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EL SEÑOR DE LA ANTIGUA / Manuel Estrada
ElSEÑOR
DE LA ANTIGUA…
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Manuel Estrada
Así lo contaron los abuelos… así nos trajeron de la mano nuestros padres… Sí ------ así, así con un amor que es muy difícil de explicar… Sí------------ aquí, aquí a la Merced, Barrio de La Antigua que resguarda nuestros más inigualables momentos de la niñez y la adolescencia; de nuestra juventud y ahora en nuestra edad adulta.
En este año 2022, el alma rebosa de alegría… el corazón palpita más fuerte. Las puertas se abren nuevamente a la centenaria tradición.
Preparen los instrumentos de sonoro trinar del viento. Vibren las almas revestidas de morado, al amanecer del clamor popular.
Que se regocijen nuestros corazones sedientos del verdadero amor de Dios. Anuncien con tapasoles y madrileñas que la esperanza está presente… sí, para enaltecer la religiosidad popular y la fe.
Y que vibre entera La Ciudad de Santiago cuya fe es legítima y triunfal… porque el Señor de La Merced, anuncia nuevamente su caminar por las calles empedradas.


Anuncie todo el mundo que aquí en La Antigua, la fe y la tradición convergen para exaltar el mensaje más importante: Sí… Que Cristo murió por nuestros pecados, pero nos ha heredado el regalo más grande, vencer a la muerte con su gloriosa Resurrección.
Así ha sido nuestra vida junto al Nazareno de Los Antigüeños… Aquí en la ciudad de religiosa arquitectura, esta mística ciudad de fe y armonía… Una vida, en la que los Padres heredan a sus hijos la fe y la tradición…
Y es que… El Señor de La Merced ha estado presente desde el comienzo de esa vida… Nos ha permitido vivir momentos extraordinarios de júbilo y alegría… Nos ha acompañado para despedir a quien se nos ha adelantado en el camino hacia la eternidad… Nos ha levantado en momentos de tristeza, desconsuelo y amargura… nos ha dado la esperanza de volver a creer, de volver a soñar que nuestra propia vida puede ser distinta. Y lograr metas… y alcanzar sueños… y vivir…. Vivir en esta ciudad detenida en el tiempo, un amor -repito- que es muy difícil de explicar.
El Señor de La Merced ha sido testigo fiel de nuestras caídas… de nuestros errores. Ha comprendido nuestra fragilidad humana, ha acariciado nuestra alma en los momentos de debilidad… y con su mirada nos recuerda cada mañana de un somnoliento viernes, el regalo más hermoso: Que un día, Dios en su infinita bondad y misericordia, envió a su Hijo único para que todo aquel que creyera, no muriera, sino que tuviera vida eterna… Que no hay regalo más hermoso que el de dar la vida por nuestros hermanos… Que Él es Camino, la Verdad y la Vida y que nosotros tan solo somos peregrinos de este mundo, que en esta época nos revestimos de morado penitente para celebrar la tradición, pero también para acrecentar nuestra fe en un Dios vivo y verdadero.
Hoy el clamor popular está presente en cada hogar… las jacarandas lo delatan.
Hoy la ilusión del alma de La Antigua cobra vida en la fe y la esperanza…
Hoy el corazón del antigüeño palpita más fuerte que nunca... Su Señor saldrá a recorrer su eterna ciudad. La bendecirá… y cada piedra inmóvil repetirá una oración y el incienso de cada hogar se elevará hasta el cielo… porque la ofrenda más grande de cada antigüeño será entregar el corazón entero…
Hoy Guatemala entera vibra en la fe y la esperanza, porque a través de más de tres siglos y después de este tiempo difícil, su Señor saldrá a las calles para llenarlas de bendición. Es y seguirá siendo la figura más importante de la Cuaresma y Semana Santa de Guatemala ante el mundo.
Con su corona de espinas, su cruz y su mirada de penetrante amor, Jesús Nazareno de La Merced nos recuerda que Él es y será para la eternidad:
¡¡¡ EL SEÑOR DE LA ANTIGUA!!!




