15 de noviembre de 2015 • Volumen X • No. 508
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uestras reflexiones anteriores nos han permitido iniciar el análisis de los encuentros que el apóstol Pablo tuvo con el Señor. Sin duda alguna que este es uno de esos personajes bíblicos que más emocionan e interesan a cada creyente. La Biblia nos revela algunas cosas acerca de este hombre. En primer lugar, es llamado Saulo de Tarso hasta el capítulo 13 del libro de los Hechos (Hch 13:9). De ahí en adelante es llamado Pablo. Al mismo tiempo, encontramos en la Biblia que este hombre era parte de la tribu de Benjamín. Esta tribu es una de las dos (2) tribus que sobrevivieron los cautiverios que los reinos de Israel y Judá sufrieron a manos de los Asirios y Babilónicos respectivamente. La otra tribu es la de José. En adición a esto sabemos que había sido adiestrado en su religión para ser muy celoso con la observación de sus reglas hasta alcanzar el grado de fariseo y ser considerado por sus consiervos como irreprensible (Fil 3:4-6). La Biblia dice que aventajaba en esto a muchos de sus contemporáneos (Gal 1:14).
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a personalidad y el carácter de este hombre pueden ser extrapolados de los textos que describen el desempeño de sus funciones antes de convertirse al Señor. Los textos bíblicos revelan que era extraordinariamente eficiente en sus asignaciones y que trabajaba con mucha pasión en aquello que creía. En Hechos 26 encontramos que él había creído que era su deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret (vs 9). Esta convicción lo llevaba a encerrar en cárceles a muchos de los santos, y esto lo hacía con la autorización de los principales sacerdotes (vs 10). En adición a esto, participó de reuniones y conspiraciones para torturar, castigar y hasta matar a los creyentes (vs 10-11). El caso de Esteban, el primer mártir de la Iglesia es sin duda alguna el más relevante de estos casos en la vida de Saulo (Hch 7:56 - 8:3; 9:1-2). Esto, Saulo lo llevaba a cabo aún en territorios extranjeros (vs 11).
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a hemos visto algunos de los detalles de su encuentro con el Señor (Hch 9:1:19; 22:4-16; 26:12-18). En uno de esos relatos se destacan los detalles del llamado que le extendió el Señor. Este llamado que ocurrió al mediodía poseía al menos tres (3) áreas de trabajo: • Ponerlo por ministro y testigo de las cosas que había visto, y de aquellas en las que Dios se le aparecería más adelante • Librarlo de su pueblo para ser enviado a los gentiles • Ser responsable de abrir los ojos de estos últimos hasta conseguir los siguientes resultados: - que los gentiles se convirtieran de las tinieblas a la luz - que los gentiles se convirtieran de la potestad de Satanás a Dios - que los gentiles recibieran por fe el perdón de pecados y la herencia entre los santificados (Hch 26:16-18)
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no de los aspectos más hermosos de este recuento es que destaca que Dios siempre tiene un plan completo con aquellos a quienes Él llama. Otro aspecto importante es que este hombre sabía cuáles serían sus funciones y sus títulos en el servicio cristiano desde el mismo momento de su primer encuentro con Dios. En esta reflexión cubriremos las primeras: Saulo de Tarso fue llamado para ser ministro y testigo de la revelación que Dios le había dado.