5 de julio de 2015 • Volumen X • No. 488
E
n estas últimas semanas, nuestra isla ha estado experimentando una sequía irregular. La ausencia de lluvia, la escasez de agua y las altas temperaturas han resultado en terrenos secos y un embate fuerte a gran parte de la flora. Sin embargo, es curioso notar que de camino hacia la casa o el trabajo, por cada cúmulo de árboles secos, hay un árbol florecido en todo su esplendor. “¿Por qué sucede esto?”, le preguntaba yo hace unos días a Wilson Rivera, Agrónomo Graduado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Su respuesta fue la siguiente: “El estrés por falta de agua promueve la florecida. La progenie de los árboles y las plantas está en su semilla y la misma sale de sus frutos, que a la vez salen de sus flores. El árbol produce sus semillas para que caigan y, cuando vengan las lluvias, germinen. Así su semilla brotará en caso de que el árbol como tal muera en la sequía.” uscando información acerca de las sequias irregulares, me topé con un artículo académico del American Journal of Botany sobre la activación del florecimiento en masa en los bosques tropicales de Asia a causa de las sequias irregulares. A continuación incluyo la traducción de varias citas que llamaron mi atención, y cómo, inevitablemente, el paralelo con nuestras experiencias fue despertado en aquel momento, escuchando la voz de Dios hablar a mi corazón:
B
Las sequias irregulares activan el florecimiento en masa en los bosques tropicales…
C
iertamente estamos viviendo un periodo de sequía en todos los niveles. Miramos hacia todos lados y nuestras familias, nuestros compañeros de trabajo, nuestros compatriotas están secos, sin esperanza, viviendo con lo último que les queda, sin fuerzas para seguir. Más Dios permite que experimentemos ‘tiempos de sequía’ para provocar en su pueblo un florecimiento en masa. En ocasiones resulta más fácil hacer eco de las voces que gritan desesperanza en vez de inspirar a otros a confiar en el Señor y gozarnos en lo que Él va a hacer. En el desierto y en la soledad, Dios nos invita a florecer. “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.” (Isa. 35:1-2, RV 1960) En estos bosques, las sequias tienden a ocurrir durante periodos de transición…
I
ndudablemente estamos atravesando un periodo de transición. Un periodo en el que estamos ‘perdiendo las hojas’, ‘escasea el agua’ y ‘el calor del sol pega fuerte y constante’. En el proceso hemos perdido sueños, anhelos, esperanzas; escasean las fuerzas y las ganas de seguir, y; al parecer la vida trae consigo fuertes luchas y retos constantes. Según un estudio de trigo regado realizado por los especialistas de cultivos, Howard M. Rawson y Helena Gómez Macpherson, para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como parte de la ilustración sobre el desarrollo de la planta del trigo, este explica que, “La temperatura es el factor más importante que induce el desarrollo de la planta de trigo a través de sus fases…, desde la emergencia (1ra etapa) pasando por la doble