17 de diciembre de 2017 • Volumen XII • No. 618
(Num 21:18b-19) “ Del desierto vinieron a Matana, 19 y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot; ”
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as reflexiones anteriores nos han permitido elaborar una ruta paralela a la que siguió el pueblo de Israel cuando salió de Egipto hacia la tierra prometida. Los capítulos 20 y 21 del libro de Números nos han ofrecido las bases bíblicas para esta travesía. En nuestra reflexión anterior culminamos nuestro análisis de un lugar llamado Nahaliel (H5160); “bosquecillo de palmeras de Dios” o “valle del torrente de Dios.” El análisis de las palmeras, el valle y el torrente ocuparon las dos (2) reflexiones más recientes. En esta ocasión procuramos ir con el pueblo de Israel hasta un lugar llamado Bamot (H1120).
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ste nombre significa “alturas” y pertenecía al reino de Moab. Algunos especialistas consideran que es el mismo lugar que más adelante es llamado Bamot-baal (Nm 22:41). Si esto es así, entonces es el mismo lugar que Mesha, rey de Moab menciona en la piedra moabita cerca del año 830AC. A base del texto bíblico se ha podido interpolar que quedaba cerca de la cumbre del Pisga, uno de los lugares desde donde Balaam y Balaac, rey de Moab pudieron contemplar al pueblo de Israel en marcha (Num 23:13-26). Ese monte es conocido como el lugar en el que murió Moisés (Dt 34:1).
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as alturas siempre han sido consideradas como lugares aventajados en términos estratégicos y militares. El libro del Deuteronomio hace referencia a estas como una bendición de Dios: “ 9 Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó. 10 Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de su ojo. 11 Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas, 12 Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño. 13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra , Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal; 14 Mantequilla de vacas y leche de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos cabríos, Con lo mejor del trigo; Y de la sangre de la uva bebiste vino. ” (Dt 32:9-14)
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l pueblo de Dios, llamado la porción de Jehová, es llevado a las alturas guiado por la mano del Dios vivo. Esta expresión forma parte de las muchas bendiciones que el pueblo de Israel disfrutó en el desierto según este pasaje bíblico. Al mismo tiempo, Israel es declarado bienaventurado porque la mano de Dios le permitía ocupar las alturas que pertenecían a sus enemigos (Dt 33:29). Desde estas perspectivas bíblicas podemos concluir que las alturas son lugares desde los que podemos ser observados como pueblo. Además, son lugares para librar batallas y hacerlo con las ventajas que Dios nos ofrece. Desde estas perspectivas, en esas alturas Dios le cambia las agendas a aquellos que nos quieren hacer daño.