12 de julio de 2015 • Volumen X • No. 489
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etomamos nuestras reflexiones acerca de los encuentros con Dios luego de un paréntesis para reflexionar acerca de las sequías del alma. En esta ocasión nos toca analizar los puntos vitales que el Dr. Elmer Towns destaca acerca del encuentro que Abraham tiene con Dios. Esto es, el que aparece descrito en el capítulo 18 del libro de Génesis. Reiteramos que el centro vital de estos análisis ha sido facilitado por el libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998), escrito por el Dr. Elmer Towns. Este libro está disponible libre de costos en la página cibernética de nuestra Iglesia (www.ameccda.org). n nuestra reflexión más reciente sobre este tema, formulamos que la forma en que Abraham maneja sus crisis revela que él sabía que el Señor siempre nos va a recompensar. Para él, bastaba saber que Dios lo haría en su tiempo (Gn 22:9-18). En adición a esto, podemos afirmar que Abraham sabía que Dios ha prometido recompensar el ejercicio de nuestra fe. En adición a esto, formulamos que es sobre estas bases que Abraham maneja sus promesas. Las promesas que Dios le hizo a este hombre han sido definidas en la Palabra de Dios. Génesis 12:2-3 dice lo siguiente acerca de esto:
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• Y haré de ti una nación grande, • y te bendeciré, • y engrandeceré tu nombre, • y serás bendición. • Bendeciré a los que te bendijeren, • y a los que te maldijeren maldeciré; • y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
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oncluimos esa reflexión preguntándonos si un hombre así necesita un encuentro como los que se estilan en esta batería de reflexiones. La Biblia dice que sí. En esta reflexión miramos de cerca algunos de los puntos vitales que Towns destaca en su libro. El primer punto es que Dios sale a nuestro encuentro en momentos inesperados. El contexto en el que esta aparición ocurre es descrito en el capítulo 17 de Génesis. Allí se describe una aparición divina en la que Abraham recibe las instrucciones para el pacto que es sellado con la circuncisión. A nuestro Dios le gusta pactar con sus hijos y este capítulo describe lo que Dios demandó para que ese pacto fuese válido. Es poco probable que Abraham estuviese esperando una aparición divina después de esa experiencia. Sin embargo, el “plan de trabajo” celestial tenía programado algo más que otra aparición. Se trataba de una visitación celestial.