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Los amiguitos y Tuba.

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La intoxicación

La intoxicación

Clarissa, Gabriel, Giovanna, Isabela Aparentemente todo estaba tranquilo en el barrio “ agua azul”. Un grupo de animales marinos que eran amigos estaba observando un bote lleno de humanos malvados pescando ilegalmente y dejando despojos de redes, anzuelos en el mar.

¡Hola Tatá! dijo Bubu, la beluga.

— ¡Hola Bubu! ¿Qué estás haciendo? — preguntó Tatá, la tortuga.

Estoy divirtiéndome con estos corales. respondió Bubu

— ¡Muy chévere! — exclamó Tatá

Tatá estaba muy, pero muy preocupada por Bucu, el baiacu más simpático del barrio “ agua azul”.

Tatá le preguntó a todo el grupo de amigos, pero nadie lo había visto. De repente, Bucu aparece corriendo en fuga, parecía un cohete.

— ¡Bucu! ¿Dónde estabas? — gritaron todos.

— ¡Estoy escapando! — gritó, Bucu escapando todo asustado a toda velocidad.

— ¿Escapando de quién? — le preguntaron

— Estoy escapando del gran Tuba, el tiburón malo del barrio. ¡ Corran! — les ordenó Bucu al grupo de amigos.

Todos salieron como una bala nadando en pandilla, pero de repente se dieron cuenta de que faltaba alguien: Tatá se había enredada en una red y un anzuelo que Tuba había encontrado y que había visto que los pescadores usaban para cazar, lógicamente, esos artefactos eran basura dejados por los pescadores inconscientes.

Tuba había aprendido con los humanos a usar el anzuelo y las redes para hacer maldades. Los amigos, preocupados por la tortuga, empezaron a movilizarse:

¿Quién va a salvarla?

— ¡TODOS NOSOTROS VAMOS A AYUDARLA! AMIGOS, VAMOS A TIRAR EL ANZUELO Y LA RED

¡NO NO NO NO HAGAN ESTO! les advirtió Tuba, el tiburón.

— Tuba! si tú no sueltas a nuestra amiga, voy a lanzarte veneno — dijo Bucu

— ¡y yo te morderé! — le advirtió Bubu

¡Pero tus dientes no valen nada, tú ni siquiera puedes masticar! — se burló Tuba

Entonces los amigos empezaron a morder, a escupir veneno y a intentar desatar a Tatá.

Después de mucha lucha, lograron desatarla. Tuba quedó muy lastimado, pero muy sorprendido por la ayuda y lealtad del grupo de amigos.

Tuba, arrepentido, empezó a reflexionar sobre la maldad del ser humano, sobre la inconciencia de cazar y, además, dejar basura que puede ser usada para hacer el mal.

A partir de ahí, Tuba juró que haría una campaña para que los animales marinos lo ayudaran a limpiar el océano.

Moraleja:

“El mal se combate con el bien. Con ayuda de todos podemos salvar nuestro hábitat”

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