El Sol de San Telmo

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N ú m e r o 9 8 - A ñ o 1 0 - E n e r o 2 0 1 8 - B u e n o s A i r e s - ISS N : 2 3 1 3 9 7 2 2 - D N D A 5 3 4 5 4 6 0 - E j e m p l a r

¡2018!

g r at u i t o

Sumario Págs.2 y 3: Feria de Antigüedades, el emblema del barrio

Pág.4: Plaza de Mayo, patrimonio argentino Pág.5: La memoria viva de San Telmo Pág.7: Nuestros viejos en peligro Pág.8: ¿Qué es una miasis? ¿Por qué será? Pág.9: Un viaje al pasado Pág. 11: Mesa Navideña barrial y solidaria Pág. 12: Y ahora ¿Quién podrá defendernos?

Pintura de Nelly Dutoit, incluída en el book “Las vidas de Matrioska”- Vol.I-


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Nuestra Misión: El Sol de San Telmo es un periódico no-partidario dedicado a fortalecer y celebrar el barrio de San Telmo y el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.. Definimos nuestra visión editorial como periodismo comunitario. Valoramos toda comunicación que genere un foro abierto de participación y diálogo para las muchas voces que constituyen la comunidad de San Telmo. Reconocemos que vivimos en una época en la cual los medios (tanto masivos como independientes) ocupan cada vez más el espacio de intercambio y comunicación que antes ocupaban nuestros espacios públicos-las plazas, parques y veredas donde nuestros abuelos se juntaban para conectarse con el mundo y con sus comunidades. Por eso queremos revalorar el intercambio y la conexión humana a través de un periódico cuya identidad, contenido, y espíritu se definen a través de la participación activa de sus lectores y colaboradores. Todos los que viven o trabajan en el barrio, o simplemente le tienen cariño, están invitados a formar parte del debate sobre San Telmo: su patrimonio tangible e intangible, su pueblo y su futuro.

w Administrador y Propietario: Hugo M. Del Pozo Dirección/ Edición: Isabel Bláser Carlos Calvo 717 - CABA - Tel. 4307 9704 isabel.elsol@yahoo.com.ar Redacción: Isabel Bláser, Diana Rodríguez Diseño: Samanta Cardo Publicidad: Diana Rodríguez Web/Facebook: Hugo E. Lavorano Colaboraron en este número: Sonia Berjman / Graciela Fernández / Diego H. Kelly / Cecilia Carderón / Nelly Dutoit / Eva​ Bernat elsol.desantelmo@yahoo.com.ar www.elsoldesantelmo.com.ar Facebook: El Sol de San Telmo El arte de nuestro logo es un fileteado del maestro Martiniano Arce www.martinianoarce.com

w ISSN: 2313 9722 DNDA 5345460 Diseño: SBC - Tel. 4383 5889 Impresión: Editora del Plata S.R.L. Neyra 75 - Gualeguaychú - E2820DQA Entre Ríos - Argentina El Sol de San Telmo es una publicación cultural de carácter comunitario y distribución gratuita mensual de 3000 ejemplares, orientada a la difusión de la historia y actividades barriales del barrio de San Telmo y el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se autoriza la reproducción total o parcial de las notas citando la fuente. Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores. Fundadores: Catherine Mariko Black y Marcelo Ballvé

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Feria de Antigüedades, el emblema del barrio

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a Comisión de Permisionarios de la Feria de San Pedro Telmo, el jueves 21 de diciembre, entregó juguetes navideños en la salita de salud -CESAC N° 15- ubicada en la calle Humberto I° 470, CABAEste gesto, como otros tantos que han venido sucediéndose en el transcurso del “año viejo”, demuestra un mayor sentido de pertenencia de este símbolo del barrio para con las instituciones y vecinos de nuestra pequeña aldea. Por ese motivo y para saber más sobre la organización y proyectos de nuestra Feria de los domingos, nos reunimos con el Dr. Juan Carlos Bravo, funcionario del Museo de la Ciudad -a cargo del Lic. Ricardo Pinal, desde 2013-; Eduardo -Lalo- Segurado, Presidente de la Comisión de Permisionarios de la Feria de San Pedro Telmo; Susana Gargiulo, permisionaria, alma mater de la Feria (quien, junto a su hermana Teresa, sigue la tradición de su madre de armar el enorme pesebre en su casa de la calle Brasil al 400, que actualmente cuenta con más de 400 piezas y forma parte de la cultura del barrio, desde hace más de 70 años) y Lucía Di Giorgio quien hace más de 20 años tiene su puesto y le transmitió a sus hijos el amor por la historia de los objetos y su valor cultural. ¿Qué medidas tomó la nueva Comisión? Lalo: Organizamos la parte de tesorería y pagos, haciéndola más formal, más profesionalizada. En la ordenanza, hecha por Peña, que regulariza la Feria, figura lo que debe hacer la Comisión y propusimos un reglamento para el funcionamiento de sus representantes y el Museo lo integró. Por otro lado, cambiamos la forma de vinculación con el barrio y las instituciones; la estética y, junto con el Museo, trabajamos en publicidad y logramos tener propaganda radial y estar en la página oficial del GCBA; actualizamos las redes sociales; ordenamos el registro admisión, fiscalización en la renovación de permisos y control de asistencia. ¿Hay alguna pendiente? Lalo: Tenemos que trabajar sobre el plano de la feria y un desafío grande es el de la limpieza, porque la visitan muchísimas personas y eso genera basura. Conseguimos que la Comuna la haga y le agregamos tres personas más que vienen los domingos a la mañana antes de abrir la Feria y luego del cierre. Sacamos alrededor de 70 bolsas de basura. El operativo de limpieza está adjudicado pero la empresa de basura no puede entrar temprano, por eso tenemos que lograr combinar los horarios con las otras ferias que hay para que puedan pasar los camiones y la hidrolavadora.

El Sol: ¿Cuál es la función del Museo de la Ciudad con relación a la Feria? Juan Carlos: Entre otras cosas, fiscalizar y trabajar en conjunto con los permisionarios para mejorar su desempeño, controlar las licencias y el presentismo, otorgar permisos nuevos, acompañarlos en sus actividades con la comunidad. Hay que tener en cuenta que son 268 puestos autorizados y actualmente están ocupados 236. Lalo: El resto no son puestos libres sino que, al haberse modificado la Plaza Dorrego, hace algunos meses, hemos perdido espacio y estamos buscando la manera para que entren los que restan. ¿Qué hace la Feria para vincularse con el barrio? Lalo: Uno de nuestros primeros objetivos como Comisión fue trabajar en conjunto, realizar actividades que incluyan a los vecinos y a las instituciones. Por ejemplo, tramitamos la Estación Saludable; entregamos juguetes en la salita de salud para repartir en Navidad; llevamos también a la Isla Maciel y Papá Noel “estuvo” en la plaza Dorrego para los chicos del barrio. Nos estamos re-vinculando con los bomberos voluntarios; con la parroquia de San Telmo y con la Comuna, porque la Feria de los domingos es una parte importante del barrio y del Casco Histórico. ¿Cómo los reciben? Lalo: Bien, sentimos que tenemos que devolverle al barrio algo por los “inconvenientes” que le causamos al armar los puestos; cortar el tránsito; el ruido; la basura, etc. Una medida nueva, también con ese fin, es incluir a vecinos -como sucede en el sector de la Feria de Defensa entre Humberto I° y San Juan, donde hay cuatro de ellos trabajando-. Juan Carlos: Tratamos de integrarnos y también estamos buscando un formato para, como Museo y a través de la Feria, acercar a los chicos en edad escolar con el objetivo de mostrarles lo que representan las antigüedades y que estén en contacto con la historia, directamente.

Se nota también un cambio… Lalo: Sí, estamos trabajamos muchísimo en eso. Adornamos con faldones y cenefas todos los puestos, hicimos nuevo el puesto de Informes y agregamos mucha ornamentación. Lucía: La nueva administración ha reordenado la Feria muy bien. Todos tenemos lugar para estar: los que vendemos y los que compran; los turistas pueden disfrutar mejor del paseo y de la decoración de los puestos. Por otro lado, se hace más publicidad y se incorporó gente joven que -además- es restauradora y eso sirve para darle oportunidad a las nuevas generaciones. Susana: A la Feria la he visto crecer y ha tenido momentos buenos y épocas malas. Ahora está repuntando, dando otra imagen para atraer público. Por otro lado, es bueno que se incorpore a los vecinos como feriantes y siempre están los espectáculos de Pedro -el Indio- Benavente y Gustavo Margulies, que suman mucho. ¿El Museo de la Ciudad ayuda en este sentido? Juan Carlos: El Museo organizó distintos eventos de muestras de los chicos del barrio para que pudieran exponer lo que hacen y puso a disposición el espacio para que la Orquesta Juvenil de San Telmo tenga lugar para ensayar. Los domingos de diciembre tocaron músicos de la zona y fueron difundidos en su página oficial y en la de la Feria. Tratamos de integrar todas las acciones, somos muy abiertos y permeables a trabajar con el barrio. ¿Cómo enfocan el tema de la seguridad? Lalo: Pedimos mayor presencia policial y también contratamos seguridad privada que la pagamos con un fondo que juntamos de la cuota de los permisionarios, para cuidar que el visitante no sufra algún hecho delictivo o, por lo menos, que las probabilidades sean menores. A ese personal le hicimos un chaleco para distinguirlos con el ob-


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jeto de disuadir y también como contención, porque así la gente que viene se siente más segura ya que hay que tener en cuenta que en la “hora pico” pasan alrededor de 4.000 personas. Susana: Tenemos que recuperar mucho público importante que venía todos los domingos, como Gino Bogani y ahora -por estos temas- no vienen. Lucía: Sí, pero también se crea una mala imagen porque acá pasan cosas como en toda la ciudad. Juan Carlos: La Feria forma parte del circuito turístico, por lo que tiene una seguridad especial pero siempre hacemos hincapié en ese tema porque queremos que el vecino y los que vengan a visitarla estén tranquilos, por eso reclamamos siempre seguridad, sin exagerar, pero siendo realistas. Volvamos a las actividades concretas de la Feria… Lalo: La Feria puede dar mucho más. Estamos en un proceso diferente, pero el concepto fundacional es el mismo. Si querés buscar un mercado de competencia perfecta de antigüedades, lo tenés acá; además de los espectáculos, la Feria de las Artes y lo de alrededor de la plaza, agregado a los puestos que ahora están en Defensa al 1100; todo lo cual representan ese espíritu. Juan Carlos: Trabajamos para que la parte que está funcionando lo haga con modernidad y dentro de 6 o 7 meses, cuando terminemos esta etapa, buscaremos más cosas. ¿Qué pasa con las otras que se desarrollaban en el año? Lalo: Está la de los domingos que se rige por la ordenanza 27.736 del año 1973 que después se convirtió en ley. Luego los sábados había cinco ferias: una durante el mes de abril y otras cuatro extendidas durante todo el año. Ahora unificamos el formato, con la aprobación del Museo y hacemos la de abril y las otras cuatro juntas en el mes de octubre: la de ropa, metales, libros y coleccionables. El criterio del Arq. José María Peña era darle a la gente una oportunidad de vender. Esto se hizo desde 1988 al 2012, luego se suspendió y ahora lo retomamos. Juan Carlos: Para participar se tienen que inscribir en la sede del Museo, Alsina 412 piso 1, CABA y las condiciones las encontrarán en la página web del GCBA. ¿Qué medidas se pensaron para mejorar el funcionamiento de la Feria? Juan Carlos: La idea básica es organizar las actividades, hicimos un censo porque queríamos saber cuántos puestos había, desde cuándo estaban, armar un registro con sus datos para poder identificarlos y luego renovar la estética, porque se había quedado en el tiempo. Que tuvieran una web porque, independientemente del comprador que los visita, esto también se está modificando y no son las mismas formas y necesidades que el que compraba hace veinte años. Antes las casonas eran enormes y ahora, con los mono-ambientes, no pueden llevar un ropero sino una pequeña cómoda. Además se vende mucho por internet y redes sociales, por

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Juan Carlos Bravo

Eduardo - Lalo - Segurado

Susana Gargiulo

Lucía Di Giorgio

eso conversamos para modificar la forma de compraventa ya que hay una realidad diferente para tener en cuenta. Hay que unir lo que están buscando con la oferta de otras cosas que les puedan interesar. Lalo: Con respecto a actualizar los rubros, no es vender cosas nuevas. Por ejemplo, en juguetes, buscamos el de chapa, pero en realidad hay muchos que pueden entrar dentro de lo que el Museo admite, ya que la ordenanza dice: cosas viejas y artesanías de 30 años para atrás. ¿Les interesa a los jóvenes ser permisionarios? Juan Carlos: Tratamos de que haya gente joven y que los más antiguos les transmitan los conocimientos, porque no pueden venir a improvisar. Quizás en otra etapa la posibilidad sería tener un ayudante que quiera entrar en el mismo rubro y luego “separarse” del permisionario, cuando adquiera experiencia. Pero también hay que educar a los que vienen a comprar, porque si no tampoco vendrá nadie porque no sabrán el valor de lo antiguo.

¿Debería haber un cambio generacional para que siga siendo una atracción? Juan Carlos: Si no logramos que los jóvenes absorban el espíritu, se va a perder. Hay que ir escalonando gente de 30/50 años con los mayores, para que les transmitan su saber. Algo hay que hacer porque la gente grande no puede estar 7, 8 o 10 horas, aunque quieran y les guste. Podrían tener otro rol, ser consejeros u orientadores. Lucía: El mecanismo es que lo que viene se incorpore a lo anterior, hacer un legado de la información y el saber. Yo lo he hecho con mis hijos, que también aman este lugar. Lalo: La permisionaria más antigua tiene 90 años. Es lógico que haya un cambio generacional, conservando la estructura y las formas para que no se pierda la esencia con la que se creó. Es como pasar una receta familiar. En ese sentido Lalo cuenta que vende libros antiguos, que viene de la actividad privada y la librería siempre la tuvo como un hobby porque su familia “tenía una en Gral. Pico -La Pampa- en los años 40. Mi viejo era fotógrafo, fumigador aéreo y librero -muy amigo de Sábato- y al lado había un bar de un conocido; tiraron la pared e hicieron una librería-bar. Debe haber sido una de las primeras… unos adelantados. Mi hermano tomó un puesto y comencé -en el 2003- hace 14 años”. Lo primero que todos tendrían que saber es quién fue el Arq. José María Peña, sus ideas, su búsqueda de la historia para no perder los orígenes… Susana: Indudablemente no solo fue el que creó esta maravilla, sino que reinventó al barrio y todo lo que es ahora San Telmo se lo debemos a él y no sé si es tan reconocido como debería. Caminaba todos los días por sus calles, sin excepción y no hubiese permitido el color de la pintura de algunos edificios y otras cosas que se ven ahora. La Feria contribuyó en un 90% al éxito del Museo de la Ciudad para atesorar todo, fundamentalmente gracias al trabajo de Peña porque la gente veía que se valoraban las cosas que donaban. Lucía: Esta feria es más importante de lo que se piensa, es muy renombrada internacionalmente. Juan Carlos: Cuando hace unos días se filmó la publicidad para el Mundial en Rusia se eligió, en el recorrido, a la Feria porque es un lugar representativo de la ciudad. Lalo: Cuando arrancó en los años 70, las cosas se vendían en el piso, luego en caballetes y después en los puestos. El cambio estético es importante, pero está la idea de Peña. El Sol propuso ponerle a la Feria el nombre: Arq. José María Peña -aun sabiendo que deben pasar diez años de su fallecimiento- porque era un precursor y quién será capaz de oponerse sabiendo que si no fuera por él no existiría toda esta movida barrial, ni el Museo de la Ciudad y sus funcionarios que lo integran, ni esta nota. Todos estuvimos de acuerdo… es un buen comienzo. Texto y fotos: Isabel Bláser


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Plaza de Mayo, patrimonio argentino

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l 9 de junio de 1942, poco tiempo después de que se fundara la Comisión Nacional de Monumentos, ésta declaró a la Plaza de Mayo como Lugar Histórico Nacional, al mismo tiempo que a la Plaza San Martín. Aquellos próceres de la preservación del patrimonio lo hicieron en la creencia de que las leyes serían respetadas en los tiempos por venir y en la absoluta seguridad de que la Historia debe estar presente más allá del tiempo de una generación. Se trataba y se trata de que se preserven los hechos que nos conformaron como sociedad. Hace pocos días, y por intermedio de los medios periodísticos, me entero de una supuesta “puesta en valor” de la Plaza Fundacional de la ciudad. Ya en varias Cartas de Lectores publicadas en el año 2006 a raíz del irracional proyecto de entonces de convertirla en una plaza municipalista española de la Edad Media de apariencia postmo, me referí al atropello a nuestro patrimonio. Decía entonces: “La imagen que vive en el inconsciente colectivo argentino desde hace cuatro generaciones es la de la Plaza de Mayo actual: la remodelación de Carlos Thays cuando la apertura de la Avenida de Mayo en 1894. No es posible remodelarla, sino que hay que restaurarla.” En aquellos momentos, hasta la prensa especializada extranjera se ocupó de asombrar al mundo divulgando la barbaridad que se estaba por cometer en esta ciudad del Sur de América, como la Historic Gardens Review de Londres. La reacción actual a este proyecto de cambio de un lugar histórico protegido por ley en su integridad será muchísimo más amplia y contundente. Estos cambios que se pretenden introducir a nuestra ex Plaza Mayor, el “escenario de la vida argentina” -cómo titulamos un libro que con su historia publicamos hace décadasdeben hacerse con la anuencia de la mencionada Comisión. Desconozco si se ha seguido ese procedimiento legal. Si la consulta hubiera existido, y hubiera sido aprobada, la Comisión tiene la obligación de informar a la población dando a publicidad el informe técnico completo y fundamentado que avale estos hechos, firmado por los profesionales que hubieran intervenido. Si el Gobierno de la Ciudad está efectuando los trabajos sin el permiso de la Comisión, está actuando en una doble ilegalidad. La Plaza de Mayo no es de nadie en particular y es de todos los argentinos

“En el espacio propio de la Plaza de Mayo solo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes. Todo proyecto modificatorio deberá contar con visado previo del Consejo y aprobado por Ley. colectivamente. Es el lugar más sagrado de la civilidad argentina. No se la puede atacar con continuos cambios que la alteren físicamente. ¿Por qué hay que cambiar su fisonomía, su diseño y su vegetación? ¿Quién se cree mejor paisajista que Carlos Thays? Quienes atentan contra el patrimonio ¿Conocen las leyes vigentes? ¿Han hecho una consulta nacional a especialistas sobre esta transformación? ¿Han leído los libros con su historia secular? ¿O se creen tan soberbios que pueden alterar lo que es de todos los argentinos porque se les “da la gana”? ¿O hay otras cosas por atrás que no conocemos? El primer libro que se editara sobre “Los monumentos y lugares históricos de la Argentina” (1948, por Carlos Vigil), se inicia, precisamente, con la Plaza de Mayo, dándole a este bien el primerísimo lugar que ocupa dentro del patrimonio argentino. La Plaza de Mayo, como jardín histórico que es, tiene el carácter de obra de

arte, significada por cada uno de nosotros y por todos los acontecimientos históricos que allí se conjugan. Por sus valores materiales e intangibles, también cuenta con la protección municipal que le da su inclusión en el APH N° 1. Al respecto, el Código de Planeamiento Urbano, en su Sección 5, 4.1.2.2.1. establece: “En el espacio propio de la Plaza de Mayo solo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes. Todo proyecto modificatorio deberá contar con visado previo del Consejo y aprobado por Ley. Aceras y calzadas: Se mantendrán las dimensiones actuales de las veredas. Las aceras de piedra original deberán conservarse reponiendo las faltantes con materiales similares, previa aprobación del Consejo. Las restantes serán de mosaico calcáreo tipo vainilla color blanco. (…) e) Forestación: La conservación, reposición y renovación de las especies

vegetales existentes se hará atendiendo no sólo a razones paisajísticas sino también históricas y tradicionales (…). Además de los desproporcionados gastos en dinero que este tipo de obras conllevan y que los solventamos entre todos, por la ignorancia y la soberbia de momentáneos funcionarios, y por profesionales cómplices de esos hechos delictivos, estamos cada día perdiendo nuestra identidad como pueblo al que los bienes materiales e intangibles conforman. ¡Y pensar que hay todavía quienes quieren presentar a Buenos Aires para integrar la Lista del Patrimonio de la Humanidad! ¿Con sus principales valores subvertidos? ¿Al tiempo que la mayoría de las ciudades del mundo están tratando de proteger su pasado? Las huestes de Atila siguen asolando el suelo patrio, robándonos la riqueza que es de todos nosotros, aquel “verdadero pueblo” al decir de Sarmiento cuyas premonitorias palabras tienen más actualidad que nunca: Civilización o barbarie. Escribo estas líneas con el dolor a flor de piel que me provoca tanto desatino. Esperemos que esta vez solo sea una confusión momentánea y que el arrepentimiento envuelva a los responsables de este atropello, devolviéndole la vida al patrimonio atacado, abonando los culpables con el dinero de sus propios bolsillos la tan necesaria vuelta atrás. La Ley 4830, promulgada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2013, establece las penalidades que deberán sufrir quienes destruyan el patrimonio cultural de la ciudad. En realidad, estuvo pensada para castigar a los vecinos, turistas, profesionales y empresas que arruinan lo que se debe preservar. Pero ¿Y si los que lo destruyen son los propios funcionarios del gobierno -sea este local o nacional o ambos en conjunto-, deberían tener esas mismas penas o, dado que son responsables de cuidar lo que es de todos por nuestra delegación ciudadana de poder (y encima les pagamos sueldos), otras más agravadas? Los organismos creados ad hoc (como la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos; la Dirección de Interpretación Urbanística; la Dirección de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, así como los respectivos de cada provincia argentina), deben respetar y hacer respetar, cuidar, proteger, restaurar, los bienes patrimoniales bajo su tutela y no -como estamos viendo- destruirlos y avasallarlos. Una sociedad que destruye su basamento material, cae en el vacío: los edificios o parques o centros históricos son los documentos del pasado que fueron dando forma a nuestra identidad como Nación. Otros bienes intangibles nos proveyeron de principios morales que no debemos olvidar, sino honrar y enaltecer con nuestro accionar cotidiano. Texto:Sonia Berjman Fotos Graciela Fernández


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Pedro Augusto Espelosín, antiguo vecino del barrio

Pedro Espelosín junto a su nieta Florencia, en su casa, durante la entrevista.

La memoria viva de San Telmo

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ació el 8 de febrero de 1947 en Balcarce 1023, entre Carlos Calvo y Humberto Primo. Hizo la primaria en la escuela Guillermo Rawson, frente a la iglesia San Pedro Telmo, donde fue monaguillo. Su padre era dueño de la Confitería Suiza, una de las panaderías más antiguas de la ciudad, que funcionó en Defensa 550, desde 1848 hasta 1970. Pedro Espelosín, cuya historia figura en el libro “San Telmo y su pasado histórico”, escrito por el párroco Manuel Sanguinetti en 1965, recibió a El Sol en su departamento de Garay y Bolívar. Para la entrevista, Pedro buscó muchas fotos que muestran parte de su vida: desde el retrato de los empleados de la panadería de su padre (que perdió a raíz de una estafa financiera) que data de 1950, pasando por los eventos del barrio que él presentó -como el recital de rock de 1970 en la plaza Dorrego o la elección de la reina de la primavera-, hasta su trabajo como relator de fútbol desde la cancha del club San Telmo. “Nací y sigo en el barrio” -cuenta Pedro, desde el living de su casa-. “Puedo cerrar los ojos y se qué hay en cada lugar del barrio”, agrega el periodista, quien trabajó en Crónica durante 29 años. Fue celador-alumno de 5to. año en el colegio Joaquín V. González. “Luego, de los 18 a los 30 años, colaboré como secretario administrativo en la Universidad Popular de La Boca”, dice Espelosín, cuya vida está guiada por los dictados del corazón.

la Asociación Amigos de la calle Defensa, entre los años 70 y 90. Se festejaban los carnavales, con el desfile de carrozas en la primavera y también había concursos para elegir las mejores vidrieras. Ahí empecé a presentar oficialmente los eventos, como cuando tocó el Club del Clan en el ex cine Cecil, ubicado en Defensa y Pje. Giuffra, que contaba con 1.800 localidades. Más adelante, con el ensanche de las avenidas Independencia, San Juan y Garay, sumado a las casas que tiraron abajo por el paso de la autopista, mucha gente se fue del barrio y este perdió sus raíces. Ahora hay muchos turistas. Pedro ama cada adoquín de San Telmo y, por eso, se enoja con emprendimientos como el Astor (proyecto edilicio ubicado en Caseros y Bolívar), “que van a cambiar la fisonomía del barrio”. La conversación nos lleva a su otra pasión, el Club Atlántico San Telmo que anteriormente movilizaba a 12.000 personas, como lo muestra la foto histórica de la cancha llena en el último partido antes de pasar a la primera B (que publicó El Sol en la edición #97, por el Día del Hincha de San Telmo). En la actualidad, las actividades deportivas convocan a alrededor de 800 personas en las diversas actividades, como el handball o el jockey, cuyos equipos salieron campeones metropolitanos. “Pero, además del mérito de ganar campeonatos, lo importante es hay 800 chicos que no están en la calle”, asegura el hombre que ama la camiseta como periodista y como hincha.

El Sol: ¿Qué recuerda de aquella época? P.E.: Recuerdo que para ir a la escuela tomaba el tranvía 22, que iba por Defensa hasta Barracas y volvía por Bolívar. Sería bueno que San Telmo tuviera un tranvía con un circuito turístico, como el que tiene Caballito. Lo que realmente me apasionaba era la locución. Por aquel entonces solo había 25 vacantes para ingresar al ISER y no pude entrar. Después tuve la oportunidad de estudiar periodismo en la Universidad de La Boca. Hasta allí fue el gerente de la Ford para buscar alumnos de mecánica y llevarlos a trabajar en la fábrica, cuando la planta estaba en la calle Villafañe 40. Él me tomó examen y entré. Estuve ocho años en ventas y luego me llevaron a Mercedes Benz, donde trabajé otros ocho años y, cuando llegó Alfonsín, pasé a Volkswagen.

Usted que conoce tanto el barrio ¿Sabe algún “secreto” que nos pueda contar? Quizás muchos no sepan que nuestra sede social del Club San Telmo -Perú 1360-, es un edificio histórico que perteneció a Luigi Barolo (el mismo del Palacio homónimo ubicado en la Avenida de Mayo 1370, CABA). El empresario tenía dos edificios sobre la calle Perú: en uno vivía él y en el otro, justo enfrente, fue un regalo para su hija. Lo curioso es que había un túnel que iba por debajo de la calle y comunicaba las dos propiedades. Actualmente la sede consta de tres pisos: en el primero están las oficinas, en el segundo, las habitaciones donde concentran los jugadores antes de los partidos y en el tercero vive la casera del club. El edificio es realmente precioso, tiene escaleras de madera con detalles tallados, pisos de mármol y vitraux de colores. Invito a los vecinos que quieran pasar a conocerlo, ya que tiene un gran valor histórico. Fue “la voz del estadio” cuando se inauguró la cancha en la Isla Maciel, en 2011. Durante años trabajó en su pro-

¿Y cuándo pudo empezar a trabajar en lo que le gustaba? Antiguamente en el barrio había muchas fiestas, como las que organizaba

grama deportivo en las radios Argentina y Del Pueblo. Hoy hay una placa con su nombre en la cabina de transmisión del estadio. ¿Qué es lo mejor y lo peor de San Telmo? Lo mejor es el sentido de pertenencia que tenemos los vecinos, cómo nos juntamos para defender lo nuestro, la familia. Y lo peor es la cantidad de casas tomadas, donde hay gente de mal vivir. Se habla de los famosos anticuarios, pero hoy en día el noventa por ciento no vive en el barrio y vienen solo a hacer sus negocios. Todos los días, haga frío o calor, a las cinco de la tarde tiene una cita obligada con la mateada del kiosco de diarios

de Juana Policastro (en la esquina de su casa), donde –desde hace años- se reúnen los vecinos para charlar. Desde ahí se va al club, donde trabaja ad honorem en el departamento de socios, hasta las 20:30. Viudo desde hace tiempo; Florencia, una de sus amadas nietas, lo acompaña mientras batalla contra una grave enfermedad. “En general es una persona callada, solo habla tanto cuando se trata de San Telmo, el barrio o el club”, confiesa ella al referirse a su abuelo, una parte importante de nuestra historia barrial. Texto y foto: Diana Rodríguez

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Nuestros viejos en peligro Ignacio cuando lo asistían

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a siguiente, es una de las tantas historias del barrio que nos relata el grupo de vecinos y trabajadores de la pizzería Mi Tío -Defensa y Estados Unidos, CABA-, que hace unos meses se convirtió en cooperativa. Desde hace un tiempo atrás, el grupo de vecinos y trabajadores de la pizzería Mi Tío –Defensa y Estados Unidos-, ahora cooperativa, vivimos experiencias reparadoras y constructivas. Una realidad que fuimos construyendo y que nos completa en muchos sentidos, los trabajadores le pusieron el cuerpo y generaron su propio trabajo, formando una cooperativa y los vecinos y clientes supimos construirnos como personas solidarias y complementarnos en la lucha para que no nos saquen nuestro lugarcito en el barrio. Ese lugar que también le pertenece a Ignacio. Nacho es habitué de Mi Tío y tiene 77 años. No sabemos cuánto hace que va a la pizzería, pero sí que vive en San Telmo hace mucho y también que hacía 14 años que estaba en la misma pensión de EEUU y Balcarce. Los primeros días de diciembre, la dueña de la pensión donde vivía, alegando distintas excusas, no le alquiló más la pieza y se quedó en la calle así nomás. Imaginarán que con la jubilación mínima que cobra Ignacio y el altísimo costo de los alquileres, no le era posible pagar todos los aumentos que le pedía. A partir de ese momento Nacho comenzó a buscar otro lugar donde habitar. De buena salud, empezó a “patear” el barrio como un adolescente que busca su destino, pero las malas noches de descanso, sentado en una silla del Hospital Argerich para “protegerse” y el dolor en sus rodillas comenzaron a jugarle una mala pasada. No pudo seguir con la búsqueda y su vida estaba en riesgo. Nuestras “antenas” (de vecinos, clientes y trabajadores) comenzaron a alertarse y así nos empezamos a hacer preguntas, algunas desde la bronca y otras nos servían de “palanca” para encontrar caminos y poder acompañarlo en esto: ¿Cómo podía ser que a una persona que trabajó toda su vida, que cobra su jubilación y está bien de salud se le cierren las puertas para poder conseguir un lugar donde vivir? ¿Tanto

Nacho (derecha) agradeciendo la ayuda que le brindaron sus amigos

puede costar? ¿Es un caso aislado? ¿Tan mal estamos como sociedad, que descartamos a nuestros viejos? Algunos sentados en un mesa o charlando al pasar nos decíamos: Llamemos al 108; vi una propaganda que hay que llamar al BAP del GCBA; el PAMI tiene que responder; hay un hogar de señores acá a la vuelta; conozco un hospedaje cerca; hay lugar en tal hotel; en la pensión de más allá se desocupa una pieza la sema-

Los primeros días de diciembre, la dueña de la pensión donde vivía, alegando distintas excusas, no le alquiló más la pieza y se quedó en la calle así nomás. na que viene, etc. Las respuestas llegaban solas cuando cada una de esas preguntas no se respondía y llegábamos a un callejón sin salida, que seguía dejando a Nacho otra noche en la calle. El 108 nunca llegó y el BAP para la tercera edad tampoco llegó, porque había que esperar siempre más. Los hogares toman hasta 58 años, las pensiones no aceptan abuelitos,

PAMI solo ofrece geriátricos si la persona está súper enferma y muchas negativas más. En definitiva, el Estado en su totalidad abandona a sus ancianos, no tiene políticas concretas para acompañarlos en su última etapa y, encima, recorta lo poquito que tienen y luego de haber trabajado años y años los abandona dejándolos con la misma suerte que tendría un perro en la calle. Muchos nos estuvimos ocupando de este tema y no podíamos resolverlo, pasaban los días y nos dábamos cuenta que si a todos juntos nos costaba, cómo sería si él hubiera tenido que resolver esa situación solo. Supimos que de esa manera iba a perder esta batalla contra el Estado. Decimos “contra”, porque vimos que las barreras venían de las instituciones dependientes de los organismos públicos encargados de estos temas sociales. Finalmente, gracias a que cada uno aportó lo suyo, diversificamos esfuerzos y logramos dar con personas -con nuestras mismas ganas- que dan pelea adentro de la burocracia y que nos ayudaron a cerrar el círculo. Hoy Ignacio, está en un lugar con gente de su edad y con una cama donde descansa su cuerpo ladeado por el tiempo, pudiendo disfrutar sus días de hombre grande. Hace unos meses fue quedarse sin trabajo y salir todos a poner el cuerpo, hoy es ser solidarios con nuestros abuelos del barrio. En ambos casos la constante es la

misma, unirnos porque vemos un Estado ausente o con políticas que dejan a muchos desamparados. Todos los que estamos en el grupo #DeMiTioNoNosVamos y los trabajadores de la cooperativa somos conscientes de que no queda otra que ayudarnos y ser solidarios, que juntos nos multiplicamos y atravesamos cualquier barrera. Texto y fotos: Cecilia Calderón

Dónde retirar El Sol Panadería Cosas

Panadería Perú

Ricas

Perú 1217

Perú 1081/85

Bicicletería Mila

Restaurant Manolo

Av. Caseros 402

Bolívar 1299

Museo Histórico

Librería Fedro

Nacional

Carlos Calvo 578

Defensa 1600

Ferretería San Juan Comisaría 2º y 14 Perú al 1000 - Bolívar Av. San Juan 574 Pizería La Moderna

1400 resp.

Humberto I° 699

Comunidad Cisne

Inmobiliaria Giesso

Bolívar y Humberto 1º

Cochabamba 360

Defensoría del

Di Mitrio

Pueblo

Carlos Calvo 691

Defensa esq.

Vinelli Hipólito Yrigoyen 710 Mercado de San Telmo Puesto 54 - Granja Mharley La Simbólica Carlos Calvo 708 Nonna Bianca Estados Unidos 425 Bar La Poesía Chile 502 Bar El Federal Carlos Calvo 599 Bar Hipopótamo Brasil y Defensa Pamela Biazzi Piedras 1055 Panadería y Confitería Europa Carlos Calvo 678 Club San Telmo Cochabamba 657 Peluquería Lito Cochabamba y Chacabuco

Cochabamba Emaus Cochabamba 466 Confitería Ronzino Perú 640 Caburé México 620 MAMBA San Juan 300 Espacio Espinosa Chacabuco esq. Cochabamba Kioscos de Diarios: Carlos Calvo y Perú Piedras y Carlos Calvo Piedras y Chile Perú y México Defensa y Brasil Independencia y Piedras Carlos Calvo y Defensa San Juan y Defensa Humberto I y Bolívar Carlos Calvo y Chacabuco Brasil y Perú


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EL SOL DE SAN TELMO

¿Qué es una miasis?

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ntramos en el verano y desde hace ya varias semanas comenzamos a tener altas temperaturas. A partir de esto empezamos a notar la presencia de mucha cantidad de insectos y en esta nota en particular, nos vamos a ocupar de las moscas y de un daño muy importante que pueden producirle a nuestros perros y gatos. Podemos definir a la miasis (también conocida comúnmente como “bichera”) como una enfermedad parasitaria que se caracteriza por la presencia de larvas de moscas en una herida. Nuestros animales pueden tener lesiones o alteraciones en la piel o mucosas a partir de las cuales se forman heridas, de cualquier tamaño, que son el medio específico para que algunas especies de moscas se posen sobre estas y pongan sus huevos. ¿Cómo es su ciclo biológico? A nivel general, más allá de la especie de mosca, podemos decir que el ciclo dura pocas semanas. Las moscas adultas copulan y luego la hembra pone los huevos en la herida, a partir de los cuales y luego de pocas horas, aparecerán las larvas que son las que van a producir esta patología en particular. Luego estas larvas van a transformarse en adultos (en moscas), previo paso por el estadio de pupa. Las larvas son de color blanquecino y

miden -aproximadamente- pocos milímetros. Cuando están en la herida, comienzan a alimentarse de los tejidos para poder crecer y aquí es donde producen el mayor daño en el animal, ya que además comienzan a formar orificios que no solo aumentan el tamaño de la herida sino que también estas pueden penetrar en profundidad afectando otros tejidos u órganos que se encuentran alrededor. Ante la formación de una miasis, la herida se encontrará inflamada, desvitalizada, con tejido necrótico (o tejido muerto), con o sin sangrado, con presencia de secreciones y un olor fétido característico. Además, es muy posible que se infecte. Tenemos que tener especial cuidado en la prevención de esta enfermedad, controlando que no se formen heridas de ningún tipo en la piel de nuestras mascotas y si llegan a formarse, hacer una exhaustiva limpieza y controlar la evolución de ellas ya que muchas veces no nos damos cuenta de la presencia de las moscas alrededor de la herida del animal, ni de cuándo ponen sus huevos. Además, ante la aparición de una herida podemos usar sobre ella productos específicos recomendados por el veterinario, en particular aerosoles, para repeler a las moscas y así poder prevenir. Diego H. Kelly Veterinario UBA - M.P. 13520

¿Por qué será?

F

rente al parque Lezama, en la calle Defensa entre Martín García y Brasil, el GCBA ha retirado los rieles de los antiguos tranvías con el objetivo de “realizar trabajos de nivelación además de la reinstalación y reposición de adoquines”. No hace falta siquiera decir la pérdida irreparable del patrimonio urbano que esto significa, por ser ambos (rieles y adoquines) rastros de la historia de la ciudad de Buenos Aires. ¿Por qué será que los funcionarios que deciden sobre nuestra ciudad, se ensa-

ñan tanto con nuestros valores tangibles destruyendo las huellas históricas que son nuestro origen? Isabel Bláser

Los vecinos que quieran comunicar algún tema que les preocupe, relacionado al patrimonio, pueden enviar un mail a cascohistoricoproeteje@ gmail.com


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I

Un viaje al pasado

maginen esta situación: Diciembre de 2017 en San Telmo, una casa de la calle Estados Unidos al 700. Tocan un timbre, se abre una puerta y, de pronto, ingresan a “El túnel del tiempo”. Como en aquella serie, en blanco y negro de los años ‘60 en la que los viajeros rodaban como en un embudo hasta caer en algún lugar del pasado, de repente estamos en 1912. Nos recibe Alejandro Belda (61), con barba prominente, tiradores, camisa blanca y moño. Lo acompaña su amiga Mariela Canda (49), con vestido largo de encaje negro y sombrero antiguo. Un pasillo nos conduce a la sala mayor, donde hay más de veinte personas, todas vestidas como a principios del siglo pasado. Mariela da la bienvenida a los invitados y presenta a Alejandro, quien canta en alemán “Püppchen”, mientras Graciela Fulco lo acompaña en el piano. Luego, otro cantante entona una canción de protesta en francés. A continuación, le sigue “Margarite”, una milonga de un payador anarquista de 1902. Todos siguen el juego: se reparten hojas con las letras de las canciones para que el público participe y hasta circulan unas bombas de utilería con mechas encendidas. Fin de la primera parte. Durante el intervalo pasamos a la terraza, donde hay dos mesas con refrigerios, que incluyen vino tinto, gaseosas, sándwiches de miga, y “appetizers” que fueron ofrendados por algunos de los participantes para que los todos los consuman gratuitamente. Son las 22:30, la noche amenaza con una gran tormenta. Volvemos a la sala

Un pasillo nos conduce a la sala mayor, donde hay más de veinte personas, todas vestidas como a principios del siglo pasado y los protagonistas invitan a los participantes a bailar el vals “Los charrúas”, un galop tocado a cuatro manos en el piano. Bailamos y nos reímos con la actuación de María Inés Villasecco, una señora que interpreta a una pícara niña de la época. Está toda de blanco: un vestido de satén, sombrero, soquetes con puntillas y zapatos chatos. Improvisa y el público se divierte con ella. Le pregunto a Alejandro cómo y cuándo empezó a hacer estas fiestas temáticas. “Junto con Daniel Soto (quien toca el saxo y la guitarra) hacíamos música de los años ’30 con la banda de jazz “La Bouboule”. Un día encuentro un libro de partituras de 1912 y me dio ganas de

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probar cómo sonarían esas canciones. A Mariela (estudiante de teatro) la conocí en un taller literario y, a mediados de agosto, empezamos a ensayar todos los domingos. El 28 de octubre de 2017 hicimos la primera puesta en escena, a la que asistieron 30 personas”, cuenta el arquitecto, que trabaja en Metrovías. “Entre amigos músicos y actores empezamos a escribir historias con aquellas partituras de 1912”, cuenta Belda. “Nos gustó la idea de estar todos vestidos de época”, dice con voz suave. “No toda la cultura tiene que estar impuesta

“Nos podemos divertir igual con esta interacción grupal. La idea es “hacer” en lugar de “consumir” por el mercado. Somos una alternativa no comercial, con música en vivo, que rescatamos esta forma de expresarnos”, agrega. “Luego de haber llevado obras a geriátricos e iglesias, nos preguntamos cómo habrán sido las fiestas a principios del siglo XX. Y algo aprendimos con el barrio”. El Sol: Dado que esta es tu casa ¿Cómo hacés para invitar a gente desconocida sin correr riesgos? A.B.: Me gusta organizar cosas. Al principio empezamos a hacer fiestas con amigos y parientes, luego invité a la chica de la feria americana de esta cuadra. Y se fue armando la movida. Tratamos que no sea elitista y entendemos que, para divertirse, no necesariamente hay que gastar dinero. Nos podemos divertir igual con esta interacción grupal. La idea es “hacer” en lugar de “consumir”. Se escuchan los truenos y, antes de que se largue la tormenta, entran las mesas y las sillas de la terraza. Las bandejas con los sándwiches de miga se vacían pronto y Alejandro abre otros paquetes de comestibles. La lluvia empieza a caer fuerte mientras los participantes intercambian celulares y buscan compartir paraguas y taxis. Alejandro se cambia el traje de ataño y se pone una remera con unas bermudas actuales. “Esto solo puede pasar en San Telmo”, me digo en voz alta, mientras los vecinos nos miran con curiosidad y se preguntan que hacemos “disfrazados” de época. El túnel del tiempo nos devuelve a la actualidad, un poco más contentos que cuando llegamos. Texto y fotos: Diana Rodríguez


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Mesa Navideña barrial y solidaria

l pasado jueves 21 y domingo 24 de diciembre, se celebró en La Asamblea Popular San Telmo Plaza Dorrego una Cena Navideña, organizada y promovida por un grupo de compañeros del Sindicato de Dragado y Balizamiento seccional Río de la Plata, que, junto a los chicos de la Asamblea armaron esta actividad por, para y con la gente en situación de calle del barrio. Hubo parrillada, karaoke, cajas navideñas, bailongo y sorteo. La esquina de San Juan y Piedras se llenó de felicidad encuentro y compañerismo que, como antídotos efectivos, ayudaron a contrarrestar un poco las amarguras que cada vez son mas y mas profundas en los últimos tiempos para tod@s y en especial para los que menos tienen. Martín Tomassino es empleado del Sindicato y nos cuenta cómo surgió la idea: “A mitad de año algunos compañeros con conciencia social decidimos hacer algo para dar una mano por la grave situación de la gente en la calle y, entonces, empezaron las salidas solidarias. La primera vez recorrimos desde Caseros hasta Belgrano y desde Paseo Colón hasta Jujuy y encontramos 200 personas en situación de calle, fue a mitad de año y entregamos 200 viandas. Fue una experiencia fuerte que nos enseñó varias cosas, en especial muchos compañeros tomaron conciencia que nadie está en la calle porque quiere porque la calle no es un lugar para vivir. Esa conciencia hizo que lo volvamos a hacer y que se elevará la idea a la Federación, para que pudieran sumarse más gremios. Hasta ahora somos dos”. ¿En qué consiste la salida solidaria? M.T.: Primero juntamos el dinero -que sale del bolsillo de los trabajadores y de la gente que quiera aportar-, luego organizamos la salida y nos reunimos para hacer la comida. A veces alcanza para hacer un guiso, otras veces para milanesas; depende la plata que hayalas cosas, cocinamos el asado e hicimos mos recaudado. el servicio. Con esto también queremos visibilizar ¿Cómo surge la idea de la Mesa Nala situación. Hay más de 5000 personas videña? M.T.: Se nos ocurrió replicar lo que en situación de calle, aunque el gobierhace 20 años habían hecho otros com- no dice que hay menos de 1000 y mucha pañeros que también organizaron ollas gente cree lo que dicen los medios domipopulares y la Mesa Navideña en Par- nantes. Nosotros de boca en boca, con que Lezama y Constitución. Queríamos internet, con Facebook y estando en la juntarnos como una gran familia. Al calle, mostramos otra realidad. Sin banprincipio pensamos en hacerla en el deras políticas, a pesar de que es un acto Parque Lezama, pero el GCBA nos pe- político pero no respondemos a ningún día un montón de cosas para aprobarlo partido. Hay gente que la está pasando mal y los y no queríamos correr el riesgo de que la policía nos levantara la Mesa. Enton- trabajadores estamos para ayudar y poces, acordamos con los chicos de la demos ponernos al hombro la lucha por Asamblea -que vienen haciendo el co- la conciencia social. Tenemos la colabomedor todos los domingos- y ellos nos ración de Radio Gráfica, que hoy vinieron; prestaron el lugar y la logística y noso- también ahí hacemos un programa de tros juntamos los fondos, compramos cultura, sindicalismo y política y tratamos

-con los pocos medios que contamos- de dar nuestro mensaje, que se sostiene con tres cosas: los hechos, la palabra y el dinero. Si falta alguna de esas tres cosas, no puede darse. Los resultados de las jornadas demostraron que juntarnos genera alegría, conciencia y ánimo, entre otras grandes cosas. Tod@s unidos disfrutando como esa gran familia que hacemos los que compartimos un mismo lugar, una misma época, un mismo sentir. Nos revive la importancia de la lucha por esa unidad, que nos permite vernos y que nos trae ese aire fresco al corazón que entiende que la felicidad es REAL cuando nos puede llegar a TOD@S. Texto: Cecilia Calderón Fotos: Gentileza La Asamblea Popular San Telmo


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S.O.S PATRIMONIO

Y ahora ¿Quién podrá defendernos?

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isteriosa Buenos Aires, sus callecitas y adoquines nos revelan y ocultan nuestra historia, vida, huellas, símbolos, cultura. Cada esquina de nuestro barrio está cargada de memoria. El Casco Histórico -desde hace añosviene atravesado las transformaciones propias de las urbes y fue modificando su paisaje, esto requirió de regulaciones y políticas de conservación que preservaran y/o atenuaran los grandes cambios fisonómicos impuestos por los emprendimientos inmobiliarios. Pero la agresividad y la potencia con la que avanzan en el último tiempo, sin control, hace que estas regulaciones resulten ineficaces e insuficientes. De esto justamente nos habla la suerte que, días atrás, corrió la que fuera la cisterna más grande en la Buenos Aires del 1800. La última semana de diciembre en la calle Moreno 550 donde durante años funcionó un garaje, comenzó a desarrollarse un gran emprendimiento inmobiliario a cargo de la empresa Kohon, según informa su cartel de obra. En este predio y a lo largo de la calle Moreno desde Bolívar hasta Perú existió el enorme caserón de la familia Ezcurra. Allí vivió y ejerció sus funciones Juan Manuel de Rosas, mientras fue gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Esa fue la verdadera residencia gubernativa, pues el Fuerte había dejado de cumplir esa función en 1837. Tras la batalla de Caseros, la casa fue confiscada y siguió sirviendo como sede del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, ya que el Gobernador Pastor Obligado ordenó la demolición del Fuerte. Por otra parte, en 1856 Obligado creó el Departamento de Escuelas, dirigido por Domingo Faustino Sarmiento y este decidió la instalación de la Escuela Modelo Catedral al Sur en un sector de la casa (sobre la calle Perú, donde hoy está el Bar el Querandí). Esta obra comenzó en diciembre de 1857 y se inauguró en 1858. Sarmiento agregó, a la vieja casa, un piso alto y adecuó los interiores para que las habitaciones se transformaran en aulas, además de techar el patio interior para que funcionara como salón principal. Tras la Unión Nacional, en 1861, la casa de Ezcurra siguió siendo Casa de Gobierno Provincial, hasta el traslado de las autoridades a la ciudad de La Plata. La Corte Suprema de Justicia también se instaló en el predio, pero sobre la calle Bolívar entre Moreno y Belgrano, hasta 1880 cuando se mudó al edificio del Banco Hipotecario de la Provincia (actual Banco Central, San Martín 216). En 1886, levantada la confiscación de algunos bienes de Rosas, Juan Terrero,

apoderado de su hija Manuelita, ofreció el inmueble al Gobierno Nacional por la suma de $ 950.000. Desde entonces y hasta 1901 fue sede de Correos y Telégrafos; en 1907 se demolió y en un sector se levantó el Edificio Raggio (1910). Hace unos días, con el avance de las obras, un vecino avisó a la Dirección General de Patrimonio Museos y Casco Histórico sobre la existencia de lo que quedó al descubierto en el predio: una estructura circular de enormes dimensiones. El equipo de arqueólogos visitó el lugar y constató que la estructura se trataba de una enorme cisterna de agua, una de las más grandes registradas hasta el momento, que sobrevivió al paso del tiempo y las transformaciones de ese terreno. Lamentablemente y pese al aviso que

recibió la empresa al empezar las obras de que el lugar podía contener restos arqueológicos y era sometido a un tratamiento patrimonial y, más aun, sabiendo que los arqueólogos habían pedido el retraso de la obra, la cisterna fue demolida sin aviso y sin tiempo para poder estudiarla y registrarla. No sobrevivió al avance inmobiliario. Mientras las autoridades se preguntaban qué hacer y los arqueólogos trabajaban contra reloj, la máquina hizo su trabajo y en una mañana la destruyó dejándonos a todos los habitantes de la ciudad sin la posibilidad de recuperar otro fragmento de historia, otro pedacito de nuestra identidad. Es aquí donde extrañamos al los guardianes del barrio, que nos dejaron en los últimos tiempos, como el Arquitecto Peña

que dedicó su vida y su conocimiento a preservar los tesoros de nuestro barrio. Y luego las preguntas: ¿Cómo una empresa privada puede privarnos a todos conocer nuestro pasado? ¿Por qué no se controla y se hacen cumplir las leyes de protección patrimonial? ¿Habrá multa y reparación de este daño? Desde la Dirección General de Patrimonio aseguran y solicitan sanción porque la estructura es aun plausible de excavarse nuevamente, reconstruirse y exponerse como testimonio del paso de la historia por nuestro barrio. Una tarea que ESPERAMOS se cumpla en los inicios del 2018. Cecilia F. Calderón Fotos : Eva​Bernat


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