El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

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El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

Incidir

#ReformaPolíticaYA en la UNAM La democracia mexicana se puede pen‐ sar que es reciente, ya que antes vivimos en la “dictadura perfecta” del Partido Revolucionario Institucional y sólo de‐ spués de 1997 es que se empiezan a crear instituciones que pudieran consolidar nuestra simulación de democracia repre‐ sentativa con instituciones como el Insti‐ tuto Federal Electoral.

sistema imperante, un hartazgo de la población y se vota por un cambio que llega. En 2006, las elecciones son muy reñidas que origina que, en 2009, se lance una campaña de “voto nulo” porque ningún político representaba a una ciudadanía más consciente y partici‐ pativa, que sostenía que democracia no es sólo ir a votar.

movimiento ciudadano de #ReformaPo‐ líticaYa con una acampada frente al Senado. En 2012, el colectivo logra que se apruebe la reforma política con tres de los cuatro puntos y ahora siguen investi‐ gando y cabildeando en el Legislativo para que se apruebe las leyes reglamen‐ tarias que permitan funcionar a las fig‐ uras aprobadas.

En el año 2000 hay un agotamiento del

De esta manera, en 2011 nace el

No se debe minimizar lo que ha logrado

el Colectivo mediante la persistencia, porque siguen haciendo su tarea ciu‐ dadana: informándose, cuestionando, cabildeando, participando, debatiendo, proponiendo, difundiendo. Estas figuras ciudadanas - Candidaturas Independientes, Consulta Popular e Ini‐ ciativa de Ley Ciudadana-, devuelven el poder al ciudadano de a pie, que quiere mejorar a su país y que es consciente que


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el sistema no cambia hasta que él decida cambiarlo y mejorarlo. Po r e l l o , c o n s t r u i r c i u d a d a n í a informada, participativa y propositiva es tarea de todos los actores sociales y políticos, para pasar a la democracia participativa que nos permita disfrutar de nuestros derechos pero también re‐ sponsabilizarnos de nuestras obliga‐ ciones para alcanzar el bien común. Este es el momento de "alfabetizar democráticamente" a los ciudadanos y demostrarles que no sólo su voto tiene valor, sino que debe ser cuidado y defen‐ dido mediante la democracia participati‐ va, la transparencia y la rendición de cuentas de los servidores públicos. Ade‐ más, como personas inmersas y afec‐ tadas por decisiones políticas, ellos tam‐ bién deben hacer su parte y colaborar en la política mediante medios de participa‐ ción directa e indirecta, haciendo suyo el espacio público. Al final, cada país tiene el sistema políti‐ co que se merece. Preparémonos para tener una democracia participativa con ciudadanos responsables, no una simula‐ ción de democracia tirando a la par‐ tidocracia y los poderes fácticos aplas‐ tando el fin último de la humanidad: el bien común y la felicidad.

Angélica Barrera @abinhds

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Ciudadanos de Chocolate En el proceso de consolidación de nues‐ tra democracia, los actores fundamen‐ tales del Estado moderno, es decir, nosotros los ciudadanos, hemos logrado cambiar el texto de nuestra Constitución Política Federal para ser considerados en la toma de decisiones sobre los asuntos de nuestro país, ya sea por un tema de trascendencia nacional o ya sea por el absoluto y legítimo derecho de “ser par‐ tícipes en los asuntos públicos y políticos” (artículo 35), o por querer “al‐ terar o modificar nuestra forma de gob‐ ierno” (artículo 39). Ese hecho es y será –lo acepten o no los partidos políticos– un triunfo de la ciudadanía, una victoria impulsada por #ReformaPolíticaYA que no es menor y sí es digna de aplaudirse; no como esos eventos protocolarios –te lo digo a ti ciudadano, para que lo en‐ tiendas Kike– donde a cada frase carga‐ da de retórica se le aplaude al “orador” y se toca con bombo y platillo para enar‐ bolar los fantasmas del pasado y es‐ tremecer al espectador. Sin embargo, a pesar de que ganamos una difícil batalla –que osciló entre 2011 y 2012– en contra de los detentadores

del poder, hoy nos enfrentamos ante una batalla mucho más grande, misma que nos tiene inmersos en una condición técnicamente “pueril”… así es estimado conciudadano lector, permíteme expli‐ carte a fondo a qué me refiero con dicho término. El colectivo #ReformaPolíticaYA ha buscado sin tregua a los actores políticos clave. Para afirmar que se hizo una refor‐ ma a nuestro ordenamiento jurídico, es necesaria una segunda fase posterior a la reforma constitucional, llamada Ley Se‐ cundaria. Sin ella, los anhelos consagra‐ dos en la Carta Magna son utópicos. Para esta fase, #ReformaPolíticaYA ha hecho una tercera #AcampadaMX para llamar la atención del Poder Legislativo Federal, hizo un #AcosoCiudadano a los legisladores responsables de dictaminar, hizo una #VeladaPorLaDemocracia ante el inminente incumplimiento del plazo transitorio que el propio Congreso se puso, y finalmente emprendió una b ú s q u e d a i m p o r t a n t e , # D ó n‐ deEstáCristina (@Cristina_Diaz_S) la presidenta de la comisión de goberna‐ ción del Senado y encargada de agilizar

el proceso para dictaminar… a la fecha de esta publicación la seguimos buscan‐ do, porque no ha respondido a ninguna de nuestras peticiones. A diferencia del preescolar donde los pe‐ queños estudiantes –futuros ciudadanos– deben esforzarse; en el es‐ cenario de la política ocurre todo lo con‐ trario. Nuestros representantes acep‐ taron a nuevos participantes en el juego, pero no especificaron las reglas de dicho juego, ni a partir de cuándo podremos jugar. Es decir, nos dijeron que sí, pero no cuándo y cómo. Todo indica que los ciudadanos tenemos voz, pero no se nos escucha, sí existimos, pero de a “mentiritas”. Finalmente pre‐ gunto en términos “pueriles” –para que nos entienda el Congreso– ¿Estamos en el juego, pero somos de chocolate?

David Domínguez @DavidMDominguez


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Disclaimer: este es un ejercicio de autocrítica Hace unos días escuché a un represen‐ tante de una Organización de la So‐ ciedad Civil (OSC) hacer tres categorías de incidencia: en primer lugar, las orga‐ nizaciones “petite comité”, que única‐ mente tratan con interlocutores en el poder (gobierno, legisladores, políticos de influencia) y que ganan un nivel con‐ siderable de influencia política. Posteri‐ ormente se refirió a las organizaciones “de estudio”; todas aquellas que realizan investigación sobre un tema y su nivel de incidencia es “un puente” entre la academia, la ciudadanía y los gobiernos o políticos. Finalmente, de acuerdo a este activista, existen las asociaciones “de base” o “de barrio”. Y estas son las que trabajan de una forma más cercana a la ciudadanía. Están formadas en función de un grupo de la sociedad (colonos, jóvenes, personas con discapacidad, etcétera). Evidentemente, en algunos casos es complejo saber cómo y desde dónde se incide. En otros es más evidente, casi ob‐ vio. Las tres categorías de organización son necesarias pero lo ideal sería que se complementaran para poder llegar mejor a los objetivos que se plantean. En definitiva, existen estos grupos que únicamente se conforman por intereses muy específicos. Sí, incluso si este interés sea el financiamiento público o el re‐

conocimiento social o de grupos en el poder. No por nada, en el Barómetro mundial de corrupción 2013, las OSC tienen una desconfianza cercana al 40% en México entre la ciudadanía. Sin em‐ bargo, y afortunadamente, existen mu‐ chos ejemplos de ciudadanos organiza‐ dos que logran incidir y conseguir una política pública, gestiones exitosas o re‐ formas que, por ejemplo, abren camino para que más mexicanos puedan partici‐ par de la vida pública y de la toma de de‐ cisiones. Al Colectivo #ReformaPolíticaYA lo conformamos diversas organizaciones y ciudadanos independientes que tenemos un objetivo concreto: que cada mexicana y mexicano tenga garantizados -en la ley- sus derechos político - electorales. En ese sentido se planea nuestra inciden‐ cia. En primer lugar, con los partidos políticos y grupos que ya tienen poder, para convencerlos que no es únicamente suyo y que los que no tenemos filiación partidista también tenemos derecho de ser electos. Pero también hay que aceptar que existen enormes retos para incidir dentro de la ciudadanía, con nuestros pares, por quienes, finalmente, estamos trabajando. Es un reto porque nos enfrentamos con varios obstáculos: el primero es que aún como ciudadanos sin partido, muchos

todavía pensamos dentro de ese esque‐ ma. Es decir, creemos legítimamente, que le corresponde a los partidos gob‐ ernar. También por arraigo a la idea que “no se puede actuar de otra manera”, así son las cosas que conocemos y nos sig‐ nifica un esfuerzo titánico buscar nuevas formas de hacer las cosas. En concreto, el problema es que debemos incidir para “re educarnos” y para reconstruir el dis‐ curso alrededor de cómo se ejerce el poder y cómo “debería” ejercerse. To‐ davía existen quienes nos ven como un instrumento de legitimación del poder, más que como propulsores de la apertu‐ ra democrática. Esta también es una in‐ ercia que debemos revertir. Que quede claro, respetados lectores, que no les estoy “vendiendo un proyecto”. Estoy realizando un ejercicio de autocrítica para transparentar -nunca justificar- que también nos corresponde a nosotros, también es “nuestro tema” generar un espacio de confianza para que, cuando por fin se regule cómo par‐ ticiparemos, seamos más y mejores los ciudadanos que podamos ejercer el poder de forma responsable y horizontal.

Ireri Herrera @ireriherrera

Minoritear Que la democracia se trata de construir mayorías no lo dudo pero sí lo cuestiono. No porque la mayoría use auto para transportarse en esta ciudad quiere decir que sea lo más racional para moverse. Usar dos horas de la vida para estar sentado dentro de un autito en trayectos que hasta caminando harían menos tiempo, solo tiene sentido para esas personas porque tiene sentido para la mayoría. Y por eso es que nadie cami‐ na en la ciudad. “Pero es que Enrique Peña Nieto ganó la elección”... Sí, de nuevo, ganó por mayo‐ ría pero la mayoría de los que votaron y los que votaron fueron el 63% de los que tenía que votar. Simplificando en peras y manzanas: de 100 peras y manzanas que tenían que votar, solo votaron 63, de es‐ tas 63 peras y manzanas solo 18 votaron por Enrique Peña Nieto. Aunque haya ganado por mayoría, las decisiones del Presidente impactan a todas las peras y manzanas. “Pero es que los Diputados… la repre‐ sentatividad del Congreso”... Sí, una mayoría más. Un sesudo estudio realiza‐ do por mí mismo arrojó los siguientes resultados: los Diputados por mayoría absoluta (es decir, por los que los ciu‐ dadanos votaron y no por los que los Partidos hicieron) reúnen, entre todos 15, 840,977 votos y eso representa solo el 20% de los que tenían que votar. De nue‐ vo, de 100 peras y manzanas, solo 20 votaron por esos Diputados. Desde esa mayoría y esa representatividad es que los Diputados toman decisiones que nos impactan a todos. El problema con las mayorías así con‐ struidas es que se usan para tomar deci‐ siones. Si una mayoría (la que sea, no


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importa cómo haya sido construida) dice rana, brincamos todos. Y hay prob‐ lemas con eso pero así funciona la democracia. La democracia se construye, no todas las democracias se consideran completas. Hay muchas, entre ellas la nuestra, que se consideran ‘con fallas’; México está a solo un lugar en el Democracy Index de ser considerada un Régimen híbrido (un horrendamente simpático Frankenstein entre Democracia con fallas y Régimen autoritario). Y estaríamos todavía más jodidos si la nuestra fuera considerada una Democracia Completa ¿no? El que tenga fallas, el que esté llena de parado‐ jas y grietas, es lo que nos permite mejo‐ rarla. Hace ya casi dos años que conocí y em‐ pecé a colaborar con el Colectivo #Re‐ formaPolíticaYA. Convocaron a regis‐ trarse como Candidato Independiente y así lo hice, no porque quiera ser Diputa‐ do (nilomandedios) sino porque era una acción concreta que hacía visible uno de los grandes problemas de nuestra Democracia Frankensteniana e invitaba a hacer algo para solucionarlo. Era una invitación a mover una pieza en la parti‐ da de ajedrez y dejar de solo observar el tablero. Y no fuimos mayoría. Finalmente solo se registraron 17 ciudadanos, no fue jaque mate pero todos los que alguna vez han jugado ajedrez –o bueno, ya, futbol– saben que los logros se van construyen‐

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do de poco en poco, de movimiento en movimiento y que así también se con‐ struyen las derrotas. Al final se logró la reforma constitucional y el librito ya dice que pueden existir los Candidatos Inde‐ pendientes –aunque no sirve de mucho porque no dice cómo. Y seguimos sin ser mayoría. A pesar de que la reforma política es transversal a todas las demás reformas que se están proponiendo y a las que se propondrán, a nadie conviene dirigir los reflectores a las herramientas que podrían tener los ciudadanos para participar en todas las reformas y sus respectivas legislaciones secundarias. Aunque los ciudadanos so‐ mos la única mayoría absoluta, no may‐ oriteamos. Tampoco los 50 millones de pobres que son una mayoría del tamaño de la mitad del país, ni todos los que ganan el salario mínimo, ni todos los que sufrimos la contaminación en la ciudad, ni todos los todos que también son mayorías. Quizá la clave no está en el tamaño de las mayorías ni tampoco en que se utilicen para mayoritear sino en las minorías y, entonces, hay que mi‐ noritearlos. ¿Cómo puede minoritear una minoría? Ciertamente, no con marchas porque las marchas de dos pueden ser muy román‐ ticas –si llueve, por ejemplo– pero no in‐ ciden a menos que digan lo que la mayo‐ ría repite sin cesar, entonces hasta dos personas pueden salir en primeras planas con letreros de “Fuera Maestros Flojos”. Tampoco las minorías que tienen

para pagar desplegados, porque sí son unos cuantos pero tienen mucho dinero. Lo único que tienen las minorías que 1) no creen, piensan y dicen lo mismo que la mayoría y 2) no cuentan con una tele‐ visora o suficiente dinero para pagarle a una para poder decir lo que quieren, son ellos mismos. Este tipo de minorías solo se tienen a sí mismas y como no son bracitos de las mayorías ni cuentan con mucho dinero lo único que les queda es la imaginación y lo único que les falta es hacer lo que imaginan. No importa el tamaño de la minoría ni el tamaño de la causa, basta con imaginar que algo podría estar tanti‐ to mejor y hacer algo para lograrlo. Si alguien te está pisando y puedes imag‐ inar que estarías mejor sin que te pisaran, bastaría con hacer algo para lo‐ grar que te dejen de pisar. Quizá no eres el único al que están pisando y, en una de esas, hasta es posible hacer un Colec‐ tivo y una marcha. Pero quizá solo basta moverse un poco sobre el tablero. Y para moverte la única mayoría que necesitas eres tú, la más grande minoría, movién‐ dote, minoriteando. Gabriel Gaytán-Ariza @gaytanariza

*Otro disclaimer: Las opiniones expresadas en El Tiempo de #ReformaPolíticaYA son responsabilidad de sus autores y no reflejan la postura del Colectivo

Si quieres empezar un artículo para El Tiempo de #ReformaPolíticaYA, eres bienvenidx, avísanos, envía un correo a reformapoliticaya@gmail.com


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