HISTORIAS El Pulga, Golubica y los Tortas Rebuscando de nuevo en el cajón de sastre de mi memoria siempre aparecen algunas anécdotas que me llamaron la atención y que recurro a ellas cuando estoy a gusto tomando algo con amigos. La batallita de hoy ene que ver con un po de aficionado o hincha al que venero, “el torta”. Existen, como todo en la vida, categorías, y en las gradas las hay. Están los que pagan su entrada para ver -se supone- un espectáculo y que van y vienen. Llamémosles a estos “caducos”. Luego, están los “perennes”, que sienten al equipo y se iden fican con el club de por vida. Dentro de estos hay subcategorías, los “normales” que sienten y padecen los colores, los “hinchas y ultras” que además de eso se organizan como grupo en pro del club, y los “tortas” que van un pasito más
allá y cuyo forofismo roza la enfermedad. De estos conozco unos cuantos y si me pongo exquisito habría una súper categoría, “el torta torta” con énfasis en el segundo torta. Y de estos va hoy la parrafada, de mis queridos y admirados “tortas”. No se definen exactamente por una regla escrita. Los hay de muy dis nto pelaje y condición: en tribuna o arriba del para-avalanchas de fondo sur, jóvenes y mayores, pero cuando lo eres se es para toda la vida. No hay caducidad en los tortas, llueva o ventee. Ni besamanos, bau zos ni comuniones les sacan de su compromiso fiel con el equipo. Un buen torta, si ene empo libre, va hasta los entrenamientos, donde se juntará con otros tortas. Hay mucho de qué hablar entre dos tortas,
y si se cruzan en la calle, después del saludo surge la pregunta de rigor: ¿y el equipo qué? Un buen torta, tras una dulce victoria, espera ansioso la crónica depor va en prensa o internet, y en otros empos buscaría en el teletexto esa clasificación que nos ponía a ro con la parte de arriba. Se tomaría su empo haciendo números y combinaciones de puntos y golaverages raros. Un torta de manual, empo atrás, tenía un pequeño transistor escuchando a Jerónimo Roldán los domingos por la mañana en la SER, atento al carrusel por la tarde o esperando