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I Previsión social empresarial: de reto a oportunidad

Previsión social empresarial: de reto a oportunidad

Òscar Sánchez - Director Comercial de Ahorro y Previsión Social de la Mutua de los Ingenieros. SocialCorp

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La mayor parte de la población piensa que el Estado es el mayor responsable de la previsión social de los ciudadanos. Esta circunstancia se refleja en que, únicamente, una minoría de las empresas disponen de planes de previsión colectivos. A pesar de ello, la confianza en el sistema público como garantía de cobertura decrece entre la gente, y la opinión dominante es que las prestaciones del Estado son y serán insuficientes.

Ante esta realidad, el camino que tiene por delante la previsión social complementaria empresarial en nuestro país es de largo recorrido. Por una parte, existe el convencimiento generalizado de que los sistemas de previsión privados (individuales y colectivos) que complementen las prestaciones públicas son necesarios, ya que el sistema público, necesariamente, irá menguando sus prestaciones para poder garantizar su propia sostenibilidad. Por otra parte, dicho convencimiento no ha ido, hasta ahora, acompañado de un crecimiento de los pilares complementarios que compensen unas menores prestaciones públicas.

A pesar de la creciente concienciación de las organizaciones hacia la previsión social empresarial, pocas empresas, que no tienen un plan de previsión social para su personal o se plantean su implantación. Por ello, muchos expertos ven la necesidad de implantar dichos planes a través de una norma. Basta observar las experiencias y normativas de los países con sistemas de previsión social más avanzados de Europa y del mundo occidental para tomar nota y aplicar en nuestro contexto social y económico aquellas que puedan encajar. Por ejemplo, establecer para las empresas un sistema obligatorio o casi obligatorio de previsión social, con un periodo transitorio o de low cost, a partir del cual deban instaurarlo para todos los trabajadores/as.

sólo una minoría de las empresas disponen de planes de previsión colectivos

La estructura del pensamiento de las personas y de las empresas, principalmente en las más pequeñas, está enfocada en el corto plazo, al beneficio inmediato más que al beneficio diferido en el tiempo. Por ese motivo, existe una tendencia a ubicar las contribuciones empresariales a favor de los trabajadores/as como un coste o una pérdida.

Es necesario poner en valor los beneficios que a medio y largo plazo supone implantar un sistema de previsión social en la empresa. Las plantillas, cada vez más envejecidas, valorarán positivamente que sus empresas dispongan de este tipo de beneficios sociales. De esta

forma, la implantación de un sistema de previsión social en la organización supone una forma de incrementar la motivación de la plantilla, atraer talento, reducir la rotación de personal y, en definitiva, mejorar el clima laboral y la imagen de la organización. El resultado en el medio y largo plazo es un incremento de la productividad de la empresa, que supere el coste de la implantación del plan.

Los trabajadores valoran positivamente que sus empresas dispongan de planes de previsión social a su favor. Y dicha valoración tenderá a mejorar aún más en el futuro, al incrementarse la concienciación social y política a favor de la previsión social en general y de los sistemas de previsión social empresarial. Un plan de previsión social proporciona ventajas al personal de una empresa que, actualmente, no son obligatorias por ley. Este tipo de condiciones genera un sentimiento de pertenencia al trabajador, que aumenta su productividad.

Un sistema de previsión social articulado a favor de los trabajadores o equipo directivo debe ser diseñado de forma que se maximicen los efectos positivos que genera en sus beneficiarios y en la propia empresa. Completar la cobertura pública y privada del trabajador, proporcionarle estabilidad ante riesgos no únicamente profesionales, suponen elementos de satisfacción para el trabajador que van más allá de lo puramente económico.

Lamentablemente, gran parte de las empresas, a causa de un mal asesoramiento o desconocimiento, no implementan programas de previsión social porque no saben cómo hacerlo, qué pueden incluir o qué abarca “previsión social”, etcétera.

Actualmente, aún existe mucho desconocimiento por parte de las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, respecto al ámbito al cual se circunscribe la previsión social a favor de su personal y de los beneficios que comporta a medio y largo plazo. Por otra parte, muchas empresas no saben cómo afrontar el diseño de un plan de previsión empresarial. Nuestro papel es ayudar a las empresas y organizaciones a diseñar sus sistemas de previsión social a favor de sus trabajadores, en un momento en el que la responsabilidad de la previsión social cada vez recae más sobre ellas.

Sobre las medidas fiscales de los últimos tiempos que afectan a la previsión social, el hecho de reducir de 8.000 a 2.000 euros en 2021, y a 1.500 euros en 2022 la cantidad máxima de reducción para las aportaciones a sistemas de previsión social individual y establecer un límite específico para las contribuciones empresariales de 8.500 euros, constituye una evidencia de que el Gobierno está decidido a impulsar los sistemas de previsión social empresarial por delante de los sistemas individuales. Ese desplazamiento de la reducción fiscal hacia las aportaciones de las empresas, sitúan a éstas en primera línea en el desarrollo de la previsión social complementaria en nuestro país. ENFOQUES 23

es una forma de mejorar el clima laboral y la imagen de la organización

No obstante, aunque la fiscalidad es importante, no será suficiente para dar un impulso definitivo a la previsión social empresarial. Si únicamente nos basamos en la fiscalidad, lo que se logrará será potenciar el oportunismo del ahorro fiscal a corto plazo. Hasta que sean obligatorios los planes de previsión social en las organizaciones, será necesario intensificar la concienciación de éstas y de la sociedad en general, un asesoramiento profesional más allá de las ventajas fiscales, y romper la creencia de que la previsión social empresarial únicamente incumbe a las grandes empresas.