Frente 163

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Por Rulo



del 16 al 30 de julio de 2015 | índice | frente | 3

#163

Índice

Foto de portada y portada alterna tony solís

7 AGENDA

Música, Cine, Arte y Escena

12 CONTRALORÍA

Tras por Abraham Cruzvillegas Obra negra por Julio Trujillo Hoja de observación por Verónica Gerber Bicecci Postales del subsuelo por Luigi Amara Monorama por BEF

14 CRÓNICA

El rayo punk azota de nuevo por José Manuel Velasco

17 VERSUS

Pablo Meyer por Gabriela Jauregui

20 EN PORTADA Jessy Bulbo: por Rulo

28 MÚSICA

Los Ángeles Negros: 47 años de historia en siete capítulos por Humberto Morales Cruz Pellejos: gente poseída por el rock por Cristina Pérez El sonido anterior por Emilio Rivaud Nuevos discos, nuevas drogas por Carlos Velázquez Arriba/Abajo por Toni François +Reseñas discos, Roma Records y La vara

34 CINE

Verano del 2015: ¿qué ver? por Roberto Garza Matías Piñeiro y la comedia shakesperiana por Verónica Ortiz Cisneros + Estrenos

38 ARTE

La foto no es la realidad ni mucho menos: un diálogo interdisciplinario con Daniela Bojórquez Vértiz por Herson Barona De promesas, derrumbes y fantasmas: T de Tlatelolco por Melissa Mota Triada Pérez Córdova, Ávila y Manzoni por Luisa Reyes Retana

42 DISEÑO

La arquitectura mnemotécnica de Baumgartner por Cris Winters Perfil Ocelote por Cris Winters

46 LETRAS

Quién ser (y cómo) por Emilio Rivaud El filo de la palabra por Elvira Liceaga Novedades editoriales por Fernando Hernández Urias

50 ESCENA

Travesías a la deriva por Enrique Saavedra Comunidad, memoria y futuro por Mayté Valencia Mutis por Mayté Valencia

54 COMIDA

Diez platos DF por Alonso Ruvalcaba Guarniciones Pesca del día El rincón de Burgerman por Burgerman

58 debutantes

Flora María, Joyas de la Tierra Los Pinches Tacos Junk in the Trunk

60 DETRÁS

Charlyfornication por Carlos Velázquez Mi veldá por WARpig Acné por Gibrán Michel

62 gráfica

Colección de olvidos por Chavo

64 maldad ilustrada

Inside Out 3 por Eduardo Salles


4 | frente | índice | del 16 al 30 de julio de 2015

Editorial por felipe soto viterbo Dirección general Gustavo Guzmán

Dirección editorial Raúl David Vázquez | ruleiro@frente.com.mx

editor GENERAL Felipe Soto Viterbo| fsoto@frente.com.mx

editora PRINT Lorena Villa Parkman | lorena@frente.com.mx

EDITORA web Abril Mulato | amulato@frente.com.mx

Editores Agenda Mariana Coppel | mcoppel@frente.com.mx agenda@frente.com.mx

Música Cristina Pérez | cperez@frente.com.mx Humberto Morales | hmorales@frente.com.mx

Cine Roberto Garza | roberto@frente.com.mx

Brilla, loca diamante

#163

D

efinición visual de actitud: las imágenes de Jessy Bulbo que arroja una búsqueda simple en Google. La pesquisa traerá varios ejemplos de ella tocando el bajo, cantando, enseñando las chichis a la banda, con la mirada diabólica, con raros cortes de cabello, con las Ultrasónicas, sola, acompañada, mostrando los calzones por debajo de la falda, como una niña traviesa. En cierta forma es lo que toda menor de edad quisiera ser, pese a que ella sea “una solterona de cuarenta años” (las palabras son de Jessy). Rulo la entrevistó y volvió a la redacción como convertido a un nuevo culto subterráneo. No es que antes de la conversación él no creyera en ella, es que después de oír su nuevo disco Changuemonium y de aventarse algunas horas de entrevista grabada, él no podía explicarse cómo es que Jessy no es más famosa o más exitosa. ¿Por qué ella siempre ha mostrado un bajo perfil?, ¿por qué no brilla lo que debería brillar, cuando es una fuerza de la naturaleza? No nos malinterpreten. Nadie, ni ella misma, podría decir que se trata de una gran bajista, o que es la poseedora de una voz única. Hace lo que puede, digamos, lo cual es absolutamente punk. Pero no hay muchas mexicanas como ella que, sin un plan previo, incluso a su pesar, sin saber tocar los instrumentos y sin plantearse cantar en serio, ha vivido el rock and roll como marcan los cánones. No se trata de música. Se trata de ella. Toda su furia y todo su amor ha sabido (quién sabe cómo) canalizarlos, hacerlos estallar. Resulta que en la escena rockera nacional tenemos a una heroína y casi nadie se ha dado cuenta. Vamos, ni ella misma, por fortuna. Hablando de punk, no dejen de echarle un ojo a la crónica de Pepe Velasco desde el centro del mosh pit en una tocada salvaje de San Juan del Río. Tocaron ahí Charged GBH junto con Fértil Miseria, Convulciones (sic), Antisociales, entre otros. Ése, según esto, es punk del de a deveras. Pero lo de Jessy Bulbo es otra cosa, más accidental; hubiera sido punk incluso si nadie hubiera inventado el género.

Comida Alonso Ruvalcaba | aruvalcaba@frente.com.mx

Arte Gabriela Jauregui

Letras Diego Rabasa | diego@frente.com.mx

ESCENA

En este número

Mayté Valencia Salinas| mayte@frente.com.mx

DIRECción DE ARTE Astrid Stoopen | astrid@frente.com.mx

diseño editorial Claudia Cedeño | claudia@frente.com.mx

COORDINACIÓN de fotografía

Chavo

Nació en la Ciudad de México a finales de 1982, desde entonces busca incansablemente los secretos de esta latitud, las historias perdidas de esta ciudad con la que tiene una relación de amor y odio. Durante 13 años tocó la guitarra junto a AUSTIN TV, ahora es productor, maestro de música para niños en School of Rock y dueño de la distribuidora digital Industrias WIO. | @charavo

Victoria Garza Levy | vicky@frente.com.mx

corrección Paula Bouchot

relaciones públicas Benjamín Ocaranza | benjamin@frente.com.mx

Distribución Arturo Hiriart | ah@golive.mx GO LIVE | Presidente Masaryk 169, Col. Chapultepec Morales, Mexico, DF. CP. 11570.

Emilio Rivaud

Nació en la Ciudad de México. Ha trabajado en revistas como OM, Celeste y Nylon México, y actualmente es editor multimedia de Letras Libres. También ha oído obsesivamente algunos discos y leído algunos libros y artículos, que lo han llevado a la convicción de que llegar a escribir sobre música es tan difícil como gratificante.

oficina frente Yoali Maya Guzmán | yoali@frente.com.mx

Colaboradores Abraham Cruzvillegas, Julio Trujillo, Verónica Gerber Bicecci, Luigi Amara, BEF, José Manuel Velasco, Cucho Jiménez, Humberto Morales Cruz, Cristina Pérez, Emilio Rivaud, Toni François, Verónica Ortiz Cisneros, Herson Barona, Melissa Mota, Luisa Reyes Retana, Cris Winters, Elvira Liceaga, Fernando Hernández Urias, Enrique Saavedra, Burgerman, Mariana Coppel, Jesús García, Carlos Velázquez, WARpig, Gibrán Michel, Chavo, Eduardo Salles

CONSEJO ADMINISTRATIVO Gustavo Guzmán, Alejandro Romero, Rodrigo González, Miguel Heredia, Jorge Obregón, José Jorge David Vázquez, Raúl David Vázquez, Luis Enrique Wah y Rodrigo Velázquez.

Herson Barona

Es escritor, traductor y zurdo. Ha sido becario del FOCAEM y de la Fundación para las Letras Mexicanas. Actualmente, es el editor de la revista Tierra Adentro. @viajerovertical

LA ciudad DE FRENTE. Periódico de distribución gratuita; de publicación catorcenal. Publicado por La Ciudad de Frente a sus Contenidos, S.A. de C.V. Editor responsable: Felipe de Jesús Soto Viterbo. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor 04-2015-011512301400-101. Certificado de Licitud de Título y Contenido: 16454. Domicilio de la publicación: Av. Presidente Masarik No. 169 planta alta, col. Chapultepec Morales. Del. Miguel Hidalgo. México, D.F., C.P. 11570. T 5914 0335. Impreso por: SPI Servicios Profesionales del Impresión. Mimosas 31, col. Santa María Insurgentes. Del. Cuauhtémoc. C.P. 06430. T. 51170100. Los artículos de los autores colaboradores de esta publicación reflejan únicamente la opinión de los mismos y no necesariamente coinciden con la de este editor. D.R. ©La Ciudad de Frente a sus Contenidos, S.A. de C.V., México, 2015. www.frente.com.mx Se prohíbe la reproducción parcial o total de las obras y demás contenidos de esta publicación sin previa autorización por escrito del editor.



6 | frente | AGENDA | del 16 al 29 de julio de 2015

A

Debemos convertirnos en idealistas o morir MUSEO JUMEX Miguel de Cervantes Saavedra 303, Ampliación Granada Hasta el 25 de octubre

agenda

Debemos convertirnos en idealistas o morir

Por Mayté Valencia

Tras el sinsabor que dejó la cancelación de la muestra del austriaco Hermann Nitsch, el Museo Jumex busca sobreponerse con una exhibición prometedora: Debemos convertirnos en idealistas o morir, primera retrospectiva en el país del artista y activista alemán Gustav Metzger.

La

idea del arte del alemán Gustav Metzger está estrechamente vinculada con la política y el pensamiento social. Metzger es conocido por sus protestas en el ámbito público y artístico, así como por sus críticas hacia las relaciones de poder; el vertiginoso progreso tecnológico; el capitalismo; el deterioro ambiental y la amenaza que, según él, representan los flujos masivos de información. Sobre esto último, por ejemplo, puede pensarse en La exposición de arte sin arte (2005), una muestra que realizó como jurado en el East International de Reino Unido —uno de los eventos anuales más grandes de arte contemporáneo—, donde transformó la galería

en un complejo centro de comunicaciones que transmitía, recibía y mezclaba el trabajo de 20 artistas a través de distintos medios electrónicos (radio, internet, medios impresos, cine y plataformas móviles). La idea se fundamentaba como una crítica a la sobreinformación actual y a las nuevas dinámicas de la producción artística que se relacionan con la tecnología. Para Metzger, la práctica artística es una invitación para reflexionar y discutir sobre temas públicos como la desigualdad, las armas nucleares, la ingeniería genética y la extinción ambiental; y sus obras reflejan este pensamiento. Otro ejemplo es la instalación Agitando los árboles, donde dispuso 15 sauces en un bloque de cemento, en una clara preocupación sobre las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático. El próximo 18 de junio se inaugura en el Museo Jumex Debemos convertirnos en idealistas o morir, bajo la curaduría de Daniela Pérez. La muestra teje su hilo temático a partir de tres piezas clave dentro de la producción artística

de Metzger, que abarca más de 50 años: los manifiestos que desarrolló de 1959 a 1969 —donde lanzó el movimiento del arte autodestructivo y arte autocreativo, por los que es más reconocido—; el “Simposio sobre destrucción en el arte” —que reunió a un grupo heterogéneo de artistas, poetas y científicos de la contracultura londinense en torno al tema de la destrucción— y su llamado público “Tres años sin arte, 1977-1980”, conocido como sus “huelgas de arte”, donde invitó a usar la práctica artística como una herramienta para detonar cambios directos en la sociedad, y donde, asimismo, impulsó la realización de acciones que transformaran el funcionamiento interno del mundo del arte: sus modos de producción, distribución y consumo. Escritos, obras sobre papel, videos, fotografías y proyectos para esculturas e instalaciones tridimensionales son algunos de los objetos que conforman la exposición. Como parte de la muestra, el público podrá colaborar en la instalación “Medios masivos. Hoy y ayer (2011/2015)” al donar periódicos y al recortar artículos que estén relacionados con la extinción y el deterioro ambiental, así como “Spent Batteries (1999/2015)”, un contenedor donde las personas podrán deshacerse de baterías viejas. El 3 de octubre se realizará también un simposio sobre la extinción. Debemos convertirnos en idealistas o morir incluye obras del Shom Archive, de Alemania; del Tate, de Londres; el Musée d’Art Contemporain, de Francia, y de la colección privada del artista.


del 16 al 29 de julio de 2015 | AGENDA | frente | 7

Lo mejor de la quincena del 16 al 29 de julio

1 | Primera Bienal de Paisaje

2 | Alonzo King Lines Ballet

3 | Ciclo de Cine Alemán: Improvisación | Halbe Treppe

4 | Simulacro de idilio

Mándanos tu evento. agenda@frente.com.mx

1 | ARTE

2 | ESCENA

3 | CINE

4 | ESCENA

PRIMERA BIENAL DE PAISAJE ¿Qué significa hoy el paisaje?, ¿cuál es la mirada que lanzan las nuevas generaciones a las cartografías de nuestro territorio? Mediante diversas técnicas y aproximaciones, esta exposición revira las concepciones clásicas que se tienen sobre el género y despliega un mosaico de visiones que combinan, multiplican y generan diferentes representaciones y discursos alrededor del paisaje. La exhibición incluye el trabajo de artistas provenientes de distintos estados de la República y otros de la ciudad, entre ellos, Pablo López Luz, Hernaín Bravo, Tania Ximena Ruiz, Fritzia Irizar y Alex Dorfsman. Museo de Arte Carrillo Gil Revolución 1608, San Ángel $21

ALONZO KING LINES BALLET Por primera vez en México se presentará la compañía del bailarín y coreógrafo estadounidense Alonzo King, quien, al combinar la tradición y la vanguardia, le brinda al ballet clásico un nuevo potencial expresivo. Sobre Concierto para dos violines el coreógrafo expresó: “Es una pieza muy musical; en su discurso representa a la humanidad en su mejor etapa, es decir, en un balance perfecto entre la lógica y los sentimientos y emociones para acercarse a Dios”. Quinteto de los hombres y Terreno de escritura son las otras dos piezas que dejaran ver su particular estilo. Palacio de Bellas Artes Av. Juárez, Centro Histórico Sábado 25 de julio 19 horas | $155-$620

CICLO DE CINE ALEMÁN: IMPROVISACIÓN En años recientes, la improvisación se ha convertido en una metodología cada vez más popular entre los jóvenes cineastas alemanes. Desde los años sesenta, creativos como el provocador Klaus Lemke o Andreas Dresen ya trabajaban con esta técnica. Su estilo descarado es un claro opuesto de la Escuela de Berlín de los años noventa. En colaboración con el Goethe Institut, La Casa del Cine presenta un ciclo con películas realizadas a partir de este método, como Halbe Treppe, Whisky con Vodka o Capitán Óscar. La Casa del Cine República de Uruguay 52, Centro Histórico Martes y jueves, 18 horas Hasta el 28 de julio $30

SIMULACRO DE IDILIO Escrita y dirigida por David Gaitán, esta comedia cuestiona los valores y parámetros morales sobre los que se rige una sociedad. Ambientada dentro del sistema educativo mexicano, la obra refleja un síntoma que parece indisociable del poder político y los ciudadanos: la corrupción. La anécdota es la siguiente: Palacios, un hombre y profesor intachable, busca obtener una nueva plaza en el colegio. En un mundo lleno de amiguismos, infidelidades y engaños legales, su rectitud, quizá, sólo sea un obstáculo para conseguir lo que quiere. ¿Todos somos corruptibles? Teatro Helénico Revolución 1500, Guadalupe Inn Miércoles, 20:30 horas | $150


8 | frente | AGENDA | del 16 al 29 de julio de 2015

Agenda. Lo mejor de la semana del 16 al 22 de julio Jueves 16

Viernes 17

Sábado 18

Domingo 19

MÚSICA PROTOPEOPLE Un dúo mexicano, que se describe como intenso y lleno de pasión, crea un electro prendido y sazonado con sabores y colores obscuros. Su lema es tocar en vivo como si no hubiera mañana.

MÚSICA CALACAS JAZZ BAND Música con aromas a la década de los veinte. Estarán tocando temas de su primer disco Gracias por cooperar, además de otros de Bien bonito y adelantos de un nuevo álbum que aún se está cocinando en el estudio.

ESCENA FARRUQUITO, IMPROVISAO Con esta propuesta escénica, Farruquito se propone retomar la esencia de un flamenco íntimo, auténtico y visceral en el que los artistas se despojan de todos los trucos escénicos para dejarse llevar por la libertad que da la improvisación.

ESCENA LIMÍTROFE Monólogo a varias voces que aborda desde cinco perfiles psicológicos, y con humor ácido, la condición limítrofe o borderline. Es una comedia atípica que expone ejemplos radicales de la condición humana.

FORO DEL TEJEDOR Av. Álvaro Obregón 86, Roma Norte 20:30 horas | $200

LUNARIO Av. Paseo de la Reforma 50, Bosque de Chapultepec 21 horas | $550-$1000

FORO DEL TEJEDOR Av. Álvaro Obregón 86, Roma Norte 18 horas | $200

MÚSICA BANDA DE TURISTAS El grupo argentino surge como la fusión de dos bandas: una instrumental con sonido espacial y la otra enfocada en el rock y pop en español. El resultado es un sonido con reminiscencias de muchas épocas y estilos: rock, pop, psicodelia, electrónica.

MÚSICA PIXEL El sonido de Pixel se puede definir como rock alternativo con ciertos toques electrónicos.

MÚSICA MOTIONLESS IN WHITE La banda de metalcore y metal industrial procedente de Scranton, Pennsylvania, presenta su más reciente álbum Reincarnate en el Plaza. Creada en el 2005, fue definida por la revista Revolver como “el futuro del metal”. Su presentación promete agitar cabelleras y cuerpos.

FILM CLUB CAFÉ Blv. Manuel Ávila Camacho 1695, Fracc. La Florida 21 horas | $100

MÚSICA WOLFY Wolfy es el proyecto de Eddie González. El nombre lo adquirió después de un ritual huichol en el que encontró su animal de poder. Según su propia descripción suena a “electropunk, teclados nu wavers, guitarras punkeras... algo en inglés, mostly in spanish, beats electrosos con sonido distorsionado”. EL IMPERIAL Álvaro Obregón 293, Roma 22 horas | $80

ESCENA CÓMPRAME: CRÓNICAS DE LA ESCLAVITUD SEXUAL Varias historias exponen los mecanismos por los cuales las mujeres y niñas son víctimas de la esclavitud con fines de explotación sexual. Teatro Xola Julio Prieto Av. Xola 809, Del Valle 20:30 horas | $180

EL IMPERIAL Álvaro Obregón 293, Roma 22 horas | $150

FILM CLUB CAFÉ Blv. Manuel Ávila Camacho 1695, Fracc. La Florida 21 horas | $100

EL PLAZA CONDESA Juan Escutia 4, Condesa 20 horas | $550-$600

MÚSICA LIRAN’ROLL La banda de rock urbano, cuyas influencias pueden encontrarse en la música de The Animals, Cannet Heat, Muddie Waters y B. B. King, celebra 20 años de carrera en los que hará un repaso por sus temas más exitosos.

MÚSICA FESTPROGJAZZ Evento donde convergen dos géneros musicales: el jazz y el rock progresivo. Tocan Glass Mind (metal progresivo), Hector Hellion (rock electrónico, funk psicodélico), T’ORUS (jazz, rock y hip hop), Takto Sperta (latin, jazz y progresivo) y Ninja Quartet.

PASAGÜERO Motolinía 33, Centro 21 horas | $277

TEATRO FAUSTO VEGA Alfonso Toro, Escuadrón 201 A partir de las 11 horas | Entrada libre

ESCENA ELISA Y AMIGOS Elisa Carrillo, primera figura del Staatsballett Berlin, ofrecerá un programa coreográfico al lado de 11 primeros bailarines del Ballet Bolshoi, el Royal Ballet of London, el Het National Ballet de Holanda, el Miami City Ballet, el Staatsballett Berlin y el Zürich Ballett. TEATRO DE LAS ARTES Río Churubusco, Country Club 18 horas | $400


del 16 al 29 de julio de 2015 | AGENDA | frente | 9

Lunes 20

Martes 21

Miércoles 22 Fiesta de lanzamiento #CracketsEnCalor

ESCENA RESIGNACIÓN El sufrimiento por la ausencia de un ser querido no es para siempre. Tarde o temprano llega la resignación. Segunda entrega de la pentalogía teatral de Sin Sonrisa Teatro sobre el duelo. Teatro Helénico Revolución 1500, Guadalupe Inn 20:30 horas | $150

ESCENA NATURALEZA MUERTA Y MARLON BRANDO Eugenia llega a México para ver de sorpresa a su novio Víctor, pero se encuentra con que tiene otra pareja llamada Daniel. Todos cambiarán sus vidas sin habérselo propuesto. Un triángulo fatal donde caricia significa muerte. Dirige: Ignacio Escárcega. Elenco: Alejandra Urdiain, Hugo Catalán, Humberto Leyva.

CINE CINE JAZZ TRÍO ÁTOPOS El trío musicalizará Metrópolis, un clásico de ciencia ficción dirigido por Fritz Lang. El filme cuenta la historia de un mundo dividido en el que los obreros mantienen desde catacumbas una sociedad que desconocen, esclavizados por una élite intelectual que vive en la superficie.

FORO SHAKESPEARE Zamora 7, colonia Condesa 20:30 horas | $300

FORO DEL TEJEDOR Av. Álvaro Obregón 86, Roma Norte 20:30 horas | $100

Este verano, Crackets® se apropia de la ciudad para convertirla en una pista de juegos y formar parte de la cultura urbana del DF con #CracketsEnCalor. Se trata de aprovechar las posibilidades que la ciudad ofrece: su música, el street art, las cascaritas y los retos que vengan. Presentaremos el trabajo de algunos de los principales talentos emergentes de México, los cuales serán los embajadores de Crackets® en este movimiento. Tenemos las siguientes actividades:

•••••••••••••••••••••• ACTIVIDADES EN CALOR Música, street art, skate y freestyle soccer. Condesa: 26 de Julio | Parque España 18 de Julio | Parque México Santa María la Ribera: 25 de Julio | Kiosko Morisco

CINE NAVAJAZO (Ricardo Silva, México-Francia, 2014) Un apocalipsis imaginado es presentado a través de retratos de personajes que luchan por sobrevivir en un ambiente donde están solos compartiendo el deseo de seguir viviendo a cualquier costo.

ARTE CARLOS AGUIRRE Exposición que se compone de 150 piezas que van desde cristalizaciones, pintura, animación y cajas de luz hasta instalaciones realizadas durante tres décadas. En las piezas se tocan temas de política, implementación de justicia e historia oficial.

ESCENA UNPLUGGED EN LA OSCURIDAD Una niña. Una prostituta. Un hombre de vidrio. Dos gatos en la azotea. La soledad lo ha invadido todo; sumiendo la casa en la oscuridad mientras la madre espera allá, sentada en la mecedora.

FILM CLUB CAFÉ Blv. Manuel Ávila Camacho 1695, Fracc. La Florida 18 horas | $35

MUSEO DE ARTE MODERNO Av. Paseo de la Reforma s/n, Miguel Hidalgo Martes a domingo, de 10:15 a 17:30 horas | $28

FORO SHAKESPEARE Zamora 7, Condesa 20:30 horas | $200

ESCENA LAIKA Una mezcla de realidad y fantasía en la que se narra la historia de la perra Laika, que fue enviada al espacio por los soviéticos en 1957. Centro Cultural del Bosque Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n 19 horas | $150

CINE ME SIENTO DISCO (Axel Ranisch, Alemania, 2013) La cinta se exhibe en el marco del ciclo de cine alemán que organiza La Casa del Cine durante julio. Narra la historia de un padre que no soporta convivir con su hijo hasta que la madre los abandona y tendrán que aprender a tolerarse. LA CASA DEL CINE República de Uruguay 52, Centro Histórico 18 horas | Entrada libre

ARTE VICENTE ROJO/ESCRITO PINTADO Escrito/Pintado explora la tensión y compenetración de las actividades principales de Rojo, como pintor y diseñador, que podría definirse como una tensión creativa modernista. MUAC Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria Entrada libre

Tlatelolco: 19 de Julio | Plaza de las Tres Culturas Actividades abiertas a todo público.

•••••••••••••••••••••• TURIBUS EN CALOR Durante todo julio, disfruta de la ciudad con #CracketsEnCalor a bordo del turibús. Checa las bases de la dinámica: - En las estaciones de turibús participantes. (Auditorio Nacional, Fuente de la Cibeles, Zócalo, Reforma 222) presenta dos empaques de Crackets®. - El equipo de Crackets® te pedirá que subas una foto a tus redes sociales disfrutando de tus Crackets® en la ciudad usando el #CracketsEnCalor. - P resenta tu foto y disfruta de tu entrada al turibús. -La entrada es personal. - La dinámica es válida sólo los sábados y domingos de julio del 2015, de 9 a 21 horas. - La entrada es válida sólo el día en el que asistes a canjear tus empaques. Para más información visita www.crackets.com.mx | #CracketsEnCalor


10 | frente | AGENDA | del 16 al 29 de julio de 2015

Agenda. Lo mejor de la semana del 23 al 29 de julio Jueves 23

Viernes 24

Sábado 25

Domingo 26

CINE UN VERANO CON MÓNICA (Ingmar Bergman, Suecia, 1953) Harry y Mónica están hartos de sus trabajos y del clima familiar que viven en sus casas. Huyen a una isla donde les será complicado mantener su idilio.

MÚSICA Ximena Sariñana No todo lo puedes dar es el título del álbum que la cantante y multiinstrumentista presentará de manera más Íntima en el Teatro Metropólitan después de haberlo hecho en el pasado Vive Latino.

MÚSICA TRIBUTO A QUEEN Ópera Prima Rock hace un tributo a la banda de Freddie Mercury en el que recorren diferentes etapas de la banda y se interpretan los temas más representativos de su exitosa carrera.

ESCENA VOCES DE UN ASESINO DE CARA LARGA Y SIN SONRISA Exploración sobre la soledad y la incomunicación desde el punto de vista de Buster, un personaje solitario que creció en un ambiente hostil. Se confiesa ante nosotros para mostrarnos que vivir es difícil y que vivir sin nadie lo es aún más.

Teatro Metropólitan Av. Independencia 90, Cuauhtémoc 20:30 horas | $250-$890

TEATRO DEL PARQUE INTERLOMAS Av. Jesús del Monte 41, Hacienda de las Palmas 17 y 20:30 horas | $400-$800

MÚSICA MIKEL ERENTXUN “Una mañana me desperté en la planta de los corazones rotos”, así describe Mikel Erentxun –figura del rock español y la música latina– la creación de su novena producción Corazones, que presentará en la ciudad.

ARTE LEONARDO DA VINCI Y LA IDEA DE LA BELLEZA Las obras de estos dos artistas han salido poco de Italia, así que resulta una muestra histórica para que el público vea las inquietudes por el universo y el cuerpo del hombre que Leonardo y Miguel Ángel muestran en sus obras.

EL PLAZA CONDESA Juan Escutia 4, Condesa 20 horas | $550-$1000

PALACIO DE BELLAS ARTES Av. Juárez y Hidalgo Martes a domingo, de 10 a 17:30 horas | $49

CINE Viento Aparte (Alejandro Gerber Bicecci, México, 2014) Una road movie mexicana que muestra el viaje de dos hermanos adolescentes, Omar y Karina, a través de México. En el camino viven en carne propia lo que te puede hacer este país roto, dividido por la desconfianza y la violencia.

ESCENA LA MUERTE Y LA DONCELLA En algún país de Latinoamérica, Paulina y Gerardo viven en una alejada casa en la costa. Un día de tormenta Gerardo tiene problemas con su coche y es llevado a casa por un extraño. Ella reconoce la voz: es la misma de aquel que fuera su torturador durante la dictadura.

Cine Tonalá Tonalá 261, Roma Sur | 16:30 horas

FORO SHAKESPEARE Zamora 7, colonia Condesa 17:30 y 20 horas | $350

FILM CLUB CAFÉ Blv. Manuel Ávila Camacho 1695, La Florida 18:30 horas | Entrada libre

ESCENA UN PROPÓSITO CLARO Tres marineros, un capitán y un pasajero navegan en un barco que no los lleva a ningún lado. Cada puerto es una posibilidad de salir y liberarse. TEATRO EL GALEÓN Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n Jueves y viernes, 20 horas; sábados, 19 horas; y domingos, 18 horas | $200

ARTE FONOMICROSCOPÍA DEL DF Carole Chargueron (Francia, 1966) propone un “retrato” trazado con detalles sonoros registrados desde una diversidad de sitios de la Ciudad de México. A través de diferentes técnicas, la pieza revela sonidos imperceptibles a la escucha convencional. MUAC Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria Entrada libre

TEATRO LA CAPILLA Madrid 13, Coyoacán 18 horas | $150

ARTE LORENA WOLFFER. EXPUESTAS: REGISTROS PÚBLICOS La artista busca involucrar a la sociedad para visibilizar y denunciar la violencia a la que son sometidas las mujeres. MUSEO DE ARTE MODERNO Paseo de la Reforma y Gandhi s/n, Bosque de Chapultepec De 10 a 17:30 horas | Entrada libre

MÚSICA ORQUESTA BASURA El grupo nació en el 2008. Tocan con botes, cartón, tubos, tinas, palos, ollas y cualquier cosa aparentemente inútil, al menos para hacer una canción. No tienen un género específico, el límite del sonido lo determinan sus cachivaches. CENTRO CULTURAL CASA DE LAS BOMBAS Gregorio Torres Quintero s/n, La Purísima 14 horas | Entrada libre


del 16 al 29 de julio de 2015 | AGENDA | frente | 11

Lunes 27

Martes 28

Miércoles 29

ESCENA Bambis dientes de leche Monólogo de Antón Araiza que recuerda que somos el acopio de lo que hemos vivido. La historia de un hombre que desde niño supo lo que quería ser, y desde entonces persigue sus sueños. Una obra de futbol para los no futbolistas.

ESCENA MI QUERIDO CAPITÁN Un grupo de militares hace todo lo contrario a lo que supuestamente es su “deber”, es decir: extorsiona, secuestra, asesina y desaparece tanto a enemigos como a ciudadanos en una guerra que no tiene ningún sentido.

ARTE INTEMPERIE Exposición de Magali Lara integrada por dibujos, aguafuertes y aguatintas sobre placa de cobre, impresiones digitales sobre tela, libros de artista, textiles y animación digital.

CARRETERA 45 TEATRO Juan Lucas de Lassaga 122, Obrera Lunes y martes, 20:30 horas | $150

FORO SHAKESPEARE Zamora 7, Condesa 21 horas | $250

MUSEO NACIONAL DE LA ESTAMPA Plaza de la Santa Veracruz, Centro Histórico Martes a domingo, de 10 a 18 horas. Domingo entrada libre | $13

ARTE TILL I GET IT RIGHT Muestra que reúne el trabajo de un grupo intergeneracional de artistas —casi todos ellos exponen por primera vez en México— cuya línea temática es una constante obsesión por la necesidad del éxito y los resultados positivos.

ESCENA LOS DESAPARECIDOS Una historia de amor fantástica con personajes melancólicos que aparecen y desaparecen a través de una caja mágica, para enamorarse, humillarse o jugar con el público. Dirige: Luis López.

ESCENA LA TARDE DEL DÍA SEXTO Cuenta la historia de una costurera solterona que aprovecha la siesta para ser ella misma. Es una invitación a reflexionar hasta dónde somos capaces de limitarnos por miedo al qué dirán.

FORO SHAKESPEARE Zamora 7, colonia Condesa 21 horas | $150

FORO DE LAS ARTES Río Churubusco, Country Club 20 horas | $150

CINE FUERA DE SATÁN (Bruno Dumont, Francia, 2011) A las orillas del Canal de la Mancha vive un chico extraño. Una joven se ocupa de él y lo alimenta. Ambos rezan y pasan tiempo en un tranquilo pueblo que pronto será alterado por una serie de eventos en los que, aparentemente, el diablo está involucrado.

CINE LA FINAL (Lilli Thalgott, Alemania, 2014) Johanna y Boris han sido pareja por 14 años. Un día ella decide dejarlo para unirse a una secta. Mientras Alemania entera está frente al televisor pendiente de la final del mundial, se desarrolla otra final muy peculiar entre ellos.

CINE LA GRAN BELLEZA (Paolo Sorrentino, Italia-Francia, 2013) Jep Gambardella, un periodista de 65 años, es protagonista de una vida de fastuosas fiestas en las que participan desde políticos hasta artistas: personajes poderosos e insustanciales que exhiben la decadencia y descomposición en Roma.

FILM CLUB CAFÉ Blv. Manuel Ávila Camacho 1695, La Florida 20:30 horas | $35

LA CASA DEL CINE República de Uruguay 52, Centro Histórico 18 horas | $30

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GALERÍA LABOR Gral. F. Ramírez 5, Daniel Garza Lunes a jueves, de 11 a 18 horas; viernes, de 11 a 16 horas; sábado, de 11 a 15 horas


12 | frente | contraloría | del 16 al 29 de julio de 2015

C contraloría

Abraham Cruzvillegas | Tras El mito de la dislexia 1 Recientemente visité San Pedro Sula, Lima, Guatemala, Panamá, Portobelo, el Coclé, Roatán, intentando seguir el rastro de un ancestro improbable, buscando señales en la franja más delgada del continente americano, olisqueando de manera empirista —sin método, sin técnica, sin teoría, sin argumentos y casi sin ideas— toda huella posible de mi absurda genealogía, intentando comprender los porqués contradictorios de mi cabeza dolicocéfala (aunque hay quien le ha llamado cinocéfala), de mi color verde y rosa, prieto cenizo, de mi nariz aquilina y chata, de mi forma de caminar, de agarrar el vaso, de beber, de mi manera de hablar, de pensar, de ser, de entender cómo llegué a ser yo, por qué y para qué. Evadiendo francamente la rigurosa investigación que proveería de datos duros sobre mi genealogía, a saber en las generaciones más recientes una mezcla ñhanñhu p’urhépecha, y sin descontar lazos peninsulares o europeos, asiáticos, africanos, mediorientales, ni judíos ni árabes, y tal

vez solamente escandinavos o de más para el norte, no por otra cosa que por reducir mi “objeto de estudio” a su mínima expresión, decidí concentrarme en el lado tarasco de mi posible identidad. Claro que en Essaouira, en Gwangju y en Washington me han confundido con local, sin mencionar Valle de Antón ni Ciudad Neza. En la ciudad del Watergate un guardia del metro se dirigió a mí después de saludarme todas las mañanas al salir a mi oficina en el American History Museum en el Mall, para cuestionarme: “Excuse me: are you a Native American?”, y le dije: ‘Yes, from Ajusco, but my mother is from El Chorrito and my father is from Michoacán”. Nomás se despidió diciendo: “OK”. En 1991, por inercia más que por interés profesional, comencé un proyecto que me llevó a Nahuatzen —la tierra de mi padre en la Sierra Madre Occidental— para averiguar de viva voz con mis familiares más cercanos quién se supone que soy; así me hice próximo a mi tío Miguel Avilés, con quien aprendí a cardar lana y a tejer gaba-

nes en un telar de pedales, herencia de su abuelo. Con él tejí un manto de veinticinco metros, usando exclusivamente lana de ovejas negras, que mostré todavía pendiente del telar en un espacio del centro de la ciudad dos años después de iniciado el desarrollo, que todavía no termina, pensándolo como un proceso de aprendizaje. De 1995 a 1997 me dediqué a visitar comunidades de la meseta tarasca, de la mano de mi abuela Helena Villegas, quien fungió como intérprete, mediadora, cómplice, novia, Virgilia, pero principalmente maestra de cómo ser y cómo existir —kashúmbikua: las maneras, los modos— en un entorno difícil de comprender así nomás, y sobre todo sin hablar o entender mínimamente el idioma de los que se supone son mis ancestros. Asumir que no entendí nada, y que sigo sin entenderlo, anidó en mi conciencia un vacío identitario que se multiplicó geométricamente, y que me ha llevado al punto de tener como única certeza que soy un primate.

Me contó su historia, cuya repugnancia era directamente proporcional a su articulada e intrigante manera de narrarla: no era de la ciudad, pero había venido aquí para transformar su vida. En otro estado del país había sido, durante años, un juez “de fase intermedia” encargado de dictar sentencias. Cientos y cientos de sentencias contaban con su firma al calce. La culpabilidad o la inocencia las decidía según el perfil del acusado, la gratitud que éste pudiera tener con él y, en fin, su propia conveniencia. Fue muy querido en el Ministerio Público, pragmático y repartidor de favores. “Nunca hice nada desinteresadamente, sino pensando en mi propio beneficio. Y así con todo”, me confesó. Y en efecto: sus amistades, sus amoríos y cada contacto que establecía con otro ser humano estaban dictados por la ganancia que pudiera sacar de esas relaciones. Era egocéntrico y narcisista, manipulador y absolutamente carente de culpa. “En esa época, yo me adoraba”, me dijo con toda serie-

dad. Me enganché. Le pedí que me explicara qué hacía en la ciudad. Me contó cómo poco a poco, tal vez por un reflejo “demasiado humano”, había comenzado a “ablandarse”, a ser menos brutal e incluso a obsesionarse con el destino de sus sentenciados. Creyó enamorarse, lo cual era ya una “señal de debilidad” y, finalmente, cuando una joven sentenciada a veinte años de cárcel se suicidó, algo se fracturó en él y su “teatro colapsó”. Dejó de ejercer y se mudó. “Ahora asesoro a algunos conocidos, pero sobre todo: pago mi condena de culpable, sentenciado por mí mismo, y desde esta posición puedo juzgarte a ti.” Me paré y me fui, escandalizado. No volví a la fonda, pero llevo días pensando en mi propio narcisismo y egocentrismo, en mis pequeñas manipulaciones y en las zonas grises y libres de culpa en las que me muevo, todo ello identificado (sin haberlo señalado directamente) por la confesión de un extraño.

Julio Trujillo | Obra negra El juez culpable Hace algunas semanas decidí probar un nuevo local para comer cerca de la oficina. Estaba lleno, salvo por un par de lugares en una especie de barra que hay en una esquina. Me senté y pedí un menú. Casi de inmediato se sentó junto a mí un señor elegante, como de cincuenta años, y me empezó a hablar. Me escondí detrás del menú, haciendo evidente mi pretensión de comer en silencio, pero no le importó. Habló y habló, me dijo que él iba diario a esa fonda, que era amigo del dueño, que le había llamado la atención el libro que yo había puesto en la barra, que si había leído más títulos de ese autor (un argelino)… Le respondí, al principio, a regañadientes, pero no sé exactamente por qué (tal vez por su tono cómplice, tal vez porque no abunda la buena conversación), poco a poco, me fui interesando en lo que me decía, al grado de que, cuando me di cuenta, ya tenía que volver a la oficina. “Nos vemos mañana”, me dijo con seguridad. Y al día siguiente volví. Así durante quince días.


del 16 al 29 de julio de 2015 | contraloría | frente | 13

Verónica Gerber Bicecci | Hoja de observación Dimensión colectiva

Luigi Amara | Postales del subsuelo

LOCALIZACIÓN: Bajío No. 167 FECHA: Marzo 14, 2015 HORA LOCAL: 13 horas CONSTELACIÓN: colonia Roma EQUIPO: iPhone 4

Verano interruptus

NOTAS: Un paisaje amplio. El horizonte a mitad de cuadro. Debajo del horizonte una reja que cruza toda la imagen. Delante de la reja un grupo de civiles. Todos tienen un turbante en la cabeza y están agachados. Hay algunos paramilitares vigilándolos. Parte de la tierra que los civiles parecen estar trabajando se ha acumulado en montículos a su alrededor, pero la distancia hace imposible describir qué hacen exactamente. En el pie de foto se lee: “Ciudadanos árabes cosechando en el campo; miembros de la Haganah montan guardia sobre ellos, fotógrafo: Fred Chesnik, IDF y Archivo de la Defensa, 1948.” Aunque no es posible determinar el lugar y la hora exacta en que esta fotografía fue tomada, Ariella Azoulay descubrió —a través de un análisis atento, y echando mano de diversos testimonios— que el epígrafe bucólico con el que se catalogó y archivó esta imagen, impide que lo que está realmente inscrito en ella se haga visible: nadie está cosechando ese campo, los paramilitares de autodefensa judía están obligando a ciudadanos árabes a cavar una fosa para enterrar a sus muertos. La imagen antes descrita, y el ensayo que la acompaña, aparecen en Historia potencial y otros ensayos, de Ariella Azoulay, traducido y editado recientemente por el Taller de Ediciones Económicas, en la colección t–e–eoría que dirige Fabiola Iza. Los textos incluidos en

BEF | Monorama

este volumen intentan, a grandes rasgos, rescatar el evento fotografiado de aquellas imágenes que han sufrido un proceso de iconización El proceso de iconización es aquel que institucionaliza violentamente una lectura de las imágenes, olvidando la colectividad de la que provienen y reduciéndolas únicamente a señalar “quién estuvo ahí”. “La fotografía no documenta un concepto o demarca un evento”, dice Azoullay, “más bien es un documento, producto de un evento común para varios participantes”. La imagen se reduce si olvidamos las negociaciones alrededor de la toma; si olvidamos que los fotografiados tienen derecho a ser vistos; si olvidamos, dice Azoullay, que nadie es espectador y que, en realidad, todos somos partícipes de cualquier situación fotográfica. Las fotografía (o la imagen), en lugar de “representar tres dimensiones” en dos a través de la mirada de uno (el fotógrafo), debe empezar a pensarse y leerse como testimonio de una colectividad multidimensional.

Las vacaciones todavía no arrancan del todo y ya se están acabando. Por un sentido enrevesado de la productividad, cada año el verano dura menos para los niños, si acaso un mes de transición atolondrada antes del regreso a clases. En un país que aborrece el trabajo, pero ha inventado formas fantásticas de fingimiento laboral, que ha hecho de la mímica del empeño un performance descarado, la sep busca recomponer su imagen en declive a través de la jibarización del verano. Qué más da que los maestros falten, que nadie aprenda gran cosa o que las clases adquieran un aire de ventanilla burocrática, lo decisivo es cumplir con la pantomima, sostener la fachada del ajetreo, engordar con paja el calendario escolar. Si el fin del mundo ha de llegar, que sea con los niños bien atornillados a sus pupitres. Alguna vez el verano fue un páramo de sol y lluvia que se extendía de junio a los primeros días de septiembre. Parte de su encanto es que se antojaba interminable, que había que atravesarlo como quien se enfrenta a un desierto interior, con sus oasis repentinos y sus largas hondonadas de aburrimiento. Las mañanas se presentaban como inmensas montañas de arena sin sentido, y entonces había que remontarlas, aprender a levantar campamentos sobre su falta de sustancia, hacerse cargo de esas horas de pronto parapléjicas y conferirles sentido. Con un horizonte de ocio y desobligación que se confundía con un leviatán de vacío, un solo juego podía durar semanas —sus dilatados preparativos eran ya el juego mismo—, e incluso de tarde en tarde no parecía desor-

bitado refugiarse en algún libro. A los veranos de hoy les han cortado las alas —las alas para la dispersión, el vagabundaje y el aburrimiento—; no podrían levantar el vuelo más de lo que cabría esperar de una gallina. La fronda de las horas muertas, con sus ramificaciones exasperantes y su abundancia de espinas (quizá las horas más formativas y estremecedoras, aquellas en que uno puede descubrir su vocación, en las que no queda más remedio que responsabilizarnos del tiempo), han sido podadas con la tijera del discurso de la eficacia hasta convertirlas en setos domesticados y enanos, que no ocultan su función decorativa, su docilidad castrante, su apocamiento. En una nación que ha llevado a alturas metafísicas el concepto insufrible de las horas nalga, no extraña que la escuela sea una preparación para permanecer sentados, una propedéutica para el aplanamiento de traseros. No sólo las vacaciones se encogen, también las clases se alargan y los recreos duran apenas lo que el medio tiempo de un partido de futbol. Muchos padres, desde luego, desearían depositar a sus hijos, los lunes por la mañana para desentenderse de ellos y no volver a verlos sino hasta el domingo, en orfanatos que por supuesto no se llaman así, sino “escuelas de jornada extendida”, “colegios holísticos”, “liceos integrales” o alguna rimbombancia semejante. Y todo porque están muy ocupados perfeccionando una nueva coreografía de la laboriosidad, porque de otro modo no podrían cumplir su cuota sacrosanta de horas nalga.


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C crónica

El rayo punk azota de nuevo

fotografías: josé manuel velasco

texto y fotos Por José Manuel Velasco

En el municipio de Pedro Escobedo, en Querétaro, el pasado 27 de junio se celebró un toquín encabezado por Charged GBH, una legendaria banda inglesa de punk hardcore. He aquí un breve pero prolijo recuento de la noche.

La

José Manuel Velasco (Ciudad de México, 1986) estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad Iberoamericana y actuación en el Centro Universitario de Teatro (cut). Junto a Antonio Tamez, Horacio Lozano y Gerardo Arana, forma parte del Laboratorio Murciélago. Actualmente es reportero gastronómico y multiusos de Frente. En Twitter e Instagram es @gueroterror

primera ocasión que la banda británica punk Charged GBH visitó nuestro país fue el domingo 24 de octubre de 1993. La tocada se celebró en el Deportivo Mina, ubicado en la colonia Guerrero. De acuerdo con la crónica de Álvaro Detor y Pablo C. Hernández (incluida en el libro México punk: 33 años de rebelión juvenil), aquel día llovieron parejo los madrazos. El saldo: treinta automóviles destruidos, un microbús en llamas y varios detenidos. Jóvenes de El Rosario, Ciudad Neza, Ecatepec y San Lorenzo Tezonco acabaron dando el portazo que desencadenó en una batalla campal entre punks y granaderos. Se rumora que ese día hasta le robaron la chamarra de cuero a Collin Abrahall, el vocalista de GBH. En el zafarrancho volaron los cristales de un hotel y hubo quienes tuvieron que refugiarse dentro de la iglesia. Veintidós años más tarde (con nueve discos en su historial y casi tres décadas sobre los escenarios) los pioneros del hardcore punk volvieron a territorio azteca. El sábado 27 de junio, organizado por BAMBAM Records (sello discográfico nacional y autogestivo del under urbano), los GBH

coronaron un cartel nutrido mayoritariamente de bandas nacionales como Demenciales, Bacteria, Antisociales, Xenofobia y Konflicto de Libertad, y de la agrupación colombiana Fértil Miseria. En un principio, la sede tentativa fue el Club de Leones de Querétaro; después el Lienzo Charro de San Juan del Río; finalmente, se armó el toquín dentro de un bodegón industrial frente a la Central Termoeléctrica de El Sauz en el municipio de Pedro Escobedo, a veinte minutos en coche desde la ciudad de Querétaro. Ningún gobierno municipal deseaba otorgar permisos e infectarse de la mácula punk. —¡Se van a poner buenos los madrazos! —me advirtió un compañero que está al tanto de las tocadas hardcore. —¿Por qué en Pedro Escobedo? —Para evitar cualquier pedo con los puercos. Cualquier desmadre estás a mitad de la nada y hay campo pa’ echarse a correr. —¿Y qué probabilidades hay de que se ponga culero? —¡Na! Si no buscas bronca, está relax. Al final de un camino semipavimentado fue apareciendo el Salón El Paso, una carcasa de concreto y lámina vieja ubicada en

El Sauz, cerca del kilómetro 176 de la autopista Querétaro-México. A las cinco de la tarde, el baldío que sirvió de estacionamiento estaba ocupado por media docena de autobuses y algunos automóviles con placas del Estado de México. Unas trescientas personas merodeaban dentro y fuera del lugar. Estoperoles, pantalones escoceses, botas negras, chalecos de mezclilla raída, tirantes, chapas metálicas, cadenas en los bolsillos y coloridas crestas de cabello. Recargados en un Chevy hay tres güeyes comiéndose unas tortas y bebiendo Squirt con Tonayán. Por un instante quiero acercarme a hacer amigos. Aunque visto de negro riguroso y botas de chapa está claro que aquí soy forastero. A través de las ventanas del carro sale disparada una canción aceleradísima que es toda vísceras y pus: ¡¡¡Ñawaya!!!, ¡¡¡Ñawaya!!!, ¡¡¡Ñawaya!!! Sigo de largo, pago mi entrada (250 pesos) e intento mantener el bajo perfil. Apenas ve la Canon en mi mochila, el chavo de seguridad dice: —¡Uh, güero! Nomás no la traigas a la vista porque te la van a chingar. No llevo ni cinco minutos dentro y se me acerca un güey con mohicano verde anticon-


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“A las diez de la noche los punks dan portazo. Un grupo de guardias

visiblemente amedrentados intenta contener al ariete de jóvenes que empuja y azota las puertas. Vuela un casco de caguama y revienta en uno de los muros laterales. ¡Ya se están madreando! ¡Óra’ pinches podridos! ¡Ábranse a la verga bola de maricones”

gelante; al cuello trae una acreditación de periodista. Nos presentamos. Su nombre: Daniel Galindo; edad: 21; profesión: fotógrafo independiente. Chido. Aprovecho para soltarle un mea culpa: “Oye, la neta es que no tengo ni puta idea de las bandas que tocan hoy. Apenas topo a los de GBH y vengo de curioso”. Me mira con ojos de no-has-vivido y aprovecha para dibujarme un panorama de la escena punk mexicana. Lo escucho hablar de los S.H.A.R.P. [Skinheads Against Racial Prejudice], Atóxxico, Eskorbuto, Pisando Mierda, Sudor de Cola, Xenofobia y, por supuesto, de la histórica tocada de GBH en el Deportivo Mina. —¿Qué no te late el punk? —indaga. —Sí, pero me quedé en lo básico: Sex Pistols, Ramones, The Clash. ¿Cómo explicar que aquí me siento tan burgués como Luis XIV? Mi gran rebeldía es asistir pacheco a los conciertos de la ofunam. Intercambio números de teléfono con Daniel y quedamos de estar al tiro. De a poquito la bodega se va llenando: alrededor de las ocho se apretujan más de mil personajes hermanados en las ganas de echar desmadre. El cantante de los Antisociales se desgañita a través del micrófono: “¡¡¡¿Dónde está esa banda obrera del Estado?!!!”. Los espectadores gritan y vociferan mientras levantan sus puños. Alguien me jala de la camisa y empieza a gritarme a dos centímetros de la oreja. —¡Oye! ¡Sácame una foto con mi banda de Ecatepec!, pero que quede chingona güero porque si no te madreamos. —Seguro. Las que ustedes quieran. Le muestro la fotografía en la pantalla y prometo enviársela al correo. —¡Más te vale! ¡Yo soy el Maka güey! No se te olvide: ¡El Maa-kaa! Traigo veinte autobuses de Ecatepec. ¡El Maka güey! Rápidamente saco pluma y papel, y el Maka apunta su dirección de correo. Chido. Me palmea la espalda y chocamos el puño. ¡Abran cancha culeros! ¡Dejen pasar! A las diez de la noche los punks dan portazo. Un grupo de guardias visiblemente amedrentados intenta contener al ariete de jóvenes que empuja y azota las puertas. Vuela un casco de caguama y revienta en uno de los muros laterales. ¡Ya se están madreando! ¡Óra’ pinches podridos! ¡Ábranse a la verga bola de maricones! En sólo unos minutos ingresan cientos de cabrones. Xenofobia trepa al escenario y suenan los riffs de unas guitarras encabronadas. ¡Ya llegaron los GBH! ¡El vocal anda firmando playeras! Rodeo el escenario y me reencuentro con Daniel, el fotógrafo independiente.

—Ahí está el cantante. Vino a darse un toque antes del show —me dice con una pinche sonrisota de ya-se-viene-lo-bueno. Detrás de una malla negra distingo a Collin Abrahall sacándose fotos con la fanaticada. ¡No mames! ¡Oye! ¡BamBam! ¡Dame chance de pasar! Un tipo brinca la valla que demarca el backstage y un fortachón con bigote le sujeta los brazos y lo arrastra hacia fuera. ¡Putos capitalistas! ¡Te voy a dar tus chingadazos! ¡Óra’ cálmense putos! La marea humana me hace chocar con un tipo que aprovecha para colgarse de mi cuello. Dice que toca la armónica y que pertenece a la banda de Los Narices Chuecas de Atizapán. —¡El Chelas carnal! ¡Me dicen el Chelas! —¡A huevo! ¡Yo soy José! ¡Me dicen José! Un alarido hace vibrar el techo de lámina de la bodega. Los GBH liberan su tormenta de distorsión y elevan al cien los decibeles psíquicos de los espectadores. ¡A huevo! ¡Valen verga pinches locos chiricahuas! Al Chelas se lo traga el vórtice punk y la corriente me escupe a un costado de los baños. ¡Ahhhhwww! Una mano me jala de las greñas: “¡No le saques

güero! ¡Vámonos al eslám!”. ¡Tranquilos pandilla! Escucho una botella estrellarse contra el piso. Me zafo del güey decidido a largarme. Calculo tres mil gargantas aullando a la par de I’m a sick boy and there’s no cure! I’m a sick boy, there should be more! But I’m happy the way I am, like a sardine in a can! Un tipo está encima de la torre de estroboscopios; desde las escaleras que flanquean la barra, otro más ondea la bandera anarquista. Esquivo bultos de borrachines y punks de penacho caído que luchan contra el desmayo. El ambiente está cargado de cerveza, mariguana, sudor y mona. Disparo unas últimas fotos y salgo del lugar antes de que terminen los GBH. En el trecho que saca hacia la autopista veo la silueta de un cabrón que avanza zigzagueando: se gira hacia el coche y me hace la parada. —¿Para dónde vas? —Aquí, a la salida de Pedro Escobedo. —Te llevo. Se llama Orlando, estará en sus veintes y es empleado de la fábrica de cuadernos Scribe en San Juan del Río. Trae el rostro raspado y la mano derecha cubierta de vendas; bebe tequila de una botellita de Jimador. —Sabes qué carnalito, me caga… porque se ponen violentos y los punkys del Estado no entienden que… ¡¿Para qué?! hip… hip… La borrachera apenas le permite articular. Decido llevarlo hasta San Juan a cambio de que me cuente sobre los brotes punk en la

provincia. Habla de los chavos del barrio de Santa Matilde y descarga una andanada de insultos contra el puto-sistema-opresor que lo tiene en la jodidez. —¿Trabajar para qué? Toda la puta semana almaceno cuadernos en cajas. ¡¿Para qué?!, ¡¿para qué?!... hip… hip… Lo boto en una esquina de avenida Juárez y salgo a la carretera. Son las dos y media de la madrugada y las palabras de Orlando me martillan la conciencia: ¿Para qué? hip… hip… Al día siguiente, desde Querétaro, le envío un mensaje de WhatsApp a Daniel Galindo, el fotógrafo independiente. ¿Todo bien? Sí, me regresé en un autobús con los Antisociales. Todo tranquilo. Chingón. Pero hubo tres navajeados =( ¡¿Cómo?! Sí, dicen que un cabrón sacó su navaja en el eslám y la Cruz Roja se llevó a tres. Chale. Al margen de los medios de comunicación palpita un movimiento que, a pesar de sus contradicciones, encausa la rabia de un sector social. La provocación explícita del punk consiste en visibilizar la mierda y ponerla bajo nuestras narices: obliga a observar de frente al mojón de porquería. Cada quien decide si le toma cariño, lo arroja contra el vecino o lo utiliza de abono para cultivar un jardín. F



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v versus “Conocer la secuencia de tu genoma no elimina el libre albedrío, es tan sólo la arcilla que ha cruzado miles de generaciones y que nos permite moldear nuestro propio destino individual.”

Pablo Meyer Físico. Biólogo. Escritor.

Pablo Meyer es un verdadero hombre renacentista: además de ser un científico de vanguardia en el laboratorio de biología computacional en ibm y miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, escribe de arte, cine e historia, y ahora con su primer libro Genómica: el acertijo de lo humano (Tusquets, 2015), también de ciencia para las personas que no necesariamente tienen esa formación. Lo hace con el entusiasmo del amante, la precisión del conocedor, la clavadez del practicante, el vínculo del narrador. Se mueve con facilidad entre el mundo de las ciencias duras y las artes, y es de esos científicos que cualquiera quisiera tener como maestro en la prepa, para jamás reprobar matemáticas, física, o biología. Entrevista: Gabriela Jauregui | fotografía: CUCHO JIMÉNEZ


18 | frente | Versus | del 16 al 29 de julio de 2015


del 16 al 29 de julio de 2015 | Versus | frente | 19 ¿Cómo defines lo humano?

Escribir me obligó sin querer a buscar una respuesta a tu pregunta. Fui del bípedo con dos brazos al ser que concibe y comunica. Para mí si pasas el test de Turing, eres humano. La definición más sencilla es la biológica, un ser con 23 pares de cromosomas que definen su genoma. Mi problema con esta definición es que es muy reduccionista, y aunque define la especie humana, no así “lo humano”. El que un humano sea un bípedo puede estar codificado en la secuencia de su genoma, pero un humano es más que su genoma. Los neurocientíficos reduccionistas dirían que lo humano empieza cuando hay sistema nervioso y que somos los únicos animales que podemos ponernos en el lugar de alguien más. A mí me gusta el test de Turing porque es ambiguo, pero abarca todo lo necesario para definir lo humano.

En tu libro hablas de la posible distopía de las ideas de la primatóloga Donna Haraway. ¿Qué te preocupa de su pensamiento?

Al tachar de distópica a Haraway cuando habla de extender la humanidad hacia los animales, tal vez me delatan mis orígenes cristianos. Con toda la empatía franciscana que tengo por nuestros “hermanos pequeños” los animales, y con la certeza de la inteligencia, sufrimiento y dolor que pueden sentir, no extendería los límites de lo humano para abarcarlos. Que tengan derechos los animales sí, que se pueda arrestar a un imbécil por torturar un perro sí, pero hasta ahora para mí hay una frontera clara con lo humano. A futuro la ingeniería genómica podría cambiarla, y esto como lo veas es distópico, es de aprendiz de brujo, aunque creo es inevitable. Utópico para mí sería que la ingeniería genómica lograra la resurrección.

Prefiero un híbrido humano-delfín que resucitar a quien sea, pero cada quien sus utopías. ¿Entonces, cómo defines la naturaleza?

La respuesta breve y que aunque científica es reduccionista sería “lo que no entendemos aún”. Podríamos ir por un camino filosófico clásico y contraponer la naturaleza a la cultura en un estira y afloja irremediable. Creo que con el advenimiento de la genómica y de la colección de grandes cantidades de datos, la “naturaleza” de algo puede empezar a desmitificarse al ser cuantificada y acotada. Por ejemplo, puedes empezar a intentar correlacionar comportamientos, características, enfermedades con variables genéticas, o de otra índole. Al hacer genética de moscas aprendí un término que tipifica claramente lo que es la naturaleza: a las moscas no mutadas las llamamos wild-type, es decir, moscas naturales. Caracterizar una mutación es alejarse un pasito del wild-type, de lo natural.

edad de oro de esas físicas había pasado, y fue en ese momento que descubrí que la biología era, más que clasificar especies, una ciencia de la información en gestación. El momento clave fue cuando aprendí que las secuencias palindrómicas complementarias del adn como atcgat o ccgcgg eran etiquetas que tenían significados específicos. Ahora con la genómica, la biología también se volvió un poco una industria, pero se siguen haciendo descubrimientos importantes en experimentos con 3 o 4 personas, en el pequeño y frágil ecosistema que es un laboratorio.

¿Sientes que en tu laboratorio de biología computacional unes las dos disciplinas?

Así es, intento juntar las dos, ya que hay un lado demasiado esquemático de la biología que me repugna, la física tiene una elegancia innata, pero suele ser engreída. Ni hablar de los matemáticos. Pero lo cierto es que biología y computación son como huevos divorciados, cada quien en su salsa y con trabajo se mezclan. Aún son disciplinas bastante jóvenes, y mi generación es la primera en hacer la transición de la una a la otra en masa. Hay que saber las dos lenguas y cuándo se necesita cambiar la escopeta de hombro. Los computólogos sólo quieren probar que su algoritmo es mejor, los biólogos quieren interpretar el resultado, los físicos armar un modelito que conjunte las versiones. Ése soy yo.

La secuenciación genómica comprueba que bigger is not better: es decir, se creía que el genoma humano sería el más largo por ser el “superior” y en tu libro cuentas que el genoma de la cebolla es más “largo”. Hablas también de cómo la ciencia aunque es, supuestamente, objetiva, está atada a un momento histórico y cultural. Así, muestras cómo trasplantamos nuestra (de)formación cultural a la ciencia. ¿Nos puedes dar el ejemplo que más te preocupa hoy en día?

Hay dos cosas que me preocupan. Por un lado, que por andar carrereando, los científicos olviden el viejo adagio de Rabelais: “Ciencia sin conciencia no es más que ruina del alma”; y por el otro, que entre más tecnológica sea la sociedad, menos se entienda la ciencia que hay detrás. Esto abarca desde el miedo a los microondas, señal del celular, ogms, vacunas, y se contrapone el escepticismo al calentamiento global. No estoy pregonando un mundo sólo racional, la espiritualidad es esencial en el hombre, pero la racionalidad es un gran descubrimiento.

¿Por qué te mudaste de la física a la biología?

En tu libro haces alusión a las diferencias entre la ciencia y el arte: mientras que una está atada a la realidad, el otro no necesariamente; pero tú de cierta forma unes los dos y te nutres de ambos.

En la universidad me encantaban tanto la física nuclear como la de partículas, porque el modelo estándar daba una explicación coherente y elegante del origen de las cuatro fuerzas del universo y de la materia que lo compone. Pasando un verano en el laboratorio del cern en Ginebra, me alienó el que más de mil personas participaran en un experimento y me atrajo que la biología no tenía esa dimensión masiva. Además la

Los científicos que más admiro son personajes que siempre abarcan más que ciencia: Heisenberg, Einstein y Niels Bohr eran además filósofos, pero también músicos (Einstein era pésimo poeta y Bohr portero en un equipo de primera). Qué decir de Stephen Jay Gould y sus poderosos ensayos sobre evolución. La mayoría de los científicos desechan las humanidades, no es mi caso, no podría vivir sólo del frío racionalismo científico, pero

me es indispensable. Me fascina que un personaje como Newton tenga esa faceta extremadamente religiosa poco conocida. Me refiere a que la abstracción es en el fondo una genial alucinación, una visita del espíritu, sea cual fuere.

Hablas de las maneras en que los negocios han promovido los avances en genómica, pero también mencionas su lado oscuro. En tu mundo ideal, ¿cómo funcionaría esto?

Tema difícil: trabajo en una empresa en la que a mediano o largo plazo mis ideas deben generar dinero. A mí no me interesa ser millonario en lo más mínimo, pero patento ideas porque es lo que me da de comer. En México, en particular, los científicos son criticados por no generar tecnología, por ser mediocres vividores. Patentar parece siempre un robo, pero una patente sólo dura 10 años y muchas veces se reduce a un territorio. El problema principal de una empresa es no tener límites para generar ganancias, pero por suerte somos cada vez más conscientes de lo que consumimos. En mi mundo ideal, las empresas son limitadas directamente por los consumidores, porque a las leyes siempre se les puede dar la vuelta.

Qué harías si la secuenciación de tu genoma revelara información trágica, ¿quisieras saberlo o no?

Definitivamente preferiría saber, aunque luego creo que utilizaría todos los medios para curarme u olvidarlo. Pienso en el mezcal... Fuera de bromas, esa idea de que si algo está escrito en tus genes estás jodido para siempre es un poco ridícula. Conocer la secuencia de tu genoma no elimina el libre albedrío, es tan sólo la arcilla que ha cruzado miles de generaciones y que nos permite moldear nuestro destino individual.

En Genómica dices que en México tenemos la mayor diversidad y mezcla genética del mundo. ¿Crees que somos una población particularmente interesante a estudiar?

Es esencial estudiarla porque su diversidad la hace singular y no soy el único en decir que habrá que encontrar las medicinas mejor adaptadas a nuestra raza universal o clina genómico. Pero la paradoja de la medicina personalizada es que el individuo tiene que ser comparado con la población a la que pertenece, es personalizada mas no aislada.

En un tema relacionado con las historias personales y no aisladas: tu padre es un historiador reconocido y autor de varios libros. ¿Crees que este libro es una manera de contar tus historias?

Mis padres, ambos historiadores, me enseñaron a leer, leyendo y contándome cuentos. Mi madre inventaba historias. El libro se los dedico en parte por eso, pero también para que sepan un poquito más de lo que hago. De ser autores se volvieron mi público.

La literatura y el cine, dos disciplinas que te son afines, están plagadas de personajes de científicos locos o de bioingeniería que sale mal. En tu libro abres y cierras como en una novela de ciencia ficción. ¿Crees que algún día te animarás a escribir ficción?

Empezarlo con un cuento de ficción fue un impulso, era algo que ya tenía escrito desde hace 10 años, pero que no había publicado.

A mi editora, Verónica Flores, le gustó mucho y me empujó a terminar el libro también con un cuento, que acabó siendo una continuación del primero. Curiosamente, me han llegado reacciones opuestas de lectores: uno me preguntó si la historia inicial del libro era verdadera y relataba mi experiencia personal, alguien más me preguntó si James Watson, el codescubridor del adn, existía. Eso es una total y agradable sorpresa. En este sentido creo que el libro logró ser un acercamiento literario a la ciencia y logré que se alejara de un estilo clásico de divulgación. Si me lanzo a escribir ficción sería más parecida al Solaris de la película de Andréi Tarkovski que la del autor Stanislaw Lem, es decir, sustentada en algo científico pero con un fin psicológico humano y no con un fin seudocientífico-explicativo. Ya veremos si se suelta el impulso Kraken.

¿Cuál es el experimento más loco en el que has estado involucrado?

Pasar un verano en los pozos profundos del cern buscando partículas elementales fue casi como ir a la luna y no querer volver. Los experimentos más divertidos, no siempre los mejores y muchas veces fallidos, han sido con mis amigos de Neuro que han probado todo tipo de sustancias psicoactivas. Un día bajo el efecto del thc intentaron controlar con la voluntad la temperatura de sus dedos. Sorprendidos ante su logro decidieron escribir un artículo, ¡pero encontraron que ya había sido publicado! O ir al Amazonas en Bolivia en busca de nuevos antibióticos. Últimamente, me encantó llevar a cabo la descabellada competencia que consistía en predecir cómo 50 sujetos describirían diferentes olores con base en su estructura molecular.

¿Y cuál es el experimento imposible o fallido que tienes archivado?

Un día cuando tenía un poco de tiempo después de terminar mi doctorado, con dos colaboradores intentamos generar anticuerpos que reconocieran una proteína del vih. La idea era generar estos anticuerpos para luego usarlos como medicina que neutralizara al virus. Obviamente no funcionó, un experimento nunca toma poco tiempo. Pero hace un par de años se publicó un artículo en Nature donde se encontró que, precisamente, esos anticuerpos extraídos de pacientes resistían al virus.

¿Nos puedes contar en qué estás trabajando ahora?

Desde hace cuatro años que trabajo en ibm los temas de mi investigación se han diversificado y me metí de lleno a la genómica y biología computacional, pero tampoco dejé el trabajo de laboratorio donde hago experimentos con bacterias y enzimas fluorescentes. Mi pasión son las enzimas fluorescentes e intentar seguir con ellas una reacción química/metabólica dentro de una bacteria. También, una vez al año organizamos el concurso DREAM en donde comparamos algoritmos. La idea es que tu siempre vas a decir que tu algoritmo es el mejor, pero la única manera de comprobarlo es en un concurso en donde la solución la sabemos sólo los organizadores.


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Jessy Bulbo:


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casi famosa

En estos días, Jessy Bulbo lanzó su cuarto disco en solitario, Changuemonium. Es, como los anteriores, una obra sólida, con mucha imaginación, en la que claramente se corren riesgos artísticos importantes. Además, hace poco se publicó una novela para adolescentes escrita por ella (Rock Doll, Ediciones B) que ha sido bien recibida. Por si no fuera suficiente, fue conductora de un par de programas de televisión y estelarizó una película llamada El lenguaje de los machetes (2011). Es uno de los personajes más interesantes de este país. ¿Por qué no la conoce más gente?


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“Cuando le pregunto qué

imágenes cortesía: jessy bulbo

es para ella el garage me responde: ‘Tratar de tocar como los Beatles y los Rolling, y no lograrlo’.”

Ultrasónicas, 2002

finales de abril, unos días antes de que salga a la venta y en las plataformas de streaming, Jessy Bulbo me hace llegar, vía correo electrónico, su cuarto disco en solitario. Escucharlo me sorprende. No se parece en nada a lo que había venido haciendo y, sin embargo, es buenísimo. Dejó atrás a la dupla integrada por Álvaro Ruiz y Martin Thulin que produjo sus primeros tres discos, y se puso en manos de Emilio Acevedo. Lo que hicieron juntos no es un disco de rock, ni de punk, ni de garaje, ni de nada parecido a lo que se suele asociar al nombre de Jessy Bulbo. Hay baladas, canciones rancheras, valses, cumbias y algunas que desafían cualquier intento de clasificación. ¿Por qué una artista como ella, con su solidez, con su talento, con su carisma, con su credibilidad, no es más exitosa? Es un misterio. Para hablar de su pasado y su presente, me cita semanas después fuera del edificio Ermita, en Tacubaya. Hoy presume una suerte de mohicano decolorado y me saluda con una voz dulce y amable, una voz que difícilmente aparece en sus discos. Caminamos a un café a media cuadra de ahí y mientras en el fondo se escucha permanentemente la voz de Frank Sinatra, empezamos a platicar.

Conoció a los hermanos Gabriel y Carlos Pérez. El primero era cantante de Camposanto [un grupo darketo de principios de los noventa] y Carlos era bajista de Los Sicóticos. Eran sus vecinos en Viveros del Valle, Tlalnepantla, Estado de México. “Yo siempre veía pasar a Carlos en su Gremlin y se me hacía bien cagado. Se vestía bien raro, como nadie por ahí. Usaba lentes de pasta y camisas sesenteras, como ahora los hipsters. Me llamaba mucho la atención.” En un toquín los presentaron. A ella le gustaba Gabriel, pero terminó siendo novia de Carlos, que acabaría, como otros de sus novios, teniendo una profunda influencia en su vida musical: “Ese güey me presentó las primeras bandas de chavas que vi: The Pandoras, The Lunachicks. Empecé a ver bandas de puras chavas y dije: ‘Eso está bien padre’. Él me dijo que hiciera una banda y me regaló una guitarra y un ampli. Anduve buscando chavas, pero estuvo bien raro porque la mayoría de las que encontraba y querían hacer una banda ni tocaban. Aparte, cuando hablábamos de qué música tocar me decían que los Caifanes o cosas así. Yo no quería tocar eso, yo quería tocar garage”. Cuando le pregunto qué es para ella el garage me responde: “Tratar de tocar como los Beatles y los Rolling, y no lograrlo”.

La chica del garage

Las Ultrasónicas para principiantes

Su carrera musical inició poco después de ingresar a la universidad. Jessica Araceli Carrillo Cuevas —como dice en sus documentos oficiales— se enroló en la licenciatura de Periodismo en la fes Acatlán. Ella en realidad quería estudiar Letras: “Mi hermano, el mayor, que es mi héroe, me dijo: ‘¡No! Te vas a morir de hambre. Estudia algo de lo que puedas vivir’. Entonces pensé que estudiando Periodismo me iba a poder dedicar a escribir”. Dice Jessy que en esa época empezaba a sentir inquietud artística, pero no alcanzaba a ver qué hacer con ella: “Ni siquiera te puedo decir si era creativa, nomás andaba inquieta, como me imagino cualquier persona que acaba de entrar a la universidad”.

Así se forma una banda de leyenda: en un concierto de The Cynics aquí en México, a mediados de los noventa, conoció a Jenny Bombo y a Tere Farfissa, cuyos nombres reales no son importantes. La primera la invitó a tocar con las Ultrasónicas: “No tenía bajo, pero me prestaban un Yamaha de cinco cuerdas que pesaba como la chingada. Y las rolas no me salían, las cuerdas me quedaban lejísimos, dejaba de tocar a la mitad porque me cansaba”. En las primeras tocadas, Jessy se hacía a un lado: aún no le salían las canciones. Iba a los ensayos, pero en los conciertos tocaba el novio de la guitarrista. Le pregunto cómo era la escena a la que pertenecían: “Estaba padre. Era chiquita, pero muy entusiasta… bueno, no entusiasta, es una palabra muy fea. Éramos todos amigos. Estaba pasando al mismo tiempo La Panadería [espacio de arte alternativo en el que germinaron carreras de artistas hoy muy importantes, como Artemio, Miguel Calderón y Yoshua Okón]. Había una bola de modernos muy prendidos viendo lo que hacían todos, invitando gente a sus fiestas, a su vida… Estaba curioso, era muy bonito, muy fraternal y muy interesante, unos pocos locos”. Dice que llevaban un año ensayando juntas cuando se sumó al grupo Ali Gua Gua (otro seudónimo, evidentemente): “Cuando ella llegó hubo un rompimiento, porque Tere y Ali se pelearon y se salió Tere”. Grabaron su primer disco, Yo fui una adolescente terrosatánica: “Con Susi [alias Suxy A] cantando, Ali [guitarra], Jenny [batería] y yo [bajo] tocando”. Me ubica en el tiempo y sigue contándome la saga: “El 97 fue casi sin tocar en vivo. Al año siguiente llegó Ali. Grabamos ese disco y luego la Jenny se fue al gabacho con el baterista de los Cynics y nos separamos. Ali se quedó promoviendo a la banda, pero yo ya la había dado por muerta. Ella vendía discos, iba al radio a poner las canciones”. Jessy Bulbo dejó a las Ultras y se fue a Veracruz con otro novio. En Xalapa estuvo tres años haciendo la revista del Instituto Electoral Veracruzano. Y después se fue al puerto, donde, dice, tuvo unas chambillas: “Pero más bien fui a estar con el chavo con el que vivía”. Sin embargo, contra lo que se imaginaba, a las Ultrasónicas aún les quedaba vida. “Ali iba a Veracruz, llegaba a mi casa y me decía que me tenía que ir a México porque estaban pasando un montón de cosas. Mi novio le gritaba: ‘¡Ya desconecten esa banda!’. Ya eran cuatro años que no tocábamos, ni nos veíamos, ni nada. Ali estaba necia. Yo le decía que tenía mi vida allá. Tocaba con mi chavo, pero como de hobby. No pensaba para


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“Venía en el coche de mi mamá y varias

veces pensé: ‘¿Y si acelero chido y me estrello contra ese puente?’. Ya llevaba varios meses en los que dedicaba buena parte del día a pensar cómo me suicidaría.”

foto: sergio garcía

nada dedicarme a la música. Se me hacía que había sido un momento padre con las Ultras, pero nada más.” Un día le llegó un mail de Ali donde decía que Alejandro Marcovich [el ex guitarrista de los Caifanes] estaba en Sony Music, tenía un subsello e iba a firmar a las Ultras. Y Ali, dice Jessy, amenazaba con que iba a firmar estuviera quien estuviera: “Ardí. ‘¿Qué te pasa, si fuiste la última que entró?’. Me apersoné y le dije que por lo menos buscáramos a la Jenny, que había regresado de México para ver si le autorizábamos firmar con el nombre. Y apareció Jenny y decidimos grabar. Yo traía unas rolas que había hecho en Veracruz y la Jenny unas que hizo en el gabacho. Las pusimos y grabamos. Finalmente, en diciembre del 2002, yo me salí”. Y es que aunque podría parecer desde fuera que la hora de las Ultrasónicas ya había llegado y que finalmente iban a encontrar éxito y reconocimiento, la realidad era otra, al menos según la versión de Jessy Bulbo: “Tuvimos muchísimos problemas ese año. Jenny regresó con muchísimas mañas… tuvo muchos problemas de adicciones en el gabacho, y cuando regresó estaba hecha un demonio. Yo la quiero mucho, pero estaba insoportable, horrible. Y luego Ali traía unos viajes muy de… siempre fue así, cuando se vio más cerca de una situación en la que podría tener éxito, fama o dinero, se empezó a poner superagresiva con eso. Quería controlarlo todo, siempre estaba hablando como de estrategias y cosas. Era un poco difícil trabajar con ella. Yo no lo veía, no era tan importante para mí como para ella, si no pasaba no me importaba, con ellas tuvimos… sólo me pelee una vez con Ali y después de eso me quise salir. Me di cuenta de que no me iba a dejar hacer absolutamente nada, ni siquiera creativamente, que era lo que más me interesaba. Ella ya tenía decidido lo que se iba a hacer, lo que iba a pegar…” Lo que pasó a continuación es francamente dramático: “Ese momento sería como el nudo de mi película. Mi último toquín con ellas debe haber sido el veintialgo de diciembre del 2002. El disco, el Ohh, síí, más... más!! [es decir, el que publicó Sony] lo presentamos en el Alicia, digamos, a mediados de noviembre. Una semana antes fui a dar al siquiatra con un ataque de pánico supercabrón. Venía regresando de una entrevista que fue una locura, tuvimos una junta porque el WARpig y el Reverendo [conductores en ese momento del programa de la desaparecida Radioactivo 98.5, 2 horas de Brayan] trataron de mediar entre nosotras. Ya de regreso venía en el coche de mi mamá y varias veces pensé: ‘¿Y si acelero chido y me estrello contra ese puente?’. Ya llevaba varios meses en los que dedicaba buena parte del día a pensar cómo me suicidaría. Cuando llegué a mi casa, estuve a punto de hacer otra cosa, no sé si buscar un veneno o algo así. Ya estaba asustada y decidí pedir ayuda. Se ve que mi mamá ya se había dado cuenta cuando me ponía mal porque en chinga le habló a una de sus amigas, siquiatra, me la pasó y dijo que nos lanzáramos para allá en ese momento. Me hizo una breve entrevista y me dijo que lo que te ayuda a estabilizar las emociones, a que no se te vayan a los picos, yo lo traía bajísimo. Me dijo que necesitaba medicamento y estar vigilada las 24 horas. No me dejaban sola ni cinco minutos. Pobre de mi mamá, imagínate la responsabilidad. Les hablé a mis compañeras y les dije que estaba en esa situación. Jenny se puso a llorar, y Ali me dijo que tenía que ir a ensayar. Le colgué el teléfono”. Le pregunto si a la distancia tiene claro qué le provocó esa depresión: “Fueron muchas cosas. Por un lado, haber dejado a mi güey, con quien había vivido cuatro años, para venir a grabar con una banda. Estaba padre tocar con ellas, pero… la Jenny estaba en la pura maldad, era superdiabólica. Estuve cargando con ella, a veces literalmente. Estuvo encerrada un año en su casa bajo llave para que no se le escapara a su mamá, subió muchísimo de peso porque no hacía ejercicio. Entonces para subir los puentes peatonales yo la cargaba, se apoyaba en

Ultrasónicas, 2002


foto: sergio garcía

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mí. Ali estaba muy ocupada. Entonces yo iba por Jenny en la mañana, su mamá me la soltaba, y la tenía que entregar a su casa. Era una lata. Yo anduve cargando con esa vieja todo un año y nos peleábamos todos los días. Ali estaba en su viaje de ‘Tengo juntas, tengo que ver abogados, tengo que ver disqueras’, según ella andaba todo el día como ejecutivo. Las tocadas estaban padres, pero luego yo ensayaba sólo con la Jenny un montón de veces a la semana y luego llegaba Ali a decirnos que no servía nada. Controlaba todo sin asistir. Las tocadas eran de peda todo el tiempo, bebí muchísimo ese año. O sea, mucha chamba, mucho pleito, mucho alcohol, extrañaba a mi güey… obviamente me volví loca”.

Un dueto en solitario

foto: sergio garcía

Bulbo Raquídeo, 1999-2001

El dueto Jessy Bulbo, 2006

Los Espejismos

Para su buena suerte, su rehabilitación no tomó mucho tiempo: “Salí rapidísimo. Eso fue en noviembre del 2002 y para mediados del 2003 dejé los ansiolíticos y empecé a buscar chamba. Otra vez pensé que nunca iba a volver a tocar y que me iba a retirar de la música”. Intentó conseguir trabajo de copy en una agencia de publicidad y aceptaba dejar atrás la música: “Fueron mis cinco minutos de fama”, pensaba ella por entonces, “todo bien, bye”. Sin embargo, como ya saben, de nuevo se equivocó anticipando el fin de su carrera musical: “Un día vine justo al edificio Ermita a una entrevista de trabajo. Saliendo le hablé a [el escritor Guillermo] Fadanelli que vive bien cerca: ‘Güey, ando por tu casa —yo en ese momento estaba viviendo con mi mamá en Atizapán— ¿nos vemos?’. Era martes. Me dijo que fuéramos a ver a Alexis [Ruiz, ex baterista de Mazinger Z]. Llegamos al Pata Negra, donde tocaba Alexis con Los Shajatos. Yo estaba preparando un programa para Radio unam, entonces le pedí a Alexis una grabación de Mazinger Z. Me dijo que me la daba sólo si yo le daba una del Bulbo Raquídeo, mi banda de Xalapa. Esa misma noche nos fuimos de antros, acabamos en uno de salsa en la Doctores. Lo llevé a su casa y ese fue nuestro primer beso. Empecé a salir con él. Y me invitó a un proyecto nuevo que se llamaba Los Espejismos. Comencé a tocar antes de conseguir trabajo de copy. Empecé a andar con el Alexis, a tocar con él, le enseñé las rolas que había hecho. Y ya”. Los Espejismos se transformaron en lo que hacia afuera asumimos era el proyecto solitario de Jessy Bulbo, y que en realidad era una sociedad con Ruiz. “Me la pasaba todo el tiempo en casa de Alexis. Nos despertábamos temprano, tomábamos un café y nos poníamos a palomear, hasta que llegaban los demás de Los Espejismos a ensayar. Cuando terminaban, comíamos, y nos regresábamos a palomear. Así era nuestro día. También estuve tocando el bajo en Mustang 66. Y formé otra banda que se llamaba Bulberizer, como de garage más clásica. Pero en un momento Alexis me dijo que le gustaba más que fuéramos dueto, que tocáramos más como cuando palomeábamos en la casa. Era menos genérico y menos obvio.” Y así hicieron el primer disco, Saga Mama (2007) de Jessy Bulbo, como dueto. “Alexis me dijo que le pusiéramos Jessy Bulbo. Era buen momento para ser un dueto. Había varios, como los White Stripes, en esa onda. No se veía tan descabellado, aunque me daba miedo porque yo sí me sentía incompetente para ser un dueto. Y Alexis es muy exigente, entonces me daba miedo. Pero le gusta mucho lo que hago y eso me dio mucha libertad. Creo que el primer disco no me lo imagino sin Alexis y sin Martín [Thulin, de los Fancy Free, que fue su productor]. Si yo hubiera tocado esas mismas rolas con otras personas ¿qué serían? Tuve buena suerte de tenerlos ahí.” Le pregunto de qué se trata ese primer disco: “Mucho del coraje que yo traía por lo que me había pasado con las Ultrasónicas. Me salí justo cuando se acababa de presentar el disco.


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Machismo, feminismo y chichis pa’ la banda

Le pregunto si en las Ultras o como solista ha padecido alguna forma de machismo. Platicamos de las cosas que le gritan desde el público cuando está en el escenario: “Lo que te voy a decir puede sonar muy confuso: todo mundo decía que a las Ultras les iba chido porque como la cosa es muy machista, les encantaba ver viejas en minifalda tocando. Pero yo lo viví completamente al revés. Es como si el machismo hubiera actuado a nuestro favor. Si la banda no se hubiera prendido tanto porque éramos mujeres, no hubiera pasado nada con las Ultras. Si hubiéramos sido una banda de hombres tocando exactamente lo mismo, no hubiera pasado nada, pues ni tocábamos tan chido, nuestras rolas no eran tan especiales… nos superjugó a favor ser chavas. Todo mundo nos hacía el paro. Todo mundo quería vernos. No nos cerró ninguna puerta el ser mujeres, al contrario, creo que nos abrió todas”. ¿Y cuando el público pide que enseñen las tetas?: “Siempre se me ha hecho parte del desmadre. Se me hace más mala onda cuando llego a un lugar y el ingeniero no quiere hablar conmigo y busca a un hombre con quien hablar cuando le pido algo. Hay hombres que no pueden hablar con mujeres. En el rock pasa menos. Pero de repente me sucede que el staff no me quiere decir dónde puedo conectarme. Pero cuando el público te dice y te grita cosas es que te están considerando igual que ellos. Yo me sentía como si estuviera cabuleando con mis hermanos y mis amigos, como siempre me ha pasado, soy una más de la banda, y me tratan como a los demás. Se chingan de que si la tienen grande o chiquita, y a mí me chingan de que si las tengo grandes o chiquitas. Es cábula normal. No se me hace agresivo que la banda se meta con las chavas. Me parece más agresivo que las vean como algo distinto, intocable. Se me hace que esa distancia es más machista. Pero es un misterio. Por ejemplo, cuando fuimos a Francia, muchas feministas del festival al que fuimos se ofendieron mucho porque yo enseñaba las chichis. Pero además esa vez, te lo juro, fue involuntario: había bajado de peso por la gira, traía un strapless y se me cayó. Fue como en el 2011, 2012… las chavas se empezaron a salir, hicieron señas y gestos, se ofendieron con mis chichis al aire”. ¿Te consideras feminista?: “Creo que sí. Me toca abanderar un chorro de festivales feministas. Y cada Día Internacional de la Mujer siempre tengo chamba. Curiosamente me educaron así. Mi mamá, cuando era niña, estaba muy preocupada por que yo creciera… Tengo tres hermanos, y yo soy la única mujer, entonces mi mamá se preocupaba mucho por que yo me sintiera igual que ellos, que nunca sintiera que yo no podía hacer lo que ellos, a veces era hasta agresiva, siempre me estaba empujando a hacer lo mismo que mis hermanos y a sentirme igual. Pero conforme fui creciendo… Creo que el feminismo que practicaba mi mamá es muy distinto al que yo he vivido. Sus ideas eran muy incendiarias con respecto a los hombres y la igualdad, y cuando fui creciendo, sentí que eran más de resentimiento que de libertad e igualdad, las sentía poco amorosas. Fue difícil para mí, cuando empecé a tener novio, reconciliarme con los hombres, crecí con ideas agresivas sobre ellos, el feminismo de mi mamá era feminazi. Me fui haciendo de ideas más suaves, empecé a ver a los hombres con otros ojos más amorosos. A la fecha siento que mi mamá los ve con mucho resentimiento y yo no siento eso para nada.

Me reconcilié con ellos y vi que tienen problemas, no es que ellos no sean víctimas. De muchas cosas de las que se quejan las chavas podrían quejarse ellos. El mundo no es fácil para ninguno… En algunos momentos sí logro hilar un buen discurso sobre feminismo y a veces nada más doy tumbos. No soy feminista con un discurso claro”.

Y ya, en serio, ¿quién es Jessy Bulbo?

Así define su carácter: “Soy berrinchuda. Sí muerdo. Reviento chido cuando ya me llenaron el buche de piedritas. Mis vecinos, el de la tienda o el del periódico, me preguntan que si canto rock. No me creen que pueda pegar de gritos, me ven muy tranquila. Y al revés, los que me conocen por la música piensan que muerdo y que soy superagresiva y que estoy reloca. Y ya que me conocen se sorprenden, todo mundo me dice eso. Sí soy locuaz: empiezo a hablar de una cosa y de repente comienzo a hablar de otra, me salto pasos, es lo que más puede desconcertar a la gente. La verdad a veces sí me da miedo mi salud mental. A veces sí siento que se me van a ir las cabras al monte muy cabrón. E iracunda sí me puedo poner. Sí me voy a los golpes”. ¿Perdón? ¿Le has pegado a alguien?: “Sí, varias veces. A mis novios. No les pego en la cara, por suerte no soy tan idiota. Casi siempre cuando estamos a punto de terminar, que estoy muy enojada”. Ya que salieron al tema, hablamos de sus novios, de sus relaciones. Y es que varias han sido importantes dentro de su carrera musical: unos cómplices y coconspiradores, otros como inspiración de canciones: “Acabo de pasar una etapa de casi dos años soltera. La primera vez en mi vida desde los 15 años. Fue una experiencia muy interesante. Rarísimo. Yo no sabía lo inútil que era. Me di cuenta de que siempre había sido la pareja de alguien y que de esa pareja dependía mi vida social completamente. Fue muy ilustrativo. Y ahora siento que ya puedo estar sola tranqui. Pero me costó mucho trabajo. Los primeros meses fueron una pesadilla. Me la estaba pasando muy mal. Siempre había tenido novio. Por lo menos uno”. ¿A veces más?: “Sí. Dos era un aliviane. Uno solo es muy intenso. Si tengo un solo novio, hasta hace muy poco, le colgaba toda mi atención, mi intensidad, mi dependencia.

“No se me hace agresivo que la banda se meta con las chavas. me parece más agresivo que las vean como algo distinto, intocable. Se me hace que esa distancia es más machista.”

foto: sergio garcía

Me tocó verlas tocar en el Vive Latino, ir a recibir premios… por mis rolas. Fue malviajante. Sentí que estaban cosechando mis frutos. Estaba ardida con el mundo. Lo grabamos para enlatarlo. Yo no quería sacarlo. Quería pasar a lo siguiente. Nadie iba a las tocadas, era una hueva cargar todo y tocar para tres personas. Pero Alexis y Martín le enseñaron el disco a Julián [Lede de Titán, que en ese momento estaba fundando su disquera] y lo firmó con Nuevos Ricos”. Sacaron “Maldito” de sencillo y pegó. La suerte empezó a cambiar.

Bulberaizer, 2004-5


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“No vi en ninguna parte

foto: sergio garcía

de mi crecimiento hacia ser adulto a alguien exitoso. No sé cómo se hace eso.”

En el Chopo, 2010-11

Entonces cuando tenía dos, alivianaba a los dos. Había celos, pero podía estar mejor la cosa si salía con dos personas. Ya no lo vuelvo a hacer. No me gustó tanto”. Vamos a cambiar de tema. Hago un intento por hablar de su formación musical. Le pregunto sobre sus héroes, sobre los músicos que la influyeron o los discos que le cambiaron la vida: “No soy nada clavel en ese sentido. No soy una buscadora. Tengo suerte de haber vivido con gente que le gusta la música que yo no escucharía. Por ejemplo, con Alexis oí mucho jazz que de otra forma no hubiera escuchado. Mi papá oye mucha música clásica. Mi hermano era supermetalero. Voy por el mundo topando con la próxima cosa que me va a gustar. Jenny, por ejemplo, es supercoleccionista y tiene unos gustos increíbles. Convivir con ella fue increíble, me ponía la música más divertida. Yo compraba un disco cada mes. Compro cosas muy extrañas. Para componer Changuemonium, encontré un pequeño lote de música de la frontera. Compré como 5 o 6 vinilos de ésos y cuando los puse me metieron en un viajesísimo. Son como de los setenta, principios de los ochenta. Ni siquiera son discos que recomendaría, pero me traían loca. Así empezó mi romance con la música norteña”. ¿Tienes ídolos musicales?: “No soy muy así. Admiro mucho a Juan Gabriel, por ejemplo, pero no sé si sea la persona que más me ha marcado. Lo veo y me emociono mucho. O veo videos de Selena y me cae poca madre. O de Thalía. Pero también veo a The Clash y me muero. O veo a los Zombies y me encantan. Puedo disfrutar casi cualquier cosa”. ¿Qué música te conmueve?: “No es algo específico. De repente oigo una canción que incluso ya he escuchado varias veces, y en ese momento ¡pum!, me explota el mundo. Con lo que conecto en momentos específicos es completamente aleatorio. Últimamente veo la música como el aire: ahí está, y yo vivo dentro de esta madre, que a veces está más espeso, a veces más limpio, a veces más eléctrico y yo sólo estoy ahí…” También platicamos de cómo escribe canciones: “La mayoría de las canciones que he hecho tienen dos fuentes. Una es que traigo un tema, estoy piense y piense en algo, muchas veces es una situación amorosa. No sé, que me enamore de alguien y no me pela. Le estoy dando vueltas todo el día y de repente hay una frase chida y se vuelve el coro de una rola. La misma situación, el tema, la sensación sonora de las palabras me da la idea de cómo debe ser la música: una ranchera, una balada, un rock and roll. Busco los acordes y ahí está la rola. A veces lo que me pasa es que traigo una canción pegada, la escucho y escucho, y una parte de la canción, un motivo o una sensación me trae loca, entonces trato de hacer algo parecido”.

Sobre el lugar que ocupa en el rock nacional, me dice: “Me siento un bicho raro dentro del rock mexicano, pero sí me siento parte. Para empezar, mi personalidad es un poco bizarra… en general, en el mundo, siempre me he sentido así. Uno esperaría que dentro de una actividad como el rock todo mundo se sienta así, pero me veo a mí misma como una bizarra. Y oigo mis discos, que a mí me encantan, bizarros”. Le pregunto si ser bizarra, como ella se describe a sí misma y a su música, tiene que ver con su falta de éxito comercial. Si es por eso que no es tan famosa o exitosa como, creo, debería serlo: “Creo que es por eso. Bueno, por varias razones. Creo que por mi educación. No vi en ninguna parte de mi crecimiento hacia ser adulto a alguien exitoso. No sé cómo se hace eso. A mi papá, que adoro, siempre lo vi tener sueños gigantes que nunca se cumplieron. Es economista y sus sueños guajiros siempre fueron políticos. Cuando yo era niña, él de verdad pensaba que iba a llegar a ser presidente. Es un adorado, espero no estarlo ofendiendo. Pero bueno, yo no sé cómo se hace el éxito. Hay gente para la que es muy sencillo, traen una especie de chip o software, se acercan en el momento indicado a los lugares indicados. Yo sí he sentido frustración de no ser así. Últimamente ya no. Por suerte caí cerca del Alexis que me decía: ‘Ni pienses en eso, tú ponte a hacer canciones. No le dediques atención a eso’. Pero tuve un mánager que sí me ponía a competir. Me hablaba de los logros de otros artistas y empezaba a sentir que tenía hacer más para conseguir cosas y entre más trataba de hacerlo, más me frustraba porque no me salía”.

Y se armó el Changuemonium

Hoy Jessy no se nota frustrada. Al contrario, se ve contenta y orgullosa de quien es y de su trabajo. Si bien es cierto que no hay discos de platino en sus paredes, nunca ha dejado de hacer cosas interesantes. “En la película de Kyzza [Terrazas, El lenguaje de los machetes, 2011] hice la música y también actué. También escribí mi primera novela, que se acaba de publicar. Finalmente, me sigue llegando chamba y lana de otras cosas que están padres. En algún momento puede ser. No me importa tanto, pero lo siento más posible, conforme me voy relajando. Igual algo sucede y en algunos años estoy en el Auditorio Nacional. Antes lo veía muy imposible porque me frustraba que no estuviera pasando. Pero ya no se me va la vida en ello. Si yo me hubiera propuesto ser famosa a cualquier costo, hubiera repetido Saga Mama, hubiera hecho ‘Maldito’ [su éxito más grande] una y otra vez. Pero no he querido. Cuando tuve oportunidad de firmar con Sony, el chavo me dijo: ‘Tienes que hacer un disco en donde todas las rolas sean como ‘Maldito’. Yo llegué con el Telememe y me dijo que ese disco cero lo iba a lanzar Sony”. Y continúa: “Estoy feliz. Me la estoy pasando muy cabrón. El año pasado hice conducción de tele, en Canal 22, un programa de arte que se llama Banda ancha. Luego hice una serie de entrevistas para el Canal 30 que se llama Como era antes. Ya me siento una especie de marca que se está diversificando ¡Jessy Bulbo para todo!”. Hablamos sobre el cuarto álbum que firma con su nombre, Changuemonium. Nos cuenta de qué se trata: “En Saga Mama yo estaba muy enojada. En Taras Bulba me desenojé. En Telememe me eché un clavado místico, es un disco como de sicoanálisis, quería escribir de que me estaba peleando con todos mis demonios. Yo pensé que a nadie le iba a gustar, pero le fue bien. Salí con conclusiones bien padres, logré ganar la batalla y decidí pasarla bien y estar contenta. Entonces hice Changuemonium en un espíritu superalegre. Empecé a componer estas rolas. Fui con Alexis y con Martín, y los dos me dijeron que no podían con esas rolas. Me dijeron que no sabían qué hacer con ellas y que debería buscar a alguien más apropiado. Busqué a Toy Selectah y a él le gustaron. Luego luego me dijo que sí, que


quería hacer este disco. Finalmente estuvo muy ocupado, lo estuve esperando un año y medio, entonces busqué a Emilio [Acevedo]. Una de las rolas [‘Cuando ríe’] es música de Toy”. Le pregunto cómo fue trabajar con Emilio Acevedo, un tipo muy talentoso, que aparte de Titán tiene una gran experiencia produciendo a cantantes femeninas en distintos proyectos como Lasser Moderna, Sonido Dakar Lasser y María Daniela y su Sonido Lasser. Me habla de lo que representó cambiar de equipo y salirse de su zona de confort: “Emilio está cabrón. Fue muy distinto trabajar con Emilio que con Martín y Alexis. Por ejemplo, ellos casi no me dejaban opinar. Yo llegaba con los demos, se les desorbitan los ojos y empezaban a trabajar. Yo grababa mis cosas y ellos se volvían locos. Cuando me enseñaban la rola, lo que yo me había imaginado había desaparecido completamente, ya era otra cosa. Ellos se apropiaban de las rolas. Yo quedaba fuera de las decisiones del disco, salvo que yo era la compositora. Me encantaba, era como darles una plastilina y que me devolvieran una escultura. Siempre me sorprendió mucho y los admiro muchísimo. Les confiaría mi vida. Les dejaba las rolas para que hicieran con ellas lo que creyeran conveniente. Y con Emilio fue todo lo contrario. Estuvimos sentados viendo la computadora, grabando cada cosa. Ahí sí fue hombro con hombro. Es un disco que tiene mucho de mí y mucho de Emilio. El sonido es muy de él. Lo que Martín y Alexis trataban de amplificar es lo bizarro, y Emilio todo lo contrario. Él con cosas atonales o medidas rítmicas raras se sacaba de onda, me decía: ‘Pobre gente, cómo le vas a poner esto a una rola’. Me metió mucho a la cuadratura del círculo”. Entre Telememe y Changuemonium hay una eternidad de cuatro años. Dice que fue debido a que se la pasó un año esperando a Toy. Otro año y medio trabajando con Acevedo en la grabación. Un año más esperando a que las disqueras interesadas en firmarla le enviaran un contrato, lo cual al final no ocurrió. Entonces lo sacó por su cuenta, completamente independiente. Lo único que lamenta de esta decisión es que no va a sonar en la radio pop: “Iba a firmar con una disquera porque me interesaba entrar a la radio pop. Hubiera sido padre entrar a EXA, La K Buena, los 40 Principales…” Ya hemos dicho durante este texto que otro evento significativo en la vida reciente de Jessy Bulbo es que recién publicó su primera novela. ¿Cómo se dio?: “Presenté una novela de Armando Vega Gil y ahí la editora me dijo que si quería hacer una novela de la serie de Dolls, que es para chavitas. Le dije que sí. Me dijo que tenía que ser de una chavita no mayor de 18 años, que tenía que ser rockera y ya. La puse a tocar en una banda de puras chavas, obviamente hay algunas cosas de las Ultras, porque están bien padres de contar. Son las aventuras de una chavita, sus amigas, sus novios, en la ciudad… Yo quería ser escritora antes que otra cosa. Pero no había pensado en escribir ficción en años. Cuando me lo propusieron tuve miedo, me daba miedo hacer personajes. Por ejemplo, Amandita hace personajes en sus canciones, ella sí es como narradora. Y yo no, yo escribo puras reflexiones acerca de temas. Pero creo que lo conseguí. Digo, mis personajes no son especialmente definidos y claros, pero el personaje principal me quedó con bastante claridad”. Aparentemente a la editorial le gustó su trabajo y ya está dando el siguiente paso: “Ya me encargaron la segunda novela. Para adultos y de otro tema, para la misma editorial. Ayer ya firmé el contrato y ya empecé la investigación hace como dos semanas”. ¿En cuanto a la actuación hay planes?: “Me encantó. Ahí sí no me han vuelto a llamar. Hice casting para la película Club sándwich y no me quedé. Hice casting para otra película, también de mamá de adolescentes, y no me quedé. Me dan más ganas de hacer un guion y actuarlo, ponerme con alguno de mis amigos directores a hacer una peli. Siento que no hay muchos papeles para alguien de mi perfil. No escriben mucho como para solteronas de cuarenta años [risas]”.

foto: sergio garcía

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En el video Maldito


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M música

Los Ángeles Negros: 47 años de historia en siete capítulos Por Humberto Morales Cruz

Pese a los cambios de integrantes, pese a subir embates dramáticos en distintos frentes, Los Ángeles Negros han existido, en buena medida, a la terquedad de Mario Gutiérrez, quien empezó la banda en Chile en el 1968. Aprovechamos la salida de su nuevo disco, para pedirle que nos hablara sobre los momentos más significativos de su carrera.

un lugar en el sur de Chile • •EnEn 1967, Mario Gutiérrez era uno de los cientos de jóvenes que estudiaban en un colegio de San Carlos, una pequeña ciudad en la provincia de Ñuble, en el sur de Chile. Recuerda sonriendo que en su círculo escolar había un grupo de muchachos que se quedaban con todas las mujeres, no porque fueran más guapos, más listos o más simpáticos; los seguían porque estaban en una banda. La envidia es una emoción muy fuerte. Mario confiesa que fue ese sentimiento el que lo impulsó a hacerles competencia: él y sus amigos también debían integrar una banda. “No juegues, Mario, ni tú ni nosotros sabemos tocar nada”, esto fue lo que sus amigos le respondieron cuando les contó su plan para desmonopolizar el interés de las compañeras. Se aferró al plan y surgieron Los Ángeles Negros. Así empezaron, como cuarteto: dos guitarras, un bajo y una batería. Cada uno de los integrantes (Mario Gutiérrez, Luis Alarcón, Federico “Perenque” y Cristian Blazzer) inició intempestivamente una carrera musical para la que no estaban preparados, como Gutiérrez nos cuenta: “Recuerdo que tomé la guitarra y empecé a poner los dedos de manera torpe hasta que le fui sacando sonido. Unos meses después me enteré, por ejemplo, de que los tres dedos en línea sobre el segundo traste eran un la menor”.

concurso • •“A El los pocos meses, decidimos entrar a un concurso local, supimos que premiarían a los ganadores con la grabación de un disco.” Mario Gutiérrez recuerda que en esos primeros días de la banda el camino musical que tomarían aún no estaba claro. Era una época de múltiples erupciones sociales y sonoras: “Había una gran erupción política en

buena parte de Sudamérica, por las dictaduras, y como respuesta a ellas surgieron movimientos contrarios que impulsaban una música más latinoamericana, por ejemplo. Al mismo tiempo entraba el movimiento hippie y su sonido. El resultado es que escuchábamos a los Beatles, pero también a Leonardo Mario, a Sandro y a José José, a Piero y a toda la gama de folcloristas que en esa época surgieron”. Ésas eran las coordenadas en las que la música de Los Ángeles Negros se ancló, y ésas fueron las influencias dispares que determinaron su estilo. Gutiérrez afirma que padecer ignorancia en todos los cánones musicales representó una inocencia creativa que se tradujo en libertad y originalidad. Fue también en esos días, previos al concurso, que se integró quien se convertiría en la marca más característica de Los Ángeles Negros: Germaín de la Fuente. La voz expresiva y de alto registro de Germaín y el estilo híbrido de los muchachos de Mario se convirtieron en una fórmula ganadora. Los Ángeles Negros se impusieron en ese concurso provinciano y grabaron su primer larga duración, Porque te quiero, que pronto alcanzó los primeros lugares en las listas de Chile.

Y volveré… • •Al año siguiente, en 1969, Los Ángeles Negros grabaron un segundo disco. Mario identifica este momento como en el que sus intenciones sonoras se solidificaron y maduraron. Se tituló Y volveré, como la canción que se convirtió en su emblema. El éxito súbito del primer álbum llamó la atención de la filial chilena del sello transnacional Odeón. Firmaron con ellos y el apoyo de esta gran compañía discográfica implicó cambios en la alineación del grupo, pues se integraron los músicos Nano Concha (bajo), Jorge González (teclado) y Luis Ortiz (batería).


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Ellos sí eran músicos profesionales y, aunque en un primer momento fungieron como mercenarios de la disquera para la grabación de Y volveré, terminaron siendo miembros permanentes de la agrupación. La entrada de estos músicos ayudó a formar el estilo de Los Ángeles Negros: “Antes de que ellos entraran ya había un estilo, pero llegó a otro nivel con su incorporación. Gracias a ellos entró el sonido funky a la balada romántica y en los boleros. Eso fue un gran logro; era muy moderno y muy vanguardista para la época”. El disco Y volveré fue un gran éxito y marcó el inicio de la proyección internacional del grupo: “Si bien soñé con hacer un disco que gustara en Chile, la realidad tenía planes más grandes. En esos años fuimos a Ecuador, Perú, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Argentina, Colombia, Venezuela… a todo Sudamérica; luego a Centroamérica y, en seguida, a Canadá y Estados Unidos. En algunos lugares de Estados Unidos incluso nos dieron las llaves de la ciudad y fuimos el primer grupo latino que salió en las listas de la revista Billboard. También recuerdo que en una gira Carlos Santana me dijo que la música de Los Ángeles Negros era la verdadera música folclórica de Latinoamérica”. Fue hasta 1971, después de todas estas giras, que visitaron por primera vez México: “No es que hubiéramos olvidado México, lo que sucedió es que por razones de la disquera Y volveré aún no había salido aquí. Cuando al fin llegamos, entramos por la puerta grande: recuerdo que el señor Zabludovsky nos recibió en su noticiero. Hicimos una gira por algunos de los escenarios más bonitos de América. A partir de entonces, siempre pasamos dos o tres meses del año aquí”. No faltó que ante su éxito y la calidad de su propuesta alguno se aventara la puntada de asegurar que eran los Beatles latinoamericanos.

salida de Germaín • •EnLa abril de 1974 salió Germaín de la Fuente del grupo. Fue un sismo y de pronto no sabían cuál iba a ser el futuro de la banda o si lo habría siquiera. Para Mario es importante enfatizar algo: “No nos separamos porque estuviéramos peleados o porque la convivencia fuera ya imposible, lo que ocurrió es algo que le sucede a muchos grupos, fue su ambición personal de ser solista lo que lo llevó a tomar la decisión de no estar más con nosotros”. Finalmente, superada la incertidumbre, se decidió continuar como Los Ángeles Negros: “A veces hago la comparación con el Boca Juniors: estuvo Maradona, pero a su salida el equipo tenía que seguir adelante. Nos dimos cuenta de que nos habíamos convertido casi en una institución y de alguna manera sentíamos responsabilidad para con el público. Decidimos que teníamos que seguir haciendo lo que más nos gustaba y que no iba a terminar ahí la historia de Los Ángeles Negros”. Fue la necesidad de reemplazar a Germaín lo que los llevó a conocer a un cantante de Tepic llamado Ismael Montes: “Con Ismael grabamos tres discos: Mi vida como un carrusel, Despacito y Bolerísimo. El último, Bolerísimo, es un disco que silenciosamente vendió muchísimo, casi lo mismo que Y volveré, es un álbum que hasta la fecha mucha gente recuerda con cariño. La salida de Germaín fue muy dura y la verdad es que implicó un receso en la relación con el público, pero tuvimos la fortuna de regresar al éxito a pesar de que siempre destacamos que la voz ya no era Germaín. Nosotros nunca quisimos engañar al público”. Mario asegura que esa primera metamorfosis fue tan complicada que los inmunizó contra las siguientes, porque les enseñó la manera en que debían actuar frente a los cambios inevitables en una banda que ha durado tanto.

Cantantes golondrina y las confusiones • •Después de los tres discos que grabaron con Ismael Montes, en 1976 vino un álbum instrumental que marcó una nueva etapa en la historia de Los Ángeles Negros. Luego de esa producción la visión del grupo cambió, ya que la idea de tener un cantante fijo dejó de interesarles: “Fueron tiempos de búsquedas de canciones, nos dedicábamos a encontrar los temas y luego a buscar una voz adecuada para cantarlos”. Durante la segunda mitad de los años setenta y a lo largo de los años ochenta desfilaron por Los Ángeles Negros casi una decena de cantantes; luego, cuando salían del grupo, la mayoría de ellos iniciaron sus propias bandas. No faltaron los vivales que decidieron usar el nombre Ángeles Negros o alguna variante sin autorización. Esto provocó una serie de confusiones y suplantaciones que hasta la fecha continúan. Quizá el primer culpable de esto fue el mismo Germaín de la Fuente que, tras su primer disco como solista, decidió formar un grupo en Chile

llamado Germaín de la Fuente y sus Ángeles Negros: “El primer disco de Germaín era muy bueno, pero cometió el error de desesperarse y no creer en su propio nombre, comercialmente funcionaba mejor el nuestro y por eso hizo ese grupo. Él ya no siguió con ese proyecto, pero al igual que Germaín hubo muchos otros que trataron de hacerse pasar por nosotros. En Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos y en otros países hay impostores que usan nuestros nombres y hasta nuestras fotos como publicidad; gente que toca nuestras canciones y que se ha apropiado de nuestra historia”. Mario y sus compañeros, asentados en México desde 1982, se han embarcado en muchas batallas legales que se han convertido en pozos sin fondo de tiempo y de dinero.

Los años tristes • •Hacia el final de los ochenta parecía que la banda había llegado a su fin. Fue una época de altibajos en la que produjeron algunos discos medianamente exitosos y otros que pasaron desapercibidos. Los gustos musicales habían cambiado y de pronto ya no estaban vigentes. Este nuevo escenario provocó que algunos de los integrantes perdieran el interés: “No había trabajo y, por lo tanto, no había dinero. Ya nadie creía en la banda, ni siquiera los integrantes. Por eso, en el 1992 se fueron Nano Concha y Jorge González. Ellos se regresaron a Chile porque ya estábamos perdiendo mucho dinero”. Los Ángeles Negros habían perdido su camino. Gutiérrez tenía que hacer algo al respecto: “Empecé, poco a poco, a retomar la sonoridad original de la banda y me puse a buscar músicos que quisieran participar. En los tiempos finales de Nano, por la desesperación que todos sentíamos, incurrimos en distorsionar el estilo de la banda y grabamos algunas cosas que se alejaban completamente de lo que hacíamos, como un disco de música tropical; la tarea para mí fue recuperar nuestro carácter”. Funcionó: al retomar su estilo original recuperaron cierto éxito, aunque moderado, era mejor que nada.

El regreso • •Si bien es cierto que la carrera de Los Ángeles Negros nunca se ha apagado del todo, en tiempos recientes ha dado un giro que los ha llevado a algunos circuitos en los ya los habían olvidado o incluso en los que nunca existieron. Este renacer de la banda comenzó a partir de que en el 2011 participaron en el disco Nos vamos juntos: un tributo a las canciones de Jaguares y Caifanes Vol. 2, en el versionaron una canción cuyo título les atañía directamente “Antes de que nos olviden”. A partir de esa colaboración que los puso de nuevo en el horizonte, su disquera —EMI, ahora Universal— les propuso hacer un disco en vivo en el Lunario del Auditorio antologando sus más grandes éxitos pero actualizándolos. El resultado fue el disco En vivo y sin etiquetas que superó toda expectativa. Los Ángeles Negros no sólo parecieron haberse reconectado con su viejo público, sino que recuperaron su capacidad para atraer a los jóvenes: “Debo admitir que estaba bastante reacio para hacer covers de nosotros mismos porque pensaba que las versiones que existían de nuestras canciones eran demasiado fuertes, pero al final ha sido excelente revisitarlas y renovarlas, nos ha traído muchas cosas maravillosas. Fue disco de platino en esta época en que las ventas son difíciles”. A este álbum le siguió No morirá jamás (2014) que reforzó esta nueva etapa con colaboraciones de artistas como David Bisbal, Raphael, Juanes, Julieta Venegas, Adrián Dárgelos (Babasónicos), Quique Rangel y Meme (Café Tacvba). Este año Los Ángeles Negros están de vuelta con presentaciones en el festival Vive Latino y el Auditorio Nacional: “Desde el principio nuestra música cruzó las fronteras socioeconómicas y de la edad, es algo muy bonito para nosotros que lo vuelva a hacer ahora”.

“Si bien es cierto que la

carrera de Los Ángeles Negros nunca se ha apagado del todo, en tiempos recientes ha dado un giro que los ha llevado a algunos circuitos en los ya los habían olvidado o incluso en los que nunca existieron. ”


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Pellejos: gente poseída por el rock Por Cristina Pérez “Todo lo viejo es joven”, reza la letra de “La muerte es perfecta”. Los integrantes de Pellejos son rucos que hacen rock y del estado de sus pieles viene el nombre de la banda. Platicamos con Ignacio Perales, el vocalista, acerca de su nuevo disco, a favor de lo escatológico y en contra del amor.

P

ellejos es una banda que se formó en el DF por ahí del 2005. Su alineación ha cambiado con los años, hasta llegar a la actual: Mariano Villalobos (batería), Daniel Guzmán (bajo), Esteban Aldrete (guitarra) e Ignacio Perales (voz). Ninguno, salvo Esteban, es músico profesional. Daniel Guzmán es artista visual y su trabajo se ha exhibido en galerías importantes del mundo, aquí en el DF hace no mucho estuvo en kurimanzutto; Mariano Villalobos también es artista visual y tiene un libro publicado por Tumbona, una extraña colección de textos que bien podrían ser rolas, llamado Sombra sólida de sangre: la moronga; Ignacio (Nacho) Perales es el único que no se dedica a nada relacionado con el arte, es ajustador de seguros. Pellejos nació como un proyecto entre amigos que no tenían otra intención más que juntarse a tocar, platicar y tomar chela. Mariano y Daniel, grandes fanáticos de la música, en especial del rock, decidieron formar un grupo. En el 2012 alcanzaron su alineación actual. Un año antes, con Oscar Garduño en la guitarra, grabaron un álbum homónimo que fue producido por Quique Rangel, gran amigo de la banda, en el estudio de Café Tacvba: “El disco está muy bien grabado y muy bien hecho, fue un gran aprendizaje. Es formal y estructurado”, dice Nacho. La versión en vinilo fue diseñada por Daniel Guzmán. Después de publicado aquel material, los Pellejos se dedicaron a tocar: “Tocamos cuando queremos, cuando nos invitan. Si un amigo nos invita a un festival o a una boda, vamos. No tenemos un esquema tradicional de grupo.

A veces tocamos cuatro veces en un mes y a veces no tocamos en tres meses”. Lo que sí hacen religiosamente es ensayar (una vez a la semana), más que nada, como una rutina de amigos. Sobre la llegada de Esteban en el 2012, Nacho comenta: “Nos dio un poco más de libertad e improvisación. Nosotros tres no somos grandes músicos, entonces no podemos hacer algunas cosas como seguir un metrónomo”. Con Esteban pudieron desarrollar las canciones como ellos querían: con un buen grado de variabilidad e improvisación: “Nunca tocamos las canciones igual, y eso también es más divertido para tocar en vivo”. Para la grabación de este álbum, titulado Soy Cavernas, publicado por Terrícolas Imbéciles, entraron unos días al pequeño estudio que Eduardo Pacheco (el productor, ex baterista de Los Dynamite) tiene en la Condesa y grabaron todo de una sola vez; después eligieron las mejores tomas. El disco, sin planearlo así, terminó siendo un reflejo muy urbano de la situación actual de México: “Por la ola de violencia del país era normal escuchar que habían decapitado a 7 o 12 personas. Es algo que hablamos con Mariano y él un día llegó con ‘Soy Cavernas’, que reflejaba una cierta circunstancia que no ha mejorado, de hecho después se puso peor con lo de Ayotzinapa. Otro track parecido es el de ‘Por los caminos del sur’, está cantada con total ironía y es como un lamento. En la canción se escuchan gritos, que son los de toda la gente que muere en Guerrero, que es un estado sin ley, completamente”. Nacho deja bien claro que Pellejos no es para nada un grupo de protesta (“no es trova cubana”), pero habla de un compromiso ineludible como individuos: “El compromiso es un acto personal. Aunque también está esta otra parte: si uno puede aportar un granito de arena gritando enfrente de cien borrachos ‘Soy Cavernas’, pues está bueno”.

“El compromiso es un acto

personal. Aunque si uno puede aportar un granito de arena gritando enfrente de cien borrachos ‘Soy Cavernas’, pues está bueno.”

El trabajo de Pellejos gira en torno a las letras de sus canciones. Mariano escribe la mayor parte, inspirado por la ciudad y sus fenómenos. Las letras hablan de lugares en los que se bebe, de la Rotonda de los Hombres Ilustres, de autómatas citadinos, de pelos y hasta del grito terrible del vendedor de gas. Se puede decir que la lírica es el motor del grupo; a partir de ella se va construyendo la música. Esteban y Mariano se ponen de acuerdo para después llevar las maquetas a los demás y juntos ponen los toques finales. “Las letras de Mariano son urbanas y apocalípticas, nada cursis, lo cual es bueno porque me molesta que toda la música hable del amor. Entiendo que la perra sombra del amor a todos nos cae encima, pero hay muchísimas cosas de qué hablar en esta ciudad. En México hay una gran pobreza en las letras”, cuenta Nacho. Soy Cavernas no sufre de ese mal, sus letras son una ráfaga de lugares y experiencias, no siempre lineales ni con sentido. Tal es el caso de ‘Gente poseída por rockolas’. Sobre el sentido de esta canción, Nacho explica: “A mí me parece que es una cosa apocalíptica, un momento en el que se está acabando todo y hay cierto arrepentimiento de lo que ha sido la civilización. Acaba con una visión que tiene Mariano, algo rara, de la gente caminando por la calle poseída por rockolas, por el rock, sin una cosa humana ya, como si fueran cyborgs o robots”. Como casi todas las letras son escritas por Mariano, Nacho tiene que apropiarse de su significado después para interpretarlas a su manera, tiene que “creérselas”, como él dice. Las favoritas del vocalista son “Por los caminos del sur” —cover de la clásica canción del compositor guerrerense José Agustín Ramírez Altamirano— y “La muerte es perfecta”, que escribieron entre todos. “También me gusta ‘Soy Cavernas’ porque tiene una cosa funkera rara que cuando la cantas te prendes y te dan ganas como de bailar”, dice. A Nacho no le importa quién escuche el disco, lo que piensen los otros integrantes de la banda es lo único que cuenta, aunque confiesa que le gustaría que lo escuchara alguna rubia de Hollywood. A la pregunta de ¿Hacia dónde van los Pellejos?, contesta: “Yo no voy a parar hasta que no lleguemos al Madison Square Garden”. Este viernes 17 de julio se llevará a cabo la presentación oficial del álbum Soy Cavernas en el Multiforo Bajo Circuito a las 20 horas. La entrada será libre. Según Nacho, va a ser una gran borrachera a la que todos están invitados.


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Nuevos discos, nuevas drogas El sonido anterior Por Emilio Rivaud La gozadera

E

n el video de “La gozadera”, de Gente de zona, vemos un embotellamiento en las calles angostas de una ciudad, que sabemos caribeña por el estilo de los edificios y la ropa escasa de unas mujeres que manotean con candor latino ante un viejo coche accidentado. En su interior, dos tipos musculosos con lentes oscuros discuten con desparpajo costeño su siguiente movimiento. “Vamos a cantar”, dicen, o algo por el estilo, y se bajan del auto. Marc Anthony grita desde un balcón “¡Gente de zona!”: es la señal para que notas de reguetón y multitudes festivas inunden las calles de la ciudad. La bacanal se intensifica cuando alguien abre una toma de incendios que moja a todo el mundo, y se interrumpe de manera abrupta cuando el mismo Marc Anthony encuentra una grúa y remolca el coche de los Gente de zona, devolviendo la tranquilidad a la población isleña. “La gozadera” es una de las “canciones del verano” de este año. Según Wikipedia, estos hits estacionales se caracterizan por tener un estribillo fácil de aprender, un baile sencillo de realizar y una melodía tan pegadiza que no será fácil de olvidar. El enciclopedista que redactó esta entrada puntualiza que “más que una referencia a una estación particular del año, las canciones del verano hacen alusión a playas, fiestas, celebración, alegría, moda y, por supuesto, diversión”. Cuando son muy exitosas, las canciones de verano (pensemos, por ejemplo, en “Sopa de caracol”, “Aserejé” o “Gasolina”) pasan sus años otoñales amenizando bodas y antros playeros, adheridas por la fuerza de la costumbre a la memoria colectiva. Pero la vida de la mayor parte de estos temas transcurre como en el video de Gente de zona: salen de la nada, ponen a la gente a bailar por un tiempo y, cuando pasan de moda,

son remolcadas, como un auto viejo, a un tiradero donde sus mejores partes son robadas y recicladas mientras el resto se convierte en polvo. El 17 de junio, Jarvis Cocker inauguró su exposición 20 Golden Greats en el 12 Mail Red Bull Space de París. Consiste en una serie de discos de oro que celebran los millones de copias vendidas de canciones inexistentes. “La idea surgió hace tres años. Había terminado una gira y la gente no dejaba de preguntarme qué iba a hacer a continuación. Les dije ‘estoy trabajando en discos, pero no en la forma que tú esperarías’”, explica Cocker. Dibujó a mano las estampas de vinilos de 45 revoluciones, con títulos de canciones ficticias publicadas por grandes sellos discográficos. “Empezaron como discos comunes y corrientes, pero en un aparente giro de megalomanía decidí que tenían que ser discos de oro. Era una manera de decir ‘lancé un disco en Island Records y vendí millones’.” Aunque, como señala el texto curatorial de la exposición, los discos de oro —que no están realmente hechos de oro— no tienen ningún valor real, tienen un valor intrínseco infinito, que más bien “representa la materialización de lo inmaterial, de las energías colectivas, del éxito compartido”. Es, digamos, el trofeo que se le otorga a un buen animador. Los discos de oro de Jarvis Cocker muestran de una manera bastante directa la vacuidad de ciertos gestos de la industria musical. Estas canciones que fueron éxitos sin existir no son tan diferentes de los temas que luchan por ser “la canción del verano”. La receta de estas canciones, tan bien explicada en Wikipedia, no dice exactamente cómo hacer que una canción del verano sea la canción del verano, pero sí delimita cuáles no pueden ser canciones del verano. ¿El público responde con el mismo interés al mismo estribillo, al mismo baile fácil, a la misma melodía pegajosa, año tras año? Sería optimista pensar que la respuesta es no. Pero el favor del público no libra a las canciones del verano de su desprecio industrial por la música y su culto imbécil y despreocupado del éxito, mientras en una calle atestada los cuerpos sudorosos se entregan con entusiasmo mimético a la gozadera.

Por Carlos Velázquez 20 000 DÍAS EN EL RANCHO

S

é que me van a linchar, pero debo confesarlo: me gustó el documental de Nick Cave. 20 000 días en la Tierra trata sobre todo y sobre nada. Aparentemente, narra un día en la vida de Cave, autor de La muerte de Bunny Munro, un novelón endiablado acerca de un vendedor de cosméticos a domicilio que a fuerza de infidelidades orilla a su esposa a suicidarse. Su mujer lo deja a cargo de su hijo de 10 años que nació sin un párpado y debe llevar gafas de sol todo el tiempo. Mientras Bunny entra a las viviendas a cogerse a las amas de casa, su hijo comienza a hablar con el fantasma de su madre muerta que se le aparece para reafirmarle la existencia de Dios. Tal el universo de Nick Cave. 20 000 días es un documental imperfecto. Estructuralmente es tramposo. Es obvio que trascurre más de un día, pero es el pretexto para celebrar la existencia del líder de The Bad Seeds. Presumía que me van a linchar porque hubo testimonios de gente a la que no le agradó el documental. No faltó quien aseguró que se quedó dormido. No exageremos, nadie con algo en las entrañas puede quedarse dormido con ese docu. El problema radica en que no es claro lo que se quiere contar. En apariencia es un biopic, y aunque narra hechos cronológicamente, no se apega al género. Por momentos pareciera que pierde el hilo narrativo, pero esta sensación se produce porque el espectador espera encontrarse con una historia. El filme tiene dos grandes virtudes. La primera es que no importa cuántos momentos laxos contenga, en cuanto aparecen las escenas de las canciones se le caen a uno los calzones irremediablemente. Por ejemplo, cuando están en la sala de ensayos dándole forma a “Higgs Boson Blues”, la escena logra erizar la piel. Y lo más importante, asistimos a un momento sumamente íntimo en el proceso de composición de un artista. Un instante al que casi nunca tenemos acceso: a la canción en obra negra, que poco a poco va terminándose de edificar. Observamos cómo los músicos chupan el esqueleto de la canción y luego se relamen los dedos. Eso vale todo el documental. Pero va un poco más allá. La segunda virtud es que se nos muestran los fetiches de la memorabilia personal de Nick Cave. Materiales de los que antes no teníamos conocimiento. Se hurga, en parte, en el pasado del cantante y sus relaciones sentimentales. Lo que demuestra que tampoco es perfecto, como el documental quiere establecer al presentarlo tan pulcro y tan equilibrado. Aparece Kylie Minogue, pero se omite por completo a PJ Harvey. ¿La razón? Porque PJ lo mandó a la chingada. Y le duele. Y prefiere negar esa faceta. Quizá lo único que se extraña sea que del lado oscuro de Nick Cave se cuenta poco. Soslaya su relación con las drogas con un comentario. “No me molestan las drogas porque fui yonqui 20 años”. Habría sido más enriquecedor conocer más de su etapa en el abismo, pero no se puede juzgar a las cosas por lo que no contienen. 20 000 días en la Tierra no es un gran documental. Pero para ser de un hombre que no estudió cine es sobresaliente. Y repito, las escenas de las canciones son impagables.


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RO M

S •L

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ECORD

Los 10 vinilos más vendidos de JULIO en La Roma Records:

Lafourcade 1 Natalia Hasta la raíz 2 Björk Vespertine 3 Darondo Listen to My Song 4 Air10.000 Hz Legend xx 5 Jamie In Colour 6 Métrika Afterwards Stevens 7 Sufjan Carrie & Lowell 8 AirThe Virgin Suicides 9 Björk Vulnicura Mountain 10 Black Black Mountain

Álvaro Obregón 200 Bis 1, Roma T. 52642140

Reseñas Currents Tame Impala Modular, 2015

Déjà Vu Giorgio Moroder 2015 Disonancia es escuchar estos ritmos y saber que quien los crea tiene 75 años. En los años setenta, Giovanni Giorgio Moroder inventó —la palabra es fuerte— la música disco y el dance, y ayudó a inventar la música electrónica y el techno. Sigue activo y adolescente. Sus canciones invaden las noches, las pistas de baile, y tienen el perfume sudoroso de una chica que baila en trance químico. Como casi toda su extensa obra (que va desde la producción hasta la creación de soundtracks), éste es un producto comercial de temática ligera, con beats amables, insistentes y chiclosos, con efectos de vocoder que en un descuido se pierden en el monótono paisaje artificial de la música pop contemporánea. Sin embargo, sería frívolo decir que esto es solamente canciones para bailar, a cada instante asoman guiños de mente maestra. Por ejemplo, la selección de las vocales para las canciones. Son intervenciones estelares. Tenemos a Sia cantando el tema que da nombre al disco; a Kylie Minogue con el primer sencillo lanzado desde enero de este año “Right Here, Right Now”; y un sorprendente cover al tema de Suzanne Vega “Tom’s Diner”, pero en la voz y perversión de Britney Spears (para quien esto escribe es quizá lo más sublime de este álbum). Otro guiño: los temas instrumentales, en donde el músico, desde sus sintetizadores y secuencias, lanza su propio manifiesto de la inmortalidad: “74 Is the New 24”, setenta y cuatro (edad de Moroder al grabar este tema) son los nuevos veinticuatro. La pregunta fundamental más bien sería formulada de esta manera: si no fuera porque es Moroder, porque está en la tercera edad, porque él inventó este sabor de la música bailable y porque la factura de este material es impecable, ¿este disco sería valioso en sí mismo? La respuesta es: no tanto. Pero tampoco es que busque una especial trascendencia. Ésa ya la tiene Moroder y nadie se la discute. Ya no tiene nada que demostrar, salvo presumir a la humanidad (y contradecir a la biología) que él no envejece. Es un material que empieza y termina en la pista de baile, en las frías estadísticas de los charts, en los remixes de otros DJs, en los movimientos incongruentes de la multitud que baila, es el decimoséptimo álbum del maestro, uno más, qué más da. No empuja al género un paso adelante, pero así es el dance: moverse en el mismo sitio, gozando tan sólo.

Semanas antes del lanzamiento oficial de Currents (17 de julio), tercer álbum de la banda australiana Tame Impala, internet ya estaba plagado de reseñas elogiosas y advertencias que lo colocaban entre los mejores del 2015. Viralizado a partir de marzo, el sencillo “Let It Happen” —una canción de siete minutos donde converge la psicodelia del Lonerism, sintetizadores tripeados, loops intermitentes, un poderoso bajo con distorsión y la voz barrida y ensoñada de Kevin Parker cantando: All this running around, I can't fight it much longer, something's trying to get out— sirvió de anzuelo para atrapar la atención de sus entusiastas —y conquistar a algunos nuevos—quienes no tardaron en vaticinar que venía en camino el trabajo más sólido de la banda de Perth. Tan pronto comenzó a filtrarse el archivo MP3, la opinión confirmó a coro: menos guitarra y más presencia del bajo, más pop y lagunas de introspección; pero la misma consistencia y el poder de impacto que distingue a Tame Impala. Pero ¿álbum de consagración? Las letras, el nombre de las canciones (“The Moment”, “Yes I’m Changing”, “Eventually”, “The Less I Know the Better”, etc.) y las declaraciones públicas del vocalista apuntan hacia otra dirección: el quid de la composición musical reside en el proceso de búsqueda y en el trabajo de exploración. La clave, parece decirnos este disco, está en dejar que suceda (lo que sea que tenga que ocurrir) mientras cortamos las amarras, silenciamos la paranoia y dejamos ir las aprehensiones que nos acosan. Los arreglos disco, la brillantina, los beats bailables y la melancolía pacheca funcionan como un contrapeso al debraye, el alucín y la soledad que acompañan a cualquier cuestionamiento existencial. De acuerdo con Kevin Parker, el diseño de portada (elaborado por Robert Beatty) refleja el concepto que impulsa a su tercera producción discográfica. La imagen muestra una esfera que avanza modificando un patrón de líneas armónicas. Es la música que penetra dentro de un escenario equilibrado y neutro para establecer un nuevo orden que —sólo en apariencia— es caótico y turbulento. La metáfora condensa tres universos musicales que coexisten en Currents: el equilibrio y el zen del hipismo; la deriva y los bucles sonoros de la psicodelia; y el estallido láser, los ritmos redondos y las atmósferas rosas de la música disco.

—josé velasco

—Felipe Soto

La vara

B.B. King: sí descansa en paz Tras las acusaciones de dos de sus hijas, quienes decían que B.B. King había sido asesinado (afirmando que su representante y su asistente conspiraron contra él), el forense de Las Vegas a cargo de la autopsia ha concluido que no fue envenenado y que murió —a los 89 años— a causa de males relacionados con el alzhéimer.

El regreso del gran Lee Mavers Según reportes, Lee Mavers, el ermitaño líder de The La’s, la mítica banda de Liverpool que consiguió fama a finales de los 80, se encuentra trabajando en música nueva. Su cómplice es ni más ni menos que Liam Gallagher. Por lo pronto Mavers ya tiene a otro genio de su lado.

Ed Sheeran vs. Morrissey. ¿A quién le van? Que Moz se pelee con otros artistas no es nuevo. Que otros artistas insulten a Sheeran tampoco. El ex cantante de los Smiths afirmó que tanto Sheeran como Sam Smith son inventos de la industria musical y que su éxito sólo es producto de la excesiva mercadotecnia. Sheeran contestó vía Twitter: “Esto es una porquería”.

Kendrick Lamar: demandado El fotógrafo Giordano Cipriani, demandó a Kendrick Lamar. Lo acusa de utilizar sin su permiso la fotografía que acompaña al sencillo “The Blacker the Berry” de su más reciente álbum To Pimp a Butterfly. Lo que pide son 150 000 dólares por cada vez que ha sido usada.

50 Cent: en la calle El rapero 50 Cent, que hasta hace poco era uno de los más ricos de la escena —tenía muchas acciones de Vitamin Water—, se declaró en bancarrota después de que lo demandaran por cinco millones de dólares, por filtrar en las redes un video sexual de la ex novia de Rick Ross (conocido rival del rapero).


del 16 al 29 de julio de 2015 | música | frente | 33

The Flaming Lips TAG CDMX en el Auditorio Nacional 30 de junio de 2015

abajo

ARRIBA

Por Toni François www.tono.tv


34 | frente | cine | del 16 al 29 de julio de 2015

C cine

Pixels

What happened with Mrs. Simone?

Verano del 2015: ¿qué ver? Por Roberto Garza

Gracias a los pequeños distribuidores que se arriesgan al traer cine de autor e independiente, y debido a la existencia de plataformas digitales de exhibición en línea, la oferta cinematográfica de verano es mucho más amplia e interesante de lo que solía ser. A continuación, una guía de verano con lo que consideramos lo mejor de la oferta comercial, cultural y en plataformas digitales. Ant Man

Al

principio fueron las salas de cine tradicionales, luego llegó la televisión con sus decenas de canales y los soportes fijos como el vhs, el dvd y el Blu-ray. Después, con la revolución digital (que implicó la muerte del celuloide) y el uso masivo de internet, aparecieron las plataformas intangibles de exhibición digital como Netflix, Filmin, Clarovideo y MUBI, que hoy en día estrenan películas al mismo tiempo que las salas cinematográficas. Como nunca antes en la historia tenemos a nuestra disposición un abanico amplio de formas de ver películas o cualquier otro material audiovisual, desde series de televisión megaproducidas hasta cortos experimentales realizados por un colectivo de artistas islandeses. La oferta es tan grande como inabarcable. En el 2015 está la opción de ir al cine a un centro comercial como parte de un proceso cultural de identificación colectiva y como un acto social en una sala oscura donde se comparte la experiencia cinematográfica (en 2D, 3D o 4D). Ésa es la tradición, digamos. Pero en la actualidad también es posible ver la misma película que exhiben

Eddie Reynolds y Los Ángeles de acero

los cines en un canal de televisión de paga, en una computadora, en una tableta o en la pantalla de un teléfono que cabe en la palma de la mano. De esa oferta de posibilidades, el cinéfilo moderno puede elegir la manera de acercarse a las historias que le cuenta el cine. No es lo mismo ver una película de acción tipo Mad Max: Fury Road en la megapantalla de una sala de cine que verla en un teléfono, por más inteligente que éste sea. Así que, en un ejercicio cien por ciento cinéfilo, presentamos una guía de lo que vale la pena ver en las salas comerciales y culturales este verano, y algo de lo que podemos encontrar en las plataformas digitales (películas que se estrenan en estos meses en Estados Unidos y Europa, pero que no llegan a las salas de cine mexicanas).

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En cines de centro comercial La cartelera comercial del verano trae como uno de sus primeros cañonazos a Ant-Man. El hombre hormiga, el debut en pantalla grande del


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“… presentamos una guía

de lo que vale la pena ver en las salas comerciales y culturales este verano, y algo de lo que podemos encontrar en las plataformas digitales.

estrenos

superhéroe más pequeño de la cultura pop estadounidense. Esta película se estrena el 16 de julio en prácticamente todos los cines del país. Poco después, el 24 de julio para ser precisos, se estrena la esperada oda a los videojuegos de los ochenta (algunos la califican de película retrofuturista) llamada Pixels, que a su vez es un filme de ciencia ficción con mucha plata invertida por parte de Columbia Pictures y con el comediante Adam Sandler en el papel protagónico. Una semana después, en plena canícula de verano, el viernes 31 de julio se estrenan otras dos bombas hollywoodenses: Misión imposible: nación secreta, con un héroe de acción de la vieja guardia, Tom Cruise, y Los 4 fantásticos, otra de superhéroes populares repleta de escenas de pelea, romance y con grandes efectos especiales. Dos películas hechas para pasar el rato con la bolsa de palomitas en las manos y los lentes 3D bien puestos. El verano seguirá con una andanada de cintas fácilmente olvidables, de ésas que peyorativamente se les dice palomeras, hasta el viernes 28 de agosto. Ese día se estrenan dos comedias que cierran la temporada: Ted 2, secuela de la película homónima del 2012, y la mexicana Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero, la segunda película de Gustavo Moheno (antes hizo el fallido remake de Hasta el viento tiene miedo), en la que Damián Alcázar la hace de rockero trasnochado.

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En salas culturales Empecemos por la oferta de la Cineteca Nacional y su circuito de salas culturales. Durante julio y buena parte de agosto se seguirá exhibiendo en diversas sedes de la zona metropolitana la selección de 14 películas que hizo el programador de la Cineteca, Nelson Carro, para la edición número 35 del Foro Internacional de la Cineteca. De este 35 Foro vale la pena verlo todo, la verdad, pero aun así sobresalen tres títulos: Una chica regresa sola a casa de noche, de Ana Lily Amirpour, película que tiene como personaje principal a una vampira en Irán. También dirigido por una mujer, en este caso por Asia Argento, el melodrama Incomprendida es otro de los filmes más interesantes del Foro, que se estrenará en septiembre en el circuito de cines culturales. Y la imperdible Made in Bangkok, del argentino Flavio Florencio, un documental sobre una cantante transgénero en Tailandia coproducido entre México y Alemania (eso es cine global). Otro título para apuntarlo en la agenda de verano es La princesa de Francia, largometraje de Matías Piñeiro que estará por lo menos un par de semanas en las principales carteleras culturales de la Ciudad de México y el cual ha

sido calificado por la crítica como el mejor filme del cineasta argentino a la fecha. Aunque no tiene fecha confirmada, en algún momento del verano se estrenará el documental Mistaken for Strangers, un hilarante retrato de la banda de rock The National realizado por Tom Beringer, hermano de Matt Beringer, delantero del grupo. Cabe mencionar que esta película es del 2013, que ya se puede conseguir en video y descarga digital, pero que llega a los cines de nuestro país con subtítulos en español gracias a Artegios, la distribuidora del documentalista Everardo González.

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En plataformas digitales Una ventaja de la era digital es que hay muchas películas que se estrenan de manera simultánea en cines y en otras plataformas. De esa enorme gama de estrenos, que no se exhibirán este verano en cines mexicanos pero que estarán disponibles en medios digitales, sobresalen dos documentales musicales-biográficos sobre dos grandes artistas del jazz y el soul: Nina Simone y Amy Winehouse. What Happened, Miss Simone? se estrenó el 22 de enero pasado en el Festival de Sundance, el cual se ha convertido en una de las principales plataformas para dar a conocer no sólo el mejor cine independiente a escala mundial, sino los documentales musicales y biográficos de mayor relevancia en los últimos años (basta con mencionar el caso de Buscando a Sugar Man). Dirigido y producido (en colaboración con Netflix) por la cineasta Liz Garbus, quien ha documentado las vidas de personajes como el ajedrecista Bobby Fisher y Marilyn Monroe, este filme profundiza en la vida de Nina Simone, pianista, compositora y una de las más extraordinarias cantantes del jazz y del soul, a quien también se le reconoce como un ícono de la libertad y una incansable luchadora a favor de los derechos civiles de los afroamericanos. El segundo, dirigido por Asif Kapadia (Senna), lleva por título Amy y se exhibió por primera vez en el pasado Festival de Cannes, donde fue ovacionado. Este trabajo se centra en la vida de Amy Winehouse, desde sus inicios en el mundo de la música hasta su consagración como diva del soul y su trágica muerte por intoxicación alcohólica a los 27 años, el 23 de julio del 2011. Este filme, que se estrenó comercialmente el 3 de julio en salas de Estados Unidos y Europa, cuenta con más de 100 entrevistas, así como con una gran cantidad de imágenes inéditas, grabaciones de sus amigos más cercanos y de quien fuera su esposo, Blake Fielder-Civil. Este documental, que se podrá ver en televisión de paga y Netflix, sorprendió en Cannes por la manera en la que Asif Kapadia, sin caer en el amarillismo, se sumerge en las profundidades de una vida sumamente atribulada y llena de excesos, al tiempo que pone en relieve el enorme talento y la portentosa voz de Amy Winehouse.

OPEN WINDOWS: PERSECUCIÓN MORTAL Dir. Nacho Vigalondo. Con: Elijah Wood, Sasha Grey, Neil Maskell, Adam Quintero. El actor, guionista y director español Nacho Vigalondo (Rewind) logra un thriller sumamente entretenido, con momentos de genialidad y muy buen sentido del humor, y que, en el discurso subyacente, invita a la reflexión sobre la transformación del cine en la era digital. La historia: el joven Nick (Elijah Wood) entra a un concurso en línea y gana una cena con Jill Goddard (Sasha Grey), la actriz de moda entre los chavos. Sin embargo, un poco antes de la fecha, le informan que la caprichosa estrella decidió cancelar la cena. Para compensarlo, le ofrecen a Nick la posibilidad de espiar a Jill durante una noche desde su teléfono móvil.

LAS VOCES Dir. Marjane Satrapi. Con: Ryan Reynolds, Gemma Arterton, Anna Kendrick, Jacki Weaver. La cineasta de origen iraní Marjane Satrapi, directora de la célebre Persépolis (2007), se aventura a hacer una extraña mezcla de comedia negra romántica con thriller psicológico sobre asesinos en serie y, la verdad, cae muy bien parada en el intento. Las voces narra la historia de Jerry, quien vive con su perro Bosco y su gato Mr. Whiskers. Digamos que en apariencia su vida es la de una persona común, hasta que conoce a la deslumbrante Fiona. Esa noche llega a su casa a platicarle sobre ella a sus mascotas, quienes resultan ser unos animales parlantes. Y esto es sólo el principio de esta psicótica historia.

ANT-MAN. EL HOMBRE HORMIGA Dir. Peyton Reed. Con: Paul Rudd, Michael Douglas, Evangeline Lilly, Corey Stoll. Adaptación fílmica del cómic homónimo de Marvel, esta película puede ser definida como una vorágine de escenas de acción y efectos especiales espectaculares, pero con nulo contenido dramático. La historia se centra en parte de la vida del superhéroe titular, un científico llamado Hank Pym, quien a causa de una serie de experimentos se reduce al tamaño de un insecto capaz de comunicarse con las hormigas.


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“…el director es un fiel creyente de las

virtudes creativas del ensamble: trabaja, como en el teatro, con una compañía de actores (principalmente de actrices) que lo mismo interpretan a un personaje, que participan en la creación de la música o en resolver una escena desde el guion.”

Matías Piñeiro y la comedia shakesperiana Por Verónica Ortiz Cisneros La princesa de Francia, tercera entrega de la serie de adaptaciones shakesperianas del argentino Matías Piñeiro, es una magnífica comedia con el arte y el amor como telón de fondo. El director continúa por el camino trazado por sus dos filmes anteriores: Rosalinda (2011) y Viola (2012). Actualmente, se exhibe en el circuito de cines culturales de la Ciudad de México.

I

nspirada en Trabajos de amor perdidos, de Shakespeare, La princesa de Francia es la película más reciente de Matías Piñeiro, un director experimental con un corazón fiel. Experimental podría significar casi cualquier cosa, sin embargo, en su caso el término aplica en su sentido más literal, casi infantil: a través de sus películas, como un niño Piñeiro es capaz de hacerse preguntas, intercambiar papeles, mezclar elementos y pacientemente esperar el resultado. En La princesa de Francia no hay titubeo alguno y la consecuencia es una sinfonía prácticamente perfecta. La película inicia con un parlamento en italiano —de un actor que no veremos en escena— mientras escuchamos una sinfonía de Schumann. Es su manera de continuar la conversación suspendida en su película anterior, Viola (2012). El actor que escuchamos hablar en italiano aquí, en la película anterior aparecía en escena pero estaba prácticamente mudo. Este juego no es ni será fortuito. Piñeiro es egresado de la Universidad del Cine en Argentina, en la que se ha desempeñado también como profesor. En el 2011 se trasladó a Estados Unidos para realizar la beca Radcliffe de la Universidad de Harvard. Actualmente, vive en Nueva York con una nueva beca por parte de la Universidad de Nueva York (NYU). Matías Piñeiro construye fiel a sus obsesiones. La primera de ellas es el vínculo entre cine y teatro. Ésta es la tercera película de una serie de comedias basadas en obras de Shakespeare, y el director es un fiel creyente de las virtudes creativas del ensamble: trabaja, como en el teatro, con una compañía de actores (principalmente de actrices) que lo mismo interpretan

a un personaje, que participan en la creación de la música o en resolver una escena desde el guion. En ello está arraigado, en gran medida, su mérito como realizador. Esta característica le ha permitido crecer y madurar con su compañía. Piñeiro explicó este método vía una entrevista en línea: “Los actores son cómplices fundamentales de esta experiencia de escritura. Lo primero que les agradezco es la confianza en un proyecto cuyas líneas no están completamente claras, y luego agradezco el compromiso de cada uno en mejorar las primeras propuestas y la energía puesta en el momento del trabajo para que salga lo mejor posible. Creo que, sobre todo, escucho. Escucho sus opiniones acerca de lo que les propongo y me gusta mucho hacer todos los cambios necesarios para que las escenas estén de acuerdo con lo que ellos piensan y con la forma de la película." Su más reciente entrega se trata de un filme creado minuciosamente y lleno de detalles que demandan nuestra presencia y atención. De manera deliberada durante muchos pasajes los textos parecen ir desfasados de las imágenes mientras una música juega a contrapunto, o donde se mezclan realidad y ficción sólo para generar un sentido de vorágine. Esto sucede a un grado tal que, como espectadores, nos preguntamos si estamos entendiendo algo, y aunque parece que no, gracias a una impecable labor de dirección, entendemos. De la misma distribuidora, Interior XIII, vimos hace poco Dos disparos, de Martín Rejtman. Son dos estilos distintos, ambos magistrales. Rejtman es riguroso, escribe el guion y una vez hecho no permite que se cambie una letra y mucho menos el sentido en el que se interpreta cada texto. Lo tiene bien medido. Matías Piñeiro, por su parte, es el orden del caos. Presenta el planteamiento de la obra con el guion y parece ceder el control al colectivo. Interviene donde tiene que hacerlo para reunir y trenzar cada una de las capas que componen la pieza en un universo donde todo tiene algo que ver. Esto requiere de un enorme esfuerzo, que parece dominar cada vez más a medida que dirige una nueva película. Deacuerdoconeldirector:“Siempreestánlasideas,lasestructuras, las necesidades de producción establecidas, pero últimamente estoy notando que escribo más y más cerca del rodaje.

Eso me pone algo nervioso, para ser sincero, y me gustaría cambiar, tener un guion terminado meses antes del rodar, pero ya es la tercera vez que me escucho diciendo esto, así que no sé si va a pasar. Igual todo termina escrito, no hay vaguedad, pero sí es un proceso de acomodarse a lo que nos rodea y acontece. Necesito, para que las películas existan y sean como son, mantener algo abierto en el guion. Las ideas que se encuentran son mejores cuando se las filma que cuando se las pone simplemente en un papel”. En este filme hay algunas innovaciones respecto de los anteriores. El más sobresaliente, sin duda, es que haya un protagonista masculino. Víctor regresa a Buenos Aires tras la muerte de su padre luego de pasar un año en México. Tiene la intención de realizar un montaje radiofónico. Su relación con las actrices participantes, con las que ha estado, o estará involucrado sentimentalmente, y la de ellas con otros personajes, arrebatan la escena sin tregua. Piñeiro también se apropia de la estética del pintor francés William-Adolphe Bouguereau, y usa sutilmente la música de Schumann, composiciones originales de Julián Tello, Juan Chacón, Julián Larquier Tellarini (también actores de la película), así como diálogos rítmicos para alimentar el artificio. Aunque el protagonista es un hombre, las heroínas continúan siendo las mujeres, quienes son capaces de seducir y transitar cada situación con elegancia y astucia. Aquí vuelven las filias de Matías Piñeiro con María Villar a la cabeza, seguida de Agustina Muñoz, Laura Paredes, Romina Paula, Elisa Carricajo y Gabriela Saidón. En ese sentido, sus películas han servido como espacios de crecimiento para cada uno de sus participantes. Todos comparten un sensibilidad singular y un interés por el trabajo personal y de autor. Lo mismo son actores, que músicos y escritores. Artistas con inquietudes que terminan por enriquecer los escenarios en los que les toca jugar. La princesa de Francia es, en suma, una muestra sofisticada de lo más reciente del cine argentino. Con ella Piñeiro confirma que es uno de los directores más creativos de nuestros tiempos.



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A arte

La foto no es la realidad ni mucho menos Un diálogo interdisciplinario con Daniela Bojórquez Vértiz Por Herson Barona

El

27 de noviembre del 2013 fue la primera vez que vi a la escritora y Óptica sanguínea, el más fotógrafa Daniela Bojórquez Vértiz. Ella no lo recuerda. Yo tamreciente libro de la fotógrafa y poco lo haría de no ser porque he estado releyendo su segundo escritora, Daniela Bojórquez, aporta libro, Modelo vivo —ya antes había publicado Lágrimas de Newton—, y mi a la discusión: ¿pueden los libros, en ejemplar tiene una dedicatoria que apunta esa fecha y dice: “Por la grata tanto objetos, ser obras de arte? coincidencia en la f,l,m. (y los personajes sin nombre)”. En esa colección de relatos ya estaban presentes algunas de las preocupaciones que se han decantado en su obra más reciente: el diálogo entre literatura y artes plásticas y visuales, la metaficción y la ficción autoconsciente, y algunos cuestionamientos sobre la fotografía, como su posibilidad de registrar o moldear la realidad, y si se puede escribir del modo en que se toma una fotografía o viceversa. La segunda vez que la vi fue hace unos días, en la fiesta de su libro de tapa roja; Óptica sanguínea —que publicó recientemente con la editorial Tumbona—, concebido a partir del montaje de diversos elementos: manuscritos, fotografías, cuaderno de notas, documentos oficiales y tachaduras, entre otros. Esta obra, en la que la prosa es apenas uno de tantos discursos en juego, rompe las fronteras de los géneros; se trata

de una conversación entre distintos lenguajes que operan, al mismo nivel, añadiendo capas de sentido y posibilidades a la ficción. Óptica sanguínea es un libro anómalo que permite ahondar en la discusión acerca de los libros como piezas de arte más allá de meros artefactos literarios. Intercambiamos algunas palabras y nos pusimos de acuerdo para realizar esta entrevista, que se llevó a cabo vía correo electrónico y gtalk. ¿Cómo surgieron los textos que conforman Óptica sanguínea? ¿Buscas fotografías para incluir en un texto, son las imágenes las que detonan las historias o son procesos paralelos?

No busco fotos, más bien traigo algún proyecto en la cabeza y las cosas se empiezan a parecer a lo que busco. En cuanto a los textos, en algún punto surgía la necesidad de que una imagen apareciera, entonces revisé mi archivo y encontré coincidencias. Son de naturaleza muy distinta, son lenguajes diferentes, así que los trabajo de manera paralela y los uno si considero que la suma de los dos resulta en un tercer sentido, pero es difícil que funcione,


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En Óptica sanguínea la imagen ‘completa’ al texto en “algunos casos, lo aborda desde la propia visualidad ya dada en el texto; en otros, la foto es como un epígrafe de los textos. Lo que me parecía importante, sobre todo, era que las fotos no fueran ilustrativas, sino que funcionaran de manera casi independiente, desde su propio ser-imagen.” por eso hay varias combinaciones distintas imagen-texto en el libro.

A finales del 2014, el Museo del Chopo presentó Transcripciones, una exposición colectiva en la que participaste con una serie de “antirretratos” en los cuales aparece el soporte y un pie de foto, pero la imagen descrita no está. En “El interleph” —una de las piezas que aparecen en el libro— vuelven a aparecer. ¿Eran piezas independientes que después integraste al texto o decidiste hacerlas mientras lo escribías?

La pieza partió del texto “El interleph”, que a su vez parte de “El Aleph” de Borges. Al principio hay una enumeración de distintos momentos de Beatriz Viterbo, que me parece una especie de álbum de fotos. Cuando me encontré con la opción de trasladar esa parte a mi propio texto, pensé que podría acentuar la cualidad visual de la lista. Así que le hice un álbum “invisible” a Pilar de la Fuente, mi personaje. Una serie de diez fotografías que hablan sobre la fotografía y que describen imágenes de retratos que no se pueden ver; decidí que eso necesitaba tener vida como pieza aparte. “Álbum de Pilar” se convirtió en una pieza independiente al texto; es más bien un comentario sobre la foto, sobre la tecnología que la hace posible y sobre la hiperproducción fotográfica contemporánea. Se expuso en Transcripciones, cuya propuesta central se basaba en interrogantes concernientes al lenguaje a través de las artes visuales. En Óptica sanguínea dejé la mitad de los “antirretratos” de Pilar: sólo aquellos que hacen avanzar a la anécdota del texto.

El intertexto con Borges queda establecido desde el título y en la primera oración de “El interleph” (“Dicen los que saben, pero la Red sabe más”) que es un guiño al inicio de “Los dos reyes y los dos laberintos”. ¿Qué fue lo que te llevó a trastocar ese cuento paradigmático de Borges?

Me interesaba hacer un viaje imaginario en el tiempo imaginario, por eso partí de “El Aleph” y lo trasladé a un futuro posible. Pienso que desde que existe Google tenemos un Aleph. Mi presonaje, Ernesto Contemporáneo, es otro tipo de traslado: en lugar de un poeta quise construir a un artista visual, cuya obra de hecho aparece en el libro. Se apellida Contemporáneo porque su marca, en vez de origen (como Carlos Argentino), es de tiempo, el presente-futuro del arte contemporáneo.

De la lectura de este texto (y sus imágenes) se desprende una idea que podemos hacer extensiva al conjunto de Óptica sanguínea: la memoria como reescritura y la fotografía como una mnemotecnia en la que terminamos olvidando el objeto que queríamos rete-

ner y nos quedamos con las imágenes como un sucedáneo del recuerdo. Tú lo dices mejor: “Recordamos no ya ciertos escenarios o tardes exactas, sino las fotografías de esos escenarios, fragmentos de los hechos que dieron pie a esas imágenes”. ¿Qué buscas al incluir estos dos modos de representación?

El diálogo entre fotografía y escritura está lleno de posibilidades, aunque quizá la más común es la de supeditación: el pie de una foto que pretende explicarla, la foto que ilustra un texto. Me interesaba establecer relaciones distintas entre imagen y palabra, una relación más tensa entre ambas, un tercer espacio. En Óptica sanguínea la imagen “completa” al texto en algunos casos, lo aborda desde la propia visualidad ya dada en el texto; en otros, la foto es como un epígrafe de los textos. Lo que me parecía importante, sobre todo, era que las fotos no fueran ilustrativas, sino que funcionaran de manera casi independiente, desde su propio ser-imagen.

Tus narradores suelen hacer referencia a que lo que están contando no es la realidad, o que cuando la realidad se escribe —inevitablemente— se manipula, pero las fotografías apelan a una realidad. ¿Cuál es tu idea de la fotografía como instancia que “retrata” lo real, crees que, como el lenguaje, se trata de otro modo de manipularla? Pienso en la idea de la fotografía como un arte mimético.

La idea de mímesis en fotografía proviene de sus inicios en el siglo XIX, pero ya varios autores (Barthes, Fontcuberta) han hecho precisiones a esta fe que suele profesársele a las imágenes fotográficas; la foto no es la realidad ni mucho menos, es una construcción posible a partir de lo real, pero se mueve en el campo de lo simbólico, y yo prefiero pensar las fotos como eso, conjuntos de signos independientes a su “fuente” original. Justamente, me interesaba en este libro jugar con las nociones de documento y verosimilitud, contaminar esos niveles entre la “realidad” y su ficción, jugar con la posibilidad de representación entre ambas.

En Modelo vivo ya está muy presente la fotografía y la mirada, ¿cómo te decidiste a dar este siguiente paso e integrar las imágenes con el texto?

Quería hacer un libro-obra, en el sentido que Ulises Carrión le daba a este tipo de trabajos. Un aparato visual-textual cuya forma necesariamente fuera de libro, que partiera del género cuento, pero que

al mismo tiempo se separara de un libro convencional del género. En ese momento varias cosas empezaron a coincidir; quería hablar de ilusión/neurosis y realidad/representación.

Y, además de Carrión, ¿qué otros artistas te interesan en ese sentido?

Tacita Dean, Salvador Elizondo, Jorge Méndez Blake. Me interesa el trabajo de Mario Bellatin, uno de los escritores que más se ha involucrado en las artes visuales.

Óptica sanguínea está atravesado por una serie de personajes un tanto obsesivos y paranoicos. En “Ficción del paranoico” es quizá donde esto resulta más claro.

Te puedo contar acerca del proyecto Paranoidiaries. Surgió de mi interés por cuestionar la capacidad de documento de la “realidad” por parte de la fotografía, así que decidí establecer un personaje (ficticio, claro está) que operara como fotógrafo. Entonces entré en completa ficción y puse a mi personaje a fotografiar, y así hice fotos como no las hubiera hecho una fotógrafa, digamos, solvente. Hice lo que se supone no se debe hacer en términos técnicos: ocultar al sujeto lo mejor posible. Al mismo tiempo, le inventé un diario y unos documentos falsos al personaje fotógrafo paranoico. Con eso quería subrayar la idea de que la fotografía, desde su cualidad simbólica, es capaz de generar realidades sostenidas en las imágenes mismas, que de ningún modo se corresponden con la realidad-real. Y la paranoia (y la ilusión, y otros comportamientos de la mente) se parecen en eso a la fotografía. Y eso se convirtió, finalmente, en mi manera de fotografiar.

¿De qué modo esto permeó tu estilo como fotógrafa?

En realidad es un estilo que parece más de voyeur que de paranoico. Me la paso en

los parques y bosques cazando siluetas. Pretendo hacer un libro verde al respecto.

Un libro solamente de fotografías, sin textos.

Claro. Ésa es la idea en mi trabajo en general: tomar distancia de la palabra para operar desde la imagen. Óptica sanguínea es un paso en esa dirección.

¿“Distancia focal”, un texto difícil de leer (físicamente) porque está fuera de foco, podría ser una especie de declaración de principios? Me refiero a que obliga a tomar distancia del texto, o a pensar los textos como imágenes.

No lo pensé así, sino como otra combinación posible entre palabra e imagen, o, si lo prefieres, forma y fondo. Me interesaba que un texto (¿un “fototexto”?) causara un gesto en el lector, involucrara al cuerpo del espectador.

Hasta ahora hemos hablado de las fotos, pero en el libro hay otros soportes: además del diario, el cuaderno de notas y el álbum fotográfico, hay documentos, manuscritos, un texto anotado y tachado. ¿Cuál es tu interés en trabajar con todos estos elementos?

Me gustan las obras que son “autoconscientes”: la metaficción, la foto cuyo tema es la fotografía, etc. Puesto que me interesan la imagen y la representación como problemas propios del arte, hacer un tachado sobre un texto, por ejemplo, lo lleva a su condición de ser-un-texto, con sus procesos ahí marcados. Parte de mi interés por trabajar en las líneas delgadas entre lo que “es” y lo que “se ve”, o entre lo que se quiere decir y lo que en efecto se dice. Como en la pieza “The First $100,000 I Ever Made”, de John Baldessari, por ejemplo.

Por último, ¿qué tan amplio crees que es el diálogo entre las artes visuales y la literatura en nuestro país actualmente?

No muy amplio. En general, los artistas visuales operamos en ciertos espacios y con ciertas estrategias muy específicas, que al medio de la literatura le resultan un tanto ajenas, y viceversa. Esto tiene que ver con el sistema cultural en que estamos inmersos, que funciona a partir de una división entre disciplinas y, más aún, entre especialidades. Parece que últimamente se han generado más obras interdisciplinarias aquí en el país. La exposición Transcripciones, por ejemplo, ponía a dialogar ambos lenguajes. Pero, en general, me parece que ambos son círculos cerrados. Yo empecé a trabajar desde el arte contemporáneo porque ha sido el campo natural para desarrollar y difundir una obra que no se puede clasificar estrictamente como literatura o fotografía. Hay excepciones, está por ejemplo el lleom (laboratorio de literaturas extendidas y otras materialidades), que desde la literatura se acerca al arte contemporáneo, o proyectos de poetas que han trabajado imágenes. Pero en tanto siga habiendo esta necesidad de reconocer a un creador por el medio que usa para su obra, el diálogo interdisciplinar seguirá siendo cosa de unos pocos.


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De promesas, derrumbes y fantasmas: T de Tlatelolco Por Melissa Mota

D

T de Tlatelolco, bajo la curaduría de Julio García Murillo, integra las miradas de 33 artistas nacionales e internacionales, sobre la historia, la arquitectura y el arte inscrito en los muros de Tlatelolco.

Dentro de este plan de progreso, en 1966 se construyó la Secretaría de Relaciones Exteriores —donde actualmente se encuentra el Centro Cultural Universitario Tlatelolco—, edificio diseñado por Pedro Ramírez Vázquez, en donde se firmó el tratado que hizo de Latinoamérica una zona libre de armas nucleares. Todos estos acontecimientos han hecho de Tlatelolco un crisol urbano, en el que convergen distintos tiempos, historias e ideologías. Por esta razón, la “T” de Tlatelolco se vuelve un referencial en la muestra, como menciona el curador: “El título guarda en la palabra de Tlatelolco una historia […], es un término que nunca se perdió”. Lejos de tener un carácter documental cronológico, la exposición se estructura a manera de constelaciones de discursos artísticos que dialogan entre sí. “No es una exposición de historia ni de arquitectura, son las interpretaciones de los artistas a partir de documentos, momentos o espacios muy específicos”, señala García Murillo, y agrega: “Quien decide qué documentos históricos van en la exposición son las obras”. La apropiación, la transgresión y la crítica forman parte de los ejes de producción de las piezas que integran la muestra. Elaboradas en distintos años, cada una refleja un contexto particular que, en conjunto, brindan herramientas para un mejor entendimiento y acercamiento a la historia local. Entre las obras realizadas ex profeso se encuentra “Monumento al artista conceptual” de Vicente Razo, la cual consiste en el desplazamiento del relieve de la cabeza de Benito Juárez, que se encontraba en el vestíbulo del Centro Cultural Tlatelolco, a una base de mármol en el exterior del museo, descontextualizándola y cambiando así su valor simbólico. Otra de las piezas es la intervención realizada por Enrique Ježik en el interior de la sala de exhibición en la que, al remover el material que recubre los muros, devela la estructura original del lugar, que anteriormente funcionaba como comedor de mandos medios de la Secretaria de Relaciones Exteriores.

Asimismo, se incluye la documentación de “Desmantelamiento y reinstalación del escudo nacional” de Tercerunquinto, acción realizada en el 2008 en el Centro Cultural Tlatelolco como parte de la conmemoración del 2 de octubre de 1968, en donde desmontaron las losas de mármol que componen el escudo nacional en la fachada del edificio. Entre las obras que parten del propio inmueble se encuentra también “Estudio fotográfico de Tlatelolco” (2007) del artista español Santiago Sierra, pieza que se compone de una serie de diapositivas que documentan los restos burocráticos y el abandono en el que se encontraba el edificio luego de dejar de ser sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Algunas obras se enfocan en el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco para hablar de la utopía de la modernidad en México, que iba de la mano con la idea del progreso económico y cómo, tiempo después, ante el cambio de intereses por parte del Estado, se abandona el discurso, orillándolo a una franca decadencia que derivó en el descuido de su infraestructura y el derrumbe de uno de sus edificios en 1985. Ejemplo de ello es la fotografía “Vista panorámica de Tlatelolco” tomada por Armando Salas Portugal en 1966, en donde muestra el esplendor y la esperanza en la modernidad de aquella década, contraponiéndose con la pieza del artista sueco Ulf Rollof que, a través de 38 polaroids, expone la tragedia del sismo o, como señaló Carlos Monsiváis, “de un homicidio colectivo”. No obstante, a treinta años de este evento y de lo que algunos podrían considerar como el fracaso del proyecto modernista, el Conjunto Urbano sigue siendo un lugar vivo que construye una historia distinta en la contemporaneidad, como lo dejan ver las fotografías de Enrique Méndez de Hoyos, Pablo López Luz, Tania Solomonoff y los videos de Norma Sandoval y la chilena Rosario Cobo. Así la exposición se entreteje de fragmentos para hablar de una historia aún no acabada, al tiempo que abre un diálogo multilateral sobre los fantasmas y la esencia que hoy conforman a Tlatelolco.

cortesía: Pablo López Luz

esde la época prehispánica, Tlatelolco ha sido un centro dinámico que ha moldeado la historia de la Ciudad de México. En el siglo XX pasó a la memoria por dos hechos lamentables: la matanza del 68 y el derrumbe del edificio Nuevo León del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco en el terremoto de 1985. Sin embargo, Tlatelolco encierra una historia que va más allá de estos sucesos. Antes de la conquista era la segunda ciudad más importante después de Tenochtitlán y la principal zona comercial del imperio mexica. Contaba con un centro ceremonial que aún puede verse en parte en la Plaza de las Tres Culturas y fue ahí en donde se llevó a cabo la última batalla con los españoles y la captura de Cuauhtémoc. En la época virreinal se fundó el Colegio Imperial de la Santa Cruz para la educación de los nobles indígenas, siendo la primera institución educativa superior de América. En el siglo XIX, tras aplicarse las Leyes de Reforma, el convento de Santiago de Tlatelolco se transformó en prisión militar —en donde estuvieron presos Pancho Villa y Bernardo Reyes— y sus terrenos fueron ocupados por bodegas de ferrocarriles y la aduana de pulques. En los siguientes años, las colonias de sus alrededores se caracterizaban por su pobreza e inseguridad. Poblado de tugurios y cabarets, esta realidad fue retratada en diferentes películas como Los olvidados, de Luis Buñuel. Ante esta situación, en 1960 se creó un plan de regeneración urbana y se decidió construir el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco a cargo del arquitecto mexicano Mario Pani, convirtiéndose rápidamente en un hito de la modernidad de la ciudad.

, Adán Quezada, 2014

Chango viejo no hace maroma nueva

Tlatelolco,2014, Pablo López Luz


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TRIADA Pérez Córdova / Ávila / Manzoni Sobre los vínculos inesperados entre la obra de estos tres artistas

Por Luisa Reyes Retana

I

su propia fotografía. La incrustación casi perfecta En su obra, Tania Pérez Córdova (México, 1979) muestra un retrato impedido, un salto en el tiempo, propone la existencia de una cierta discordanun artificio que es y no es, una aliteración visual, un cia temporal que habita en las cosas. Su trabajo hombre dividido en dos o repetido, una especie de escultórico establece relaciones entre objetos que demostración asombrosa de la relatividad, de la dependen de situaciones fortuitas o parcialmente innegable vecindad entre lo cierto y lo creíble. La fuera de su control y que no están inscritas al obra transmite la sensación de que el artista se estudia a sí mismo desde ángulos que no le son propios ámbito de la galería. El contenido especulativo de a su existencia espacio- temporal, asimilándose a la obra puede darse de mil maneras o incluso no escenarios que si bien no le corresponden en esa suceder. Esta circunstancia, al confrontarse con el dimensión, le corresponden en otras más personales objeto de arte, expresa algo acerca de la plasticidad que tienen que ver con la herencia, la concomitancia poética en que vive suspendida la materia. y los nexos ineludibles de la sangre. En la pieza llamada “We Focus on a Woman En “El traidor”, el artista es más audaz y más Facing Sideways” (2015), un objeto que fue originalmente concebido para funcionar en par —un resuelto. El personaje que caracteriza ya no sólo arete— permanece en una sala de museo durante la pretende ser suficientemente parecido a los que exhibición, modificando, a lo largo de ese periodo, están en las fotos, sino que decide ser alguien en Tania Pérez Córdova. Nos enfocamos en una mujer de perfil, 2014 la funcionalidad original, alterando su estatus inicial sí mismo, un personaje veraz y complejo creado y, en ello, haciendo un comentario literario sobre las posibilidades de la materia. El par por el artista: Humberto Márquez, un pintor en calidad de asistente, aparece en que no es visible en la pieza se integra a ella a través de un ejercicio de libertad y hete- una colección de imágenes de archivo de David Alfaro Siqueiros, el más ortodoxo, rodoxia tanto del arte como de las nociones y mediciones convencionales del tiempo. ideático y radical de los muralistas mexicanos. La narración fotográfica de Ávila La obra de Tania como propuesta escultórica obedece al mensaje, pero también cuenta la historia de un hombre que además de ser cercano al muralista fue clave en al material, consiguiendo establecer un punto de encuentro neutral entre la cosa la construcción del mural del Polyforum Siqueiros, una de sus piezas más imporcomo discurso conceptual y como medio de arte, entre material y materia, entre el tantes. Una serie de segundas lecturas le suceden a las imágenes fotomontadas donde Ávila personifica a Márquez, con la intención de objeto como tema y como medio. que el tiempo abra una brecha de vaguedad-ambigüedad que permita que Márquez cobre una especie de vida histórica a través del voyerismo de Plinio Ávila. La temporalidad en la que percibimos la existencia de algo puede no corresponderse con la temporalidad en la que existe fuera de nuestra percepción. Ésta es una de las premisas de la obra de Pérez Córdova donde se encuentra con la del Deliberar sobre la dimensionalidad de la obra, empujánzacatecano, Plinio Ávila. Una inquietud sobre la ubiquidad o la bilocación se asoma en el trabajo de Plinio dola fuera de la galería y a otros ámbitos de la vida, como Ávila (México, 1977). Tanto en su pintura como en sus intervenciones fotográficas, hace Pérez Córdova, o desafiar la temporalidad en la que frecuentemente, Plinio explora la posibilidad de su propia presencia en tiempos y existe algo mediante trucos o modificaciones perceptibles en las piezas, como hace Ávila, son estrategias comparalugares imposibles. “El orden cualitativo de las semejanzas” es un ejercicio de biomimética genera- bles a las que recurría Piero Manzoni (Italia, 1933) para cional. En esta colección de fotomontajes, Ávila se inserta en fotografías donde apa- tratar algunos temas. rece su padre. El artista copia o interpreta a través de sí mismo el mundo de Eleazar Un ejemplo puede ser aquella vez en que Manzoni, Ávila y suplanta a otro(s) personaje(s) que aparecen en las imágenes originales con incitado por la declaración del compositor La Monte Young —de que la línea se desarrolla sólo en longitud y sigue hasta el infinito, siendo el tiempo su única dimensión—, produjo una serie de dibujos a los que llamó “Linee” en los que sólo pintaba una raya en pedazos y rollos de papel, y los guardaba en tubos cilíndricos metálicos de manera que nadie los pudiera ver. En relación con esta obra, Manzoni expresó que “el tiempo es muy diferente de lo que miden las manecillas de un reloj, y la línea no mide metros o kilóPiero Manzoni. Linea di lunghezza infinita, 1960 metros, sino que constituye el cero, no el cero como el final, sino como el principio de una serie infinita” (Citado en Campos de acción, Alias, 2012 p.94). Es decir, elaboró una teoría propia sobre la línea y adoptó la noción mediante el objeto de arte, de que la línea no tiene que ser vista para ser dimensional. Lo que “Linee” implica en términos de “tiempo” — y que en la obra de Tania se cuestiona como algo lineal y regular, y en la de Ávila se desafía y se manipula— es bastante radical. Manzoni erradica esta dimensión de la “línea” al privarnos de percibirla en el tiempo (salvo por el momento en que fueron producidas estas líneas, muchas veces, frente a observadores en la galería) al ser guardadas en cilindros. La obra afirma que la línea existe aunque no la percibamos.

II

III

Fotógrafo anónimo. Eleazar y Plinio, 1962.


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D diseño

La arquitectura mnemotécnica de Baumgartner Por Cris Winters

Microsoft

En México sobran ejemplos de arquitectos en activo que han utilizado su talento para desvanecer fronteras. Uno de ellos es el mexicano Juan Carlos Baumgartner, quien en abril pasado viajó a Londres para ser retratado por el cantante y fotógrafo Bryan Adams. ¿El motivo? Fue uno de los seis personajes del mundo elegidos por la marca Hugo Boss para representar la esencia de los hombres de hoy (#ManOfToday). Según la marca, Baumgartner fue escogido por su pasión por la sustentabilidad.

A

sus 43 años, el arquitecto Juan Carlos Baumgartner no conoce la maldición de no ser profeta en su tierra: el 1 de julio de este año recibió el Premio Corazón Chilango, el cual reconoce los proyectos arquitectónicos que se han vuelto icónicos en el Distrito Federal y que es otorgado por enadii México (Encuentro Nacional de Arquitectura, Diseño de Interiores e Industrial). Ese reconocimiento se une a muchos otros que ha obtenido a lo largo de su carrera, entre los que destacan el Premio a la Excelencia en el Diseño, por 15 años de trayectoria profesional en el interiorismo (otorgado por la Sociedad Mexicana de Interioristas y el International Federation of Interior Architects); el Property Award (Londres, 2012) y el A’ Design Award (Milán, 2012). Además, este mismo mes, el arquitecto egresado de la unam y con un posgrado en Diseño Industrial en la Domus Academy en Milán estuvo en la inauguración de otro de sus proyectos: las oficinas de Red Bull, y puede presumir de ser el líder del equipo más grande de profesionistas en el país acreditados por leed (Leadership in Energy and Environmental Design). Baumgartner es también un promotor y fiel seguidor del evidence based design, tendencia que afirma que dentro de la arquitectura existen leyes más complejas que la funcionalidad y la estética.

“Durante mucho tiempo la arquitectura tuvo un discurso que giraba alrededor de la función y la estética. Era una constante búsqueda por equilibrar ambos conceptos. De pronto decían que la función seguía a la forma, y luego la tendencia cambiaba a decir que la forma debía ser consecuencia de la funcionalidad. Ahora ya no”, explica la cabeza del despacho arquitectónico SPACE, considerada como una de las firmas de arquitectura más influyentes de Latinoamérica por su trabajo en el diseño interior de corporativos para Google y Microsoft. Baumgartner se interesó en el evidence based design durante los 17 años que vivió en Chicago, pues según él “en Estados Unidos hay mucho de esta tendencia. Ciertas especialidades de la arquitectura están ligadas a entender el trasfondo. Al estudiar el contexto te das cuenta de que la mayoría de los clientes en realidad quieren lograr algo más a través de la arquitectura. Buscan que los empleados sean más comprometidos o más productivos”. Luego en el 2000, al notar que en México había muchos proyectos y que era una llave de entrada al resto de Latinoamérica, Baumgartner trajo SPACE (su despacho) a la ciudad que lo vio convertirse en arquitecto. Desde entonces, su firma ha diseñado más de un millón de metros cuadrados en el país. Su entendimiento de la arquitectura está presente en toda su obra, pues al comprenderla como un elemento que puede afectar la


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Casa ald

salud, la educación y la productividad, se transforma en un medio. “La pregunta es ¿un medio para qué?”, se cuestiona Baumgartner. “Ya que descubres eso, tienes que investigar, ver cómo usarlo y convertir la arquitectura de una construcción en una herramienta social.” Al cambiar a esta forma de pensamiento, las influencias de Baumgartner dejaron de ser exclusivamente arquitectónicas, y aunque admira el trabajo y las innovaciones en sustentabilidad del británico Norman Foster, entre los libros que lo marcaron no cita uno de arquitectura, sino Buyology: Truth and Lies About Why We Buy, de Martin Lindstrom. Además se actualiza constantemente en los avances en la neurociencia, disciplina que a simple vista pareciera no tener relación con la arquitectura. “Recientemente ha habido muchas investigaciones sobre el cerebro y la memoria”, dice el arquitecto. “Hay muchos avances. Se descubrieron, por ejemplo, unas células especiales en el hipotálamo que son el equivalente al GPS humano, son la razón por la que puedes estacionar y encontrar tu coche. Son específicas y su chiste es que la memoria pasa por estas neuronas, entonces tu conciencia del espacio se vuelve la llave mágica de la misma. Es la forma a través de la cual recuerdas cosas.” Esto es un descubrimiento muy importante para la arquitectura, pues significa que los espacios que habitamos son las herramientas para acceder a la memoria. “Debes diseñar pensando que a través de tu diseño la gente recordará mejor algo que aprendió en un aula, una sala de juntas o un auditorio. Esto genera información que como arquitectos debemos tomar en cuenta.” Si bien la sustentabilidad es un tema que distingue su despacho del resto y entre su obra destaca efizia —una torre sustentable de alto desempeño, la cual es el primer proyecto en el país que cuenta con la precertificación leed Nivel Oro—, otro tema que lo apasiona es el papel de la arquitectura en la educación. “Estamos décadas atrás de otros países en cuanto al diseño de escuelas y universidades. Es un área en la que hay mucho por hacer, a pesar de que hay unos cuantos ejemplos que, en mi opinión, se volverán icónicos, como el Colegio Hebreo Maguen David. Otros buenos ejemplos son el Tec de Monterrey y la U.P. Son instituciones que han entendido que la arquitectura es una herramienta de aprendizaje”, dice Baumgartner, quien cree que el principal error es olvidar los espacios sociales. “Hay pocos y esto es un error, porque la mitad de lo que aprendes es en ambientes sociales. Hace falta dar énfasis a lo que se conoce como

learning commons o space in between, esos lugares donde copias apuntes, o el compañero te explica la tarea.” Explica que gran parte del aprendizaje sucede fuera de las aulas, pero la arquitectura de los espacios educativos se sigue enfocando en resolver la educación con aulas. “Yo divido las construcciones en tres grandes categorías: educación, salud y corporativo. En las tres, la estética es parte del lenguaje, pero a nadie le sirve un hospital bonito si no es una herramienta para curar. Lo mismo sucede con la educación y lo corporativo. La estética ha dejado ese peso determinante que tuvo a lo largo de la historia.” Baumgartner sostiene que la estética no es más que una herramienta que seguirá siendo un fin sólo para quienes, por ejemplo, construyen su casa. Para el resto de los proyectos será una herramienta más para enviar un mensaje importante.

Google

“Debes diseñar pensando que

a través de tu diseño la gente recordará mejor algo que aprendió en un aula, una sala de juntas o un auditorio. Esto genera información que como arquitectos debemos tomar en cuenta.”


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perfil Ocelote

diseño de moda Por cris winters

El arquitecto minimalista Mies van der Rohe hizo famosa la frase “menos es más”. Esta filosofía resume a la perfección la esencia de Ocelote, la marca de indumentaria mexicana creada por Rossana Díaz del Castillo y César Flores Valdez. Con tan sólo una colección, Ocelote ha logrado establecer una identidad fácil de identificar, que se caracteriza por las prendas básicas y unisex. ¿Cómo surge la marca? ¿Quiénes la conforman?

Rossana: La marca la conformamos César Flores Valdez y yo. Teníamos ganas de comenzar un proyecto. Comenzamos lanzando ideas y vimos que había una necesidad de una marca de este tipo (prendas básicas de calidad a precios accesibles), aquí en México. César: Como dijo Rossana, estábamos en una etapa de nuestras vidas en que queríamos emprender algo con mucho cariño y muchas ganas. Había interés en ser creativos. Ésta es nuestra primera temporada y estamos por lanzar la segunda en un evento en Casa Maauad.

¿Cuál es la filosofía principal detrás de su práctica?

Rossana: “La simplicidad es la forma más compleja de expresión”.

¿Cómo describirían el proceso de diseño de la marca, los elementos esenciales de su propia metodología?

César: Nos gusta mucho el tema geométrico y la proporción del cuerpo. Entonces hacemos un estudio muy profundo de la complejidad. Algo importante es que manejamos tres tallas

y casi todas nuestras prendas son unisex. Algo a destacar es el desarrollo de diseño que hizo Rossana. Detrás de las piezas, que pueden parecer algo simples, hay mucha complejidad en estructura y forma, porque a través de tres tallas prácticamente estamos abarcando todos los tipos de cuerpo. Rossana: Tratamos de conjugar calidad, buen diseño, buenos materiales y buen precio. Queremos que la gente quiera invertir en la marca y la use. Es una línea de puros básicos; intentamos cubrir todos los tipos de tops que existen. Hay algo para todos.

¿Cuáles son los proyectos por los que es más reconocida la marca/el diseñador?

César: Nuestros materiales. Tenemos una tecnología que estamos importando a México que es un knit con look and feel de neopreno, pero mucho mejor. Es un material muy dinámico, muy flexible, no es rígido. Es caliente y fresco al mismo tiempo. Nuestro abrigo Bean también se ha convertido en algo icónico. Lo tenemos en varios materiales y es nuestra prenda estrella.

¿Cuáles son los principales retos o áreas de oportunidad en la práctica profesional del diseño contemporáneo?

César: Una de las principales barreras que hemos visto con los diseños emergentes es el poder de adquisición. Muchas de las marcas, por lo mismo que son propuestas buenas, son muy caras. Entonces, la gente prefiere invertir en un diseño extranjero. Rossana: Hay que “raspar” esa idea de la gente. Eso es un estereotipo que Ocelote quiere romper. Invertir en diseño mexicano vale la pena, tiene igual o más calidad que el extranjero. Por otro lado, queremos que la marca sea accesible. Que la gente pueda comprarse algo. Nuestra área de oportunidad es que todo el concepto lo hicimos para una marca amigable a la gente. Es decir, que la gente sí pueda consumirla.

¿Cuál es el principal vicio o desventaja del panorama nacional en cuanto a diseño se refiere?

Rossana: Que la gente no tiene buena imagen del diseño. Hay personas talentosísimas haciendo cosas muy buenas, de mucha calidad, pero es difícil difundirlo y lograr que el público lo acepte. No saben que hay diseños mexicanos de calidad.

¿Quiénes tienen una práctica de diseño –en todas sus vertientes- en México que merecen ser reconocidos por el público en general?

César: Trista nos gusta mucho. Rossana: Lorena Saravia también. Lo padre es que el diseño está creciendo en todas las áreas, no sólo en moda.

¿Cuál es un edificio o espacio que cualquier persona en la Ciudad de México debe visitar?

César: Casa Maauad. Es una institución sin fines de lucro de embajadores y artistas del mundo. Está aquí en México y creo que es algo que hay que difundir, ya que es un proyecto muy consciente. Invitan a artistas del mundo a residir en la casa, convivir con otros artistas y crear obra que luego exponen. Es un proyecto que funciona por donaciones y necesitan mucha ayuda. Además la casa es hermosa. Por eso la elegimos para hacer la segunda campaña. Está en la colonia San Rafael.

¿Cuál sería un proyecto que les gustaría hacer?

Rossana: Consolidar la marca. Además, vamos a hacer capsule collections en donde exploraremos otras áreas del diseño. Queremos seguir con nuestro concepto siempre, pero también darle entradas de algo distinto por temporada. Así va a ser más dinámico.



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L

Quién ser (y cómo)

letras

Por Emilio Rivaud

Todo rockero o rockera que pretenda incurrir en el género de la autobiografía debe ser capaz de sobrepasar el escándalo y la anécdota a través de una exposición valiente que no sólo documente los pasajes más inverosímiles de su existencia, sino que ofrezca una mirada honesta a su vida interior. Presentamos a nuestros lectores el análisis inteligente y lúcido de Emilio Rivaud sobre la reciente biografía de la cara más emblemática de The Who: Pete Townshend, que a lo largo de casi quinientas páginas alcanza ambos registros para deleite de su muy nutrido grupo de seguidores.

Yo estuve

Es fabuloso, mágico, surrealista, verlos bailar a todos ante la reverberación de mis solos de guitarra: entre el público, mis amigotes de la escuela de arte se ven algo envarados rodeados de desgarbados mods del norte y del oeste de Londres, esa hueste de adolescentes que ha llegado a horcajadas de sus fabulosas vespas, colgados de anfetas, con buenos zapatos y el pelo corto. No puedo decir lo que pasa por las cabezas de mis compañeros de grupo, Roger Daltrey, Keith Moon o John Entwistle. Incluso en medio de la banda, me sue- lo sentir algo solo, pero esta noche de junio de 1964, en el primer concierto de los Who en el Railway Hotel de Harrow, Londres Oeste, me siento invencible. Tocamos R&B: «Smokestack Lightning», «I’m a Man», «Road Runner», y otros clásicos con garra. Ante el micrófono, sigo ras- gando sin parar la aullante guitarra Rickenbacker, luego le doy al interruptor que instalé para que chisporrotee y acribille la primera fila con ráfagas de sonido. La arrojo al aire con violencia y siento un estremecimiento repentino mientras el sonido se degrada de un rugido a un estertor: miro hacia arriba y veo el cuerpo fracturado de la guitarra, mientras la extraigo del agujero practicado en el techo bajo. En ese momento tomo una decisión repentina, y en un frenesí demente vuelvo a arrojar una y otra vez la guitarra contra el techo. Lo que antes era una simple fractura, ahora es un astillado estro- picio. Sostengo la guitarra ante el gentío con gesto triunfal. No la he machacado: la he esculpido para ellos. Despreocupado, arrojo la guitarra hecha añicos al suelo, agarro una Rickenbacker nueva de doce cuerdas y prosigo el espectáculo. Aquel martes por la noche di con algo más potente que las pala- bras, algo más emotivo que mis tentativas de chico blanco por tocar blues.

9

El

título de la autobiografía de Pete Townshend, Who I Am (Malpaso, 2014), puede leerse de maneras distintas. En principio, enuncia que el autor pretende mostrar quién es, pero la palabra “who” da lugar a otras dos lecturas: la que reconoce implícitamente que Pete Townshend no sería lo que es sin The Who, la banda de la que forma parte desde 1964 y a la que hasta ahora dedica mucho de su esfuerzo, y la que sugiere, de manera un tanto soberbia, que The Who no sería posible sin él. A lo largo de las más de quinientas páginas del libro (una primera versión superaba el millar), las tres lecturas conviven. A sus 67 años, Townshend plasmó anécdotas y reflexiones que arrojan luz sobre los mecanismos de su psique y de paso, sobre los entretelones creativos y afectivos de la banda. Aunque sigue un orden cronológico, es significativo que el primer evento que consigna se remonta a junio de 1964: la noche en que The Who da su primer concierto con ese nombre

y Townshend despedaza su guitarra arrojándola una y otra vez contra el techo del local. “Yo sabía que el mundo estaba cambiando y estábamos mandando un mensaje. La vieja manera convencional de hacer música ya nunca iba a ser la misma”, escribe. Townshend no empieza a contar su vida en el momento en que llegó al mundo, sino en el que se da cuenta de que en sus manos está destruir una parte de ese mundo, que para él es esencial. Su padre, Cliff Townshend, fue saxofonista en The Squadronaires, un conjunto de swing. Betty, su madre, era cantante. Al crecer, viendo conciertos y disfrutando la música, desarrolló “cierto sentido de qué es lo que entretiene a la gente” y “también el precio que eso exigía”. Por cuestiones de trabajo y temperamento, sus padres se separaban de manera frecuente, y Pete pasó temporadas de su primera infancia en la casa de Denny, su abuela materna, una mujer perturbada que cultivaba amoríos entre oficiales de las fuerzas armadas. Los fantasmas de esa,

Y como respuesta recibí la unánime aclamación del público. Algo así como una semana más tarde, en el mismo local, me que- dé sin guitarras y derribé la pila de amplificadores Marshall. Poco amigo de quedar en segundo plano, Keith Moon se sumó a la fies- ta pateando su batería. Roger empezó a raspar el micrófono con- tra los platillos quebrados de Keith. Algunas personas contempla- ron la destrucción como un ardid publicitario, pero yo sabía que el mundo estaba cambiando y estábamos mandando un mensaje. La vieja manera, convencional, de hacer música ya nunca iba a ser la misma. Cuando despedacé la guitarra por primera vez, no tenía ni idea de adónde me llevaría aquello, pero sabía de dónde venía. Como hijo de un clarinetista y saxofonista de los Squadronaires, la proto- típica banda británica de swing, yo había mamado cariño por aque- lla música; un amor que iba a traicionar por una pasión nueva: el rock’n’roll, la música que llegó para destruir aquella. Soy británico. Londinense. Nací en Londres Oeste justo cuando la devastadora Segunda Guerra Mundial estaba por concluir. Como artista en activo, estos tres factores me han condicionado signifi- cativamente, del mismo modo en que las vidas de mis abuelos y de mis padres se vieron condicionadas por las tinieblas de la contienda. Crecí en un periodo en que la contienda seguía arrojando sombras, aunque el paisaje cambiaba de manera tan imprevista en mi vida que era imposible saber qué me esperaría. La contienda había sido una amenaza real, o un hecho, para tres generaciones de mi familia. En 1945 la música popular tenía una finalidad seria: vencer el trauma de la posguerra y revitalizar las esperanzas e ilusiones de un pueblo exhausto. Mi infancia estuvo impregnada del sentido del misterio y de la ternura propios de la música de mi padre, tan im- portante para él y para mamá que parecía su centro del universo. Había risas y optimismo, la guerra había terminado. La música que tocaba papá se llamaba swing. Era lo que la gente quería escuchar. Yo estuve allí. 10


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la parte “más oscura” de su vida, le dejarán “un poso de Tommy, de 1969, sería su respuesta a todo aquello. rabia y resentimiento”. Influido por las enseñanzas de Meher Baba, un líder espiSus padres no se esforzaron por cultivar su afición ritual del que era seguidor, Townshend concibió la historia hacia la música, pero él lo hizo por sus propios medios. A de un chico ciego, sordo y mudo que pasa por varias fases de los 11 años tuvo una experiencia que le cambió la vida. Pes- aprendizaje hasta alcanzar la iluminación. La búsqueda cando en la isla de Man, empezó a tocar la armónica bajo del crecimiento espiritual pesaba tanto como los tétricos la lluvia. “Me extravié en el sonido del instrumento […] recuerdos de su infancia en casa de la abuela Denny y el Estaba oyendo música dentro de la música: una belleza deseo de complacer a la crítica musical: Tommy fue un armónica, rica y compleja que había estado encerrada en maestro del pinball, y no un gurú, para darle gusto a Nik los sonidos que yo creaba […] Oía violines, chelos, trom- Cohn, influyente crítico del Guardian, quien juzgó “demapetas, arpas y voces, que se iban incrementando hasta que siado solemne” una primera versión del disco. pude escuchar incontables secciones de un coro angelical Tommy le dio a Townshend la validación que buscaba, […] Jamás he vuelto a escuchar una música parecida.” de boca, entre otros, del mismo Leonard Bernstein, quien Si el abandono y la soledad de su infancia alimentan la lo había “mirado a los ojos y preguntado si era consciente furia con la que Townshend hace rock, estas epifanías son de la importancia de lo que habíamos logrado”. El disco el impulso: “Mi gran ambición musical siempre ha sido fue tachado de pretencioso, pero sin esa “pretenciosidad”, dice Townshend, “The Who habría desaparecido o redescubrir ese sonido y reavivar su efecto en mí”. En 1962, un adolescente Townshend se unió a The se habría sumido en la inanidad”. Pero en los turbulentos Detours, la banda donde ya tocan Roger Daltrey y John meses que siguieron al lanzamiento del disco —cuando The Entiwstle. En 1964 cambió su nombre a The Who. Poco Who triunfó en Woodstock y ascendió al Olimpo del rock―, después, Keith Moon se incorporó a la alineación. Townshend empezó a desarrollar cierta ambivalencia hacia Townshend, que desde el inicio sus compañeros. Es cierto que, será el principal compositor por un lado, considera que “los del grupo, explica lo que busWho eran una unidad, una Si el abandono y la soledad de su caba en esos primeros años: máquina, una fuerza de la naturaleza”. Pero no deja de quejarse “No estaba tratando de tocar infancia alimentan la furia con la que de que “trataba de explicar los una música que fuera her- Townshend hace rock, estas epifanías mosa, sino que confrontaba matices más personales de la son el impulso: ‘Mi gran ambición a mi audiencia con el sonido obra al resto de la banda y su visceral, atroz, de lo que sabía musical siempre ha sido redescubrir interés era nulo”. que era la única verdad absoNo hay espacio aquí para ese sonido y reavivar su efecto en mí. luta de nuestra vulnerable entrar en pormenores sobre existencia: un día, un avión los vaivenes de la banda a lo soltaría una bomba que nos iba a liquidar en un abrir y largo de las siguientes décadas. Hay discos notables (Who’s cerrar de ojos”. Hasta 1967, The Who pudo definirse por Next, Quadrophenia) y otros menores (The Who By Numbers). el ruido y la furia de sus presentaciones, que presumen Townshend a veces consume drogas y a veces está limpio; los amplificadores más poderosos. En la mente de Pete compra casas y yates y los vende; es infiel y deja de serlo; una incomodidad va en aumento: “A menudo sentía que trata de ser un buen padre y esposo, proveer buenas cancomo artista intérprete estaba infravalorado”, dice de sí ciones para The Who sin dejar de lado sus búsquedas mismo, y considera que The Who “parecíamos sumirnos personales. Ya desde 1975 pensaba “que The Who había dejado de ser prioridad frente a las ambiciones indivien el solipsismo como inspiración”. duales de sus integrantes”. Keith Moon murió de una sobredosis de medicamentos en 1978, pero eso no detuvo al grupo (aunque sí lanzó a Townshend en una etapa especialmente activa en cuanto al consumo de drogas se refiere). The Who se separó en 1983 y se ha reunido de forma intermitente desde 1996. Aunque Townshend afirma haber accedido a las reuniones para ayudar a sus compañeros de banda (en especial a John Entwistle) a superar estrecheces económicas, la fuerza que lo anima es hereditaria. A propósito de su decisión de seguir tocando tras la muerte de Entwistle, en el 2002, escribe: “Yo había nacido en un circo, en una familia de músicos, y mi reacción natural se traducía en que, pasara lo que pasara, había que seguir actuando mientras fuera humanamente posible”. Días antes de la publicación de este texto, Townshend y Daltrey encabezaron el festival de Glastonbury. Ante un público que no pertenecía a su generación, Townshend se permitió poner en duda la autoproclamación de Kanye West como “la mayor estrella de rock viva en el mundo”, insinuando que ese lugar le corresponde más bien a The Who. Se puede o no estar de acuerdo con esa afirmación, pero una última cita viene a cuento: “Como músico sobre el escenario yo era capaz de hacer algo para lo que no estaba dotado fuera del mismo: podía interpretar un papel. […] Fuera del escenario, la verdad sea dicha, soy un ratoncillo, aunque ciclotímico”. Tras interpretar su papel a lo largo de cinco décadas, Townshend sigue siendo quien es. De eso trata este libro.

Novedades editoriales Por Fernando Hernández Urias

Giles, el niño cabra. John Barth. Sexto Piso. México, 2015. 1,118 páginas. 599 pesos. La editorial mexicana Sexto Piso continúa rescatando del olvido la obra de los maestros posmodernos. Ahora es el turno de John Barth y de su celebrada novela Giles, el niñocabra. George Giles, uno de los personajes del libro, es un chico que creció amamantado por una cabra llamada Mary V. Appenzeller, en los corrales de la Universidad de Tammany, y bajo la protección del profesor Maximilian Spielman. Ahora, tras varios años de estudio, el joven está obsesionado con convertirse en el Gran Maestro que salve a la institución educativa y a todos los estudiantes y profesores de la tiranía impuesta por un sistema llamado ORDACO, capaz de simular cualquier actividad humana. Una novela llena de humor y temas, y que resulta injusto y complicado sintetizar en una reseña de mil caracteres. Se trata de la primera traducción al español de esta historia publicada originalmente en 1966 y el trabajo corrió a cargo de Mariano Peyrou.

La isla de la infancia. Karl Ove Knausgard. Anagrama. Barcelona, 2015. 498 páginas. 472 pesos. La isla de la infancia, el tercer volumen del fenómeno literario en que se ha convertido la hexalogía “Mi lucha”, ya está disponible en nuestro país. Un nublado día de agosto de 1969, una familia de cuatro miembros llega a su nueva casa en la isla de Trom. Los padres son dos jóvenes nacidos en 1944. Ella, enfermera; él, profesor. Ygnve, el hijo más grande, tiene cuatro años y medio. El pequeño, Karl, tiene ocho meses. Ahora, a la distancia, ese pequeño que viajaba en una carreola, sin preocupaciones ni miedos, escribe: “La memoria es pragmática, es insidiosa y astuta, pero no de un modo hostil o malicioso; al contrario, hace todo lo posible para satisfacer a su amo. Algunas cosas las empuja hasta el vacío del olvido, otras las retuerce hasta lo irreconocible, otras las malinterpreta elegantemente, y algunas, las menos, las recuerda nítida y correctamente. Tú nunca puedes decidir qué es lo que se recuerda correctamente”.

Lo peor de la buena suerte. Jonathan Minila. Fondo Editorial Tierra Adentro. México, 2015. 134 páginas. 60 pesos. El Fondo Editorial Tierra Adentro publica el primer libro de cuentos del joven escritor y promotor cultural Jonathan Minila. Se trata de un volumen que reúne siete historias en las que realidad y ficción se mezclan de una forma sutil, a tal grado que es difícil diferenciar una de otra. Y al mismo tiempo, el lector se vuelve en protagonista de lo que lee y no solamente en un espectador. El relato que da título al libro narra la historia de una mujer que, para vengarse de un amante que la lastimó, visita a una bruja para lanzar contra él una terrible maldición: un “éxito desmedido, excesivo, inimaginable” incapaz de ser controlado por cualquier persona. A mitad de la noche, sin tener idea de que se trata en realidad de una condena, comienza a teclear desenfrenado una historia que terminará con todo lo que alguna vez quiso y hasta con su vida.


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El filo de la palabra Por elvira liceaga Actualmente, la narrativa oral mexicana florece en el hip hop. La letrista zapoteca Mare Advertencia Lírika se abre paso en esta estructura que en teoría debería ser absolutamente democrática, pero que en la realidad está dominada por hombres. Con sus rimas Mare reivindica a la mujer indígena como un símbolo de autonomía y usa la palabra para retar el imaginario patriarcal y racista.

CortesíA: Mare Advertencia Lírica

M

argo Glantz llamó “Las hijas de la Malinche” a un grupo de autoras mexicanas que durante los cincuenta publicaron novelas y poemas en un entorno literario bastante más machista que el de nuestros días. Guadalupe Dueñas, Rosario Castellanos y Josefina Vicens, por ejemplo (a esta última, por cierto, la historia de las letras mexicanas le debe su justo reconocimiento). Glantz repara en Balún Canán de Rosario Castellanos por presentar a “los dos personajes sin rostro de la historia mexicana, los desterrados de la historia universal: los indios y las mujeres”, en una trama que se desarrolla durante la reforma agraria de Lázaro Cárdenas. La Malinche, traidora o heroína, noble o esclava, imprescindible entre los hombres, también tiene, por qué no, hijas raperas que a través de las rimas reivindican a la mujer indígena como un complejo símbolo de autonomía. La narrativa oral mexicana crece en nuestros días en el hip hop, una manifestación artística del contexto urbano, dentro del que letristas como Mare Advertencia Lírika se abren paso en una estructura dominada por hombres, como mujeres cuya identidad histórica está basada en sus habilidades lingüísticas. Mare tiene 27 años, es zapoteca del valle de Oaxaca. Creció en el seno de una familia numerosa, sin hombres― algunos de ellos mueren y otros emigran a Estados Unidos. Mare crece, entonces, sin figuras masculinas de autoridad. Lee poesía desde muy pequeña y escribe poemas de protesta sobre la dualidad compuesta por la tradición que conservan en su comunidad y esas otras costumbres, las más comunes, las más excluyentes. Una maestra en la secundaria le dice que no tiene talento para el arte; pero cuando unos años más tarde llega el grafiti a Oaxaca, ella comienza a rodearse de personas que escriben versos, que también se sienten segregadas y vuelve a escribir, lleva aquella práctica verbal rítmica y escrita, que de más joven le había permitido comunicarse, a un nivel oral y musical que requiere de un escenario. Escribe sobre la marginalización de raza y género, después edita en grupo y rapea formando parte de una escena de protesta artística que se mantiene independiente desde el levantamiento del 2006 en Oaxaca. Como la escritura de Las hijas de la Malinche, el rap requiere práctica pero no una formación profesional, no es elitista puesto que todo el que se comunica con palabras y es creativo puede hacerlo. El género comenzó en las calles del Bronx en la década de los ochenta. Las pandillas se unían o peleaban hasta matarse. Originalmente, por iniciativa de Benjy Meléndez, miembro de los Ghetto Brothers, el hip hop

inició con una declaración de paz a través del baile, las rimas, el grafiti y la música: “No debe ser violento, puesto que se practica para contrarrestar la violencia, no debe ser misógino porque es una actividad comunitaria en barrios en los que también viven las mujeres y no debe ser racista porque invita a los inmigrantes”, en palabras de Mare. El hip hop y el rap son una manifestación muy concreta de una expresión cultural y creativa absolutamente democrática, en teoría, en la que Mare representa a la mujer indígena. Mujer, en los tiempos del cáncer de mama Cuando el machismo mató a muchas hermanas Fueron perseguidas como brujas las lesbianas Entre abortos clandestinos, Sida y trata de blancas Una entre tantas De tantas y tan pocas De las que como yo han sufrido las derrotas Siempre tan igual y tan diferente a mis otras Si somos mayoría es sólo en las cifras rojas -Mare Advertencia Lírika

En las rimas de Mare Advertencia Lírika resuenan algunos aspectos del feminismo chicano: la necesidad de construir una identidad entre dos culturas opuestas, y la apuesta por los valores comunitarios en contra del individualismo; el hip hop también es una práctica colectiva. A las chicanas las llamaban Malinches por “traicionar” a la raza, a la patria mexicana, sin embargo, ellas hicieron de la Malinche su estandarte al reinterpretarla como una mujer empoderada por sus capacidades intelectuales y de adaptación; un camino que Mare traza a su manera para ocupar el lugar que le corresponde dentro de la poesía y el hip hop. Tiene que abrir y mantener esa apertura al rap femenino que integre al indigenismo.

“La conciencia de la mestiza es una tolerancia

a las contradicciones y las ambigüedades. Se aprende a ser indígena en una cultura mexicana, a ser mexicana en otros países, a crear desde lo gringo ante a lo mexicano, lo urbano a lo rural, el patriarcado al matriarcado.” Mare se enfrenta a mensajes contradichos entre la cultura originaria y aquella en la que se desarrolla la vida cotidiana. Se desdobla en la “conciencia de la mestiza” que describió Gloria Anzaldúa, en los años setenta, en los primeros textos del feminismo chicano que fundaron un movimiento vigente de escritoras que malabarean culturas. La conciencia de la mestiza es una tolerancia a las contradicciones y las ambigüedades. Se aprende a ser indígena en una cultura mexicana, a ser mexicana en otros países, a crear desde lo gringo ante a lo mexicano, lo urbano a lo rural, el patriarcado al matriarcado. Se aprende a “mostrar en la carne y a través de las imágenes cómo la dualidad es trascendida”. En el caso de Mare, feminista en sus propios términos: el zapoteco y el español, la tradición, la modernidad y la violencia contemporánea. Mare rima poesía sobre la criminalización de las comunidades, pero también sobre las desapariciones forzadas de mujeres, con arreglos de huapango o funk. La distancia entre la Malinche y Mare Advertencia Lírika es más corta de lo aparente. Mujeres indígenas como Mare usan la palabra dentro de una dinámica de desigualdad para producir fisuras en la imaginario patriarcal y racista, y se relacionan con esa ¿primera? mujer que lidió con una doble cultura. Entre lo zapoteco y lo vallista, Mare se construye con la palabra rimada oralmente, se pronuncia (en sentido freireano) en su realidad.



E escena

Un barco que navega sin un propósito se hunde en el conformismo y el absurdo, dejando a la tripulación a la deriva. Cada puerto es una posibilidad de salir y liberarse, sin embargo, nadie mueve un solo pie. Idiotas Teatro despliega nuevamente su singular poética en Un propósito claro, obra en la que el hastío y la impotencia pueden ser metáfora de una vida.

fotos: pili pala

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Travesías a la deriva Por Enrique Saavedra

Como

en esa célebre ronda infantil, aquí también hay entorno. Por ello, Cristian David y Fernando Reyes, fundadores de marineros que se fueron a la mar —y mar y mar— esta joven compañía, no dudaron en levar anclas. para ver qué podían ver —y ver y ver—. Y, para no Acostumbrados, como toda compañía joven, a hacerse cargo de desmentir al cántico, en efecto, lo único que pudieron ver —y ver y todos los aspectos de la puesta en escena –producción, dirección y ver—, fue el fondo de la mar —y mar y mar—. Durante ocho años, actuación—, en esta ocasión David y Reyes optaron por delegar resun capitán, tres marineros y un solo pasajero, que no hace más que ponsabilidades y, de paso, invitar a creadores admirados por ellos, como Jesús Díaz, director del montaje, quien adedormir, comer y tocar su vieja flauta, han navegado más de ser uno de los más importantes dentro de sin rumbo fijo. … en esta obra, las los ámbitos del teatro y el cabaret, fue su maestro En el 2010, Ia ensayista y traductora Ileana Villarreal recibió el mejor espaldarazo para su pricuestiones ¿quién soy?, ¿de en la Escuela Nacional de Arte Teatral. mera obra de teatro: el Premio Nacional de DramaLa producción corre a cargo de David Castillo dónde vengo? y ¿a dónde y su productora teatral 25 Producción. Tanto Díaz turgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo, concedido por el Conaculta a través del Fondo Culvoy? se plantean literal y como Castillo permiten que los dos fundadores de tural Tierra Adentro y el Centro Cultural Helénico. Idiotas Teatro se concentren en la tarea que ellos metafóricamente. El texto está publicado en la antología Teatro deseaban desempeñar desde que leyeron el texto: de la Gruta X y, tras varios intentos para concretar interpretar a los marineros Pez y Vela. A su lado, su montaje, es hasta un lustro después que logra estrenarse profe- tres invitados: Antonio Zúñiga, como Timón; José Carlos Rodríguez, sionalmente gracias a la compañía Idiotas Teatro. La poética de esta como el sombrío Capitán; y Miguel Flores, como el resignado pasajero. agrupación, basada en la técnica del Clown y comprobada en montajes Jesús Díaz aprovecha cada movimiento, cada diálogo y cada silencomo Pájaro y O, resultó idónea para llevar a escena un texto cargado cio para tocar fondo en las preguntas más simples y complejas del ser de palabras e imágenes que aluden al desasosiego de la existencia humano: en esta obra, las cuestiones ¿quién soy?, ¿de dónde vengo? cotidiana, reflejada en un grupo de individuos dentro de un pequeño y ¿a dónde voy? se plantean literal y metafóricamente. La influencia

Un propósito claro Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque Paseo de la Reforma y Campo Marte, Chapultepec Polanco Jueves y viernes, 20 horas; sábado, 19 horas; y domingo, 18 horas Entrada general: 150 pesos Hasta el 3 de agosto


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mutis Creadores de la maquinaria escénica Por Mayté Valencia del teatro de Samuel Beckett está presente en todo momento, pero también la de cualquier gran filósofo de la historia de la humanidad. Es teatro del absurdo, de travesía sin rumbo fijo, de anhelos contenidos. Jesús Díaz entiende muy bien cada puerto del texto y construye un montaje permeado de principio a fin por una amarga dulzura enmarcada por los diseños de escenografía, iluminación y vestuario de Teresa Alvarado, quien borda con hilo fino cada una de esas áreas y las convierte en una fiesta de melancólica belleza visual. La parte auditiva no se queda atrás. De hecho, es uno de los puntos más altos de esta propuesta: en escena, apenas visible al público, Juan Pablo Villa ofrece un exquisito concierto basado en su trabajo de exploración de la voz humana, apoyado por el uso de loopers, que recrea todo el universo sonoro del mar adentro, los seres humanos y etéreos que allí rondan. La actriz Tessie Herrasti interpreta a uno de esos seres: es la silente figura onírica, de vida y muerte que acecha a los tripulantes del barco. Con el apoyo de efiteatro, se estrenó en el Teatro El Galeón del inba, aunque el plan original era presentarla en el Teatro Helénico, recinto en el que suelen montarse los textos ganadores del Premio Gerardo Mancebo. Pero debido a asuntos de la producción, se optó por el espacio del Centro Cultural del Bosque

como primer puerto. Y aunque en El Galeón se yergue realmente espléndido, se antoja ver este proyecto en el recinto que convoca al ya célebre certamen. La brisa de un mar lejano, insondable, se siente desde que el espectador se instala en su butaca y observa a esos marineros —y a su pasajero— esperar el siguiente puerto para abastecerse de provisiones, intentar rebelarse ante un dios que tiene forma de capitán malencarado e inamovible, tratar de cambiar el rumbo del barco y llevar los pies y el alma a tierra firme. Cristian David y Fernando Reyes resuelven a los marineros Pez y Vela con el encanto que puede dar el ir y venir de la esperanza. En contraparte, Antonio Zúñiga conmueve a partir de la ambición y amargura de Timón, consiguiendo ser el extraño, justo y necesario equilibrio del quinteto. En sus personajes opuestos pero igualmente cuestionables, José Carlos Rodríguez —Capitán— y Miguel Flores —Telescopio— constatan una vez más por qué son dos de los actores más sólidos y constantes de nuestro teatro. Beckett echado al mar. O Mellville buscando un puerto seguro. El hastío, la incertidumbre y el abandono provocan que el público ría. Un propósito claro viene a confirmar que, sobre el escenario, no hay mejor reflejo de nuestra realidad que el absurdo.

Ana Patricia Yañez

E

studió la carrera de Ingeniería y Arquitectura en el Politécnico, sin embargo, su vocación fue siempre el teatro. Así, decidió estudiar Escenografía en el Instituto Superior de Arte en Argentina y también cursó un diplomado en México con Philippe Amand. Actualmente, trabaja con Teatro Sin Paredes (TSP). Para Ana, la escenografía refleja su postura humana.

Tienes formación de arquitecta, ¿de qué forma influye esto en tu práctica como escenógrafa? Como arquitecto adquieres herramientas, conocimientos técnicos y habilidades que te ayudan a comprender y manejar el espacio; a realizar composiciones. Sin embargo, para ser escenógrafo necesitas vivir el teatro: leer y estar con el teatro. Alguna vez, Alejandro Luna dijo que ser arquitecto no te hace escenógrafo, porque para serlo en realidad necesitas amar al teatro.

¿Qué es para ti la escenografía? No hay ninguna fórmula que enseñe cómo ser escenógrafo. La manera en la que hago escenografía proviene de mi propia forma de concebir el teatro. Si alguien piensa la escenografía como algo que ambienta el espacio, justamente eso es lo que va a hacer: una composición plástica bonita. Más que como escenógrafa, primero busqué comprender el teatro como ser humano. Cuando comencé con TSP aprendí que, como dice Augusto Boal, “el teatro es una herramienta de transformación social”; para mí el teatro es eso y, a partir de esa noción, pienso la escenografía. No me concentro en la composición espacial, ni en que sea visualmente estético o que cubra las necesidades espacio temporales que pide el texto, sino en ver cómo todo eso influye en el tiempo presente, en el aquí y ahora que vivimos como mexicanos. El espacio es un discurso que no sólo conceptualiza lo que dice el texto, sino que es una manera de estar —como escenógrafo y como ser humano— en el mundo: ¿qué opino sobre este montaje?, ¿qué le va a aportar al espectador?, ¿cuál es la opinión que tengo respecto a este tema?, ¿cómo concibo a la sociedad dentro del contexto que plantea la obra? Mi postura como ser humano se refleja en el espacio.

¿Cómo llegaste a esta concepción? Ha sido una búsqueda. Primero empecé a hacer cosas estéticas, después a resolver funcionalmente —que los actores estén cómodos, que los personajes habiten el tiempo y espacio que dice el texto—, luego hubo la conceptualización y disposición de elementos que hablan metafóricamente sobre el espacio, donde éste refleja una postura específica. En Humboldt, México para los mexicanos propuse un enorme retablo de iglesia que refleja la omnipresencia de esta religión impuesta, que todo el tiempo nos observa y nos dice quiénes somos. Es una autocrítica también. El espacio está abandonado porque eso es para mí México: un lugar desolado que me duele. También me gusta explorar la relación que tenemos con el espectador, en Utopía, pensé en el público como un ser activo; ellos tenían la libertad de decidir dónde comenzar la obra, qué ver y no: el espacio detonaba sus acciones, les ayudaba a ejercer la libertad de estar. Este espacio teatral compagina con mi interés de que tomemos parte activa de las problemáticas que nos envuelven, es decir, a lo largo de la historia el espectador ha tomado una postura pasiva —tanto en el teatro como en la vida—, y quizá estas dinámicas detonen algo diferente.


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Comunidad, memoria y futuro Por Mayté Valencia

¿Cómo puede un dispositivo escénico propiciar las prácticas artísticas de una comunidad? Generar memoria, articular un espacio común e imaginar un posible futuro son algunas de las premisas de las que parte el proyecto La comuna: revolución o futuro.

L

as propuestas del colectivo La Comedia Humana Arte y Escena se encuentran en el cruce entre el arte y la inserción social. Parten de lo escénico, sin embargo, desbordan el marco de lo teatral —el modelo de representación tradicional y las cuatro paredes de un foro cerrado— y se expanden hacia el ámbito de lo social. Para ello también se sirven de otras herramientas y disciplinas que no necesariamente son artísticas, sino también históricas, sociológicas o antropológicas. En enero del año pasado, el grupo emprendió el proyecto La comuna: revolución o futuro que, dividido en diferentes capítulos, tiene la premisa de propiciar diálogos y acciones de reapropiación en comunidades específicas. Primero fue el campamento 2 de octubre en la delegación Iztacalco, luego la comunidad Naxthéy en la Sierra de Hidalgo, Quiltepec en Tlalpan y el antiguo Hospital Civil de Tampico. En cada una de estas

paradas, el colectivo realizó talleres y generó encuentros con los vecinos y habitantes de estas zonas. La convivencia con estas comunidades se articula a partir de los siguientes objetivos: reconfigurar un espacio público como un espacio común; generar un archivo con la memoria del lugar; imaginar un futuro posible e incentivar las potencias de creación de las personas de la comunidad. En la pieza Capítulo V: rentas congeladas, el colectivo, guiado por el investigador y hacedor teatral Rubén Ortiz, realizó una investigación sobre la historia de las vecindades en el Centro Histórico de la ciudad, ¿cuáles son sus características arquitectónicas?, ¿cómo llegaron a ser lo que son hoy en día?, ¿de qué modo les afectó el decreto de congelamiento de rentas promulgado hace 60 años?, ¿qué futuro les depara? El resultado de esta investigación se presentó en el Museo de la Ciudad de México, cuyo segundo patio —al que normalmente no se tiene acceso— fue una antigua vecindad, sin embargo, se espera que se presente en otros espacios y, además, con un nuevo capítulo: la recreación de un mitin del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. La “función” de Rentas congeladas comienza con un breve relato de la historia de este recinto: su función como palacio para familias nobles, sus características arquitectónicas que fusionan el barroco y lo neocolonial, su

“Finalmente, uno de los momentos más apreciados de este montaje

ocurre cuando algunos habitantes originarios de la vieja vecindad platican con los espectadores. Sus recuerdos reaniman el espacio: tejen historias sobre su niñez, los juegos y las fiestas vecinales.” tránsito como vecindad y, finalmente, su constitución como museo oficial en 1960, tras una remodelación hecha por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. Tras esta charla, el visitante pasa al patio trasero e ingresa a un simulado universo televisivo: La Comuna TV, donde conocerá más sobre el desarrollo de las vecindades de la ciudad. A partir de una entrevista a dos historiadores urbanos, se expone el relato de estos espacios que cubre desde el siglo XVI hasta los problemas actuales de vivienda e industrialización: una monografía citadina que transita eventos como las rentas congeladas, el temblor del 85, hasta llegar a un ficticio 2018 donde Carlos Slim toma el poder del Distrito Federal y expropia todo el Centro Histórico. Intercaladas con estos informes se presentan imágenes del cine mexicano, un archivo con imágenes y datos históricos de la realidad mexicana, el video de “El rock de la cárcel” de Elvis Presley y un cortometraje surreal de zombis extravagantes. La ficción no está exenta en este trozo de realidad. El programa televisivo sucede con imprevisibles saltos temporales,

algo que crea una sensación de ubicuidad y de estar perdido en el tiempo: a veces, en los años 40, otros en el 2000, pero siempre se es habitante de esta ciudad, tal como todos los que acompañan esta experiencia. Finalmente, uno de los momentos más apreciados de este montaje ocurre cuando algunos habitantes originarios de la vieja vecindad platican con los espectadores. Sus recuerdos reaniman el espacio: tejen historias sobre su niñez, los juegos y las fiestas vecinales. Explican cómo vivían en menos de veinte metros cuadrados familias enteras y cómo es que ahí mismo, tras quedar huérfano de ambos padres, creció David González Bárcena, quien años después obtuvo el Premio Nobel de Medicina. La añoranza de los habitantes se remite sobre todo a la convivencia, a la comunidad que antes existía. El trabajo que La Comedia Humana realiza se ancla en suscitar experiencias con comunidades específicas: crea memoria colectiva, agrieta la cotidianidad e imagina posibles porvenires. Se enfoca en lo micro para, finalmente, indagar en un origen que nos es común a todos.



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C comida

Diez platos DF Por Alonso Ruvalcaba

Llega la mitad del año y con ella la posibilidad y el ansia de hacer listas arbitrarias. Por ejemplo: 10 platos que hoy —infundadamente, injustificadamente— pueden definir nuestro pedazo de mundo. No todos son nuevos, pero todos son nuevos para alguien. (Ya advertimos que esto iba a ser arbitrario.)

1 y 2* P uré de berenjena | Á de Acento Puré de berenjena | Máximo Bistrot Hace casi cuatro años apareció una variación de baba ganoush o puré de berenjena asada como una cortesía en Máximo. Venía y sigue viniendo acompañada de un par de rebanadas de la poderosa baguete de Pancracia; se mezcla con queso de cabra y aceite de oliva; se sirve al principio de la comida, cortésmente. Su espesor es desarmante; sus notas de humo, pertinaces. Adictivo, enajenante, el baba es acaso el mejor platillo de ese bistró. Hace poco, en Á de Acento apareció una variación de la variación. Es más ligera, menos oscura, pero no menos tenaz. Se sirve también al principio de la cena, como una cortesía. No viene con pan sino con totopos de tlayuda. También es adictiva. Viva el remix, vivan las influencias. Cuernavaca 85, Condesa y Tonalá 133, Roma 3* Taco de castacán, frijoles güeros, salsa negra de chile habanero | Paxia Una de las buenas decisiones que han tomado los directores del restaurante Paxia en San Ángel es su propuesta de menú: “Mecanografía al taco”. El título puede ser desconcertante, pero no el propósito: una carta completamente taquera, que puede convertirse en degustación de cinco u ocho tacos (por 255 o 408 varitos). Hay tacos de canasta, hay envueltos, flautas, pescadillas. El mejor es el de castacán o pork belly. Van cinco adjetivos favorables: redondo, graso, ácido, quemado, yucateco. Avenida de la Paz 47, San Ángel

4* Taco abue Chul | La Nueva Chul Los tacos vegetarianos van abriéndose camino, felizmente, entre la obsesión del marrano y el suadero. Hay muchos muy buenos. Uno simbólico podría ser el taco “abue Chul” de esta pequeña taquería en la Condesa: tortilla de maíz azul casi morado que envuelve un molotito de queso oaxaca, frijoles refritos y chile ancho en hoja santa. El molote parece un cachorro, un recién nacido. Y como con todo lo que es cachorro en este mundo, con él viene una esperanza, una promesa de inclusión. Abrámosle los brazos. Nuevo León 133, Condesa 5* Taco de chile relleno | La Hortaliza Hasta donde yo sé —que es casi nada— éste es el mejor taco de la ciudad de los tacos. Es un taco vegetariano: chile ancho, seco, rehidratado, relleno de queso fresco; el conjunto: mojado en un caldillo, no una salsa, de jitomates y más chile ancho. Se fija en la mente como un zahir —tal vez por eso lo sirven en una tortilla utilitaria, casi sin chiste, para que el que lo prueba pueda ocasionalmente pensar en otra cosa. José Vasconcelos 48, San Miguel Chapultepec 6* Tamal de papa, hoja santa, ensalada de frijol criollo | Pujol Mucho se ha dicho, con justicia, del “mole madre” de Pujol, un plato que espectacularmente lleva ya más de dos años recalentándose y que es el clímax de todas las cenas en este restaurante. Pero hay un plato


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“Pero hay un plato discretísimo, que se asoma y se planta en el

menú sin alharaca: el tamal de papa. Luego, en la boca, explota como un astro o como un canto súbito: brincador, solemne, juguetón, en oleaje, solar. Parece que no dije nada, pero cuando lo prueben van a decir: Ese güey tenía razón” discretísimo, que se asoma y se planta en el menú sin alharaca: el tamal de papa. Luego, en la boca, explota como un astro o como un canto súbito: brincador, solemne, juguetón, en oleaje, solar. Parece que no dije nada, pero cuando lo prueben van a decir: Ese güey tenía razón. Petrarca 254, Polanco 7* Hamburguesa | The Capital Grille Pues nada: la ciudad sigue su ya largo romance hamburguesero. Es una relación como las buenas: polígama, interesada, detallista, mentirosa, tergiversada, enfática, apacible. Y transpira un amor que parece ilimitado. A veces, tiene un algo a la antigüita. Por ejemplo, en la hamburguesa de Capital Grille, que no tiene nada de las invenciones novedosas —panes de colores, panes de sabores, carnes multinacionales, peces, hongos— y todo de la vieja guardia: res, pan de papa, queso americano, dos hojas de lechuga, un par de rebanadas de jitomate. Y es perfecta. Probémosla e inmediatamente después volvamos al coscolinaje. Paseo de la Reforma 250, Juárez 8* Chuletón de res, 900 gramos, 41 días / Guarniciones | Sud777 Esta elección viene con plot twist. Estaba fácil: un trozo de carne de res de casi un kilo, añejado 41 días. Funk y poder sin límites. No tiene ciencia elegirlo como “plato chilango definitivo”. Así cualquiera. Pero he aquí lo verdaderamente único de este plato, la razón por la que está aquí no es la res inveterada sino las guarniciones. Espárragos y ejotes negros y el mejor puré de papa que hay en la ciudad. Qué acto de dandismo enloquecido pedir este plato y sólo

comerse la guarnición. Qué acto terrible, injusto, ciego, en este México en llamas. Cuesta 1100 pesos, lo cual puede volver éstos los espárragos y el puré de papa más caros de la historia, pero es lo que habría hecho Oscar Wilde. (Nomás acuérdense: Wilde terminó en el bote y sin un peso.) Blv. de la Luz 777, Pedregal 9* Yuke-jaong | Biwon Biwon es, en este momento, el mejor restaurante del DF. Pude elegir casi cualquiera de sus platos: el complejo bibimbap, el sudoroso ramyun, el feroz jeyuk bokkeum tocino marinado en pasta de chiles rojos―… Pero hoy, arbitrariamente, me quedo con su yuke-jaong, un mole de olla que se sirve en tazón de barro: res, chile, caldo vacuno, vegetales y fideos semitransparentes. Lépero, respondón y sorprendentemente hospitalario. Florencia 20, Zona Rosa 10* Grilled Cheese | Dondesea Una mala noticia: no hay un Gran Grilled Cheese a la venta en la ciudad. Se le acerca el de Dulce Barrio (Durango 342), pero la gran mayoría se encuentra en una fase de exploración, en una búsqueda combinatoria, en una propuesta pomposa. La exploración aún no ha rendido ese gran sándwich. (Pronto, ojalá.) Tienden a olvidar que el grilled cheese es, en principio, comida de tiendita, de miscelánea. Es humilde como una torta de salchicha. Una buena noticia: cualquier habitante del DF puede hacer un Gran Grilled Cheese. Necesita derretir o suavizar mucho unos treinta gramos de mantequilla (con sal), mezclarlos con treinta gramos de mayonesa marca Kewpie (la mayonesa japonesa “del bebé”; la tienen en cualquier súper oriental) hasta formar una crema olorosa, amarillenta, temible; untar con ella dos rebanadas de pan blanco de caja (uno gordito, como el de la panadería Bimmy, en Newton 86); dorarlas en una sartén; agregarles, por el lado dorado, setenta gramos de queso rallado (uno genérico, salado; yo le pongo el “gouda” sin marca que venden en la esquina); untar el resto de la mayo-mantequilla en los lados no dorados; pasarlos a la sartén, haciendo presión con otra sartén, hasta que se doren y el queso se derrita. Es UN CHINGO de grasa. Los dedos quedan brillantes. Y es UN CHINGO de glutamato monosódico (que viene como agregado en la mayonesa). El corazón queda brillante. Y ya. Tienen todo el resto de su vida para agradecerme.

El rincón de BURGERMAN @burgermanmex ¿Qué busca usted, señor Burgerman?

Oye Burgerman, ¿qué buscas en una hamburguesa?”, me preguntan con frecuencia. Pareciera que lo hago por perseguir un fin, cuando en realidad la búsqueda misma es el fin. ¿Qué busco? Lo mismo que todos los que disfrutamos la comida, los que comemos más allá de un acto de supervivencia: busco gozar, llorar de la emoción con el producto que ha surgido de la mente de un chef. Alguna vez leí que la pizza es como platillo tan excelente que incluso la mala pizza siempre es buena. Y cuando realmente es buena, puede llevarnos a la gloria. La misma sensación me pueden provocar las hamburguesas. Una hamburguesa es tan noble, que aún la más industrializada, la más ordinaria, como lo podría ser la hamburguesa con queso de McDonald’s, sabe bien. Cumple su cometido. Con la explosión de restaurantes dedicados sólo a preparar hamburguesas de todos tipos, precios y calidades y el arribo a los menús de prácticamente todo el mundo, y con la explosión de la documentación y muestra gastronómica en las redes sociales, se ha vuelto muy necesario encontrar un camino para navegar a través de la enorme oferta de este peculiar emparedado. Ahí es donde entro yo, como muchos otros que se dedicaron a estos menesteres sin tener una formación culinaria formal. Siempre he dicho que soy un gordo tragón que desde temprana edad descubrió su debilidad por este platillo. Cuando mi actividad profesional me brindó la posibilidad de expandir mis horizontes de ingesta, decidí documentar mis andanzas para mantener un registro de lo que comía y compartirlo con mis amigos. Ahora se ha ampliado el círculo de personas que amamos las burguers. ¿Qué busco en una hamburguesa? Que sepa a hamburguesa. Que la sencillez y delicado balance de la combinación carne molida + pan + lechuga + queso + jitomate + cebolla sea como debe de ser: sabrosa. Que se acerque a lo que en el país de su creación, nuestro vecino del norte, se le conoce como una buena burger. ¿Subjetivo? Definitivamente. La crítica o muestra gastronómica no puede estar exenta de subjetividad, puesto que se está hablando de un gusto. A unos nos gustan unas cosas y a otros otras. Pero, sí se puede hablar de un consenso generalizado de “lo bueno” y “lo malo”. Todos los que hemos comido tacos en Estados Unidos siempre medimos su éxito como platillo, independientemente si nos gustan o no, en cuánto se asemejan a los tacos que se hacen en México, en donde fueron creados. Creo que busco lo mismo en las hamburguesas. ¿Cuál es mi santo grial de las hamburguesas? La que nos da ese momento ratatouille en el que recordamos aquella burger que nos hizo más felices en la vida. Cuarenta y cinco años de comer hamburguesas, una panza bastante considerable y unas ganas y devoción infinita por probar todas las del planeta avalan que un servidor pueda hablar de este platillo. Eso es lo que busco. Sé que la búsqueda no acabará nunca, por eso la comparto con ustedes, queridos lectores, para que juntos hagamos más rica la experiencia. Puede ser que no estén de acuerdo conmigo. Para eso, sus comentarios y sugerencias siempre son bienvenidos en @burgermanmex; en Instagram también como “burgermanmex”; en el blog: burguerman.blogspot.com y en la página de Facebook: www.facebook.com/burgerman.mex. Se agradecen todos sus likes y retuits.


56 | frente | comida| del 16 al 29 de julio de 2015

Pesca del día Square Meals de Lazy Mom

L

guarniciones 2015.5: dos lecturas

Franklin Barbecue: A Meat-Smoking Manifesto de Aaron Franklin y Jordan Mackay (Ten Speed Press, 2015) La monomanía rinde frutos. Franklin Barbecue es, probablemente, el restaurante más exitoso de Texas (está en Austin). Hacer cola ahí es una labor amorosa o febril de cuatro o más horas. Su pitmaster es el todavía joven Aaron Franklin (nació en el 77 pero aparenta ser del 87) y su libro tiende a una locura metódica, sistemática. Su capacidad para el detalle parece ilimitada. Puede discurrir sobre el método de envoltura de un brisket en papel de estraza —e incluso en el peso de ese papel—; puede detenerse en las cualidades de cada tipo de madera, lo cual es natural, pero profundizará en la forma del hacha con que hay que partir esa madera, lo cual es genial. Y así con todo hasta la extenuación. Cocineros de barbecue en el DF: lean esto por vida suya. Lucky Peach: Obsession (primavera 2015) Repetimos: la monomanía rinde frutos. El primer número del año de la revista Lucky Peach centró su dosier en esa verdad. Sus profiles in obsession incluyen a Rich Collins, un granjero de una sola especialidad: endivias; a Colin Hagendorf, un bloguero que ha cumplido lo imposible: ha probado todas las pizzas de Manhattan y anotado sus apreciaciones en sliceharvester.com; a Stuart Morris, “evangelista del sake”; a la familia Bravo-Fuentes-Rojas, hacedora de moles en Bushwick; a Daniel Vaughn, especialista en barbecue en Dallas, Texas; a Naomi Duguid, yonqui de los granos. Ver los trabajos y los días de estos seres humanos es una renovación de la esperanza en la locura.

a obra de Lazy Mom —seudónimo en conjunto de los fotógrafos/escultores Josie Keefe y Phyllis Ma— explora las posibilidades del aburrimiento doméstico. ¿Qué haría una mamá, una “ama de casa” si tuviera a la mano todo el tiempo del mundo y ninguna obligación? La respuesta son estas perversas esculturas inexplicables: gelatinas de ensalada, apilamientos de sándwiches, hielos rellenos de dólares, comidas que nadie comerá, bellas e inútiles hasta el fin de los tiempos. Aquí hay tres piezas. Busquen más en lazymomnyc.tumblr.com.


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D debutantes

Flora María, Joyas de la Tierra La diseñadora Flora María Sánchez presenta una nueva colección de joyas inspiradas en sonidos del bosque, y abre un nuevo espacio de exhibición en el sur de la Ciudad de México.

Flora María Joyas de la Tierra Plaza Villa San Jacinto, local 7 Dr. Gálvez 16, San Ángel T. 5550 2570 Ventas en línea: http://floramaria.com.mx Contacto: ventas@floramaria.com.mx

La

historia de 25 años dedicados a la joyería empieza en San Cristóbal de las Casas. Flora María Sánchez había estudiado Arquitectura en Guadalajara, pero desde la infancia estuvo inmersa en el mundo de la joyería. En el 88 se muda a Chiapas, se enamora del ámbar y lo convierte en la materia prima de sus diseños. Además de la resina milenaria, empezó a utilizar plata y otras piedras naturales, y abrió una primera tienda llamada El árbol de la vida. Aunque el proyecto creció, así como la producción y la creatividad, hasta el día de hoy conserva la pasión por plasmar en su trabajo las raíces de su cultura y el amor por la naturaleza. Sus diseños se exhiben en pasarelas, en México y Europa. Hace unas semanas se sumó a esta familia de piedras, ámbar, plata y flores una tienda en San Jacinto, aunque es la más pequeña, también es, según nos cuenta Flora María, la que plasma de manera más concreta la esencia del proyecto. Tiene detalles en acuarela que evocan plantas, orquídeas, pájaros, helechos, y cajones para abrir y explorar aretes, pulseras, anillos o collares, como quien estuviera dentro de una selva encantada. Además de sus colecciones clásicas en las que diseña joyas en forma de orquídeas, mujeres o aves, para este nuevo espacio se lanzó una línea de joyería para niños y una colección llamada Sinfonía del bosque, inspirada en el quetzal y el tucán, habitantes de la reserva de la biósfera El Triunfo, en Chiapas. Flora María llama a sus colecciones Joyas de la Tierra. “Con ellas quiero inspirar a que se establezca una conexión con nuestro entorno. Con las joyas voy contando historias que nacen de la naturaleza nacional. Las piezas tienen como materia prima la plata y el ámbar mexicanos, combinados con un colorido de piedras naturales de todo el mundo. Están hechas de manera artesanal por un equipo de mujeres que aportan su creatividad y su conocimiento”, nos platica Flora. Cuando preguntamos qué es lo más apasionante de su trabajo, nos cuenta que ha creado una línea de joyas para mujeres valientes que desean portar un símbolo de identidad. Por otro lado, son accesorios que representan los valores del mundo natural. “Son historias de la tierra, de la vida y de sus manifestaciones. Nuestras joyas nacen de viajes de

inspiración. Hacemos colecciones basadas en temas reales y concretos, de situaciones, especies o personas que nos gusta ligar a nuestro trabajo.” Si lo que más te inspira es diseñar para estas mujeres, ¿qué crees que represente una joya? “Las joyas que usa una mujer son un reflejo de la cultura. Son compañeras inseparables con las que se puede transformar un atuendo simple en uno sofisticado. Están ligadas a recuerdos especiales.Le aportan feminidad y las hace sentir bellas.” Todas las colecciones están inspiradas en un tema específico. El ámbar y las perfectas figuritas de plata se combinan con turquesas, corales, lapislázuli y perlas. La colección Café rinde homenaje a las mujeres caficultoras de Chiapas. Las piezas tienen forma de tazas, cafeteras, teteras, granos y flores. Germinar es una línea que hace honor a todos los alimentos que ofrece la tierra: chícharos, frijoles, vainas o raíces. Flores es una muestra de todo tipo de orquídeas, amapolas, margaritas. Vuelo son figuras de aves, golondrinas, colibríes, mariposas monarcas. Mujeres es una oda a la figura femenina, también inspirada en las indígenas de Chiapas. El minucioso detalle de las piezas nos hizo preguntarle acerca del proceso. Primero se hace un boceto, después una escultura en cera que debe quedar perfecta. Todo lo que se haga en la cera se verá reflejado en la plata, por eso es muy importante que no tenga ninguna imperfección. No debe ser demasiado gruesa para que no pese mucho una vez que se vacía en plata, ni demasiado delgada porque se rompe. Luego se realiza el proceso de la cera perdida y se hacen los moldes para después unir el resto de los materiales. Flora María no sólo se ha centrado en el diseño y la producción de joyas, sino también apoya proyectos de conservación ecológica. De las ventas de su última colección se dona el 10% a los guardaparques encargados de la seguridad de las especies en la reserva El Triunfo. Además de la tienda de San Jacinto, las Joyas de la Tierra pueden encontrarse en San Ángel (Amargura 17, San Ángel) y en Polanco (Av. Presidente Masaryk 360 local 4). —Mariana Coppel


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Los Pinches Tacos Dentro del diminuto mercado azul de la calle Michoacán se instaló un puesto de tacos que lo único pinche que tienen es el nombre. Tacos caseros, tacos chilangos, tacos para el monchis cotidiano a precios de risa.

L

a idea del nombre no es una historia difícil, misteriosa o rebuscada. ¿Cuántas veces, pedo, crudo o sobrio, has dicho o escuchado la frase “vamos por unos pinches tacos”? Desde hace unas semanas, Los Pinches Tacos tienen un espacio dentro del Mercado Michoacán, en la Condesa. El letrero que está en la banqueta dice “En la Condesa, donde todo sucede”. Diferimos, pero eso es lo que dice. El chef está de viaje, así que hablamos con el encargado que prefiere que lo llamemos el vocero. Le da pena que digamos su nombre, así que lo omitimos. Nos cuenta que Los Pinches Tacos tienen una historia de tradición; el abuelo y el padre del cocinero—―quien viaja constantemente motivado por su gusto a los sabores nuevos— son aficionados a la cocina. “Chefs de corte empírico”, explica nuestro vocero. “Su abuelo fundó los Tacos Don Felipe hace 70 años, cerca de la estación Puerto Aéreo y después su padre abrió Taquerías El Jarocho. Nuestro chef

prefirió seguir la tradición de su familia antes de incursionar en otro tipo de cocina.” Acá no es cocina de autor, ni son tacos moleculares de faisán o de reducción de pato o espuma de jabalí; tampoco es cocina mexicana transformada con técnicas sofisticadas. Son tacos chilangos, caseritos; guisados que se preparan todos los días, y que han estado por años en el recetario de una familia comelona. ¿Para qué buscar el hilo negro de la cocina cara y moderna cuando, generalmente, terminamos comiendo unos pinches tacos? De pinches no tienen nada. Si bien son simples —nuestro vocero nos dice que la idea del chef es que mientras más simplicidad haya en la cocina menos se alteran los sabores naturales de las cosas—, están perfectos. Además, los precios son irrisorios y las porciones adecuadas para que una persona de buen diente se refine cuatro surtidos. “Los guisados se preparan al vapor, porque es la cocción más noble. Con un aparato especial los conservamos a la temperatura idónea. No contienen mucha grasa porque nada se fríe y tampoco se resecan como suele suceder en una cocción a fuego directo”, explica el misterioso personaje. El local es diminuto. Está adornado con una bicicleta y una virgen de Guadalupe con unos

Junk in the Trunk Reseñamos un fuerte contendiente para ganar el premio a “comida rápida, alimentos fritos y fuertes dosis de carbohidratos” del año. Veganos de la Roma Sur relájense y ambiéntense, o no se acerquen.

U

na horda de zombis hambrientos se abalanzaba sobre un modesto food truck en la edición pasada del Festival Nrmal. Clamaban por calorías, hamburguesas y hot dogs. La misma situación se repetiría en el Ceremonia y otros festivales, donde sólo dos personas se encargaban de alimentar a cientos de visitantes, jóvenes con hambre suficiente para comerse una res completa. La buena reputación de esta troca repartidora de alegrías —y calorías— se extendió de boca en boca. Como muchos otros carritos

foquitos de colores. Frente a donde se despacha hay una banca de madera con sillas altas y vista a la calle de Michoacán. El taco de cajón, el que siempre está, porque cada día cambian los guisados según los antojos del cocinero, es el de chicharrón prensado. Éste es histórico, un emblema de las taquerías del padre y el abuelo, preparado de forma tradicional. Las tortillas están de buen tamaño, suavecitas, calientitas. Otros guisados sabrosos son el de carne molida, el de longaniza en salsa roja, el de papa con chistorra, el de frijoles con queso, el de carne deshebrada a los tres chiles, el de chicharrón con salsa verde y el de albóndigas con arroz. Como prefieren tener pocos guisos bien preparados y variados, en ocasiones, puedes

encontrarte uno nuevo u otros completamente diferentes a los que probamos. Para beber hay aguas frescas: horchata, limón con chía y jamaica. También tepache, chocolate caliente traído desde Oaxaca y café de olla con su respectivo toque de piloncillo. Ahora la parte más linda de esta nota, de la taquería de la Condesa (colonia donde no sucede todo y lo que sucede está sobrevalorado): por 45 pesos puedes comerte cuatro tacos y un vaso de agua de sabor. Cada uno cuesta 9 pesos. El tepache 15, las aguas 12 y el café 17 pesos. Nos la hicieron de misterio, pero Los Pinches Tacos están sabrosos y reparadores. —Mariana Coppel

LOS PINCHES TACOS Calle Michoacán, local 1 y 28, Condesa

que dejan la vida nómada para asentarse, las mentes detrás de este food truck decidieron abrir un local en la Roma Sur. Su especialidad son las hamburguesas. Para su elaboración los cocineros prescinden de jitomate, lechuga y cebolla, pero esa carencia de alimentos recomendados por el médico se compensa con una variedad de toppings que cambian el sabor de cada burguer. Además la carne, como cualquier otro pecado, es jugosita y deliciosa. No son tradicionales ni gourmets: son para un severo ataque de monchis. Los hot dogs son historia aparte. Son jochos llenones, de proporciones generosas. Llevan pan artesanal y buffalo bites (pedacitos de pollo frito bañados en salsa Búfalo). Una vez que te decides a entrar al lugar no queda bien decir que cuidas la línea, pero si ése es el caso, está la opción del tamaño infantil, que la verdad es una porción para un niñosaurio. No es sólo un restaurante, es una suerte de incubadora de fast food donde se buscan sabores tan descabellados como antojables. Te contamos de algunos: las Deep Fried Oreos son galletas sumergidas en crema para hot cakes, fritas y bañadas con chocolate. Con este mismo procedimiento se preparan Deep Fried Twinkies, Negritos, Chocorroles y Vualá o Chokis rellenas. Los dueños y cocineros del lugar se divierten con la freidora como lo haría Walter White en su laboratorio de metanfetamina. Tienen una gran variedad de tragos inventados por ellos mismos: la Junkástica, una bebida con mezcal, y Frutástica, elaborada con aquella gaseosa mítica. Ofrecen algunas pro-

mociones dependiendo el día, como el Martes de fifa, y costillas los fines de semana y en los eventos futboleros. Para aumentar el menú de comida cero saludable tienen planeada una unión con Helado Prohibido, una propuesta similar a la de Helado Obscuro, pero con sabores y combinaciones aún más extravagantes. La atención es excelente y el servicio cordial. No sería raro verlos pronto en otros puntos de la ciudad espantando a los electropuros que se aguantan las ganas de comer grasas saturadas y glutamato monosódico. Además, el food truck seguirá reclutando zombis en los festivales. Los socios de Junk in the Trunk son Roberto Diener (publicista), Jesús Garza (comunicólogo) y Davar (mercadólogo). No tienen ninguna fórmula secreta ni una educación gastronómica formal, lo que tienen es un amor incondicional por la comida que se ve reflejado en sus excéntricas invenciones. Preguntarle a Roberto sobre algún platillo predilecto es como preguntarle a un padre por su hijo favorito. Aunque luego de pensarlo brevemente, nos responde: “No cambiaría jamás en la vida una hamburguesa por un hot dog. La hamburguesa, como dice mi papá, es huérfana: no tiene madre”. — Jesús García

Junk in the Trunk Nayarit 27, esq. Monterrey, Roma Sur T. 6726 4415 Lunes a jueves, de 13:30 a 0 horas; viernes a sábado, de 13:30 a 2 horas; domingo, de 13:30 a 0 horas


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D detrás

Charlyfornication: Biopic de un rockstar de la literatura mexicana | por Carlos Velázquez Los crocs son un insulto La vi pasar linda como un ángel. 24 años. 45 kilos. Hagan de cuenta una Miley Cyrus del Centro Histórico. Que llegó temprano a la repartición de tetas. Sería perfecta de no ser porque tiene culo de niño de 12 años. Cero nalga. Pero chula, un 2x1 en todo el departamento de vinos y licores. Tras friendzonearme in many ways, por fin se apiadó de la cara de güevo estrellado que pongo cada vez que la guacho y me proporcionó su WhatsApp. La talonié una semana. Me hice digno de su confianza. Como si barajara un mazo de cartas, me hizo un resumen pormenorizado de su existencia. Existen mujeres que son como un acantilado. Ejercen una fascinación suicida. Te obligan a asomarte al vacío. Pingpongeamos lo suficiente para que le fuera imposible seguir friendzoneándome. Quedamos en vernos un jueves. En mi departamento (levantamiento coqueto de cejas). ¿Recuerdan por qué se chingaron a Moctezuma? Porque ignoró los presagios. Toda clase de premoniciones le advertían que los españoles venían por la plaza. Pero al comunicarle a otros miembros del cartel local sus sospechas, lo acusaron de paranoico. Y el pendejo se la comió entera. Se dedicó a procrastinar. Lo mismo me ocurrió los días previos a la cita con la Miley Cyrus del Centro Histórico. La primera señal me topó cuando fui a nadar. Uno de los nadadores se me acercó con unos crocs. Holy guacamole. Las entrañas me dieron un vuelco. Pocas cosas existen que me causen tanta repulsión. Mientras croleaba me acordé de uno de mis ex cuñados. Era médico. Y su look eterno eran crocs y guayaberas. wtf. Bato, eres norteño, de

dónde el gusto por esa prenda. Y el croc es símbolo de lo fodongo en la Tierra. Y es que jamás he entendido de qué va. ¿Es un guarache?, ¿es una pantufla? Por si fuera poco no entiendo su empleo en el norte. Acá el sol calienta el pavimento al grado de que convierte en chicle todo lo que toca. Sé que los crocs tienen una suela reforzada, pero con el calor la pata suda más cabrón que Miguel Herrera en cada partido. No entiendo por qué profesionistas de amplio espectro utilizan esas madres. Preferiría que mi hija votara por el Partido Verde a que le entrara a esa moda ridícula. El segundo presagio apareció en forma de publicidad. En una tienda departamental vi un anuncio de una línea de crocs “casuales”. No pinchis mames, Dios. La tercera premonición fue un sueño. Vi un cementerio gigante a donde iban a morir todos los crocs desgastados. El pinche jueves llegó y oh, boy. Adivinaron, la morra apareció usando unos. Se me encogió. Destapamos unas chelas y nos dedicamos a youtubear hasta las tres de la mañana. La Miley Cyrus del Centro Histórico no se marchaba. Al final se fue defraudada. Seguro pensó que era gay. Que un verdadero hombre se le insinuaría. Pero no podía dejar de sentir asquito por los crocs. Qué manera de romper el encanto. Me sentí insultado. No podía quitarme de la cabeza la siguiente imagen: en un punto del poscoito iría al baño desnuda con los crocs puestos. Y esa postal preferí ahorrármela. Los crocs no son mi fetiche. Nada para matar la calentura como unos crocs.

Mi veldá | por WARpig Undressed to Kill Cuatro de la mañana. Me despertó el piquete de un mosco. Prendí la luz del celular, pero el bicho se ocultó bien. Molestó a mis perros, quienes buscaron refugio debajo de la cama o dentro de ella. Hasta bajé una app antimosquitos que (obvio) no funcionó. Creemos que ya todo lo arregla una pinche app. Regresé a la oscuridad a esperar, a tratar de escuchar el pinche zumbido. No podía dormir, mi mujer tampoco. Lo escuché zumbar cerca de su cara. Volví a prender la luz del celular. Nada. Me armé de huevos y me impuse a hacer guardia. No dormiré hasta matarlo. Ni puedo dormir, así que no será tan difícil la guardia nocturna (Jon Snow). Cubrí todo mi cuerpo con una sábana y dejé al descubierto mi oreja izquierda para escuchar cuando se acercara. Dentro de la sábana tenía el celular con la luz prendida para no perder tiempo. Son segundos importantes cuando quieres darle en la madre a un mosco. No puedes escuchar música porque eso no te dejaría notar el zumbido. No puedes leer porque el cabrón ataca sólo en la oscuridad. ¿Qué haces para matar el tiempo aparte del mosquito? Empecé a recordar música que inste a matar, títulos de discos, de canciones, frases. “I only kill to know I’m alive. So what!?”, dice Ministry. “Kill the poor”, dicen los Dead Kennedys. Dressed to Kill se llama un disco

Acné | por Gibrán Michel @gibran.michel

de KISS, pero en este caso yo estaba “undressed to kill”. Nadie va a festejar ese chiste tan lelo. No tengo un público idiota como el de Jordi Rosado. Me acordé de una rola que en español decía “No me molestes, mosquito” y de una que le he escuchado a Nina Simone y a Nikka Costa: “Funkier Than a Mosquito’s Twitter” y nada de este hijo de la chingada. La Pantera Rosa metía una tabla entre las sábanas y al escuchar que el mosquito venía en picada la sacaba rápidamente para que se estrellara. Eso no funcionaría en la vida real. Yo tenía dentro de las sábanas una luz para lamparearlo como hacen los policías cuando te paran en la madrugada por lo que se les hincha la gana. Estaba pensando en eso cuando escuché el zumbido. Rápidamente, saqué el celular, lo busqué, lo vi, lo seguí un poco, trató de ocultarse en el negro del closet y justo ahí le puse un cachetadón con la mano derecha. Como no estaba seguro de haberlo aplastado, tallé la palma de la mano en el clóset para asegurarme y hacerlo sufrir en caso de haber acertado. Lo hice. Hay una marca de sangre en el clóset que se parece al símbolo de Nike. No la he limpiado para que otros culeros vean que aquí no nos andamos con mamadas. Ella me besó. You know nothing, Jon Snow.


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