Editorial
Reinos de Taifas En el año 711 se produjo la invasión árabe en la península Ibérica, que como todos sabéis se mantuvo durante 8 siglos hasta la caída del Reino de Granada en 1492. Los historiadores coinciden en señalar el inicio de la decadencia del dominio árabe en nuestro país, con la caída del Califato de Córdoba y su sustitución por un conjunto de reinos árabes muy poco relacionados entre sí, denominados Reinos de Taifas. A estas alturas os preguntareis qué tiene que ver esta referencia histórica con la realidad cotidiana en nuestra empresa. Pues tiene que ver con nuestro convencimiento de que “LA UNIÓN HACE LA FUERZA” , es esta idea base, en el marco del Plan Estratégico aprobado para la División de Servicios Marítimos y Logísticos, la que nos induce a iniciar un cambio organizativo que potencie la idea de unidad, y por tanto, basada en el convencimiento de que la División, y por ende el Grupo, debe sumar más como tal, que el sumatorio individual de las diferentes unidades de negocio que la componen. Esta idea es sencilla de contar, en lenguaje coloquial es de las que se denominan de sentido común, sin embargo a la hora de implantar su aplicación práctica en nuestro quehacer diario nos va a obligar a afrontar una serie de retos que sólo con determinación y esfuerzo podemos superar. En primer lugar, “combatir” una inercia donde cada unidad de negocio vela casi en exclusiva por sus propios intereses. Este modelo, posiblemente efectivo en el pasado, sin embargo, nos llena de dudas respecto a su validez para afrontar los objetivos marcados dentro del Plan Estratégico de la División de Servicios Marítimos y Logísticos. Este concepto de unidad supondrá una serie de cambios a los que nos habremos de enfrentar. Sin ánimo de ser exhaustivo, sí entraré en alguno de ellos: 1.- La homogeneización de procedimientos, esto incluye no solo a los procedimientos operativos, sino también los procesos administrativos y por supuesto los procesos tecnológicos de sistemas de la información que se han convertidos en herramientas vitales para el desarrollo del negocio. 2.- La búsqueda y aprovechamiento de las sinergias que se pueden generar entre las diferentes unidades de negocio. Es el concepto de “cliente de división / grupo” versus el concepto de “cliente de unidad de negocio”. Ello nos ha de conducir tanto a detectar oportunidades de ventas cruzadas entre unidades de negocio como a la oportunidad de acceder a clientes globales ofreciendo un servicio completo, y por tanto de mayor valor añadido. 3.- Nuestros sistemas de gestión y medición de resultados no descansarán tanto en el concepto de unidad de negocio-empresa sino en la diferentes líneas de actividad o producto que hemos definido y que se encuadran en 3: Actividades Marítimas – Agencia de Línea Regular Forwarding Servicios Portuarios y Consignatarios 4.- Creación de organismos de gestión globales y comunes para el conjunto de la División en estrecha relación con el Comité de Dirección y la Presidencia del Grupo. 5.- Evolución hacia una estructura de responsabilidad matricial donde nuestros directivos no sólo sean responsables del desarrollo y gestión de su propia unidad de negocio, sino que a la par serán responsables del desarrollo y gestión de las diferentes líneas de actividad que conforman la oferta de servicios de nuestra división. Este es un cambio tan ambicioso como necesario. Confío plenamente en que gracias al esfuerzo, dedicación y profesionalidad de nuestros equipos humanos, cuando dentro de unos años miremos hacia atrás, podamos decir: “PRUEBA SUPERADA”.
Alberto Uriarte
¡Feliz verano a todos!
auriarte@erhardt.es
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