31 de mayo de 2015 • Volumen X • No. 483
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n nuestra reflexión anterior comenzamos a analizar uno de los encuentros que Moisés tiene con Dios (Ex 33). Este forma parte de nuestra peregrinación alrededor de los relatos que nos hace la Palabra de Dios acerca de hombres y mujeres que vivieron encuentros con Dios. Reiteramos que estos análisis usan como base el libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998), escrito por el Dr. Elmer Towns. Este libro está disponible en la página electrónica de nuestra Iglesia; www.ameccda.org); libre de costo. n esa reflexión adelantamos que para que el análisis de este encuentro esté completo, se requiere que visitemos las experiencias de vida más relevantes de este hombre de Dios. Ese proceso nos permitió entender que el encuentro que Moisés tiene con Dios que da a luz esta reflexión ocurre luego de la liberación del pueblo de Israel. En esa reflexión nos preguntamos algunas cosas. Una de ellas giraba acerca de qué cosas sabía Moisés acerca de Dios antes de llegar a este encuentro. Otra pregunta giraba alrededor de qué cosas le faltaban a Moisés. Esto es, qué cosas no sabía este y qué experiencias no había tenido aún. Concluimos que a Moisés le faltaba un encuentro con Dios. Llegamos a esa conclusión observando que ninguno de los encuentros anteriores que Moisés tiene con Dios parece haber cancelado algunas áreas de necesidad y de insatisfacción que todavía operaban en Moisés. Su encuentro con Jetro (Ex. 18) parece una descripción sintomática de todo lo antes expuesto. n adición a esto, vimos que a Moisés le faltaba asistir a algunas escuelas. Moisés había visto el mar dividirse, pero no había sido capaz de ver que necesitaba echar raíces en la misión de Dios y con la agenda de Dios. La agenda suya podía ser muy buena, pero necesitaba ir a la escuelita celestial para aprender de la agenda de Dios. Observamos que Moisés necesitaba aprender a morir a sus sueños y a sus agendas. Muchos de nosotros necesitamos la misma experiencia. No se está listo para Horeb hasta que uno está listo para postrarse. Y nadie está realmente listo para postrarse ante Dios si no ha decidido morir. ay cuatro (4) áreas adicionales en la vida de Moisés que necesitamos repasar antes de entrar al análisis de los principios que el Dr. Towns esboza en su libro. Para efecto de esta reflexión, nos referiremos a estas como las 4 E’s. En primer lugar encontramos el nivel de educación que poseía Moisés. Este hombre de Dios fue educado en la casa de Faraón. Son muchos los que han concluido que esta fue una ventana divina preparada para formar características muy especiales y esenciales en este líder. En ocasiones Dios tiene que usar la educación de Egipto para formar a aquellos que quiere usar al frente de su pueblo. Este dato se reviste de mucha importancia
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