El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

Page 1

El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

Maestros

Foto tomada de http://bit.ly/19SUiEl

TODOS a evaluación Todos quienes habitamos en la Ciudad de México nos hemos visto de alguna forma afectados por los paros que los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han hecho desde la semana

pasada. Hemos seguido de cerca sus de‐ splazamientos, aunque sea por evitar caer en otro atorón que nos deje varados por horas sin que haya nada qué hacer más que esperar a que se retiren, más que por interés de seguir el tema. Lo cierto es que, si bien muchos estamos en desacuerdo con la postura de la CNTE al respecto de la Ley Reglamen‐ taria de la Reforma Educativa, nuestra movilidad ha sido afectada por las per‐ sonas que deberían ser un ejemplo de civismo para sus alumnos; y no podemos

mas que enojarnos, tragarnos nuestra opinión e impotencia de todo lo que pensamos que haríamos nosotros de ser autoridad, pero como ciudadanos co‐ munes no podemos hacer. Esto nos provoca aún más enojo hacia nuestras autoridades por no solucionar de forma contundente el conflicto y, por otro lado, el ver a nuestros legisladores doblegarse ante la “gran amenaza” que ha representado la presión de la CNTE; y que eso mismo los haya orillado a postergar la discusión del Servicio Profe‐

sional Docente y a organizar reuniones con los maestros para escuchar su postu‐ ra. En el caso de la CNTE, triste y grave es que además, muchos de quienes forman parte de estas marchas son maestros que ignoran casi en su totalidad el contenido de la Ley Reglamentaria. ¿Cómo estar en contra de algo que desconocen? Además es irónico que sean los maestros -los en‐ cargados de evaluar a los alumnos-, quienes se opongan a su propia evalua‐ ción bajo el argumento de que no


2

pueden perder sus plazas. Esto mismo me lleva a pensar que, de esta misma forma, los legisladores de la legislatura pasada se mostraron en contra de su evaluación al oponerse a la Reelección Legislativa y de cargos locales. Es verdad que vivimos en un país libre y soberano en donde, supuestamente, exis‐ ten las libertades de expresión y mani‐ festación pero sin que haya un límite.Esto porque algunos, cual niños de preescolar hacen berrinche cuando algo no les parece o conviene (sobre todo a aquellos quienes tienen el poder de mover masas); sin importar la trascen‐ dencia de sus actos, y es entonces cuan‐ do se les presta atención y se les abren las puertas del diálogo. Todo esto me lleva a reflexionar y pre‐ guntarme: qué podemos hacer desde la sociedad organizada, en donde no move‐ mos masas pero nos informamos, traba‐ jamos con seriedad en los temas que más nos interesan y usamos medios que no afectan a terceros, para abrir verdaderos espacios de diálogo. ¿Será la reelección el único medio de evaluación de gestión lo que haga que nuestros legisladores ver‐ daderamente escuchen nuestras ideas y en que nuestras propuestas sean real‐ mente tomadas en cuenta?

El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

Apúntense Pareciera difícil opinar objetivamente sobre los maestros cuando vives a dos cuadras del Senado y a tres de la SEGOB, como en mi caso. Pero no lo es tanto: - Sí, han armado un cagadero mayúsculo en tanto moverse de aquí para allá. - No, no son unos horribles maleantes como algunos pseudoperiodistas los quieren hacer ver. - Sí, queriéndolo o no, nos niegan a mu‐ chos el "derecho al libre tránsito". - No, no lo hacen por chingar. Es bas‐ tante comprensible que estén quejándose, una vez más, en la capital de la nación.

¿Y por qué no quieren ser evaluados tal y como lo propone la "reforma educativa", gooeeeei? ¿Por qué abusan?

Alejandra Navarro @NAsteroide

- Erm, pues porque resulta un tanto CÍNICO evaluar así como así a personas que...

__________________ 1) Ganan entre dos y cuatro salarios mínimos, a lo mucho 2) Trabajan en condiciones deplorables

Foto tomada de: http://bit.ly/15qcSyx

por lo general (por ejemplo, pisos de tierra, aulas sin techo, escuelas sin baño, comunidades sin agua, etcétera) 3) Tienen más de 20 años DEMAN‐ DANDO mejores condiciones laborales sin que nadie -jamás- los haya pelado ni tantito. 4) Han sido vindicados como "profesores" por estatutos que ellos no crearon (herencia a veces, escuela nor‐ mal en otras, compra de plazas las menos) pero de las que no son ni lejana‐ mente responsables

estos personajes, que -por mal o bien que nos caigan- tienen cierta razón en sentirse abusados por un sistema que prefiere cortar por lo menos jodido, y no por lo más enfermo. Acá los tengo. A dos cuadras. Dos sem‐ anas llevo debiendo despertarme una hora antes de lo normal para poder lle‐ gar a donde quiera que vaya. Pero eso no me da derecho a llamarlos "delincuentes" o "vándalos". Son maestros oaxaqueños y guerrerenses, para quien no lo sepa. Y pretender dar clases en Guerrero o en Oaxaca, con el país tal y como está (y lle‐ va estando) desde hace décadas, ya es de por sí encomiable.

En un país en el que ellos ganan 5000 pesos al mes, mientras que diputados se meten ciento y pico y Senadores otro tanto, ¿por qué es que el sistema se atreve a decidir que ELLOS tendrían que ser evaluados mañana y no el resto de los servidores públicos a su vez? No justifico su encabronamiento, pero sin duda lo comprendo.

Apúntense al reality show, camaradas: Una semana haciendo el trabajo de estos señores mientras ellos hacen el suyo. Se‐ guro todos la cagan -no tengo dudaspero de que ustedes van a sudar más que ellos, me corto un huevo.

Y sí: la mayoría de quienes trabajamos para la IP o similares, sabemos que el ser evaluados es muchas veces un requisito para mantener nuestro ingreso. Algunos nos lo comemos, otros lo vomitan y tratan de esquivarlo. Pero eso no invali‐ da el comprensible encabronamiento de

Doctor Marmota

A ver si mañana ya no hay tanto pedo para llegar al trabajo. Y si sí: ni modo.

@doctor_marmota


El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

Leopoldo Méndez, 1938

3


4

El Tiempo de #ReformaPolíticaYA

–Sí, ahorita– A unas cuantas horas de que el Senado de la República sesionara en la sede “al‐ terna”, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educa‐ ción (CNTE) tenían cercado el recinto parlamentario de la Cámara Alta. Estaba con un poco de tiempo libre y decidí pasar a platicar con ellos para saber más a fondo el motivo de su protesta. Llegué y en el arco destinado para el aparcamiento de las bicicletas, se encon‐ traba precisamente uno de los disidentes: con absoluto respeto le pedí que me per‐ mitiera enganchar mi transporte –por cierto, muy eficaz para desplazarte ante las contingencias multitudinarias– y de inmediato volteó, me digitalizó cual es‐ cáner de multifuncional de pies a cabeza –como esperando encontrar la razón del por qué una persona hacía tal petición viendo las circunstancias en las que se encontraban– y al confirmar que efecti‐ vamente era un ciudadano común, pero con cierta sorpresa, asentó con la cabeza y se quitó para que pudiera proceder a estacionar y asegurar mi bici. Detrás de ellos –sobre la calle París– había 5 filas de granaderos que impedían el paso a cualquier persona que no pudiera acreditar su competencia para filtrarse entre ellos y pasar a la zona “protegida”. Mientras terminaba de colo‐ car mi bici, vi –con sorpresa– que frente a los granaderos, como a unos 3 metros, había una fila de maestros que también impedían el paso y practicaban el mismo ejercicio que los granaderos; es decir,

eran como “los granaderos de los granaderos”… muy extraño, desde luego. Entonces pregunté al primer círculo de personas que tenía cerca, “¿Ustedes son maestros de la CNTE?” y una mujer me respondió: “Sí, ahorita”. Todos se dis‐ persaron de inmediato. Me moví unos metros más hacia la valla de maestros en pose de granaderos y ahora pregunté a otro grupo de personas: “¿Quién es el líder o representante aquí?”. Varios re‐ spondieron preguntando: “¿Quién es usted?” Les respondí: “Soy un ciu‐ dadano”. De inmediato cuestionaron: “¿De dónde viene? Les dije que venía pasando y vi bloqueada la ciclovía, por lo que quise saber el motivo directamente de ellos. Al unísono expresaron todos: “Sí, ahorita”, pero nadie más comento algo y continuaron en su charla. Entonces intenté con otro grupo de per‐ sonas donde la mayoría me ignoró, pero uno me dijo: “¿Ves a esa maestra que está entre los policías y nuestros com‐ pañeros?”. Le respondí que sí; me dijo entonces: “Ella es la líder”. Por último le p r e g u n t é : “¿ C ó m o s e l l a m a l a maestra?”. Con cara apenada me con‐ testó que no sabía. Le di las gracias y me dirigí hacia la supuesta lideresa, que des‐ de lejos tenía una expresión de disgusto y cansancio al mismo tiempo. Cuando me acerqué a la valla de mae‐ stros que protegía a los granaderos, sin dudarlo, las 2 mujeres que tenía frente a mí me cerraron el paso y con voz de gen‐ darme exclamaron: “¡No hay paso!”. En‐

tonces apareció una tercera mujer detrás y me preguntó angustiada: “¿Quieres hablar con la maestra?”. Le dije que sí y entonces instruyó para que me permi‐ tieran cruzar la frontera de maestros en valla. Cabe mencionar que durante todo este tiempo, la “lideresa” observó todo con detenimiento y sigilo. Al pararme frente a ella, me presenté y le extendí la mano para saludarla: “¿Cuál es su nom…?”. Pero antes de concluir, ella nada más dijo: “Sí, ahorita”. Simplemente se quedó callada en su lu‐ gar con los brazos cruzados. Pasaron un par de minutos y ella seguía inamovible y yo, francamente, no entendía lo que tenía que esperar. Insistí con otra pre‐ gunta más directa: “Sí eres tú la líder aquí?” Con expresión de enojo respon‐ dió: “Sí, ahorita, permítame, estoy aten‐ diendo una contingencia”. A nuestro alrededor no se veían indicios de algún tipo de contingencia, por lo que yo seguía sin comprender qué era lo que tanto estaba atendiendo la lideresa, para‐ da desde su sitio y sin moverse. Pasaron unos minutos más y entonces la lideresa me hizo señas de que me acercara de nuevo y me preguntó:“Dígame, ¿en qué puedo ayudarle?” Interrogué qué era lo que estaban protestando; es decir, le pre‐ gunté sobre el tema educativo y las leyes secundarias que se estaban discutiendo en ese momento. Pregunté cuál era su inconformidad con dichas reformas. Sorprendida, sacó un engargolado de su

morral y me respondió: “La gente cree que somos ignorantes y que no sabemos, pero mira, a raíz de la refor‐ ma que Enrique Peña Nieto hizo al ar‐ tículo 3° de la constitución, se hacen graves violaciones a nuestros derechos laborales, por lo tanto, estamos en con‐ tra. Ni siquiera estamos pidiendo au‐ mento salarial, sino que se respete nuestra antigüedad, pues la Ley del Ser‐ vicio Profesional nos la quiere quitar”. Continué charlando con ella y otras maestras que se fueron sumando a nues‐ tra plática; sin embargo, quiero resaltar algo que en el discurso de la CNTE se ha escuchado repetidamente y que muchos movimientos sociales siguen confundi‐ endo también: la “lideresa” (que final‐ mente no me dijo su nombre), afirmó: “a raíz de la reforma que hizo Enrique Peña Nieto al artículo 3”. Tal expresión refleja gran parte del esta‐ do en que se encuentra nuestra educa‐ ción y su impartición. Las reformas con‐ stitucionales y de Leyes secundarias, no las hace el titular del Ejecutivo Federal, sino el Congreso de la Unión. Por lo tan‐ to, no puedo afirmar que toda la CNTE sea ignorante, pero sí dudo que la supuesta lideresa, tenga el conocimiento mínimo –necesario– para transmitirlo a los niños de México, sobre todo… a los que más lo necesitan. David Domínguez @DavidMDominguez

Foto tomada de: http://bit.ly/18qlFCu

*Las opiniones expresadas en El Tiempo de #ReformaPolíticaYA son responsabilidad de sus autores y no reflejan la postura del Colectivo


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.