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NOVIEMBRE
Redacción
Felipe Espílez Murciano Emilio Poussa Daniel Borge Redacción
María Ángeles Espílez Murciano
Felipe Espílez Murciano Lucía Santamaría Roxana Heise
Rosario de la Cueva José Luis Pérez Fuente Redacción Carmen Nöel Carmela Pérez Núñez María Victoria Montemayor Chusé Inazio Felices Cecilia Byrne María Cruz Vilar Lucía Borsani Redacción Ricardo Molina José G. Santos Vega Silvia Cleonice Gabetta Redacción
Jesús María Salvador Lizette García Morano Maruchi Marcos Pinto Mpiliescritora José María Atienza Martín Z
Huellas de Antonio Machado: Juan de Mairena
El jacinto con corazón de samurái
El castillo de Hércules
Los fantasmas de la imposición Titivillus
El profesor Franz de Copenhague
Heridas de luz Semáforo
Cinco años y un día
La tuerta
Racheado de María Cruz Vilar
La historia está de moda Del tiempo
Las etéreas ninfas del final de verano
Si no me dejas habitar. Canto transparente Berlín Alexanderplatz, serie de TV (1980) Chiloé, entre lo místico y lo mitológico
La misa
La confesión
El juicio de los ratones de Autun Ámame
Tríptico de microcuentos Sudor
Rostros de la memoria histórica: Maruja Lara La derrota del navegante La morena La dedicatoria
El espejo y el mar Aprendiz de poeta Calle de la Cabeza
Dirección: Felipe y María Ángeles Espílez Murciano
Edita
Juan de Mairena es considerada como una de las obras más originales de la prosa española contemporánea
Antonio Machado, a través de un personaje llamado Juan de Mairena, se levanta muy por encima de los lími tes tradicionales de la prosa y nos conduce por un dis curso novedoso y magistral, donde expone en una mis ma obra varios géneros literarios: ensayo, discurso, filo sofía, parodia, poesía, política, narrativa, etc en un mis mo texto
La serie par es la mitad de la serie total de los nú meros La serie impar es la otra mitad Pero la serie par y la serie impar son ambas infini tas La serie total de los números es también infini ta
Algunos autores sostienen que los pensamientos de Juan de Mairena son los del propio Antonio Machado. Sea exactamente así o no, la obra, novedosa para su tiempo, es un alarde de pensamiento y literatura, a la altura del gran maestro.
¿Será entonces doblemente infinita que la serie par y que la serie impar? No parece aceptable, en buena lógica, que lo infinito pueda duplicarse, como, tampoco, que pueda partir se en mitades Luego la serie par y la serie impar son ambas, y cada una, iguales a la serie total de los números No es tan claro, pues, como vosotros pensáis, que el todo sea mayor que la parte Meditad con ahínco, hasta hallar en qué consiste lo sofístico de este razonamiento Y cuando os hiervan los sesos, avisad
Está la luna torcida en esta noche fatal, por las casas se derraman blancos sudarios de cal.
Filos de espada vuelan buscando la sangre huida, un jacinto sale al paso, ¡en su costado, una herida!
Las espadas se deshacen en la luz de las farolas, al jacinto lo velarán cuatrocientas amapolas.
Noche de sangre valiente, la luna ya se endereza, pétalos de amapola en el aire, la noche se hace de seda.
El jacinto descansará en una cama de hiedra mientras dos vírgenes puras inyectan luz en sus venas.
¡Cómo brillan los jacintos en esta noche serena!
En septiembre de 2020 ya escribí en la revista sobre este mágico islote, recordé la piedra negra que encontré en su ribera en una marea baja, testigo de la historia acariciada por la mano de Julio César.
La piedra me contó que viajó en el vientre de una ballena que fue a morir a la costa austral de la Patagonia, y que pasado los siglos un hombre desesperado, dejado a su suerte en la orilla, la lanzó con toda su rabia a los buques que lo abandonaron, esa piedra se encajó en cubierta y atravesó el mar del sur, al que llamaron Pacífico Una tarde de calma chicha un tripulante de nombre Pigafetta la cogió y de manera distraída jugó con ella guardándosela como un amuleto en su bolsillo y así durmió hasta desembarcar en Sevilla, donde su fortuna la olvidó entre sus calles. Tenía que tener algo esa piedra cuyo destino era ser talismán, de lo contrario no se explica que un joven francés la poseyera, joven soldado que en su avance por Andalucía caería abatido por una bala, justo en el caño intentando ocupar la Isla de León, así volvió la pequeña piedra negra al castillo.
Como ya conté ahora es mía Feliz verano
Como he dicho con anterioridad, la variedad es una de las virtudes más extraordinarias que posee la humanidad como especie A diario nuestro organismo y nuestra sociedad tratan con una infinita combinación de variables de carácter físico, psicológico, social
El paso del tiempo nos ha enseñado cómo líderes, reyes y gobernantes han intentado hacer felices a todos Y si no a todos, al mayor número de personas posible Algunos lo intentaron con sagacidad y objetivos nobles, otros mediante la conquista y una falta absoluta de misericordia, otros sentados en sus tronos, orondos y rodeados siempre de vino y mere trices El objetivo último del ser humano siempre ha sido perse guir y alcanzar la felicidad (común o colectiva)
Por otra parte es necesario tener en cuenta algo que muchos ya sabemos, y que quizá otros no sepan o por puro descono cimiento o por una ignorancia auto impuesta con el fin de permanecer en el limbo de la “felicidad por cobertura de la verdad”: el ser humano es capaz de todo De todo Es capaz de cometer las atrocidades más innombrables cuando cree que su objetivo lo merece En muchos casos hablamos de psicopatías o trastornos mentales muy acuciados y escritos en los libros de psiquiatría y psicología, pero en otros casos hablamos de pasar por alto el respeto a la propia vida para tratar de conseguir el ansiado objetivo. El fin justifica los medios.
En la era de la [des]información todos tenemos la habilidad de darnos cuenta de lo que son capaces nuestros semejantes, basta con asomar la cabeza al mundo, solo un poquito, no ha ce falta demasiado
A partir de ahora no voy a juzgar, solo voy a relatar
Cuando un grupo de personas concibe o adopta un conjunto de ideas en las que no solo creen con firmeza, sino que asumen con total certidumbre que aplicadas al grueso de una sociedad (véase una nación) podrían funcionar con absoluta perfección siempre y cuando todos y cada uno de los individuos las sigan a rajatabla, es probable que intenten reunir algo de poder para llevarlas a la práctica. Este poder puede venir de formaciones políticas que aprovechen tiempos de crisis para ganar adeptos, de golpes de estado u operaciones militares o de largos y tediosos caminos políticos de ramificaciones infinitas.
Cuando este grupo de personas llega finalmente al poder (de la manera que sea), intentará imponer su sistema a todos los ciudadanos de la nación que gobierna A partir de aquí ya no me vale el pensamiento libre, por ser terriblemente peligroso y desestabilizador; ya no me vale una educación amplia y abierta de miras, por si acaso… globalmente hablando: ya no me vale esa suerte de “pseudo libre albedrío” que caracteriza al individuo medio de la sociedad.
Durante años, la imposición gubernamental provocará verdaderos estragos en este pensamiento libre, aplas tará sin piedad a los disidentes y tildará de traidor al individuo que ose comprar una manzana en el “país enemigo” Durante años la imposición irá gestando al mas descarriadas, hombres y mujeres que observarán impotentes cómo su vida se desmorona hasta que hasta que la impotencia deje de serlo y la pasividad quede relegada a la acción Porque si realmente no tengo una vida que defender, ¿qué es lo que tengo que perder en realidad? Solamente una cosa: el intentar dejar a tus hijos un futuro mejor
“Criar a un hijo, cualquier clase de hijo, te da un cierto sentido de ambición que de otra manera nunca podrías
“Latiraníaesunodelos juegosmáspeligrososconlos quepuededivertirsela civilizaciónhumana.Unjuego mortalquepuedeadoptarun bucleinfinitodedolory lágrimas”
llegar a tener Una especie de deseo primigenio de intentar dar a tu hijo un futuro mejor que el que te dieron a ti ” Marco Inaros, “The Expanse” 2021/2022
Y es aquí cuando volvemos a la cuestión de lo que es capaz de hacer un ser humano a sus semejantes, con más razón aún si se tienen en cuenta cientos de años de abusos, imposiciones, despotismo y/o esclavitud
Si bien es cierto que la mayoría de seres humanos del planeta ansía una vida tranquila, feliz y pacífica, como no todos somos iguales, siempre existirá un reducido número de gente dispuesta a todo con el fin de alcanzar su objetivo Y es aquí, en este punto de convergencia, donde se juntan todos los factores necesarios para terminar de cocer la sopa de los fantasmas de la imposición
No lo duden ni un solo instante, algunos de los peores “monstruos” de la humanidad han sido creados por nosotros mismos Al final del día, la imposición de un sistema que tan atractivo resultaba en principio, terminará a largo plazo creando fantasmas capaces de alcanzar un nivel de brutalidad semejante o superior al de sus propios creadores ¿Hasta qué punto es capaz de aguantar la presión un individuo que quizá ya sea de por sí propenso a las atrocidades? Y, ¿qué clase de atrocidades será capaz de cometer?
La tiranía es uno de los juegos más peligrosos con los que puede divertirse la civilización humana Un juego mortal que puede adoptar un bucle infinito de dolor y lágrimas
Si es que como sociedad, estamos aún muy verdes
Entonces, ¿realmente el fin justifica los medios? Para usted o para mí probablemente no, pero para los fantasmas de la imposición… oh sí, desde luego que sí.
La creación de un libro en la Edad Media era un largo proceso, a menudo de años. A ello se dedicaban, principalmente, los monjes en los antiguos monasterios.
Su labor era bella y enriquecedora, pero también era muy penosa, físicamente Debían estar permanentemente inclinados sobre sus mesas de escribir (scriptorium) y no siempre con buena luz ni con las mejores condiciones am bientales Además, exigía una gran concentración, pues si cometían un error debían comenzar de nuevo
Para hacerse una idea cercana de las verdaderas condiciones en que desarrollaba su trabajo, podemos acudir a lo que dejó escrito un copista medieval sobre es te asunto: “Apaga la luz de los ojos, se dobla la espalda y aplasta vísceras y costillas, trae gran dolor a los riñones y cansancio a todo el cuerpo”
En esas condiciones, era lógico que los monjes quisieran estar protegidos ante el infortunio, pues era mucho el arte y el esfuerzo que empleaban en hacer las copias De esa idea, de ese temor, nacieron las maldiciones
Las maldiciones se insertaban en las primeras y las últimas hojas de los libros Algunas eran verdaderamente terribles, lo que da idea de la preocupación que tenían, no solo los monjes, sino también los libreros y bibliotecarios, de que el libro viniera a mala fortuna por un uso inadecuado La siguiente maldición da una idea de lo dicho:
«Aquel que robare, tomare y no retornare este libro a su dueño, que su brazo se transforme en una serpiente que lo muerda y rasgue Que de él se apodere la parálisis y sus miembros queden malditos. Que desfallezca en dolor llorando por piedad, y que no haya descanso para su agonía hasta que él mismo cante en su disolución Que los gusanos de los libros roan sus entrañas sin morir jamás, y cuando por fin se vaya a su castigo final, que las llamas del infierno lo consuman para siempre».
O esta otra:
«En el infierno, quien de este libro una hoja doblare, se tostará quien una marca o manchón hiciere, se rostizará y quien este libro robare, en el infierno se cocinará.»
Y entre medio de la intensa labor de los copistas y de sus maldiciones como medio de asegurar su trabajo, aparece Titivillus o Tutivillus, según los casos Un demonio que estaba al servicio de Lucifer y que tenía como misión introducir errores en el trabajo de los escribas y frente al que poco valían las maldiciones, por razones obvias
Se da como primera referencia conocida de este diablillo al Tractatus de Penitentia, escrito en 1285 por John Galensis En él se puede leer: Fragmina verborum Titivillus colligit horum Quibus die mille vicibus sí sarcinat ille Es decir: Titivillus recoge los fragmentos de estas palabras, con lo que llena su saco mil veces al día
Andando el tiempo, las misiones encomendadas por Lucifer a Titivillus fueron creciendo y se extendieron tam bién a producir errores en el contenido de las oratorias religiosas, así como creando fallos de pronunciación en las disertaciones. También intervenía fomentando las charlas ociosas de los devotos y las murmuraciones con el objetivo de que cayeran en sus tentaciones y, de esta forma, poder llevarlos al infierno
Pero también aquí reaccionaron los escribas Vistas las indignantes acciones de Titivillus, y viendo que era impo sible ganarle en su terreno, decidieron nombrarle demo nio patrón de los escribas. De esta forma, se aseguraban una fácil excusa para los errores cometidos en los ma nuscritos; era Titivillus el responsable del error y no ellos. Una excusa muy infantil pero que pareció tener acomodo en las costumbres de la época medieval
En el siglo XVII, siendo rey de Inglaterra Carlos I, encargó la edición de una Biblia a Robert Baker y Martin Lucas, impresores reales de enorme prestigio Una vez terminada la obra, y dada la aparente calidad de la edición, los ejemplares se vendieron con fluidez
Nadie se percató de un grave error cometido en la edición y siguieron haciendo copias de la biblia El error cometido estaba en la redacción del sexto mandamiento, pues decía, literalmente: «Cometerás adulterio», tras haber omitido por error la palabra “no”. El error se achacó rápidamente a Titivillus, pero de nada les valió a los editores. El rey, cuando se enteró montó en cólera y ordenó destruir la «Biblia maldita». Seguidamente les retiró la licencia para imprimir libros a los editores y los multó con la importantísima suma de 300 libras, llevándoles a la quiebra.
Al no poder pagar la totalidad de la multa, Barker fue encarcelado en 1635, pasándose diez años entrando y saliendo de la cárcel por este motivo, hasta que
al final falleció por una enfermedad contraída en presidio
La causa de que Barker se librara de la hor ca fue la de que hubo varios testigos que afirmaron que estaba borracho cuando estaba escribiendo la parte de los 10 Manda mientos Esa borrachera, según un clérigo, fue incitada por Titivillus
A partir de entonces, Titivillus fue adqui riendo una presencia en la literatura; siempre de carácter maléfico y subversivo como se espera de un diablillo a las órdenes del mismo Lucifer
Margaret Jennings en su artículo “Tutivillus: The Literary Career of the Recording Demon” (Estudios de Filología 74, no. 5, diciembre de 1977), describe la siguiente historia:
Un diácono que rompe a reír en la iglesia durante el servicio es reprochado por su sacerdote. El diácono se defiende diciendo que durante el servicio había visto a un demonio escribiendo en un pergamino las palabras ociosas de algunos de los miembros de la congregación El demonio llenaba rápidamente el pergamino, y para hacer más espacio en él, tiraba de la parte superior con los dientes Al final el pergamino estaba tan sobrecargado (con tantas palabras ociosas y murmuraciones) que lo arrancó, y el demonio fue lanzado hacia atrás cayendo sobre su espalda y haciendo reír al diácono
A Titivillus se le suele representar con un saco o una pila de libros sobre su espalda Se aseguraba que recorría los monasterios y lugares de trabajo de los escribas para recoger errores en los textos y guardarlos en el saco para llevarlos al infierno. Allí quedaban registrados como prueba de mala devoción cristiana y poder servir de reclamación en el Juicio Final
En la obra La Virgen de la Misericordia con los Reyes Católicos y su familia, de Diego de la Cruz, circa 1486, se representan a los Reyes Católicos, Isabel I de Casti lla y Fernando II de Aragón, bajo el manto protector de la Virgen de la Misericordia y los siguientes personajes:
Tres hijos de los Reyes Católicos:
El príncipe Juan de Aragón (1478 1497), hijo primogénito de los Reyes Católicos
La infanta Isabel de Aragón (1470 1498), reina consorte de Portugal
La infanta Juana (1479 1555), que llegaría a un reinar en Castilla y Aragón como Juana I
El cardenal Pedro González de Mendoza (1428 1495), arzobispo de Toledo y canciller mayor de Castilla.
Seis monjas vestidas con el hábito cisterciense y rezan do.
Y junto a ellas aparece una abadesa con su báculo que ha sido identificada como la hermana de dicho cardenal, Leonor de Mendoza, abadesa del monasterio de las Huelgas de Burgos entre 1486 y 1499
Dos diablos en la parte superior, fuera del manto protector de la virgen El de la derecha porta un hatillo de libros a la espalda; imagen que se corresponde clara mente con la del diablo Titivillus
Esta gárgola, representando a Titivillus, se encuentra en el edificio del Registro, en el 110 de George Street de Brisbane (Australia).
En 1910 se efectuó una ampliación de la que fue (desde 1862 en Queensland) la Oficina de Imprenta del Gobierno.
Esta oficina estaba dedicada a la impresión del registro oficial de los debates de la Cámara del Parlamento
En España, dentro de nuestro imaginario colectivo, ocupa un lugar muy importante el TBO, que para aquellos que no lo conozcan fue una revista de historietas de periodicidad semanal que apareció allá por 1917 y se publicó, con las interrupciones propias de la guerra civil española, hasta 1998
Entre sus múltiples personajes, podemos encontrar al profesor Franz de Copenhague, muy famoso entre los niños y entre los no niños, que nos enseñó los mejores inventos del mundo, aunque fueran un poco descabellados, como «la máquina para andar» un sistema que permite andar utilizando las manos en lugar de los pies para no tener que comprar zapatos Pero sobre todo, nos dejó ilustraciones tan maravillosas como alguna de las que traigo para esta colaboración. Querido lector: bienvenido al mundo fantástico de los inventos del profesor Franz de Copenhague
El profesor Franz de Copenhague nació el 8 de enero de 1935, concretamente en el número 920 de la revista del TBO, aunque los inventos del TBO ya aparecieron por primera vez en 1920, a semejanza de publicaciones como la francesa Pêle Mêle o las tiras que realizaba el estadounidense William Rube Goldberg bajo el título The inventions of Professor Lucifer Gorgonzola Butts
El profesor Franz de Copenhague era un inventor de aspecto serio y probablemente nativo del norte de Europa, calvo y con gafas Al principio, como buen científico que era, siempre llevaba una bata blanca, pero a lo largo del tiempo esa indumentaria fue cambiando por una amarilla e incluso una americana de color negro
Aunque el creador o padre del profesor Franz de Copenhague fue Serra Massana, después de él le siguieron varios dibujantes, entre ellos: Benejam, Albert Mestre, Maurice Cuviller y, sobre todo, Sabatés, que fue quien más lo dibujó, hasta el último número de la revista, publicado por Ediciones B en 1998
Sabatés ya había trabajado en otras revistas y entró en el TBO en 1934 Era perito mecánico, lo que daba a los inventos del profesor Franz de Copenhague mayor credi bilidad a pesar de ser tan estrafalarios
propio Sabatés lo contaba en una entrevista en 2001: “Todos estos inventos que dibujé eran trasladables a la realidad, calculados para funcionar como indicaba mi dibujo, si alguien hubiera querido fabricarlos” De hecho, Sabatés fabricó uno de los inventos del profesor Franz de Copenhague, concretamente el realizado por Nit y publicado en el TBO de 1925, titulado “Máquina guillotina para cortar las puntas de los puros”, que se conserva en el Museu del Joguet de Catalunya, en Figueres (Girona)
Sólo un dato para ver lo prolija que fue su trayectoria como ilustrador del profesor Franz de Copenhague: desde 1943 llegó a crear unos 1 500 inventos
Tal fue la repercusión de los inventos de nuestro querido profesor que llego a popularizarse la frase de «Esto parece un invento del tebeo» usada coloquialmente como sinónimo de disparatado o inverosímil
La gracia de las invenciones consistía en idear divertidos e ingeniosos mecanismos para resolver problemas cotidianos que la tecnología no se llegaba ni a plantear Eso sí, las solu ciones no siempre eran sencillas
A pesar de todos los inventos que ingenió Sabatés y de los buenos momentos que nos hizo pasar, no logró conseguir la propiedad de los dibujos que realizó durante más de 40 años Y eso le llevó a vivir en la indigencia, junto a su mujer, los últimos años de su vida
Una enfermedad cerebro vascular que lo mantenía en cama le hacía precisar numerosos cuidados, muchos de ellos muy costosos Se fue arruinando poco a poco hasta que fue em bargado de su vivienda y de sus pertenencias Después de esto se vio obligado a recluirse en una residencia junto a su mujer
Esta fue una de las razones que motivaron la organización de una exposición con los únicos 54 dibujos originales que el autor mantenía en su poder
Un día antes de la exposición se fraguó la magia y el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona adquirió el lote de dibujos al precio que fijó el propio Sabatés: unos dos millones de pesetas Era el año 2001 y Sabatés tenía 85 años
Ese gesto del Colegio de Ingenieros permitió que Sabatés viviera más holgado durante los dos últimos años de su vida Además, gracias a esta adquisición, una importante parte del legado creativo de Sabatés ha quedado a salvo
Y con este emotivo final nos dejó Sabatés, no sin antes recor darnos al niño que todos llevamos dentro y que perdurará en sus dibujos para que todos podamos disfrutar de esas ideas tan delirantes como maravillosas, como esta última que com parto con todos ustedes y que quizás no esté tan lejos de la realidad
La noche se dobla de tristeza azul, mientras calla la madera casas, respetando el silencio de las piedras Un desmayo de fantasmas se derrama por sus paredes perfumadas Las espadas de los rayos la luna se clavan en la tierra En un silencio de brillo renacido chasquido que las delaten, las espadas se hunden en la piel de la buscando el corazón del mundo, los latidos que les faltan
¡Sangre, sangre! La tierra se desangra por dentro, por debajo de los trigos Por debajo de las fuentes, por debajo de los trinos de los pájaros con alas de miedo, más abajo del escudo del suelo Y al nacer el día, con el sol redondeado de fuego, se levanta la sangre de la tierra, llorando noches, mordiendo lunas, escupiendo fuego, sudando el rojo de todos los mártires
Así, así nacen las amapolas. Sangre de noche que se deshace en los dedos. Como tus caricias, igual que tus caricias, pétalos ardiendo de los dos mil cielos.
Estuvo mucho tiempo parado, negándose a pasar al otro lado. Al final, no le quedó más remedio que cruzar para no dejar de ser él y admitir que, afortunadamente, no todos vamos por la misma acera
Esto no es Alcatraz, amor, pero se le parece; estamos atados a morir, nudo ciego, ovillo enmarañado, aire que exhalo y que aspiras sediento entre las paredes húmedas de tu prisión Vendrás, encontrarás la manera de engañar al cancerbero de turno, llega rás a gatas si es preciso, lamiendo los pasillos, sintiéndome, loba en celo en tre los altos barrotes de nuestra com plicidad Alguien mira desde afuera, camina en zig zag su propia sombra Disimulo, me alejo de la escuálida ventana con cierto temor ¿Y si no vie nes?, ¿si no vienes jamás?, o ¿al guien descifra aquello que murmura mos bajo las sábanas?
El enrejado de hierro parece siempre infranqueable, lo observo y me preo cupa una posible fuga No lo hubiese querido, tú tampoco, lo sé, pero hay delincuentes afuera y estamos noso tros ajenos a los ajenos que tanto nos conocen porque actúan del mismo modo y con la misma pasión La pasión que te obliga a traspasar las barreras y encontrarme en secreto por enésima vez: tus pupilas brincan mi cuerpo jugando a las escondidas, reímos, nos deslizamos anguilas silen ciosas, por las mismas paredes hasta el mismo rincón, así olvidamos el mun do que ayer nos olvidó Ven, siénteme tuya, gato de mil tejados resbalosos, experto domador de fieras, campeón de salto alto y tantas cosas que es preferible reír en atadura a respirar los vientos de la libertad
Te espero y tejo como hacía mi abuela, tejo esperanzas verdes en punto cruz para los condenados a presidio perpetuo y todos los que olvidaron la luz del sol Miro sus rostros y te veo, condenado mío, mercenario de riñas callejeras, capitán de un puerto sin nombre en donde me en contraste un día escuchando caracolas de mar, toda desgreñada, apodada “la loca”, con un pan robado en los bolsillos y el filo de un cuchillo en la mirada
Ya había echado a andar a esas alturas, abandoné a mis padres por placer, sólo bastabas tú sobre el asfalto caliente, sobre la arena movediza de mis sueños, sobre el barro, sólo bastabas tú sobre mi cuerpo y toda tu artillería pesada opri miendo mi instinto criminal, para volver me aquella que encontraste metida entre mi redoblada personalidad. Cómo no agradecerle al Dios de mis plegarias crucificado en el templo de la desolación Dejo el tejido y veo el calendario sobre la pared adormecida; las horas corren la maratón del tiempo recordándome lo ajeno que estás últimamente Temes ve nir, el miedo a la sanción parece un male ficio del grupo de reclusos que sueles amedrentar Ya sé, fui como ellos, pero ¡cuánta diferencia!, la droga es sólo droga y el resto es lo demás Recuerdas nuestro pacto, puedo sentir tus manos enlazando las mías hasta hacerme llorar No quisiera imaginarte delirando entre las garras inmundas de alguna aprovechada Sacudo mi cabeza para no arañar mi rostro, camino de esquina a esquina sólo para aturdirme ¿En qué estaba?, no lo olvido, me acomodo sobre el suelo en el mejor almohadón y sigo tejiendo espe ranzas verdes en punto cruz , mañana tal vez firmes aquel libro y consigas per miso para venir hasta mí
Mi mameluco a rayas posee la ele gancia de quien duerme la mona tum bado en las esquinas. Friego los pisos, qué quieres Enhebro tu pantalón, as piro su hedor a riña y perfume de burdel Has dejado de verme, no vie nes en semanas y cuando llegas me buscas el hombro para llorar Basta de lamentaciones; la comida es mejor en tu cocinería, tienes suerte en cierto modo, mucha más suerte que yo Seríamos tan felices contigo pan y cebolla, no estoy llorando, ¡no grites!
Baja el tono, por favor Yo era la niña de papi hasta que caí en picada , me estrellé contra mis sueños ¿Y tus sueños? tú sabrás. Mira mis manos, mi rostro, mi cabello despeinado, la sombra del pensamiento que quiso aferrarse a ti Poco importa, Dios lo sabe, pude morir mil veces, no me amas como antes, eso es más fuerte que yo Estás inquieto, es muy tarde, debes volver a lo tuyo, el metro cua drado en que existes tiene tu nume ración Es el destino, la suerte, la voluntad de los dioses, si tuvieras vida propia volverías a reír. Deja tu ropa, tus quejas, deja todo alborotado y cuando vuelvas, si puedo, me encon trarás para ti.
Sin quererlo comienzo a olvidarte, a inventar nuevas historias en donde tú no existes. Cierro las cortinas, el am biente carcelero aún me agobia Res piro, sabiendo que alguien más respira desde el fondo de mi abismo y se cubre el rostro con las manos como espantando los males, luego palpita una y otra vez hasta que su ritmo me lleva al pequeño océano en donde navega, despacio, despacito, sin saber de gritos ni motines Y ocurrir justo ahora que te daba por muerto y me había acostumbrado a dormir con mis fantasmas, a restregar mis deseos en sus espaldas ficticias A veces te lloro, cuando pienso que has cambiado hasta adoptar un nuevo estado, infra humano tal vez No es mi culpa, tam poco es mi Karma de traficante arre pentida o algo así; es el amor que se escapó por la celosía un día cual quiera en busca de libertad, dejando me unos latidos en tu nombre, sólo para fastidiar
El centinela no sabe que lo miro, miro su mirada de perro amaestrado, el negro de su arma, el uniforme gris Hasta percibo el miedo que le provocan las fugas, las manos empuñadas y su fragilidad De pronto siento piedad Hace ya tanto tiem po que recorro su imagen desde el salón de esta casa colindante al penal Lo veo entre las rejas que cruzan las ventanas y siento que mi alma deambula junto a él. Vivo en tu ausencia, no vienes, quizá nunca regreses Alguien desconocido se apoderó de ti. El centinela lo sabe, es ajeno a este mundo, ajeno como el niño que juega en el jardín y se refugia en mi vientre marchito de promesas, vacío del amor que encontramos ayer El centinela intuye mis pensamientos, las palabras emergen desde el fondo del fin, ni el beso de la tarde sobre su piel dormida des pertará la estrella que habita su interior Juntos emprendimos un camino sin retorno; el centinela respira mi dolor, el centinela eres tú.
Tu vida, la mía, un niño jugando sobre una cuerda floja, los sueños fugitivos que jamás capturamos deambulan pa ra siempre en la estratosfera, al ritmo de una música espectral
Nos miramos de reojo en la oficina gris como tu uniforme del penal, un juez nos apresura, tiene prisa, es hora de firmar el divorcio de una vez Cojo el bolígrafo vigorosamente, escribo a ojos cerrados Haces lo mismo sin du dar Luego nos vamos, por distintos caminos, tras la ninfa indómita de la libertad
Tú rostro nacarado, tu severa mirada contemplan cada día mi triste despertar.
Asomada al balcón de tu nívea gorguera !Señora de Pastrana!
¿Qué pensarás de mí?
Acaso me dirías, si en pretéritas horas me hubieras conocido:
¡aleja tus temores! ¡olvida tus tristezas! !Levántate princesa de tu propio destino!
Tú que tienes dos ojos y un claro entendimiento no rumies la traición, ni el desamor ingrato.
Antes haz como yo:
Intriga, lucha, medra, conspira si es preciso. No te des por finada.
No pases a tu historia como cobarde fémina. Luce altiva tu frente.
Ya ves. Yo fui, la única insigne tuerta de mi época.
¡Pero no me arredré!
Te acompaño en tu alcoba, ya en tantas alboradas, que casi te distingo como mi camarera o mi dama más fiel.
No te dejes hundir por mezquinos ardides.
La vida es felonía. Yo bien que lo sufrí.
Más le presté arrojo a mi único ojo.
Fui Ana de Mendoza.
Fui mi dueña.
¡Hasta el fin!
Racheado es el primer poemario de la escritora y amiga María Cruz Vilar Ruiz que acaba de publicar, en mayo de este año, la Editorial Manuscritos La edición es muy cuidada como es característico en todos los ejemplares que salen de las manos de Elena Diez de la Cortina Montemayor, su directora
La obra se divide en cinco bloques, cinco ráfagas de distintos vientos: levante, cierzo, poniente, gregal y terral Cada uno de ellos está encabezado por una representación gráfica unas excelentes acuarelas de Elena Sainz Paso a analizar cada uno de ellos:
Este viento acompaña a la autora en un viaje dual (interior y externo) iniciado en Thule que bien podría ser un lugar mitológico o bien las Islas Canarias y finaliza en el cementerio Père Lachaise de París El agua, el mar y sus tormentas son protagonistas y testigos de sus introspecciones existenciales y de la expresión de sus sensaciones más íntimas:
I Madre de las madres principio y fin en el que habito derramada en lo que soy.
Y, en medio de este universo itinerante y especulativo, la poesía, como centro y viento gravitatorio:
[CAUCE]
V Naufragas entre conchas y algas que el agua vomita en la orilla donde se amontonan palabras palabras palabras.
La siguiente corriente de aire, el viento portador de historias /que acunan lamentos1 prosigue con la percepción de emociones provocadas por su conexión con la natura leza: Como piedra musgo renacuajo/ me integro /en su mojado paisaje2 y continúa con la expresión de sus anhe los: busco en la luz / rastro de sueños3 El paso del tiempo es otro de los temas recurrentes en este bloque El deseo de permanecer, de trascender en el absurdo paso de contar el tiempo4 lo podemos ver en [EN EL BALCÓN] y el tiempo que se hace corteza /años/ en las cicatrices del tronco5 en [BAJO EL PINO] También la noche y la soledad muchas veces aliadas se hacen patentes en algunos poemas, como en el siguiente:
La noche pinta el cristal vacío dentro y fuera del tiempo espacio un verso en un poema VENTANA respiración de muros espejo soledad ajena.
El cierzo seguirá racheando como el anterior levante alrededor del mar, de la isla del relato en [LORINA] o sobre la isla de La Palma:
[LA PALMA]
Tras la muralla negra de piedra […] alborotan los pájaros y los lagartos y el viento repite voces ecos de palabras perdidas […]Esto sólo es el Paraíso6
Este apartado lo destina María Cruz Vilar a homenajear y recordar a sus amigos, familiares y artistas que han pasado por su vida, de forma presencial o a través de sus obras Así encabeza este bloque:
[PONIENTE]
emerges donde la luz declina rastro de pasado que unifica presentes.
[14 DE ABRIL]
Es un profundo acto de veneración hacia su padre que se une al recuerdo de otras personas como Joachim Patinir, Carmen de Inés, Anny Forer, Pilar Sagarra, Monir… a los que dedica un poema con la descripción e interpretación de sus obras écfrasis . El compositor Mikis Theodorakis es objeto de su admiración como también lo son Góngora Jorge Manrique y Eduardo Berti.
Transcribo aquí un poema que ha llamado mi atención por su valor estético y por conocer a la persona a la que se lo dedica:
A Ana María López Expósito
Azules eran azules luceros de madrugada cosidos en el río dormidos en la escarcha en la hondonada caballos grietas, sangre lágrimas al cantar de los gallos un tajo de luz lo apaga, ciega tras la loma baila la luna aurora de verdiales en el barranco la noche, duquelas del viento silencian el agua. Sobre el barro mariposas negras tejen la mortaja.
Los textos, en su mayoría poemas, de este bloque conducido por el viento gregal corriente favorable portadora de esencias y demás gérmenes que globalizan la tierra está dedicado a los trabajos que la autora compuso en tiempos de pandemia Es un diario íntimo y personal donde los miedos, el vacío de las calles, la incertidumbre, los recuerdos y las especulaciones están fechados ‘para que conste y surta los efectos oportunos’, que no son otros que abrir al lector el cuaderno de bitácora del confina miento de una poeta El texto que propongo en esta ocasión es un poema que ensalza el aire, invisible elemento esencial que nos rodea y del que depen demos:
[AIRE] (25/3/2020)
Remolino de papeles baile de plumas crujidos el llanto del recién nacido el vaivén de las hojas la monotonía de las aspas el escalofrío de la corriente la inquietud del mar …
Sin inocencia, todos dependientes sometidos al dios invisible AIRE a quien reverencio cada vez que respiro.
Viento que siembra relatos, como lo presenta María Cruz Vilar, y que recoge la producción de escritos pertenecientes a otra de las facetas lite rarias de escritora: relatos breves, cargados de curiosidad, fantasía y, a veces, rozando la prosa poética Finaliza la autora volviendo a la lírica, en sus últimas páginas, con algunos poemas como el siguiente, que va destinado a ensalzar al viento cómo no :
Delicado en el temblor de la hierba doblegas olas azotas árboles y prendes la arena del desierto aúllas en las noches cantas a la madrugada portador de historias que sólo tú conoces barres sueños con hojas otoñales, hielas cumbres y levantas tejas nada te es ajeno […]
A ti sujeta enajenada al eco de tu voz antigua me envuelves y te adentras hasta el último resquicio de mi aventada existencia.
La poesía de María Cruz Vilar Ruiz se caracteriza por expresar impresiones personales, evocando instantes introspectivos y sensaciones de un espíritu inquieto y creativo Prueba de ello es el dominio de los espacios y los silencios que aparecen en sus poemas:
[HORA PUNTA]
Con cada paso retrocedes anegada en torrentes secos la espera es fronteriza, descarnada la lucha por evadirte del reloj del andén. Por ser diferente.
Cierro los ojos. El olor a lluvia
Me trae otra tormenta7
Además, posee un eficaz manejo del yo poético, con el que es capaz de comunicarse en distintos planos espaciales El más cercano está en primera persona
El siguiente nivel sería la utilización de la segunda persona, como un yo en perspectiva que observa más lejano en este caso a un ‘tú’ que bien podría ser la propia poeta, una persona imaginaria o un elemento de la naturaleza, como en este caso la nieve:
Sutil derramas silencio y unificas paisajes sin conciencia agresora de tu helador abrazo8
[PULSO]
I Avanzar por el hilo aun sabiendo que se quiebre. II
Ignorar recorriendo el camino del calendario con la certeza de la última hoja. […]
Finalmente, hay que destacar, además del empleo de la tercera persona con intención explicativa o narrativa, el uso de los infinitivos para describir acciones de forma distante, alejada, como si la realidad se observara desde una perspectiva cenital:
Excelente trabajo el de María Cruz Vilar, que se estrena en el ámbito de la lírica con muy buenas expectativas. Enhorabuena por su trabajo y espero que vuelva pronto a publicar nuevas obras.
Notas: 1: De su poema Cierzo. 2: De su poema En el río. 3: De su poema Deseo. 4: De su poema En el balcón 5: De su poema Bajo el pino. 6: De su poema La palma. 7: De su poema Junio 8: De su poema Nieve
La publicación Petit Courrier des Dames, fue un referente de la moda en el siglo XIX, a través de la presentación de grabados de la moda parisina Hoy en día, estas ilustraciones están consideradas como auténticas obras de arte En la imagen se aprecia una publicación del 10 de enero de 1851
El lirio roto del tiempo se me deshoja en la noche, despacio, como una madeja de luna sobre los labios. Su beso tibio de arena se hace como una montaña.
En su casual huida hacia la fuga eterna quiero dotarle de un alma, llegar al fondo del laberinto triste de la rosa. Desbaratar el cauce de la hoguera y su quejido. Tomar desde tus ojos el océano. Herirte en los labios y en la mirada como te hiere el mar, con su quejido húmedo de soledad y silencio. Sus suaves labios de arena me besan la cintura y los tobillos, como un amante triste y lento que anhela de la luna alguna lágrima o de la dulce rosa blanca su quejido.
El mago que alienta con sus oscuros labios de cristal la noche. El que ha engendrado el círculo de la luna.
Antiguo guerrero del sol que trae el alma rota por la batalla.
El imparable donante del movimiento. La gota presa en el mar con su quejido eterno. Como un gemido, o una lágrima que se desliza, lentamente va cumpliendo su ritual:
Pasar por cada poro y expandirlo.
Cortar de las montañas su cintura.
Agotar de las gardenias el perfume. Enardecer el canto lento del silencio. Gestar la personal esencia de la tarde.
Limpiar el permanente llanto del rocío.
Hacer soñar a las pequeñas cosas su gigante sombra, y en la irradiante luz, al universo arder desde el crisol de un astro.
Por la entramada sombra de una duda, el tiempo pasa con su andar cansado. Entre sus labios canta un gorrión triste rozando el ala rota por la tierra.
Para alguien guardará su corazón de lánguida cadencia, y en alguien posará sus destrozados pies que no descansan. Inventará de nuevo los oscuros cantos de la noche, y volverá a traer caricias y palabras. Sobre el Leteo azul se bañará y agotará su risa eterna en la corriente, para luchar, para sentir, para pasar, pasar, antiguamente pasar, inmensamente pasar, como un cálido arrullo que en la brisa llega, como un tormento oscuro en la pupila. Como un repetido compás atado para siempre a un nuevo esclavo, irá a dormirse a la rama más lejana, y soñará que besa, suavemente, los aterciopelados labios de la orquídea negra.
Ya es hora de bucear entre toda la información que he encontrado sobre nuestras gráciles criaturas y me faltará espacio, como siempre Estas náyades del mundo animal no podrían ser otras que libélulas y damiselas (también llamadas caballitos del diablo) y a ellas va dedicada el artículo de agosto Comenzaré, pues, por la parte científica y dejaremos para el final las referencias culturales y otras que poseen un cierto toque de misticismo
Tanto las libélulas como las damiselas pertenecen al Orden de los Odonatos y cada una de ellas, a subórdenes diferentes Pero a nosotros nos da casi exactamente igual estas subdivisiones, pues son irrelevantes para el relato Sólo daré un par de detalles que las distinguen, pues el resto (morfología, ciclo de vida, alimentación…) es totalmente idéntico La principal diferencia es la postura de las alas cuando están en reposo Las libélulas las dejan extendidas, mientras que las damiselas las pliegan También difieren en la ubicación de los ojos; en las libélulas suelen estar más juntos y al frente de la cabeza, en las damiselas tienden a tener la mayor parte en los laterales
Imagen de Mikael Buck. Sout of the Dragonfly
Criatura quebradiza en apariencia serás siempre la reina del remanso, curioso predador de cien mil ojos, bella herencia de un tiempo cuaternario.
- Joaquín Galán -
Son unos ojos fascinantes, compuestos por más de treinta mil facetas hexagonales minúsculas y cada una de ellas tiene su propio cristalino y retina, lo que les permite controlar los 360º de su alrededor sin mover la cabeza Más que ver lo que hacen es sentir todo lo que se mueve en torno suyo Ocupan alrededor de 2/3 de la cabeza
Alcanzan una velocidad de 60 km/h, llegando algunas especies a los 100 km/h y sólo realizan unos 30 aleteos por minuto (moscas y mosquitos necesitan más de 500)
También pueden volar grandes distancias, siempre en pos del agua La especie Pantala flavescens llega a recorrer más de 17000 km, una cantidad que excede en mucho a la muy afamada migración de la mariposa monarca (algo más de 4000 km)
Como el resto de los insectos su cuerpo está formado por cabeza, tórax y abdomen El abdomen es largo y estilizado, compuesto por unos diez segmentos y acabado en unos apéndices que se usan en el apareamiento El tórax es el centro de la locomoción pues en él se juntan los tres pares de patas y los dos pares de alas Las patas no les sirven para caminar, sólo para agarrarse a las plantas cuando están en reposo y para atra par a presas o a la pareja durante la cópula
Son unas auténticas acróbatas del aire, pero también están sujetas a la presencia del agua en sus vidas Sus primeras fases de vida (huevo y larva o ninfa) están ligadas al agua La larva es una predadora agresiva, igual que los adultos. Esa voracidad hace que sean un más que eficaz remedio para acabar con las plagas de mosquitos, pero siempre que las aguas estén en perfecto estado de pureza, pues son muy sensibles a cambios en el pH, la temperatura, la presencia de contaminantes y la cantidad de agua que circula Es muy curioso saber que la mayor parte de la vida de estos insectos se la pasa en el estado de ninfa pues al no tener una metamorfosis completa (no pasa la etapa de pupa) necesita hacer muchas mudas hasta llegar a convertirse en adultos El tiempo del ciclo de vida depende de la especie, desde 6 meses hasta unos cinco años, siendo la fase adulta la más breve (unos dos meses de media)
Las alas se caracterizan por ser transparen tes, membranosas y bastante estrechas En las libélulas, el par superior suele ser algo más estrecho que el inferior; en cambio, en las damiselas ambos pares tienen una anchura similar Su frágil apariencia esconde una enorme potencia de fuerza, equilibrio y velocidad Pueden aprovechar la más míni ma brisa y al mismo tiempo resistir fuertes vientos en contra Al contrario que otros insectos, las alas no están articuladas y pueden batir las anteriores y posteriores de forma simultánea o alternada en diferentes fases del vuelo, lo que deriva, respectiva mente, en una mayor potencia con mayor coste energético, al despegar, y en una potencia y coste menor, durante el vuelo También les permite volar en todas las direcciones, incluso hacia atrás y realizar giros extraordinarios
Me gustaría resaltar la conocida postura de apareamiento, que forma una figura que a veces recuerda a un corazón (esa necesidad imperiosa del ser humano por antropomorfizar el mundo) Y también los dos tipos de vuelo que los machos realizan: el de caza, a lo largo del río y realizando bucles a toda velocidad, y un segundo, donde se colocan perpendiculares a la orilla y se mueven en círculo sin cambiar esa posición (defienden su territorio y atraen desde allí con sus colores a las hembras, peleando con los machos rivales)
Existen libélulas desde hace más de 300 millones de años, es decir, aparecieron mucho antes que los dinosaurios ya extinguidos, aunque en aquella época eran bastante más grandes; se han encontrado fósiles con una envergadura de alas de casi un metro Esa continuidad a través de los tiempos ha hecho que en muchas culturas antiguas sean consideradas como un símbolo
En los nativos norteamericanos son un símbolo de felicidad, velocidad y pureza, ya que según ellos se alimentan directamente del propio viento Según otras fuentes, las deificaban como las almas de los muertos y como símbolos de pureza y transfor mación, también de victoria, poder y prosperidad.
En China se asocian con la prosperidad, la armonía y la buena suerte
En Japón son muy apreciadas y para ellos simbo lizaban el poder, la agilidad, y por encima de todo, la victoria; siempre han estado asociadas a los sa muráis
En los pueblos birmanos nativos se lanzaban regularmente libélulas en las aguas cercanas a sus poblados, con el fin de controlar las poblaciones de mosquitos que causaban la fiebre amarilla
En cambio, en el folklore inglés y germánico se las denomina picadoras de caballos
En la actualidad están de moda en el campo de las paraciencias, identificándolas con sueños, pensamientos, subconscientes, superación, positivismo y demás jergas usadas en estas materias
Ya estamos llegando al final. Actualmente existen miles de especies, pero comienzan a tener problemas de super vivencia por culpa de la degradación ambiental de los hábitats en que acostumbran a vivir Son unos insectos, además de hermosos e inspiradores, totalmente inofensi vos para el ser humano, no pican ni muerden A cambio nos limpian de moscas y mosquitos que viven en su entorno, evitando la propagación de enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla Como siempre me quedan cosas por contar y fotos que compartir, lo avisé desde el principio y aún así excedo bastante de las recomendacio nes sobre el espacio.
Sólo me queda añadir que dedico este artículo a todas esas personas que adoran a las libélulas y damiselas Cuidaos y sed felices
Fuentes y Referencias: Animales normales, Biopedia, Blasting News España (Cesar Brayllan Fernandez), Blog Paisajes que retornan (Joaquín Galán), Blog thinkbig Proyecto DragonflEye (Javier Del Castillo), Crónicas de Fauna, Crónicas de un Ammonite (www dragonfly site com, www insects about com, www ucmp berkeley edu, D P Troast), Culturizando, Curiosas mentes, Decoración y Jardines, El Economista (Agencia SINC), El Mundo, El Universal, Factoides, Guía de Jardinería, Iagua (Enrique Castellanos), La Flecha, La Vanguardia (Elena Martínez Batalla), Le Frontal (Manuel G ), Libelulapedia, Mis animales, Muy Interesante, Nuestro clima (National Geographic), OK Diario (Gemma Meca, joyas de Thomas Sabo), Paradais Sphynx (Johanna Moreno), Quo (Juan Scaliter), RTVE (Departamento de Ecología y Biología Animal de la Universidad de Vigo), Smart Grids Info, Soul of the Dragonfly
Si me dejo habitar por el alma de las cosas en mis ojos suspiran los colores del alba, mariposas azules florecen en mi aliento, aletea en mi frente la honda voz de los montes, dentro del mío abre su corazón el viento.
Si me abro al olvido hasta volverme cóncava, el sol viene a esconder su perfume en mi pecho, vuelan en mi sangre los pájaros del bosque, las estrellas se alumbran del hilo de mis sueños y del fondo de mi alma bebe su luz la noche.
Y nada de los que existe me es extraño porque el mundo es mi casa.
El canto transparente del mirlo serpenteaba en el aire. Llegaba desde lejos como un río flexible y ondulado. Claridad del canto y claridad del alma que la palabra convierte en una sola, misma cosa.
ara muchos críticos, y no seré yo el que les contradiga, el mejor cine que se hace en estos momentos está en las series de TV Y no es que no se hagan buenas películas, sino que la abundancia de buenas series, incluso magnificas, le ha otorgado en estos momentos la primacía en el mundo del audiovisual
Nuestra compañera María Espílez dedicaba la primera de sus colaboraciones para esta revista digital al icono de Metrópolis de Fritz Lang Nos recordaba sus an tecedentes en un periodo histó rico de sumo interés, así que aprovechando la emisión actual de la tercera y última temporada de la producción más costosa en
la historia de la televisión ale mana, la muy recomendable Babylon Berlin, que se sitúa preci samente en esa misma época del periodo entre guerras de la Re pública de Weimar, vamos a hablar de una de ésas joyas de la TV de todos los tiempos, Berlin Alexanderplatz del dramaturgo y realizador alemán Rainer Werner
En nuestra colaboración de fe brero de 2020 para Encima de la Niebla hablamos de Godard, quien decía que el cine es la ver dad 24 veces por segundo, a lo que Fassbinder le replicó, que pa ra él el cine es la mentira 25 ve
ces por segundo
Se suele aceptar, y es un criterio que comparto, que la gran época de las series de televisión comien za con TWIN PEAKS de David Lynch Pero ello se debe prin cipalmente a la innovación formal en el tratamiento de la imagen, de la narración y sus protagonistas, más que al hecho de que fuera la
primera gran serie, ya que antes hubo grandes series como Berlin Alexanderplatz El autor de la no vela en la que se basa la serie, Alfred Döblin (1878 1957), estudió medicina y se especializó en psi quiatría en Friburgo y también se interesó por la filosofía Tras sus estudios, trabajó como periodista
en Ratisbona y Berlín, antes de ganarse un puesto como psi quiatra precisamente en el barrio de clase obrera de Alexanderplatz que llegó a conocer muy bien
Alfred Döblin escribió Berlin Alexanderplatz en 1929 y se con sidera una novela moderna, no solamente por la ruptura con la idea del héroe ejemplar, que aquí es un pobre obrero de escasas luces pero buenas intenciones, sino también por la ruptura de la tradicional estructura cronológica del relato, utilizando nuevas ma neras de narrar como potentes monólogos interiores con distintos puntos de vista y por el uso de nuevas técnicas, incluyendo des de textos de canciones a titulares de periódicos, etc
La lectura de la novela es muy recomendable pero después de ver la serie, ya que gracias a su extensión puede profundizar en muchos personajes y situaciones a los que la serie no puede llegar
La historia se sitúa como de cíamos antes, en el barrio de clase obrera de Alexanderplatz, en el Berlín de los años 20, y cuyo centro es la plaza del mismo nombre, hoy desgraciadamente irreconocible y una decepción para el que vaya a visitarla La narración comienza con la salida de la cárcel del protagonista Franz Biberkopf Döblin describe su búsqueda por los bajos fondos de Berlín de un trabajo digno, que le ofrezca un futuro para redimirse de su pasado de delincuente La obra está ambientada como decí
amos antes en la República de Weimar en el periodo que se vivió en Alemania después de la Pri mera Guerra Mundial (1914 1918) o cómo se decía entonces la Gran Guerra, porque todavía no sabían que iba a haber una Segunda Nos muestra la pobreza y la miseria de los trabajadores junto a la opulencia de las clases altas, en medio de la lucha de clases entre los trabajadores, sus sindi catos y la patronal con sus mato nes y el auge del nazismo utiliza do para aplastar al movimiento obrero La obra posee ese espe cial aroma nostálgico de la gran literatura centroeuropea, del an helo de algo que pudo ser, pero no llegó Alcanzó un gran éxito en su momento y más tarde Günter Grass la calificaría como la mejor novela alemana de la época mo
derna Indudablemente es una novela extraordinaria de lectura muy recomendable como decíamos antes Tuvo una primera versión cinematográfica con guion del propio Döblin que llegó a estrenarse en España con el título de Hampa (1931) Pero la que todo el mundo considera la mejor adaptación es ésta de Fassbinder, la cual llegó a estrenarse en los cines de Nueva York con un montaje más corto Estamos por tanto ante uno de esos raros casos en que la novela es magnífica y la película… también. Además, hay que destacar que el propio Fassbinder realizó no sólo la dirección sino también la adaptación del guion y eso se nota para bien en el desarrollo de la serie
La ambientación es uno de los grandes aciertos de la serie, pues recrea con precisión los sórdidos submundos en los que se desenvuelve el protagonista cuya interpretación realiza de manera excepcional Günter Lamprecht con su corpulencia y buen hacer, dotándole de esa tristeza en su búsqueda, mezcla de bondad que a la vez infunde temor, y que lo convierten en uno de esos personajes inolvidables para el espectador o para el lector Los demás actores están a la altura, destacando una gran Hanna Schygulla que ya había trabajado con gran éxito con Fassbinder en Las amargas lágrimas de Petra Von Kant y El matrimo nio de María Braun y al año siguiente lo haría en la inolvida
ble Lili Marleen En el resto del elenco encontramos los habituales y sólidos colaboradores de las películas del director como Gottfried John, Irm Hermann o el propio Fassbinder, de los que consigue sacar los más finos mati ces
La serie está disponible en algunas plataformas digitales como FILMIN o en video/blu ray, consta de 14 capítulos de una hora de duración salvo el primero que hace la función de piloto de 82 minutos y el último, un epílogo de 110 minutos, aunque a veces en la información que facilita la carátula de resumen sobre ambos episodios pone 60 minutos, es erróneo y al comenzar la reproducción informa de los minutos reales en ambos casos Igualmente reco mendable es la lectura del libro de Ediciones Cátedra dedicado a Fassbinder de Yann Lardeau, si queremos pro fundizar en su obra con un completo y exhaustivo análisis del director alemán
En definitiva, un complemento magnífico para ver con la actual Babylon Berlín, leer la novela y revisitar o ver por primera vez según el caso de cada uno, una de las mejores series que se pueden disfrutar en estos momentos y de visión obligatoria para todo buen aficionado
Mis vacaciones en Chiloé, un archipiélago del sur de Chile, han sido experiencias muy significativas en mi vida Tenía quince años cuando Magda, una compañera de cole gio, me invitó a veranear con su familia.
En esa ocasión todo era nuevo para mí: primera vez que me separaba de mi familia y viajaba tan lejos, 800 km en tren hasta Puerto Montt y luego en un avión cuadriplaza para llegar al destino final: la isla Apiao
El viaje en un coche dormitorio del tren nocturno me hizo sentir la protagonista de una película Sentadas en có modos asientos con una mesa, jugamos con naipes, disfrutamos el paisaje y por la ventanilla veíamos pasar los postes en dirección contraria De noche, al regresar del coche comedor, nuestros camarotes estaban preparados para dormir, arrulladas por un suave vaivén y el rítmi co chucu chucu del convoy sobre los rieles. A media ma ñana, el rechinar de sus ruedas y el sonido del silbato nos anunció la llegada a la estación final Nos esperaban para llevarnos al aeródromo Magda y yo nos subimos a un pequeño avión para cuatro personas
Cuando el piloto despegó, sentí un vacío en el estómago, sudor en mis manos y los latidos acelerados retumbaban en mi cabeza La poca altura alcanzada y la sensación de inestabilidad hizo eterna la hora y media de viaje Y al aterrizar, el piloto posó las ruedas con grandes saltos y una brusca frenada ¡Creí que mi estómago saldría expulsado! Habíamos llegado a salvo
El papá de mi amiga debía supervisar el funcionamiento de la primera ostricultura del país Esto nos dio la oportunidad de realizar múltiples actividades relacionadas con el cultivo de estos preciados mariscos: colaborar con los biólogos marinos en la alimentación de las larvas, medir sema nalmente las ostras (alto, ancho y largo) y clasificarlas en bandejas
Aprendí a bucear con juca, una experiencia única e inolvidable Al sumergirme de golpe en el mar percibía la falta de oxígeno y el frío del agua que se filtraba por el traje de goma negra Lo superé rápido ante la impactante visión del fondo marino con sus variados mariscos y peces, plan tas y plancton
Recorrimos la pequeña isla en pocas horas Los escasos lugareños nos acogieron y compartieron sus experiencias de vida con nosotras. Las mujeres trabajaban la tierra, cuidaban sus animales y reparaban los techos para el crudo invierno Los hombres pescaban o mariscaban para aportar con alimento proteico
Una vez por semana viajábamos a la Isla Grande en el Carlos Darwin, un barco pequeño Teníamos que zarpar temprano pues tardaba entre cinco y siete horas en llegar a la ciudad de Castro, dependiendo de la marea: si estaba tranquila o agitada Durante la travesía, nos entreteníamos mirando al grupo de “toninas”, delfines chilenos que salta ban sobre la estela espumosa que dejaba el barco
Cecilia Byrne «Entre lo sacro y lo profano». Óleo sobre tela, 50 x 100 (2021)
El puerto de Castro me subyugó desde el primer instante con sus pintorescos y coloridos “palafitos” (casas levan tadas sobre el agua) Sus reflejos dan una mágica sensación de espejismos, así es que los plasmé en una pin tura: Los coloridos palafitos de Castro en Chiloé
Cada viaje a esa ciudad era una excusa para recorrer el mercado de artesanías para comprar souvenirs tejidos de lana, cestería y objetos tallados en madera para mi familia y amigos, costumbre que se arraigó en mí. Para agasajar a las visitas, es tradición preparar un curanto en hoyo, que consiste en un hoyo en la tierra, lleno de piedras grandes previamente calentadas donde se cocinan capas de mariscos almejas, machas, picorocos carnes de cordero, pollo y cerdo, embutidos y papas, que se tapan con unas enormes hojas de nalca, una planta nativa Se acompaña de “chapaleles” y “milcaos”, especie de tortillas de papas con harina de trigo, íconos de la gastronomía chilota
Esa vez a nosotras nos encomendaron la tarea de sacar las lenguas de erizos de su caparazón para preparar aperitivos y degustarlos con cebolla y perejil También seleccionamos las ostras de mayor tamaño para los comensales.
Años más tarde viajé con mis hijos de 8 y 14 años En esta ocasión lo que nos sorprendió fue la coexistencia de lo mítico y lo místico: lo sagrado y lo profano, en esa comu nidad apartada de Chile continental Hoy lo plasmé en la siguiente obra: Entre lo sacro y lo profano Nos llamó la a
tención la religiosidad manifestada por sus iglesia y festividades católicas En varios lugares visitamos sus originales iglesias de madera del siglo XVII declaradas Patrimonio de la Humanidad Nos llamó la atención que estuviesen construidas mirando hacia el mar y los vistosos colores utilizados para pintar sus fachadas de tejuela: rojo bermellón, amarillo cadmio, azul eléctrico. Al levantar la vista y observar su bóveda daba la impresión de ser un barco invertido
Hubo noches de lluvia torrencial donde el agua caía y rebotaba de abajo hacia arriba, lo que hacía imposible salir a recorrer el lugar caminando Entonces, organizamos ter tulias con lugareños que giraban en torno a mitos, leyendas y creencias populares de la mitología chilota; narrativas que han pasado de generación en generación y son sólidos argumentos para tratar de convencernos del poder de algunas divinidades marinas y terrestres En mi obra repre senté a tres:
La Pincoya, descrita como una joven hermosa, de cabellos dorados y vestida con algas, viviría en las profundidades del océano y sale a la superficie a bailar para alertar a los pescadores, de acuerdo con la orientación de su cuerpo, si la pesca es abundante o escasa Se destacaría por su bon dad, sembraría el mar con múltiples variedades de peces y mariscos, apaciguaría el mar cuando sus barcas son a trapadas por las tormentas; guiaría a los náufragos para que regresen a sus hogares sanos y salvos, pero si fracasa en su intento, transportaría con ternura sus cuerpos
Cecilia Byrne «La minga de tiradura de casa» . Óleo sobre tela, 50 x 100 (2020)
muertos hasta el Caleuche, donde ellos revivirían como tripulantes
El Caleuche, barco fantasma semejante a nuestro inconfundible buque escuela ”Esmeralda” Visible en días de neblina, se anunciaría por ruidos de cadenas y música de fiesta Según la leyenda, recogería a los náufragos muertos para que vivan allí para siempre, rodeados de fiestas y celebraciones
El Trauco, un hombre horrible, muy bajo, de cortas piernas terminadas en muñones, que porta un bastón retorcido y una pequeña hacha de piedra Su vestimenta y sombrero
Es un trabajo muy complejo: primero hay que sacar los cimientos de la casa y acomodarla sobre vigas de madera que funcionan como trineo Luego, la casa se ata a una yunta de bueyes que la llevan hacia otro lugar Cuando hay que atravesar agua, se utilizan flotadores que son tira dos por lanchas Luego, la familia que recibió la ayuda, arma un gran curanto u otro tipo de festejo (mucho comes tible y bebestible) para todos los que cooperaron
Por ser un evento social muy atractivo, se permite la pre sencia de turistas, así fue como lo conocí y quise difundirlo a través de mi pintura: La minga de tiradura de casa El propietario de la quería cambiar isla vecina,
esposo, para evitar la deshonra, el hecho, sin duda, se atri buye al Trauco ¡Los hijos del Trauco son innumerables!
Hace pocos años, en mi último viaje, como adulta mayor volví a ser sorprendida con una actividad solidaria única: La minga de tiradura de casa
Minga es una tradición de la zona chilota que consiste en realizar un trabajo colectivo y voluntario para ayudar a los vecinos que no pueden pagar “mano de obra”: para la cosecha, una construcción o (lo más interesante y pinto resco):trasladar una casa completa, con muebles y to do, de un lugar a otro, por tierra ¡o por mar!
invitó a todos los participantes a comer una sabrosa comida típica acompañada con chicha de manzana, al son de música folklórica con guitarra y acordeón Todos termina mos bailando felices con la satisfacción de haber contri buido con un granito de arena en esa magna tarea
Viajar a Chiloé siempre será una aventura pintoresca.
Y mágica.
Se asoma por los cerros, estalla en los brotes de los frutales y en la hierba de los caminos. Pinta al campo como a un cuaderno infantil y canta en las acequias, en el río, en el alboroto de las ranas y en la algarabía de los pájaros. Impetuosa, arrastra nostalgias de inviernos vencidos y regala abriles coronados de flor. Nada es ajeno a su ímpetu, a su manto vital, a su rastro de naturaleza invasora.
Pobladora de grietas y charcos se hace sublime en el embriagante perfume de unas manos, y en el dulce roce de un beso.
¡Al que madruga Dios le ayuda! dijo despegando la pereza del cuerpo al comenzar el nuevo día.
Las sábanas blancas, antiguas, se quedaron solas conservando el calor de su piel que el transcurrir de la noche había apurado La casona, rezumando sombras, amaneció del silencio con la voz familiar de la radio Y otra vez los mismos movimientos: la fuerza de la costumbre, lo cotidiano aprendido
Se espabila con el agua fría sobre la cara, en el cuello, en las axilas, en los brazos y en los pechos grandes y caídos; se mira detenida en el espejo, ante la imagen casi desnuda, con el interrogante de quien no se reconoce al pasar del tiempo, sin poder evitar la tristeza al observar las formas que en soledad se marchitan Luego, las primeras oraciones antes del desayuno y la tarea diaria de limpiar lo limpio mientras se desgranan las horas
Es domingo. No hay nada especial que hacer, será la misma rutina, pero es fiesta y siempre se ha de guardar Si la lluvia lo permite, al caer la tarde paseará con las amigas por la carretera que une el pueblo con el exterior, apenas dos kilómetros por los que ir y venir hasta que la noche las mande de vuelta a la casa y a la cena ante un televisor que la abre al mundo
Hoy hay misa a las doce y Remedios se viste como corresponde Coqueta, se aplica
unas gotas de colonia de un frasco que guarda cui dadosamente en el armario envuelto en un pañuelo con dibujos de mariposas
La primavera revienta de flor en el camino y el aire suave de marzo huele a azúcar de almendra
¡Hala, hala, a misa, que ha tocao ya la tercera!
¡Chica, que no la oí, con los chiquillos gritando que ni me entero!
Con el jaleo que preparáis en casa cuando te llegan los nietos, lo raro es que la oyeras. ¿Te vienes?
¡Tira, tira, que aún tengo que componerme!
Sube la cuesta hacia la iglesia, donde el reloj hace rato que dio el tercer cuarto y una campana repite que la ceremonia va a comenzar
Buenos días dice bajito, hasta colocarse como siempre, junto a las otras mujeres con las que ha crecido Cuando eran pequeñas, su sitio estaba delante, junto a la madre, luego, con las amigas al fondo; ahora que el tiempo corrió por los bancos de la iglesia, le corresponde ahí, en primera fila
¡Con las viejas, maña, con las viejas!
Ya nos ha tocao estar las primeras
¡Otra, peor sería no haber llegao!
Pues aquí, las primericas, para ver mejor al señor cura comenta una mujer sin levantar la voz, mientras Remedios se sonroja Los asistentes, en su mayoría mujeres, aguardan relajados el comienzo de la ceremonia, mientras la brisa se cuela por las rendijas de la puerta desvencijada, incomodando a las velas
Remedios reza de rodillas con las manos juntas clavando la vista al frente
Huele a viejo de las últimas humedades y a cera ardiente pero, en los rayos de luz que penetran por la ventana del coro, entra arrogante la primavera
A veces, se imagina llamada por coros celestiales:
¡Remedios, Remedios, subirás a la Gloria, pero no dejes el rosario y la novena y pon flores en el altar, y no te olvides de las limosnas!
Convencida, hace de su entrega un porqué para seguir viviendo.
Solemne, aparece el cura junto a un monaguillo desganado; las mujeres, sorprendidas, murmuran disimuladamente:
Pero ¿tú has visto? ¡Que otra vez no ha venido don Esteban y han mandao a este principiante!
Calla chica, que principiante o no, por el seminario ha tenido que pasar y estudios no han de faltarle
Que meseó, a éstos, con eso que dicen de la crisis, los ordenan en cuatro días
Si es que el pobre don Esteban está mucho malo, aunque haga esfuerzos para venir todos los domingos
Que sí, chica, que sí, que se va a morir celebrando y a alguien nos han de mandar, que estos menesteres no los hace cualquiera
Ya no saben de qué país traer, a este paso, cualquier día celebra un chino
Y éste, ¿de dónde será, tan morenico?
Todas se ríen muy bajito, y el oficiante: mulato, cuarentón y deslumbrante con la casulla, inicia con voz melosa y cercana la Santa Misa.
Las mujeres se van metiendo en el trance del culto y, más serenas, se repliegan a la vez que participan
Remedios, que se mantenía orante y abstraída, se sor prende al levantar la cabeza y sentir la mirada de un hombre que fijamente le habla Remedios se inclina cla vando la vista en el suelo y, con las manos prietas en su viejo misal, nota un calor que la recorre toda
Otra vez los sofocos se reprocha, conteniendo la saliva, mientras los sudores se pasean por las entretelas Menos mal que huele a agua de rosas de la que guarda en el armario.
El cura desarrolla cada escena y cada diálogo, sometido
todo a la fuerza de su presencia, sobreactuada por un dulce acento caribeño que Remedios escucha como llegado de otro mundo Remedios intenta concentrarse en la oración pero se revela el instinto y, al levantar la cabeza, ve: el Paraíso. Los calores han ido ce diendo dejándole el cuerpo humedecido El viento sua ve se cuela descarado por la iglesia Cantan las muje res, y transcurre como siempre el acto religioso Ella está desconcertada co mo no lo ha estado nunca; no sabe bien qué pasa, sal vo el sofoco, ahora ya su dor frío, que le empapa la ropa No puede dejar de mirar a ese hombre, «de ojos de tizón y morro de ternasco», mientras un es calofrío la sacude muy adentro, muy raro, pero ex trañamente complacida
Alguien le da un codazo: ¡Mañaaa!, ¿que no co mulgas?
Remedios sonríe como quien baja del cielo y, entre nubes, camina despacio, arrobada, en busca del encuentro que, en su ensoñación, siente de «amado con amada» Cae de rodillas ante el altar, cierra los ojos y se entrega El olor penetrante del incienso y las velas la elevan al infinito Por un instante, el tiempo se para, no existe, y ella se recrea en el gozo Temblando, se asoma al Purgatorio que le ofrecen unas manos grandes y seguras que pausadamente se acercan a su boca, dejándole oler la piel, suave y cálida, ante la que sucumbe en el éxtasis de un beso
Caudalosa, la primavera se regala de flor en los almendros y se desborda por los bancos de la iglesia
Cuando sonó el timbre y Aurora la conoció, creyó que aquella muchacha de apariencia tímida no iba a tener fuerza suficiente para hacerse cargo de todos sus asuntos Había pedido, si, una asistente, pero se la había imaginado más madura y sin tantos tatuajes
Soy Fátima dijo, fijando los ojos en los de la anciana y especialmente en su boca, coqueta todavía color ciruela
Pasa, no te quedes ahí parada, soy vieja y fea pero no muerdo, gurisa
La muchacha había leído muy bien su contrato y el trabajo parecía sentarle bien Estaba siempre lista para los mandados, le gustaba salir y algunas veces, cuando llovía, prefería descalzarse y chapotear en la calle con alegría casi infantil La anciana la espiaba por la ventana, como olfateando la felicidad ajena para hacerla propia
Un día Aurora, sin mirarle a la cara, le confesó que estaba recluida en su casa cumpliendo una pena judicial que por su avanzada edad evitaba la prisión Había matado a un cristiano Pero Fátima nunca se enteró De espal das, le había resultado imposible leer sus labios
En el año 1522, los ratones de los campos de Autun, en Francia, se comieron todos los cultivos de cebada Los agricultores, ante esta situación tan desfavorable para sus intereses, incluso para su supervivencia, acudieron a la corte eclesiástica solicitando justicia
La corte recibió su solicitud y procedió a la investigación de los hechos Finalmente, viendo que eran ciertos y, presumiblemente, constitutivos de delito, tomó la decisión de encausar a los roedores
La siguiente medida fue la de citar a los ratones al juicio Para ello, se envió a un funcionario al área donde, con más probabilidad, se encontraban los citados animalillos, con el fin de apercibirlos Dicho apercibimiento consistió en la lectura en voz alta de la declaración del tribunal citándoles a juicio
Entretanto, la corte nombró a un abogado defensor de los ratones, que recayó en la persona de Bartolomée Chassenée, un joven abogado que no desaprovecharía la ocasión
Pasado el plazo estipulado, y como era de esperar, los acusados no se presentaron al juicio Pero esa circunstancia no desanimó al abogado defensor, quien se dirigió al tribunal en los siguientes términos: «Solicitoque sea declarada nula la citaciónhecha a los ratones delos alrededores de laaldea, puestoque lacomunicaciónno hasidorealizadadeun modoapropiado Sepone en juego,aquí, lasalvacióno ruinadetodoslosratones,demaneraque debenser notificadostodoslosratones yno solamentelosdelaaldea»
El tribunal aceptó la impugnación del abogado defensor y procedió a ordenar a los sacerdotes de todas las parroquias de la diócesis de Autun que procedieran a citar a todos los ratones de su territorio Como cabía esperar, tampoco en esta ocasión, se presentó al juicio ningún ratón Sin embargo, el abogado defensor no se dejaba intimidar por esta circunstancia. Dirigiéndose de nuevo al tribunal argumentó lo siguiente: «Dadoquelosratonesestándispersosporelcampo,necesitanmástiempoparahacerelviajeal tribunal.Portanto,solicitoqueseacuerdeunplazomásamplioy,comoconsecuenciadeello,se atraselafechadeljuicio.»
Y, tras pasar el tiempo de la moratoria, llegó el tercer intento de celebración del juicio Tampoco en esta ocasión se presentaron los ratones El abogado defensor, de nuevo se dirigió a la corte Esta vez, en los siguientes términos: «Solicito a la corte laprotección de laleypara misclientes,pues no hanpodido asistir aljuicio por temor a ser atacados por gatos hostiles No se puede esperar que pongan en riesgo sus vidasparacumplirconlacitajudicial.»
Sin embargo, esta vez el abogado no pudo detener el juicio con esta nueva argumentación Viendo Chassenée que la corte no tenía en cuenta sus razones, volvió a intervenir:
«Apelo al sentido humanitario de la corte No es justocastigar a todos los ratoncillos por los crímenes de unos pocos. ¿Qué puede ser más injusto que estas proscripcionesgenerales que destruyen indiscriminadamente a aquellos a quienes los tiernos años o la enfermedad les hace incapacesdeofender?»
El vicario, conmovido por las alegaciones de Chassenée y agotado, al mismo tiempo, por sus interminables objeciones, decidió aplazar el procedimiento por tiempo indefinido.
Chassenée adquirió con
ese proceso, una gran notoriedad y reputación como abogado. Tras ese juicio, siguió defendiendo a grupos de desfavorecidos, como el caso de una familia de campesinos a la que consiguió salvar de morir en la hoguera, tras haber sido acusados de herejía por la Iglesia. Incluso, llegó a escribir un libro titulado Consilia en el que explicó cómo debía desarrollarse una defensa apropiada en los juicios contra animales. Bartolomée Chassenée llegó a ser el primer presidente del Parlamento de París y ser muy influyente en el desarrollo del pensamiento jurídico francés del siglo XVI.
Finalmente, Chassenée encontró la muerte de una forma inusual. Murió envenenado con un ramillete de flores en 1541.
Ámame sólo como amarías al viento
cuando pasa en un largo suspiro hacia las nubes. Ámame sólo como amarías al viento que nada sabe del alma de las rosas, ni de los seres inmóviles del mundo, como al viento que pasa entre el cielo y la tierra hablando de su vida con rumor fugitivo; ámame como al viento ajeno a la existencia quieta que se abre en flores, ajeno a la terrestre fidelidad de las cosas inmóviles, como al viento cuya esencia es, ir sin rumbo, como al viento en quien pena y goce se confunden,
Ámame como al viento tembloroso y errante.
El día va tomando forma, se enreda, se desenrolla, así voy leyendo los días en el espacio azulado, cúmulos, cirros, vapores, esponjas que humedecen plantas o pupilas humanas
El día es un texto de luz, algunos tonos grises, multicolor, en perenne movimiento, sin girar en torno a nada en particular Leo y escribo y el día sigue su ritmo, leo meditando, escribo leyendo todo a mi alrededor, de repente en medio de la tarde ventosa en un fondo musical a cargo de Hiroshi Yoshimura con su Wet Land (1993) Full Album, un rostro y nombre olvidados, tan solo una mención peregrina de aquel encuentro fortuito musical, las sombras nos alegran al revisitar los diarios
En la cabaña sin tapabocas desde lo alto, todo a la dis tancia y sin aspavientos El silencio me acompaña, des de que me levanto cálculo cada oficio, ocio, el menú de la semana, echo un ojo a la despensa, me fijo en cada fecha de caducidad, los sodios en las etiquetas,
Excluida cuánto los odio Decido cuál, qué, quién, cuándo, cómo, cuánto y en su justa medida los consecuentes NO, detesto las ambivalencias en todos los sentidos, Llevo las cuentas pendientes, a mitad del día tomo un descanso, me siento y echo un vistazo en fotos al pasado análogo de familia y amistades, aquellos eventos tales como bautizos, cumpleaños, bodas, sepelios, iniciáticos unos, alucinantes y fulminan tes algunos, doy vuelta a pasadías juveniles, hoy veces las jugadas, juegan tomo notas, y mi café con mi cabaña, las nubes se apenas vecinos, algunas patio en patio
Allí estaba entre las plantas y las flores, el ser más cercano al mundo botánico, aquella señora humana, el tapabocas le daba un aire arabesco, acentuando su mirada inquisitiva en busca de la nueva lavanda para su patio, de buen talante y grácil caminar, así caminaría la lavanda, firme y segura de sus efectos sedantes, me dicinales, fragancia y lozanía bien conservada en una edad imprecisa, su rastro de feromonas, sereno y estimu lante, suerte que Grenouille tiene su lóbulo frontal atro fiado
¿Qué le pasa a su cuerpo? ¿Qué suda en la frente herida? Las gotas casi rojizas se deslizan y el hombre tiembla. ¿Dolor? Mucho. Es humano y teme. Los árboles del monte lo abrigan como fantasmas próximos a desaparecer. El dique de sus cejas las contienen pero no alcanza para el respiro. Algunas inundan los ojos húmedos. otrora brillosos, plenos de esperanza. Se nublan y confunden su cauce con el llanto sufriente, eco de todos. indiferentes, impávidos espectadores. Él sabe lo que hay en su horizonte: tiembla, parpadea e insinúa su fuerza. Las gotas son la prueba irrefutable de que la humanidad necesita expiar las crucifixiones repetidas que la degradan sin comprender que somos «el otro».
Su familia emigró a Brasil en 1923, cuando ella contaba con seis años de edad. Más tarde fueron a Argentina. Una vez que se proclamó la Segunda República, regresaron a España Maruja Lara contaba entonces con catorce años y, con esa edad, se afilió a las Juventudes Libertarias de Granada Mas tarde llegaría a ser secretaria del Sindicato de la Limpieza de la CNT
Dos meses después de estallar la contienda, en septiembre de 1936, huyó de Granada y se enroló, como miliciana, en la Columna Maroto Al año siguiente llegó a Valencia donde decidió quedarse Allí se incorporó al Sindicato de En fermeras, poniéndose a trabajar en el hospital número 1 que se hallaba en las in mediaciones de las Torres de Quart En otras actividades, a través de una intensa actividad, llegó a desempeñar el puesto de tesorera y secretaria de trabajo en el Comité Regional de Mujeres Libres, que tenía su sede en la calle de la Paz
Angustias Lara Sánchez era más conocida como Maruja Lara Nació el 11 de septiembre de 1917 en Granada .
En marzo de 1939, terminada la guerra, Maruja Lara, acompañada por su amiga Isabel Mesa, abandonó Valencia para dirigirse a Almería con la intención de seguir hasta Argelia Sin em bargo, estos planes no se cumplieron como ellas esperaban, pues el camión que las lleva ba acabó en el puerto de Alicante, desde don de fueron apresadas y trasladadas al campo de concentración de Albatera Pero pudieron escapar de dicho campo, huyendo a Grana da
Una vez allí, no encontraron un lugar idóneo para poder quedarse y, como consecuencia de ello, decidieron volver a Valencia Una vez en la capital del Turia, partieron hacia Mallorca, para pasar después a Barcelona y retornar de nuevo a Valencia, buscando un sitio medianamente se guro donde poder vivir Las dos amigas, montaron un quiosco, en el que distribuían clandestina mente las publicaciones Solidaridad Obrera y Fra gua Social
Pasados unos años, en 1942, Maruja Lara e Isabel Mesa, junto con otras compañeras libertarias crearon el colectivo Unión de Mujeres Demócratas. La UMD tenía como objetivo principal, aunque no el único, desarrollar una organización clandestina con el fin de ayudar a las personas presas y prestar la ayuda necesaria a sus familias, siendo detenida en 1955 por esas actividades.
Durante el período de la llamada transición democrática participó en varios colectivos libertarios como Libre Estudio, la Federación de Pensionistas de la CNT, apoyó la creación de la emisora libre Radio Klara, colaboró con la revista anarquista El Chico y participó acti vamente en el Ateneo Libertario Al Marge
El 1996 la CNT valenciana les rindió un homenaje a Isabel Mesa y a Maruja Lara, la miliciana de la Columna Maroto
Su fecha de muerte es discutida, pues mientras que para unos ocu rrió el año 2003, otros opinan que sucedió el 29 de febrero de 2012 en Valencia
Mi barco se encuentra encallado entre las rocas del acantilado de mi vida Se soltó del ancla que lo sujetaba en la última tormenta sin intentar remediarlo A veces, cuando ten go fuerzas, puedo amarrarlo con las rocas que hay en el fondo de mi espíritu y con el vigor suficiente que mis esperanzas de vivir puedan surgir en cada momento Pero última mente, el mar me ha jugado muy malas pa sadas y estoy en el borde del abismo Mis eslabones de seguridad en mí mismo y que sujetaban el áncora, se han oxidado lo sufi ciente como para desquebrajarse de tanto balanceo de los vientos que continuamente, me han estado azotando a lo largo de larga y pesada travesía
Ahora creo estar en calma, pero sigo atrapa do entre los corales de la inmensidad de las profundidades, sin determinar aún porque me encuentro estancado en este abrupto paraje He perdido mi rumbo, mi norte y mis sentidos porque ya no sé orientarme A veces pienso, que hasta la luz del faro que me guiaba, ha dejado de alumbrarme
Me encuentro hundido y derrotado y sin ganas de salir de este varo que aún me tiene dominado Hasta ahora, he podido enfrentar me a Poseidón con sus múltiples tentaciones, pero en estos momentos, me fallan tanto las ganas, que mi cuerpo se ha rendido a sus continuas oscilaciones
Las gaviotas me observan inertes, expectan tes a que dé mi último suspiro como buitres carroñeros Y los miembros de mi tripulación, algunos de ellos, los que creían que estaban a mi lado, han abandonado la cubierta cuan do ya no han sacado provecho de mi alma que ahora se encuentra fatigada Los que quedan, tienen tantas preocupaciones para salvar la suya y buscar sus salvavidas que no debo ni puedo pedirles que socorran la que aún me queda viva.
Y me empiezo a deteriorar, a extinguirme porque me siento cansado de subsistir y de beber de esta agua que ya se ha vuelto demasiado salada Y veo como la marea
sube y me cala porque sigo atascado en esta isla desconocida en el centro de mi océano No encuentro salida ni resquicio de otro velero que tire de mi proa para sacarme de este atolladero Tal vez es que, en este es tado, no quiero mirar al otro lado buscando soluciones, no quiero mirar al horizonte inda gando si mis problemas pueden tener solucio nes y disipar la niebla que ha empezado a acecharme Me apetece estar solo y hundir me en mis propios recuerdos de cuando navegaba con la frente bien alta hacia aquel oriente, buscando nuevos retos y nuevos tri pulantes que me hicieran la vida más amena.
La soledad ha empezado a hacerse mi amiga y me empieza a acompañar en estos minutos de mi ya inexistente vida Creo que ya no quiero remedios caseros, ni conclusiones, ni tener nuevos vientos que me inspiren ante tanta derrota porque me da miedo volver a chocarme contra el lecho marino que se encuentra bajo mis pies cuando la marea baja Ni quiero salir victorioso, ni honores por las batallas ganadas, solo quiero descansar de tanta tristeza que me ronda continuamente en mi día a día
Siento temor por hundirme junto a mi barco, pero es el único remedio que me queda, puesto que he dejado de sentir mi alma como antes y las salidas que el destino me ofrece no son tan tranquilizantes como creía Ru girían de nuevo las olas, el mar me devol vería sentimientos y la brisa del océano me recordaría cuantas veces ha interrumpido la paz y la alegría que sentía mi existencia
No quiero seguir padeciendo la sociedad que me critica, ni quiero que la brújula me señale continuamente, ni ser vela de falsos pasaje ros con envolturas de comedia. Tan solo quiero silencio, que el sol me ilumine en lo que me reste de vida Que me dejen con mis recuerdos y mis canciones hasta que la profundidad de mi averno, toque a mi puerta algún día Y que reclame mi alma y que se hunda a mi lado y que se acabe con ello, mi dolor y mi poca cordura, finalizando así mi noche, y con ello, mi nuevo día
¿Cuándo te diste cuenta?, pregunta la Morena; ¿cuándo me di cuenta de qué? pregunta él, ¿cuándo te diste cuenta de mí? Aún no me he dado cuenta querida Morena
La Morena se despierta y con los ojos abiertos como platos mira a su alrededor, aquel hombre no está y lo peor, aun no se ha dado cuenta; a ella se le entristecen los ojos, pero no el alma, sabe que ésta correrá a su encuentro otra vez esta noche ¿Quién será él? Se pregunta la Morena sabiendo que sus encuentros no son solo sueños porque no hay vacío después de ellos, ella solo siente amor; extraña esa palabra, así la siente la Morena en su mente, boca y cuerpo, pero sobre todo en su alma ya que allí es donde él está ¡Morena!, la llama él desde el extremo del puente, esta vez es diferente, cada vez que sus almas se encuentran, ellos están frente a frente, esta vez no, él está al otro lado, ¿por qué? se pregunta la Morena haciendo caso omiso al puente que debe atravesar, solo le importa lograrlo. Al final llega a su lado y como hace algunas veces ella le regaña porque él no la llama por su nombre, solo le dice Morena; Morena dice él, yo te digo así porque amo tu color; la Morena piensa para sus adentros y con mucha alegría en la frase y sobre todo en la palabra “amo”, la Morena se tira en los brazos de él con regocijo y le cuenta lo que hizo su cuerpo en el día, él por su parte la abraza y escucha con mucha paciencia; la Morena se pregunta si le aburre a él su día o solo es un cortés hombre que le presta atención
Morena, ¿me harías el honor de bailar conmigo esta pieza? Ella se extraña porque no hay música pero al terminar de decir él esa frase empieza una melodía lenta como el suave roce de una pluma en el viento, sus manos se entrelazan en la suave cadencia y los corazones imitan el ritmo, cuanto diera la Morena porque el momento no acabase; él se acerca susurrante y posa un beso en los gruesos labios de la Morena y ella sube al cielo en los brazos de él Al separar sus labios la Morena despierta, aún con la sensación de ese dulce beso en el cuerpo, pero más en su alma; ¡Oh! Mi alma, ¿cómo eres capaz de viajar a su encuentro sin el resto de mí? Y con estas palabras se levanta la Morena para entrar en el mundano confort del día
Atraviesa las calles la Morena con extrema urgencia, hoy ha sido un día largo y es muy pasada la hora en la que por lo general se acuesta a dormir para que su alma vuele hasta él Esta noche la Morena no ha podido volar y llora porque su cuerpo no la quiere dejar ir; ¡oh! bendito cuerpo que me retienes y no me has dejado correr junto a él, al final y muy entrada la noche la Morena se duerme entre sollozos para despertar al otro día con la amarga sensación de que esa noche no pudo ver a su amado
Retoma su día a día preguntándose si él ya no la querrá ver por faltar a su encuentro la noche anterior; todos sus com pañeros notan su triste caminar y la intentan animar, pero ellos no conocen sus pensamientos y siguen sin poderla ayudar
La Morena llega tarde de nuevo y se pregunta si hoy podrá volar, pero su cuerpo no la deja ir de nuevo y ella vuelve a llorar; un día nuevo sin ver a su amado y sin saber qué decisión tomar Una nueva noche y la Morena llega temprano a casa se dispone a volar al encuentro de él, y vuela, sí que lo hace, y llega a aquel puente de música suave y de besos dulces, pero él no está, ella llora con su alma y su cuerpo al despertar, contemplando el vacío en el que él ya no está
Así sigue la Morena sus días tristes, los ve pasar y sus noches grises de nunca encontrar
Un día la Morena y su cuerpo salen a pasear, recorren las calles de una inmensa ciudad, en la inmensa ciudad un inmenso parque con un puente de música suave y al final de éste la Morena observa a su amado que la llama por su nombre, la reclama con sus brazos y le da al final en cuerpo y alma un beso suave como una pluma en el viento y por fin vive en un momento de “nunca acabar ”
Charo, después de regresar de un viaje por Palma de Mallorca, decidió buscar ese libro que escribió George Sand cuando vivió en Valldemosa con Chopin Sabía que estaba descatalogado, pero hoy se puede encontrar casi cualquier libro en los lugares adecuados
Lo encontró y nada más abrirlo encontró una dedicatoria muy especial; entonces dejó volar su imaginación y se le ocurrió lo siguiente:
“Ella fue a comprar ese libro especial porque la conocía, sabía que Chopin era la fuente de su inspiración
A su sobrina le encantaba tocar el piano, todas las semanas acudía dos veces a recibir clases de este bello instrumento
Sus dedos recorrían el teclado, sin apenas rozarlos, su mirada estaba como ausente La melodía subía y se extendía por la sala, llenándola de sentimiento No nece sitaba tener la partitura, se la sabía de memoria, vivía la música
Cuando le entregó el libro, plasmó en él esa dedicatoria tan delicada y especial, para que siempre tuviera pre sente quien se lo había regalado ”
Se me vino a la cabeza qué es lo que podría haber ocurrido para que ese libro, con esa dedicatoria tan es pecial, hubiese acabado dando tumbos hasta llegar a mis manos Debieron ser circunstancias excepcionales, un amante de la música, debe amar la literatura relativa a un gran pianista como Chopin ¿Por qué se despren dió de él?
A mi sobrina Mª Pilar en el día de su fiesta onomástica y como recuerdo dedico esta maravillosa joya de la literatura francesa para que se aplique a estudiar el piano y así llegar a ser la segundo Chopin.
Tirado en la arena con esa suave brisa al calor de una tarde tranquila y sosegada Su cuerpo despojado de toda atadura, conectado con sus cascos a esa música melodiosa De repente quedó pro fundamente dormido y esos ruidos de los chiquillos revoloteando al rededor de él le hicieron despertar de esa fabulosa siesta
La pelota de las palas de la playa cruzó a sus pies y como un espe jismo al abrir sus ojos se quedó deslumbrado por aquella silueta, que en escasos segundos se cru zaron la mirada y en ese momento se impresionó de tanta hermosura
Perdón le dijo ella con cara avergonzada
No pasa nada mi alma, me has sacado de una tre menda pesadilla Pero ¿es real lo que estoy viendo? ¿o todavía me encuentro inmerso en mi sueño?
Ella sonrió, cogió la pelota y le miró diciéndole gracias
Espera chiquilla, no huyas que no me como a nadie ¿Cómo te llamas?
Se volvió acalorada diciéndole: Em pieza por E, adivínalo
Cada tarde al terminal la jornada volvía a esa bonita playa de Chi clana, esperando volver a encon trarse con ella en aquellas hermosas tardes soleadas
Después de tres atardeceres se en contraron nuevamente cara a cara
Ella con su juventud abrasadora llegó cuando el sol estaba en alza y él adormecido despertaba de ese letargo que con el sol y la brisa del mar cada tarde soñaba. Nuevamente al mirarla le dijo: Chiquilla, dime ¿cómo te llamas? no me dejes en vilo cada día esperando volverte a ver mañana.
Se volvió de nuevo acalorada y le dijo, esta vez con voz pausada. Te dije hace unos días empieza por E y salió en ese momento corriendo y sigue por S.
Chiquilla, ¿te llamas estrella?
Ella se volvió entre las olas y le miró riéndose a carcajadas, gritando al compás del oleaje ¡Noooooooooo!
Nuevamente pasaron los días hasta volverse a reunir de nuevo con ella
Como siempre, cuando el sol estaba en alza aparecía la sombra de la niña Nuevamente al verla la dijo: mi alma dime ¿cuál es tu nombre?
Y ella le dijo: Después de la E y la S pon una P ¿Te llamas Esperanza?
Y ella contesto entre las olas ¡Noooooooooo!
Pasaron cinco días llamándola: Estrella, Esperanza Al fin, al encontrase de nuevo, la saludó enrojecido por el sol abrasador y, mirando esta vez hacía el oleaje de aguas apacibles, Le dijo: ya sé cómo te llamas ESPEJO
Está vez ella no se volvió, estaban cara a cara sobre esa arena templada, sus pasos firmes iban hacía ella al compás de esa brisa en calma La calima que invadía mar a dentro Él se precipitó hacía el agua
Metido en ese mar de ensueño, contempló por fin su triste realidad Esa sonrisa se desvanecía bañada por el oleaje que invadía aquella deliciosa playa de Chiclana Fue por fin cuando comprendió el espejismo que le había rodeado cada tarde en la calima de la plenitud del día
Hoy vio que ya nunca más vería a su amada El espejo le recorrió el cuerpo y vino al fin esa realidad soñada
Al niño que fui me lo acabo de encontrar de la manera más inesperada esta misma mañana Lo he reconocido en seguida Caminaba despreocupado, trasteando por entre los coches, mientras doblaba la esquina de Paulina Harriet en compañía de tres o cuatro muchachos de su edad La mochila le colgaba holgadamente de los hombros y reía a carcajadas, brincando aquí y allá
Y en ese instante, mientras alguien comenzaba a leer en voz alta un extracto de Luces de Bohemia, comprobé cómo la pluma del niño yo comenzaba a garabatear versos Mientras Pedro enseñaba, yo conculcaba todas las leyes de la métrica y dejaba volar mi imaginación como un pajarillo
Y yo, el adulto, que de tanto en cuando cultivo el gusto por convertirme en espía de mis vidas pasadas, he caminado tras sus pasos que en realidad eran los míos , de manera furtiva, pasando por alto que bien podría todo tratarse de una alucinación de los sentidos
“¿Me dejas tus apuntes, Atienza?” escuché cómo me preguntaba otro niño al término de la clase Yo, por toda respuesta, le tendí mi precario poemario de romances imposibles, de cubiletes y conquistas, de pasadizos ocultos en el fondo del armario y caballitos de mar que cabalgan por ríos submarinos Y de pronto, como si el niño yo hubiera sabido de mi presencia desde el primer instante, se giró hacia mí, encendió una sonrisa y me guiñó un ojo ´Algún día serás escritor` me dijo Lo leí en sus labios
De pronto lo vi adentrarse en el patio del colegio de Lourdes y sin vacilar caminé tras él Al instante me envolvió ese bullicio que aún recuerdo tan bien, el de los balones y los brincos, el de las prisas por no llegar tarde a clase y el de la mirada furtiva hacia la chica que desde hace ya un tiempo comenzaba a gustarme Poseído por una extraña fiebre, seguí de cerca al niño yo y dejé que me condujera por una de las puertas laterales hacia las aulas de la primera planta Aguardé a que se adentrara en una de las clases y yo me parapeté junto a las ventanas del pasillo, sin perderlo de vista un instante
Desde allí comprobé cómo se sentaba silencioso en su pupitre, extraía un libro de cubiertas amarillas, lo abría más o menos por la mitad y se quedaba embobado mirando una foto Reconocí el rostro de Valle Inclán al momento ´Estupendo` me dije desde la cristalera , ´el día comienza con mi asignatura favorita` Por la puerta entró entonces el hermano Pedro Ozalla, todo él genio y figura, maestro singular y perspicaz, fascinante, de estilo nada convencional, malabarista de las palabras, amante de geometrías léxicas y otros ingenios lingüísticos que compartía generosamente con todos nosotros
Tras la última aventura, regresamos, como siempre, a nuestro tiempo, a casa En esta ocasión tuve unos días para arreglar mis asuntos y para ponerme al día en los envíos de mis artículos a la revista Encima de la niebla, en la que publicaba mis viajes y mis emociones Pero, al cabo de unas jornadas apareció de nuevo User, con la misma magnificencia de siempre Yo también le recibí con la misma alegría de siempre pues él era el portador de nuevas aventuras, a las que ya me había acostumbrado de tal forma, que los días que pasaba en mi tiempo me parecían algo baldíos y un poco desma yados, ausentes como estaban de aquellos sucesos extraordinarios que sucedían en el pasado Y aunque te ner apostado mi futuro a mi pasado me producía cierta perplejidad al principio, cada vez lo sentía menos extraño Y es que el ser humano se adapta a todas las circunstancias También a las que no parecen lógicas, porque sabemos tampoco de la vida que ¿quién se atre ve a decir lo que es lógico o no? En cualquier caso, y fuera de toda reflexión, me encon traba una vez más ante la imponente presencia de User esperando entrar de nuevo en ese remolino temporal que me llevase a otro tiempo Así sucedió, como era de espe rar y el resultado fue el de siempre Me encontraba en el Madrid antiguo al que ya me había acostumbrado a ver como normal y, aunque no me atrevía a decir si me gustaba más o menos que el actual, lo cierto es que era siempre placentero por las razones que cualquiera puede suponer
Busqué a Thot y también, como siempre, lo encontré a mi lado Entonces caí en la cuenta en que cuando nos encon trábamos, las muchas veces que lo habíamos hecho, nunca nos habíamos saludado ¡qué curioso! pensé ¿por qué será? A pesar de todo, tampoco lo hice esta vez, porque no me parecía propio, aunque no supiera la razón. A veces la intuición manda sobre la razón y manda bien. Y esperé a que me informase como siempre hacía con la máxima pulcritud, con esa extraña actitud que tenía, una mezcla de la altanería de los dioses con la sensibilidad y dulzura de un amigo
Tras unos segundos de silencio, que aproveché para echar una ojeada a mi entorno, Thot, dándose la vuelta y mirándo me fijamente a los ojos me dijo:
Es necesario que le ponga en antecedentes para que pue da comprender con claridad lo que va a suceder ahora Yo asentí con la cabeza, no pereciéndome necesario hacer nin guna observación al respecto, pues lo veía absolutamente
decidido a hacer lo que acababa de decir Así que Thot continuó diciendo:
Nos hallamos en esta pequeña calle que, por lo que sabrá después, es tan religiosa que hasta a veces, de tan devota hasta ha parecido beata
No logro entender le contesté
Lo comprenderá enseguida cuando le explique, ya verá. Nos encontramos en el reinado de Felipe III Aquella casa que le señalo pertenecía a un sa cerdote que, además, poseeía una cuantiosa fortuna El tal sacerdote tenía a su servicio un criado astuto, pícaro y disimulado en el que confiaba plenamente, pues su bondad no le permitía apre ciar lo taimado que llegaba a ser su sirviente El caso es que el tal criado andaba en desasosiego permanente porque, fruto de su vida secretamente disoluta, había adquirido unas importantes deudas de juego que no podía satisfacer, pues no tenía caudales para ello Esa circunstancia hacía que mirase a su señor con gran envidia pues pensaba que su fortuna sería el remedio de sus males, devolviéndole a la tranquilidad que tanto ansiaba Un día, cuando el cura estaba ausente, entregado a sus labores religiosas, acudieron a su casa los acreedores de juego del criado amenazándole con quitarle la vida si no hacía honor a la deuda contraída Éste se tomó en serio la amenaza pues conocía muy bien los métodos de aquellos hom bres Así, que sin dudarlo les prometió que tendría el dinero al día siguiente Ellos le dieron esas veinticuatro horas de plazo y se despidieron, no sin antes propinarle un golpe en el estómago que le cortó la respiración y lo dejó tirado en la misma puerta de la casa
Era evidente que tenía que tomar una decisión al respecto pues su vida estaba en peligro seguro y, además, a tiempo tasado
Así que, en su desesperación, decidió acabar con la vida de su amo y robarle su dinero Y así lo hizo, cuando el clérigo llegó a casa, mientras se daba
la vuelta para quitarse la ropa de abrigo que llevaba, el criado le asestó un golpe con la espada de tal consideración que casi le cortó la cabeza de un tajo Hecho que remató después con una daga dejando el cuerpo en dos partes separadas Aún con la sangre caliente, invadiendo el suelo, se dirigió a los aposentos de su amo y le robó todo el oro que tenía y que él sabía muy bien donde lo escondía Después se dio a la fuga de forma pre cipitada y se dirigió a Portugal, de donde no pen saba regresar jamás Tal fue el apresuramiento que llevaba que dejó la puerta de la calle semi abierta sin preocuparse de impedir el acceso a alguien que pudiera descubrir la felonía y partió cargado con el oro, con su deslealtad y con su crimen Quién sabe cual de esas tres cosas le pesaba más Lo cierto es que desapareció entre la niebla y dejó la casa regada de sangre y silencio.
¡Qué barbaridad! fue lo único que acerté a decir Cuando me sobrepuse a la espeluznante historia, le pregunté a Thot: ¿Y no se supo nunca más del criado?
Ahora se lo explico Pocos días después de co metido el crimen, el sacristán de la parroquia de San Sebastián, que estaba muy cerca de allí, fue a llevarle al sacerdote recado de unas capellanías. Cuando llegó a la casa se encontró la puerta semiabierta Eso le produjo un gran recelo pues no era normal Sin embargo, antes de entrar, por prudencia, se procuró información de los vecinos Éstos le di jeron que hacía días que no veían ni al clérigo ni a su criado Fue entonces cuando el sacristán dio parte a la justicia. Tratándose de un clérigo, se ac tuó de inmediato y a los pocos minutos se halla ban delante de la puerta los ministriles que proce dieron, ante las circunstancias, a entrar en la casa Allí se encontraron al cadáver del cura decapitado, aunque no había rastro de su cabeza, como tam poco lo había del sirviente
Y aunque se sospechara de él, porque así parecía aconsejarlo los indicios, el crimen que dó impune, pues no se tenía noticia del huido. Y fue pasando el tiempo y el hecho se fue olvidando Hasta tal punto que nadie se acordaba ya de aquel horroroso crimen que un día, hacía años, se cometió sin que nadie lo presen ciara
- Entonces ¿el criado quedó sin apresar? -le pregunté a Thot, muy interesado por la historia Bueno, eso lo verá Vd. ahora. Solo quiero decirle que el criado, pensando que con el tiempo transcurrido estaba a salvo de todo peligro, regresó a Madrid, vestido ahora como un caballero, como así se hacía pasar ante los que no le conocían Por si no se había perca tado es ese caballero que está mirando hacia la casa Quién sabe por qué habrá decido volver al lugar de su crimen. Pero ahí lo tiene, parado ante lo que fue la casa de su amo Verdadera mente, tiene que haber alguna razón para ello Y no es que sea inusual que un criminal vuelva a la escena del crimen. Pero, en fin, no creo que sea esa una cuestión que tengamos en que pensar ahora Lo cierto es que ahí está, parado, pensativo, sin el menor indicio de arrepentí miento y seguro que, tras los años pasados y su nueva apariencia, se encuentra totalmente seguro de no delatarse con su presencia Pero ¡espere! parece que va a abandonar el lugar Será mejor que lo sigamos. Partimos tras él, con la suficiente discreción para no desvelar nuestra presencia Estuvimos siguiéndole durante un buen rato,
que no sé apreciar ahora si fue mucho o poco, pero que al final nos llevó al Rastro, no sin antes emitir alguna protesta mía por el mal estado de las calles de aquel Madrid que pare cía que no le gustase que le pisasen y que, como castigo, ponía polvo y barro a los pies de los que lo hacían.
Las calles, bulliciosas, hervían de gentes que iban buscando los objetos que querían comprar Y nuestro hombre parecía, también, bus car algo. Y estábamos en lo cierto porque, final mente, se paró en un puesto y compró una cabeza de carnero Como no tenía sirviente que le ayudase, procedió a llevarla bajo su capa y así partió hacia no se sabe dónde. Y detrás de él fuimos nosotros
Sin embargo, mientras iba caminando, la cabeza comenzó a gotear sangre de una forma profusa, tanto que era notorio el reguero de gotas que iba dejando a su paso Un alguacil que se encontraba allí en esos momentos, alertado por esa circunstancia le dio el alto al vian dante y le preguntó:
¿Qué lleváis bajo la capa que está cho rreando sangre?
Él le respondió, con toda tranquilidad pues no tenía por qué temer nada:
Es una cabeza de carnero que acabo de comprar en el Rastro y que pienso comerme asada esta noche para cenar
El aguacil, quiso asegurarse más y le dijo: Haced la merced de mostrármela
Claro, ¿porqué no? ya le digo que es una ca beza de carnero
El criado separó su capa de su cuerpo para mostrarla y su sorpresa fue total, pues en su lugar tenía en sus manos la cabeza del clérigo que decapitó hacía ya años. El alguacil dio un paso hacia atrás horrorizado por la visión de aquella cabeza y le gritó: Daos por preso, señor Reo sois de asesinato
El criado no daba crédito a lo que acababa de suceder y superado por las circunstancias e invadido por un repentino arrepentimiento, confesó su crimen al instante.
La escena también me conmovió a mí pues no daba crédito a lo que acababa de ver Me mantuve callado mientras veía cómo el aguacil se llevaba al criado detenido, tras haber pedido un saco para meter en él la cabeza descubierta
¿Qué pasará ahora? le pregunté a Thot.
Tras el juicio, se le sentenciará a muerte y será ahorcado en la Plaza Mayor Le voy a evitar la visión de esa ejecución porque la asistencia a la misma no nos reportará nada, ni útil ni bueno Pero si quiero advertirle que aún hay un detalle más que hace todavía mayor lo extraordinario de esta historia
¿Otro detalle más? ¿y de qué se trata? pregunté tan sorprendido como interesado.
Se trata de que, en el camino desde la cárcel hasta el patíbulo, llevaban, delante del reo, la cabeza del decapitado en una bandeja de plata Sin embargo, tras cumplir la sentencia, la cabeza del clérigo se tornó otra vez en la cabeza del carnero Pero no me mire así, con esa incredulidad, Martín Sólo le narro lo que cuenta la leyenda.
Ya, ya…
Tras los hechos relatados, Felipe III dio orden de colocar, en la fachada de la casa del decapitado, la cabeza esculpida en piedra del sacerdote. Sin embargo, su presencia producía un gran terror a los vecinos, quienes solicitaron que se quitase de allí aquella cabeza.
El monarca accedió y procedió a dar orden de retirarla.
Sin embargo, eso no obstó para que aquel horroroso crimen siguiera en la memoria de los madrileños. Tanto es así que, pasados los siglos, aquella calle sigue llevando el nombre de la Calle de la cabeza.
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