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Procesos de creación en artes plásticas en un grupo de la línea Impulso Colectivo del programa CREA de Idartes

Páginas sin márgenes / Nuevas normalidades


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Páginas sin márgenes / Nuevas Normalidades Procesos de creación en artes plásticas en un grupo de la línea Impulso Colectivo del programa CREA Idartes Editorial La Maestra Cartonera. Idartes, Instrituto Distrital de Las Artes SCRD, Secretaría Dsitrital de Cultura de Bogotá Bogotá, diciembte del 2020

Portada pinturas de Carlos Montilla.


Páginas sin márgenes / Nuevas Normalidades Procesos de creación en artes plásticas en un grupo de la línea Impulso Colectivo del programa CREA de Idartes


¿Qué ves cuando me ves? Camila Ruiz Fotografías y pintura.


Contenido

Presentación / Crónica sobre un grupo de practicantes de las artes plásticas Frey Español

Cuatro Elementos

Nuevas normalidades

Carlos Montilla

18-25

Una luz que nadie apaga

27

Al silencio de mi voz

28

¿Porqué ellos si y nosotros no?

29

Maddy Quintero

Escritos y collages

30-39

Podrán mis hijos

40-41

Flores

42-43

Camila Ruiz

Alejandro Cárdenas

Carlos Montilla

Corazones y flores podridas Camila Ruiz

Cajas

7-16

45

Creer - Crear

46-47

Breve escritura

48-49

Zulma Salamanca Paola Flórez

Catálogo de obras o trabajos

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Páginas del libro Bitácora de proceso Grupo EC-1555, editado en junio del 2020. En este libro se compiló la experiencia del primer semesstre de trabajo e incluyó una versión anterior de la crónica del proceso del grupo.


Presentación

Crónica sobre un grupo de prácticantes de las artes plásticas

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Frey Español Artista-formador CREA Idartes

Durante este año extraño, con lo poco común que resulta para nosotros vivir una pandemia, en medio de tantas cosas nuevas, cambios, conformamos un grupo de prácticantes de las artes plásticas. Este grupo se convocó como un taller de formación, pero como la mejor forma de aprender algo, lo que sea, es practicándolo, el grupo fue un conjunto de personas que desarrolaron prácticas de creación en el marco de las llamadas Artes Plásticas. Por esto no fue tanto una clase; no fue tanto un curso o taller, como un grupo de practicantes. Este grupo compartimos experiencias creativas y fuimos construyendo levemente lazos afectivos, que al final de un año de trabajo, se hicieron intensos y complejos. Espero con esta crónica, no solo hacer del proceso de educativo que se adelantó, sino dejar memoria de lo que pasó, un movimiento lento y progresivo hacia un estado valioso, significativo e intenso.

UN PEQUEÑO GRUPO El curso empezó en marzo del 2020, a nuestra primera sesión no llegó nadie y desde el CREA se realizó una fuerte convocatoria, pasados dos días teníamos nuestra segunda sesión, llegó una estudiante Camila, quien muy puntualmente estaba esperando. Comenzamos a conversar, le propuse que mientras conversáramos dibujáramos, diez minutos después llegó una mujer, Viviana, con sus dos hijos, Siara e Isaac, ya éramos dos adultos y dos niños.

Comenzamos a dibujar con ellos también y a charlar, luego una persona más, Laura se unió. El grupo de tres adultos y dos niños comenzó a trabajar, nos presentamos y hablamos de nuestras experiencias en artes plásticas y de nuestras expectativas. En el comienzo el curso se planteó como un curso cuyo tema sería el paisaje, puntualmente el paisaje del parque Nacional en Bogotá, esto debido a que el CREA desde donde trabajaríamos estaba ubicado allí. A la semana siguiente comenzamos, el ejercicio consistió en la representación del espacio con pintura acrílica sobre papel, hicimos gestos de calentamiento y practicamos las técnicas de dibujo para principaiantes de Nelly Richards, la dinámica y los asistentes a la sesión resultaron en una grupo intergeracional, de esta manera desde la primera sesión pudimos preveer que cada estudiante andaría sus propios caminos singulares.

CONTEMPLACIÓN COMPARTIDA Y FRAGILIDAD Estalló la pandemia y las medidas de asilamiento preventivo, por lo cual intentamos seguir adelante con el grupo, el plantemaiento no fue muy claro, intentábamos seguir el programa pero debíamos ajustar las metodologías, ya que gran parte del plan era dibujar del natural y las asistentes no contaban con materiales de pintura o dibujo en sus casas y sus


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posibilidades de conexión eran variables igual que sus horarios. Al comienzo intentamos realizar ejercicios de memoria de los integrantes de las familias, una actividad que involucró a otros integrantes de las familias en prácticas de recordación y reconstrucción de un árbol genealógico. Este ejercicio tomó varias semanas, para las estudiantes resultó un reto gráfico, organizar todos los nombres en un formato con forma de árbol. Pese a la dificultad las integrantes realizaron el árbol ya que la propuesta fue desarrollada por dos de ellas a quienes llevó a la reflexión sobre sus propias raíces e identidad. El segundo ejercicio o práctica introdujo el tema de la ventana, y la reflexión desde el adentro y el afuera. La propuesta era pintar lo que ven desde la ventana e intervenir la ventana con un mesaje para los vecinos. Frente a esta ejercicio, una de las estudiantes me plantea que no tiene ventanas en su apartamento, o que sus ventanas dan a un interior y no es una vista digamos “pintoresca”. El curso se estaba desmoronando, ya que las propuestas de ejercicios no lograban capturar el interés y por tanto no eran realizadas. Con las estudiantes manteníamos el contacto, durante las tardes soleadas tomabamos fotos del atardecer desde nuestras diferentes locaciones y las compartíamos, era una contemplación acompañada desde la distancia. Entre el contemplar veíamos pasar los días, ocasionalmente intercambiábamos fotos del atardecer, Camila se retiró por temas de salud, Laura se retiró por temas de trabajo y Viviana no mostraba mucho interés en realizar las actividades propuestas, dado

que ella estaba dividida entre el cuidado de sus hijos y actividades laborales y domésticas. Camila, antes de despedirse, por un tiempo para un concentrarse en un tratamiento médico, envió una foto de una ventana de su barrio, se trataba de un letrero que decía “Por todo lo que nos une, contra todo lo que nos separa”. Así habíamos pasado casi todo abril, nuestra interacción se daba exclusivamente por whatsapp, ellas no estaban interesadas en entrar a modle, de esta manera no había motivación para generar contenidos exclusivos para CreaEnCasa, solo tenía una estudiante y era precisamente quien más dificultades de conexión a internet tenía. El gestor pedagógico quien me presionaba a generar contenidos para el aula virtual, me propuso invitar a nuevos estudiantes, o como él los llamaba “beneficiarios” y de esta manera poder crear contenidos para un nuevo grupo de participantes.

¡AMANECERÁ Y SERÁ DIVERSO! Diseñé un curso corto, con contenidos y metodología para el trabajo en Moodle, invité a mis amigos, conocidos y se realizó también una convocatoria abierta por redes sociales a personas interesadas. Poco a poco fueron llegando personas interesadas, llegaron personas muy diversas, jóvenes estudiantes de universidad, de carreras de artes plásticas y de teatro; llegaron también dos docentes del distrito de ciencias sociales y artes; dos estudiantes de bachillerato de grado décimo; una docente profesional de música y canto; y una mujer que trabaja en un banco y una mujer adulto mayor. El grupo era súper diverso, las edades estaban entre los 15 años y los


Fotografía Camila Ruiz.


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75 años, lo único que teníamos en común era nuestro interés por las artes plásticas y nuestra disposición a compartir el curso de acuerdo a las metodologías propuestas. El curso se planteó para realizarse hasta finales del mes de mayo, sin embargo el desarrollo de algunos ejercicios y la ampliación de temáticas a trabajar nos llevó a continuar el proceso hasta el 23 de junio. Para nuestra primera sesión, Camila la fundadora del grupo regresó, ya había concluido su tratamiento médico de algunas semanas y se sentía mejor. Con Viviana logramos realizar un acuerdo, su hija Siara se integraría con otro grupo de niños y ella asistiría a este curso buscando desarrollar su propio proceso creativo, así podríamos tener actividades y procesos diferenciados por edades para ella y su hija. A partir de la primera semana de mayo iniciamos el curso de 4 módulos, el curso Amanecerá, fue un curso de artes plásticas y palabras, donde se trabajó el paisaje, durante la situación de confinamiento, se exploró el concepto de “paisajes domésticos” que es la revisión creativa de nuestras circunstancias, las técnicas de collage, dibujo, instalación, pero sobre todo trabajaremos la esperanza. El curso propuso de forma ambiciosa “en estos tiempos de oscura pandemia crearemos la luz, para esto nos serviremos de la idea de poesía visual, que es un tipo de reflexión y trabajo poético que se hace usando palabras e imágenes, este arte procede de las cartas y antiguos telegramas y a llegado a la poesía escrita en el cielo o en las montañas”

El primer módulo resultó siendo la base conceptual de todo el curso, en las sesiones iniciales hablamos sobre conceptos clave como paisaje doméstico o poesía visual. Se ajusto la metodología y se acordó los horarios de encuentro. El grupo había renacido y estaba motivado. El primer módulo intentamos responder a la pregunta ¿los objetos pueden hablar? El ejercicio inicial fue sencillo y convencional, como ir de lo fácil a lo difícil: Dibuja un bodegón, siguiendo esta instrucción: Busca cosas que sean significativas y cuenten historias de tu vida y tu familia, selecciónalos y organízalos formando una composición. La respuesta ya dio cuenta de la diversidad del grupo, algunos consultaron la posibilidad de salir del ejercicio y usar otras formas de registro, la fotografía, el cuerpo se implicó por los estudiantes de teatro desde el primer ejercicio. Paralelamente a este ejercicio algunos estudiantes sugirieron la realización de sesiones de pintura, sesiones de apoyo para la formación en técnicas de dibujo y pintura que les permitieran ser más competentes en cuanto al realismo en pintura. Así fue como iniciamos una sesión semanal de pintura on-line y una sesión semanal de muestra de avances con relación a cada ejercicio. Para iniciar el módulo dos se planteó otro problema técnico relacionado con software de diseño, lo cual contribuyó a mantener el interés de los estudiantes, quienes descargaron software libre y se vieron envueltos en temas formales, que luego de un proceso costoso para muchos resultó exitoso, pero nos devolvió al problema conceptual, recordándonos


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que más importante que el manejo de herramientas técnicas y el acceso a herramientas tecnológicas de producción y manipulación de imágenes, lo clave son las ideas, sentimientos y sensaciones que transmite una imagen. Las formas de solucionar los ejercicios eran tan variadas que los encuentros sincrónicos se hicieron interesantísimos, nuestras reuniones eran todos los martes a las 8 de la noche, a las 7:59 todos, o casi todos enviaban sus imágenes al grupo de whatsapp, de tal manera que a las 8:10 comenzaban una discusiones donde prestábamos mucha atención a las elaboraciones de los estudiantes, observamos con cuidado y opinábamos profusamente sobre lo que veíamos, el curso era un sinónimo de diverso, era rico, tenía múltiples miradas del mundo y el aprendizaje fluyó en todas direcciones, aprendimos de las imágenes y de los que las personas decíamos de ellas. Usualmente el estudiante Carlos Montilla era el primero en enviar sus imágenes, le seguían una avalancha de otras imágenes y comentarios sobre las mismas. Fuimos críticos de arte y sobre todo autocríticos de nuestro proceso creativo. Algunas imágenes producidas por estudiantes se convirtieron en referencia para otros trabajos, y algunos artistas en referencia para las exploraciones de los y las estudiantes. Este curso, se lo dije en varias oportunidades a los estudiantes, fue para mi la oportunidad de explorar temas que me interesan y que no conozco con tanta profundidad, como es el tema de la narrativa.

Las exploraciones navegaron por anécdotas, recuerdos, seres fantásticos. Estas narrativas se construían en el proceso de construcción de imágenes y se enriquecieron con las conversaciones que aportaron múltiples miradas, dejando así las imágenes propuestas realizadas por los y las estudiantes, como puntos de partida para procesos que puedan devenir en obras de arte. Durante el curso se habló mucho de ejercicios, de propuestas, de la posibilidad de crear obras de arte, en ese sentido se aconsejó hacer diarios y bitácoras que permitan registrar memoria de las experiencias y dar continuidad a estas más adelante. El curso avanzó rápidamente por los temas propuestos a finales de mayo, próximos a terminar las sesiones planteadas, uno de los asistentes al grupo, Emerson Saul, propuso adicionar un módulo más para acercarnos y explorar las bases de un tema próximo a nuestro curso, se trató de paisaje sonoro. Dado que mi contrato como artista-formador del CREA estaba próximo a terminar, la propuesta de Emerson Saul fue acogida y el curso se extendió dos semanas más.

UN CIERRE ABIERTO: INCERTIDUMBRE Realmente con este grupo no tuvimos una sesión exclusivamente dedicada al cierre, la última sesión compartimos experiencias a partir de los ejercicios propuestos en el último módulo de paisajes sonoros, y también hicimos algunas reflexiones de cierre, conversamos sobre el proceso y


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les hice tres preguntas en un semáforo. De color rojo estaba la pregunta ¿qué fue lo que más les gustó de la experiencia? La respuesta fue que lo que más gustó fueron los trabajos de sus compañeros, la posibilidad de escucha y de conversación detenida y detallada sobre los trabajos. Esa respuesta me encantó, para mi podría resumirse en que el mayor aprendizaje provino de lo incierto, del trabajo en grupo y de la generosidad de los y las estudiantes. La segunda pregunta de color naranja fue, ¿qué cambiarían? O ¿qué podría mejorar? Y los estudiantes sugirieron realizar y estudiar más sobre software de edición y producción de imágenes. La tercera y última pregunta, ¿Cómo pueden continuar? Quedó un poco en el aire, se propuso no cerrar el grupo y hacer trabajos libres de creación y compartirlos durante los días venideros. En el aire quedó esa sensación que está flotando por todos lados, la incertidumbre ¿Cuándo podremos reencontrarnos?

RECAPITULACIÓN, ¿VOLVER PARA QUÉ? Cuando mi contrato como artista-formador fue actualizado, mi propia incertidumbre económica estuvo parcialmente resuelta, con cierta tranquiliad comprendí que el grupo se había organizado bajo la forma de -curso-, es decir, un grupo de personas que se reúnian a tránsitar por unos determinados contenidos y bajo el horizonte de reflexión sobre el concepto “paisajes domésticos”. El grupo de prácticantes de las artes plásticas había funcionado como

un curso, el cual había terminado y ahora reiniciaría, para lo cual había que generar unos nuevos contenidos y actualizar el horizonte de reflexión. Si bien el primer semestre, el impacto de la pandemia nos había enerrado en nuestras casas, para el segundo semestre, se reinició, lentamente, de forma progresiva con las actividades públicas y grupales en otros píases y se tenía la intensiónd e retomar actividades comerciales, escolares y adminsitrativas presenciales en Bogotá también. Sobre este nuevo cambio y la idea de -retornar a la normalidad-, centramos nuestras refexiones en el segundo semestre. La idea de retornar a la normalidad, era profusamente criticada por diferntes pensadores y pensadoras, coo dice la canción de los Charchaleros: “Volver para qué...”, otros decían “si la normalidad era el problema, ojalá no volvamos allí” y recuerdo nuevamente esa fotografía de ese cartel en la ventana que Camila había compartido meses atrás. Esos carteles en las ventanas se habían popularizado antes de la pandemia, desde las movilizaciones nacionales convocadas para el 21 de noviembre del 2019, muchas familias habían alzado sus voces en carteles y frases como la de la foto de Camila se habían hecho lugar entre algunos grupos sociales. La apuesta común, aceptada desde la opinión pública era que no podíamos volver a la normalidad, porque fácticamente, todavía no existe una vacuna efectiva contra el virus que desató la pandemia. En este contexto la incertidumbre persistía, pero había algo seguro, teníamos que crear una nueva normalidad, ¿cómo sería?


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NUEVAS NORMALIDADES Se planteo el horizonte de estudio, el cual se titiuló “Nuevas normalidades / viejas anormalidades”, se estructuró un conjunto de contenidos sesión a sesión el cual propuso: “cómo retomar la normalidad, en circunstancias en las que, simplemente no podemos volver a ser los mismos de antes. Tenemos que inventar un mundo nuevo, una oportunidad de construir la utopía.” Los contenidos propuestoss respondieron a la idea de conocer cómo otros, antes que nosotros, enfrentaron circunstancias difíciles y lograron crear mundos nuevos desde el arte; mundos que les permitieron sobrevivir. Particularmente estudio del trabajo de artistas (Marcel Duchamp, William Kentridge, Frida Khalo, Keith Haring, Phillip Gustone, Robert Rauschenberg, JeanMichel Basquiat, Gerhard Richter, Sigman Polke y finalmente Josph Beuys) cuyas obras resultaron propuestas novedosas y alternativas frente sus propios contextos cambiantes y convulsionados. Se abrió nuevamente la convocatoria, lastimosamente varios de los antiguos integrantes del grupo, ya no estaban en condiciones de continuar, las diferntes obligaciones y ocupaciones no les permitían continuar. Así que el grupo de practicantes se redujo. El grupo comenzó estudiando la obra de Marcel Duchamp, descubrimos algo que seguramente es obvio para los investigadores del campo del la historia del arte, Duchamp hacía cajas, en las cuales organizaba sus obras, instrucciones de montaje de las mismas, o incluso hacia pequeñas versiones de las mismas para que fueran fácilmente trasnportables.

Nuestro primer ejercicio empezó a finales de Septiembre cuando cada persona empezó a construir su propia caja y aprovechando ese juego, ya tradicional, del “amigo secreto” decidimos intercambiar nuestras cajas, como un regalo. El ejercicio resultó motivante por varias razones que todavía estoy intentando comprender: el hecho de enviar las cajas por correo, era un regreso a la materialidad, hasta el momento, todo nuestro contacto previo se había dado a través de pantallas, pero con este ejercicio, por fin podríamos, retornar a la materialidad, a las obras de artes plásticas que tenían existencia y agencia fuera de las pantallas. Pactamos entregar las cajas la última semana de septiembre, para que idealmente coincidiera con las fechas del juego “Amigo secreto”, sin embargo, en varias sesiones revisamos avances, ideas y experiencias, también concertamos una metodología de repartición de las cajas para que fuera por azar que se decidiera quién enviaba a quien. El juego resultó tambien altmanete estimulante. Por fin la primera semana de Octubre, a través de diferntes servicios de correspondencia, enviamos y recibimos nuestras cajas. Las cajas trajeron una intensidad, y una energía renovada. Las artes plásticas permiten un análisis formal y conceptual de cada una de las cajas, pero sobre todo las cajas eran un gesto de generosidad, de confianza, las cajas afianzaron lazos entre los participantes, sus características eran las de un regalo desinteresado, por lo cual este ejercicio fue tan potente, porque nos recordó, la amistad, la empatía, la solidaridad.


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UNA CLASE DE IRREVERENCIA El ejercicio de las cajas depuro el grupo, ya que confrontó a los participantes sobre su compromiso con el grupo, de esta manera algunos de los participantes abandonaron al grupo, mientras otros se unieron despues del ejercicio de las cajas. Recuerdo una mujer que llegó interesada en el grupo, Clara, ella igual que las demás personas, tenía interés en las artes plásticas, me entrevisté con ella, tenía experiencia en otros cursos de pintura, cursos en los cuales ella aprendió el uso de técnicas y materiales tradicionales para la pintura. Ante esta experiencia, yo debía advertirle sobre nuestra metodología, le conté de nuestro ejercicio y nuestra forma de trabajo, y le dije “en este curso no te vaoy a enseñar a pintar”. Esa frase resuena en mi cabeza, ya que el ejercicio previo, me daba la confianza, sentí que estaba haciendo las cosas bien, y reconocí que nuestro curso, no era precismante un espacio de transferencia de un conocimiento, ni técnico, ni conceptual, nuestro curso, como lo dije al principio era un espacio para compartir la práctica y experimentación en el campo de las artes plásticas. Desde ese momento, nuestras reflexiones sobre las pinturas y ejercicios realizados, no solámente giraron sobre el carácter formal de las obras, empezamos a hablar de su agencia. Surgió una pregunta que fue importante, cada vez que alguien mostraba algun trabajo, nos preguntabamos ¿cómo existe ese trabajo?, ¿qué agencia ese trabajo? Entre los participantes del grupo, algunos prestaron más atención a esta pregunta que otros, pero empezamos a pensar en

que estos ejercicios, o “trabajos” como los llamabamos, empezaran a ser obras de arte. ¿cómo podrían ser obras? Para Octubre los partipantes de mayor trayectoria en el grupo enviaron sus ejercicios y trabajos al Salón CREA, estos fueron evaluados por un jurado de artistas, fueron aceptados, estabamos felices, parecía que nuetros ejercicios podían existir como obras. Durante el proceso, comenzamos a pintar, para la práctica de la pintura, les sugerí a los participantes del grupo, pintar sobre materiales desechados, sin aprente valor. Esto con el fin de reducir la expectativa y la consecuente tensión de pintar obras de arte. Pintariamos objetos, cajas, tablas recogidas. Pintariamos con la conciencia de que una representación realista del mundo se logra más eficientemente con la fotografía, por lo cual la pintura mas que una representación, es una práctica expresiva. La inercia de nuestras preguntas, de nuestros encuentros y nuestras prácticas nos llevó a proponer una exposición, soñamos con hacer nuestra propia exposición de pinturas y obras de arte. Realmente no sabíamos exactamente eso qué significaba, no sabíamos hacia dónde ibamos, pero logramos una claridad, no queriamos una exposición virtual, no queríamos ver más pantallas.

PÁGINAS SIN MÁRGENES Pensando cómo negociar entre nuestra idea de hacer una exposición, lo primero que pensamos era que necesitavamos un lugar


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para reúnirnos, una casualidad afortunada, Paola recientemente, despues de mucho trabajar y ahorrar, había logrado comprar su casa propia, en este momento aún estaba descupada, la estaban arreglando, cambiandole las tuberias y las entrañas. Ella propuso realizar nuestra exposición soñada en su casa desocupada. ¡La inauguración de su casa sería con una exposición, una casa de vivienda, sería abierta primero como un espacio para el arte! Saltamos de la emoción. Primero había que ver el espacio, encontrarnos fuera de las pantallas. Paola organizó una modesta velada en el jardín de su casa, en el jardín para que fuera en un espacio abierto y así reducir la próximidad y el riesgo frente al virus, pero en el patio también porque era el único lugar que no estaba en obra para ese momento. La cita fue el día de muertos. Allí nos encintramos, soñamos, reímos, celebramos la muerte y la vida. La semana siguiente inicié las gestiones para asegurar la viabilidad de la propuesta de exposición, pero está idea no caló, había muchos riesgos. Se nos alentó a seguir adelante con la exposición pero no en una casa particular. Regresamos a los encuentros por las pantallas, tratando de responder creativamente a este reto, realizar nuestra exposición soñada sin pantallas. Surgieron dos ideas, la primera hacer un libro como un catálogo de nuestra exposición, pero no uno en PDF, no uno en papel y tinta, uno cosido a mano, este libro que sostenemos en nuestras manos y reposará en nuestras bibliotecas. La segunda idea, gestionar un espacio de exposición perteneciente a la alcaldía.

Finalmente, empezamos a organizar nuestra exposición, nuestros ejercicios ahora debían tener fichas técnicas, nuestros procesos debían ahora ser inventariados, descritos y existir en un guión. Camila compartió con el grupo algunos trabajos, eran obras, se trataba de unos collages que eran a su vez poemas, en uno de ellos decía “páginas sin márgenes”, esa expresión señala muy acertadamente nuestra práctica, una que empezó con unos límites, en el espacio del Parque Nacional, luego se saltó esos límites y se fue al Whatsapp y a los encuentros sincrónicos por Meet de Google; una práctica que se debía circunscribir a la pantalla, pero que se saltó esos márgenes buscando existir como pintura, como plástica.


Dibujo de una clase de pintura por Meet Frey Español.


Fuego Carlos Montilla Pintura sobre cartón reciclado


Cuatro Elementos

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Carlos Montilla

Fuego En el sol quemar todo lo que dejé de ser cuando volví a la unión con aquella mujer que me mantuvo unido a la calidez del centro de su ser y que me acerca a las brasas de su pecho para darme el calor que pierdo siempre que alguien apaga la llama de mi pecho de Fuego


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Tierra

Aridez de un pecho desierto rodeado de gigantescas grietas que a un grupo de espinas sin valor protegen y que a un dulce fruto en un huesudo y hueco cuerpo pretende cuidar.


Tierra Carlos Montilla Pintura sobre cartón reciclado


Aire Carlos Montilla Pintura sobre cartón reciclado


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Aire

La brisa eleva las flores de los vellos que tu rechazas


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Agua en mis mejillas humedecidas por la lluvia salada de las cristalinas lágrimas producidas por la alta marea que causa en mi interior la danza de la luna llena, se encuentra todo lo que necesita un pez herido que olvidó como se nadaba entre los reflejos vacíos de antiguas máscaras para pintar sus tristezas y retratar sus dolores con el pincel duro y seco de las palabras que nunca quiso pronunciar.


Agua Carlos Montilla Pintura sobre cartón reciclado


Terca Juventud Carlos Montilla Pintura sobre cajas de cigarrillo y madera


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Una luz que nadie apaga Maddy Quintero

Una bella luciérnaga se ha posado ante mi me ha enternecido profundamente los ojos pero su color se pone atrevido me sega la luz que se ha apagado parece que se ha ocultado en la cristalina mis labios vacíos sueltan un aullido ¡hoy mis palabras no tienen sonido! siento que mi Jacinto se ha ido. Siento en mis manos una luz profunda Parece que en ellas algo reposa Es el largo caminar que redunda el olor de la existencia oleosa esa es la eterna canción silenciosa del cantar de las caricias. ¡preciosa!


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Al silencio de mi voz Maddy Quintero

Estoy tan poco acostumbrado a hablar que a veces Mi boca se abre sola y llena el vacío con cualquier frase Quizá bien dicha pero totalmente vacía de significado A veces las palabras se me hacen infinitas Y en ese leve sentir me doy cuenta de que son inalcanzables Que no se pueden tocar, pero igual y uno si las puede sentir A veces las palabras son cortas para expresar lo que siento aquí adentro Sin embargo, ay alguien que si sabe utilizar bien las palabras Esas son mis manos, en ellas mi ser se resguarda Mis manos tienen tantos recuerdos como pueden A través de una caricia podría trasmitir mis sensaciones, a través de ellas podrían ustedes ver, escuchar y sentir Lo que yo les quiero comunicar Las manos son una eterna canción, de caricias De tantear y escuchar, meten sus narices en donde no deben En la hora del despertar me quedé pensando y entendí que mis manos Cuando tocan, cuando acarician, comunican esas palabras inalcanzables esas sensaciones que tienen tanta profundidad Que parece increíble pensar que hacen parte de esta realidad. Mis manos sí que saben hablar, en ellas habita mí ser, a veces pienso que ellas son mí humanidad intangible pero verdadera.


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¿Por qué ellos sí y nosotros no? Maddy Quintero

A veces las cosas se volvían tan normales qué creía que el sufrimiento ajeno no era nada , que era como una simple partícula en el mundo...... parecía que el mundo se había detenido por un instante, no había ruido, peleas, miradas, todo se escondió...ese día iba en un carro y de pronto este silencio, se convirtió en un sonido imparable de imágenes de personas MISERABLES....A pesar de que estaba en un carro , cómoda, sin frio, sin hambre, al mirar a través de la venta, ese ruido se metió en mi garganta pasando de una forma imparable hasta mi estómago, produciendo un largo ahogamiento lleno de lágrimas y frustración.... “Quisiera haberme podido bajar de ese carro y por lo menos abrazarlas con confianza y decirles que no son invisibles, que yo sí los siento y los veo y que me duele verlos…. Todos absolutamente todos estábamos en nuestras casas…. Y yo pensaba, pero joder y quién QUIEN piensa en estás personas que no tienen comodidad, quien salió a ofrecerles algo para que POR LO MENOS estuvieran tranquilos de no enfermarse, quien pensó en que éstas personas quedaban expuestas ante la muerte, mientras los otros se escondían.... Todos los días no paraba de pensar en que pareciera que ellos fueran carnadas de la miseria, pensaba que tenía mil posibilidades de hacer lo que yo quiera hacer y a veces por la maldita comodidad no hacía nada ..... Pensaba en que la comodidad nos vuelve estúpidos y seres casi que muertos...que tenemos cosas tan innecesarias, que nos tiene tan controlados la comodidad y el LUJO ... Pero para que mierdas todo eso ....la vida debería basarse en el AMOR y no la COMODIDAD ... Eso pensaba todos los días encerrada en mi casa y no solo lo pensaba, lo sentía dentro de mí, quemándome, haciéndome llorar horas y horas, haciéndome pensar en el borde de mi cama todas las noches, haciéndome despertar a las 2 de la mañana por qué mis pensamientos se metían en mis sueños y no me dejaban estar tranquila, ES QUE PARESE QUÉ ÉSTAS PERSONAS SE METIERON DENTRO DE MÍ Y ME PIDEN QUE POR LO MENOS LOS ABRACE UN POQUITO, ASI SEA EN MIS SUEÑOS....


Sin título Camila Ruiz Collage


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De los pequeños dolores Camila Ruiz

Esta situación ha hecho que piense y escuche más, muchos hablan de empatía, otros viven la apatía, es duro. Quiero decir varias cosas que han pasado o que no pasaron más bien.

Esto me ha enseñado que he desperdiciado mucho tiempo, odiándome, pasando por lugares con los ojos cerrados, quedándome callada, entregándome a ciegas, con prisa, pensando, sin pausa, pensando.

Una amiga estaba iniciando prácticas, el hijo de una amiga de mi mama se casaba por estas fechas, mi hermana tenía un viaje para trabajar y más, más casos; hoy se siente raro, tenía planeado en irme a donde mi abuela antes de todo esto, no quería nada, solo a ella… ahora que no estamos juntas es difícil saber que puedo ser un peligro. A la par lo tomo como un reto, busco otras formas de comunicarme solo que ciertos vínculos cambian con las personas y por más de que se quiera o se intente, nos vamos esfumando.

Han vuelto personas y he vuelto a personas con la excusa del covid19 - ¿estás bien? Cuídate, no salgas, quédate, dueles, aun dueles, pronto, mañana, en abril, quédate. La humanidad nunca se fue conmigo, sigue viva en nosotros.

Mi papa me dijo que aún no le ha dado tan duro porque también podemos resguardarnos en nuestros espacios, dice que él se aísla solo en su cuarto y así se mantiene pero también piensa en lo estresante que debe ser para un grupo de personas que se tienen que acoplar a un espacio cerrado, sin un lugar a donde escapar; a ratos nos unimos, el sábado jugamos stop por video llamada con mi hermana, fue diferente pero divertido, me llama, me envía bibliotecas y museos online, habla de festejar este día cuando pase todo, eso es lo de menos, solo quiero verla.

Me quedo en la música y sé que estoy contigo o eso intento pensar, te recuerdo en el recuerdo y te vas y me voy y nos vamos entre violines, volamos, inestables caemos y corremos, ven conmigo, no me sueltes… silencio, el vacío nos encuentra en medio del alambre al cabo de siete minutos y veintinueve segundos. Te extraño. Cielo, gracias por llamar.


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Como un pájaro detenido Camila Ruiz

De qué más puedo hablar si no es de tu voz, esa voz que siempre, dentro de mí habita como un pájaro detenido. De ti se, que el tinto nace como el símbolo del perdón y que de haberme ido, quedarías como todas las veces, en silencio. No soy la mujer que espera, pero si, la que escribe las palabras que no logras decir, porque soy tu, porque eres, por medio de mí. Y esto quizás es poco, o es algo como un homenaje a la mirada que me das, cuando juntos, entre pedales, gritamos.


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Sin título Camila Ruiz Collage


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El paso de la noche Camila Ruiz

Tan sobria es la noche que se apropia del hombre dejando cenizas en su lugar. Solitario, áspero, desnudo, se abandona. No basta con tejer las esquinas del cuerpo. El telar desvanecido ya no cubre su sueño. Deja que la hiel fluya por el fruto. Ese fruto que fue dentro de sí, pero que ahora le suelta al mundo. Fermentada como un nudo, la manzana en su garganta se sostiene, desgarrando en cólera el paso de la noche. Ella habita en su mente como un antídoto pero, temeroso prefiere perderse en las sombras de los hilos.


Poesia en postales Camila Ruiz Collage


Al dibujar Camila Ruiz Collage


Cinco años de rumba Camila Ruiz Collage


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9 de Septiembre en Bogotá Cuando se nos fue la vida Camila Ruiz

Nos rompimos y nos rompieron, éramos sujetos perforados que tirados en el suelo resistíamos con angustia y dolor. En medio de las piedras la noche me nombraba su último adiós, y cuando se me fue la vida mi amor quedo regado en el asfalto Y mi amor encendió Y mi amor quemo Y mi amor grito Y mi amor se quedo Ese amor creció como los asesinatos: Salvaje y subversivo -Ellos no saben de compasión y nosotros no sabemos del olvido. Lloran mis amigos, mis vecinos, llora mi madre, mi padre y lloran mis hijos. Llora el silencio de mi voz, no por dolor, por rebelión. Hoy nacimos 7, 8 con Ordoñez.


Tratando saber Camila Ruiz Collage



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Podrán mis hijos Alejandro Cárdenas

¿Podrán mis hijos bajar corriendo esfuerzo al regresar?

la loma hasta el potrero y enrojecer sus mejillas de

Pedalear, sudar, brincar en el patio, escalar barranco empujar la llanta comer pumarrosas subirse al palo Jugar con los primos ir hasta su casa salir al camino pelear con ellos abrazarlos comerse la pega con los dedos, raspar la olla Jugar carretilla bajar guayabas gritar groserías hacer las tareas y jugar fútbol o carritos o triciclo Cabalgar los perros o al menos intentarlo Ir al colegio Juntarse hacer montonera brincar las llantas chocar las manos chupar helado deme un poquito limpiarse los mocos con la manga tener las uñas llenas de tierra Correr por Dios correr Este silencio de media noche /este ventanal de octavo piso/ este yo, aquí, encerrado.


Flores Carlos Montilla Pintura y técnica mixta sobre cartón.


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Flores

Carlos Montilla 1. Nacen las flores en el dulce pantano de mi silencio. 2. Brillan las flores que reposando en la piel adornan mi cuerpo 3. Mueren las flores y al peinar mis cabellos los pétalos caen.



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Corazones y flores podridas Sobre la caja de Julián Barragán Camila Ruiz

Esta caja consistía en una serie de palabras: anatomía, corazón duelo y flores; cada palabra tenía una definición, preguntas relacionadas con sentimientos y con la idea que representan estas mismas. A la par traía instrucciones para realizar la instalación, decían los materiales como una manzana roja, una matera, tierra, flores y al interior venían unas semillas de girasol y un poco de tierra; la idea era sembrar las semillas y encima colocar una manzana con un orificio en el centro en donde se colocaba la flor; esto con el fin de esperar, si esperar, a que con el tiempo se pudriera la instalación en un plazo de un mes; a lo largo de este mes habían que cumplir con una lista de tareas que se podían realizar aleatoriamente, realizando una diaria. Desde que la caja llegó a mi casa fue un tema controversial porque el lugar en donde vivo el arte no es algo que se mencione o no se viva a diario, fue muy interesante ver como mis familiares se relacionaban con la caja, veían el nivel de dedicación que otra persona ponía en la caja y le daban otra perspectiva; fue gratificante para mí porque este ejercicio sirvió para abrirme un poco más con ellos respecto a las cosas que hago. Luego al hacer la instalación estaba muy emocionada por hacer algo diferente cada día, recuerdo que habían cosas que no me gustaban hacer, como una tarea que consistía en comerme una bandeja de uvas isabelinas y realmente no soy fan de las uvas isabelinas, así que me salte esa instrucción, esto me hizo dar cuenta de

dos cosas que mencionamos entre los que participamos en este experimento, la primera es que por más de que sean órdenes a seguir le vamos a modificar algo así no queramos porque el resultado que yo haría con esa caja sería muy diferente si lo hicieras tú y lo segundo es que cada uno de los creadores de cada cajita puso una parte de si mismo, esto lo digo porque creo que a Julián el que me entrego la caja le gustan mucho las uvas isabelinas. No todo se concentra en las cosas que no me gustaron, las otras tareas las pude realizar sin ningún inconveniente, fue interesante y gratificante encontrarme en cosas a las que antes no les había prestado la atención necesaria para saber la importancia de las sensaciones que me causaban. Al realizar esas tareas la instalación se fue deteriorando, debo decir que fue asqueroso porque la manzana se comenzó a pudrir y comenzaron a salirle hongos, no era muy agradable a la vista y al olfato tampoco pero también fue bonito, mientras la instalación moría sentía que yo nacía a medida que me iba encontrando en las cosas, pues aprendí y desaprendí de nuevo.


La caja de Paola Zulma Salamanca Fotografía


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CREER - CREAR

Sobre la caja de Paola Flórez Zulma Salamanca

Parte de las instrucciones: 1. (…) “Escribir una intención para que la vela haga lo suyo” (…) 2. (…) “Colocar dentro de la botella objetos que la intuición ponga al alcance”(…) 3. (…) “Decorar la piedra que simboliza nuestra tierra, el lugar donde desarrollamos la vida e inventamos” Según el diccionario, uno de los significados de la palabra intención se refiere al designio de aplicar una oración, una misa u otro acto de culto en favor de una persona determinada o de la consecución de un bien espiritual o temporal. La palabra intención también significa la Determinación de la voluntad en orden a un fin. Así que, esta caja es una oración pero también es la determinación de conseguir el propósito que en ella está escrito. En varias ocasiones he acompañado a personas cercanas en sus intenciones: por ejemplo, mi mamá paga misas por el alma de mi papá, por la salud mía y de mis hermanos y por el nacimiento de sus nietos. Estas intenciones implican una acción: subir Monserrate, ir hasta Buga, pagar, encender una vela. Las intenciones, entonces, van acompañadas de acciones. Cuando estuve enferma recé más que en toda mi vida y varios lo hicieron conmigo. Aprendimos oraciones, encendimos velas, subieron Monserrate, se ofrecieron misas, alguien corrió una carrera y me regaló la medalla y así cada quien a su manera me

acompañaba con la intención de que me sanara. Mientras tanto, yo me sentaba por largas horas cada catorce días para que la quimioterapia hiciera lo suyo. Y las intenciones y la quimioterapia me sanaron. Las intenciones y la acción. Seguir las instrucciones de esta caja ha sido todo un ritual, una especie de oración, cada elemento, cada detalle, cada sensación es una especie de trance, de viaje al interior, de comunicación. Las instrucciones de la caja incluían decir en voz alta mi intención: soltar, sanar, seguir… Soltar, sanar, seguir… Soltar, sanar, seguir… También debía reconstruir cuatro frases, este fue mi resultado: La oscuridad es el instante Para sentir la luz del universo Que la vida se haga realidad es mi intención Si lo crees lo creas.


Sin título Paola Flórez Dibujos


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LA BREVE ESCRITURA Paola Flórez La Maestra Cartonera

La breve escritura resume largas horas de intensas pulsaciones a causa del encierro en este pequeño espacio, rodeados de lo que tenemos justo ahora, todo y nada. Este pequeño trozo de letras, hace parte de mis creaciones recientes, son parte del resultado de lo que compartí con las pocas personas que conocí, combinado con los recuerdo de las personas que perdí en este 2020. A decir verdad, cuando menciono creaciones me refiero a mis pobres y escasos movimientos. Confesiones: Por primera vez en la vida comprendí que mi tiempo es prestado y que tengo la oportunidad de probar cómo es realmente controlar ese tiempo. Ante este hecho, creo que me resisto a desvanecer en el silencio y en la quietud del cuerpo, me siento culpable si no veo colores y formas, si no tengo mucho que mostrar, si no tengo algo de decir. El lado pesado. Por fin, logré ver las entrañas del lugar donde vivo ahora, y el diagnóstico no es muy alentador, sufrimos la peor enfermedad. Sin embargo, no ha dejado de ser mi refugio, el refugio de los libros, los animales y las emociones. El lado dulce. Muchos objetos del espacio volvieron a ser herramientas. ¿Qué sería de nosotros sin las herramientas? Abrí mi propia escuela, con las reglas que yo llevo para ser exitosa en los proyectos: ninguna,

¡de ahí que no hay tal éxito! Pero si hay muchas herramientas para no morir en el intento. Aprendí de los vivos pero sobre todo de los muertos; de sus memorias. No tengo todo organizado, faltan muchas cosas por completar y es una obligación decidir cuáles empezar; qué sería de mí sin lo caótico ¿Quedaría vulnerable sin mi espíritu? Este tema aún me confunde, aunque sinceramente, sí que necesito reorganizar el orden de mi desorden. Alguien a quien agradezco con el alma, porque me ayudó en su momento, me dijo: -“no es desorden, es otro orden”-. Ante este panorama, la obra que he logrado realizar en este proceso de aprendizaje de la mano del grupo Nuevas Normalidades, es la materialización sincera y real de mi pequeño universo encerrado en la cueva donde a través de una pequeña grieta puedo ver el sol. Son pequeños espacios, hechos con cajitas de cartón, donde habita algo que ustedes ojalá me ayuden a descubrir. Esto que ustedes van a conocer si les causa curiosidad, que verán en algún lugar de esta ciudad o en la virtualidad quizá, es todo lo que tengo para ustedes. Gracias a ustedes por permitirme llegar hasta aquí.


Sin título Clara González Pintura y objetos.


Sin título Zulma Salamanca Dibujo con pigmentos naturales


Saltaremos entre charcos Julián Barragán Fotografía


Sin título Camila Ruiz Pintura sobre cartones


Sin título Clara González Pintura y objetos.


Sin título (caja) Carlos Montilla Objetos


Árbol Carlos Montilla Pintura, objetos, mixta sobre carón


Sin título (caja) Carlos Montilla Fotografía intervenida digitalmente



Abandonos Carlos Montilla Fotografía


Ritual Carlos Montilla Performance, dibujo y fotografía intervenida digitalmente.


Melancolías Carlos Montilla Fotografía


Sin título Maddy Quintero Pintura sobre cartón


Sin títiulo Zulma Salamanca Pintura sobre cartón


Sin título (respuesta a la caja de Saul) Carlos Montilla Performance y objetos.


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