CRITICA Zumthor es el arquitecto de detalle, capaz de cuidar de todos los detalles en relación con el proyecto. En esta arquitectura se gana la idea de fusionar completamente el existente con el nuevo. Como se puede observar en comparación con las otras propuestas presentadas al concurso, esta de Zumthor es sin duda mejor porque reutiliza completamente las ruinas de la iglesia de St. Kolumba, colocándolas como parte central del proyecto. Se trata de una arquitectura completa, que no olvida nada, donde cada detalle es importante. El museo depende de las ruinas y viceversa. Ya no son dos entidades separadas, sino que viven en simbiosis constante. Se observa la distinción dictada por el material utilizado, donde el ladrillo nuevo creado para este proyecto permite la conexión física y la desconexión visual. Por tanto, resulta un solo bloque, fusión de antiguo y nuevo. Las relaciones en la planta baja se encuentran esencialmente en el interior, cerrando hacia el exterior. De esta manera, no hay ningún tipo de distracciones y toda la atención se centra en las ruinas de la ǡ À × Ƥ Ǥ espacio se impone claramente la presencia de las dos capillas de Bohm, que sólo pueden ser percibidas desde el exterior gracias a los alzados, que pero se desarrollan completamente en el interior. La claridad de las formas de fuera contrasta con la naturaleza orgánica de este espacio interno Ƥ ï Ǥ × ǡ esta parte de fusión antiguo y nuevo es sin duda la más interesante. Ƥ ǡ × un límite entre lo sagrado y lo profano. Llamaría el Museo Kolumba casi como un gran templo del ǡ Ƥ Ǥ ǡ ǡ mucho más un lugar de culto que simple exposición, sobre todo en la parte inferior. El tema de el ascenso nos lleva desde una zona principalmente en penumbra, iluminada por la luz Ƥ ǡ ǡ ǡ ventanas exteriores. Estamos en frente a un lugar de la memoria, donde el objetivo del arquitecto ha sido de hacer hincapié en la relación entre pasado y presente. La arquitectura es el resultado de lo que ha sido y no un capricho estúpido. Un proyecto sólido, capaz de durar en el tiempo, capaz de guardar y proteger el tesoro que hay en su interior.