Memoria 13SC (extracto)

NAPOLAPAP LED SARUTLUC SAL ED

ANAMES IIIX

MEMORIA DE ARTISTAS,ARTESANOS Y OFICIOS Comisión organizadora de la 13ª Semana de las Culturas del Papaloapan

NAPOLAPAP LED SARUTLUC SAL ED

ANAMES IIIX

MEMORIA DE ARTISTAS,ARTESANOS Y OFICIOS Comisión organizadora de la 13ª Semana de las Culturas del Papaloapan

MEMORIA DE ARTISTAS,ARTESANOS Y OFICIOS

MUJERES TEJEDORAS Y BORDADORAS DE SAN LUCAS OJITLÁN

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Las mujeres ojitecas y de la Chinantla, han bordado y tejido por generaciones una impresión emotiva, moral y estética del mundo en la limitada, geométrica y plana superficie del lienzo. Pero la finitud del medio no evita el mensaje profundo heredado de generación en generación.

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TEXTO Y FOTOGRAFÍA FABRICIO GONZÁLEZ SORIANO

San Lucas Ojitlán, municipio que actualmente es uno de los más poblados de toda la Chinantla: veintidós mil doscientos habitantes de los cuales el setenta y siete por ciento domina la variante local de chinanteco.

Pueblo cuya cabecera municipal se asienta sobre lomeríos y se divide en barrios, pero que remonta su historia a la gente que vino de Santiago Tlatepusco y San Antonio Analco y que en Santa Rosa fundaron lo que sería en el siglo XXI uno de los dos municipios chinantecos con mayor población, apenas siguiendo a Valle Nacional.

Pueblo chinanteco que ve con nostalgia sus fértiles campos de cultivo que fueron inundados por las aguas de la presa Cero de Oro en la década de los 80 del siglo XX, y que sufrió como otros pueblos de la región el desplazamiento forzado de miles de vecinos indígenas.

Aun con todo el pueblo de Ojitlán está de pie firme en sus tradiciones: el popo, el caldo paisano, la fiesta a Santa Rosa de Lima y entre tantas maravillas los tejidos y bordados de sus artesanas. Unas más conocidas que otras, pero todas herederas del arte de la urdimbre y la trama que bordan o brocan con hilos industriales de colores brillantes, para crear el portento de huipiles de varios usos.

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MEMORIA DE ARTISTAS,ARTESANOS Y OFICIOS

Las artesanas ojitecas aprenden principalmente en el contexto familiar sobre este arte que se enseña de una generación a la siguiente.

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Las artesanas ojitecas aprenden principalmente en el contexto familiar sobre este arte que se enseña de una generación a la siguiente, como es el caso de Doña Magdalena Hilario Contreras y su joven hija Susana Rojas Hilario.

El arte de lograr un huipil actualmente empieza con el trazado original del largo de este con hilo comercial de algodón, antiguamente el proceso empezaba con el cultivo cosecha e hilado de este, pero los tiempos cambian y los cultivos de esta malvácea han dejado de existir en la región.

Después de este paso el telar se monta en un poste y se fija en cada sesión en la cintura de la artesana que poco a poco y con una serie de delicadas herramientas, va logrando la formación del lienzo a partir de la trama y en casos de trabajos más exigentes el brocado.

La mayoría de las tejedoras y bordadoras chinantecas, elaboran esa obra de arte textil con el fin primordial de ofrecerlo a las compradoras que maravillan sus ojos y se atavían con el cosmos chinanteco sobre lienzos ensamblados. De acuerdo con la tradición, no todos los huipiles tienen el mismo uso y por tanto tienen sus peculiaridades.

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Magdalena Hilario Contreras

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Susana Rojas Hilario

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Aunque el soporte limita la expresión artística, así como el pintor se ve limitado por plasmar en una superficie plana la expresión de su apreciación del mundo, así las mujeres ojitecas y de la Chinantla, han bordado y tejido por generaciones una impresión emotiva, moral y estética del mundo en la limitada, geométrica y plana superficie del lienzo. Pero la finitud del medio no evita el mensaje profundo heredado de generación en generación y que habla del cosmos indígena y de la misma habilidad y emotividad de la artesana.

“Tierra de ojites” en nahuatl, “lugar donde hace calor” en chinanteco, Ojitlán es uno más de los pueblos de la Chinantla que no escapa al transcurrir del mundo actual, que ha sufrido en lo mas profundo los planes de desarrollo gubernamentales, perdiendo territorio, vecinos, amigos, conocidos por ese volumen inmenso de agua que ahora reposa tranquila en su vecindad y que atestigua cómo ante el embate el pueblo chinanteco resiste, se adapta, reelabora y resignifica sus tradiciones, como es el caso de los huipiles y los textiles, piezas de arte que dan cuenta de la vitalidad de sus artesanas y del complejo universo chinanteco que es el pueblo de San Lucas Ojitlán.

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ARTESANAS BORDADORAS DEL VIEJO SAN MIGUEL SOYALTEPEC

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Los huipiles mazatecos, los bordados de las mujeres de la Isla del Viejo Soyaltepec son perchas y follaje, son selva y naturaleza, la visión en colores de todas ellas.

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TEXTO Y FOTOGRAFÍA FABRICIO GONZÁLEZ SORIANO

Chjon Nandá, Señora agua, poseedora de fertilidad, escribe la poeta mazateca Gloria Martínez Cabrera. El agua es todo para la comunidad de la lsla del Viejo Soyaltepec, una población reducida y aislada rodeada del agua que inundó los antes campos fértiles de cultivo de esta parte de la región mazateca.

La historia es más o menos conocida, el trabajo de la Comisión del Papaloapan construyó la presa Temascal o Miguel Alemán en la década de los cincuenta, y en el esfuerzo gubernamental desplazaron a la fuerza a más de 30 mil indígenas mazatecos. La isla es una comunidad que sobrevivió a la intrusión de un enorme mundo líquido que por agencia del ser humano, inundó un área de cincuenta y dos mil hectáreas del Valle de Soyaltepec.

Presa devoradora de hombres, etnocidio de proporción mayúscula, afirman algunos autores y en medio de esa calificación dramática, rodeada de la Señora Agua está descansando sobreviviente y naufraga al sol la pequeña comunidad mazateca de Isla del Viejo Soyaltepec.

En esta comunidad aislada la tradición pervive de muchas formas, en su fiesta para San Miguelito, en su gastronomía y en la vestimenta de algunas mujeres que portan el huipil tradicional o bien perpetúan el arte del bordado mazateco usando hilos y materiales contemporáneos como soporte de un pasado simbólico y ancestral.

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Doña Alicia Antonio Carrizosa es una de muchas mujeres de esta comunidad que se dedican al fino arte del bordado que usa tela comercial e hilo industrial, pero que es única en su manufactura que media entre el arte y lo útil.

Blusas, caminos de mesa, huipiles, manteles y servilletas, son algunas de las creaciones de la cooperativa Esperanza Mazateca que agrupa a más de 30 mujeres bordadoras, manos finas que atan delicadamente flores y pájaros de colores a lienzos de tela blanca. ¿Por qué flores? Se pregunta el escritor mazateco Romeo Sarmiento y responde: porque en esta región domina en el paisaje una rica variedad de flores silvestres que durante todo el año manchan el paisaje de múltiples colores. Lo mismo pasa con las aves: el tordo, la urraca, las tortolitas, los colibries o chuparrosas, la Paloma torcaza, la uninia y el chischis adornan los follajes y toda percha que les ofrece este paisaje tropical de la mazateca baja.

Los huipiles mazatecos, los bordados de las mujeres de la Isla del Viejo Soyaltepec son perchas y follaje, son selva y naturaleza, la visión en colores de todas ellas.

El paisaje majestuoso desde lo alto de la isla del Vieio Soyaltepec permite dominar el antes valle y ahora lago artificial que tampoco escatima belleza. Mil islas se le conoce a estos paisajes de múltiples islotes, pequeños lomeríos que parecen las bocas de una pradera hundida que se levantan desde el fondo del agua para salir a respirar y tomar en retozo la luz del sol.

"Tu esencia está viva como la miel del cardo rojo, mujer de la colina": Chjoonle nindó, escribe en español y mazateco la poeta Gloria Martínez Cabrera. La isla del Viejo Soyaltepec es una colina que cuesta trabajo rendir para conocer a estas mujeres bordadoras que no han olvidado la antigua mirada de flores y pájaros, que perchan delicadamente, que guindan finamente en lienzos de tela, el fino manto de la naturaleza en la que depositan la belleza y el color para vestirse y ataviar a otras mujeres.

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Grupo de bordadoras Esperanza Mazateca

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Dr. Modesto Seara Vázquez RECTOR

M. en C. Héctor López Arjona VICE-RECTOR ACADÉMICO

L. C. P. Rubén Jiménez Cervantes VICE-RECTOR ADMINISTRATIVO

Comisión organizadora de la 13ª Semana de las Culturas del Papaloapan Dr. Felipe Becerril Morales Dr. Fabricio González Soriano M. en C. Ariel López Padilla Dr. Isaac Machorro Cano Dra. Nancy Pérez Castro Mtra. Mónica Guadalupe Segura Ozuna Dra. Tania Zúñiga Marroquìn