El Pentagrama 9 de enero

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EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 9 DE ENERO DE 2 01 3

Continúa la Serie Latinoamericana

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Gran éxito y acogida de los conciertos gratuitos Las boletas que se entregan en las taquillas de Primera Fila distribuidas por toda la ciudad, se agotan rápidamente. Por esta razón, el Festival ha dispuesto de silletería y medios adicionales para que nadie se quede por fuera. Para asistir a los conciertos en la Plaza San Pedro y la Plaza Getsemaní es necesario presentar una boleta. Esta debe ser reclamada el

día anterior desde las 9:00 am en las taquillas de Primera Fila en cinco puntos de Cartagena: Centro Comercial Caribe Plaza, Pasaje Comercial La Castellana, Museo Naval, Hotel Santa Clara y Teatro Adolfo Mejía. En la Plaza de la Aduana habrá una pantalla para que quienes no logren llegar a la Plaza San Pedro también disfruten del concierto de manera gratuita.

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El Pentagrama

ElPentagrama

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ La soprano Valentina Varriale

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ FERNANDO GÓMEZ GARZÓN *

UNA VOZ

La eternidad en un instante

A GRAN ESCALA JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.

Valentina Varriale dice que una forma de acercar al público masivo a la ópera es bajar los costos de la boletería.

Usted se ha especializado en el repertorio vocal compuesto entre los siglos XVII y XVIII. ¿Por qué concentrarse en ese estilo y qué elementos particulares hay en él que no encuentra en otras formas sonoras? La denominada música antigua tiene la capacidad de reflejar mi sensibilidad. Siempre me han gustado los sonidos y me han llamado la atención los efectos llevados al extremo. Esa combinación tiene la gran particularidad de hacer mover el alma en sus profundidades. María Ercolano ha sido un personaje esencial para su formación en el canto lírico; incluso actualmente continúa aprendiendo de ella. ¿Cuáles han sido la enseñanzas más importantes que le ha dejado? Ella es sin duda una gran artista. Tal vez el mayor aporte que me ha hecho es su conocimiento sobre las actitudes en el escenario. Sin embargo, creo que su influencia sobre mí va mucho más allá del terreno de la ópera, porque me enseña cómo respetar la música y hace énfasis en la adecuada preparación de mi instrumento, de acuerdo con la naturaleza de mi voz. Ella es mi gurú y su vida es mi inspiración para ser mejor cada día. Hace unos meses usted obtuvo el primer premio en la Puccini International Competition, por decisión unánime del jurado, y ese reconocimiento se sumó al primer premio Vincenzo Bellini, recibido en 2011. A pesar de esas menciones tan especiales, ¿cómo sigue teniendo los pies sobre la tierra? Sin duda estos premios tan recientes han sido motivaciones para continuar desarrollando mi talento. Sin embargo, simplemente los entiendo como la confirmación de mi crecimiento como artista y me complace mucho saber que son la evidencia de que mi labor sobre el escenario está teniendo un impacto en el público.

Usted participó en el primer montaje realizado por la Fundación Pietà de’ Turchini, bajo la dirección del maestro A. Florio. ¿Cómo recuerda esa experiencia, que se remonta a los comienzos de su carrera? Fue una experiencia hermosa en ese momento porque comprende los primeros recuerdos como profesional en la música. Yo estaba muy joven, pero, para mí, haber sido parte del elenco de fundación me hizo entender muchos procesos artísticos. ¿Cómo hace una soprano como usted para aportarle algún aspecto novedoso a personajes que vienen siendo interpretados desde siglos atrás? ¿Cómo ha hecho para hacerlos de una forma diferente? No es tan difícil porque una de las particularidades de este oficio es que la música lo dice todo, en ella está todo lo que un artista puede necesitar para cantar. Los detalles y demás aspectos se los dejo a la inspiración del momento y a la conexión que logre con el público durante la presentación. ¿Pero sobre el escenario usted tiene en cuenta interpretaciones hechas por otras sopranos sobre el mismo personaje o se abstiene de observar interpretaciones ajenas? Desde el comienzo aprendí a no imitar a nadie por más admiración que le pueda tener. Trato de concentrarme en mis capacidades y de ponerlas al servicio del montaje. Sin embargo, debo decir que siempre he seguidos las interpretaciones de la colega italiana Barbara Frittoli. En este festival hay muchas presentaciones al aire libre. ¿Le gustan este tipo de

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Desde el comienzo aprendí a no imitar a nadie por más admiración que le pueda tener”

interpretaciones o prefiere los conciertos realizados en espacios diseñados especialmente para la música? Sí me gustan esas presentaciones. Lo único que cambia es que cuando estoy cantando al aire libre debo concentrarme mucho más en la proyección de la voz, aunque también hay que contar con el azar, el viento y los ruidos potencializados por el ambiente. ¿Cómo recuerda las primeras grabaciones y cómo cree que ha cambiado la industria discográfica para un segmento tan especializado como el canto lírico? Recuerdo que el maestro A. Florio fue el primero que creyó en mis capacidades y ese fue el comienzo para mi historia musical con él. La experiencia de realizar un registro antes y con las condiciones actuales representa una complicación. Hacer un disco es tan complejo como satisfactorio. ¿Cree usted que la ópera es un espectáculo diseñado para la élite y, si es así, de qué manera puede acercarse el público masivo a esta manifestación artística? Todavía queda en el ambiente esa idea de que la ópera es para un público exclusivo. Creo que una buena manera de introducir a los jóvenes al mundo del canto lírico y hacerlo de fácil acceso para la gente podría ser reduciendo los costos de la boletería. ¿Cuál es su sonido favorito? A mí me gustan todos los instrumentos de la música y por lo tanto disfruto mucho de cada uno de esos sonidos. Para mí es difícil escoger uno nada más. Y el silencio, ¿qué significado tiene para su vida? Oh... el silencio es para mí el mejor sinónimo de la palabra descanso. ¿Cuáles son sus proyectos musicales? Es comienzo de año y, como todos, estoy llena de sueños. En este momento estoy pendiente de un gran reto que es cantar una ópera que todavía no he interpretado. Estoy cruzando los dedos para que esto suceda.

EL TANGO

DESQUICIADO DE SCHISSI JAIME ANDRÉS MONSALVE B. * Diego Schissi (n. 1969) tenía 23 años cuando murió Astor Piazzolla. La música del revolucionario del tango hizo parte de la banda sonora de una vida marcada por los gustos de su padre, el dramaturgo Oscar Viale. “Mi papá, que hubiera querido ser músico, escribía escuchando música a todo volumen –cuenta–: Bach, Brahms, Mozart; tangos de Troilo y Piazzolla, jazz también. Creo que soy músico por eso”. El tango estaba por venir. La primera fuente de la que bebió el guitarrista avenido pianista fue el jazz. Entre 1999 y 2003 hizo parte del popular Quinteto Urbano, que hizo un aporte interesante a la nueva escena de música improvisada en Argentina. “Tratábamos de lograr un sonido grupal. Siento que en parte lo logramos, y a la vez intentamos dejar aparecer nuestra identidad local a través de un género como el jazz, tan universal”. Él mismo confiesa que a su generación le tocó partir de cero en materia tanguera co-

mo si fueran músicos extranjeros. “Mis experiencias en tango más tradicional no han sido muchas”, confiesa Schissi, y entre ellas se cuentan trabajos con la orquesta El Arranque y con la cancionista Lidia Borda. “Pero han sido muy enriquecedoras y necesarias. –dice–, no sólo para aprender la tradición sino para alimentar el deseo de explorar otros caminos”. Apartado de la imitación a Piazzolla que se hizo moneda corriente tras la desaparición física del marplatense, Schissi se inscribió en una tradición evolucionista que echa mano del jazz, la música de cámara y los ele-

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Mi papá, que hubiera querido ser músico, escribía escuchando música a todo volumen: Bach, Brahms, Mozart; tangos de Troilo y Piazzolla, jazz también. Creo que soy músico por eso”.

mentos vanguardistas a la que también pertenecen músicos como Gerardo Gandini y Fernando Otero; caracterizada por el empleo del tango como un vehículo comunicativo que puede transitar entre el más explícito 2X4 hasta las referencias más veladas. Diego Schissi llega con su Quinteto al VII Festival Internacional de Música de Cartagena para presentar su ideario del tango, cuyas piezas llevan una curiosa denominación. “Se llaman ‘tongos’, porque son los tangos que nos salen; tangos improbables. Por ahora, son nuestro camino a recorrer”. La presencia "tanguera" dentro de la Serie Latinoamericana del Festival promete una muestra muy de autor para un fenómeno al que Diego Schissi augura buena salud. "Hay músicos, propuestas muy diversas, movimiento, vida –puntualiza–. Falta madurar, hay que seguir produciendo, de acá a diez años, auguro, ya habrá líneas más claras. Estamos haciendo sin saber bien qué, pero lo que importa ahora es seguir haciendo". * Jefe musical de la Radio Nacional de Colombia

Mientras escuchaba a Andrea Lucchesini interpretar al piano, las rapidísimas sonatas de Domenico Scarlatti, la noche del 6 de enero, en el Teatro Adolfo Mejía, recordé lo que una vez leí acerca de la subjetividad del tiempo. Algunos físicos modernos, respaldados en el estudio de la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, han especulado sobre el motivo por el cual los grandes virtuosos (Lionel Messi en el fútbol, Roger Federer en el tenis, por ejemplo) ejecutan sus disciplinas con precisión asombrosa, a velocidades fuera de lo común. La conclusión del físico teórico Fred Alan Wolf, conocido por tratar de conciliar la mecánica cuántica con las corrientes místicas orientales, es que podría no existir un solo sentido del tiempo, sino dos: uno, el tiempo lineal, que detectamos en el exterior al ritmo de los relojes; y otro circular, más íntimo, que detectamos de manera particular cuando, por ejemplo, nos concentramos en una actividad. Según Wolf, el dominio sobre una disciplina permite que, íntimamente, el tiempo transcurra más despacio. Músicos como Lucchesini, el violinista Salvatore Accardo y el clarinetista Gabriele Mirabassi, por nombrar apenas algunos de los virtuosos intérpretes que asisten al Festival de Música de Cartagena, tienen la virtud de elongar el tiempo circular y ejecutar “lentamente” lo que los demás vemos “velozmente”. Me gusta pensar que ese tipo de intérpretes prodigiosos también tienen la capacidad de transmitirnos esa lentitud, de prolongarnos el placer de las notas en nuestro interior, más allá de la velocidad de un concierto. La modernidad vive obsesionada con grabar todo en virtud de que todo perdure. Pero la verdadera eternidad, como bien nos han enseñado por estos días Lucchesini, Accardo y Mirabassi, se vive en un instante. * Jefe de Redacción Revista Cromos


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