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Gerente de Felicidad De JEFE a GEFE

Jomery Rosario

“No creo que se pueda confiar en un líder que siempre se muestre impenetrable y carente de expresión emocional”. Esta fue la respuesta de un reconocido conferencista y consultor mexicano, experto en Liderazgo, Talento y Cultura, cuando le cuestioné sobre el rol de los líderes que trascienden en esta época.

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Sin lugar a duda, a través de los años, la figura del líder ha ido evolucionando, pasando de ser percibido como un supervisor a convertirse en un facilitador y mentor que pone a disposición sus conocimientos, alcance y recursos para acompañar a su equipo hacia un desempeño exitoso. Sin embargo, no es un secreto que, en muchos casos, las organizaciones cuentan con “cabezas de equipo” muy bien facultados profesional y técnicamente, pero carentes de competencias emocionales. A estos, comúnmente se les llama “JEFE”, cuyo único enfoque es gestionar por objetivos y eficientizar al máximo para ser más productivos al final de la jornada. Si te identificas con este estilo, es bueno que sepas que tus días como líder podrían estar siendo contados.

Ya no es suficiente enfocarse en el análisis frío de cifras que persiguen un resultado cada vez más “eficaz”, sin antes tomar en cuenta el sentir del activo más valioso de cualquier organización: Su Gente; gente ya no quiere trabajar mecánicamente, haciendo lo que no les apasiona, en ambientes de trabajo tóxicos con líderes autoritarios que solo persiguen metas y se olvidan de las personas que las cumple.

Cambio de mentalidad

Lo vivido durante el año 2020, permitió a los trabajadores repensar sus carreras, condiciones laborales y propósito de vida. Es decir, para muchos el trabajo ya no solo se trata de “pagar deudas” o “tener un paquete de compensación competitivo”. Los colaboradores se dieron cuenta que es posible trabajar en un contexto de mayor confianza y apoyo de parte de sus líderes.

Ante esta realidad, ¿Cómo puede entonces un JEFE conectar genuinamente con su equipo y así lograr resultados extraordinarios? Pues convirtiéndose en “GEFE” (Gerente de Felicidad), cuyo rol no solo implica tener conocimientos y experiencia, sino también mostrarse vulnerable, auténtico, directo y con interés real por el bienestar y felicidad del trabajador.

De acuerdo con Ignacio Fernández, conferencista chileno y autor del libro “Felicidad Organizacional”, los GEFEs escuchan, acompañan, crean conexión, reconocen a su personal, no temen a las conversaciones valientes, invitan a participar y construyen sentido.

Trabajadores felices

Los trabajadores felices prefieren ser guiados por líderes firmes, pero cálidos; aquellos capaces de decir “No sé”, “Excúsame”, “Tienes razón”, etcétera. Aquellos capaces de equivocarse y asumirlo, sin sentirse derrotados. Son estas figuras las que permean la cultura organizacional positivamente y con ello promueven un ambiente de felicidad en el trabajo.

La organización de ayer no es la organización de hoy y, sin duda, no será la de mañana, por eso te invito poner en práctica estos cinco hábitos que te ayudarán a convertirte en el GEFE (Gerente de Felicidad) que necesita tu equipo:

• Genera relaciones de confianza.

• Sé empático y abierto a otras opiniones.

• Busca soluciones a través de un trato cercano.

• Conoce a tu personal con profundidad.

• Sé transparente y elimina los malentendidos.

“Si algún día sientes que no queda nada por aprender, desaprender es el siguiente paso.” ML.- Es tiempo de liderar intencionalmente feliz.