiritual propio del movimiento pedagógico curativo se funda en la Sección Médica de la Universidad de Ciencias Espirituales y que esta Universidad de Ciencias Espirituales es una escuela micaélica. El espíritu de los tiempos de Micael propone este conocimiento espiritual. Micael es aquél que, como dice Rudolf Steiner, no porta nada material, nada luciférico, es aquél que ha dirigido su mirada hacia un conocimiento humano espiritual puro. Y, para trabajar este conocimiento espiritual de la pedagogía curativa, se necesita de toda la antroposofía. Es tarea de la pedagogía curativa, transformar

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