Tiene la naturaleza derechos

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La transformaci贸n de las organizaciones de base para proteger a las personas y al planeta.

¿Tiene la naturaleza derechos?

A pesar de que está en juego peligroso para las personas y del planeta, el fracaso de los líderes internacionales reunidos en Copenhague en 2009 para alcanzar un acuerdo sobre una solución para el cambio climático inducido por el hombre era previsible. Predecible debido a que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no se basó en las causas profundas de la explotación del medio ambiente – pero “las soluciones del mercado” del mismo modelo económico dirigido por las corporaciones y la voracidad de su sistema de valores nos han llevado al borde de un abismo.

Todas las sociedades humanas, nuestro sistema económico mundial y nuestras estructuras legales, se han construido a partir de una mentalidad colonial que pone a los humanos no sólo fuera, sino por encima de la naturaleza. Pero y ¿Qué es el cambio climático? ¿No será acaso que la naturaleza nos dice que hemos vivido más allá de los límites de sus leyes?

Pensar en viejos paradigmas no va a generar una solución. Las preguntas que tenemos ante nosotros ahora son: ¿Podemos imaginar un futuro para nosotros mismos que no esté basado en la explotación de la naturaleza, reconociendo que la naturaleza tiene unos inherentes derechos? ¿Qué tan diferentes serían nuestras sociedades humanas, las economías y las estructuras legales como partes de un dispositivo conectado, la Tierra como centro de la vida comunitaria? Y, ¿Cómo podemos llegar allí?

A pesar de una estructura global de derecho basado en la privatización y explotación de la naturaleza, muchos pueblos indígenas en todo el mundo han mantenido una cultura de relaciones equilibradas con todas las formas de vida. Es a partir de estas raíces antiguas que un movimiento moderno por los derechos de la Madre Tierra comienza a emerger. En 2008 Ecuador se convirtió en la primera nación en reconocer constitucionalmente los derechos de la naturaleza para “existir, prosperar y evolucionar”.

Menos de dos años más tarde, 35.000 personas se reunieron para la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba, Bolivia.

Liderados por las comunidades indígenas de América Latina, la Conferencia produjo un “Acuerdo del Pueblo” que plantea pensamientos y prácticas para “Vivir Bien”, reconociendo la Madre Tierra como un ser vivo con el que tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.

El proyecto de “Declaración Universal sobre los Derechos de la Madre Tierra”, como compañero de la Declaración Universal de Derechos Humanos, es un resultado clave de la conferencia que el gobierno boliviano está apoyando.

Después de la conferencia en Bolivia, la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza fue creada para apoyar y construir un movimiento. En octubre de 2010, Pittsburg (Pensilvania) se convirtió en la primera ciudad importante de los Estados Unidos en prohibir la perforación de gas natural, mientras que la comunidad toma decisiones y ubicó los derechos de la naturaleza sobre los “derechos” de las corporaciones.

En la primavera de 2011 serán publicados “Los Derechos de la Naturaleza: una razón para una Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra”, trabajo que reúne la sabiduría de las culturas indígenas, científicos, activistas, pequeños agricultores, chamanes y líderes espirituales. El libro incluye ensayos y entrevistas con personajes como Maude Barlow, Vandana Shiva, Desmond Tutu, Goldtooth Thomas, Bassey Nimo, Eduardo Galeano, Cormac Cullinan, entre muchos otros líderes de opinión.

El libro, que sustenta el presente documento, comienza a revelar la trayectoria de un movimiento que impulsa cambios culturales y jurídicos necesarios para transformar nuestra relación humana con la naturaleza, lejos de basarse únicamente en el derecho a la propiedad y hacia un modelo basado en el equilibrio de derechos.

¿Tiene la naturaleza derechos?: La transformación de las organizaciones de base para proteger a las personas y al planeta.

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¿Quién va a proteger el planeta: los globalizadores, los gobiernos o las organizaciones sociales? Una pequeña minoría en las salas de juntas, las cortes y las salsas de conferencia ministeriales, están escribiendo el guión para la muerte de la humanidad. Estamos el resto de nosotros para cambiar nuestra historia. El libro “Los Derechos de la Naturaleza” inicia una exploración de lo que una conciencia Legal radicalmente diferente podría impulsar y cómo llegar allí.

Debemos dejar de actuar como sordos con la Naturaleza Por Eduardo Galeano El mundo está pintando “naturalezas muertas”, los bosques están muriendo, los polos se están derritiendo, el aire se hace irrespirable y el agua imbebible, las flores y los alimentos son cada vez más plásticos y el cielo y la tierra son absolutamente insanos.

Al mismo tiempo, un país en América Latina, el Ecuador, está discutiendo una nueva Constitución que abre la posibilidad de de reconocer por primera vez los Derechos de la Naturaleza.

La naturaleza tiene mucho que decir, y ha sido durante mucho tiempo el momento para nosotros, sus hijos, para dejar de actuar como sordos. Tal vez hasta Dios escuche el clamor creciente de este país andino, y agregue un onceavo mandamiento que dejó fuera al dictarlos desde el Monte Sinaí: “Ama la naturaleza, de la cual tu eres pare”.

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El corazón del mundo: perspectivas U’Wa en la Madre Tierra Shannon Biggs de la organización “Global Exchange” en entrevista con Atossa Soltani, le pidió compartir sus pensamientos sobre la naturaleza y la experiencia indígena. ¿Puede hablarnos de cómo una actividad como la perforación de pozos de petróleo impacta las formas de vida indígena, su cultura y el equilibro de la naturaleza?

Los U’wa consideramos el petróleo como la sangre de la Madre Tierra, que cumple una función importante en mantener el equilibrio del mundo subterráneo. Durante décadas, los U’wa han logrado detener las compañías petroleras de perforar pozos en el corazón de su territorio, sobre la creencia que “desangrar la tierra” es para ellos “peor que matar y vender a su propia madre”. Sin embargo, ahora hay un esfuerzo para perforar en busca de gas natural en tierra sagrada, y el gobierno se ha negado reconocer sus reivindicaciones territoriales en la zona. ¿Si convertimos los “derechos de la naturaleza” en Ley, cómo ayudaría eso a las comunidades indígenas y a las prácticas sostenibles, tanto en el Norte y el Sur? El gobierno ecuatoriano dio un gran paso adelante mediante la consagración de los derechos de la naturaleza en la nueva Constitución del país. Este salto pionero para la evolución humana debe servir como modelo para otros gobiernos. El movimiento ecologista debe usar el ejemplo de Ecuador para luchar por sistemas más ecológicos en nuestro planeta. La Constitución de Ecuador representa un cambio de paradigma que reconoce la interdependencia de la humanidad con la naturaleza. El movimiento de “Derechos de la Naturaleza” es el antídoto para sobreponerse al poder desenfrenado de las corporaciones cuya lógica de beneficios a corto plazo está empujando a la humanidad y a innumerables especies a la extinción.

Argumentos a favor de la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra Por Maude Barlow - de su discurso ante la Asociación de Donantes para causas Ambientales (Environmental Grant Makers Association) en el otoño de 2010.

El mundo natural [...] necesita su propio marco jurídico, lo que el abogado ambientalista sudafricano Cormac Culllinen llama “Ley natural”. Es la búsqueda de un cuerpo de Leyes que reconozcan los derechos inherentes del medio ambiente, de otras especies y el agua, fuera del simple contexto de utilidad para los seres humanos [...] Se requiere un cambio en la relación humana con el mundo natural desde la lógica de explotación hacia una democracia con otros seres. Si somos miembros de la comunidad de la Tierra, nuestros derechos deben ser equilibrados con los de las plantas, los animales, los ríos y los ecosistemas. En un mundo regido por la ley natural, la explotación destructiva de la naturaleza centrada en el hombre, sería ilegal.

La propuesta de mayor alcance para la protección de la naturaleza es la “Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra” que fue suscrita en abril de 2010 durante la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático” en Cochabamba, Bolivia y respaldada por los 35.000 participantes. [...] El propósito es que se convierta en un documento que acompaña a la Declaración Universal de 1948 de los Derechos Humanos. De vez en cuando en la historia, la raza humana tiene un avance colectivo en su evolución. Tal vez para nosotros es el momento de comprender la necesidad urgente de proteger ¿Tiene la naturaleza derechos?: La transformación de las organizaciones de base para proteger a las personas y al planeta.

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la tierra y sus ecosistemas de los cuales procede toda la vida. La Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra debe convertirse en un pacto para cambiar la historia hacia un futuro justo y sostenible para todos.

La Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra: Una visión de conjunto.

Por Cormac Cullinan La Declaración reconoce que la Tierra es una indivisible comunidad viviente de interrelacionados e interdependientes seres con derechos inherentes, y define responsabilidades humanas fundamentales en relación con otros seres y con la comunidad en su conjunto.

Todas las personas, organizaciones y Estados están invitados a adoptar la Declaración, para cooperar en su ejecución y para apoyar su adopción por las Naciones Unidas a fin de promover su aceptación universal y la observancia de los derechos y obligaciones reconocidos en ella.

La Declaración reconoce que todas las entidades naturales que existen son parte de la “Madre Tierra”, incluyendo plantas, animales, ríos y ecosistemas, son sujetos que tienen el derecho inherente e inalienable a existir y desempeñar su papel dentro de una comunidad de seres.

Para que los seres humanos tengan todo lo necesario para una buena vida al interior de las comunidades en que vivimos, no podemos mantener los derechos humanos y la libertad de “vivir bien”, a menos que respetemos y defendamos los Derechos de la Madre Tierra.

La Declaración proclama la determinación de los pueblos y las naciones de la Tierra a trabajar en conjunto para reemplazar los valores de explotación, visiones del mundo y los sistemas políticos, económicos y jurídicos, por aquellos que respetan y defienden los derechos y la coexistencia armónica de todos los seres. Trabajar juntos para poner en práctica los valores, derechos y obligaciones de la Declaración, permitirá a todas las personas buscar el bienestar humano de una manera que mejore y mantenga la integridad, el equilibrio y la salud de la Madre Tierra en lugar de socavarlo.

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Un nuevo paradigma para la Naturaleza – convirtiendo nuestros valores en Ley Por Biggs Shannon y Mari Margil ¿Por qué nuestras leyes permiten a las empresas restarle valor a las preocupaciones de la comunidad y ubicar proyectos destructivos en medio de nosotros?

Aunque sea raro decirlo en voz alta, muchas veces para regular la industria se crean leyes que pedimos a las autoridades hacer cumplir. Pero cuando se vuelve demasiado costoso cumplir las normas, las empresas suelen ser exentas de ellas o simplemente se vuelven a escribir. Por su diseño, nuestras leyes de comercio ambiental están por encima de la naturaleza, y al hacerlo legalizan ciertas cantidades de daño a los ecosistemas.

Con las actuales normas ambientales, una persona debe demostrar “un daño directo” para ir a la corte y proteger la naturaleza. Esto significa demostrar un daño personal debido a la explotación forestal, la contaminación o la extracción de agua, etc. Los daños se asocian entonces a esa persona, no con el ecosistema que ha sido destruido. [...] Miles de otras comunidades encuentran que no pueden defender los derechos de los ecosistemas donde viven, porque no hay derechos que defender. ¿Qué diferente sería nuestro mundo si la Amazonia pudiera demandar a las compañías petroleras por daños y perjuicios, o si los responsables del derrame de petróleo pudieran verse obligados a dejar intacto el Golfo de México? La supresión de la esclavitud significó la supresión de una forma de vida, y la mayoría dijo que no se podía y no se debía hacer. Ese es el argumento que oímos ahora con los derechos de la naturaleza. Pero se puede y debemos hacerlo.

Alianza Global para suscribir la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra Por Natalia Greene y Bill Twist En los primeros días de septiembre de 2010, personas y organizaciones conscientes, con los antecedentes de haber trabajado para promover el reconocimiento y garantía de los Derechos de la Naturaleza, se reunió en Patate, Ecuador, en la Hacienda “Manteles”, a los pies del volcán Tungurahua y dio lugar a la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza.

La Alianza Global, convencidos de que somos una comunidad de vida interdependiente, y reconociendo que las antiguas comunidades indígenas siempre han defendido los derechos de la Madre Tierra, porque esos derechos son innatos a su cosmovisión1, reconoce que la naturaleza no es un objeto o una mercancía, sino un sujeto con derechos inalienables de existencia, de mantener y regenerar integralmente sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos.

Impulsar los Derechos de la Naturaleza en la legislación y la creación de una jurisdicción mundial, nacional y local e instancias que garanticen estos derechos, servirá como punto de partida para reproducir este concepto como un virus por el mundo, invadiendo formas de pensamiento y sistemas jurídicos.

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Cosmovision: visión de mundo, filosofía de vida.

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El mundo podría ser un lugar diferente si los crímenes contra la naturaleza pudieran ser tratados globalmente en una corte internacional de los Derechos de la Naturaleza, y si los seres humanos entendiéramos que somos parte de la naturaleza y todo lo que hacemos al planeta nos lo hacemos los unos a los otros.

La Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza hace un llamamiento a todas las organizaciones y personas de la Tierra a unirse en una Minka2 Pachamama3, un proyecto global de cuatro años para dar luz a la adopción y aplicación universales de los Derechos de la Naturaleza como una idea cuyo tiempo ha llegado. ¡La Madre Tierra y nosotros, sus hijos, estamos en peligro extremo; tenemos que unirnos y ACTUAR AHORA!

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(Kichwa) trabajo comunitario y colectivo para el bien de todos.

(Kichwa) Madre Tierra, pero es un concepto más amplio: p.e. Madre del Cosmos.

¡Participe!

Para obtener más información sobre los “Derechos de la Naturaleza”, la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra, o para participar, contacte al Consejo de Canadienses, Fundación Pachamama o Global Exchange.

Consejo de los Canadienses 700 a 170 Laurier Avenue West Ottawa, ON, Canadá K1P 5V5 Tel: (613) 233-2773 o 1-800-387-7177 Fax: (613) 233-6776 Correo electrónico: inquiries@canadians.org www.canadians.org Fundación Pachamama Gonzalo Serrano No 345 y Avenida 6 de Diciembre Quito, Ecuador.

Tel: (593-2) 333.2245 / (593-2) 333.1348 Fax: (593-2) 224.6069 Correo electrónico: fundacionpachamama@pachamama.org.ec pachamama.org.ec Global Exchange 2017 Mission Street, 2nd Floor San Francisco, CA 94110 Tel: 415.255.7296 Fax: 415.255.7498 Correo electrónico: Shannon@globalexchange.org www.globalexchange.org