Frente N. 47

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FRENTE del 29 de marzo al 11 de abril de 2012 | contraloría | 5

FANGO

por Laureana Toledo

CASI CASI

por Alan Page

PARTE DOS. PAN El irse a estudiar NUESTRO DE CADA DÍA En un mundo ideal, tener la opción de votar por una mujer, sería maravilloso: una mujer tendría que tener la misma capacidad de llevar un país, y sobre todo, tener el mismo beneficio de la duda que un hombre. Tendríamos que permitir que una mujer propusiera, gobernara y cometiera errores, al igual que los hombres. Pero nunca va a suceder en este país. El problema es que quien postula a una mujer como su candidata, es el partido más conservador y el que está más cercano a los dogmas cristianos, los que menos toman en cuenta a las mujeres, niños, pobres y demás criaturas desamparadas del señor. En días recientes, un diputado de las juventudes panistas fue captado en la cámara criticando al gobierno de la ciudad de México por permitir el aborto y el matrimonio entre “jotos”. El hecho de que este joven externe su opinión no es grave, pero sí lo es que se siga juzgando a una persona que prefiere defender su sexualidad y luchar por el derecho de tener un reconocimiento oficial a su elección —a diferencia de muchos de los miembros del clero, quienes en lo “oscurito” abusan sexualmente de miles de niños y son absueltos y hasta canonizados. Lo grave es que se continúe estigmatizando la homosexualidad y que se siga condenando a los gobiernos que apoyan dichas mociones de individualización. La ideología del Parti-

do Acción Nacional está totalmente a la vista y es transparente; basta ver la visita del Papa: se sigue teniendo el mismo fervor católico, los mismos valores morales y la misma rigidez que cuando los cristeros. Si por otro lado nos olvidamos de qué es el PAN y vemos a su candidata por separado, la sorpresa es aún mayor. En su página no tiene pudor para aceptar una gran admiración por Margaret Thatcher, la primera ministra inglesa que representa valores conservadores, impositivos y autoritarios. Alaba el crecimiento económico que tuvo Argentina durante la dictadura militar, lo cual es casi como admirar lo mismo de la Alemania fascista. Por supuesto que la economía mejora en situaciones de dictadura: la mano de obra es barata y las estructuras “democráticas” son desmanteladas, por lo cual hay menos necesidad de pagar una red medianamente funcional y plural. Esto es lo que nos ofrece el PAN: otros seis años de autoritarismo desenfrenado, regresión moral y cultura moralista o nada. Quien quiera gobernar a este país tiene que tener en cuenta que está compuesto por individuos que tienen necesidades y preferencias distintas. Poner a una candidata mujer es sólo una ilusión de apertura. El asunto de los roles está totalmente definido y una presidenta mujer con el PAN detrás, no haría ninguna diferencia.

arriba/abajo

Desde que tengo memoria, soñaba con hacer un posgrado en Nueva York. El irse a estudiar es una fantasía común entre la clase media mexicana (no se diga la alta). Uno estudia, solicita, lo aceptan, celebra, se va, y… ¿regresa?, ¿triunfa? (Los sueños tienden a tener sus terceros actos desdibujados.) Escribo esto porque veo que este sueño sigue vigente entre mis alumnos, mis amistades y familiares: el tercer acto es un absoluto desastre. La academia norteamericana atraviesa una crisis de proporciones mayores y, al parecer, México ni se ha enterado. La crisis, resumida, funciona algo así: universidades privadas luchan por contratar a profesores de renombre. Les ofrecen lo que pueden: una plaza definitiva, sus propios institutos, control sobre el rumbo del departamento. Pero aquí el truco: estos profesores dan su nombre, pero casi no dan clases. Las clases las imparten un ejército de estudiantes de doctorado y de profesores de asignatura. He aquí el colapso. La cantidad de estudiantes de maestría y doctorado es enorme. Varios de los doctorantes llegan becados, pero las becas duran a lo mucho cinco años, cuando el tiempo promedio que tarda terminar un doctorado en Humanidades es de 8-9 años. Y en cuanto a las maestrías, la mayoría ya no son más que diplomados carísimos.

No hay trabajo. No hay plazas estables con sueldos dignos, cobertura médica, etc. Lo que hay es un mar de plazas de asignatura: pésimamente pagadas (a veces hasta de 3000 dólares el semestre), sin cobertura médica, ni nada. Candidatos doctorales que entraron a sus 25-26, salen a un mercado de trabajo imposible a sus 34 años, varios ya con gastos serios: hijos, casas o doctores. Y quienes hicieron sólo una maestría, o a quienes se les terminó la beca, salen con una deuda que muchas veces excede los 40-50,000 dólares. Esto es en el plano económico; pero en el intelectual, la cosa está peor. Los estudios se someten abiertamente al mercado. No importa cuál sea el tema de investigación del candidato, se le dice que “eso no le interesa a la profesión ahora”. Y, sorprendentemente, lo que sí le “interesa a la profesión”, tiende a ser algún tema que trabajen los profesores con más poder en el departamento. (Ni escribirle capítulos a los profesores garantiza una plaza). Pero en México, al parecer, un posgrado gringo todavía significa “estatus”. Aunque esto implique endeudarse. Aunque representen 10 años de vida. Y mientras tanto, nuestros posgrados carecen de -–financiamiento adecuado y están mal atendidos. En algún momento, nos daremos cuenta, espero, de que será más fácil mejorar el posgrado propio que padecer el ajeno.

por Toni François

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