Pentagrama 10

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Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 09/01/2014, Hora = 03:38:08 p.m., Página= 15, Usuario = wbotia

/ 15 EL ESPECTADOR / VIERNES 10 DE ENERO DE 2 01 4 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Para no perderse » En la capilla de Sofitel Legend Santa Clara, a las 11:00 a.m. y 3:00 p.m., escuche al mítico cuarteto de cuerdas Borodin, agrupación que con su interpretación resume la agitada historia moderna de Rusia. Obras de Borodin, Shostakovich y Tchaikovsky.

» En el teatro Adolfo Mejía, a las 7:00 p.m., asista a la esperada función de La Cenicienta, ópera cómica de Gioachino Rossini, uno de los platos fuertes del Festival, con Daniela Pini, Javier Camarena, Luciano di Pasquale y Maurizio Lo Piccolo, solistas de primera fila en el actual mundo del bel canto, invitados a esta primera producción operática del Cartagena VIII Festival Internacional de Música.

‘La oreja pasiva’, pieza artística deJim Amaral y símbolo del Cartagena VIII Festival Internacional de Música.

7 ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Hoy se estrena la ópera en el Festival

Descubriendo a

¶ Los orígenes y la enorme importancia de un cuento que todavía tiene mucho para enseñarnos. ALEXANDER KLEIN *

Todos conocemos La Cenicienta. De una manera u otra, la historia está tallada en nuestra memoria desde pequeños. ¿Pero de dónde viene esa Cenicienta que la mayoría de nosotros recuerda? ¿Y por qué sigue siendo tan relevante en el mundo contemporáneo? Se ha dicho mucho que las mejores historias son aquellas que trascienden el tiempo. Es decir, aquellas que son relevantes siempre, sin importar en qué época se cuentan. Esto es cierto. Y la prueba, todavía viva, es nuestra querida Cenicienta. Cuando nuestros padres trataban de dormirnos —a veces sin éxito—, leyéndonos cuentos de hadas, quizá no se daban cuenta de que al hacerlo estaban continuando una tradición iniciada hace muchos siglos. Esa tradición es la del cuento

con moraleja, del cuento que refleja el idealismo al que aspira el ser humano. Esto al principio no es muy aparente para un niño. Incluso de adultos, a veces sólo recordamos La Cenicienta gracias a la calabaza y el hada, elementos mágicos que fueron añadidos por Charles Perrault en su propia adaptación del cuento en el siglo XVII. La historia original de Cenicienta —si es que se puede hablar de tal— se remonta por lo menos hasta el siglo I antes de Cristo, en una versión griega conocida con el nombre de Rodopis. Pero cientos de versiones y variaciones existen alrededor del mundo en las más diversas y distantes épocas. Entonces, ¿qué nos dice toda esta disertación histórica? Es simple: La Cenicienta en realidad no se trata de magia. Su esencia son la humildad y la bondad como vehículos para encontrar la felicidad y emancipar a la humanidad. Así lo comprendieron el compositor Gioachino Rossini y el libretista Jacopo Ferretti cuando deci-

dieron trabajar en su propia versión operática del cuento a principios del siglo XIX. Sin necesidad de hadas o calabazas, la ópera nos presenta lo que podría describirse como la versión “realista” de La Cenicienta. La única magia, quizás, yace en la música y en el disfraz, los dos recursos más importantes que utiliza la ópera para contar esta historia inmortal. Es entonces apropiado que este sea uno de los eventos más importantes del presente Festival. Con un reparto de ensueño, la unión entre música y fábula llegará a una apoteosis hoy en el teatro Adolfo Mejía. El esmero en la preparación de la obra ha sido impecable y los ensayos han sido llevados a cabo en un ambiente prácticamente hermético. Sólo el pasado miércoles se autorizó la entrada a la prensa a lo que fue un ensayo general. Pero para los asistentes, el ensayo fue más bien un concierto con todas las de la ley: el vestuario y la escenografía estuvieron presentes, y la obra fue interpretada en su totalidad. La ac-

/ Fotos: Joaquín Sarmiento - El Pentagrama

ción en escena sólo se detuvo una o dos veces máximo y, al terminar, los artistas hicieron la venia como si la escasa audiencia representara un teatro colmado. Los que estuvimos presentes pudimos confirmar la majestuosidad del montaje semiescénico y la calidad atemporal de un cuento donde triunfan la bondad y la humildad. El entorno no podría ser más apropiado, pues el teatro es humildemente hermoso. Jacopo Spirei, el director escénico, no dudó en comentar que el Adolfo Mejía es “uno de los teatros más bellos”en los que ha trabajado. Y es que la belleza del teatro no radica en su pomposidad, como es el caso de otros famosos escenarios del mundo. Su belleza radica, aparte de su magistral trabajo arquitectónico, en su entorno íntimo. Es el lugar perfecto para apreciar una historia que nunca cansa y nunca cesa de enseñarnos los principios a los que debemos aspirar. Hoy, por lo menos, los necesitamos más que nunca. * Compositor y musicólogo.

ANDRÉS MONSALVE B. *

En el costado izquierdo Por los poemas de Juan Gelman se pasean leones en bares parisinos que mienten aventuras en Rodesia del Sur y hombres que contestan, nostálgicos, con historias de Gardel en esos mismos bares. Pero más allá de esa línea cargada de imágenes extravagantes en medio de una poética de lo cotidiano, abundan en la obra del Premio Cervantes argentino las referencias al amor sensual, es decir, aquel que ofrece rendición a los sentidos. Dada la lamentable ausencia de Gelman en el Cartagena VIII Festival Internacional de Música por cuenta de temas de salud, el poeta antioqueño Juan Manuel Roca se puso en el papel de intérprete de esas líneas encendidas, encomendado directamente por Gelman para presidir el espectáculo Del amor, al lado del trío de Rodolfo Mederos en bandoneón. De manera continua, como si los 15 o más poemas de amor ofrecidos el pasado 8 de enero en el Centro de Convenciones de Cartagena fueran uno solo, Roca se calzó con autoridad las vestiduras del ya canónico Gelman en la lectura de clásicos del argentino, como su serie Comentario, Ausencia de amor, Gotán y el divertido Mujeres. Cada línea fue asumida en el estilo natural de un recitante que sabe del oficio a fuerza de declamar lo propio, sin artificio ni imposturas. De la misma manera, Mederos y su trío (Sergio Rivas en contrabajo, Armando de la Vega en guitarra) ofrecieron un extraordinario y cálido score, soporte discreto en la lectura de los poemas, pero sobresaliendo con vuelo propio en las versiones solistas de El choclo, Romance de barrio, Sur, Milonga de mis amores y otros temas de estirpe tanguera. Sobra redundar en el éxito que constituyó la primera experiencia del Festival en el escenario del Centro de Convenciones, casi lleno en su aforo de más de mil personas. No mentimos al asegurar que el eco de Del amor se mantendrá por los aires un buen rato. Y uno no atina sino a parafrasear al propio Gelman al decir que este concierto queda instalado en el costado izquierdo. * Jefe musical de Señal Radio Colombia.


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